domingo, 26 de mayo de 2024

EMILY DICKINSON Y LA MÚSICA


Sí, hoy es domingo y toca música, pero como tenemos cerca la tertulia sobre la poesía de Emily Dickinson nada mejor que unir ambas. Aprovecho, pues, para dejar algunos poemas suyos musicados por todo tipo de grupos y tendencias musicales. Doy los poemas en la numeración de Johnson y en la de Franklin para que no tengáis problemas de búsqueda, sea cual sea la edición que manejéis. 
La traducción al castellano que utilizo (excepto la última) es la que realizó Margarita Ardanaz para la editorial Cátedra.

Poema J-249; F-271: 

¡Salvajes Noches – Noches Salvajes!
Estuviera yo contigo
Noches Salvajes serían
¡Nuestro gozo!

Vanos - los Vientos -
Al Corazón en puerto -
A la Brújula hecho -
¡Por la Carta medido!

En el Edén remando -
¡Ah, el Mar!
Pudiera yo amarrar - Esta Noche-
¡En Ti! 

 

Poema J-280; F-340:

Sentía un Funeral, en mi Cerebro,
Los Enlutados iban y venían
Sin parar – hasta que pareció
Que se abría camino el Sentido -

Cuando todos estuvieron sentados,
El Servicio, lo mismo que un Tambor -
Redobla que redobla – y yo pensé
Que mi Mente se estaba entumeciendo -

Y les oí después alzar la Caja
Y su chirrido atravesó mi
Alma Con sus Botas de Plomo, nuevamente,
Luego el Espacio – comenzó a doblar,

Cual si los Cielos fueran la Campana,
Y el Ser, solo un Oído,
Y yo y el Silencio, alguna extraña Raza
Naufragada, solitaria, aquí –

Y luego se le quebró una Tabla a la Razón,
Y me caía más y más abajo -
Y en cada golpe, me daba contra un Mundo,
Y Dejé de saber - entonces - 


Poema J-813; F-1090:

Este callado Polvo fue Damas y Caballeros
Muchachos y Muchachas -
Fue risa y habilidad y fue Suspiros
Y Vestidos y Bucles.

Este Lugar Pasivo, una mansión ligera de Verano
Donde Flores y Abejas
Vive un ciclo Oriental
Luego cesan, como éstos 


Poema J-47; F-64:

¡Corazón!, ¡Lo olvidaremos!
¡Esta noche - Tú y Yo!
Tú puedes olvidar el calor que nos daba -
¡Yo olvidaré la luz!

Cuando hayas terminado te ruego me lo digas
¡Que acaso pueda comenzar de nuevo!
¡Deprisa! No sea que mientras te entretienes
¡Lo recuerde! 


Poema J-254; F-314

Esperanza” es la cosa con plumas –
Que se posa en el alma –
Canta la melodía sin palabras –
Y no se para – nunca –

La más dulce – que en la Galerna – se oye –
Y áspera la tormenta debe ser –
Que abatir pueda al Pajarillo
Que dio calor a tantos –

En la más fría tierra la he oído –
Y en el Mar más ajeno –
Aunque, nunca, en Apuros,
Me ha pedido una miga. 


Poema J-712; F-479:

Porque a la Muerte yo esperar no pude —
Ella por mí esperó amablemente —
La Carroza albergaba a Nosotros tan sólo —
Y a la Inmortalidad.

Fuimos despacio — no conocía Ella la prisa
Y yo había apartado
Mi trabajo y mi ocio
Por Su Amabilidad —

Pasamos por la Escuela donde los niños se afanaban
A la hora del Recreo — en el Patio —
Pasamos por los Campos de Grano todo Ojos —
Pasamos el Ocaso —

O mejor — Él Nos pasó a nosotros —
El Rocío caía frío y trémulo —
Pues de Gasa tan sólo mi Vestido —
Y mi Estola — de Tul —

Nos paramos enfrente de una Casa
Que parecía una Protuberancia sobre el Suelo —
Apenas el Tejado era visible —
La Cornisa — en el Suelo —

Desde entonces — Siglos — y sin embargo
Se hace más corto que aquel Día
En que advertí por vez primera
Que las Cabezas de aquellos Caballos
Apuntaban hacia la Eternidad — 


La primera parte es el mismo poema anterior. En la tercera aparición del grupo vocal el poema que cantan es el J-466 o F-597. La traducción puede ser esta (la coloco para que se entienda el chiste):

Poco — Podrían importarme las Perlas —
Que soy dueña del Ancho mar —
O los Broches — cuando el Emperador —
Con Rubíes — me cubre — 

Este último vídeo lo he colocado aquí como prueba de que casi todos los poemas de Dickinson pueden cantarse con la música de The Yellow Rose of Texas o con la de Gilligan's Island tal y como se puede comprobar en este vídeo de carácter humorístico.

¿Y por qué los poemas de Dickinson son tan fácilmente adaptables a la música? La explicación está en que escribió sus poemas en eso que se conoce como "métrica de balada". Isaac Watts lo explica muy bien en Poets.org (“Issac Watts & Emily Dickinson: Inherited Meter”).

Que la música y la poesía os sean favorables.

***

sábado, 25 de mayo de 2024

26º PREMIO INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA LUIS VALTUEÑA



Copio el texto que acompaña a la presentación de la exposición en la página web del centro cultural, añado los enlaces y alguna fotografía:

Este prestigioso premio, otorgado por Médicos del Mundo desde 1997, reconoce anualmente la excelencia fotográfica de quienes retratan de forma veraz e impactante diferentes problemáticas sociales, injusticias y vulneraciones de los derechos humanos en todo el mundo.

La 26ª edición recoge el trabajo de 5 fotoperiodistas: la ganadora María Clauss, los y las finalistas Nazik Armenakyan, Santi Palacios y Federico Ríos, más la mención especial para Sáshenka Gutiérrez.

16 de abril: La masacre de Bucha: visita guiada con Santi Palacios. A las 17:15 y 19:00, en castellano. Con inscripción previa: lankidetza@donostia.eus / 943481471.
8 de mayo: Jódete Cáncer, mesa redonda con Jordina Arnau y Sandra Monroy. A las 19:00, en castellano.


13 de mayo: Donde no habite el olvido, mesa redonda con María Clauss y Olga Rodríguez. A las 19:00, en castellano.



11 de junio: Armenia: genocidioaren eta gerraren artean milaka urteko herri baten biziraupen zaila, conferencia con Asier Blas Mendoza. A las 19:00, en euskera.






Horarios:
De lunes a viernes: 10:00 - 14:00 / 16:00 - 20:30
Sábados y puentes: 10:00 - 14:00 / 16:30 – 20:00 
Domingos y festivos: cerrado.

Hasta el 15 de junio

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viernes, 24 de mayo de 2024

ALGERNON CHARLES SWINBURNE

Editoial
 Para quien todavía dude sobre los cambios de gustos y tendencias que se producen a lo largo del tiempo el caso Swinburne puede ser un buen ejemplo. Si hoy preguntáramos a un estudiante universitario de literatura por él, seguramente ni le sonaría el nombre. Y creo que la única traducción en castellano de su poesía es esta antología que sacó Hiperión en traducción de Adolfo Sarabia.

A. Ch. Swinburne (1837-1909) alcanzó en vida un éxito tan grande como el de su compatriota Byron. Pero tienen más coincidencias: también pertenecía a la nobleza y su obra provocó tanta atracción como indignación. Decadente, gótico, pesimista, parnasiano. Poseía un excelente oído, lo que dotó a su obra lírica de una magnífica musicalidad. 

Escribe Pujals en su Historia de la literatura inglesa: Una característica de Swinburne es que su inteligencia e imaginación son mucho más vigorosas que sus sentimientos. Por consiguiente, uno de sus principales defectos como poeta es su falta de participación personal en los sentimientos más íntimos de la humanidad. El elemento humano personal, el interés por la vida misma, es lo que le falta en su poesía. Su característica peculiar es el distanciamiento.

El poema "La leprosa" puede ser un buen ejemplo de las características poéticas de este poeta hoy un tanto olvidado:

LA LEPROSA

Mejor sabe el amor que el agua fresca, a fe mía que no hay nada mejor; nada es tan exquisito a quien lo prueba: bien conocíamos esto ella y yo.

En un palacio real le servía licores y manjares opulentos. Por besarla en la frente me moría, no comía ni conciliaba el sueño.

Sabe Dios que no me quiso jamás, yo un pobre escribiente feo y modesto que apartó su capucha clerical por ver sus labios y amoroso pelo.

Me saca de quicio pensar en esto. Sí, por más que Dios siempre me ha odiado y lo hace ahora que besar puedo sus ojos mientras trenzo su peinado

igual que antes caía por su frente, estoy contento de tenerla muerta en esta choza mísera y agreste en que hoy beso sus ojos y cabeza.

Mejor sabe el amor que tiernos frutos bajo nieve; nada hay como el amor, ni ámbar en mar helado —estoy seguro—, bien que conocemos esto ella y yo.

En tres ideas fijas me complazco, primero me complazco y pienso en esto: el dorado cabello de su amado, su boca que incitaba en ella al beso.

Luego recuerdo aquel amanecer que lo llevé por un paso escondido hasta su reja, y cómo allí después ella mimosas palabras le dijo.

(Frías carreras de pequeños pies —sus dos pies albergaría mi mano—. Prodigio es que pudieran sostener el cuerpo enhiesto de aquella a la que amo)

«Dulce amigo, que Dios os lo agradezca. Soy pura ahora y libre de deshonra, y no me llevarán hasta la hoguera por esta dulce falta escandalosa».

Palabra por palabra lo repito. Ella, recostada sobre la cama y sosteniendo sus pies, así dijo. La tercera de que hablé es la más grata.

El Dios que crea el tiempo y lo devasta sin que Él cambie jamás, Dios sempiterno, el cuerpo todo amor que ella habitaba mudó con grave mal, su dulce cuerpo.

El amor es más dulce y placentero que el canto en el collar de la paloma. La escupieron todos, la maldijeron, la echaron por juzgarla indecorosa.

Y pensaron que Dios le había mandado esa cruel maldición por castigarla. Necios eran si no veían claro que a todas en dulzura aventajaba.

El que había acariciado su pelo cegándola con besos en los ojos sintió que, tenso y desnudo, su pecho suspiraba bajo él entre sollozos

salidos de sus labios y garganta, de su cuerpo roto por el amor. La boca de él sufrió de mala gana esas lágrimas que ella derramó.

Sí, aquel en cuyo abrazo por la noche dormía o saltaba su cuerpo ardiente con besos que dejaban moratones, asqueado la huyó como a la peste.

En esta choza agreste la oculté, agua le servía, y mísero pan. El placer de besar una y otra vez su frente me llegó casi a matar.

Se acabó el pan; quedaba solo el agua y cogíamos hierbas y semillas. Tanto placer tenía con besarla que me era igual el sueño y la comida.

Dichoso de servirla, a veces raudas lágrimas resbalaban de mis párpados mojándola, tanto me deleitaba servirla como Dios tiene vedado.

«Vete, deja que muera en solitario, te suplico que me dejes en paz». Dicho esto, cesaron de hablar sus labios junto a los míos, y rompió a llorar.

Yo le dije: «Piensa cómo el amor hizo a los dos correr la misma suerte. ¿He de abandonarte? No quiera Dios. Mi alma estará ligada a ti por siempre».

Sí, por más que Dios nos aborrezca, Él sabe que muy difícilmente en una cosa afloja el amor en la labor que hace hasta que está granada la mazorca.

Seis meses, mas ahora que no vive me vence el desasosiego: no sé si estaría bien cuanto hice y dije o si es que de un detalle me olvidé.

Era demasiado dulce toda ella para haber abandonado la vida a trozos; si su inmóvil boca se abriera algo que ahora olvido ver podría.

Seis meses; sentado en silencio pongo en dos frías palmas sus fríos pies. Su pelo, mitad gris y oro ruinoso, al besarlo me turba y me hace arder.

Me requema el amor, me aguijonea al ver su rostro enjuto hasta los huesos. Sus párpados consiguen que enloquezca, ellos que purpúreos refulgieron.

«Pórtate bien conmigo, que me cansa ya tanta vergüenza,» decía entonces. «Me moriré si tú no dices nada». Y hoy está muerta, y la vergüenza dónde.

Y por el desdén suyo de otro tiempo seguro que sentía desazones. Jamás debí haberla besado, es cierto: la ira de Dios se burla de los hombres.

A mí también ella me habría amado si sólo hubiese sido más sumiso. No vio que la vergüenza da la mano al amor, aunque su vergüenza lo hizo.

Demasiado recibí de mi amor, ganando por mi humilde servicio su gran belleza sin comparación, su rostro y su dulzura, que es lo mismo.

Todo el tiempo que me ocupé de ella sé que recordaba a su antiguo amor, que creció el viejo desdén que sintiera unido al asombro en su corazón.

Tal vez mi amor estuviera mal —la copia torcida y emborronada, que se hace entre tinieblas, de un misal; música estropeada por palabras.

Pero la verdad, querría haberlo hecho todo de la mejor forma. Tal vez porque fracasé, echando algo de menos, ella retuvo en su corazón a él.

Ya todo esto me está dejando a ciegas: ahora quizás ella pueda ver con mayor conocimiento; aún queda la vieja pregunta. ¿No hará Dios el bien?

Traducción: Antonio Rivera Tarabillo

Lo podéis leer aquí en su idioma original.


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jueves, 23 de mayo de 2024

ORIGEN DE LA EXPRESIÓN "TORRE DE MARFIL"

Tumba de Sainte-Beuve, cementerio de Montparnasse

Sobre los artistas que huyen de las fealdades del mundo y se refugian en una obra que solamente se preocupa de resaltar el lado amable del mismo se suele decir que viven en una torre de marfil. Simplificando mucho,tal vez el movimiento más representativo de esta actitud torremarfilista en la historia de la literatura haya sido el Parnaso, cuyo lema era el arte por el arte. El nombre del grupo vino dado por el de la revista en la que publicaron buena parte de sus obras: Le Parnasse contemporaine (1866-1876). 

Tomaron el nombre de Parnaso por la montaña en la que habitaban las Musas, las diosas protectoras de las artes y las ciencias, es decir, de todo cuanto está por encima de las preocupaciones materiales. La ciudad de París dio ese nombre a la colina a la que acudían en el siglo XVII los estudiantes a declamar sus poemas: Montparnasse (monte Parnaso). Y es en el cementerio de Montparnasse donde se encuentra enterrado quien acuñó la expresión torre de marfil en el sentido actual que hoy utilizamos para referirnos a la actitud que mantiene un creador que huye de la fea y sucia realidad.

La expresión aparece por primera vez en el larguísimo poema dedicado a M. Villemain, cuya tercera estrofa es esta:

La poésie en France allait dans la fadeur,
Dans la description sans vie et sans grandeur,
Comme un ruisseau chargé dont les ondes avares
Expirent en cristaux sous des grottes bizarres,
Quand soudain se rouvrit avec limpidité
Le rocher dans sa veine. André ressuscité
Parut : Hybla rendait à ce fils des abeilles
Le miel frais dont la cire éclaira tant de veilles.
Aux pieds du vieil Homère il chantait à plaisir,
Montrant l’autre horizon, l’Atlantide à saisir.
Des rivaux, sans l’entendre, y couraient pleins de flamme ;
Lamartine ignorant, qui ne sait que son âme,
Hugo puissant et fort, Vigny soigneux et fin,
D’un destin inégal, mais aucun d’eux en vain,
Tentaient le grand succès et disputaient l’empire.
Lamartine régna ; chantre ailé qui soupire,
Il planait sans effort. Hugo, dur partisan
(Comme chez Dante on voit, Florentin ou Pisan,
Un baron féodal), combattit sous l’armure,
Et tint haut sa bannière au milieu du murmure :
Il la maintient encore ; et Vigny, plus secret,
Comme en sa tour d’ivoire, avant midi, rentrait.

(Podéis leer el poema completo aquí). 

Lo que nos interesa es el final: y Vigny, más secreto, / como en su torre de marfil, regresó antes del mediodíaDesde entonces Alfred de Vigny (enterrado en el mismo cementerio) quedó estigmatizado como el típico poeta que vivía en su torre de marfil.

Y de oca a oca y tiro porque me toca: cierro el anecdotario en torno a Charles Augustin Sainte-Beuve recordando que era íntimo amigo de Victor Hugo cuando la mujer de este último, Adèle Foucher, se enamoró del primero. La apasionada relación que mantuvieron fue la materia prima de la novela de Sainte-Beuve, Volupté 

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miércoles, 22 de mayo de 2024

TU FIRMA PUEDE SALVAR VIDAS

Fuente: Amnistía Internacional España

Puede que creas que firmar peticiones es un gesto inútil, que no sirve para nada. No es así. Hoy mismo he recibido un correo electrónico de Esteban Beltrán, director de sección española de AI en el que se decía que Zholia Parsi, Neda Parwani, Parisa Azada y Manizha Seddiqi, cuatro mujeres afganas, han sido liberadas de la cárcel en que se encontraban gracias a la presión realizada desde todo el mundo. no es un caso insólito ni aislado. Debería ser más frecuente, pero aunque ocurre con cuentagotas, lo cierto es que la presión que se ejerce enviando peticiones da sus frutos.

Sí, tú firma puede excarcelar personas injustamente encarceladas e, incluso, salvar vidas. Echa un vistazo a la página de AI y envía unas cuantas peticiones. Algo tan sencillo e inocuo como firmar una petición, aunque no lo creas, puede resultar muy valioso.

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UN LIBRO, UN POEMA (Salvador Díaz Mirón)

#unlibrounpoema


Salvador Díaz Mirón (1853-1928) fue un mexicano que vivió en una época agitada social y políticamente. Armas y letras van de la mano. Lord Byron y Victor Hugo son sus ídolos, y un duelo en Orizaba le dejará la clavícula inservible y, como consecuencia, el brazo inútil. Desde 1878 llevará la mano oculta en un bolsillo de la chaqueta; en el otro, para la mano hábil, una pistola.

Rubén Darío, Julio Herrera y Reissig, Leopoldo Lugones y Francisco Villaespesa lo reconocieron como maestro. Antonio Castro Leal escribió sobre él con estas palabras: En la más alta poesía de lengua española tiene un lugar de honor, cerca de Góngora y de Quevedo (Díaz Mirón. Su vida y su obra).

En Veracruz está su casa-museo.

Un par de muestras. En el segundo, "Sursum", sorprenden las semejanzas con el Zaratustra nietzscheano que claramente no pudo haber leído en 1884 y en alemán. Fijaos: el poeta es el superhombre, el héroe de gran alma que trasciende la moral de esclavos del cristianismo.



ASONANCIAS

Sabedlo, soberanos y vasallos,
        próceres y mendigos:
nadie tendrá derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo estricto.

Lo que llamamos caridad y ahora
        es sólo un móvil íntimo,
será en un porvenir lejano o próximo
el resultado del deber escrito.

Y la Equidad se sentará en el trono
        de que huya el Egoísmo,
y a la ley del embudo, que hoy impera,
sucederá la ley del equilibrio.





SURSUM

                                      A Justo Sierra

¡Cuán grata es la ilusión a cuyos lampos
tienen perenne vida los amores,
inmarcesible juventud los campos
y embriagadora eternidad las flores!
¡Cuán vívido es el iris que colora,
magia oriental, la suspirada orilla
y a cuyo hermoso resplandor de aurora
radia hasta el fango que después mancilla!
La verdad, si engrandece la conciencia,
devora el corazón nunca sumiso;
es el fruto del árbol de la ciencia
y siempre hace perder el paraíso.
Mas aunque el bardo mate la quimera
y desvíe y aparte de sus ojos
el prisma encantador, y por doquiera
mire sombras y vórtices y abrojos,
ha de cantar la redentora utopía,
como otra estatua de Memnón que suena
y ser, perdida la esperanza propia,
el paladió de la esperanza ajena!

¡Cuando el mundo, ese Tántalo que aspira
en vano al ideal, se dobla al peso
de la roca de Sísifo, y expira
quemado por la túnica de Neso;
cuando al par tenebroso y centellante
imita a Barrabás y adora al Justo,
y pigmeo con ansias de gigante
se retuerce en el lecho de Procusto;
cuando gime entre horribles convulsiones
para expiar sus criminales yerros,
mordido por sus ávidas pasiones
como Acteón por sus voraces perros;
cuando sujeto a su fatal cadena
arrastra sus desdichas por los lodos,
y cada cual en su egoísta pena
vuelve la espalda a la aflicción de todos;
el vate, con palabras de consuelo,
debe elevar su acento soberano
y consagrar, con la canción del cielo,
no su dolor sino el dolor humano!

Sacro blandón que en la capilla austera
arde sin tregua como ofrenda clara
y consume su pábilo y su cera
por disipar la lobreguez del ara;
vaso glorioso en donde Dios resume
cuanto es amor, y que para alto ejemplo
gasta y pierde su llama y su perfume
por incensar en derredor el templo;
sublime Don Quijote que ambiciona
caer al fin entre el fragor del rayo,
torcida y despuntada la tizona
y abierto y rojo por delante el sayo;
ave fénix que en fúlgidas empresas
aviva el fuego de su hoguera dura,
y muere convirtiéndose en pavesas
de que renace victoriosa y pura…
¡Eso es el bardo en su fatal destierro!
Cantar a Filis por su dulce nombre
cuando grita el clarín: ¡despierta, hierro!
¡Eso no es ser poeta, ni ser hombre!

Mientras la musa de oropel y armiño
execra el polvo por amar la nube
y hace sus plumas con la fe de un niño
y hacia un azul imaginario sube;
mientras Ofelia, con el pecho herido
por Hamlet y sus trágicos empeños,
marcha a las ondas del eterno olvido
cogiendo flores y cantando sueños;
el numen varonil entra en la arena,
prefiriendo al delirio y al celaje
la ciudad con sus ruidos de colmena
y el pueblo con sus furias de oleaje,
y contempla la tierra purpurada,
y toma y alza, con piedad sencilla,
un montón de esa arcilla ensangrentada...
Y ese montón de ensangrentada arcilla
adquiere vida entre su mano estoica,
vida inmortal y fulgurantes alas,
y en él respira una belleza heroica,
como en la estatua de la antigua Palas.

Guardar silencio y poseer la trompa,
la recia trompa a cuya voz no exigua
vendría a tierra con su estéril pompa
el muro hostil de la ciudad antigua;
ser un Aquiles que a la lid prefiera
recordar a Briseida en el retiro,
aunque Patroclo batallando muera…
¡Eso es mentir a Dios! ¡Pero qué miro!
Cual la crin de un raudal que de alto arranca
tus cabellos se agitan... ¡Oh Maestro!
¿Por qué sacudes la cabeza blanca
cual si quisieras arrojar el estro?
¿Por qué no te alzas a la faz de Harmodio
y no repeles, cuando Atenas grita,
esa montaña de calumnia y odio
que sobre tu hombro de titán gravita?
¡Tu Etna será para tu fuerza flojo;
confía en ti y a tu misión no faltes,
que al hado cruel que lapidó tu arrojo
irá el volcán cuando debajo saltes!

¡Rompe en un himno que parezca un trueno!
El mal impera de la choza al solio;
todo es dolor o iniquidad o cieno:
pueblo, tropa, senado y capitolio.
¡Canta la historia al porvenir que asoma
cómo Suetonio y Tácito la escriben!
¡Cántala así mientras en esta Roma
Tiberios reinen y Seyanos priven!
¡Abre la puerta al entusiasmo ausente,
mueve de un grito el desusado gonce
y como a chorros de fusión ardiente
vierte en los mimbres el vigor del bronce!
¡Derrama el verbo cuyos soplos crean
la fe que anima y el valor que salva,
y que a tu acento nuestras almas sean
como tinieblas que atraviesa el alba!
Para el poeta de divina lengua
nada es estéril, ni la misma escoria.
¡Si cuanto bulle en derredor es mengua,
sobre la mengua esparcirás la gloria!

***


martes, 21 de mayo de 2024

JOSÉ ASUNCIÓN SILVA

Editorial
ARS

El verso es vaso santo. Poned en él tan sólo,
un pensamiento puro
en cuyo fondo bullan hirvientes las imágenes
como burbujas de oro de un viejo vino oscuro.

Allí verted las flores que en la continua lucha
ajó del mundo el frío,
recuerdos deliciosos de tiempos que no vuelven
y nardos empapados en gotas de rocío.

Para que la existencia mísera se embalsame
cual de una esencia ignota,
quemándose en el fuego del alma enternecida
¡de aquel supremo bálsamo basta una sola gota!

Hoy tocaba Nietzsche, pero nos hemos tomado un descanso y lo aprovecho para continuar difundiendo poesía escrita en Latinoamérica, que por aquí es poco conocida. 

A José Asunción Silva (1865-1896) le dediqué hace tres semanas la sección Un libro, un poema y dejé grabado el poema que sus exégetas consideran su poema más representativo. Hoy voy a dedicarle esta entrada para dejar alguna nota sobre su biografía y un par de poemas.

Silva representa, como señala Eduardo Camacho Guizado (Historia de la literatura hispanoamericana), el conflicto entre arte y burguesía, es decir, entre lo que la sociedad demanda y el corazón quiere. Hijo de una familia de la aristocracia criolla —su padre es un próspero comerciante de artículos de lujo—, su sensibilidad le inclina hacia quehaceres muy diferentes a los de la actividad mercantil. Viaja a París y en la entonces capital del mundo queda deslumbrado por el gigantesco banquete cultural que allí se ofrece. Pero pronto tiene que volver para ocuparse del negocio familiar. El choque entre la realidad y el deseo es brutal. El negocio irá de mal en peor y, al no poder hacer frente a los acreedores, decide suicidarse. 

31 años vividos no dan para una obra muy extensa. De hecho, entre los títulos que nos dejó solamente uno, El libro de versos, está ordenado por él. Tanto el libro de poemas Gotas amargas, como la novela De sobremesa, fueron editados y organizados póstumamente por sus amistades. Luego están los poemas de juventud y otros de madurez que los editores suelen recoger bajo títulos diversos.

Silva está considerado por sus compatriotas como el poeta colombiano más destacado. De su práctica poética se puede decir que se encuentra a medio camino entre el ambiente romántico y los aires modernistas que ya comenzaban a dejarse notar. 


LOS MADEROS DE SAN JUAN


Aserrín,
aserrán
los maderos
de San Juan,
piden queso, 
piden pan;
los de Roque
alfandoque,
los de Rique
alfeñique,
los de triqui, 
triqui, tran.
¡Triqui,triqui,
triqui, tran!

Y en las rodillas duras y firmes de la abuela,
con movimiento rítmico se balancea el niño
y ambos agitados y trémulos están,
la abuela se sonríe con maternal cariño
mas cruza por su espíritu como un temor extraño
por lo que en lo futuro, de angustia y desengaño
los días ignorados del nieto guardarán.

Los maderos 
de San Juan,
piden queso, 
piden pan,
¡triqui, triqui, 
triqui, tran!

Esas arrugas hondas recuerdan una historia
de sufrimientos largos y silenciosa angustia
y sus cabellos blancos como la nieve están.
De un gran dolor el sello marcó la frente mustia
y son sus ojos turbios espejos que empañaron
los años, y que, ha tiempos, las formas reflejaron
de cosas y de seres que nunca volverán.

Los de Roque, 
alfandoque,
¡triqui, triqui, 
triqui, tran!

Mañana cuando duerma la anciana, yerta y muda,
lejos del mundo vivo, bajo la oscura tierra,
donde otros, en la sombra, desde hace tiempo están
del nieto a la memoria, con grave son que encierra
todo el poema triste de la remota infancia
cruzando por las sombras del tiempo y la distancia
de aquella voz querida las notas vibrarán:

Los de Rique, 
alfeñique,
¡triqui, triqui, 
triqui, tran!

Y en tanto en las rodillas cansadas de la abuela
con movimiento rítmico se balancea el niño
y ambos conmovidos y trémulos están,
la Abuela se sonríe con maternal cariño
mas cruza por su espíritu como un temor extraño
por lo que en lo futuro, de angustia y desengaño
los días ignorados del nieto guardarán.

Aserrín,
aserrán
los maderos
de San Juan,
piden queso, 
piden pan;
los de Roque
alfandoque,
los de Rique
alfeñique,
los de triqui, 
triqui, tran.
¡Triqui,triqui,
triqui, tran!




CREPÚSCULO

Junto a la cuna aún no está encendida
la lámpara tibia, que alegra y reposa,
y se filtra opaca, por entre cortinas
de la tarde triste la luz azulosa.

Los niños cansados suspenden los juegos,
de la calle vienen extraños ruïdos,
en estos momentos, en todos los cuartos,
se van despertando los duendes dormidos.

La sombra que sube por los cortinajes,
para los hermosos oyentes pueriles,
se puebla y se llena con los personajes
de los tenebrosos cuentos infantiles.

Flota en ella el pobre Rin Rin Renacuajo,
corre y huye el triste Ratoncito Pérez,
y la entenebrece la forma del trágico
Barba Azul, que mata sus siete mujeres.

En unas distancias enormes e ignotas,
que por los rincones oscuros suscita,
andan por los prados el Gato con Botas,
y el Lobo que marcha con Caperucita.

Y, ágil caballero, cruzando la selva,
do vibra el ladrido fúnebre de un gozque,
a escape tendido va el Príncipe Rubio
a ver a la Hermosa Durmiente del Bosque.

Del infantil grupo se levanta leve
argentada y pura, una vocecilla,
que comienza: «Entonces se fueron al baile
y dejaron sola a la Cenicientilla;

se quedó la pobre triste en la cocina,
de llanto de pena nublados los ojos,
mirando los juegos extraños que hacían
en las sombras negras los carbones rojos.

Pero vino el Hada que era su madrina,
le trajo un vestido de encaje y crespones,
le hizo un coche de oro de una calabaza,
convirtió en caballos unos seis ratones,

le dio un ramo enorme de magnolias húmedas,
unos zapaticos de vidrio, brillantes,
y de un solo golpe de la vara mágica
las cenizas grises convirtió en diamantes»

Con atento oído las niñas la escuchan,
las muñecas duermen, en la blanda alfombra
medio abandonadas, y en el aposento
la luz disminuye, se aumenta la sombra

¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas,
llenos de paisajes y de sugestiones,
que abrís a lo lejos amplias perspectivas
a las infantiles imaginaciones!

Cuentos que nacisteis en ignotos tiempos
y que vais, volando, por entre lo oscuro,
desde los potentes Arios primitivos,
hasta las enclenques razas del futuro.

Cuentos que repiten sencillas nodrizas
muy paso, a los niños, cuando no se duermen,
y que en sí atesoran del sueño poético
el íntimo encanto, la esencia y el germen.

Cuentos más durables que las convicciones
de graves filósofos y sabias escuelas,
y que rodeasteis con vuestras ficciones,
Las cunas doradas de las bisabuelas.

¡Fantásticos cuentos de duendes y hadas
que pobláis los sueños confusos del niño,
el tiempo os sepulta por siempre en el alma
y el hombre os evoca, con hondo cariño!


La casa en la que vivió los últimos cinco años hoy acoge una institución dedicada a la difusión de la literatura bajo el nombre de Casa de la Poesía Silva.


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