jueves, 26 de noviembre de 2020

REIVINDICACIÓN DE JOSEP COMAS SOLÁ

Josep Comas Solá (1868-1937) ha sido uno de los hombres de ciencia más grandes de este país y es uno de los más olvidados. Dedicó toda su vida al estudio y divulgación de la astronomía, y consiguió con unos medios más que precarios unos resultados sorprendentes, como, por ejemplo, realizar un mapa de Marte a partir de las observaciones con un anteojo Bardou ¡de 108mm! (es el que se puede ver más abajo) o descubrir once asteroidesHispaniaAlphonsina en honor a Alfonso X el SabioBarcelonaAmeliaPepitaReginitaMercedesGothlandiaSadeyaComas Solá y Polit. Por estos y por otros muchos méritos más, la Unión Astronómica Internacional nombró un cráter de Marte con sus apellidos. Todavía hoy se pueden leer algunos de los artículos de divulgación que escribió para La Vanguardia.

Quiero citar algunas frases de este libro que escribió antes de que naciéramos ninguna de las personas que hoy podemos leerlo, porque es en la calidad de su escritura y lo que la anima donde se nota la calidad humana de esta persona excepcional que llegó a invitar a quienes tuvieran interés a su propia casa para animarlas a conocer los misterios del universo.

(Este párrafo cierra el capítulo sobre el origen y fin del universo, p 751): En atención a la dilatada edad pretérita de la Tierra y a los pocos miles de centenares de años que el hombre existe sobre la misma, cabe afirmar que la humanidad está en su infancia y que, por lo tanto, no deben extrañarnos sus puerilidades y la inconsciencia que domina todavía en nuestro planeta. Y debe extrañarnos tanto menos por cuanto nuestro Globo, o mejor dicho, nuestro Sol, tiene ante si millones de siglos de vida futura. De ello resulta que si, por una parte, es para nosotros un motivo de decepción la falta de espiritualidad que todavía reina en el mundo, por otra, debemos sentir optimismo para el futuro. Si las civilizaciones datan nada más que de unos pocos millones de años, nos es imposible concebir el grado de superioridad espiritual que alcanzará el hombre en el transcurso de los inmensos períodos de tiempo venideros. 

¿No os resulta encantadora esa fe inquebrantable en la capacidad humana para progresar hacia el bien?

No os estoy animando a que os compréis el libro, absolutamente obsoleto en cuanto a los datos que podemos encontrar —recordad que está escrito hace casi un siglo y entonces no se sabía nada de cuásares, ni de estrellas de neutrones, ni de enanas marrones, ni de agujeros negros, ni de exoplanetas, ni se sabía de la existencia de los 79 satélites que hoy tenemos censados en torno a Júpiter—, aunque datos actualizados aparte, todavía hoy podemos aprender mucho leyéndolo. Y si tampoco queréis leerlo recurriendo a una biblioteca, sí os animo a que escuchéis este programa para no perder la memoria de alguien que ayudó a poner las bases de la astronomía en España:

 

Muchas gracias, Irene. ¡Vaya hallazgo!

OVIDIO, UN ALEMÁN Y UN CANÓNIGO DE LA CATEDRAL DE SULMONA

Escudo de Sulmona. Fuente: Wikipedia.

Sabido es que el SPQR  —Senātus Populusque Rōmānus (El Senado y el Pueblo Romano)—, referencia del gobierno de la antigua República romana, es en la actualidad un emblema oficial de la capital de Italia, Roma, y hasta un recuerdo turístico que puede tomar las formas más variopintas.

Sulmona (la Sulmo latina), pequeña localidad italiana, más o menos en la misma latitud que Roma, pero situada en el otro lado de la bota, al lado del Adriático, también tiene sus siglas identificativas —SMPE— y hasta su divertida anécdota latina.

Si la ciudad eterna lleva con orgullo en sus genes y en todo el aparato turístico las siglas que identificaban su forma de gobierno; Sulmona, más literaria y orgullosa de sus insigne hijo, ha recogido el primer hemistiquio del tercer verso de la décima elegía del cuarto libro de Tristia

Ille ego qui fuerim, tenerorum lusor amorum, 
quem legis, ut noris, accipe posteritas. 
Sulmo mihi patria est, gelidis uberrimus undis,

No creo que esas cuatro palabras necesiten traducción. En cualquier caso, aquí podéis leerla, y no solo la de esos tres versos, sino la de todo el Libro IV. 

Se entiende perfectamente que la ciudad acogiera las iniciales para colocarlas en el escudo y en cuanto papel oficial y no oficial que se terciara; al fin y al cabo es como una tautología, además del reconocimiento a la obra literaria de su hijo más destacado.

También es comprensible que quien ha estudiado la obra de alguien acuda en sus vacaciones a visitar los lugares por donde anduvo el personaje a quien tantas horas ha dedicado. Eso estaba haciendo Joseph Eberle, alemán del Neckar, periodista, editor y entusiasta usuario del latín —escribía poesía en ese idioma—. En su paseo por la ciudad donde nació Ovidio, entró en la catedral, dedicada a San Pánfilo, y en cuyo ábside están grabadas las famosas cuatro letras. 

Como un canónigo que andaba por allí vio el interés que manifestaba Eberle, se acercó a él y, haciendo gala de su buen humor, le explicó el significado: Salus mea Pamphilus est (Pánfilo es mi salud, mi bienestar). El bueno de Eberle se echó a reír con ganas y le dijo que le parecía muy ingeniosa la respuesta, pero que él era traductor de Ovidio. Cuentan que terminaron en algún bar de la plaza hablando en latín.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

POETIKA 2020: ADRIANA BAÑARES

Fuente: Poetika.


Mañana, 26 de noviembre, a las 19:30, en el salón de actos del Koldo Mitxelena se desarrollará la tercera y última sesión de Poetika de este año.

La poeta invitada es Adriana Bañares. De la introducción a su obra se encargará Esther Ramón. El acompañamiento musical lo pondrá Eduardo Villarroel (clarinete). Como siempre, la presentación del acto será tarea de José Luis Padrón.

Adriana Bañares ha publicado los siguientes poemarios:

La involución cítrica, 2011.
Engaño progresivo, 2012.
Ánima esquiva, 2013.
Ave que no vuela muere, 2015.
Recaya, 2019.

Un poema de este último libro:


Si pudiera hablar esta noche

si pudiera
          escribir esta noche


escribiría sobre una vida que se me ha terminado sin apenas darme cuenta.


Hablaría del lugar en el que estoy
del lugar del que me fui
                         y en el que no se me recuerda.
Hablaría
         de lo poco que se espera de mí
         y de lo que debería estar haciendo.


Tal vez:
         no escribir
         tener un hijo
         limpiar la casa
         y mantenerla siempre así
                         ordenada,
                         como yo,
                         que también debería estar en orden
                         con el pelo recogido
                         o bien dispuesto sobre la cabeza
                         bien dispuesta
                         la cabeza.
Y debería comprar ropa nueva
                         ropa de mujer de treinta años
                         ropa seria
                         ropa elegante ropa de señora.
Hacerme respetar y respetar la edad en la que vivo.


Si pudiera escribir esta noche, escribiría
         sobre un lugar donde escribir
         sobre un lugar donde quedarme.


Si pudiera escribir esta noche,
        escribiría
        todas las noches, escribiría.


***

Para asistir es necesario inscribirse:
943 11 28 93 (de 08:30 a 14:30)


También puedes seguir el evento en directo vía streaming

martes, 24 de noviembre de 2020

CHARLANDO CON LUIS GONZÁLEZ FUSTER


Esta entrevista se ha realizado por medio del correo electrónico y hay que entenderla como una continuación de la charla que mantuvimos el 10 de enero,  con un café por medio, en Tabakalera. Hace diez meses no había que mantener distancias de ningún tipo. Aunque sí sabíamos de la existencia del coronavirus en China, no podíamos sospechar que en poco tiempo se fuera a convertir en el mayor problema mundial del año y que llegara a condicionar todo cuanto hiciéramos.



—La última vez que hablamos, Luis, lo hicimos tranquilamente y sin imaginar la situación que se nos venía encima. La pandemia ha puesto patas arriba el mundo en el que vivíamos y ha golpeado especialmente a la cultura. ¿Qué tal está funcionando El origen de las ideas en estas circunstancias?

Está claro que la pandemia nos está afectando a nivel económico, sobre todo a los más desfavorecidos ya que nuestra organización socioeconómica es claramente neoliberal. Pero hay un factor más interesante aún que es el psicológico, sobre todo en esta segunda ola que a diferencia de la primera, donde teníamos unas fechas programadas —confinamiento, desescalada, nueva normalidad, etc.—, en esta oleada no vemos el final y esto nos desorienta.

En cuanto a la cultura, creo que a pesar de la continua y bienintencionada aparición en los medios de comunicación de algunos personajes destacados en los medios de comunicación —escritores, intelectuales, artistas, etc.—, a los que hemos podido escuchar más de lo habitual, no se ha podido evitar, por desgracia, el cierre de muchas librerías ni tampoco el mal momento por el que pasan el teatro, el cine, etc., con todas estas restricciones actuales.

Con respecto a El origen de las ideas, ha funcionado según lo esperado. Se ha distribuido sobre todo en el entorno cercano y, en general, ha tenido buenas críticas. Hay que tener en cuenta que para una primera obra de un desconocido es muy difícil salir del círculo de amistades y conocidos, pero estoy contento.


—Como tú dices, es tu primera obra publicada y, por lo tanto, no tenemos referencias tuyas, no conocemos al autor. ¿Quién es Luis González Fuster, qué hace, qué quiere, qué piensa?

Bueno, esto es muy complejo, no sé si es fácil que alguien tenga claro siempre lo que quiere o lo que piensa, la duda forma parte de la condición humana. Se quién he sido y soy, conozco de dónde vengo y cuáles son mis ideas, que siempre serán las mismas, y por supuesto, como casi todos y todas, “hago lo que puedo”.

—El origen de las ideas sitúa el comienzo de la acción durante la Guerra civil. ¿Quiere ser tu novela una reflexión sobre la historia próxima, sobre la memoria, sobre la pérdida y el reencuentro?

La obra surge de la necesidad que yo tenía en un momento concreto de mi vida de contar esta historia familiar. La reflexión sobre la historia y su camino creo que la deben marcar los lectores. Resulta curioso la cantidad de comentarios sobre distintos pasajes del libro, y la diferencia que existe entre lo que les llama la atención a unos o a otros. Muchos lectores se han emocionado —algunos me han confesado cierta activación de la glándula lagrimal—, e incluso han encontrado paralelismos con algunos miembros de su familia a pesar de ser una historia tan personal, y esto me emociona a mí también.

—La narración se nutre, efectivamente, de elementos familiares, más concretamente de anécdotas, hechos y recuerdos de la familia González Gil. Hay, sin duda, una labor de investigación. ¿Cuánto hay de proceso creativo en la novela, de elaboración literaria, y cuánto de concreción objetiva, de indagación y búsqueda?

Sin duda existe un boca a boca familiar y una indagación popular en el entorno, ya que algunos vecinos del barrio conocían a los protagonistas desde pequeños —la familia vivió durante la época de la narración salvo el éxodo a Francia siempre en la misma casa—. El hilo conductor de la historia es objetivo y muy verdadero, pero también existe un proceso creativo bastante fuerte.

—Y unido a la anterior pregunta, ¿te costó mucho separar lo personal de lo narrativo, transformar unos datos y unas vivencias de interés familiar en una narración que pudiera tener interés universal?

La verdad es que no. Empecé el proyecto como si fuera un cuento, sin pensar en el final. Todo fue creciendo poco a poco, aunque en algún momento, sobre todo cuando el libro era una realidad a nivel sentimental me he sentido un poco expuesto. Y por supuesto el clásico: ¡qué dirán!, ¡donde va este!, incluso en alguna ocasión me han llamado presuntuoso, engreído, etc. -¡solo por escribir una historia!-, en fin… así nos va. La verdad es que estos comentarios se pueden contar con los dedos de una mano.

—En tu opinión, ¿qué es lo que más te gustaría que recordáramos de esta novela?

La unión de los miembros familiares entroncados alrededor de la figura de Natacha como un modelo posible, y que debemos ser críticos y pensadores libres. Nuestras ideas son muy importantes y no debemos olvidarlas.

—Véndenos la novela: ¿por qué deberíamos leerla?

Porque está escrita con sentimiento y eso es importante; además, se puede leer fácilmente, ya que no he querido alargarla mucho, y, por supuesto, es un pequeño alegato de bolsillo a favor de la cultura y la libertad que nos puede hacer recordar cosas que les sucedieron en aquella época a muchas familias. Por desgracia, los de nuestra generación ya no tenemos abuelos que nos puedan contar cómo vivieron.

—¿Qué proyectos tienes entre manos? ¿Qué nuevos textos andas preparando? ¿Puedes adelantarnos algo?

Los estudios universitarios me llevan mucho tiempo —las neuronas ya no están para tirar cohetes y la memorización cada vez es más difícil—, pero siempre se busca algún momento para plasmar en un cuaderno algunas ideas. Estoy preparando algunos relatos que voy a intentar unir a través de un nexo común en el tiempo, tratan de la influencia de algunas personas en la vida de otras con el paso del tiempo. ¿Su vida habría sido igual si estas personas no se hubieran conocido? Pero me temo que este segundo proyecto literario va para largo.

Muchas gracias, Luis, por tu tiempo y por tu amabilidad. Y que se vendan muchos ejemplares.

lunes, 23 de noviembre de 2020

EMOCIONARTE. LA DOBLE VIDA DE LOS CUADROS

A todas aquellas personas que han sido seducidas por la manera de presentar y de decir de Carlos del Amor les va a encantar este Emocionarte. Mientras se lee, y se lee sin ninguna dificultad, parece que se está oyendo la voz del periodista desde la pantalla. Su estilo está en todas y cada una de las frases.

El libro es un recorrido anecdótico-biográfico por treinta y cinco obras de épocas y movimientos muy variados, cuyo nexo de unión, supongo, es el gusto personal del autor y el aprecio que tiene hacia algunos temas con los que se siente más cómodo para escribir: reivindicación de la igualdad entre mujeres y hombres, denuncia de la injusticia social y del dolor que esta provoca, la belleza como territorio del arte, búsqueda de lo emotivo, intersección entre el lenguaje poético y el narrativo... 

El libro no es ni pretende ser un ensayo de divulgación artística a la manera en que lo son, por ejemplo, las explicaciones que ofrece el personal especializado del Museo del Prado sobre las obras que periódicamente va presentando. Ni tampoco al estilo de Los secretos de las obras de arte. Es decir, Carlos del Amor se mueve por los alrededores de la obra artística y no por su interior. Esto, sin duda, aporta un atractivo mayor para una gran parte de la población, porque permite contar con mayor facilidad. De hecho, es lo que hace al inicio de cada capítulo, imaginar a manera de brevísimo relato alguna circunstancia en torno a la obra o a quien la creó.

Sorprendente, en cambio, me parece que un libro impreso, que va por la tercera edición, que ha recibido un premio importante y que se ha publicado en una casa de prestigio, no haya sido leído con mayor atención antes de salir a la calle. Las erratas son pocas, cierto, pero no tendría que haber ninguna en una publicación de este nivel. Y menos la horrenda construcción de infinitivo con omisión del verbo personal, que hasta el propio manual de estilo de la entidad en la que trabaja recuerda que se debe evitar. Espero que la cuarta edición salga revisada.

DONOSTI RECOMIENDA



LIBRERÍA DONOSTI

domingo, 22 de noviembre de 2020

¿ESTAMOS SOLOS? EN BUSCA DE OTRAS VIDAS EN EL COSMOS

Mientras existamos sobre este punto azul pálido, o en los planetas que logremos colonizar, seguiremos mirando al cielo estrellado cada noche, nos haremos grandes preguntas sobre nuestros orígenes... y buscaremos otras vidas en el Cosmos (p 506) [porque]  nuestra inquieta mente parece necesitar el contacto con otros seres equivalentes a nosotros, con pensamiento abstracto y lenguajes estructurado: criaturas racionales que utilicen símbolos y transmitan emociones. que perciban la belleza. Que construyan metáforas. Espejos en los que mirarnos, aunque la imagen reflejada sea muy diferente de la nuestra (p 474-5).

No creo que me equivoque si digo que esta es la obra de un científico, de un investigador, apasionado con su trabajo y entusiasmado con la divulgación, que pone al alcance de cualquiera cuál es el estado de la cuestión, qué podemos suponer, qué nos es dado imaginar y qué es lo que efectivamente sabemos sobre la vida más allá de nuestro diminuto planeta. Y es que Carlos Briones, a quien he tenido el placer de escuchar en directo en varias ocasiones, parece que lo sabe todo sobre el tema. Y cuando digo todo quiero decir todo, no solamente cuanto tiene que ver con su especialidad como bioquímico y biólogo molecular entregado a la investigación astrobiológica.

Por el texto van desfilando referencias y citas del mundo del cine, de la literatura, de la música, la ecuación de Drake, el programa SETI, la señal Wow!, la estrella Tabby, cuanto tiene que ver con la ciencia ficción, y con la ficción a secas. Desde Lucrecio a Saint-Exupéry, Sagan o el mismísimo Winston Churchill. Deliciosa la cita del primer ministro británico, no os la perdáis (p 474), o la de Brian May, guitarrista de Queen y ¡doctor en astrofísica!

Y qué decir de esas conversaciones de café que se trae con especialistas al acabar cada uno de los capítulos. Broche de oro a sus palabras. Mirad qué pedazo nómina: Muriel Gargaud, Emmanuelle Javaux, Ricardo Amils, Víctor Parro, Michel Viso, J. A. Rodríguez Manfredi, Olga Prieto Ballesteros, Jonathan I. Lunine, Joseph A. Nuth, Luisa Lara, Aki Roberge y David Dunér.

Hacer divulgación requiere claridad y sencillez, además de hacerlo de manera atractiva para que quien lee se sienta a gusto con el texto. En este sentido, e independientemente de que los descubrimientos avancen de manera significativa en este terreno, yo creo que la belleza y la verdad —Keats al fondo— que nutren las páginas del libro van a permanecer inalterables durante mucho tiempo. Es un regalo tanto para nuestro deseo de conocimiento como para nuestro sentido estético.

Dicho esto, conviene advertir que para poder acceder al estudio de la vida extraterrestre ha sido necesario pasar por muchas etapas previas para que la cuestión quede bien delimitada y se entienda. Etapas como intentar responder a la difícil cuestión de qué es la vida, cuál es su origen, qué es eso de la química prebiótica, quién es ese tan importante llamado LUCA, cuánto hay de azar y de necesidad en todo ello o por qué es tan esencial el agua y el carbono para estar donde estamos. Y el autor se abre camino por tan graves cuestiones con absoluta soltura y nos va seduciendo con su prosa ágil.

***

Nota para despistados: este es un libro de divulgación científica. Todavía no tenemos ninguna evidencia de vida más allá de nuestro planeta. Es muy probable que haya incluso vida inteligente en alguna parte del universo. El único problema es que el universo es muy, muy, pero que muy grande. Así, pues, desengañémonos. Podremos observar los planetas extrasolares desde la superficie o la órbita de la Tierra, aprenderemos cada vez más sobre ellos e incluso quizá encontremos señales moleculares de vida en algunas atmósferas. Esa es la ciencia real. Pero están a tantísima distancia de nosotros, incluso los más cercanos, que es una fantasía pensar que en algún momento vamos a poder viajar hasta allí. Por tanto, limitemos nuestro entusiasmo (p 427, palabras recogidas de Michel Mayor). 

O dicho a la manera de James Miller, en A small fiction

sábado, 21 de noviembre de 2020

PLENITUD



PLENITUD

                                                        ...el pie caminante siente

                                                        la integridad del planeta.


                                             JORGE GUILLÉN


Sobre la luz, más luz

y una perfección sin fisura

que deja sosegado el pensamiento.

Reposa el tiempo sobre sí mismo,

detiene un instante su impulso

y nos ofrece una caricia en azul.

Prodigio del momento

que en su fugacidad nos colma

y es capaz de fundir lo que se va

con lo imposible eterno.

MIREN ASIAIN LORA en El rincón de la ilustración

                                                                  

Cada tres meses, el Rincón de la Ilustración acoge los trabajos de un ilustrador o de una ilustradora. El espacio no es que sea enorme, pero entre las tres vitrinas se pueden apreciar bien los trabajos expuestos y, sobre todo, da color y alegría al pasillo que conduce a la entrada de la biblioteca. Esta vez es el turno de Miren Asiain Lora.


Hasta el 24 de enero de 2021.

El horario de la exposición, lógicamente, es el del centro cultural:

De martes a viernes: 16:00-20:30

Sábados: 10:00-14:00, 16:30-20:00

Domingos: 10:00-14:00

Lunes y festivos : cerrado.
***

Y de paso, si eres una persona entusiasta de las aventuras de Harry Potter o vas con gente menuda, podrás también entretenerte con esta otra voluntariosa exposición en torno al mago más famoso de nuestro tiempo: 







Y acércate sin miedo a las bibliotecas. Son espacios seguros, agradables, acogedores y llenos de magníficas sorpresas. Da tanta penita verlas tan vacías.

viernes, 20 de noviembre de 2020

LOS VIAJES DE LOLA FLORES

 

Captura de pantalla del blog Los viajes de Lola Flores

No sé si has llegado hasta aquí buscando información sobre los viajes que hizo o no hizo la peculiar cantaora, si lo que te interesa es el flamenco, la vida privada de Lola Flores o ir algún día a Islandia para comprobar si puedes ver una aurora boreal. A lo mejor te desilusiona saber que lo que estoy haciendo es recomendarte un blog en el que se habla de unos tipos que se pegaron un viaje hasta el país de los géiseres. Pero no es tampoco un blog de viajes. O, para ser más preciso, no es un blog al uso sobre viajes.

En Los viajes de Lola Flores no vas a encontrar recomendaciones sobre dónde alojarte, qué época del año es la mejor para viajar, cuál es el medio de transporte más adecuado para moverte por la isla, qué equipaje te conviene llevar y ese tipo de indicaciones prácticas que aparecen en las páginas llenas de publicidad de las agencias de viaje y de guías turísticos. No, no vas a encontrar nada de eso.

—Entonces, ¿por qué rayos lo estás recomendando?

Pues porque es muy original, juega mucho con el humor, los tópicos y los estereotipos; tiene una escritura llena de chispa e incluso descarada, y no pretende venderte ni convencerte de nada. Por eso. Y, además, no sé quién es su autor, pero sí quiénes son los fotógrafos que el autor se llevó con él hasta la isla vikinga: Paolo (en su Instagram podéis ver más fotografías) y Aitor (en este caso, Flickr). 

Disfrutad del texto y las imágenes: Los viajes de Lola Flores.

EN DEFENSA DEL VIAJE

Cogí este libro del Koldo Mitxelena porque me llamó la atención su formato, tan similar al típico cuaderno que se lleva en el bolsillo para ir anotando en él las impresiones del viaje. Ni tan siquiera lo hojeé. Los cuadernos de todo tipo me gustan casi tanto como los libros. No pude dejarlo en la estantería.

Tony Wheeler es uno de los socios cofundadores de Lonely Planet. O sea, que se le da muy bien viajar, aunque un poco menos bien lo de escribir. De hecho, la frase más interesante de cuantas ha escrito en este librito (94 páginas) para explicarnos por qué seguiremos viajando después de la COVID-19 y por qué lo haremos de otra manera, es esta: Viajar nunca es inocuo. Comparto la afirmación, aunque podría matizarla diciendo que no debería serlo. Casos hay. Con ella se inicia el último apartado, el que lleva por título A modo de conclusión.

Lo mejor del libro es una cita que incluye en la página 88. Pertenece a Ana Briongos y está tomada de Negro sobre negro: Irán, cuadernos de viaje

Tenía 20 años, viajaba sola, y no tuve nunca ningún problema. Había dejado atrás, por una temporada, la facultad de Física de Barcelona con sus clases, sus prácticas y sus exámenes, para sumergirme en esa universidad permanente que es el recorrer países y conocer a sus gentes. No son solo los bosques, los mares, los ríos, los desiertos, los caminos y los amaneceres; como tampoco son los monumentos ni los museos: son los hombres y las mujeres y los niños que en esos caminos y desiertos viven, de los que se aprende. Viajar de joven es importante, se viaja ligero de equipaje y ligero de bolsillo y se tiene el corazón como una esponja. Los caminos del mundo son una escuela donde se templa el espíritu y se afianzan la tolerancia y la solidaridad. Se aprende a dar y a recibir, a mantener las puertas abiertas de la casa y del espíritu y sobre todo a compartir. Se aprende a disfrutar de lo poco, a valorar lo que se tiene, a ser feliz en la austeridad y a festejar la abundancia. Se aprende a escuchar y a mirar y se aprende también a querer. Los jóvenes de los países de la abundancia tendrían que dedicar un año de su vida, antes de que las obligaciones familiares o profesionales los dejen atados para siempre, a viajar por los caminos del mundo, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, con la mochila a la espalda. Perderían un año en la carrera del éxito —¡qué es un año!—, pero ganarían como personas porque se les ensancharía el horizonte, muchas veces reducido a conseguir una décima más en un examen, y el mundo entero saldría ganando.

¡Bravo por Ana Briongos!

No sé cómo serán los viajes después de la pandemia. Me temo que, más o menos, igual que antes de ella, porque los miedos se nos van pronto y, lo que es más importante, la responsabilidad con el medio ambiente, con los pueblos y culturas que visitamos, con el cuidado del planeta y de la gente que en él vive, parece que solo depende de las prohibiciones que nos impongan. Hasta ahora, la historia de los viajes, y del turismo por extensión, se reduce a si podemos llegar hasta allí, llegaremos; si nos podemos pagar lo que cuesta, lo pagaremos.

Es cierto que hay excepciones y es cierto que en el mundo anglosajón se ha practicado con bastante asiduidad el tipo de viaje del que habla Ana Briongos. De hecho, me extraña que no lo conozca, pero el año sabático, el gap year, se hizo muy común en los 60, cuando el turismo empezó a extenderse entre las clases populares, aunque ya tenía una larga tradición secular entre la clase alta. Y así debería ser el viaje, una actividad para conocer, para relacionarnos mejor, para adquirir experiencia. Cavafis nos lo recorcaba de manera hermosa

¿Seremos capaces de poner fin a esa locura de millones de turistas del mundo rico invadiendo cualquier espacio por tierra, mar y aire, para combatir el aburrimiento y porque nos lo podemos pagar?

jueves, 19 de noviembre de 2020

OVIDIO Y LA PINTURA (segunda entrega, libros VII al XIII)

 Cefalo y Procris. 1636-7. RubensCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro VII, Cefalo y Procris.


La caída de Ícaro. 1636-8. Jacob Peeter GowyCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro VIII, Dédalo e Ícaro.

Atalanta y Meleagro cazando el jabalí de Calidón. 1635-40. RubensCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro VIII, El jabalí de Calidón.

Muerte del centauro Neso. 1696-7. Luca GiordanoCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro IX, Neso y Deyanira.


Orfeo y Eurídice. 1636-8Rubens
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro X, Orfeo y Eurídice.


Hipómenes y Atalanta. 1618-9. Guido Reni. 
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro X, Atalanta e Hipómenes.


Apolo vencedor de Pan. 1636-8. Jacques Jordaens
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro XI, Midas.


Batalla de lapitas y centauros. 1835. Rafael Tegeo Díaz
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro XII, Lápitas y Centauros.


Acis y Galatea. 1699-1704. Charles de la Fosse
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro XIII, Acis, Galatea y Polifemo.

***
Se me olvidaba: ¡feliz cumpleaños!

Sí, hoy cumple el Museo del Prado 201 años.

¡Larga vida al arte!

miércoles, 18 de noviembre de 2020

OVIDIO Y LA PINTURA (primera entrega, libros I al VI)

Ovidio y su Metamorfosis ha servido de inspiración y estímulo multitud de veces a multitud de artistas. Aquí solamente recojo algunas obras, a manera de
ejemplo, de homenaje y, cómo no, de acicate para la lectura del capítulo o pasaje de referencia.

De los quince libros que componen la obra, recorro hoy, de forma somera, los seis primeros. Mañana, los siguientes. Y de cuantos museos contienen pinturas que nacieron de la lectura de la Metamorfosis, tan solo acudo al Museo del Prado, excepto la primera ilustración, que he tomado de una edición francesa de la obra de Ovidio.

La anotación que hago debajo de la imagen recoge el título de la obra correspondiente, el autor y el apartado o capítulo del libro correspondiente a la Metamorfosis, que tenéis convenientemente enlazada para que podáis leer el pasaje de referencia. 

¡Que mitología, pintura y literatura os acompañen!


Dibujo para una edición francesa de las Metamorfosis. 1808. La obra fue ilustrada por Jean-Michel Moreau y otros (la edición no especifica quién más). Metamorfosis, Libro I, Orígenes del mundo.


Júpiter y Licaón. 1638. Jan Cossiers. Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro I, Licaón.


Deucalión y Pirra después del diluvio. 1636-37. Juan Bautista Martínez del Mazo 
(copia de Cossiers)Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro I, Deucalión y Pirra.


Apolo y la serpiente Pitón. 1636-7. RubensCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro I, La serpiente Pitón.


Apolo persiguiendo a Dafne. 1636-8. Theodoor van ThuldenCopyright de la imagen: Museo del Prado. [La obra más famosa sobre el tema es la magistral escultura de Bernini, Apolo y Dafne]. Metamorfosis, Libro I, Dafne.


Mercurio y Argos. Hacia 1659. VelázquezCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro I, Argos-Io y Siringe.


La caída de Faetón. 1636-8. Jan Carel van Eyck
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro II, Faetón.


Diana y Calisto.1635. Rubens
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro II, Calisto y Arcas-Calisto.


El rapto de Europa. 1628-9. 
RubensCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro II, Europa.


Cadmo y Minerva. 1636-8. Jacques Jordaens
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro III, Cadmo.


Paisaje con Diana y Acteón. 1608. Hendrick de Clerck
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro III, Acteón.


Narciso. 1636-8. Jan Cossiers Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro III, Narciso-Eco.


Píramo y Tisbe. Siglo XVIII. Anónimo. Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro III, Píramo y Tisbe.


La fragua de Vulcano. 1630. VelázquezCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro IV, Marte, Venus y Vulcano.


Sísifo. 1548-9. Tiziano
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro IV, Los lugares infernales.


Perseo y Andrómeda. 1699-1702. Giordano Luca
Copyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro IV, Perseo y Andrómeda.


El rapto de Proserpina. 1636-7. RubensCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro V, Ceres-Rapto de Prosérpina.


Las hilanderas o la fábula de Aracne. 1655-60. VelázquezCopyright de la imagen: Museo del Prado. Metamorfosis, Libro VI, Aracne.