Maqueta de la catedral de Pamplona realizada con láminas de metacrilato. |
Yo simplemente os dejo algunos cromos sin orden ni concierto como incitación al viaje. Que hablen ellos.
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Maqueta de la catedral de Pamplona realizada con láminas de metacrilato. |
Dolmen de Sorginetxe. Al fondo, Salvatierra. |
Dolmen de Aizkomendi. El de mayor tamaño en el País Vasco. |
Como lunes que es, hoy debería aparecer aquí una recomendación lectora, pero no he recibido nada de la librería correspondiente y he pensado que, en lugar de recomendaros una lectura, podía sustituirla por una propuesta de recorrido histórico-cultural.
Aprovecho que ayer estuve visitando esa zona y que las fotografías que hice están todavía frescas. Además, con esto de la pandemia, resulta muy saludable la visita, pues no vais a tener ningún riesgo de contagio.
El paseo lo completé con una visita a las iglesias de Gazeo y de Alaitza, cuyas pinturas son realmente muy interesantes. Eso sí, la visita, desde hace muchos años, solamente es posible con reserva previa, pero resulta muy recomendable porque la realiza personal altamente especializado (profesorado de historia del arte de la UPV); de hecho, resulta algo así como una clase privada y muy amena —gracias, Hugo—.
Las pinturas de San Martín de Tours de Gazeo corresponden al estilo gótico lineal. Son de una gran calidad artística y recogen escenas, fundamentalmente, de la vida de Cristo, siempre dentro de lo esperado en un recinto religioso.
Cristo ante las fauces del leviatán. |
San Juan. |
Arriba, un ¿cazador? con cuerno; abajo, ¿tres peregrinos? |
Vista general. |
URDANETA (1508-1568). |
ELCANO (1486-1526). |
OQUENDO (1577-1640). |
BLAS DE LEZO (1689-1741). |
LEGAZPI (1502-1572). |
Ejemplar de la biblioteca de Egia. |
El libro, ciertamente, es una guía que recoge un trabajo gigantesco que debemos agradecer a Julio López Davalillo, profesor de la UNED, pues en él aparece la historia de los 193 países soberanos reconocidos por la ONU. En él podemos encontrar una síntesis de la historia de países tan desconocidos por quien no sea especialista como Sri Lanka, Bután, Vanuatu o Yibuti.
La información se organiza siempre de la misma manera: mapa de situación del país correspondiente; datos estadísticos como población, extensión, capital, natalidad, religión, PIB, etc; geografía física, y el gran apartado dedicado a la historia que es de lo que realmente se ocupa este valioso texto.
Tiene, además, un pequeño trabajo introductorio sobre el mundo al comenzar el S XXI, y otro más de cierre sobre la Organización de las Naciones Unidas. La última página está dedicada a una valiosa bibliografía sobre el tema, que me permito adjuntar:
Fachada este. |
Fachada oeste. La fuente está presidida por la efigie de "La Varona", espada en mano. |
Aunque el origen de la familia se remontan al siglo VIII, los primeros documentos sobre la familia aparecen en el XII y hacen referencia a Miguel Pérez de Barahona. Con "b" y dos aes y "h" intercalada. Cuenta la historia que una descendiente de la casa, María Pérez, luchó junto al rey Alfonso I el Batallador en una campaña a la que ella se había sumado, la cual, gracias a su empuje y bravura, resultó victoriosa. Pero ella combatía disfrazada de hombre. Cuando el rey descubrió que era una mujer, decidió que a partir de entonces los hombres de la familia se llamaran Rodrigo y se apellidaran Varona.
Esta es la leyenda que se cuenta en tierras alavesas; en cambio, si nos vamos a Soria, podemos encontrar otra versión que va un poco (o un mucho) más allá:
Los hechos se sitúan en la época de los enfrentamientos entre Castilla y Aragón. Los hermanos de María, partidarios del bando castellano, se apuntaron a la lucha y quisieron dejar a su hermana en casa, pero ella se puso armadura y se apuntó a la batalla. En el fragor de la misma, se encontraron María y Alfonso frente a frente. En el fragor de la pelea, a ella se le llegó a partir la espada, aun así resultó vencedora y el rey su prisionero. Cuando se alzaron las viseras y se descubrió quién era cada cual, vino la sorpresa de Alfonso y lo del cambio del apellido.
Además, y por rematar la peculiar historia de la familia, mi querida profesora hacía notar en su Torres y casas fuertes en Álava que es un hecho único en el mundo la existencia de una familia que durante doce siglos siga viviendo y acumulando datos desde que se inició la estirpe.
Fuente:NASA, ESA, J. Hester and A. Loll (Arizona State University) - HubbleSite: gallery, release. |
La luminosidad de una supernova puede ser tan grande que resulte visible a simple vista, incluso de día. Pero una vez que ese estallido pasa, lo que queda es una nebulosa, y estas ya no son perceptibles si no nos ayudamos de algún instrumento que amplifique la señal. Y como en aquella época no teníamos telescopios, dejamos de verla. Se perdió.
Tuvieron que pasar casi 700 años hasta que John Bevis pudiera ver a través de un telescopio el remanente de aquella gigantesca explosión y unos poquitos años más hasta que Charles Messier, que andaba buscando cometas por el cielo nocturno, la catalogara como M1 —hoy, NGC 1952—.
Está tan lejos, 6.300 años-luz, que aunque se expande a la increíble velocidad de más de mil kilómetros por segundo, para nosotros es imperceptible, y parece que esté quieta y siempre igual. ¡Somos tan poca cosa en el acontecer temporal del universo!
***
Hay que buscarla junto a la estrella zeta (ζ) de Tauro, el extremo del cuerno inferior.
Obervar el cielo II (pp 202-3). |
Editorial |
El hispanista y traductor Guojian Chen nos cuenta su historia así: habiendo trabajado un tiempo como viceprimer ministro de Chu, cayó en desgracia del rey como consecuencia de las difamaciones y calumnias por parte de los ministros y nobles conservadores y fue desterrado dos veces a lejanas tierras salvajes del sur, donde escribió sus obras maestras: Li Sao (Tristeza) y Nueve elegías. Al ver que el país se encaminaba a la ruina y que no podía hacer nada para impedirlo, cayó en profunda desesperación y se suicidó arrojándose al río Miluo, de la actual provincia de Hunan. Según la leyenda, tras conocer la noticia, el pueblo se congregó en barcas en el río. Algunos remaban tocando tambores y gongs para espantar los peces, otros lanzaban tamales al agua para que éstos, hartos de comerlos, no tocaran el cuerpo del poeta, y éste fue el origen de una fiesta tradicional china, la de Barcas de Dragón, que se celebra todos los años el día cinco de mayo del calendario lunar (En la introducción a la Poesía clásica china).
Extraordinario. (No os perdáis el vídeo de la National Geographic, 4 minutos, de esta fiesta declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO).
Y ahora el poema que recogieron Rafael Alberti y María Teresa León en su ya clásica antología de 1960 (Visor la editó en 2003):
Aitzetako Txabala |
Atlas Farnesio. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. |
Aprovecho esta fotografía, que he recuperado hace poco de cuando estuve en Nápoles, para hacer con ella un recuerdo emocionado del gran Hiparco (190-120 a.n.e.), el astrónomo más importante de la Antigüedad y quien realizó el primer catálogo de estrellas que conocemos.
Lo interesante de esta obra —que es una copia romana de una escultura helenística perdida— es que el titán sostiene la esfera celeste en la que aparecen las constelaciones que Hiparco catalogó y que Ptolomeo recogió en su Almagesto. En la fotografía se distinguen perfectamente Hydra, Corvus, Crater, Argos y Centaurus.
Pero Hiparco no solo realizó una observación metódica del cielo nocturno para poder confeccionar el mejor y más completo catálogo de estrellas que se había realizado hasta la época. También calculó la distancia que nos separaba de la Luna valiéndose de mediciones del diámetro angular de la sombra que proyecta nuestro planeta sobre ella —su cálculo arrojó una distancia de unas 67 veces el radio de la Tierra, hoy sabemos que son 60 radios—. Es decir, fue el inventor de la trigonometría.
Observó, asimismo, una "estrella nueva" en la constelación de Scorpio. Estrella que no existía y que alcanzó un brillo extraordinario. Él, lógicamente, no podía saber qué era aquello que vio y que hoy conocemos como el estallido de una nova. Pero sí le valió para sacar la conclusión de que el cielo no era algo inmutable y para siempre, tal y como se creía entonces que era y se siguió creyendo durante más de 1.500 años después de él.
Él fue, igualmente, el primero en clasificar las estrellas por su brillo. Las agrupó por magnitudes, desde la primera a la sexta magnitud. Esa escala, aunque muy perfeccionada, ya que hoy tenemos instrumentos ópticos que nos permiten la medida del brillo con toda exactitud, es la que seguimos utilizando. Y ese trabajo lo hizo sin ningún instrumento, tan solo con una observación paciente y reiterada.
En fin, Hiparco fue a quien debemos la división del día en veinticuatro horas. Él tomó el sistema sexagesimal de los babilonios (división de la circunferencia en 360 grados y cada grado en 60 minutos) para realizar su división geométrica de la Tierra en meridianos. Aunque la división en horas de igual duración no se generalizó hasta la invención del reloj mecánico en el siglo XIV, esto también se lo debemos al genio de Nicea.
Fue una lástima que con la llegada del mundo romano se abandonaran estos conocimientos y que fuera tomando cada vez más importancia esa deformación de la astronomía que es la astrología. La comodidad de las creencias fue ganando terreno al esfuerzo del estudio.
Pierre Fermat (1601-1665). |
El concierto de flauta. Menzel. Fuente: Google Arts&Culture. |
Relieve de bronce de Ettore Ferrari. Fuente: Wikipedia. |
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