Mostrando las entradas para la consulta Tauro ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Tauro ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

viernes, 28 de febrero de 2025

EL CIELO NOCTURNO, MARZO 2025

Fuente: Stellarium Web. El cielo del 1 de marzo a las 20:02.

PLANETAS: Mercurio podrá verse muy pegado al horizonte oeste siempre que haya un cielo completamente limpio y no moleste demasiado el resplandor del crepúsculo. El día 1 se encontrará así:

Fuente: Stellarium Web.

Venus a la derecha de las estrellas de Piscis; la luna creciente (primer día) y Mercurio, a la izquierda y más abajo.

Venus irá adelantando su recorrido de tal forma que el día 13 estará a la altura de Mercurio y enseguida dejara de verse. Volveremos a verlo en abril, pero saliendo por el horizonte este de madrugada.

Marte y Júpiter continúan durante todo el mes en Géminis y en Tauro. Son muy fáciles de localizar porque en medio y por debajo está la brillante Orión. Urano, que aparece ahí, solamente es localizable con un telescopio, su brillo es muy escaso.

Fuente: Stellarium Web.


Saturno ya no le veremos hasta finales de abril, cuando aparezca sobre el horizonte este de madrugada.

LUNA: 14 de marzo, llena; 29 de marzo, nueva. El 14 de marzo, desde el centro y oeste de la península, Islas Canarias, Ceuta y Melilla se podrá ver el eclipse de luna. El eclipse total comenzará a las 07:26.

ESTACIONES: 20 de marzo. Comienza la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur.

LLUVIA DE ESTRELLAS: Las γ-Nórmidas alcanzarán su mayor actividad el 14 de marzo. La constelación de Norma, también conocida como Escuadra, es visible desde el hemisferio sur.

SATÉLITES ARTIFICIALES: Para saber dónde y cuándo mirar, consultad aquí.

¡Feliz observación!

***


lunes, 3 de febrero de 2025

ORIÓN y JÚPITER (desde el balcón de casa)


 
Fotografía realizada sobre las 20:30 con la cámara de un móvil desde el balcón de casa (las zonas blanquecinas son pequeñas nubes casi imperceptibles). 

Se pueden ver, y están nombradas para que se reconozcan, las estrellas más brillantes de la constelación de Orión. Arriba, a la derecha, se encuentran la estrella Aldebarán (la más brillante de Tauro) y, por encima, el planeta Júpiter. Arriba, a la izquierda, Alhena, una de las estrellas que forman los pies de Géminis

M 42 y NGC 1980 son parte de lo que se conoce como la espada de Orión. En esa zona, de una gran riqueza de objetos celestes, se hallan, por ejemplo, M43, El Trapecio, NGC 1973, 1975 y 1977, NGC 1981; en fin, todo un cúmulo de objetos muy atractivos para el astrónomo aficionado que posea un telescopio de cierta potencia. 

Durante todo el mes Júpiter será muy fácil de identificar porque va a estar, más o menos, en esa misma posición.

***


viernes, 31 de enero de 2025

EL CIELO NOCTURNO, FEBRERO 2025


PLANETAS: Mercurio puede verse con gran dificultad durante los últimos días del mes (el día 24, si lo localizáis sobre el horizonte O, podréis ver Saturno a su lado, a un solo grado de distancia). Venus continúa siendo durante todo el mes el faro de las primeras horas de la noche y mañana mismo podrá verse el bonito alineamiento sobre el horizonte OSO (si disponéis de algún pequeño telescopio podréis ver Neptuno en lo que sería el punto debajo de t del nombre del planeta). 

Posición de Venus, Saturno y la Luna mañana, 1 de febrero.

Marte se encuentra situado en Géminis durante todo el mes y el día 9 se encontrará a una distancia realmente muy pequeña con la luna gibosa, como podéis ver en la imagen).

 

Júpiter se encuentra en Tauro y ahí va a estar durante todo el mes. Saturno se va poniendo cada vez más pronto y a finales de mes será difícil verlo porque la luz del atardecer después de ponerse el sol lo va a complicar mucho. Lo volveremos a ver ya será en abril y saliendo de madrugada por el E.


Los planetas visibles a simple vista el 25 de febrero a las 19:25 (hora de Madrid)

LUNA: 12 de febrero, luna llena; 28, luna nueva.
ESTRELLAS FUGACES: Las α-Centáuridas alcanzarán su momento de mayor actividad el 8 de febrero.
SÁTELITES ARTIFICIALES: para saber dónde y cuándo mirar, consultad aquí.

Feliz observación.

***

viernes, 7 de julio de 2023

EL CIELO NOCTURNO EN LA CÁMARA DE ALAIN PAGOAGA

Tormenta sobre el Cantábrico desde la playa de Hendaya con el faro de Higuer a la izquierda.

Coincidí el miércoles con Alain Pagoaga y entre tema y tema surgió el de su dedicación a la fotografía nocturna. Me mandó algunas y yo le pedí permiso para publicarlas y anotarlas. Las dos primeras no necesitan nada más que indicar qué parte del mundo aparece en ellas por si alguien que no conozca el entorno de la bahía de Txingudi pasa por aquí. Los relámpagos, perfectamente captados, son suficientemente expresivos como para llenarnos de admiración.

Tormenta sobre San Marcial.

En las que vienen a continuación, en cambio, creo que es conveniente aportar alguna indicación para disfrutarlas un poquito más, aunque ellas ya son bellísimas de por sí. 

La primera corresponde al 18 de julio de 2020. Aquel mes nos visitó el cometa Neowise, y muchos acudimos a los montes de la zona para poder verlo. Sobre la fotografía de Alain he unido las estrellas que forman las constelaciones de Leo Minor y Lynx. Son estrellas muy débiles y difíciles de ver si no se dispone de un cielo muy oscuro. También se pueden ver algunas estrellas de Leo, Osa Mayor y la Jirafa (Camelopardalis), pero no todas y, desde luego, no las más brillantes ni características, que son con las que hacemos los imaginarios dibujos identificativos.

C/2020 F3 (NEOWISE) sobre el mar, visto desde el monte Jaizkibel.

En la siguiente aparecen las siempre bellísimas Pléyades, pero la mayor parte de la constelación de Tauro, a la que pertenecen, se encuentra tapada por la nubes y la contaminación lumínica. A la izquierda se puede ver el lado más identificativo de la constelación de Auriga con sus dos estrellas más brillantes. En medio y en la parte superior aparece el brazo de la constelación de Perseo.

Cielo nocturno sobre Orthez, visto desde la falda del monte Orhi.

En la última que recojo, aunque tal vez no sea la fotografía más llamativa ni la más espectacular, es la que a mí más me gusta por la enorme sorpresa que guarda. 

Corresponde al cielo del 8 de octubre de 2020 y es la que más tiempo me ha ocupado en identificar lo que en ella podemos ver. Todo empezó a ser más fácil una vez que me aseguré de que el punto brillante mayor correspondía a Marte. A partir de ahí fue relativamente sencillo dar con Diphda (Deneb Kaitos), la más brillante de la constelación de Ballena (Cetus), una constelación que también necesita cielos muy oscuros y cierta experiencia para localizarla. Desde la Ballena fácil era llegar hasta Fomalhaut, la única estrella de Piscis que se distingue con facilidad. Pero la felicidad llegó cuando localicé al siempre escurridizo Neptuno¡Alain lo había recogido con su cámara!—. Identificarlo fue posible gracias a las cuatro estrellitas de Acuario que se ven a su derecha. 

Cielo nocturno mirando hacia el sur.

#elcielonocturno

¡Merci beaucoup, Alain! 
Cette photo est comme un cadeau personnel pour moi.

***


martes, 14 de septiembre de 2021

M1, NEBULOSA DEL CANGREJO

Fuente:NASA, ESA, J. Hester and A. Loll (Arizona State University) - HubbleSite: gallery, release.


Corría el año 1054. Europa caminaba lentamente por la Edad Media. En la península ibérica los hermanos Fernando I y García Sánchez III peleaban en tierras hoy burgalesas, en la iglesia cristiana estallaba el Cisma de Oriente y Occidente y Enrique IV se proclamaba emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, los astrónomos chinos registraban un fenómeno luminoso en el cielo.

Resulta verdaderamente fascinante saber que aquello que vieron, aquel portentoso objeto estelar, podemos verlo en la actualidad con un pequeño telescopio, pero transformado en una borrosa nubecilla de humo. Entonces lo vieron como una supernova, durante más de un año y sin la ayuda de ningún instrumento óptico.

La luminosidad de una supernova puede ser tan grande que resulte visible a simple vista, incluso de día. Pero una vez que ese estallido pasa, lo que queda es una nebulosa, y estas ya no son perceptibles si no nos ayudamos de algún instrumento que amplifique la señal. Y como en aquella época no teníamos telescopios, dejamos de verla. Se perdió. 

Tuvieron que pasar casi 700 años hasta que John Bevis pudiera ver a través de un telescopio el remanente de aquella gigantesca explosión y unos poquitos años más hasta que Charles Messier, que andaba buscando cometas por el cielo nocturno, la catalogara como M1 —hoy, NGC 1952—.

Está tan lejos, 6.300 años-luz, que aunque se expande a la increíble velocidad de más de mil kilómetros por segundo, para nosotros es imperceptible, y parece que esté quieta y siempre igual. ¡Somos tan poca cosa en el acontecer temporal del universo!

***

Hay que buscarla junto a la estrella zeta (ζ) de Tauro, el extremo del cuerno inferior.

Obervar el cielo II (pp 202-3). 

sábado, 3 de julio de 2021

LAS SIETE EDADES, cuatro poemas

Editorial

Sigo leyendo a Glück. Insisto en la idea de la poesía como conocimiento de la que hace gala la autora y me remito a otros comentarios anteriores. Hoy, simplemente, os dejo cuatro poemas del libro.


LAS SIETE EDADES



En mi primer sueño el mundo parecía
lo salado, lo amargo, lo prohibido, lo dulce
En mi segundo sueño descendía,


era humana, no veía nada de nada
bestia como soy

debía tocarlo, contenerlo

me escondí en la arboleda,
trabajé en los campos hasta que quedaron yermos

un tiempo
que nunca volverá-
el trigo seco en gravillas, cajones
de higos y aceitunas

Hasta amé alguna vez, a mi manera
repugnante, humana

y como todo el mundo llamé a ese logro
libertad erótica,
por absurdo que parezca

El trigo cosechado, almacenado; seca
la última fruta: el tiempo
que se acumula, sin usar,
¿también termina?

En mi primer sueño el mundo parecía
lo dulce, lo prohibido
pero no había ningún jardín, solo
la materia prima

Era humana:
había rogado descender 
la sal, lo amargo, lo difícil, lo preventivo

Y como todos tomé, fui tomada
soñé

fui traicionada:

la tierra me fue dada en un sueño
En un sueño la poseí






ISLA



Las cortinas se abrieron. La luz
entrando. Luz de luna, después de sol.
No cambiaba por el paso del tiempo
sino porque cada momento tenía muchos aspectos.


Lisiantos blancos en un florero cascado.
Sonido del viento. Sonido
del agua que lame la costa. Y las horas que pasan, las blancas velas
luminosas, el barco anclado que se mece.


Movimiento aún no encauzado en el tiempo.
las cortinas que se mueven o flamean; el momento
centelleante, una mano
que se retira, luego avanza. Silencio. Y después


una palabra, un nombre. Y después dos palabras más:
otra vez, otra vez. Y el tiempo
rescatado, como un pulso
Entre la inmovilidad y el cambio. El final de la tarde. Lo que pronto


se perderá convirtiéndose en recuerdo; la mente abrazándolo. El cuarto
otra vez reclamado, como una posesión. Luz de sol,
Después de luna. Los ojos acristalados por las lágrimas.
Y después la luna que se deslíe, las blancas velas hinchándose.






LA MUSA DE LA FELICIDAD



Las ventanas cerradas, el sol que asoma.
El sonido de unos pocos pájaros;
el jardín empañado por un ligero vaho de humedad.
Y la inseguridad de la gran esperanza
esfumada de repente.
Y el corazón aún alerta.


Y mil pequeñas esperanzas que nacen,
no nuevas pero sí recién admitidas.
Afecto, comer con amigos.
Y la estructura de ciertas
tareas adultas.


La casa limpia, en silencio.
La basura que ya no es necesario sacar.


Es un reino, no un acto de la imaginación:
y todavía muy temprano,
se abren los capullos blancos de penstemon.


¿Es posible que por fin hayamos pagado
con suficiente amargura?
¿Qué no se exija sacrificio,
que la angustia y el terror se hayan considerado
suficientes?


Una ardilla corre sobre el cable del teléfono,
con una corteza de pan en la boca.
Y la estación demora la llegada de la oscuridad.
De manera que parece
parte de un gran don
que ya no hay por qué temer.


El día despliega, pero muy gradualmente, una soledad
que ya no hay por qué temer, cambios
leves, apenas percibidos…
El penstemon que se abrió.
La posibilidad
de seguir viéndolo hasta el fin.






MEMORIA


Nací prudente, bajo el signo de Tauro.
Crecí en una isla, próspera,
en la segunda mitad del siglo veinte;
la sombra del Holocausto
apenas nos rozó.

Tuve una filosofía del amor, una filosofía
de la religión, ambas basadas
en mis primeras experiencias de familia.

Y si cuando escribí sólo usé unas pocas palabras
fue porque el tiempo siempre me pareció corto,
como si pudieran arrancármelo
en cualquier momento.

Y mi historia, de todos modos, no era única
aunque, como todo el mundo, tenía una historia,
un punto de vista.

Unas pocas palabras fueron todo lo que necesité:
nutrir, sostener, atacar.

domingo, 28 de febrero de 2021

EL CIELO NOCTURNO, MARZO 2021

Lugar de aterrizaje de Perseverance. Fuente: NASA 

Explicación: Vista desde la órbita un día después de la llegada a la superficie marciana, el lugar de aterrizaje de Perseverance se identifica en esta vista de alta resolución del Mars Reconnaissance Orbiter. La imagen de la cámara del orbitador también revela la ubicación de la etapa de descenso de la misión Marte 2020 , el escudo térmico y el paracaídas y la carcasa trasera que dejó Perseverance en la superficie de Marte. Cada recuadro anotado se extiende a lo largo de 200 metros (650 pies) a lo largo del suelo del cráter Jezero. (Texto de la NASA).

PLANETAS: Mercurio es visible sobre el horizonte ESE al amanecer, con menor dificultad los primeros días del mes; el día 5 se encontrará a tan solo 0,3º de Júpiter. Venus no es visible. Marte se ve durante la primera mitad de la noche en Tauro. Júpiter es visible al amanecer sobre el horizonte ESE. Saturno se ve al amanecer sobre el horizonte SE.

LUNA: 13, luna nueva; 28, luna llena.

ESTACIONES: 20 de marzo, equinoccio. Comienza la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur.

SATÉLITES ARTIFICIALES: para saber dónde y cuándo mirar, consultad aquí.

viernes, 15 de mayo de 2020

INVITACIÓN A LA NOCHE (TODOS LOS AUDIOS E ILUSTRACIONES)


Ya he terminado de grabar todos los poemas. Como no he podido realizar la grabación en un solo audio, y para que no andéis buscando por un sitio u otro, dejo aquí agrupadas las cinco secciones y el índice de lo que váis a encontrar cuando os pongáis a escuchar el contenido. 

Primera parte:

Dedicatoria, epígrafe de T. Tasso, "Cúpula primigenia" y primera sección, Donde la mirada aprende que comprende los poemas Osa Mayor, Osa Menor y Dragón. 



Segunda parte: 

Sección Invierno —Orión, Can Mayor, Can Menor, Géminis, Tauro y Auriga— y Primer escolio.


Tercera parte:

Sección Primavera —Boyero, Corona, Hércules, Cabellera de Berenice y Leo— y Segundo escolio.

 

Cuarta parte: 

Sección Verano —Águila, Ofiuco, Cisne, Lira y Escorpión— y Tercer escolio.

 

Quinta parte:

Sección Otoño —Andrómeda, Pegaso, Perseo, Cefeo y Casiopea— más Cuarto escolioEpílogo y ¿Dónde la realidad?


Y para que esté completo el contenido, los dibujos que acompañan a alguno de los poemas, realizados por Irene Rodríguez cuando tenía 14 años (la ilustración de la portada también es suya):

Página 14.

Página 22.

Página 34.

Página 44.

Página 50.

jueves, 9 de mayo de 2019

INVITACIÓN A LA NOCHE, 9

Fuente: Alan Dyer.

TAURO



Aldebarán, Híades, Pléyades…,

un coro de luces

nos devuelve la ilusión de ser

más allá de donde somos.

Aquí conviven los idiomas y los mitos,

y las estrellas se asocian

para hacer la noche más profunda

y el misterio más suave en su hermosura.



Toro semita, dios egipcio

o patrón tornadizo del Olimpo

que se hace más humano por voluble

y más noble por humano,

escruta arábigo nuestro ávido mirar

y somos incapaces de apartar la vista

de este enorme corazón naranja

que bombea luz a 60 años de distancia.

Muy cerca siete ninfas, siete hermanas,

buscan consuelo contándonos su historia.

Pero ¿dónde está Electra?, ¿dónde se esconde?



Otra vez más la cruel injusticia de la guerra

nos ofrece la respuesta.



miércoles, 1 de mayo de 2019

EL CIELO NOCTURNO, MAYO 2019


Pequeño meteoro con la galaxia M33 al fondo. Fotografía de Aman Chokshi.

  • PLANETAS: Mercurio tal vez pueda verse con dificultad al final del mes. Venus es visible al alba sobre el horizonte E. Marte es visible al anochecer hacia el ONO en Tauro la primera quincena y en Géminis la segunda. Júpiter aparece sobre el horizonte ESE un par de horas después de la puesta de sol. Saturno es visible sobre las 3 de la madrugada a principios de mes y va adelantando su salida hasta que a finales aparece por el ESE poco después de la medianoche.
  • LUNA: nueva, el día 4; llena, el 18.
  • LLUVIA DE METEOROS: las Eta-Acuáridas alcanzarán su máximo apogeo entre el 4 y el 6 de mayo.
  • EEI y DESTELLOS DEL IRIDIUM: para saber dónde y cuándo mirar, consultad aquí.




¡Feliz observación!

domingo, 31 de marzo de 2019

EL CIELO NOCTURNO, ABRIL 2019

Cadena de MarkarianSergio Kaminsky. Fuente: NASA.
  • PLANETAS: Mercurio es visible, con dificultad, durante la primera quincena en el horizonte ESE, poco antes de la salida del Sol. Venus es visible al alba sobre el horizonte ESE. Marte es visible durante la primera parte de la noche en Tauro. Júpiter sale sobre las 02:30 (hora peninsular) y se encuentra en Ofiuco. Saturno sale unas dos horas después de Júpiter.
  • LUNA: nueva el día 4; llena el 19.
  • LLUVIA DE METEOROS: la máxima actividad de las Líridas se espera para la noche del 22 al 23.
  • EEI: para saber dónde y cuándo mirar, consultad aquí.
Y no dejéis de ver los vídeos de La costa de las estrellas.


sábado, 29 de abril de 2017

LUNA CRECIENTE (28-04-2017)

Fotografía de Irene RodríguezCámara Nikon, objetvo de 1000mm.

La luna ha comenzado a crecer. El cuarto creciente es todavía muy pequeño, ideal para observar los accidentes del lado oriental que comienzan a destacarse en el terminador —zona del disco lunar que constituye la frontera entre la parte iluminada y la que permanece en la oscuridad—, gracias al cual distinguimos el relieve.

La Luna se encuentra separada del Sol unos 25º —un palmo, aproximadamente, con el brazo extendido—. En esta segunda noche de crecimiento lunar se perciben bien los cráteres Langrenus y Petavius más el borde del Mare Crisium. Debajo, aparece Aldebarán, la estrella alfa de Tauro.

Langrenus recibe ese nombre en recuerdo de Michel Florent van Langren (1598-1675), el primer astrónomo en dibujar un mapa de nuestro satélite. El cráter es un cráter de impacto. Tiene una profundidad de 2,7 km y un diámetro de 132 km.

Petavius es otro cráter de impacto y mayor que el anterior: 3,4 km de profundidad y 177 km de diámetro. Su nombre es recuerdo de Denis Pétau (1583-1652), jesuita francés, muy famoso en su época. Llegó a ser cardenal. 

Aldebarán es la estrella más brillante de la constelación de Tauro y la 13ª del cielo nocturno. Es una estrella gigante naranja, con un radio 44 veces mayor que el del Sol. Está situada a 65 años luz. su nombre viene del árabe y significa "la que sigue" —se supone que a las Pléyades—.

sábado, 1 de abril de 2017

EL CIELO NOCTURNO, ABRIL 2017

HEMISFERIO NORTE



HEMISFERIO SUR


(Vídeos de La costa de las estrellas)

  • Planetas: Mercurio es visible los primeros días del mes en el horizonte ONO durante el crepúsculo. Venus es visible en el horizonte E antes de salir el sol. Marte es visible en el horizonte ONO; comienza estando en Aries y a final de mes se sitúa en Tauro. Júpiter se ve durante toda la noche y este mes alcanza el mayor brillo del año, -2,5. Saturno se ve de madrugada en Sagitario.
  • Luna: llena, día 11; nueva, día 26. 
  • Lluvia de meteoros: las Líridas alcanza su mayor apogeo la noche del 21 al 22 de abril.
  • Estación Espacial Internacional: para saber cuándo y dónde es visible, consultad aquí (depués de seleccionar el país, elegid la ciudad más próxima a vuestra ubicación).
¡Feliz observación!

sábado, 15 de octubre de 2016

LAS HERMOSÍSIMAS PLÉYADES

Fotografía de David Malin, del Observatorio Anglo-australiano
Las Pléyades son uno de los cúmulos abiertos más hermosos que podemos observar en el cielo a simple vista. Forman parte de la constelación de Tauro y podremos verlas durante todo el otoño y el invierno.

Son también uno de los grupos estelares con mayor número de leyendas a sus espaldas. Aparecen en el Mahabharata, en el Popol Vuh, en La Ilíada, en la Biblia, en los relatos mitológicos incas y aztecas, en el Dreamtime australiano... 

En Los Trabajos y los días, de Hesíodo, se puede leer:  Al surgir las Pléyades descendientes de Atlas, empieza la siega; y la labranza cuando se ocultan. Desde ese momento están escondidas cuarenta noches y cuarenta días y de nuevo al completarse el año empiezan a aparecer cuando se afila la hoz.

Curiosamente, son reconocidas como siete hermanas en mitologías sin ningún contacto entre ellas como son la maya, la griega, la australiana y la del pueblo amazonio de kaxinawá.

Dentro de la mitología griega existen varias versiones. Tal vez la más extendida es la que cuenta que fueron perseguidas durante cinco años por el gigante Orión, que se había encaprichado de ellas. Zeus las convirtió en estrellas para librarlas del acoso del gigante cazador.

Este cúmulo estelar está formado por más de 500 estrellas y se encuentra a una distancia de más 400 años luz. Con buena vista y un buen cielo oscuro se pueden distinguir las seis más brillantes: Alcyone, Atlas, Electra, Maia, Merope y Taygeta.

Feliz observación.

sábado, 24 de enero de 2015

LO QUE EL CIELO NOS CUENTA

Sie sprechen eine Sprache,
Die ist so reich, so schön;
Doch keiner der Philologen
Kann diese Sprache verstehn
H. Heine. Buch der Lieder, 1827.

Dámaso Alonso —cito de memoria— tradujo así los versos del poeta alemán:¡Hablan un lenguaje tan rico y tan hermoso!, pero ningún filólogo puede entenderlo. Heine hablaba del lenguaje de las estrellas, de lo que el cielo nos transmite, de lo que la noche, en su profunda oscuridad y belleza, nos transmite. Pero ¿qué es lo que la cúpula celeste nos dice?, ¿a qué se refería Heine cuando escribe que ningún filólogo es capaz de entenderlo?, ¿cuál es el mensaje de las estrellas? Para contestar estas preguntas es necesario tener en cuenta algunas lenguas diferentes a la que hablamos; lenguas que, cuando ejercemos de filólogos, no somos capaces de entender, seguramente, porque las gramáticas al uso nos lo impiden.

En un principio, las sociedades antiguas unieron en una misma esfera el cielo y la religión, es decir, las creencias. El cielo era lo desconocido, lo incomprensible, lo inabarcable. Era, por tanto, la residencia de los dioses, el espacio inescrutable donde habitaban los dioses. Del cielo nos venían tanto los premios como los castigos, lo que debíamos aprender y lo que teníamos que olvidar. Los seres que dominaban el cielo determinaban nuestro destino. Y de ahí surgen las más antiguas narraciones, y es ahí donde se hallan escritas. Asimismo, podemos encontrar en el cielo la primera interpretación de las relaciones que se forjaron entre nosotros, humildes habitantes de la tierra, y los orgullos seres celestiales. Para descubrir ese mundo casi perdido, sólo necesitamos conocer los nombres de las estrellas y de las constelaciones, y un buen libro de mitología. Esa es la primera y más antigua de las lenguas que podemos hallar en los puntos luminosos de la noche. Ésta es una lengua de símbolos y de correspondencias. La más hablada y la más representada durante la historia de la humanidad. Hoy casi perdida.

Nut, diosa del cielo y creadora del universo

Junto con la religión, es decir, junto a los relatos mitológicos, las estrellas nos muestran otra lengua bien distinta. Es una lengua que nos habla del lugar que ocupamos, es un idioma de localización y de saber dónde nos encontramos, y de cuál es el camino que debemos seguir para llegar a nuestro destino. Es éste un idioma que todavía hoy conoce muy bien la gente de la mar y los habitantes del desierto. A partir de la Polar, en el hemisferio norte, o de la Cruz del Sur, en el hemisferio opuesto, ya estamos localizados en el espacio, y si, además, tenemos un conocimiento relativamente bueno de lo que se puede ver en un cielo nocturno, no sólo podremos saber en qué dirección se encuentran los puntos cardinales, sino también movernos con precisión de grados, e incluso minutos. Y todo eso nos lo hacen saber las estrellas, sin necesidad de otros instrumentos. Claro que si el cielo guarda silencio, es necesario recurrir a otros interlocutores. Ésta otra lengua también está en franca decadencia. Los interlocutores modernos —satélites y GPS— la han arrinconado.

La tercera lengua que podemos escuchar mirando las estrellas nació al mismo tiempo que lo hicieron las dos anteriores. Las sociedades antiguas no discernían entre Astronomía y Astrología. No podían hacerlo, pues carecían de conocimientos e instrumentos suficientes para desarrollar esa tarea y, además, ya lo sabemos, el cielo era la casa de los dioses, y a éstos no se les podía discutir nada, sólo interpretar. Lo que el cielo nos decía o creíamos que nos decía, fuese esto lo que fuese, era suficiente para tomarlo en cuenta, puesto que se trataba del deseo de los dioses. La utilización de esta lengua con cierto grado de codificación podemos situarla en Mesopotamia, hace aproximadamente 4000 años, pero toda sociedad antigua tenía su propio código. Estoy hablando, claro está, del Zodiaco, de la “casa de los animales”, esto es, del horóscopo. Y creencias aparte, la verdad es que, todavía hoy, una infinidad de revistas y periódicos recogen todos los días lo que este oráculo pronostica. 

Aclaración necesaria: el zodiaco no es otra cosa que una franja estrecha del cielo visto desde nuestro planeta. Es una banda de la esfera celeste comprendida entre 8º por encima de la eclíptica de la Tierra y 8º grados por debajo de la misma. En ese espacio es donde vemos moverse el Sol, los planetas y las doce constelaciones antes mencionadas. El problema es que ese espacio, con sus doce casillas, fue fijado por Hiparco hace más de 2.000 años y la precesión del eje de la Tierra ha hecho que hoy las fechas no se corresponden con la realidad. Un ejemplo: según el zodiaco el Sol está en Tauro entre el 21 de abril y el 21 de mayo. En la actualidad, el Sol pasa por Tauro entre el 13 de mayo y el 20 de junio. Esta precesión es la que explica, asimismo, la existencia de una tercera casilla: Ofiuco.

Villa Farnese. Bóveda de la Sala Mapamundi. Giovanni Antonio da Varese

Predicciones aparte, hay otra lengua más concreta y más pegada a la tierra en la que el cielo se manifiesta y es tan antigua como las anteriores. En esta lengua intentan decirnos lo que debemos hacer y cuándo debemos llevarlo a cabo. Difícilmente la entendemos los habitantes de las ciudades, pero la gente del campo todavía hoy la recuerda en buena medida. Mejor la interpretaban las antiguas civilizaciones, porque tenían que valerse de ella para saber cuál era el momento adecuado de la recogida o de la siembra, por ejemplo. De esta manera, en el antiguo Egipto, sabían perfectamente que cuando la brillantísima estrella Sirio asomaba por el horizonte poco antes del amanecer, había llegado el momento de preparar la tierra, pues sabían que poco después llegaría la fértil crecida del Nilo. De esta misma manera, en la Edad Media, por citar otro ejemplo, sabían que cuando el Sol empezaba a meterse en Escorpio, tenían que labrar los campos, porque ese era el momento más adecuado. Hoy podemos disfrutar de esos libros magistralmente iluminados, en los que se ven cada una de las faenas acompañadas de la época del año, expresada mediante los objetos celestes.

En otras ocasiones, el cielo, en lugar de hablarnos, produce música. Pero éste es un sonido ya perdido. El gran místico y matemático Pitágoras estaba convencido de que la Tierra se hallaba en el centro del cosmos. Girando sobre ella se encontraba la Luna, el Sol, los cinco planetas visibles a simple vista (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) y las estrellas. Todos estos cuerpos giraban en esferas concéntricas, esferas que, al desplazarse, producían un sonido armónico, audible en las noches más serenas. Él y sus alumnos tenían una concepción ideal del universo, como corresponde a una teoría basada en la relación matemático-musical, más que en la observación directa. De esta forma, suponían que cada esfera, sobre la que se deslizaban los cuerpos celestes, estaba situada en una relación numérica, que era la que correspondía a la relación que se da entre las notas musicales. Cuando Pitágoras descubrió la relación que había entre la longitud de una cuerda y el tono que producía al hacerla vibrar, descubrió también que esta relación es proporcional. Convencido como estaba de que el mundo debe expresar armonía y de que ésta se manifiesta a través de los números, el ilustre griego aplicó este orden a todo el universo. 

Nicolas Oresme. Livre du ciel et du monde

Esta teoría que consideraba el universo como un colosal instrumento de música se mantuvo a través del tiempo, y todavía en el siglo XVII se encontraba en vigor. Lo curioso es que hace poco tiempo, en 2006, un satélite de la Nasa ha descubierto que la atmósfera solar produce sonidos, ultrasonidos en este caso, que son, aproximadamente, unas 300 veces más bajos (graves) de lo que el oído humano puede captar, pero música de las esferas al fin y al cabo.

La quinta y última lengua es, sin duda, la más hermosa y difícil de las lenguas en la que el cielo nos habla. Es una lengua que todavía hoy no entendemos del todo, no porque la hayamos perdido u olvidado, sino porque aún no hemos sido capaces de descifrarla. Es una lengua que nace con el tiempo y el espacio, la más antigua de todas. Es la lengua primigenia. Frecuentemente decimos que somos polvo de estrellas. Es una frase muy poética. Puede parecer, incluso, un poco cursi, pero es real en todo su significado. Gracias a aquellos primeros elementos provenientes de las estrellas y que se depositaron sobre nuestro planeta hace unos 3.800 millones de años, surgió la vida. Sabemos, es cierto, algunas cosas, pero esta lengua se escribe en caracteres subatómicos y su gramática es totalmente distinta a la lengua que expresa lo grande, lo que se ve a simple vista. Posiblemente, la descodificación de todos sus signos nos ofrezca un conocimiento preciso y exacto del Universo y su comportamiento, de la materia en todas sus manifestaciones. Y no es que vayamos a ser mejores, pero si logramos interpretarla correctamente, como mínimo seremos un poco menos ignorantes.

***

Todas estas lenguas. incluida la científico-técnica, han encontrado expresión artística. Al fin y al cabo, dicha representación nació mucho antes de que lo hiciera la expresión teórica y el propio lenguaje escrito. El impulso por dejar constancia visual de preocupaciones, hallazgos y deseos nos acompaña desde las primeras pinturas prehistóricas, hace aproximadamente unos 40.000 años. Ahora bien, como el pensamiento mítico e intuitivo está mucho más extendido que el racional y ha conformado la mayor parte de la historia de la humanidad —la revolución científica no se inicia hasta el siglo XVI—, las representaciones artísticas, en una desproporción abrumadora, aluden a las lenguas simbólicas, que son, lógicamente, las más sugestivas a la hora de producir significados. Todavía en el siglo XIX Herder y Schleiermacher insistían en la naturaleza religiosa del conocimiento y el artista romántico afirmaba que sólo él podía acceder al infinito.

En la actualidad, teniendo en cuenta lo mucho que nos hemos alejado de la cosmogonía antigua y medieval, leer esas imágenes y disfrutarlas requiere de algunas claves interpretativas, pero no se trata nada más que de un pequeño esfuerzo al alcance de cualquier persona. En todo caso, ese pequeño esfuerzo nos ofrecerá el goce de saber qué querían decir nuestros antepasados y cómo entendían el mundo en el que vivían, lo que, en sí, es ya una gran recompensa.