lunes, 11 de marzo de 2024

ARTE Y NATURALEZA

Alisa Andrasek

Arte y naturaleza es una exposición en la que podemos ver la fascinación que el mundo del arte siente por la naturaleza. La naturaleza como elemento de inspiración, como forma a imitar, como punto de partida y de llegada, como aspiración, como reto, como tema central y secundario, como grito de socorro, como refugio, como protección, como parte y como todo, como centro y origen...

En la muestra se exponen piezas de la colección del Musée National d’Art Moderne – Centre d’Art Georges Pompidou. Están ordenadas en cuatro núcleos temáticos: metamorfosis, mimetismo, creación y amenaza. Hay cierto predominio de la pintura, pero también existe una amplia representación de trabajos escultóricos, fotografía, vídeo, instalación, diseño y arquitectura.

O'Keeffe

Le Corbusier

Tanguy

Arp

Calder

Kandinsky


Dubuffet

Kudless

Walsh

Pascali

Andrasek

Andrasek

Neto

Neto

Hasta el 6 de junio en CaixaForum Madrid



***


viernes, 8 de marzo de 2024

CAROLINA CORONADO ("Libertad")

En librerías

Para empezar, un documental de Canal Extremadura, escrito y dirigido por Manuel G. Cano:


Para continuar, una aclaración, una sorpresa y un poema:

Carolina Coronado es un personaje sorprendente por su trayectoria vital, por el contenido y significado de su obra (que puede variar de lo más liberal a lo más tradicional) y hasta por sus patologías. Sea como fuere, y como ocurre con todas las obras, el tiempo y las inclinaciones de cada época van decantando qué parte de ellas permanecen y cuáles serán materia de olvido.

También me resulta sorprendente lo poco reproducido que encuentro este poema, comparable como mínimo en importancia por su denuncia a las famosas redondillas que comienzan con "Hombres necios que acusáis" de sor Juana Inés de la Cruz. Y sorprendente me parece la explicación del origen por parte de la catedrática Anna Caballé cuando afirma (minuto 10') que está escrito al hilo de la ley electoral que acaba de aprobarse (poema y ley son de 1846). 

Muy resumidamente: durante el reinado de Isabel II se producen alternancias entre gobiernos moderados y progresistas. El período 1844-54 es de gobiernos moderados y se aprueba la Constitución de 1845 y la ley electoral del 46. Durante todo el siglo XIX el sufragio era censitario, es decir, restringido a propietarios y de un cierto nivel de rentas, lo que quiere decir que no votaban todos los hombres, ni mucho menos (el voto femenino en España es de 1931, puesto en práctica en 1933). Y aquí está la cuestión: Con la ley electoral de 1837 el cuerpo de votantes era de 635.000; con la ley del 46 se redujo a 99.000 (Historia de España, VVAA, Historia 16, p 793) para una población de más de 15.000.000 de habitantes; es decir, quienes podían votar no llegaba ni al 1%. Es imposible que ninguna persona pudiera hablar de lo contentos que estaban mozos y viejos, porque ni mozos ni viejos iban a poder votar, a no ser que fueran más o menos ricos o pertenecieran a la aristocracia. 

El poema tiene un significado e intención mucho mayores que el de ser respuesta puntual a una ley electoral, menos aún a una ley que restringía de manera ostensible la población con derecho a voto con respecto a la anterior. Se trata de una denuncia general sobre un sistema que ponía todo tipo de trabas a la participación de las mujeres en cualquier espacio colectivo fuera del ámbito familiar y que impedía directamente la participación de la mujer en la política. La primera que se produce en la literatura española de este signo

Es cierto que el poema comienza con el regocijo general de la población masculina, pero esa alegría no encuentra ningún fundamento en el año en concreto en que está escrito y en territorio español. Únicamente podemos entenderlo como una manera de expresar rechazo y denuncia ante ciertos avances políticos y sociales que se venían produciendo a lo largo del siglo por toda Europa, pero que no acogían nunca a la población femenina, lo que sirve de elemento de contraste para aumentar el efecto final; esto es, una hipérbole como recurso estilístico. Carolina es consciente de esos avances políticos, pero recuerda que los logros —pocos, muy pocos mirados desde nuestra época— solamente afectaban a una parte más bien escasa de la mitad de la población. 



LIBERTAD

Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.

Todo es la turba cantares,
los campanarios estruendo,
los balcones luminarias,
y las plazuelas festejos.

Gran novedad en las leyes,
que, os juro que no comprendo,
ocurre cuando a los hombres
en tal regocijo vemos.

Muchos bienes se preparan,
dicen los doctos al reino,
si en ello los hombres ganan
yo, por los hombres, me alegro;

Mas, por nosotras, las hembras,
ni lo aplaudo, ni lo siento,
pues aunque leyes se muden
para nosotras no hay fueros.

¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?

¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?

¡Libertad! ¿pues no es sarcasmo
el que nos hacen sangriento
con repetir ese grito
delante de nuestros hierros?

¡Libertad! ¡ay! para el llanto
tuvímosla en todos tiempos;
con los déspotas lloramos,
con tributos lloraremos;

Que, humanos y generosos
estos hombres, como aquellos,
a sancionar nuestras penas
en todo siglo están prestos.

Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.

Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.

Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!


Si a mí se me diera la posibilidad de salvar del paso del tiempo tan solo cinco poemas de la autora, el que aquí he copiado, formado por una sucesión de trece coplas, sería uno de ellos.

Para disfrutar, su poesía toda recogida en Internet Archive.

Para ver, el album de recuerdos del Museo del Romanticismo sobre Carolina coronado y el catálogo de la exposición que la Biblioteca Nacional dedicó a la
poeta extremeña en 2011.


Y para finalizar, Loretta García Montuenga realiza una lectura de los poemas que hoy más no pueden interesar, acompañada de una breve contextualización:



***


jueves, 7 de marzo de 2024

BREVE PASEO VISUAL POR FRÍAS

Para Diego y Nerea.


Hace exactamente doce años andábamos disfrutando de esa hermosa, pequeña y llena de historia ciudad de Frías. El archivo de fotos me lo ha recordado. 

Unas fotografías, un tiempo compartido con amigos, una manera de recuperar momentos felices y desear que continúen siéndolo, estemos donde estemos. 

Un larguísimo abrazo lleno de cariño y los mejores deseos.

***


BAUDELAIRE

Esta traducción ahora está en Akal
  • Preámbulo:
Sin llegar a la contundencia de Sartrejamás superó el estadio de la infancia (Baudelaire)—, Rafael Argullol escribía en 1994 en Sabiduría de la ilusión: Las flores del Mal es uno de los libros más seductores que se han escrito. Es, asimismo, uno de los más corruptores (...) Es un libro destinado a la seducción y a la corrupción de la juventud. Creo que nadie que lea, por primera vez, Las flores del Mal en edad avanzada se sentirá conmovido.

  • Recibimiento y advertencia que monsieur Baudelaire nos hace:

AL LECTOR

Necedad, error, pecado y tacañería ocupan
nuestras almas, nuestros cuerpos alteran,
y complacientes nutrimos los remordimientos
como los mendigos sus piojos.

Tercos son los pecadores y cobarde el arrepentimiento;
con creces exigimos se nos paguen las confesiones,
y al cieno alegres regresamos creyendo borrar
con viles llantos todas nuestras culpas.

Satán Trigemisto en el cojín del Mal se halla,
mucho mece a nuestro hechizado espíritu,
y ese sabio alquimista vaporiza
el precioso metal de nuestra voluntad.

¡El Diablo maneja los hilos que nos mueven!
Incluso en seres inmundos hallamos seducción;
diariamente hacia el infierno vamos, y sin miedo,
bajando a través de tinieblas hediondas.

A fondo, como a una naranja seca, exprimimos
algún placer clandestino que de pasada robamos
tal un mísero libertino que besa y mordisquea
los martirizados senos de una ramera vieja.

En nuestras mentes se agita un pueblo de demonios,
apiñado e hirviente como un millón de helmintos,
y cuando respiramos fluye en los pulmones
la Muerte, río invisible, con sus apagadas quejas.

Si el estupro, el veneno, el puñal y el incendio
aún no bordaron sus atractivos diseños
en triste cañamazo de nuestra mala suerte,
es que sólo tenemos, ¡ay!, almas no atrevidas.

Hay chacales y panteras, linces y monos,
hay escorpiones y buitres, y también serpientes,
son monstruos que gruñen, aúllan y reptan
en la infame leonera de nuestros vicios,

¡pero uno sobresale por feo, perverso e inmundo!
Aunque no chille mucho y tampoco gesticule,
seguro que a gusto haría de la tierra un caos
y que al mundo se tragaría con sólo bostezar;

¡es el Tedio!, tiene en los ojos lágrimas falsas,
y fuma la pipa mientras con patíbulos sueña.
Lector, ya conoces a tan delicado monstruo,
—lector hipócrita— ¡tú, mi prójimo, mi hermano!

     Traducción: Jacinto Luis Guereña.

Ese es el ambiente. 

  • Final: 
Puesto que hay más entradas antiguas dedicadas a la obra de Baudelaire en el blog, no colocaré más información sobre él de apoyo a la tertulia. Además, aquí hay una de las muchas traducciones completas que se pueden encontrar en internet.




Tumba de Baudelaire y familia, cementerio de Montparnasse.

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miércoles, 6 de marzo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Clara Janés)


FUGACIDAD DE LO TERRENO
Editorial


Todo es de polvo, soledad y ausencia.
Todo es de niebla, oscuridad y miedo.
Todo es de aire, balanceo inútil,
sobre la tierra.


Manos vacías que acarician viento,
ojos que miran sin saberse ciegos,
pies que caminan sobre el mismo trecho
siempre de nuevo.


Vemos sin ver y en la tiniebla estamos.
Somos y somos lo que no sabemos.
Hay en nosotros de la llama viva
sólo un reflejo.


Caen los días en otoño eterno.
Pasan las cosas entre sueño y sueño.
Llega la noche de la muerte. Y calla
nuestro silencio.

De Límite humano, 1970.




GATO COMPAÑERO


No hay nada de ficción,
apenas un diálogo mudo,
no hay comunicación
ni comprensión siquiera del dolor,
no hay compasión.
Hay sin embargo un destino tenaz
de abandono impotente
a seguir siendo


en manos no de lo desconocido
sino de lo absolutamente incognoscible.

De Libro de las alucinaciones, 1980.




AMATISTA

Hurta al rojo su ardiente y noble vena
y al azul la devota condición
y con ambos ornatos constituye
el destello violeta.
Opuesta a la ebriedad es su hermosura
que a los lirios efímeros ofende,
perfecto poliedro que al juicio
el equilibrio presta.

De Lapidario, 1988.




EL ALBA SOPLA PÉTALOS DE LUZ

El alba sopla pétalos de luz.
Vibra el vacío
en invisible movimiento
e invita a orientación.
El secreto del silencio
revela su ser secreto:
la quietud sin fondo
del amor.


De La indetenible quietud. En torno a Eduardo Chillida, 1998.

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martes, 5 de marzo de 2024

NIETZSCHE DESCOMPLICADO, 1

Editorial
Editorial
Quienes frecuentan este espacio saben de mi inclinación por la filosofía, pues de vez en cuando realizo alguna recomendación lectora, siempre dejando las cuestiones técnicas y complicadas, que están más allá de mis posibilidades.

Pero desde hace algún tiempo tengo la enorme suerte de conocer a uno de los especialistas en Nietzsche, Jaime Aspiunza, que es, además, traductor del filósofo germano. No podía perder la oportunidad de aprovechar su conocimiento. Él, muy generosamente, se ha ofrecido al juego de contestar a mis preguntas. 

La propuesta que le hice fue la de ofrecer una visión lo más clara posible del pensamiento de Nietzsche, sin perder la perspectiva de la brevedad. Esto, al fin y al cabo, es un simple blog, no un manual de filosofía. Así, pues, iniciamos hoy algo así como una rápida introducción al pensamiento del filósofo que pueda ser de interés para cualquier persona sin formación propia sobre el tema, ya sea estudiante, curiosa, aficionada o simple lectora de mirada amplia e inquietudes varias.

Antes de publicar la primera aproximación, no me resta nada más que dar efusivamente las gracias al profesor Aspiunza por su desinteresada y amable predisposición.


¿Por qué leer, hoy día, a Nietzsche?

Editorial
Editorial
En primer lugar, porque es un gran prosista, uno de los mejores escritores en lengua alemana, no solo del siglo XIX, sino de todos los tiempos. (Sé que es frase muy manida, y todo especialista en textos se lo atribuye a su patrón —pero es que no lo digo yo, lo decía Thomas Mann, aquel Premio Nobel de Literatura de hace casi 100 años, uno que tenía bigote.)

Ciertamente, Nietzsche no escribe literatura –aparte del Así habló Zaratustra–, cosa que dificulta un poco el disfrute de su escritura, pero si a alguien le gusta leer, esa –la de su magnífica prosa– es ya una buena razón. Además, al haber escrito tanto texto, llamémoslo, aforístico, es decir, relativamente breve pero completo, permite una lectura aislada, ocasional de sus libros.

Es verdad que tiene también algo de poesía, pero relativamente chusca y paródica. Ahí va, en mi mejor versión, no por eso buena, el «Juicio de pájaro»:



Al sentarme en la arboleda

hace poco a descansar,

oí un tictac, tictac suave,

ligero, como en compás.

Enfadado, torcí el gesto,

pero me avine al final;

y acabé, como un poeta,

hablando entre mí en tictac.




Y a saltos haciendo rimas

¡ta-pa-ta!, de verso en verso,

de pronto me sale ¡ja, ja, ja!,

y en un buen rato no cejo.

¿Poeta, tú? ¿Tú, poeta?

¿Tan mal te funciona el seso?

«Sí que es usted un poeta»,

respondió el picamadero.





Así habló Zaratustra puede leerse –y se suele leer– por la belleza y la fuerza de su prosa; otra cosa es que en esa obra vaya a encontrarse, es decir, a entenderse con claridad el pensamiento de Nietzsche.

Una segunda razón es, por supuesto, la actualidad de su pensamiento. Hay una serie de asuntos propios de nuestro presente que Nietzsche ya diagnostica y piensa, hasta tal punto que hoy, bien que retorcidas, algunas de sus conclusiones se han convertido en apotegmas, dogmas de la posmodernidad. Para que se me entienda, por ej., el «no existe la verdad», «todo es interpretación»…

Más allá de esos lemas maltraídos, que quizá haya ocasión más adelante de aclarar, Nietzsche señala y comienza a pensar el nihilismo, una manera de  entender el mundo en que vivimos, o «la muerte de Dios» –son dos maneras de referirse a lo mismo–, descubre también los presupuestos metafísicos y morales de la herencia cristiana en que aún andamos enredados, entre ellos, los del lenguaje y la verdad, que quizá sean hoy los más acuciantes –y no, ciertamente, desde una perspectiva académica, sino– en cuanto problema real y cotidiano, el del sentido de la vida individual, los problemas –atávicos– de la democracia…, y, last but not least, la pérdida de la capacidad de leer y sus consecuencias.

Hace ya 150 años detectaba él un alejamiento de la vida en el gesto del filólogo que leía ¡significados y no palabras! Que se olvidaba de la materialidad del texto –de su sonoridad, su ritmo, de sus connotaciones y referencias– para quedarse aislado en el supuesto pensamiento o ideas que las palabras se supone querían denotar. — Hoy… ¿no estamos hoy en un mundo abarrotado de imágenes y palabras –meras palabras sin cuerpo, hilos flotantes y etéreos, o deletéreos– que se quieren autosuficientes, inaptos para decir verdad, para remitir a la realidad? 

Inmersos, insertos en una burbuja de palabrería –tampoco las imágenes son al efecto otra cosa–, se hace imposible el trato con la realidad, con la realidad en toda su riqueza, quiero decir. Se juzga antes de haber visto, solo por el supuesto consabido sentido de algunas palabras: «arden las redes»; se le da sustancialidad suma a ciertos meros rótulos: toda política de identidades; interesa solo la proliferación veloz y superficial, no la profundización lenta y esforzada; se pretende verter en fórmulas y reglas lo que es el saber de la vida, explicitarlo todo sin entender nada; hablamos de nosotros (y de los otros) como si la base de datos de nuestro léxico fuera el DSM, eso sí, una versión antigua, de libre acceso: «yo, es que, mira, soy un poco entre fluido y bipolar…, vamos, de poco fiar. Tengo también algo de Toc, toc, toc…, como el picamadero.»

Y es que el lenguaje no es un instrumento de comunicación, puede valer para ello, pero no lo es: es parte de nuestra gestualidad, de nuestro cuerpo, de nuestro ser. — Eso es lo que significa que el buscar en las palabras solo ideas –y no gestos, no vida– implique un alejamiento de la realidad (de la vida), una ineptitud que va arraigando y una pérdida de sentido en la vida del individuo, porque, aunque el lenguaje sea parte de nuestro ser, encarna, no obstante, la presencia de lo social, de la tradición y la cultura en cada uno de nosotros. Por lo que estar en comunión con los demás puede ser andar ajeno de sí.

***


lunes, 4 de marzo de 2024

KRISTAL HAUTSIAK / CRISTALES ROTOS


Mapa con las localizaciones


Kristal hautsiak (cristales rotos) es una exposición presente en once escaparates del casco viejo de bilbaíno para protestar y llamar la atención sobre la brutalidad de lo que está aconteciendo en Gaza. 


Esta es la relación de comercios donde puedes encontrar los cristales rotos por el dolor de la guerra:


1. Gili-Gili

2. Izarkom

3. Adaxka

4. Ekoetxea

5. Antitaurina

6. Maldeojo

7. Kaboo

8. La Sinsorga

9. La Dotline

10. Sorgin

11. Ardibeltza 

Hasta el 22 de marzo




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domingo, 3 de marzo de 2024

DAME TUS MANOS OTRA VEZ PARA DECIR ADIÓS


El dueto pertenece a la opereta Viktoria und ihr Husar ( Victoria y su húsar), de Paul Abraham con libreto de Alfred Grünwald y Fritz Löhner-Beda, basada en una obra del dramaturgo húngaro Imre Földes. Es, como se puede intuir por la música y la interpretación un tema con una fuerte carga melancólica, pues se trata de una despedida. Esto es lo que dicen Victoria y su chico:


Él: Einmal, da schlägt für uns die Stunde,
in der wir unser Sehnen einsam tragen.
Ella: Einmal, da blutet eine Wunde,
und du mußt unter Tränen zu mir sagen.

Él: Reich mir zum Abschied noch einmal die Hände
Good night, Good night, Good night.
Schön war das Märchen, nun ist es zu Ende.
Good night, Good night, Good night.

Ella: Still kommt der Abend, wir fühlen es kaum,
Liebe und Glück sind nur ein Traum.
Él: Reich mir zum Abschied noch einmal die Hände
Good night, Good night, Good night.

Ella: Einmal, da wirst du an mich denken,
jedoch dein Mund wird schweigen und nicht fragen.
Él: Einmal, da wirst den Blick du senken,
wenn die verliebten Geigen leise klagen.

Los dos: Mmmm Mmmm Mmmm...
Good night, Good night, Good night
Still kommt der Abend, wir fühlen es kaum,
Liebe und Glück sind nur ein Traum
Reich mir zum Abschied noch einmal die Hände
Good night, Good night, Good night.

Es decir, llega la hora de la despedida, entrelazan las manos y se desean buenas noches y dicen Schön war das Märchen, nun ist es zu Ende (El cuento de hadas era hermoso, ahora se acabó); Liebe und Glück sind nur ein Traum (El amor y la felicidad son solo un sueño). La situación, como véis, no está muy animada.

Dirige: Jochen Rieder.

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sábado, 2 de marzo de 2024

CAROLINA CORONADO Y LAS AURORAS BOREALES

El poema está en la p 345.
 Las auroras polares reciben ese nombre porque se ven desde latitudes próximas a los polos, boreal si son las que se ven en el entorno del polo norte y austral si es en el sur. Seguramente, quien más quien menos, todos sabemos de su atractivo y de su rareza, y hemos visto algún vídeo o alguna fotografía. Yo, incluso, cuando estuve en Islandia, tenía la esperanza de poder ver alguna. No tuve suerte. Sin embargo, en la poesía de Carolina Coronado me encuentro con dos (no uno, dos) poemas que hablan de la aurora boreal. Sé de su biografía y de sus viajes, que no fueron muchos, y sé que nunca sobrepasó el paralelo 60º, ni por el norte ni por el sur. 

Copio uno de ellos, el que más claramente habla de una aurora y de sus efectos luminosos. Está datado en 1848, Ermita de Bótoa, lugar por el que sentía especial atracción, relativamente cercano a su pueblo natal, Almendralejo. Es un largo poema compuesto por 24 octavas reales que recoge las supersticiones que todavía se daban en torno a estas manifestaciones luminosas en el cielo, aunque la ciencia ya había explicado hacía tiempo el origen tanto de cometas como de auroras. Cabe recordar aquí el caso de sor Juana Inés y el cometa de 1680.



ADIÓS DEL AÑO DE 1848

LA AURORA BOREAL



¿Qué es esa claridad que de repente
de la ermita ilumina el campanario,
y del Gévora oscuro la corriente
brillar hace en el campo solitario;
y por qué palidecen de la gente
los rostros al fulgor extraordinario
mientras sus sobresaltos y temores
revelan los ancianos labradores?

«¡Ay de nosotros, ay de nuestra tierra!»
Claman los labradores espantados.
«¿Veis los senos del ciclo ensangrentados?»
«Es anuncio de crímenes... de guerra...»
Mas confunden su voz desde la sierra
los lobos en su aullar, y los ganados
cuyos medrosos, débiles balidos
conjuran nuestros perros con aullidos.

Aparecerse veo las encinas,
agitando sus brazos al relente,
como fantasmas a la luz ardiente
que refleja en sus copas blanquecinas;
y dos tórtolas veo peregrinas,
huyendo de su cima velozmente,
que deslumbradas por la fuerte llama,
temieron el incendio de su rama.

¿Adónde van envueltos en los vientos,
cual nocturnos espíritus errantes,
ésos que con amarse están contentos
desde la cuna sin cesar amantes?
¿Quién les turba la paz ni los acentos
con que entrambos se arrullan palpitantes,
para volar, huyendo de la aurora
a la orilla del Gévora sonora?

Del fresno entre la húmeda enramada
¿van a buscar contra el incendio asilo?
Y ¿adónde encontraré yo una morada
para que pose el ánimo intranquilo?
¿Adónde irá mi alma acobardada
de esta medrosa noche en el sigilo,
contra el fantasma que sufrir no puedo
a guarecerse del horrible miedo?

Emilio, ven, contempla sin enojos
(Emilio era uno de sus hermanos)
los rayos de la luz, que así me inquieta,
y mira si es la luna ese planeta
que yo distingo entre vapores rojos;
porque hace un año que fatal cometa (Cometa de Miss Mitchell)
vieron cruzar mis espantados ojos,
y trajo al mundo universal estrago,
y tengo miedo de su nuevo amago.

Yo tengo miedo, sí, yo confundida
y en mi propia ignorancia avergonzada—
la causa del fenómeno escondida
busco, y en mi saber no encuentro nada;
pero amante del Gévora, la vida
pase a orillas del Gévora apartada,
y a temer aprendí de los pastores
del ciclo los extraños resplandores.

¿Oíste tú contar que desgarrados
como fieras allá los hombres mueren,
y no serán los golpes que los hieren
por los genios maléficos lanzados?
Y cuando están así desesperados,
¿genios no habrá que así los desesperen
sobrehumanos, celestes, infernales
de quienes esas llamas son señales?

No sé lo que será... pero recemos
por todos y por él... ¡genio querido,
ser adorado que jamás olvido
ni en los propios pesares más extremos!
¡ah! que de ese fantasma que tenemos
él hubiera mi mente defendido,
si penetrara aquí por un momento
la luz de su brillante pensamiento.

Hijo del mar, su pensamiento grave
conoce de los astros el camino,
porque el allá en el piélago marino
las noches estudió desde su nave,
y él me dijera, pues que tanto sabe,
por qué del cielo el resplandor divino
tiende esta noche el rubicundo manto
que pone el corazón tan grande espanto.

Yo, si mi mano de su mano asiera,
aun a la luz que temerosa brilla,
en esta misma noche me atreviera
del Gévora a llegar hasta la orilla;
y tal vez más allá de la ribera
la causa hallara fácil y sencilla
de ese fuego que abrasa el horizonte,
en el incendio del cercano monte...

Mas vuelve, Emilio, y mira sin recelo
si la encendida nube ya se aleja;
calma por Dios el fatigoso anhelo
del corazón que ni alentar me deja...
¿Dices que de la luz el ancho velo
por el espacio todo se refleja,
y que ya no se ve sombra ninguna...
ni los luceros, ni se ve la luna?...

¡Qué nos va a suceder! ¡qué nuevas penas
los decretos nos guardan del destino,
si ya de pesadumbres imagino
que están las almas de las gentes llenas!
Y ¿por qué no han de ser puras y buenas
esas luces, que teme el campesino,
y por qué no ha de ser de la montaña
el incendio, tal vez, de una cabaña?...

Tal vez de la cobarde fantasía,
tal vez del conturbado pensamiento
esas visiones son que el alma mía
vio fijas en el rojo firmamento;
tal vez en esta noche oscura y fría
nadie siente el espanto que yo siento
y ven los hombres, sin curarse de ellas,
las ráfagas que absorben las estrellas.

Vuelve otra vez, y mira si se apaga
o si se enciende más... si se enrojece...
y si de algún fantasma que aparece
ves ondear la cabellera vaga—
¿qué es lo que dices? ¿que el incendio crece
y que abrasar el universo amaga
tal vez ¡o niño! te confunde el miedo...
deja que mire... si mirarlo puedo...

¡Ay! es verdad, los rayos que se extienden
amenazando ahogar el vasto mundo,
los espíritus malos los encienden,
y al contemplarlos ya no me confundo;
ya con más claridad los aires hienden,
y aparece el fantasma furibundo,
y es hasta Roma donde el fuego alcanza,
y es sobre Roma donde el fuego lanza.

¡En Roma, en Roma! El fuego está en su cumbre
mira cómo la luz allí se aumenta;
allí chispea la espantosa lumbre;
allí el rojo fantasma se ensangrienta;
allí la alborotada muchedumbre
hace a la cristiandad terrible afrenta...
allí abismado en su dolor sombrío
¡huye a los mares el sagrado Pío!  (Pío IX en 1848 tuvo que huir de la turbamulta revolucionaria)

Mira por qué en los cielos se encendía
con tales rayos la siniestra llama;
mira por qué es la hoguera que derrama
tan fantástica luz al medio día,
mira por qué mí corazón temía,
risueno Emilio, al cielo que se inflama,
porque esa luz en noche tan oscura
era señal de nueva desventura.

Mira con qué furor sus alas bate,
para alejarse el de la adversa suerte;
año del infortunio, del combate,
del contagio, del crimen, de la muerte:
mira por qué a su «adiós» mi pecho late
sin que un instante a serenarle acierte,
porque el postrero adiós de su agonía
envuelto en el incendio nos lo envía.

¿Quién derramó la muerte en las ciudades?
¿Cuáles rayos los pueblos consumieron?
Los pontífices santos ¿por qué huyeron
y fue la humanidad calamidades?
No fueron de los hombres las maldades,
año de destrucción, tus genios fueron;
tu espíritu, no más, fue el enemigo,
que al mundo vino a dar tanto castigo.

Tú, como el huracán de los desiertos
que arrastra a los audaces peregrinos,
has pasado dejando los caminos
con el polvo de víctimas cubiertos;
tú, ya cuando a los muros palestinos
arribaba, tal vez, con pasos ciertos,
has destruido, con tu nube insana,
de una generación la caravana.

Y ¿cómo quieres que tu adiós acoja
la gente sin pavor, cuando en su daño
hiendes la horrible cabellera roja
maligno genio del funesto año?
Cuando en tu triste despedida arroja
el ciclo fuego, y con enojo extraño
viste la noche de color sangriento,
¡cómo decirte «adiós» sin desaliento!

Huye, te dice el pueblo desgraciado,
de quien vinistes a turbar la vida,
y ¡ojalá! ¡que en tus urnas sepultado
fuera el llanto que trajo tu venida!
Los que tanto en tus horas han llorado
te vienen a cantar la despedida:
mas huye, por piedad, más velozmente
mientras te canta el corazón doliente.

Huye, y que deje de mostrar el cielo
ese color de púrpura que espanta,
y que en este dolor que nos quebranta
aurora más feliz alumbre el suelo;
¡huye, y por tanto mal, por tanto duelo,
por tanto lloro, por desgracia tanta,
como dieron al mundo tus peleas,
siempre en los siglos maldecido seas!

Ermita de Bótoa, 1848.


Salgo de la lectura absolutamente confundido y asombrado. ¿Una aurora boreal en Badajoz? 

Sin embargo, en un trabajo publicado en 1856 de Manuel Rico y Sinobas (1819-1898), coetáneo de Carolina y académico de la Reales Academias de Medicina y de Ciencias Naturales, se dice lo siguiente (dejo la grafía de la época, que tiene su valor histórico): 

Aurora boreal del 17 de noviembre de 1848, observada desde diferentes puntos de la Península, como en la Coruña, Cartagena y por el centro de Castilla. El meteoro principió en Valladolid á las 7h y 30m dé la noche, apareciendo con todo su brillo entre las 9h y las 10h; perdió gradualmente su intensidad hasta la 1h y 45m de la mañana, en cuyo momento volvió á recobrar tintas encendidas, que se degradaron suavemente para desaparecer poco tiempo antes del crepúsculo del dia 18. 

La estension que ocupó horizontalmente la Aurora fue la de un arco de 7º á 80°, fijándose los pies del arco boreal sobre las torres telegráficas del cerro de la Maruquesa y la de la cuesta del Manzano en la villa de Cabezón. Los dos puntos aparentes del meteoro señalaban la dirección de N. N. O. á N. N. E., presentándose los pies ó estremos del arco boreal de luz blanco-verdosa intensa. La fuerza de la tinta cambiaba, dando lugar á la idea de un movimiento y traslación de luminosidad entre los estremos de la Aurora, y á la formación en diferentes ocasiones de las Medusas boreales. Por lo demás, el arco claro de la Aurora apareció rebajado en su centro, correspondiendo con el polo magnético de la tierra, y presentando en aquel luz difusa durante el curso total del meteoro.

Cerca del horizonte, y en dirección de Norte á N. N. E., aparecían nubes en forma de cirris negros ó fuertemente oscuros, y cuya altura sobre el horizonte no pasaba de 30m á 1º; encima de aquellas, y sirviendo de base al arco blanco boreal, habia una parte de la atmósfera ó zona iluminada con un color azul rojo vivísimo.

Efectivamente, Carolina Coronado vio la aurora boreal y quedó impresionado por el meteoro. Es más, lo más probable es que viera más de una. El trabajo describe nada menos que ¡35! auroras polares entre 1701 y 1848, 27 correspondientes al siglo XVIII y 8 a la primera mitad del XIX. El trabajo está alojado en la página divulgameteo.es.

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