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jueves, 26 de mayo de 2022

OCCIDENS

Gracias, Irene.
Maqueta de la catedral de Pamplona realizada con láminas de metacrilato.

Occidens es una estupenda exposición que la catedral de Pamplona alberga en su interior. Tiene como inspiración el libro del pensador Philippe Nemo¿Qué es Occidente?, y es una hermosa propuesta de reflexión sobre nuestra civilización. O una estupenda excusa para acercarnos a la siempre atractiva Pamplona y descubrir, si no lo habéis hecho ya, sus rincones y su catedral. 

Yo simplemente os dejo algunos cromos sin orden ni concierto como incitación al viaje. Que hablen ellos.











***

Путин, немедленно останови войну!

lunes, 17 de enero de 2022

UN PASEO POR EL ENTORNO DE SALVATIERRA

 Dolmen de Sorginetxe. Al fondo, Salvatierra.

Dolmen de Aizkomendi. El de mayor tamaño en el País Vasco.

Como lunes que es, hoy debería aparecer aquí una recomendación lectora, pero no he recibido nada de la librería correspondiente y he pensado que, en lugar de recomendaros una lectura, podía sustituirla por una propuesta de recorrido histórico-cultural. 

Aprovecho que ayer estuve visitando esa zona y que las fotografías que hice están todavía frescas. Además, con esto de la pandemia, resulta muy saludable la visita, pues no vais a tener ningún riesgo de contagio. 

El paseo lo completé con una visita a las iglesias de Gazeo y de Alaitza, cuyas pinturas son realmente muy interesantes. Eso sí, la visita, desde hace muchos años, solamente es posible con reserva previa, pero resulta muy recomendable porque la realiza personal altamente especializado (profesorado de historia del arte de la UPV); de hecho, resulta algo así como una clase privada y muy amena —gracias, Hugo—.

Las pinturas de San Martín de Tours de Gazeo corresponden al estilo gótico lineal. Son de una gran calidad artística y recogen escenas, fundamentalmente, de la vida de Cristo, siempre dentro de lo esperado en un recinto religioso.

 Cristo ante las fauces del leviatán.

San Juan.
En cambio, las pinturas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción son absolutamente sorprendentes. Nada tienen que ver con la religión, son mucho más esquemáticas, son monocromáticas y narran ¿episodios de la época? aunque no sepamos con exactitud a cuáles se refieren.

Arriba, un ¿cazador? con cuerno; abajo, ¿tres peregrinos?

Vista general.

Si queréis ver más fotografías y ampliarlas, aquí he dejado unas cuantas. Y si queréis apuntaros para realizar alguna vista, estos son los números y la dirección de contacto: 
945 302 931 - 660 766 383 - contacto@alavamedieval.com 
 

sábado, 6 de noviembre de 2021

LOS SEÑORES DE LA DIPU

Los edificios, como cualquier otro objeto o ser vivo, pertenecen a un momento, son la proyección de los gustos, tendencias y querencias de la época en la que nacen.

URDANETA (1508-1568).

El Palacio de la Diputación Provincial es un edificio del último tercio del siglo XIX. Fue diseñado por el entonces arquitecto municipal José Goicoa (1844-1911). Tiene un claro estilo neoclásico, es decir, utiliza elementos de la arquitectura greco-romana para componer la fachada. 

En el ático, justo sobre el entablamento y por debajo del escudo de la provincia, se hallan los bustos de cinco personajes famosos de la provincia, insertos en sendos óculos. Son difícilmente visibles en verano, porque al retirarnos de la fachada quedan tapados por la masa vegetal de las copas de los árboles de la plaza.

ELCANO (1486-1526).

Todos ellos están representados con los trajes y tocados propios de la época en la que vivieron. Son obra de Marcial Aguirre (1840-1900), quien también se encargó del escudo que corona la fachada.

OQUENDO (1577-1640).

No sé si quien pasa por aquí y mira hacia arriba reconoce o no a cada uno de los personajes. No sé si sabe algo de ellos o no. Si los nombres que están grabados en el friso, debajo de cada una de las representaciones, le son familiares. O, si le resultan desconocidos, tiene la curiosidad por saber qué hicieron, a qué se dedicaron, qué es lo que llevó a otras personas de otra época distinta a colocar sus bustos en tan destacado lugar. 

BLAS DE LEZO (1689-1741).

No me voy a ocupar de recoger la vida y milagros de cada uno —pero podéis leerlas porque las he dejado enlazadas en cada uno de sus nombres—. Lo que me llama la atención es por qué estos y no otros; por qué cinco y no seis, u ocho, o diez; por qué en ese orden. No entro a discutir la importancia de ninguno en sus ámbitos de trabajo o actividad, ni quién decidió que fueran precisamente ellos los que ocuparan zona tan noble del edificio. En cualquier caso, la selección es hija de una época.

LEGAZPI (1502-1572).

Aunque, tal vez, la pregunta que me debería hacer es si en este momento hay alguien a quien le importe quiénes eran.

sábado, 30 de octubre de 2021

GUÍA DE LOS PAÍSES Y TERRITORIOS DEL MUNDO

Ejemplar de la biblioteca de Egia.
Lo primero que tengo que decir es que, como fácilmente se puede suponer, yo no he leído página a página este libro. Lo he consultado en algunas ocasiones, y siempre con provecho. También me resulta curioso el distinto protocolo por el que se rigen las bibliotecas de la misma ciudad. Mientras que en algunas se puede pedir un ejemplar en préstamo, ese mismo ejemplar, en otras, solo puede ser consultado dentro de la biblioteca. 

El libro, ciertamente, es una guía que recoge un trabajo gigantesco que debemos agradecer a Julio López Davalillo, profesor de la UNED, pues en él aparece la historia de los 193 países soberanos reconocidos por la ONU. En él podemos encontrar una síntesis de la historia de países tan desconocidos por quien no sea especialista como Sri Lanka, Bután, Vanuatu o Yibuti.

La información se organiza siempre de la misma manera: mapa de situación del país correspondiente; datos estadísticos como población, extensión, capital, natalidad, religión, PIB, etc; geografía física, y el gran apartado dedicado a la historia que es de lo que realmente se ocupa este valioso texto.

Tiene, además, un pequeño trabajo introductorio sobre el mundo al comenzar el S XXI, y otro más de cierre sobre la Organización de las Naciones Unidas. La última página está dedicada a una valiosa bibliografía sobre el tema, que me permito adjuntar:


El libro se publicó en 2004 y en la actualidad es difícil encontrarlo.

sábado, 23 de octubre de 2021

TORRE DE LOS VARONA (Villanañe, Álava)

En recuerdo de Micaela Portilla.

Fachada este.


Hace unos diez días estuve en el encantador Parque Natural de Valderejo. Como fui con unos amigos que no conocían la zona, a la vuelta paramos en Tuesta (la portada de su iglesia merece ella sola una excursión) y en Villanañe. Aquí los llevé a ver la Torre de los Varona —por cierto, es visitable los fines de semana—.

De ella me interesaba mostrarles, sobre todo, la leyenda que justifica el cambio en la grafía del apellido y que prácticamente cuanto sabemos de la casa-torre y sus avatares se debe al trabajo de investigación de Micaela Portilla (Torres y casas fuertes en Álava), de quien me siento orgulloso de haberla tenido como profesora.

Fachada oeste. La fuente está presidida por la efigie de "La Varona", espada en mano.

Pero vamos con la leyenda:

Aunque el origen de la familia se remontan al siglo VIII, los primeros documentos sobre la familia aparecen en el XII y hacen referencia a Miguel Pérez de Barahona. Con "b" y dos aes y "h" intercalada. Cuenta la historia que una descendiente de la casa, María Pérez, luchó junto al rey Alfonso I el Batallador en una campaña a la que ella se había sumado, la cual, gracias a su empuje y bravura, resultó victoriosa. Pero ella combatía disfrazada de hombre. Cuando el rey descubrió que era una mujer, decidió que a partir de entonces los hombres de la familia se llamaran Rodrigo y se apellidaran Varona.

Esta es la leyenda que se cuenta en tierras alavesas; en cambio, si nos vamos a Soria, podemos encontrar otra versión que va un poco (o un mucho) más allá:

Los hechos se sitúan en la época de los enfrentamientos entre Castilla y Aragón. Los hermanos de María, partidarios del bando castellano, se apuntaron a la lucha y quisieron dejar a su hermana en casa, pero ella se puso armadura y se apuntó a la batalla. En el fragor de la misma, se encontraron María y Alfonso frente a frente. En el fragor de la pelea, a ella se le llegó a partir la espada, aun así resultó vencedora y el rey su prisionero. Cuando se alzaron las viseras y se descubrió quién era cada cual, vino la sorpresa de Alfonso y lo del cambio del apellido.

Además, y por rematar la peculiar historia de la familia, mi querida profesora hacía notar en su Torres y casas fuertes en Álava que es un hecho único en el mundo la existencia de una familia que durante doce siglos siga viviendo y acumulando datos desde que se inició la estirpe.

martes, 14 de septiembre de 2021

M1, NEBULOSA DEL CANGREJO

Fuente:NASA, ESA, J. Hester and A. Loll (Arizona State University) - HubbleSite: gallery, release.


Corría el año 1054. Europa caminaba lentamente por la Edad Media. En la península ibérica los hermanos Fernando I y García Sánchez III peleaban en tierras hoy burgalesas, en la iglesia cristiana estallaba el Cisma de Oriente y Occidente y Enrique IV se proclamaba emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, los astrónomos chinos registraban un fenómeno luminoso en el cielo.

Resulta verdaderamente fascinante saber que aquello que vieron, aquel portentoso objeto estelar, podemos verlo en la actualidad con un pequeño telescopio, pero transformado en una borrosa nubecilla de humo. Entonces lo vieron como una supernova, durante más de un año y sin la ayuda de ningún instrumento óptico.

La luminosidad de una supernova puede ser tan grande que resulte visible a simple vista, incluso de día. Pero una vez que ese estallido pasa, lo que queda es una nebulosa, y estas ya no son perceptibles si no nos ayudamos de algún instrumento que amplifique la señal. Y como en aquella época no teníamos telescopios, dejamos de verla. Se perdió. 

Tuvieron que pasar casi 700 años hasta que John Bevis pudiera ver a través de un telescopio el remanente de aquella gigantesca explosión y unos poquitos años más hasta que Charles Messier, que andaba buscando cometas por el cielo nocturno, la catalogara como M1 —hoy, NGC 1952—.

Está tan lejos, 6.300 años-luz, que aunque se expande a la increíble velocidad de más de mil kilómetros por segundo, para nosotros es imperceptible, y parece que esté quieta y siempre igual. ¡Somos tan poca cosa en el acontecer temporal del universo!

***

Hay que buscarla junto a la estrella zeta (ζ) de Tauro, el extremo del cuerno inferior.

Obervar el cielo II (pp 202-3). 

sábado, 16 de enero de 2021

CHU YUAN / QU YUAN, un poema, una historia y una fiesta

Editorial
La poesía china es extraordinaria y lo digo en su sentido más estricto y etimológico. Rompe todas las marcas, se sale, literalmente, de lo ordinario. Su producción es tan abundante que el sinólogo Robert Payne llegó a decir que han escrito más poesía que todas las demás naciones de la tierra juntas (The White Pony). Un dato: La Recopilación completa de la poesía de la dinastía Tang, publicada en el siglo XVIII, reunía casi 50.000 poemas de aquella época y 2.200 poetas. Estamos hablando de un período de tiempo, el de la dinastía Tang, de tan solo tres siglos (618-907). Ese solo dato, con ser impresionante, no me impresiona más que saber del poeta Qu Yuan, o si lo preferís del ministro Qu Yuan.

El hispanista y traductor Guojian Chen nos cuenta su historia así: habiendo trabajado un tiempo como viceprimer ministro de Chu, cayó en desgracia del rey como consecuencia de las difamaciones y calumnias por parte de los ministros y nobles conservadores y fue desterrado dos veces a lejanas tierras salvajes del sur, donde escribió sus obras maestras: Li Sao (Tristeza) y Nueve elegías. Al ver que el país se encaminaba a la ruina y que no podía hacer nada para impedirlo, cayó en profunda desesperación y se suicidó arrojándose al río Miluo, de la actual provincia de Hunan. Según la leyenda, tras conocer la noticia, el pueblo se congregó en barcas en el río. Algunos remaban tocando tambores y gongs para espantar los peces, otros lanzaban tamales al agua para que éstos, hartos de comerlos, no tocaran el cuerpo del poeta, y éste fue el origen de una fiesta tradicional china, la de Barcas de Dragón, que se celebra todos los años el día cinco de mayo del calendario lunar (En la introducción a la Poesía clásica china).

Extraordinario. (No os perdáis el vídeo de la National Geographic, 4 minutos, de esta fiesta declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO).

Y ahora el poema que recogieron Rafael Alberti y María Teresa León en su ya clásica antología de 1960 (Visor la editó en 2003): 


LA MUERTE POR LA PATRIA

Toman las fuertes lanzas y visten su armadura,
los carros mezclan sus ejes, las armas blancas entrechocan.
Oscurecen las banderas el día, los enemigos se amontonan como nubes.
Vuelan y van las flechas y caen, los guerreros rivalizan en coraje.
Pero el enemigo rompe nuestras filas, destrozando nuestro orden de batalla.
A la izquierda, un corcel derribado, a la derecha otro cae herido por el hierro.
Barro y polvo cubren las ruedas y sin embargo los carros avanzan.
Bate retirada el tambor sonoro, se alzan los bastones de marfil,
el destino del cielo nos empuja a la ruina, pero nuestro arrojo y ardor crecen.
Todos los valientes han caído, sus abandonados cadáveres cubren la llanura.
Habían partido hacia el combate. No volverán, partieron sin regreso.
Las llanuras son inmensas y los caminos largos.
Con los grandes sables en la cintura, el arco en la mano,
aunque las cabezas estén separadas del tronco,
se ve que hasta el final su valor no conoció desfallecimiento.
Fueron bravos verdaderos, probado queda vuestro arrojo.
Valientes fueron hasta el fin, nada se puede reprochar.
Vuestros cuerpos están muertos, pero vuestros espíritus llenos del sobrenatural soplo
se convertirán en heroicos genios.

En vida de Qu Yuan (340-278 a.n.e.) los romanos estaban embarcados en las guerras samnitas (aún no habían comenzado las guerras púnicas) y Alejandro Magno acababa de conquistar su imperio. Ninguno de ellos sabía de los otros.

domingo, 8 de noviembre de 2020

MEGALITOS

Aitzetako Txabala

No creo que la Estación Megalítica de Txoritokieta produzca un gran interés en la población en general. Lo que ahí podemos ver no tiene la grandiosidad de Stonehenge, ni de Menga, ni de Carnac. Ni tan siquiera el tamaño del dolmen de Aizkomendi.
 

Más aún, seguramente las familias que acuden a pasar un rato de asueto y de expansión por el monte, y a comer o a merendar los fines de semana que hace buen tiempo, ni tan siquiera se acerquen a mirar. O sí, no lo sé. Tampoco importa mucho.


Lo que me fascina del sitio es esa conexión que, involuntariamente y sin tener conciencia de ella, establecemos con seres y culturas del pasado. Compartimos un paisaje, un territorio, un espacio, en el que alguien buscó algún tipo de protección, algo donde señalar un acontecimiento importante, un rincón en el que, por las razones que fueran, consideró relevante.




Al margen de las piedras y su distribución, las prospecciones arqueológicas no han encontrado ningún otro resto. En algunos casos, incluso, resulta muy difícil reconocer la presencia de los dólmenes que anuncian los carteles que nos avisan de su presencia.


Pero no es eso lo importante. Lo verdaderamente importante es saber que la acción humana, el trabajo realizado, la vida, tiene esa continuidad que nos lleva desde la búsqueda de un lugar propicio para la afirmación, acaso de una creencia o un rito, a un espacio de expansión y ocio compartido, que nos recuerda la excepcionalidad de la vida y también su fragilidad. Cuidémosla.

sábado, 22 de agosto de 2020

HIPARCO DE NICEA

Atlas Farnesio. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
 

Aprovecho esta fotografía, que he recuperado hace poco de cuando estuve en Nápoles, para hacer con ella un recuerdo emocionado del gran Hiparco (190-120 a.n.e.), el astrónomo más importante de la Antigüedad y quien realizó el primer catálogo de estrellas que conocemos. 

Lo interesante de esta obra —que es una copia romana de una escultura helenística perdida— es que el titán sostiene la esfera celeste en la que aparecen las constelaciones que Hiparco catalogó y que Ptolomeo recogió en su Almagesto. En la fotografía se distinguen perfectamente Hydra, Corvus, Crater, Argos y Centaurus.

Pero Hiparco no solo realizó una observación metódica del cielo nocturno para poder confeccionar el mejor y más completo catálogo de estrellas que se había realizado hasta la época. También calculó la distancia que nos separaba de la Luna valiéndose de mediciones del diámetro angular de la sombra que proyecta nuestro planeta sobre ella —su cálculo arrojó una distancia de unas 67 veces el radio de la Tierra, hoy sabemos que son 60 radios—. Es decir, fue el inventor de la trigonometría.

Observó, asimismo, una "estrella nueva" en la constelación de Scorpio. Estrella que no existía y que alcanzó un brillo extraordinario. Él, lógicamente, no podía saber qué era aquello que vio y que hoy conocemos como el estallido de una nova. Pero sí le valió para sacar la conclusión de que el cielo no era algo inmutable y para siempre, tal y como se creía entonces que era y se siguió creyendo durante más de 1.500 años después de él.

Él fue, igualmente, el primero en clasificar las estrellas por su brillo. Las agrupó por magnitudes, desde la primera a la sexta magnitud. Esa escala, aunque muy perfeccionada, ya que hoy tenemos instrumentos ópticos que nos permiten la medida del brillo con toda exactitud, es la que seguimos utilizando. Y ese trabajo lo hizo sin ningún instrumento, tan solo con una observación paciente y reiterada.

En fin, Hiparco fue a quien debemos la división del día en veinticuatro horas. Él tomó el sistema sexagesimal de los babilonios (división de la circunferencia en 360 grados y cada grado en 60 minutos) para realizar su división geométrica de la Tierra en meridianos. Aunque la división en horas de igual duración no se generalizó hasta la invención del reloj mecánico en el siglo XIV, esto también se lo debemos al genio de Nicea.

Fue una lástima que con la llegada del mundo romano se abandonaran estos conocimientos y que fuera tomando cada vez más importancia esa deformación de la astronomía que es la astrología. La comodidad de las creencias fue ganando terreno al esfuerzo del estudio.

martes, 28 de julio de 2020

CONDORCET, EL FANATISMO Y UN CRÁTER EN LA LUNA

Fuente: Wikipedia.
El caso Condorcet es uno de esos ejemplos que ilustran de manera lamentablemente trágica la estupidez de algunos momentos estelares de la historia, aunque para ser más exacto debería escribir la profunda visceralidad e irracionalidad de determinados movimientos sociales.

Nicolas de Condorcet fue una persona con una inteligencia especialmente dotada. Destacó en vida por sus trabajos matemáticos, pero tal vez hoy sea más apreciado por su papel dentro del movimiento ilustrado y por su defensa de las libertades. 

Julie de Lespinasse dijo de él que era un alma sosegada y moderada en el curso ordinario de la vida, que se convierte en ardiente y fogosa cuando se trata de defender a los oprimidos o de defender lo que aún le es más querido: la libertad de los hombres (citado por Torres del Moral en Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano). Pero dejemos las opiniones y vayamos a los hechos.

Como otros muchos ilustrados, cuando estalla la Revolución francesa, Condorcet no solo se siente ilusionado por la posibilidad de que surja una nueva sociedad acorde a los principios de progreso, conocimiento, justicia y libertad que han estado extendiendo y defendiendo diariamente en sus textos los ilustrados, sino que participa activamente en ella. Fue elegido miembro del Consejo Municipal de París, luego representante de la Asamblea Legislativa. Gracias a él se introdujo la idea de laicismo en la enseñanza, defendió el voto femenino, se oponía a la pena de muerte y era partidario de la reconstrucción pacífica del país.

Sin embargo, cuando todavía estaba redactando el Bosquejo para un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano, el espíritu humano deja de progresar y los jacobinos le declaran fuera de la ley por haber criticado la constitución elaborada por la Convención Nacional. Intenta huir, pero es reconocido y apaleado. Le encierran en la prisión de Bourg-la-Reine y, dos o tres días después, allí muere, antes de que fuera enviado a la guillotina. 

Por desgracia, no ha sido la única persona en la historia de la humanidad víctima de la intolerancia y el fanatismo ideológico, pero resulta dolorosamente irónico que quienes como él han dedicado su vida y sus capacidades a defender la libertad de los demás, la pierdan a manos de quienes se reclaman libertadores.

***
Afortunadamente la Unión Astronómica Internacional fue más benévola con su memoria y le asignó un cráter junto a Mare Crisium. Tímido y esquivo —solo se ve relativamente bien las dos  primeras noches de luna creciente, después queda sumido en el brillo blanco del reflejo de la luz solar que inunda toda la superficie—, pero allí está.

Así es como lo veo yo con mi reflector.


Así se ve con un refractor:

Y así con prismáticos:

PS: Las tres imágenes de la Luna han sido realizadas con Virtual Moon Atlas.

domingo, 5 de julio de 2020

FERMAT EN LA ARCADA DE LA PLAZA DEL CAPITOLIO DE TOULOUSE


Toulouse, como otras muchísimas ciudades, tiene atractivos suficientes para pasar unos días disfrutando de sus encantos. Uno de ellos, no demasiado conocido, está en la arcada de la bellísima Plaza del Capitolio, concretamente en el techo de la misma. Allí está recogida de forma gráfica la historia de la ciudad. De ello se encargó el artista francés Raymond Moretti (1931-2005), quien en 29 pinturas recogió los hechos y los personajes más destacados de la ciudad. 

Lo mejor que se puede hacer para aproximarse a ellos y saborearlos tranquilamente es hacerse con una relación de todos ellos —preguntad en la oficina de turismo—, sentarse en cualquiera de las mesas de los cafés que hay en los mismos soportales, mirar hacia arriba e ir descubriendo poco a poco la historia que hay detrás de cada uno. La referente a Jean Calais ya la conté en otro momento. Hoy me voy a ocupar de este abogado curioso a quien su afición le llevó a convertirse en uno de los matemáticos más importantes del siglo XVII.

Pierre Fermat (1601-1665).
Lo que me atrae de él es lo atípico de su caso, lo que de singular tiene, pues toda su vida profesional estuvo dedicada a la judicatura e incluso llegó a alcanzar el más alto nivel en la Corte Criminal en 1652. Además de las leyes y los números, se le daban bien las lenguas de las que dicen que dominaba seis. Pero su pasión fueron las matemáticas. 

Trabajó en los ámbitos de la mecánica, la óptica, la probabilidad y la geometría, y su método para encontrar los valores máximo y mínimo de una función —dicen quienes saben de ello— preparó el camino para el cálculo infinitesimal. De su afición por los números, me encanta eso de que tuviera en jaque durante 350 años a matemáticos de todo el mundo intentando demostrar lo que se llamó la Conjetura de Fermat:

Si n es un número entero mayor que 2, entonces no existen números enteros positivos x, y y z, tales que se cumpla la igualdad:




El misterio se acabó cuando fue demostrado por Andrew Wiles en ¡1995! ayudado por Richard Taylor.

El bueno de Fermat bien se merece el lugar que ocupa entre los paneles de la arcada y hasta una buena jarra de cerveza o lo que queráis tomar, sentados en alguna de las mesas de los cafés que se extienden a lo largo de los soportales.

sábado, 4 de julio de 2020

LA IMPORTANCIA DEL DETALLE

El concierto de flauta. Menzel. Fuente: Google Arts&Culture.
Lo bueno que tiene la pintura realista es que pone atención en los detalles e intenta llevar al lienzo una parte de lo que acontecía, es decir, tiene un valor documental.

La intención de Menzel (1815-1905) está en la figura central, Federico II, y en ofrecer modelos a la nación de los que sentirse orgullosa. Cuando se compone este lienzo (1852), estamos ante el nacimiento de los nacionalismos y los alemanes todavía tenían muy reciente la humillación causada por Napoléon, primero; por el fracaso de la revolución del 48, después.

Pero lo que a mí más me interesa de esta obra es la extraordinaria captación de los detalles por parte de su autor. De hecho, se estuvo documentando minuciosamente para recoger esta escena, que se solía producir con relativa frecuencia en la sala de conciertos del palacio de Sanssouci (Potsdam), más o menos, cien años antes de que la pintara.

Federico II, monarca ilustrado donde los hubiere, fue un habilidoso flautista que lo demostró en numerosas ocasiones. A sus conciertos se acudía solamente por invitación directa y eran muy pocas las personas que podían disfrutar de ese privilegio. Gracias al trabajo de documentación de Menzel, sabemos quiénes son todas cuantas aparecen en este lienzo. Y gracias a su representación realista también sabemos qué pasaba por las mentes de algunas de ellas.

Sabemos, y se nota, que a Bach, a Carl Philipp Emanuel Bach, un músico de enorme valía, no le hacía mucha gracia eso de ser un mero acompañante del solista, pero tuvo que hacerlo durante 28 años. Sentado delante del clavecín, da la impresión de que sigue con atención la interpretación del flautista, pero si nos fijamos un poco más podemos percibir un cierto aire de displicencia y medida distancia.



Pero el rincón que más me gusta a mí es el de la izquierda, donde tres personajes de la época responden de muy diferente manera ante el concierto. De izquierda a derecha se encuentran J. F. von Bielfield, escritor y estadista, absolutamente embelesado con la interpretación de su jefe. Luego, G. A. von Gotter, un burgués que supo hacer carrera en la política de la época y disfrutar de cuanto la vida le ofrecía (y se nota). Y, por último, el gran Maupertuis, un hombre de ciencia que formuló el principio de mínima acción y demostró que la Tierra está achatada por los polos. A este último el concierto no parece que le interese mucho y pone mayor interés en las pinturas del techo. 


De esta pintura me encanta la forma de reflejar cuatro maneras de ser y cuatro formas de estar ante una misma situación. Casi un estudio psicológico, sin pretenderlo, del ser humano y sus motivaciones. El análisis se puede extender al mismo Federico y a las cuatro mujeres que aparecen sentadas, pero no resulta  tan "amable".
***

A manera de documento, aquí tenéis unos minutos de una serie emitida en Alemania, donde se recoge el encuentro entre Bach (padre) y Federico el Grande, fruto del cual surgió la Ofrenda musical, BWV 1079:  

sábado, 27 de junio de 2020

A PROPÓSITO DE GIORDANO BRUNO

Relieve de bronce de Ettore Ferrari. Fuente: Wikipedia.
Leí hace pocos días un excelente trabajo de Álvaro Bayón sobre el Poema a mis verdugos, que suele aparecer en sitios de internet insistentemente atribuido a Giordano Bruno. En el artículo el autor demuestra que la autoría es del portugués Guerra Junqueiro (1850-1923). 

Lo que me sorprende del caso no es la verdadera autoría del poema ni la pertinaz atribución de la misma, sino la admiración por el pensador italiano: Desde que conozco la figura de Giordano Bruno siempre me ha parecido fascinante. El cómo vivió, y sobre todo, el cómo fue juzgado y murió, convirtiéndose prácticamente en un mártir del pensamiento libre y del rechazo a la autoridad como fuente de información fiable. Prácticamente cualquier persona que se reconozca a si misma librepensadora reconoce, o en mi opinión, debería reconocer en Giordano a un pionero que murió por defender la libertad de pensamiento.

Cada cual puede tener los héroes que quiera y sentirse fascinado por quien le parezca. Pero no creo que el hecho de que fuera víctima de la Inquisición aporte más valor a su pensamiento. Una cosa es la brutalidad de la persecución y el asesinato de miles de personas por parte de aquella bárbara institución religiosa y otra bien distinta que quienes fueron asesinados por ella tuvieran una obra digna de admiración.

Como se recuerda en la Enciclopedia Oxford de Filosofía, Bruno fue un filósofo que pretendió derrocar el aristotelismo y reemplazarlo por su propio, ecléctico y a menudo contradictorio sistema filosófico. Combinando la astronomía de Copérnico con la metafísica de Nicolás de Cusa y el atomismo de Lucrecio (p 148).            

Pero tal vez un par de citas del propio G. Bruno sean más clarificadoras de las convicciones del italiano:

Así, el universo es único, infinito e inmóvil (...) No es creado, pues no existe ningún otro ser que él pudiera anhelar o esperar; tiene todo el ser en sí. No perece, pues no existe ninguna otra cosa en la que pudiera transformarse. Él mismo lo es todo. No puede crecer ni disminuir, pues es infinito; e igual que no puede añadírsele nada, tampoco nada puede quitársele (Sobre la causa, 5º Diálogo). 

Este otro texto lo recojo de la Historia universal de la Filosofía, de H. J. Störig:

Buscamos a Dios en las leyes inalterables e inflexibles de la naturaleza, en la venerable disposición de un espíritu que se rige por estas leyes, le buscamos en el resplandor del sol, en la belleza de las cosas que nacen del seno de nuestra madre tierra, el verdadero destello de nuestro ser, en la visión de innumerables estrellas que lucen, viven, sienten, piensan, en el limbo inconmensurable de un cielo, y le cantan alabanzas al que es todo bondad, todo uno, al supremo.

Es admirable, sin duda, la enorme independencia con que defendió siempre sus ideas. Como admirable era la voluntad de exponer a contracorriente de todas las demás convicciones las suyas propias. Esto le llevó a peregrinar por multitud de ciudades y universidades europeas, así como a enfrentarse con católicos, luteranos y calvinistas. Desconozco cuál es la frontera entre la tenacidad y la obstinación. Pero sí tengo claro que G. Bruno no fue un científico (a Galileo muchas de sus afirmaciones le producirían simplemente risa), ni tampoco un filósofo de la talla, por ejemplo, de Descartes o de Bacon

jueves, 28 de mayo de 2020

LA HISTORIA EMPIEZA EN SUMER

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La historia empieza en Sumer es uno de esos libros maravillosos que ayudaron a toda una generación a descubrir los inicios de la civilización; que entusiasmó a quienes ni tan siquiera sabíamos colocar en el mapa ciudades como Kish, Uruk, o Lagash; que deslumbró a quienes renegaban de la Historia Antigua, y que hizo ver a los amantes de la cultura antigua egipcia que la Antigua Mesopotamia podía ser tan apasionante y atractiva como el Egipto de los faraones.

Clásico de la historiografía moderna, es, sin ninguna duda, uno de los libros de divulgación histórica que más ha hecho por despertar el interés hacia esta ciencia en la juventud de los años sesenta y setenta, comparable a títulos como Dioses, tumbas y sabios o El otoño de la Edad Media, y tan imprescindible como ellos. Para quien no tenga ningún aprecio por la divulgación histórica, debo decir que se lee como un cuento.

Lo que hizo Kramer fue un ímprobo trabajo de traducción de tablillas de escritura cuneiforme. Con el material que recogió, organizó diferentes apartados para ofrecernos un cuadro vívido e interesantísimo de lo que era la vida en Sumeria, desde la escuela hasta las creencias religiosas, desde la organización político-administrativa hasta los primeros conocimiento científicos.

Aquí se pueden leer historias tan entrañables —cito títulos de capítulos— como la de El primer ejemplo de "pelotilla" en la escuela, La primera edad de oro imaginada por el hombre, El primer parlamento, El primer caso de plagio literario, El primer Noé, La primera ética, El primer canto de amor..., del que os dejo el texto (de mayor interés literario que cuantos escribió Enheduanna, pero de esta no sabemos el nombre):

Esposo, amado de mi corazón.
Grande es tu hermosura, dulce como la miel.
León, amado de mi corazón,
grande es tu hermosura, dulce como la miel.

Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti;
Esposo, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti;
león, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.

Esposo, déjame que te acaricie;
mi caricia amorosa es más suave que la miel.

En la cámara llena de miel,
deja que gocemos de tu radiante hermosura;
león, déjame que te acaricie;
Mi caricia amorosa es más suave que la miel.

Esposo, tú has tomado tu placer conmigo;
díselo a mi madre, y ella te ofrecerá golosinas;
a mi padre, y te colmará de regalos.

Tu alma, yo sé cómo alegrar tu alma;
esposo, duerme en nuestra casa hasta el alba.
Tu corazón, yo sé cómo alegrar tu corazón;
león, durmamos en nuestra casa hasta el alba.

Tú, ya que me amas, dame, te lo ruego, tus caricias.
Mi señor dios, mi señor protector,
Mi Shu-Sin, que alegra el corazón de Enlil,
dame, te lo ruego, tus caricias.

Tu sitio dulce como la miel, 
              te ruego que pongas tu mano encima de él,
pon tu mano encima de él como sobre una capa-gishban,
cierra en copa tu mano sobre él 
              como sobre una capa-gishban-sikin.
Éste es un poema-balbale de Inanna.

Pero Kramer no nos ofrece las traducciones sin más, sino que nos cuenta la aventura de cómo dio con los textos, dónde y en qué estado se encontraban, el significado que tenía ese descubrimiento o esa traducción primera en su momento (estamos hablando de los años 50) y nos sitúa en el contexto histórico en que fueron escritas aquellas palabras. Una delicia.

Alianza Editorial realizó hace pocos años una nueva edición prologada por el especialista en Historia Antigua, Federico Lara Peinado. Él mismo es entrevistado para comentar las cualidades del autor y las del libro en este breve programa de la UNED: