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lunes, 26 de mayo de 2025

HISTORIA DE LOS FILÓSOFOS ILUSTRADA POR LOS TEXTOS

En librerías
Hay libros a los que tengo un cariño especial y las razones de ese cariño pueden ser muy diversas e incluso peculiares. En el caso de esta Historia de los filósofos el cariño es resultado de su utilidad y claridad expositiva. Es un manual muy sencillo de utilizar y está organizado de manera muy didáctica: una escueta biografía, pero significativa; una exposición breve, pero suficiente, de las ideas principales del autor o autora; un retrato, generalmente realizado por alguien que conoce bien vida y obra de la persona en cuestión; una selección de textos realizada con muy buen criterio, textos que inciden verdaderamente en lo fundamental del pensamiento expuesto; y una breve y selecta bibliografía que recoge los principales títulos de los pensadores tratados, junto con los estudios más destacados sobre los mismos. Todo muy compacto, muy funcional y muy bien dispuesto para que la consulta sea eficaz y pueda orientar al mismo tiempo que despertar las ganas de profundizar en el conocimiento y estudio subsiguiente. 

Pongo un ejemplo (pp 456-9):


MICHEL SERRES LA VIDA DE SERRES 

    Nacido en Agen en 1930, Michel Serres es admitido en la Escuela naval en 1949 y comienza una carrera de oficial en la armada en diversos barcos de la Marina nacional (participará en concreto como retirado en la reapertura del canal de Suez). Pero, atormentado por la violencia que ha acompañado a sus años de formación (la guerra de España, la derrota, los campos de concentracion, Hiroshima, las guerras coloniales) dimite de la Escuela naval y, tras una licenciatura en matemáticas, entra en la Escuela normal superior en 1952. Obtiene la agregación de filosofía en 1955 y el doctorado en 1968, con una tesis consagrada a Leibniz (El sistema de Leibniz y sus modelos matemáticos, 1968). Buscando desde entonces superar la separación entre ciencia y filosofía, Serres se embarca en una exploración sistemática y cruzada de todos los dominios del saber, sumergiéndose a veces en los lejanos horizontes de lo imaginario (mitología, literatura, pintura). Colocada bajo el patrocinio del dios griego de los intercambios, de los viajes y de las encrucijadas, la serie de los Hermes (cinco volumenes, 1969-1980) se propone elaborar, en la línea de Bachelard, un «nuevo y novedoso espíritu científico» que sea capaz de comunicar el orden y el desorden, el azar y la necesidad, la razón y la sinrazón. Después de haber enseñado en las universidades de Clermont-Ferrand y de Vincennes (donde tuvo por colega a Michel Foucault), Michel Serres es nombrado profesor de historia de las ciencias en la universidad de París-I; desde 1976 enseña igualmente en la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. Elegido el 29 de marzo de 1990 para la Academia francesa, Serres dirige, desde 1983, la edición del «Corpus de las obras de filosofía en lengua francesa» en la editorial Fayard. 

UNA EPISTEMOLOGIA PLURALISTA 

    Michel Serres, al igual que Edgar Morin, está enamorado de la complejidad. Persuadido, a semejanza de los epistemólogos contemporáneos, de que el orden puede nacer de lo bruto y del caos, se ha puesto a la escucha de las verdades locales y singulares, de los flujos y de las discontinuidades, de los ecos y las correspondencias insospechadas para intentar una reconciliación de todos los saberes. Como ferviente adepto de Leibniz (en el cual ve al filósofo del pluralismo y de la coherencia), Serres practica en efecto la pluridisciplinariedad, buscando sin cesar tender puentes, establecer correspondencias entre dominios aparentemente separados, cuando no antagonistas. No solo cada disciplina genera conceptos, descubrimientos o crisis que contaminan las disciplinas vecinas, sino que la ciencia misma dialoga permanentemente con lo que ella pretende excluir: la magia, la literatura, la moral, la religion. Por eso es vano querer trazar fronteras en el interior del vasto campo de la cultura: todos los saberes, sea cual sea la época a que pertenezcan, son isomorfos entre sí; no hay, contrariamente a lo que pensaba Bachelard, «corte epistemológico» entre un conocimiento y el conocimiento que le precedía, entre lo lógico y lo mitológico, entre la realidad y la ficción. A la preocupación por la clausura, sobre la cual se ha construido la ciencia moderna, responde la exigencia de apertura que todo saber actual debe satisfacer. 
    Entre su abundante producción (unas veinticinco obras al día de hoy), citemos Los cinco sentidos (1985) y El contrato natural (1990). En Los cinco sentidos, Serres se revuelve contra la tiranía del verbo, ligado según él al privilegio acordado a la vista en nuestra cultura. Serres propone, pues, reencontrar la virtud de los cinco sentidos en su simple dimensión carnal y suspender la vieja oposición entre el conocimiento y el goce. Es el programa cartesiano de dominio y posesión de la naturaleza lo que Serres pone en cuestión en El contrato natural. Se hace urgente, nos dice Serres, firmar con la Tierra un «contrato de simbiosis» por el cual el hombre se comprometiera a renunciar al parasitismo o al dominio de una naturaleza que de aquí en adelante le ha sido abandonada sin defensa alguna a sus poderes. 

Retrato de SERRES por Bertrand Poirot-Delpech 
Nacido en 1930 

    ¿Como se llega a ser poeta? Yo estaría tentado de responder que permaneciendo niño, y sobre la tierra. 
    Volvamos pues. por ultima vez, hacia las solas fuentes válidas. Tu erudición en terminos artesanales, rústicos, camosos, nudosos, tu preocupacion popular, heredada de Victor Hugo, de poner al vocabulario, si no un bonete rojo al menos la gorra paternal de los marineros, todas estas cosas, no busquemos más, nacieron cuando el pequeño Michel Serres, me parece verlo, repite insistentemente golpeando las piernas del adulto sentado al trabajo: «¿Para que sirve eso?»; y «eso, ¿cómo se llama?»; luego se aleja canturreando la palabra y olvidando la cosa, como hacen a menudo los niños, a los que se cree, erróneamente, locos por los trenes eléctricos, cuando les fascinan mucho más, incluso y sobre todo si han partido de casi nada, ¡los vertiginosos cambios de agujas de la palabra!

 BERTRAND POIROT-DELPECH, Discours de réception de Michel Serres a l’Académie française, Imprimerie nationale, 1991. 


TEXTO N.° 214. «EL CONTRATO NATURAL» 

    Desde entonces, vuelven al mundo los hombres, lo mundano a lo mundial, lo colectivo a lo físico, un poco a la manera como sucedió en la época del derecho natural clásico, mas con grandes diferencias, sin embargo, que provienen todas del reciente paso de lo local a lo global y de la renovada relación que mantenemos en adelante con el mundo, antaño nuestro amo y hogaño nuestro esclavo, siempre y en todo caso nuestro huésped, ahora nuestro simbionte. 
    ¡Retomo, pues, a la naturaleza! Eso significa: añadir al contrato exclusivamente social el otorgamiento de un contrato natural de simbiosis y de reciprocidad, en donde nuestra relación con las cosas trocaría dominio y posesión por la escucha admirativa, la reciprocidad, la contemplación y el respeto en donde el conocimiento no supondría la propiedad, ni la acción el dominio, ni éstas sus resultados o condiciones de rapiña. Contrato de armisticio en la guerra objetiva , contrato de simbiosis: el simbionte admite el derecho del huésped, mientras que el parásito — nuestro estatuto actual— condena a muerte a aquel al que saquea y en el que habita sin cobrar conciencia de que en último termino él mismo se condena a desaparecer. 
    El parásito toma todo y no da nada; el huésped lo da todo y no toma nada. El derecho de dominio y de propiedad se reduce al parasitismo. Por el contrario, el derecho de simbiosis se define por la reciprocidad: tanto da la naturaleza al hombre, tanto debe devolver este a aquella, devenida sujeto de derecho. natural, 

                                SERRES, El contrato natural, Pre-Textos, Valencia, 1991.

 

 ***


jueves, 15 de mayo de 2025

RETRATOS DE AMANTES (Daisy Hawkins), 10

Desnudo femenino (grabado en madera), Eric Gill. 25 nudes.

Eric Gill (1882-1940) dejó escrito en la introducción para su librito de grabados, 25 nudes, lo siguiente:

Al contemplar cuerpos y cuerpos humanos, el artista depende más de su vida y experiencia que en cualquier otra actividad. Somos criaturas que sabemos, queremos y amamos. ¿Qué sabemos, queremos y amamos? Digan lo que digan, nos conocemos, deseamos y amamos físicamente. No hay escapatoria ni negación. ¿Alguien quiere escapar o negar? Quizás los budistas quieran escapar; quizás los puritanos lo negarían. Pero el resto lo aceptamos y nos alegramos.

Los dibujos de desnudos, por lo tanto, ocupan un lugar especial en los asuntos humanos y una veneración especial, y como la vida humana no es solo cuestión de lágrimas y suspiros, sino también, e igual y más importante, de risas, naturalmente hay un lado cómico en todo esto. No seamos demasiado solemnes. El vello en el vientre es ciertamente muy favorecedor, pero también extremadamente divertido, tan divertido como el vello en la cabeza. El hombre es materia y espíritu, ambos reales y ambos buenos, y lo gracioso es sin duda parte de lo bueno. El cuerpo humano es, de hecho, un buen chiste; tomémoslo así.

Nada en la delicadeza y maestría de los desnudos que nos ofreció el artista y tipógrafo inglés, ni nada tampoco en los pocos párrafos de la introducción harían sospechar a una persona atenta a las explicaciones naturales que ahí aparecen sobre la representación del desnudo que Gill, un hombre profundamente religioso y entregado a su trabajo, también lo era hacia prácticas que hoy le habrían llevado directamente a la cárcel. Claro que de eso nada se supo hasta que apareció el libro publicado por Fiona MacCarthy en 1989, casi medio siglo después del fallecimiento del escultor. Lo que nos dice, una vez más, que la obra no siempre refleja lo que la persona es.

Pero este apartado va de amantes y hasta ahora nada he dicho de Daisy Hawkins, la mujer que sirvió de modelo para esta magnífica silueta.

La verdad es que poco he podido averiguar de la musa. Tan solo que llegó a casa de la familia acompañando a la madre, que pronto empezó a posar para él y que este se enamoró perdidamente de ella. Y esto lo sabemos gracias a la biografía que publicó MacCarthy y, por supuesto, a los diarios de Gill a los que la biógrafa tuvo acceso, porque en los diarios dejó anotados todo tipo de detalles de su vida personal y sexual, como hacía Victor Hugo.

***


miércoles, 18 de diciembre de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Victor Hugo)

 #unlibrounpoema

#descubriendoFrancia

Sobre este poema José Zorrilla, el autor del famoso Don Juan, escribió: Eran (...) una manía los alardes de versificación, y desde que Victor Hugo escribió sus Djinns, no pudimos creernos poetas sin hacer un rombo o escala métrica (Métrica española, de Navarro Tomás). 

El poema es un alarde de virtuosismo métrico a lo largo de sus 15 estrofas. Comienza creciendo desde las dos sílabas (1ª estrofa) hasta las diez (8ª estrofa) para, una vez alcanzada la máxima extensión silábica, volver a decrecer ( 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 10, 8, 7, 6, 5. 4, 3 y 2 ). 

En la traducción se pierde la medida, pero podéis comprobarla en el original.

En la actualidad, este tipo de habilidades métricas no se practican en absoluto, pero durante buena parte del XIX tuvieron un gran predicamento y fueron muy admiradas por el público lector.

LOS DJINNS 

Muros, ciudad 
y puerto, 
refugio 
de muerte, 
mar gris, 
donde rompe 
la brisa, 
todo duerme. 

En la llanura 
nace un ruido. 
Es el aliento 
de la noche. 
Ella brama 
como un alma 
que a una llama 
siempre sigue. 

La voz más alta 
parece un cascabel. 
De un enano que salta 
es el galope. 
Huye, se lanza, 
luego en cadencia 
sobre un pie baila 
en la cresta de una ola. 

El rumor se acerca, 
el eco lo repite. 
Es como la campana 
de un convento maldito; 
como un ruido de gentío, 
que truena y que rueda, 
y que tan pronto se derrumba, 
como se hace mayor. 

¡Dios! ¡La voz sepulcral 
de los Djinns! ... —¡Qué ruido hacen! 
Huyamos bajo la espiral 
de la profunda escalera. 
Ya se apaga mi lámpara, 
y la sombra de la barandilla, 
que repta por la pared, 
se eleva hasta el techo. 

¡Es el enjambre de Djinns que pasa, 
y se arremolina silbando! 
Los tejos, que su vuelo hace trizas, 
crujen como un pino ardiendo, 
su manada, compacta y veloz, 
volando en el espacio vacío, 
parece una nube lívida 
con un relámpago en su flanco.

¡Están muy cerca! – Mantengamos cerrada 
esta habitación, donde les burlaremos. 
¡Qué ruido afuera! ¡Espantoso ejército 
de vampiros y dragones! 
La viga del techo descuajada 
se arquea como la hierba mojada, 
y la vieja puerta oxidada tiembla, 
hasta arrancar sus goznes. 

¡Gritos del infierno! ¡Voz que aúlla y que llora! 
El horrible enjambre, empujado por el aquilón, 
sin duda, oh cielos! se abate sobre mi morada. 
Los muros ceden bajo el negro batallón. 
La casa grita y vacila inclinándose, 
y se diría que, arrancada del suelo, 
como si persiguiera una hoja seca, 
el viento la hiciera rodar con su torbellino! 

¡Profeta! ¡Si tu mano me salva 
de estos impuros demonios de las noches, 
iré a postrar mi frente calva 
ante tus sagrados incensarios! 
¡Haz que sobre estas puertas fieles 
muera su aliento de chispas, 
y que en vano la uña de sus alas 
chirríe y grite sobre estos negros vitrales! 

¡Han pasado! - Su cohorte 
vuela, y huye, y sus pies 
dejan de golpear mi puerta 
con sus multiplicados golpes. 
El aire está lleno de un ruido de cadenas, 
y en los bosques cercanos 
tiemblan todos los grandes robles, 
doblados bajo su vuelo de fuego. 

De sus alas lejanas 
el batir amaina. 
Tan confuso en las llanuras, 
tan débil, que uno cree 
oír los saltamontes 
gritar con voz aguda 
o burbujear la granizada 
sobre el plomo de un viejo tejado. 

Extrañas sílabas 
nos siguen llegando; 
así, los árabes 
cuando suena el cuerno, 
un canto en la orilla 
por momentos se alza, 
y el niño que sueña 
tiene sueños de oro. 

Los Djinns fúnebres, 
hijos de la muerte, 
en las tinieblas 
apresuran su paso; 
su enjambre ruge; 
así, profunda, 
murmura una ola 
que no se ve. 

Este ruido vago 
que se duerme, 
es la ola en la orilla; 
es el lamento, 
casi apagado, 
de una santa 
por un muerto. 

Dudamos 
de noche... 
escucho: —
Todo huye, 
todo pasa; 
el espacio 
borra 
el ruido.

Especialmente gratificante resulta seguir al Coro de Radio Francia mientras canta el texto con la música de Fauré (intentadlo aunque no sepáis francés).


***

jueves, 23 de mayo de 2024

ORIGEN DE LA EXPRESIÓN "TORRE DE MARFIL"

Tumba de Sainte-Beuve, cementerio de Montparnasse

Sobre los artistas que huyen de las fealdades del mundo y se refugian en una obra que solamente se preocupa de resaltar el lado amable del mismo se suele decir que viven en una torre de marfil. Simplificando mucho,tal vez el movimiento más representativo de esta actitud torremarfilista en la historia de la literatura haya sido el Parnaso, cuyo lema era el arte por el arte. El nombre del grupo vino dado por el de la revista en la que publicaron buena parte de sus obras: Le Parnasse contemporaine (1866-1876). 

Tomaron el nombre de Parnaso por la montaña en la que habitaban las Musas, las diosas protectoras de las artes y las ciencias, es decir, de todo cuanto está por encima de las preocupaciones materiales. La ciudad de París dio ese nombre a la colina a la que acudían en el siglo XVII los estudiantes a declamar sus poemas: Montparnasse (monte Parnaso). Y es en el cementerio de Montparnasse donde se encuentra enterrado quien acuñó la expresión torre de marfil en el sentido actual que hoy utilizamos para referirnos a la actitud que mantiene un creador que huye de la fea y sucia realidad.

La expresión aparece por primera vez en el larguísimo poema dedicado a M. Villemain, cuya tercera estrofa es esta:

La poésie en France allait dans la fadeur,
Dans la description sans vie et sans grandeur,
Comme un ruisseau chargé dont les ondes avares
Expirent en cristaux sous des grottes bizarres,
Quand soudain se rouvrit avec limpidité
Le rocher dans sa veine. André ressuscité
Parut : Hybla rendait à ce fils des abeilles
Le miel frais dont la cire éclaira tant de veilles.
Aux pieds du vieil Homère il chantait à plaisir,
Montrant l’autre horizon, l’Atlantide à saisir.
Des rivaux, sans l’entendre, y couraient pleins de flamme ;
Lamartine ignorant, qui ne sait que son âme,
Hugo puissant et fort, Vigny soigneux et fin,
D’un destin inégal, mais aucun d’eux en vain,
Tentaient le grand succès et disputaient l’empire.
Lamartine régna ; chantre ailé qui soupire,
Il planait sans effort. Hugo, dur partisan
(Comme chez Dante on voit, Florentin ou Pisan,
Un baron féodal), combattit sous l’armure,
Et tint haut sa bannière au milieu du murmure :
Il la maintient encore ; et Vigny, plus secret,
Comme en sa tour d’ivoire, avant midi, rentrait.

(Podéis leer el poema completo aquí). 

Lo que nos interesa es el final: y Vigny, más secreto, / como en su torre de marfil, regresó antes del mediodíaDesde entonces Alfred de Vigny (enterrado en el mismo cementerio) quedó estigmatizado como el típico poeta que vivía en su torre de marfil.

Y de oca a oca y tiro porque me toca: cierro el anecdotario en torno a Charles Augustin Sainte-Beuve recordando que era íntimo amigo de Victor Hugo cuando la mujer de este último, Adèle Foucher, se enamoró del primero. La apasionada relación que mantuvieron fue la materia prima de la novela de Sainte-Beuve, Volupté 

***


miércoles, 22 de mayo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Salvador Díaz Mirón)

#unlibrounpoema


Salvador Díaz Mirón (1853-1928) fue un mexicano que vivió en una época agitada social y políticamente. Armas y letras van de la mano. Lord Byron y Victor Hugo son sus ídolos, y un duelo en Orizaba le dejará la clavícula inservible y, como consecuencia, el brazo inútil. Desde 1878 llevará la mano oculta en un bolsillo de la chaqueta; en el otro, para la mano hábil, una pistola.

Rubén Darío, Julio Herrera y Reissig, Leopoldo Lugones y Francisco Villaespesa lo reconocieron como maestro. Antonio Castro Leal escribió sobre él con estas palabras: En la más alta poesía de lengua española tiene un lugar de honor, cerca de Góngora y de Quevedo (Díaz Mirón. Su vida y su obra).

En Veracruz está su casa-museo.

Un par de muestras. En el segundo, "Sursum", sorprenden las semejanzas con el Zaratustra nietzscheano que claramente no pudo haber leído en 1884 y en alemán. Fijaos: el poeta es el superhombre, el héroe de gran alma que trasciende la moral de esclavos del cristianismo.



ASONANCIAS

Sabedlo, soberanos y vasallos,
        próceres y mendigos:
nadie tendrá derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo estricto.

Lo que llamamos caridad y ahora
        es sólo un móvil íntimo,
será en un porvenir lejano o próximo
el resultado del deber escrito.

Y la Equidad se sentará en el trono
        de que huya el Egoísmo,
y a la ley del embudo, que hoy impera,
sucederá la ley del equilibrio.





SURSUM

                                      A Justo Sierra

¡Cuán grata es la ilusión a cuyos lampos
tienen perenne vida los amores,
inmarcesible juventud los campos
y embriagadora eternidad las flores!
¡Cuán vívido es el iris que colora,
magia oriental, la suspirada orilla
y a cuyo hermoso resplandor de aurora
radia hasta el fango que después mancilla!
La verdad, si engrandece la conciencia,
devora el corazón nunca sumiso;
es el fruto del árbol de la ciencia
y siempre hace perder el paraíso.
Mas aunque el bardo mate la quimera
y desvíe y aparte de sus ojos
el prisma encantador, y por doquiera
mire sombras y vórtices y abrojos,
ha de cantar la redentora utopía,
como otra estatua de Memnón que suena
y ser, perdida la esperanza propia,
el paladió de la esperanza ajena!

¡Cuando el mundo, ese Tántalo que aspira
en vano al ideal, se dobla al peso
de la roca de Sísifo, y expira
quemado por la túnica de Neso;
cuando al par tenebroso y centellante
imita a Barrabás y adora al Justo,
y pigmeo con ansias de gigante
se retuerce en el lecho de Procusto;
cuando gime entre horribles convulsiones
para expiar sus criminales yerros,
mordido por sus ávidas pasiones
como Acteón por sus voraces perros;
cuando sujeto a su fatal cadena
arrastra sus desdichas por los lodos,
y cada cual en su egoísta pena
vuelve la espalda a la aflicción de todos;
el vate, con palabras de consuelo,
debe elevar su acento soberano
y consagrar, con la canción del cielo,
no su dolor sino el dolor humano!

Sacro blandón que en la capilla austera
arde sin tregua como ofrenda clara
y consume su pábilo y su cera
por disipar la lobreguez del ara;
vaso glorioso en donde Dios resume
cuanto es amor, y que para alto ejemplo
gasta y pierde su llama y su perfume
por incensar en derredor el templo;
sublime Don Quijote que ambiciona
caer al fin entre el fragor del rayo,
torcida y despuntada la tizona
y abierto y rojo por delante el sayo;
ave fénix que en fúlgidas empresas
aviva el fuego de su hoguera dura,
y muere convirtiéndose en pavesas
de que renace victoriosa y pura…
¡Eso es el bardo en su fatal destierro!
Cantar a Filis por su dulce nombre
cuando grita el clarín: ¡despierta, hierro!
¡Eso no es ser poeta, ni ser hombre!

Mientras la musa de oropel y armiño
execra el polvo por amar la nube
y hace sus plumas con la fe de un niño
y hacia un azul imaginario sube;
mientras Ofelia, con el pecho herido
por Hamlet y sus trágicos empeños,
marcha a las ondas del eterno olvido
cogiendo flores y cantando sueños;
el numen varonil entra en la arena,
prefiriendo al delirio y al celaje
la ciudad con sus ruidos de colmena
y el pueblo con sus furias de oleaje,
y contempla la tierra purpurada,
y toma y alza, con piedad sencilla,
un montón de esa arcilla ensangrentada...
Y ese montón de ensangrentada arcilla
adquiere vida entre su mano estoica,
vida inmortal y fulgurantes alas,
y en él respira una belleza heroica,
como en la estatua de la antigua Palas.

Guardar silencio y poseer la trompa,
la recia trompa a cuya voz no exigua
vendría a tierra con su estéril pompa
el muro hostil de la ciudad antigua;
ser un Aquiles que a la lid prefiera
recordar a Briseida en el retiro,
aunque Patroclo batallando muera…
¡Eso es mentir a Dios! ¡Pero qué miro!
Cual la crin de un raudal que de alto arranca
tus cabellos se agitan... ¡Oh Maestro!
¿Por qué sacudes la cabeza blanca
cual si quisieras arrojar el estro?
¿Por qué no te alzas a la faz de Harmodio
y no repeles, cuando Atenas grita,
esa montaña de calumnia y odio
que sobre tu hombro de titán gravita?
¡Tu Etna será para tu fuerza flojo;
confía en ti y a tu misión no faltes,
que al hado cruel que lapidó tu arrojo
irá el volcán cuando debajo saltes!

¡Rompe en un himno que parezca un trueno!
El mal impera de la choza al solio;
todo es dolor o iniquidad o cieno:
pueblo, tropa, senado y capitolio.
¡Canta la historia al porvenir que asoma
cómo Suetonio y Tácito la escriben!
¡Cántala así mientras en esta Roma
Tiberios reinen y Seyanos priven!
¡Abre la puerta al entusiasmo ausente,
mueve de un grito el desusado gonce
y como a chorros de fusión ardiente
vierte en los mimbres el vigor del bronce!
¡Derrama el verbo cuyos soplos crean
la fe que anima y el valor que salva,
y que a tu acento nuestras almas sean
como tinieblas que atraviesa el alba!
Para el poeta de divina lengua
nada es estéril, ni la misma escoria.
¡Si cuanto bulle en derredor es mengua,
sobre la mengua esparcirás la gloria!

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viernes, 5 de enero de 2024

ESQUEMA LITERATURA SIGLO XIX FRANCÉS

Victor Hugo por Léon Bonnat (1879). Museo Victor Hugo.

Esto no es nada más que un esquema para facilitar la visión general de la poesía francesa durante el siglo XIX. No tiene nada más que un valor orientativo.Algunos nombres aparecen en varios casilleros (siendo estricto debería haber colocado más) y ninguna de las etiquetas bajo las que están agrupados sirve para definir una obra de manera tajante dentro de esa etiqueta.



ROMÁNTICOS:
-rechazo del racionalismo y 
predominio de la imaginación,
-entusiasmo por los románticos alemanes e ingleses,
-admiración por la tradición nacional,
-expresión de la emociones,
-libertad expresiva, 
-impugnación de las reglas clásicas,
-enfrentamiento con las instituciones establecidas,



PARNASIANOS:

Gautier, Leconte de Lisle, Théodore de Banville, José María de Heredia, Coppée,

BaudelaireNerval, Catulle Mendés, Sully-Prudhomme.

Prólogo de Mademoiselle de Maupin, Th. Gautier, 1834. En él se postula que la belleza es el objetivo hacia el que todo creador debe tender y debe ser independiente de la idea de progreso o de la moral. El arte por el arte sería el lema que mejor resume este movimiento.



MALDITOS:

Los poetas malditos, Verlaine, 1884.
BaudelaireRimbaud, Corbière, Mallarmé, Nerval, Lautréamont, Verlaine.

-ruptura con cualquier tipo de compromiso.
-insatisfacción,
-singularidad,
-individualismo,
-comportamiento antisocial,
-rechazo de cualquier norma,
-onirismo,

-fusión vida-obra: -vivir poéticamente,
-exploración de la locura.

 De izquierda a derecha: Verlaine, Rimbaud, Léon Valade, Ernest d'Hervilly y Camille Pelletan.
De pie, de izquierda a derecha: Pierre Elzéar, Émile Blémont y Jean Aicard.

DECADENTES:


Laforgue, Moréas, Cros, Nouveau, Corbière, Mallarmé, Rimbaud, Samain.

Le Décadent, 1886: Nacidos del superhastiismo de una civilización schopenhaueriana, los Decadentes no son una escuela literaria. Su misión no es fundar. Sólo tiene que destruir, derribar las antiguallas... Religión, costumbres, justicia, todo decae... La sociedad se descompone bajo la acción la acción corrosiva de un civilización delicuescente. El hombre moderno no es más que un ser hastiado. Refinamiento de apetitos, de sensaciones, de gustos, de lujo, de placeres, neurosis, histeria, hipnotismo, morfinomanía, charlatanismo científico, schopenhauerianismo a ultranza, tales son los pródromos de la evolución social...



SIMBOLISTAS:

Predecesores: Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Nerval, Mallarmé.

René Ghil, J. Moréas, Gustave Kahn, Henri de Régnier, Charle Morice.

Segunda mitad del XIX. El símbolo como forma expresiva, tendencias esotéricas, teosóficas, ocultistas. La poesía es la forma de expresión de lo esencial.

El sueño (1883), de Pierre Puvis de Chavannes. Fuente: Wikipedia.


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martes, 5 de diciembre de 2023

VICTOR HUGO artista gráfico

Fuente: Victor Hugo, Alain Verjat, Síntesis, 2010.


Posiblemente, en la actualidad, Victor Hugo sea conocido a nivel popular por dos de sus muchas novelas: Los Miserables y Nuestra Señora de París. Y, seguramente, ese conocimiento venga dado por las múltiples adaptaciones que han tenido tanto para la pantalla chica como para la pantalla grande, lo mismo en obra para adultos que en adaptación para peques. Lo cierto es que Hugo escribió más novelas; que su más escandaloso éxito en vida lo obtuvo con Hernani, obra de teatro a la que habían precedido otras dos y a la que siguieron ocho más; que su obra poética fue aclamada en su país como la mejor que nunca se había escrito; y que, como se puede ver por estas imágenes que tomo de distintos espacios de internet, era muy buen dibujante. Esto puede resultar anecdótico, pero ayuda a tener una imagen más completa del personaje. Al fin y al cabo, más de 4000 dibujos parecen aval suficiente como para hablar de Victor Hugo como artista gráfico.











La de la izquierda es suya; la otra, no.


Este artículo de Jorge Llopis Verdú quizás ayude a contextualizar y comprender mejor la importancia de la obra gráfica de este gigante de la literatura francesa.

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viernes, 1 de diciembre de 2023

EL ROMANTICISMO ÉPICO DE VICTOR HUGO

Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (ahí está el libro completo)


Sobre una barricada, en medio de los adoquines manchados de sangre culpable y lavados con sangre de inocentes, es preso un niño de doce años junto con algunos hombres compañeros suyos.—¿Formas parte de la gavilla? se le pregunta.—El niño contesta afirmativamente.—Bien está, añade el oficial, vas á ser fusilado. Aguarda que venga tu turno.—El niño ve brillar varios relámpagos, y á todos sus compañeros caer al pie de la pared. Y dice al oficial: —¿Queréis concederme que llegue hasta mi casa para entregar este reloj á mi madre? —¿Intentas evadirte?—Volveré. —Estos bribonazos tienen miedo. ¿Dónde vives?— Allá, junto á la fuente. Volveré, señor capitán. —¡Vote, pillo! —El niño parte. —¡Grosero lazo! Y reían los soldados lo mismo que el oficial, confundiéndose las risotadas con el estertor de los moribundos; pero cesó la risa, pues de improviso preséntase la pálida criatura, tan altiva como Víala, se apoya contra la pared, y dice: —Aquí estoy. Avergonzóse la estúpida muerte y el oficial le perdonó. Ignoro ¡oh niño ! en medio del huracán que pasa y todo lo confunde, así el bien como él mal, los héroes, los bandidos, lo que te impelía en semejante combate; mas digno que tu alma ignorante es sublime. Bueno é intrépido, das dos pasos en el fondo del abismo, uno hacia tu madre y el otro hacia la muerte. El niño posee el candor y el hombre el remordimiento, y no respondes de lo que se te mandó hacer; pero es magnífico y valiente el niño que á la huida, á la vida, á la aurora, á los juegos lícitos, á la primavera, prefiere la sombría pared do se apoyan los cadáveres de sus amigos. La gloria imprime dulce ósculo en tu frente ¡oh tierno joven! En la antigua Grecia, mi dule amigo, Estesícoro te hubiese encargado la defensa de una de las puertas de Argos, y Cinegires te habría dicho: ¡Somos iguales! Y te hubieran admitido en el rango de los puros efebos, Tirteo en Mesene y Esquilo en Tebas. Grabaríase tu nombre sobre discos de bronce, y te contarías en el número de aquellos que, bajo el sereno cielo, si pasan junto al pozo sombreado por el sauce, causan la admiración de la pensativa joven que carga en sus hombros la urna do apagarán su sed los jadeantes búfalos.

Creo que este poema puede ser francamente representativo del estilo romántico épico que adopta Hugo en algunas de sus creaciones; puede servir para repasar las características propias del romanticismo francés y, más concretamente, de lo que fue el pensamiento humanista y humanitario del autor; pero, además, puede servirnos para comprobar cómo evoluciona el lenguaje de la sociedad y, de paso, comprender por qué es necesario volver a traducir de tanto en tanto las obras, porque, si no se actualizan, se corre el riesgo de que los propios hablantes no entiendan lo que en ella se decía hace poco más de cien años.

Por si fuera necesario, dejo una traducción actual y coloco unos cuanto enlaces que pueden ser de utilidad:

Entre los adoquines de una barricada,
manchados por una sangre culpable y por otra pura lavados,
un niño de doce años es apresado junto a los hombres.
—¿Tú estás con ellos?— El niño dice:
—Con ellos estoy.
—Está bien, dice el oficial, serás fusilado
cuando sea tu turno—. El niño ve brillar los fogonazos,
y a todos sus compañeros caer bajo la muralla.
Y dice al oficial: —¿Me permitiría que fuese 
a casa para darle este reloj a mi madre?
—¿Quieres huir? —Volveré. —¡Estos bribones 
tienen miedo! ¿Dónde vives? —Ahí, al lado de la fuente.
Y voy a volver, señor capitán.
—¡Vete, pilluelo!— Y el niño se va. —¡Qué treta tan burda!
Reaparecido de repente, orgulloso como Viala,
se pegó al muro y les dijo: —Aquí estoy.
La estúpida muerte se avergonzó, y el oficial le indultó.
—Niño, yo no sé, en este huracán que pasa
y todo lo confunde (el bien, el mal, héroes y bandidos),
lo que a esta lucha te empujaba, pero yo afirmo
que tu alma ignorante es un alma sublime.
Bueno y valiente, tu das, en el fondo del abismo,
dos pasos, uno hacia tu madre, otro hacia la muerte.
Cándido el niño, el hombre se arrepiente,
y tú no respondes de lo que te hicieron hacer.
Mas impresionante y valiente es el niño que prefiere
a la huida, a la vida, al alba, a los legítimos juegos, a la primavera,
el oscuro paredón donde han muerto sus amigos.
La gloria te besa la frente, ¡oh, tú, tan joven aún!
Dulce amigo, en la antigua Grecia, Estesícoro 
te hubiera encargado la defensa de una puerta de Argos;
Cinégiro te hubiese dicho: ¡Nosotros dos somos idénticos!
Y habrías sido admitido entre los puros efebos
por Tirteo en Mesenia y por Esquilo en Tebas.
Grabarían tu nombre sobre discos de bronce,
y serías uno de los que si, bajo el cielo azul,
pasan junto a un pozo a la sombra de un sauce,
hacen que la muchacha que lleva al hombro
la vasija donde los sedientos búfalos beben,
se gire, embelesada, y los contemple un largo rato.
 
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miércoles, 25 de octubre de 2023

UN LIBRO UN POEMA, Victor Hugo

Editorial
 #unlibrounpoema

Para quien se sorprenda al descubrir que Victor Hugo también escribió poesía, he aquí la "breve" relación de poemarios que escribió ordenados por año de publicación:  

1822 : Odes et poésies diverses
1824 : Nouvelles Odes
1828 : Odes et Ballades (incluía las dos anteriores)
1829 : Les Orientales
1831 : Les Feuilles d'automne
1835 : Les Chants du crépuscule
1837 : Les Voix intérieures
1840 : Les Rayons et les Ombres
1853 : Les Châtiments
1856 : Les Contemplations
1859 : Première série de La Légende des siècles
1865 : Les Chansons des rues et des bois
1872 : L'Année terrible
1877 : L'Art d'être grand-père
1877 : Nouvelle série de La Légende des siècles
1878 : Le Pape
1879 : La Pitié suprême
1880 : Religions et religion
1880 : L'Âne
1881 : Les Quatre Vents de l'esprit
1883 : Série complémentaire de La Légende des siècles

Publicados póstumamente:
1886 : La Fin de Satan
1891 : Dieu.



ESTUPIDEZ DE LA GUERRA


Obrera sin pestañas, estúpida Penélope,

Nodriza del desorden donde oscila la nada,

Guerra, oh guerra ocupada en choques de escuadrones,

Invadida del toque furioso del clarín,

Bebedora de sangre que, feroz y marchita,

Odiosa, al hombre arrastras a borrachera tal;

Nube donde el destino se deforma y Dios huye,

Donde flota un fulgor más negro que la noche,

Boca inmensa, de viento y de rayos armada,

¿A quién sirves, giganta, a quién sirves, humazo,

Si tus derrumbamientos reconstruyen el mal,

Si en nombre de la bestia deshechas lo animal,

Si en esa sombra donde tus azares se ocultan

Sólo para alzar a otro, a un tirano destruyes?



(Traducción: Martínez Sarrión).

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