Fotografía de David Malin, del Observatorio Anglo-australiano |
Las Pléyades son uno de los cúmulos abiertos más hermosos que podemos observar en el cielo a simple vista. Forman parte de la constelación de Tauro y podremos verlas durante todo el otoño y el invierno.
Son también uno de los grupos estelares con mayor número de leyendas a sus espaldas. Aparecen en el Mahabharata, en el Popol Vuh, en La Ilíada, en la Biblia, en los relatos mitológicos incas y aztecas, en el Dreamtime australiano...
En Los Trabajos y los días, de Hesíodo, se puede leer: Al surgir las Pléyades descendientes de Atlas, empieza la siega; y la labranza cuando se ocultan. Desde ese momento están escondidas cuarenta noches y cuarenta días y de nuevo al completarse el año empiezan a aparecer cuando se afila la hoz.
Curiosamente, son reconocidas como siete hermanas en mitologías sin ningún contacto entre ellas como son la maya, la griega, la australiana y la del pueblo amazonio de kaxinawá.
Dentro de la mitología griega existen varias versiones. Tal vez la más extendida es la que cuenta que fueron perseguidas durante cinco años por el gigante Orión, que se había encaprichado de ellas. Zeus las convirtió en estrellas para librarlas del acoso del gigante cazador.
Este cúmulo estelar está formado por más de 500 estrellas y se encuentra a una distancia de más 400 años luz. Con buena vista y un buen cielo oscuro se pueden distinguir las seis más brillantes: Alcyone, Atlas, Electra, Maia, Merope y Taygeta.
Feliz observación.