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viernes, 8 de noviembre de 2019

EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 10)



La actualidad de Shakespeare —los clásicos siempre son actuales— tal vez se perciba mejor en esta obra más que en ninguna otra por su profundo carácter metafórico y su aire travieso y juguetón.

Hay muchas historias en esta historia de amor, y hay también muchos planos en esta obra tejida desde la fantasía, pero en la que la realidad no deja de asomarse. Jugar con diferentes horizontes y distintas historias es algo que al bueno de Shakespeare se le da muy bien, pero aquí lo borda.

Por un lado están los personajes reales con sus historias de amor cruzado; por otro, los habitantes del bosque, los seres imaginarios; y, para que no falte de nada, también aparecen los cómicos, a medio camino entre unos y otros, y acaso, las piezas de una historia menos conscientes de ella, pero no menos necesarias.

Sin embargo, los protagonista indiscutibles son Titania y Oberón, reina y rey de hadas y de duendes, cuyas desavenencias conyugales son el motor que impulsa la acción, que, como todo el mundo sabe, transcurre durante una deliciosa noche de verano, la noche de San Juan, en un bosque encantando.

Ya sabemos que el amor es ciego y más si nos encontramos bajo los efectos de un filtro amoroso. Así le va a ocurrir a Titania, quien se enamora ciegamente de un pobre cómico transformado en asno. Necesario es recordar aquí que este animal era considerado en la antigüedad como símbolo de la potencia sexual.

El hechizo de amor de Oberón, que Puck reparte a diestro y siniestro, es el preludio de lo que casi llega a ser una orgía a la que se ven empujados no solamente Titania y Fondón (convertido en burro), sino también Demetrio, Helena, Lisandro y Hermia. 

Como alguien ha dicho, el sueño que viven las parejas durante una noche del solsticio de verano es el mismo del que se va a despertar la cultura europea tres siglos más tarde, cuando Freud proclame la necesidad de examinar cada uno de los nuestros —los sueños— para llegar a conocer cuáles son nuestros impulsos y deseos más profundos.


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Si no tenéis el texto a mano, siempre podéis recurrir a alguna de las múltiples interpretaciones dramáticas o adaptaciones cinematográficas que se han realizado. O a esta de la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid que generosamente han colgado en YouTube. Y que el fin de semana os sea propicio.

martes, 9 de abril de 2019

HAMLET (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 1)



No existe monólogo más famoso que el de Hamlet en el tercer acto de la obra homónima; ni existe generación, cultura o moda que no haya ofrecido su propia interpretación de la misma. Sin llegar a la entrega de la juventud alemana de comienzos del XIX, que convirtió al príncipe danés en su ídolo y modelo para encontrar el sentido de la vida, es cierto que el poder de atracción de esta obra y de su personaje protagonista supera cualquier otro de la historia de la literatura y nos empuja, desde que lo descubrimos por primera vez, a indagar en las profundas cuestiones de la existencia.

Hamlet es la obra más compleja de Shakespeare, la más extensa —Bloom no cree que se llegara a representar nunca de forma completa en su época— y la que mejor representa el genio creativo de su autor, capaz siempre de ofrecer una perspectiva más rica y con más matices de una historia ya conocida, que gracias a la reescritura que realiza de ella, se transforma en un texto universal, donde cada vez que lo leemos aprendemos algo nuevo.

Posiblemente la universalidad del teatro de Shakespeare lleve consigo su mayor dificultad para acercarnos a él. Es tan familiar que tenemos la impresión de ya conocido. Es lo que ocurre con todas las obras de las que se habla en todas partes y a todas horas. Es necesario vencer esa pereza, coger el libro y adentrarse en sus páginas. Ni tan siquiera una buena representación de la misma nos va a ofrecer tantas satisfacciones como una lectura sosegada. 

El resto es silencio.

martes, 18 de junio de 2019

ENRIQUE IV (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 5)

Shakespeare creó otro personaje tan atractivo como Hamlet para el drama histórico Enrique IV: Hal (el príncipe Enrique), aunque quede oscurecido por el esplendor de Falstaff, mucho más popular por su carácter ingenioso, vitalista y pendenciero. De hecho, la cultura popular inglesa le ha ofrecido figuritas con las que juegan los niños y ha dado su nombre a numerosas tabernas. Por donde pasa Falstaff, reina la fiesta, se come y se bebe sin medida, se fornica y se cuentan historias con la única condición de que sean atractivas, no importan que sean o no verídicas. En el mundo de Falstaff la vida es, o intenta ser, un fiesta sin fin, un juego permanente, una transgresión de la "normalidad".

Hal, el futuro Enrique V, es su aprendiz. Del borrachín Falstaff (fall:caída / staff:bastón) aprende cuanto hay que saber para poder reinar. Las tabernas son el mejor lugar para que un príncipe conozca a su pueblo. Del cálculo y la táctica nos habló Maquiavelo en su famosa obra. Y Hal aprende bien la lección. Cuando al final de la segunda parte se convierta en el nuevo rey, su compañero de correrías será apartado de su lado. El poder no se puede permitir una imagen de borracho ni de sentimental. 

Enrique IV forma parte de la tetralogía que Shakespeare escribió sobre la Historia de Inglaterra: Eduardo III, Ricardo II, Enrique IV (primera y segunda parte) y Enrique V. Todas ellas transcurren durante el convulso período de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra (1337-1453). Un período con suficientes elementos reales como para inspirar una profunda reflexión sobre el poder y la ambición. El fabuloso ingenio del dramaturgo no perdió la ocasión.

Acto V, final de la primera escena. La batalla está próxima. Falstaff no le oculta a Hal ni su miedo ni su deseo: 

—Quisiera que fuese la hora de ir a la cama y que todo marchase bien. 

Hal replica desabrido: 

—¡Diablo! ¡Debes a Dios una muerte! (en inglés: Why, thou owest God a death —en la traducción se pierde el juego de palabras entre "deuda" y "muerte" que en la época isabelina estaba muy presente al pronunciar la última palabra death-debt).

Falstaff queda solo y responde así al endiablado juego de palabras:

—No está debida aún, y me repugnaría pagarla antes de su fecha. ¿Qué necesidad tengo de meterme donde no me llaman? Bah, esto no es nada. El honor me aguijonea hacia adelante. Sí; pero ¿qué, si el honor me aguijonea hacia atrás cuando avance? ¿Es que el honor puede reponer una pierna? No ¿O un brazo? No. El honor ¿no tiene, pues, ninguna habilidad en cirugía? No. ¿qué es el honor? Una palabra. ¿Qué es esa palabra de honor? Aire. ¡Un adorno costoso! ¿Quién lo posee? El que murió el miércoles. ¿Lo siente? No. ¿Lo oye? No. ¿Es, pues, una cosa insensible? Sí, para los muertos. Pero, ¿no podría vivir con los vivos? No ¿Por qué? La denigración no lo sufriría; por tanto, no lo quiero. El honor es un simple escudo de armas..., y así acaba mi catecismo.

Traducción de Luis Astrana Marín.

lunes, 13 de abril de 2020

LA FIERECILLA DOMADA (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 17)


La primera vez que leí La fierecilla domada tenía dieciséis años y no me gustó. Hoy, con muchos más años a la espalda, sigue sin gustarme, pero al menos se me ha pasado ese extraño sentimiento de culpabilidad. Admito sin problemas que no todo shakespeare tiene la misma calidad ni el mismo empuje humano. Y no es que me descoloque ese prólogo que a nada conduce y de cuyos personajes no sabemos nada más una vez adentrados en el primer acto. Es que la disparatada e injustificable historia que el primerizo Shakespeare nos cuenta no se sostiene en casi ninguno de sus cimientos.

Enunciada la mayor, reconozco que hay escenas y parlamentos sueltos que no solamente harían reír al público de su época, bien distinta a la nuestra, sino también al público actual. El surrealismo estrambótico de lo que podríamos reconocer como el rapto de Catalina (act III, final esc 2) no deja de tener su gracia, dentro del disparate que supone recurrir a las armas en casa amiga. Veamos: vuelve el séquito de familiares y amigos de celebrar la boda y Petrucho (el casado) dice sentir no poder quedarse a la celebración. Todo el mundo manifiesta su estrañeza y le ruega que se quede como mínimo al banquete, pero el novio sigue en sus trece:

PETRUCHO: Irán a comer, Kate, si tú se lo mandas. Obedeced a la novia los que habéis formado su séquito; id a la fiesta, levantad buena algazara, divertíos señoreando; bebed abundantemente por su virginidad, sed alegres, hasta la locura... o id a que os ahorquen. En cuanto a mí, hermosa Kate, debes venir conmigo... No, no me mires altanera, no patalees, no mires azorada, no te encolerices... Quiero ser dueño de lo que me pertenece. Catalina es mi bien, mis muebles; es mi casa, mi ajuar casero, mi campo, mi granero, mi caballo, mi buey, mi asno, mi todo. Y aquí está: que se atreva alguien a tocarla. Haré sentir mi fuerza al más orgulloso que se atraviese en mi camino a Padua. Grumio, echa mano a la espada, estamos sitiados de ladrones. Salva a tu ama, si eres hombre. No temas, mi querida moza, nadie te tocará, Kate; yo te escudaré contra un millón de enemigos.

Pero que esta obra no me guste a mí, no quiere decir que pueda gustar a otras personas. Yo, por si acaso, aquí dejo el montaje que hicieron para Estudio 1 en 1979 bajo la dirección de Francisco Abad.


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Y no te olvides de mandar mensajes de ánimo a los enfermos que se mantienen aislados en los hospitales.

viernes, 17 de abril de 2020

LOS DOS HIDALGOS DE VERONA (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 19)

Los dos hidalgos de Verona no es una de las comedias más populares Shakespeare, pero sí es una de las más ligeras y divertidas, y tiene la ventaja de contar con un personaje desternillante, bueno dos, él y su perro. Lo que viene muy bien para una reclusión tan larga y sostenida como la que estamos padeciendo. Oidle hablar:

LANZA: ¡He aquí lo que son las cosas! Cuando un criado se porta con su amo como un perro, todo va mal. Éste es un animal a quien ha criado desde su más tierna infancia y a quien salvé de un naufragio con tres o cuatro hermanos y hermanas ciegos. Lo he instruido tan cuidadosamente como quien hubiera de decir: "Así se educa a un perro". Mi amo me había mandado ir a ofrecer como regalo a doña Silvia, pero en cuanto entré en el comedor, emprendió carrera en derechura a la despensa y se apoderó de una pierna de capón. ¡Oh! ¡Es terrible que un perro no sepa portarse bien en sociedad! Para mí un perro debiera proponerse ser un verdadero perro, un perro en todo y por todo. Gracias a que he tenido el ingenio de decir que había sido yo el culpable, que si no, tan seguro como estoy aquí que acabo en la horca. Vais a juzgar. Imaginaos que debajo de la mesa del duque se mezcla en la compañía de tres o cuatro perros bien nacidos. No hacía dos minutos que estaba allí, cuando —advertí esto— el olfato de todos los convidados notó su presencia. "¡Fuera ese perro!" —dice uno—. "¿Qué perro es ése?" —dice otro—. "¡Echadle!" —añade un tercero— . "¡Que lo ahorquen!" —exclama el duque—. Yo, cuya nariz hacía mucho tiempo que estaba enterada, reconocí a mi Crab. Fui al encuentro del que ya blandía el látigo y le dije: "Amigo, vais a zurrar a ese perro, ¿no es eso?..." "¡Vive Dios! ¡Pues claro!" —me contestó—. "Eso será una injusticia —repliqué—, pues he sido yo quien ha cometido la falta". Con lo que, sin más ceremonia, me echaron a la calle a puntapiés. ¿Qué amos harían otro tanto por sus criados? ¡Palabra de honor! Infinitas veces he pisado la cárcel por robar mi perro pasteles. En una ocasión me pusieron en la picota por haber matado él unas ocas. Y ahora... ¡Sinvergüenza, has olvidado ya todo eso! ¡Granuja! ¡Recuerdo la partida que me has jugado al despedirme de doña Silvia! ¿No te había encomendado tener fijos en mí los ojos y hacer cuanto yo hiciera? ¿Cuándo me has visto a mí levantar la pierna y ensuciar las faldas de una dama? ¿Cuándo me has visto cometer semejante falta de educación? ¡Dilo! (act IV, esc 4).

En esta comedia vais a encontrar algunas de los recursos típicos que luego aparecerán en otras obras —digo luego porque esta es una de las primeras obras de Shakespeare—: una mujer que recurre al disfraz de hombre; la distinción de personajes de distintas clases (clase alta, clase baja; amos y criados); el bosque como escenario, con el simbolismo que supone... En fin, esas cosillas marca de la casa.

Más necesario me parece advertir que estamos situados en un momento histórico en el que las relaciones de amistad eran consideradas en algunos aspectos más nobles y merecedoras de elogio que las relaciones entre amantes. Esto explica el final, que pueden resultar sorprendente para algunas personas en la actualidad. 

No he encontrado una representación digna en castellano, pero sí esta otra en inglés que, si domináis el idioma, estoy seguro de que os va a gustar.



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Y no te olvides de mandar mensajes de ánimo a los enfermos que se mantienen aislados en los hospitales.

sábado, 25 de mayo de 2019

EL REY LEAR (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 4)


Para Elena, que ayer me sorprendió como lectora de este espacio 
y en la convicción de que disfruta tanto leyendo a Shakespeare como yo.

El rey Lear es una de las grandes tragedias del universo shakespeareano; sin embargo, sufrió los reproches de fabulosos creadores como Samuel Johnson, Goethe o Tolstoi. Parece ser que el público de otras épocas soportaba mal esta tragedia y, así, fue modificada hasta el punto de que en muchas ocasiones se le llegó a dar final feliz, como en el caso de la versión de Nahum Tate (1681).

Sin duda, esta es la tragedia más terrible de las que escribió Shakespeare. El absurdo juego de medir el amor con que se abre la obra, de entender el sentimiento más noble como una fábrica de bienes, muestra la corrupción del sentido de la palabra. Lear apela a la generosidad, pero nos damos cuenta de que este pobre rey anciano no ha entendido lo que es la generosidad ni el amor. Por eso está incapacitado para comprender la sincera respuesta de la menor de sus tres hijas, Cordelia. A partir de ahí, la historia se irá transformando en una auténtica historia de terror.

Independientemente de las lecturas políticas e históricas que queramos hacer, la obra es una profunda reflexión sobre la condición humana y su extravío absoluto. Como apreció Northrop Frye, la palabra naturaleza y todos sus derivados aparecen con profusión en ella. El episodio de la tempestad que leemos es el símbolo de que su protagonista ha sido obligado a pasar al orden más bajo de la naturaleza, ha sido desposeído de su naturaleza humana y es ya una bestia más entre las bestias. Cuando se pierde la humanidad, nada nos queda. Esto es lo que hace que esta tragedia sea la más terrible de todas cuantas escribió el bardo inglés, y que no deberíamos dejar de leer nunca para no olvidar la fragilidad, el absurdo también, de la naturaleza humana.

¿Por qué un perro, un caballo, una rata han de tener vida y tú ya ni el aliento?

Esta es la versión del histórico Estudio 1, emitida hace más de medio siglo, el 12 de mayo de 1967, con Manuel Dicenta en el papel del rey Lear.


sábado, 5 de marzo de 2022

SHAKESPEARE POETA

 

Volvemos al Shakespeare poeta después de trece años en las tertulias irundarras. Este recorrido por lo más selecto de la poesía universal que iniciamos en enero de 2020 nos deja ahora ante los 154 sonetos que escribió el más grande autor de teatro de todos los tiempos. Hacerse con ellos es muy fácil. Las traducciones son numerosas y todas las bibliotecas tienen alguna, cuando no más de una. Hasta yo, que no soy especialista, cuento con cuatro ediciones distintas. Y, como último recurso, si no encontráis nada mejor, aquí está el cuadernillo que preparé para aquella ya lejana tertulia de 2009, que tuvo la suerte de contar con la colaboración en la distancia del profesor José Ángel García Landa, de la Universidad de Zaragoza.

Y para quien carezca absolutamente de tiempo, no le interese el formato papel o tenga problemas con la vista, este audiolibro en formato vídeo donde Artur Mas, lector especialista con numerosa obra grabada, os lee nada menos que una treintena de ellos:


De y sobre el Cisne de Avon podéis encontrar mucho material en este mismo espacio, pues durante la etapa dura de la pandemia, durante el confinamiento, me dediqué a releerlo y le fui dedicando una entrada por cada obra. Así, pues, cuenta con etiqueta propia.

Guild Chapel, donde John Shakespeare, padre de William,ordenó cubrir las
pinturas. Era el chambelán de la ciudad y tenía que cumplir el mandato de Isabel.

Su tumba.

La casa donde nació.


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Путин, немедленно останови войну!

domingo, 23 de diciembre de 2018

LA SEMILLA DE LA BRUJA (la grandeza está en la virtud, no en la venganza)

Editorial
La grandeza está en la virtud/no en la venganza, oye en su imaginación.

¿Es siempre débil la extrema bondad? ¿Solo es posible ser bueno en ausencia de poder?

La primera es una cita de La tempestad, obra de Shakespeare, de la que esta novela es una recreación moderna. La segunda es una reflexión del equipo de Gonzalo después de haber representado la obra del dramaturgo más genial de todos los tiempos. Cualquiera de las dos serían suficientes para justificar la novela. 

Atwood escribió La semilla del diablo como respuesta al reto planteado por la editorial Hogart de redactar una novela basada en alguna obra de Shakespeare. Ella optó por La tempestad y el resultado es una historia ambientada en el Canadá actual, donde al director de un festival de teatro de Ontario, Félix, le han cesado del cargo de muy malas maneras. En la obra original al protagonista, Próspero, le quitan el ducado de Milán. 

A partir de ahí se va construyendo un paralelismo un tanto libre, pero muy atractivo, en el que Félix/Próspero irá poco a poco elaborando su venganza apoyándose en lo único que tiene: un grupo de presidiarios con los que trabaja cada año durante tres meses montando una obra de teatro. Por supuesto, siempre obras del Cisne de Avón.

En esta historia la isla de Próspero se trasforma en
 una cárcel y teatro al mismo tiempo, y la obra dentro de la obra, que era uno de los recursos favoritos de Shakespeare, Atwood lo trasforma en novela dentro de la novela con efectos verdaderamente espectaculares. 

La semilla de la bruja tiene uno de sus muchos aciertos en la relación de Félix con su hija Miranda. En la novela, Miranda ha muerto cuando apenas contaba tres años, sin embargo, continúa acompañando al padre durante todo el relato, lo que hace que nos preguntemos por el significado de la palabra "real", ¿qué quiere decir "estar presente" en el contexto de una obra poblada de espíritus? 

Es este uno de los muchos juegos y propuestas que la autora realiza en esta fantástica reinterpretación del clásico. En este sentido, tal vez no sea mala idea comenzar su lectura por el último capítulo, "La tempestad original", donde la novelista realiza un excelente resumen de la obra para quienes no recuerden o no la hayan visto ni leído.

martes, 28 de abril de 2020

BIEN ESTÁ LO QUE BIEN ACABA (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 22)

Bien está lo que bien acaba o A buen fin no hay mal principio, según la traducción que manejéis, es otra de las "obras problema", porque se mueve simultáneamente en el terreno de la comedia, del drama e incluso de la tragedia. 

La historia que Shakespeare nos cuenta aquí es la de un joven conde bastante inoperante y malcriado del que está enamorada una joven que vale mucho más que él en todos los sentidos —como en otras muchas obras del autor—, y de cómo teniendo todas las papeletas para que Helena/Elena (según traducciones), la joven, encuentre y consiga una pareja de su talla, al final se case con él. 

Por supuesto, para llegar hasta semejante y ¿feliz? desenlace tendrán que ocurrir unas cuantas aventuras donde se demuestre la valía Helena y la apatía de Beltrán para cualquier otro asunto que no sea la milicia. No falta tampoco el engaño de ella para introducirse en la cama de Beltrán aprovechando la nocturnidad, como tampoco falta la sustracción del anillo de él, lo que servirá como prueba de la hazaña.

Transitando por toda la obra encontramos otro de los personajes característicos de este tipo de dramas: el bufón, el loco, el charlatán, en este caso Parolles —recordad que en francés paroles significa palabras—. Él será el encargado de poner las palabras y decir todo aquello que los demás personajes no pueden nombrar por inadecuado, estrafalario, fingido o sencillamente falso, según las ocasiones.

Y también como siempre nos encontramos con una sorprendente y altísima dosis de reflexiones que Shakespeare nos va regalando para que pensemos sobre ellas: La tela de nuestra vida es de una fibra mezclada; nuestras virtudes se enorgullecerían si no las fustigaran nuestros defectos, y nuestros crímenes se desesperarían si no les tuvieran cariño nuestras virtudes (Señor primero, act IV, esc 3).

Así, entre aventura y engaño, el gran maestro de lo que constituye el ser humano va dejando materia de reflexión para especialistas del consciente y del inconsciente. Y todo gracias a esa increíble habilidad para recoger de otros lo que no supieron o no se atrevieron a enunciar claramente.

miércoles, 28 de agosto de 2019

RICARDO II (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 8)

Ricardo II es una de las obras menos conocidas de Shakespeare en el mundo de habla castellana, entre otras cosas porque no existen muchas traducciones ni tampoco es la típica tragedia representada en todos los festivales de teatro clásico. Pero esto, que es así, tampoco quiere decir gran cosa. 

Ricardo II es una tragedia histórica teñida de nostalgia. Es también una profunda reflexión sobre el poder, una tragedia sobre la culpa y una estupenda metáfora sobre el teatro del mundo. Y es, como nos lo recuerda Bloom, la puesta en escena de un pésimo rey que tiene, sin embargo, buenas dotes de poeta metafísico. Dejadme que os cite las palabras del estudioso neoyorquino.

Rey alocado e inadecuado, víctima tanto de su propia psique y su extraodinario lenguaje como de Bolingbroke, no es que Ricardo gane nuestra simpatía, sino nuestra renuente admiración estética por la cadencia moribunda de su música cognitiva. Es totalmente incompetente como político, y totalmente dueño d ela metáfora (Shakespeare. La invención de lo humano. p 305).

A punto de acabar, en Ricardo II también podemos leer —acto V, escena V— uno de los soliloquios más impresionantes del teatro, que sería citado muchas más veces si no fuera por que el de Hamlet oculta prácticamente cualquier otro.

Me he estado preguntando cómo puedo comparar la cárcel en que vivo con el mundo y, como el mundo es tan populoso y aquí no hay otro ser que no sea yo, no soy capaz. Con todo, voy a resolverlo. Mi mente será la hembra de mi espíritu, mi espíritu el padre, y los dos engendrarán una prole de pensamientos fecundantes que poblarán este mundo en pequeño de caracteres tan variados como el mundo, pues ningún pensamiento se contenta. Los más altos, los de asuntos divinos, se entremezclan con las dudas y ponen a las Escrituras en contradicción; primero, «Venid, niños, a mí», pero después, «Venir es tan difícil como es para un camello pasar por el ojo de una aguja». Los pensamientos ambiciosos imaginan milagros imposibles: cómo estas débiles uñas pueden abrir brecha en el pétreo costillar de este duro mundo que es mi cárcel y, como no pueden, mueren en su orgullo. Los pensamientos de paciencia se ilusionan con que no son los primeros esclavos de Fortuna, ni serán los últimos, cual los pobres mendigos metidos en el cepo, que amparan su vergüenza en los muchos que han metido y meterán y, pensando de este modo, se consuelan, llevando su infortunio a las espaldas de los que han soportado suerte igual. Así yo en uno solo hago de muchos, y ninguno satisfecho. A veces soy rey, mas la traición me hace que prefiera ser mendigo, y lo soy. Entonces la aplastante miseria me hace ver que me iba mejor cuando era rey, y vuelvo a ser rey, mas muy pronto pienso que Bolingbroke me ha desreinado, y ya no soy nada. Mas, sea uno u otro, ni a mí ni a nadie que sólo sea un hombre ya nada podrá complacernos si no es la paz de no ser nada. (Suena música). ¿Oigo música? ¡Eh, eh, lleva el ritmo! ¡Qué amarga es la música dulce cuando no se observa ritmo ni medida! Así ocurre en la música del hombre. Yo aquí tengo finura de oído para advertir discordancias en la cuerda, mas, respecto a la concordia de mi reino, no he tenido oído para oír mis disonancias. Perdí el tiempo, y ahora el tiempo me consume, ya que me he convertido en su reloj. Mis pensamientos son minutos; con suspiros marcan su andadura a la esfera de mis ojos, adonde mi dedo, semejante a un minutero, siempre apunta enjugándoles las lágrimas. Pues bien, señor, los sonidos que indican la hora son clamores que golpean mi corazón, que es la campana. Suspiros, lágrimas, clamores dan los minutos y las horas. Mas mi tiempo corre apresurado en la alegría de Bolingbroke, mientras yo tonteo aquí, muñeco de su reloj. Esa música enloquece. ¡Que no suene! Aunque ha devuelto el juicio a los locos, yo creo que va a quitárselo a los cuerdos. Sin embargo, bendito sea quien me la brinda, pues es señal de afecto, y el afecto a Ricardo es una rara joya en este mundo de odio.

sábado, 11 de abril de 2020

COMO GUSTÉIS (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 16)

Shakespeare no inventa el monólogo, es un procedimiento que toma de la tradición para ambientar acontecimientos, aumentar así el dramatismo, y, sobre todo, profundizar en las dimensiones psicológicas de los personajes. No lo inventa, pero lo lleva a su máxima expresión. Caso paradigmático y archiconocido es el de Hamlet. Como gustéis también tiene su monólogo famoso en la voz del melancólico Jaime/Jacques (act II, esc 7).

El mundo es un gran teatro,

y los hombres y mujeres son actores.

Todos hacen sus entradas y sus mutis

y diversos papeles en su vida.

Los actos, siete edades. Primero, la criatura,

hipando y vomitando en brazos de su ama.

Después, el chiquillo quejumbroso que, a desgano,

con cartera y radiante cara matinal,

cual caracol se arrastra hacia la escuela.

Después, el amante, suspirando como un horno

y componiendo baladas dolientes

a la ceja de su amada. Y el soldado,

con bigotes de felino y pasmosos juramentos,

celoso de su honra, vehemente y peleón,

buscando la burbuja de la fama

hasta en la boca del cañón. Y el juez,

que, con su oronda panza llena de capones,

ojos graves y barba recortada,

sabios aforismos y citas consabidas,

hace su papel. La sexta edad nos trae

al viejo enflaquecido en zapatillas,

lentes en las napias y bolsa al costado;

con calzas juveniles bien guardadas, anchísimas

para tan huesudas zancas; y su gran voz

varonil, que vuelve a sonar aniñada,

le pita y silba al hablar. La escena final

de tan singular y variada historia

es la segunda niñez y el olvido total,

sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada.


Sí, así es, Shakespeare nunca deja de ser él mismo y sus comedias, por lo general, nunca son comedias solamente. En ellas casi siempre se entrelazan acontecimientos dramáticos, cuando no trágicos, y por eso nos encontramos con personajes tan profundamente meditativos como este Jacques, que carece del porte, la presencia y la fuerza de Rosalinda, pero al que el autor le concede un par de monólogos de gran prestancia.

Sin embargo, Cómo gustéis no sería practicamente nada sin la existencia de Rosalinda a la que dota de frescura, de imaginación y de vitalidad, de ahí su popularidad, aunque no estemos a finales del siglo XIX y no podamos sostener el comentario de Bernard Shaw sobre su fama: La popularidad de Rosalinda se debe a tres causas principales. Primero, solo habla en verso blanco durante unos minutos. Segundo, sólo lleva falda durante unos minutos (...). Tercero, corteja al hombre en lugar de esperar a que el hombre la corteje.

La interpretación que realiza la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid bajo la dirección de Charo Amador, aun siendo una interpretación no profesional, tiene grandes logros. Disfrutadla.




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Y no te olvides de mandar mensajes de ánimo a los enfermos que se mantienen aislados en los hospitales.

martes, 2 de junio de 2020

ENRIQUE VIII (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 31)

Enrique VIII se centra en el repudio de Catalina por parte del rey inglés. O, al menos, esa es la parte más intensa e interesante del drama, sin despreciar el ascenso y posterior caída en desgracia del cardenal Wolsey.

Shakespeare todavía no se había ocupado de indagar en algunos aspectos que configuran lo humano y a los que prácticamente nadie había prestado atención hasta entonces en el mundo literario: la resignación y la prudencia. Estos van a ser los sentimientos en torno a los que girarán los comportamientos finales de quienes van siendo apartados del afecto real.

Esta obra, un tanto desigual, tiene, en cambio, algunos de los momentos más sublimes de cuantas escribió el autor. Tal vez por eso diga Bloom que considerada exclusivamente desde su poesía, merece más estima estética que la que se le ha otorgado. Y Astrana Marín que hay escenas donde se eleva como en ninguna otra tragedia.

Por aquí y en plena reivindicación de lo femenino, suele gustar especialmente la escena de Catalina con Wolsey (act III, esc 1). En el vídeo la encontraréis en el minuto 1:04:07.


jueves, 15 de abril de 2010

SHAKESPEARE

El próximo lunes, día 19, dan comienzo en la biblioteca municipal de Irún los actos programados para celebrar el día del libro (23 de abril). Ese día, a las 19:30, se ofrecerá un recital de poesía que tiene por contenido los sonetos de William Shakespeare

Para que vayáis haciendo boca, os dejo uno de los sonetos más famosos del querido inglés en la traducción de Manuel Mujica Lainez:


SONETO XVIII

¿A un día de verano compararte?
Más hermosura y suavidad posees,
tiembla el brote de mayo bajo el viento
y el estío no dura casi nada.


A veces demasiado brilla el ojo
solar, y otras su tez de oro se apaga;
toda belleza alguna vez declina,
ajada por la suerte o por el tiempo.

Pero eterno será el verano tuyo.
No perderás la gracia, ni la Muerte
se jactará de ensombrecer tus pasos
cuando crezcas en versos inmortales.

Vivirás mientras alguien vea y sienta,
y esto pueda vivir y te dé vida.

Y aquí la versión original, cantada por David Gilmour:

domingo, 19 de abril de 2009

SHAKESPEARE


Coincidiendo con el 400 aniversario de la publicación de los sonetos del genial bardo inglés, vamos a realizar una tertulia poética en la biblioteca municipal de Irún el día 27, a las 5:30 de la tarde. Para los que queráis asistir, ya está colocada la colección de sonetos de Shakespeare que vamos a utilizar como herramienta de la charla.

En esta ocasión he podido contar con la extraordinaria contribución del profesor José Ángel García Landa, de la Universidad de Zaragoza, quien ha redactado un artículo muy interesante, y a quien quiero expresarle mi agradecimiento desde esta entrada por su desinteresada ayuda. Tanto si asistís, como si no, os recomiendo su lectura.

Y si queréis juguetear un poco, más abajo tenéis otra entrada con el poema LX y varias versiones, de tal modo que podáis decir cuál de ellas es la que más os gusta.

Feliz lectura.

lunes, 4 de mayo de 2020

CIMBELINO (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 24)

La obra tiene muchos sentimientos justos, algún diálogo natural y algunas escenas agradables, pero se logran a expensas de mucha incoherencia. Señalar lo loco de la ficción, lo absurdo de la conducta, la confusión de los hombres, y los modales de diferentes tiempos y la imposibilidad de los acontecimientos en todo sistema de vida, sería desperdiciar la crítica en una imbecilidad sin consistencia, en faltas demasiado evidentes para detectarlas, y demasiado groseras para agravarlas. Así se expresaba Samuel Johnson en su The Plays of William Shakespeare con respecto a esta obra; obra que, por cierto, era muy del gusto de los románticos. Pero ya sabemos que los gustos son cambiantes y van y vienen según las modas. 

Cimbelino es, ciertamente, una propuesta bastante alocada en la que su autor, en plena madurez, diría yo que decide hacer lo que le da la gana, recoger ideas y argumentos ya utilizados en otras —los celos del Otelo, los enredos cortesanos de El rey Lear o los más de calle de La comedia de los errores— para darse el gusto de mostrarnos que la realidad puede consistir en un enriquecimiento y la verdad en un auténtico exceso, como recordó Skura en su análisis psicoanalítico sobre de algunas situaciones y problemas que en ella se presentan.

Veamos: Cimbelino, rey en la antigua Britania romana tiene dos hijos desparecidos desde que eran pequeños y una hija, Imógena, que se ha casado en secreto y sin consentimiento paterno con un simple caballero, Póstumo. Cimbelino está casado en segundas nupcias con una mala malísima, pero él no se entera. La mala malísima tiene un hijo estúpido y engreído, Cloten —que suena como rotten, podrido—. Rey y reina quieren que Imógena, que es un dechado de virtudes, se case con Cloten. Para que olvide a Póstumo, que es buena persona, pero bastante simple, lo mandan a Roma. Luego aparecen los hijos perdidos y hay una batalla entre romanos y britanos, y todos toman parte en ella, incluso cambiando de bando. La victoria es para los buenos, que son todos, aunque en el calor de la refriega se han aporreado malamente. Al final, sale a la luz la verdad. Todo se aclara y la felicidad los acoge en su seno.

Aunque, como casi siempre en este tipo de obras, el personaje más interesante es el de la chica, o sea, Imógena, mira por dónde quien tiene el parlamento más adecuado a esta especie de autoparodia shakespeariana es el de Póstumo que, después de la batalla, y mientras está en la cárcel antes de que se aclare todo, tiene un sueño —como Segismundo— en el que logra ver a su familia. Cuando despierta, encuentra un libro a su lado donde puede leer su futuro, en clave, por supuesto: 

"Cuando un leoncillo desconocido de sí propio encuentre, sin buscarla, una criatura delicada como el aire y sea abrazado por ella; cuando las ramas cortadas de un cedro real, muertas después de numerosos años, revivan, se junten al viejo tronco y reverdezcan, entonces Póstumo verá el fin de sus miserias, la Bretaña será afortunada y florecerá en la paz y la abundancia". Es todavía su sueño, o es la estofa de esos discursos de los locos, engendrados por la lengua, sin el socorro del cerebro. Es una de estas dos cosas, o no es nada. O estas palabras carecen de sentido, o tienen uno que el buen juicio no puede por sí solo descubrir. Sea lo que fuere, las peripecias de mi existencia se parecen a este libro, y quiero guardarlo, aunque sólo sea por simpatía (acto V, esc 4).

No apta para racionalistas integrales ni para fundamentalistas del realismo. En cualquier caso, bastante más divertida que la realidad circundante y menos dañina.

jueves, 23 de febrero de 2023

MUSIKA MÚSICA 2023


MUSIKA-MÚSICA se celebrará el primer fin de semana de marzo –días 3, 4 y 5– bajo el título de Notak & Letrak. En total, más de 70 conciertos en tres días, en diferentes espacios de forma simultánea en el Palacio Euskalduna.

El Teatro Arriaga acogerá el viernes 3 de marzo, a las 19:00 horas, el concierto de apertura con El sueño de una noche de verano, de Mendelssohn, composición inspirada en la obra homónima de teatro de William Shakespeare.

Este será el primero de los distintos diálogos entre música y literatura que recorrerán el Festival a través de las obras de compositores como Beethoven, Liszt, Chaikovski, Purcell, Schubert, Schumann, Bizet, Strauss o Marais entre otros, y las obra escrita de Byron, Virgilio, Goethe, Ibsen, Ovidio, Cervantes, Shakespeare o Tolstoi.

PROGRAMA

ENTRADAS

INTÉRPRETES

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martes, 7 de abril de 2020

LAS ALEGRES COMADRES DE WINDSOR (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 14)


Advertencia para incondicionales de Falstaff: si no soportáis ver al burlador burlado, esta no es vuestra comedia.

Las alegres comadres de Windsor es la comedia que mejor se adapta al calificativo de tal de todas cuantas escribió el bardo inglés. Toda ella, desde el primer momento hasta el final, es una sucesión de situaciones cómicas, exageradas, divertidas, despreocupadas y chistosas. 

Como siempre ocurre con las obras de Shakespeare, el resumen no es fácil porque se suceden acontecimientos que se van entrelazando y suele construirlas con varias tramas a la vez. Llevo al límite la sinopsis: Falstaff está sin blanca, como siempre, y pretende embaucar a dos mujeres al mismo tiempo para que el beneficio sea mayor, pero las cosas no van a salir como él ha planeado.

Un rumor que nos viene de tiempos lejanos nos dice que esta obra la escribió para complacer a la reina Isabel, quien le pidió una historia en la que apareciera enamorado el famoso personaje. El deseo de la reina se quedó sin cumplir, porque el alegre charlatán no es que aparezca enamorado; ahora bien, sí entre los enredos del amor.

Es esta una comedia que suele gustar mucho al público y un poco menos a la legión de especialistas shakespeareanos. Pero tampoco vamos a sufrir porque los gustos de estas dos partes del mundo no coincidan. Sea como fuere, me parece una excelente opción para olvidar durante un buen rato el confinamiento y el atracón de virus que sueltan los medios de información. Y ya sabéis que reír es muy saludable.

Esta versión que tenéis aquí es la que dirigió Gustavo Tambascio para el Festival de Teatro Clásico de Almagro en 2001. También disponéis de una versión más reducida que se hizo para Estudio 1




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Y no te olvides de mandar mensajes de ánimo a los enfermos que se mantienen aislados en los hospitales.

domingo, 26 de junio de 2016

EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

Esta es la obra de Shakespeare de la que más adaptaciones he visto. Seguramente la razón de que así sea esté en que cada vez que entramos en el verano, hay alguna compañía que la representa, con lo que es muy fácil tenerla al alcance. Además, se trata de una comedia sencilla, muy atractiva para el público, con un mensaje vitalista y positivo y, por lo tanto, muy propicia para ofrecerla durante los días del solsticio que nos trae las vacaciones.

Sea por la razón que sea, y no importa cuántas versiones haya visto, lo cierto es que nunca había salido tan satisfecho de como lo hice ayer del montaje que ofreció Tanttaka para DSS2016. Los aciertos fueron tantos que hasta el mismo Shakespeare estaría contento con la representación: el cambio de género de Lisandro por Lisandra, la música en directo, las pocas pero luminosas adaptaciones al contexto actual, la participación del propio bosque y la noche, el montaje que permitía que el público formaramos parte de la escena...


Es una lástima que mis elogios no vayan a servir para animar a más gente a que vaya a ver la obra, porque todas las entradas están ya vendidas, pero justo es reconocer lo que está bien hecho, y si expresé todo mi enfado con la inauguración de la capitalidad cultural europea, hoy debo aplaudir con entusiasmo un trabajo brillantemente hecho. Mi más sincera enhorabuena.


Y, ya de paso, la obra musical de Mendelssohn y las aclaraciones de Luis Ángel de Benito. Feliz tarde de domingo.

jueves, 2 de abril de 2009

SHAKESPEARE IN IRUN

Así es, para sumarnos a la celebración del Día del Libro -próximo día 23-, traemos los sonetos de Shakespeare a la biblioteca municipal. Y para empezar calentando la tertulia, he aquí un video:





El grupo no es que sea muy bueno, pero como cantan el soneto LX, que es justamente el que vamos a utilizar para debatir el asunto de la traducción, puede valer para ir tomando posiciones. Y, de paso, os propongo una votación: ¿cuál de las cuatro traducciones os parece más acertada?

JUGANDO CON LAS VERSIONES
SONETO LX 

La de Astrana Marín:

Como las olas se dirigen hacia la pedregosa playa, así nuestros minutos se precipitan a su fin; cambiando cada una de sitio con la que le precede, todas tienden al avance en su trabajo sucesivo.
La infancia, una vez en la inmensidad de la luz, trepa hasta la madurez, donde al recibir su corona, insidiosos eclipses luchan contra su esplendor, y el Tiempo, que la había auxiliado, destruye ahora sus dones.
El Tiempo desfigura el florido conjunto de la juventud y surca de paralelas la frente de la hermosura, se nutre de los portentos de la fidelidad de la Naturaleza, y nada subsiste sino para sucumbir al filo de su guadaña.
Y, sin embargo, mis versos vivirán en edades que aún son una esperanza, elogiando tus prendas, a despecho de su mano cruel.

La de Enrique Sordo:


Como acuden las olas a la pedregosa playa
nuestros minutos a su fin se acercan;
ocupando el lugar de los que los preceden,
siguen su ansioso avance hacia el final.
La infancia, en plena luz, trepa a la madurez,
y cuando accede a ella, insidiosos eclipses
van apagando su fulgor, y el Tiempo,
que antes la había ayudado, destruye ahora su encanto.
El Tiempo empaña el juvenil destello
y abre sus surcos en las hermosas frentes,
devora los portentos de la naturaleza
y nada deja en pie con su guadaña.
Pero mis versos resistirán el tiempo
y, pese a su mano cruel, ensalzarán tus prendas.


La de Mujica Lainez:


Como en la playa al pedregal las olas,
nuestros minutos a su fin se apuran,
cada uno desplaza al que ha pasado
y avanzan todos en labor seguida.

El nacimiento, por un mar de luces,
va hacia la madurez y su corona;
combaten con su brillo eclipses pérfidos
y el Tiempo sus regalos aniquila.

El Tiempo horada el juvenil adorno,
surca de paralelas la hermosura,
se nutre de supremas maravillas
y nada existe que su hoz no abata.

A pesar de su mano cruel, mi verso
dirá tu elogio en tiempos que esperamos.


La de Fátima Auad y Pablo Mañé:


Tal como avanzan las olas hacia la pedregosa orilla,
así nuestros minutos se apresuran hacia su fin;
cada uno intercambiando sitio con aquel que va delante,
en afanosa secuela todos tienden a avanzar.
El nacimiento, una vez en el mar de la luz,
se arrastra hacia la madurez, que, apenas coronada,
es combatida por la insidia de malignos eclipses,
y el Tiempo, que dio su don, ahora lo destruye.
El Tiempo transfigura el florido adorno de la juventud
y excava sus surcos en la frente de la belleza,
se alimenta de las bellas rarezas de la naturaleza,
y nada se yergue sino para el filo de su guadaña:
y, no obstante, en los tiempos que aún son esperanza, mi verso se erguirá,
elogiando tu mérito, a despecho de su mano cruel.

domingo, 12 de abril de 2020

JANET FRAME, un poema

Entre un shakespeare y otro shakespeare leo en Sueños de lirios este fascinante poema de Janet Frame:

Soy invisible.
Siempre he sido invisible
como la pobreza en un país rico,
como los ricos en sus cuartos velados de sus casas con muchos cuartos,
como las pulgas, los piojos, como lo que crece bajo la tierra,
los mundos más allá del cielo, el viento, el tiempo, las ideas—
el catálogo de invisibilidad es inagotable,
y, eso dicen, no es buena poesía.

Como las decisiones.
Como cualquier otra parte.
Como las instituciones alejadas del camino llamado Scenic Drive.

No más símiles. Soy invisible.
En un mundo poblado por gente de visión binocular después de todo soy parte de la mayoría
mientras que tú y yo caminamos con nuestra lunita creciente de visión en nuestra oscuridad personal
a través de un mundo en el que las decisiones de ser y no ser
se encuentran controladas por la luz
asistidas por las lágrimas y el sueño de la desatención o la muerte.

Soy invisible.
Los amantes atraviesan mi vida para tocarse entre sí,
la lluvia que cae en mí me traspasa como sangre sobre la tierra.
Ninguna cabeza me incluye como conocimiento.
Otorgo libertad a quienes bailan,
a decir la verdad.
Así es. No hay nadie aquí para observar ni escuchar disimuladamente,

y entonces aprendo más de lo que tengo derecho a saber.



Su sorprendente biografía, su lucha con la enfermedad, la pérdida familiar y hasta la intervención del azar que en forma de premio —el Hubert Church Memorial Award— determinó la suspensión de una lobotomía que tenían preparada en el Seacliff Lunatic Asylum, todo en esta mujer es profundamente llamativo.

Busco algún libro suyo de poesía traducido al castellano. Tan solo existe Huesos de jilguero, una antología en la que han colaborado un grupo de traductoras. El libro fue editado en México (Universidad Veracruzana, 2015) y tiene un precio absurdo en Iberlibro.

Me sorprende que esta mujer, cuyo nombre estuvo sonando para el Nobel, no tenga ya traducidos y disponibles sus dos poemarios, The Pocket Mirror y The Goose Bath. Su prosa no es que esté mucho mejor recogida en castellano, pero al menos son muy fáciles de adquirir Un ángel en mi mesa y Hacia otro verano.

De la autobiografía —Un ángel en mi mesaJane Campion hizo una película en 1990.



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Y no te olvides de mandar mensajes de ánimo a los enfermos que se mantienen aislados en los hospitales.