
Él mismo me sugería el posible pie. Efectivamente, el que todos estáis pensando, el último cuarteto de la Elegía de Miguel Hernández:
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
PAPI
Tú ya no, tú ya no
me sirves, zapato negro
en el que viví treinta años
como un pie, mísera y blancuzca,
casi sin atreverme ni a chistar ni a mistar.
Papi, tenía que matarte pero
moriste antes de que me diera tiempo.
Saco lleno de Dios, pesado como el mármol,
estatua siniestra, espectral, con un dedo del pie gris,
tan grande como una foca de Frisco,
y una cabeza en el insólito Atlántico
donde el verde vaina se derrama sobre el azul,
en medio de las aguas de la hermosa Nauset.
Yo solía rezar para recuperarte.
Ach, du.
En tu lengua alemana, en tu ciudad polaca
aplastada por el rodillo
de guerras y más guerras.
Aunque el nombre de esa ciudad es de lo más corriente.
Un amigo mío, polaco,
afirma que hay una o dos docenas.
Por eso yo jamás podía decir dónde habías
plantado el pie, donde estaban tus raíces.
Ni siquiera podía hablar contigo.
La lengua se me pegaba a la boca.
Se me pegaba a un cepo de alambre de púas.
Ich, ich, ich, ich.
Apenas podía hablar.
Te veía en cualquier alemán.
Y ese lenguaje tuyo, tan obsceno.
Una locomotora, una locomotora
silbando, llevándome lejos, como a una judía.
Una judía camino de Dachau, Auschwitz, Belsen.
Empecé a hablar como una judía.
Incluso creo que podría ser judía.
Las nieves del Tirol, la cerveza rubia de Viena
no son tan puras ni tan auténticas.
Yo, con mi ascendencia gitana, con mi mal hado
y mi baraja del Tarot, y mi baraja del Tarot,
bien podría ser algo judía.
Siempre te tuve miedo: a ti, a ti
con tu Luftwaffe, con tu pomposa germanía,
con tu pulcro bigote y esa
mirada aria, azul centelleante.
Hombre-pánzer, hombre-pánzer, ah tú...
No eras Dios sino una esvástica
tan negra que ningún cielo podía despejarla.
Toda mujer adora a un fascista,
la bota en la cara, el bruto
bruto corazón de un bruto como tú.
Mira, papi, aquí estás, delante del encerado,
en esta foto tuya que conservo,
con un hoyuelo en el mentón en lugar de en el pie,
mas sin dejar por eso de ser un demonio,
el hombre de negro que partió
de un bocado mi lindo y rojo corazón.
Yo tenía diez años cuando te enterraron.
A los veinte intenté suicidarme
para volver, volver a ti.
Creían que hasta los huesos lo harían.
Pero me sacaron del saco
y me amañaron con cola.
Y entonces supe lo que tenía que hacer.
Creé una copia tuya,
un hombre de negro, tipo Meinkampf,
amante del tormento y la tortura.
Y dije sí, sí quiero.
Pero, papi, se acabó. He desconectado
el teléfono negro de raíz, las voces
ya no pueden reptar por él.
Si ya había matado a un hombre, ahora son dos:
el vampiro que afirmaba ser tú
y que me chupó la sangre durante un año,
siete años, en realidad, para que lo sepas.
Así que ya puedes volver a tumbarte, papi.
Hay una estaca clavada en tu grueso y negro
corazón, pues la gente de la aldea jamás te quiso.
Por eso bailan ahora, y patean sobre ti.
Porque siempre supieron que eras tú, papi,
papi, cabrón, al fin te rematé.
En el vídeo podéis oír a la propia Plath recitando su poema:
Un mes más aparece en este blog el cielo nocturno gracias a la labor de HubblesSite. Disfrutadlo.
Recordad que para poder ver las galaxias a las que se alude en el video es necesario un telescopio de aficionado.
Otros eventos reseñables (algunos de ellos ya aparecen señalados en el vídeo):
Para los que accedéis a este blog desde el hemisferio Sur, os dejo esta conexión con lo más destacado del cielo nocturno en abril.
Con tres heridas from Jesus Rodriguez on Vimeo.
Dentro de esta celebración particular que me traigo entre manos del centenario de Miguel Hernández, os dejo aquí un vídeo que mi primo me mandó y que yo aproveché para insertarle el breve y bellísimo poema del poeta alicantino, Con tres heridas.
Espero que os guste y que sirva para incitar a la lectura de los poemas de M. Hernández, que ese es el sentido que pretendo dar a estas entradas sobre su centenario.
Aprovechando que cada 21 de marzo, con la entrada de la primavera, se celebra el día mundial de la poesía, desde que así lo propuso la UNESCO en 2001, he colocado el vídeo de Paco Ibáñez interpretando el famoso poema de Gabriel Celaya.
Voy a permitirme un exceso sobre el verso de Celaya y corregirle diciendo que la poesía puede ser un objeto cargado de belleza y de sentido. Y para celebrar la poesía y su belleza os propongo a los que paséis por aquí que escribáis cuál es el verso, o los versos -no es necesario que sea un poema completo-, que más os ha gustado, conmovido, ilusionado o asombrado.
No os cortéis y dejad vuestro rastro por aquí.
Feliz lectura.
Tanto la obra de Armengol como los versos formaron parte de la exposición Miguel Hernández, 50x50, exposición-homenaje al poeta alicantino al cumplirse cincuenta años de su muerte, ocurrida en 1942. Como es fácil deducir del propio nombre, en ella tomaron parte cincuenta artistas plásticos.