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sábado, 13 de mayo de 2023

HEINRICH HEINE

Fuente: Wikipedia.

Siguiendo la tradición tan germánica de poner música a los poemas, Heine también recibió una amplia atención por parte de compositores como Schumann, Schubert, Mendelssohn, Liszt, Brahms, Pfitzner, Wolf, R. Strauss y otros más. Este Libro de las canciones se convertiría pronto en uno de los libros de poemas más atendidos por el público lector y por los músicos del siglo XIX.  

Las composiciones que más gustaban en su tiempo eran las más propia y tópicamente románticas, es decir, las canciones de amor y desamor, que se movían entre lo profundamente melancólico y las manifestaciones de amor eterno. Un ejemplo: 

XL

Cuando oigo la cancioncilla 
que me cantaba mi amada
quiere atravesarme el pecho
un impetuoso dolor.

Un oscuro anhelo entonces
me lleva a lo alto del bosque,
y allí se desata en lágrimas
mi inacabable aflicción.

(Traducción: Jesús Munárriz. Intermezzo lírico, 2020). 

Y aquí interpretada magistralmente por Thomas Quasthoff. La partitura fue creada por Schumann. 


Sin embargo, su evolución de poeta romántico hacia poeta político, si bien valió para que sus compatriotas Engels y Marx lo consideraran el poeta alemán más importante después de Goethe, hizo que perdiera el favor de la crítica y de los textos escolares durante mucho tiempo. Todavía en 1936, un tal Lutz exigía que se le condenara al ostracismo literario: Heine no debe figurar en ningún manual de literatura ni en ninguna antología escolar. No debe investigarse sobre Heine, ni editor alguno debe publicar su obra (estamos en pleno auge del nazismo). 

Todavía en 1966 se podía leer en un informe sobre la enseñanza en la República Federal: Para quien estudiaba literatura en una escuela federal después de 1945, el nombre de Heine apenas le decía nada, a no ser que hubiera tenido un profesor especial. En los planes de estudio, en los manuales de lectura y en las antologías, Heine, caso de figurar, ocupaba un lugar inferior a autores como Eichendorff, Hauptmann o Kafka (sic).

Las dos citas las he tomado de Historia de la literatura alemana, Cátedra, 1991.

***

viernes, 5 de mayo de 2023

HEINRICH HEINE

 

Editorial

Editorial

Editorial

Escribe Munárriz en su Nota del traductor al Intermezzo lírico: La poesía de Heine puede considerarse a un tiempo la culminación del romanticismo alemán y el final de esa corriente. Romántico como ninguna es su poesía juvenil, de la que su Intermezo lírico es la mejor muestra. Pasados los años. Alemania, un cuento de invierno y Atta Troll, el sueño de una noche de verano, de shakesperianos subtítulos, se apartarán de la lírica para, entre sátira y épica, abrir para la poesía alemana caminos por los que transitarán más tarde Bertolt Brecht, Erich Fried o Hans Magnus Enzensberger (p 157).

Heine, el poeta que más determinante influencia tuvo sobre Bécquer a través de su poesía primera, es, sin embargo, el más consciente y abiertamente político de los poetas románticos. En la Historia de la literatura alemana (Cátedra, 1991) se puede leer: Desde el exilio en París, a partir de 1831, Heine finaliza la iniciada crítica al romanticismo, "poesía de desmayo", con una serie de publicaciones teóricas (...) En ellas, Heine ofrece una particular interpretación y define la nueva función social de la literatura. Heine se colocará en  la vanguardia de los escritores (...) para quienes, según sus palabras y su programa "no existe diferencia entre vida y literatura; la política es inseparable de la ciencia, el arte y la religión, y los artistas son al mismo tiempo tribunos y apóstoles" (p 244).

Disponéis de una breve selección de poemas que prepararé para una tertulia de 2013.

***



lunes, 1 de mayo de 2023

SHELLEY Y KEATS


 
HIMNO A LA BELLEZA INTELECTUAL



1. 

La sombra de una Fuerza incognoscible
flota, aunque incognoscible, entre nosotros;
visita este amplio mundo con la misma
inconstancia que el viento entre las flores;
como un rayo de luna tras un pico
turba secreto, imprevisible,
el corazón y rostro humanos;
como el rumor pausado de la tarde,
como una nube en noche clara,
como el recuerdo de una música,
como aquello que se ama por hermoso
pero más todavía por ignoto.

2. 


Espíritu, Belleza que consagras
con tu lumbre el humano pensamiento
sobre el que resplandeces, ¿dónde has ido?
¿Por qué cesa tu brillo y abandonas
este valle de lágrimas desierto?
¿Por qué el sol no teje por siempre
un arco iris en tu arroyo?
¿Por qué cuanto ha nacido languidece?
¿Por qué temor y sueño, vida y muerte
ensombrecen el mundo de este modo?
¿Por qué el hombre ambiciona tanto
odio y amor, desánimo, esperanza?

3. 

Ninguna voz de un ámbito sublime
ha respondido nunca a estas preguntas.
Los nombres de Demonio, Espectro y Cielo
testimonian este inútil empeño:
débiles palabras cuyo encanto no suprime
de cuanto aquí vemos y oímos
el azar, la duda, lo mudable.
Sólo tu luz, cual niebla entre montañas
o música que el viento vespertino
arranca de algún tácito instrumento
o cual claro de luna a medianoche,
sosiega el sueño inquieto de esta vida.

4. 

Amor, Honor, Confianza, como nubes
parten y vuelven, préstamo de un día.
Si el hombre inmortal fuese, omnipotente,
Tú -ignoto y sublime como eres-
dejarías tu séquito en su alma.
Tú, emisario de los afectos,
que creces en los ojos del amante;
¡Tú que nutres al puro pensamiento
cual penumbra a una llama que agoniza!
No partas cuando al fin llega tu sombra:
sin Ti, como la vida y el temor,
la tumba es una oscura realidad.

5. 

Cuando niño, buscaba yo fantasmas
en calladas estancias, cuevas, ruinas
y bosques estrellados; mis temerosos pasos
ansiaban conversar con los difuntos.
Invocaba esos nombres que la superstición
inculca. En vano fue esa búsqueda.
Mientras meditaba el sentido
de la vida, a la hora en que el viento corteja
cuanto vive y fecunda
nuevas aves y plantas,
de pronto sobre mí cayó tu sombra.
Mi garganta exhaló un grito de éxtasis.

6. 

Hice un voto: a Ti ya cuanto es tuyo
dedicaría el ser. ¿No ha sido así?
Aún hoy, con inquieto pulso, llamo
a los turbios espectros que en sus tumbas
acompañan mis horas. En fingidos lugares
donde aplico mi espíritu al amor o al estudio,
han contemplado conmigo la noche.
Saben que la alegría no ilumina mi rostro
si no es con la esperanza de que absuelvas
al mundo de su oscura esclavitud;
de que tú, Terrible Hermosura,
concedas cuanto el verso no logra proclamar.

7. 


El día es más sereno y más solemne
cuando llega la tarde. Y hay un orden
en Otoño y un lustre en su horizonte
que el estío prohíbe alojo humano
hasta hacernos creer que es imposible.
Así pues, deja que tu fuerza
-talla naturaleza, cuando joven-
provea a mi existencia venidera
de sosiego, a mí que te venero
con cuantas formas te contienen,
a mí, hermoso Espíritu, a quien diste
el temor de sí mismo y amor al ser humano.

Percy Bysshe Shelley. Traducción: Gabriel Insausti.



ODA A UN RUISEÑOR

Me duele el corazón y aqueja un soñoliento
torpor a mis sentidos, cual si hubiera bebido
cicuta o apurado algún fuerte narcótico
ahora mismo, y me hundiese en el Leteo:
no porque sienta envidia de tu sino feliz,
sino por excesiva ventura en tu ventura,
tú que, Dríada alada de los árboles,
en alguna maraña melodiosa
de los verdes hayales y las sombras sin cuento,
a plena voz le cantas al estío.

¡Oh! ¡Quién me diera un sorbo de vino, largo tiempo
refrescado en la tierra profunda,
sabiendo a Flora y a los campos verdes,
a danza y canción provenzal y a soleada alegría!
¡Quién un vaso me diera del Sur cálido,
colmado de hipocrás rosado y verdadero,
con bullir en su borde de enlazadas burbujas
y mi boca de púrpura teñida;
beber y, sin ser visto, abandonar el mundo
y perderme contigo en las sombras del bosque!

A lo lejos perderme, disiparme, olvidar
lo que entre ramas no supiste nunca:
la fatiga, la fiebre y el enojo de donde,
uno a otro, los hombres, en su gemir, se escuchan,
y sacude el temblor postreras canas tristes;
donde la juventud, flaca y pálida, muere;
donde, sólo al pensar, nos llenan la tristeza
y esas desesperanzas con párpados de plomo;
donde sus ojos claros no guarda la hermosura
sin que, ya al otro día, los nuble un amor nuevo.

¡Perderme lejos, lejos! Pues volaré contigo,
no en el carro de Baco y con sus leopardos,
sino en las invisibles alas de la Poesía,
aunque la mente obtusa vacile y se detenga.
¡Contigo ya! Tierna es la noche
y tal vez en su trono esté la Luna Reina
y, en torno, aquel enjambre de estrellas, de sus Hadas;
pero aquí no hay más luces
que las que exhala el cielo con sus brisas, por ramas
sombrías y senderos serpenteantes, musgosos.

Entre sombras escucho; y si yo tantas veces
casi me enamoré de la apacible Muerte
y le di dulces nombres en versos pensativos,
para que se llevara por los aires mi aliento
tranquilo; más que nunca morir parece amable,
extinguirse sin pena, a medianoche,
en tanto tú derramas toda el alma
en ese arrobamiento.
Cantarías aún, mas ya no te oiría:
para tu canto fúnebre sería tierra y hierba.

Pero tú no naciste para la muerte, ¡oh, pájaro inmortal!
No habrá gentes hambrientas que te humillen;
la voz que oigo esta noche pasajera, fue oída
por el emperador, antaño, y por el rústico;
tal vez el mismo canto llegó al corazón triste
de Ruth, cuando, sintiendo nostalgia de su tierra,
por las extrañas mieses se detuvo, llorando;
el mismo que hechizara a menudo los mágicos
ventanales, abiertos sobre espumas de mares
azarosos, en tierras de hadas y de olvido.

¡De olvido! Esa palabra, como campana, dobla
y me aleja de ti, hacia mis soledades.
¡Adiós! La fantasía no alucina tan bien
como la fama reza, elfo de engaño.
¡Adiós, adiós! Doliente, ya tu himno se apaga
más allá de esos prados, sobre el callado arroyo,
por encima del monte, y luego se sepulta
entre avenidas del vecino valle.
¿Era visión o sueño?
Se fue ya aquella música. ¿Despierto? ¿Estoy dormido?

John Keats. Traducción: Juan González-Blanco de Luaces.

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lunes, 10 de abril de 2023

PERCY BYSSHE SHELLEY

Editorial

"Ven a saciar tu sed", me respondió.
    Y yo me levanté como un nenúfar,
    tocado por la alquimia del rocío,

varita de la aurora, obedecí
    su dulce mandamiento, alcé los labios
    al cáliz ofrecido y lo rocé;

y pronto mi cerebro fue la arena
    del Labrador, península esteparia,
    donde la ola primera reventó

y borró las pisadas, débil rastro
    del pánico de ciervos sorprendidos
    por el cruel lobo, que dejó sus huellas

visibles en la playa, la segunda
    ola las suprimió; del mismo modo
    me inundó una visión jamás gozada.

Creo que el párrafo que mejor sintetiza y define al poeta inglés es este que escribió Esteban Pujals en su magnífica Historia de la literatura inglesa:

En librerías. En pdf.
P. B Shelley (1792-1822) es un poeta rebelde y soñador muy diferente de su íntimo amigo Byron. La esencia de su inspiración radica en una sutilísima percepción de la belleza ideal —que para él es sinónimo de bondad— y en un apasionado esfuerzo para hacerla realidad en la tierra. Shelley intenta llevar al hombre a la bondad ideal por medio de la belleza, y opina que no se pueden establecer racionalmente principios de moral si antes no se ha enseñado a amar, admirar, confiar, esperar y sufrir (véase el prólogo de Prometheus Unbound, 1820). Es un reformador visionario, que soñó siempre con un mundo basado en el amor y en la libertas, y, desde su concepto platónico del poeta, estaba seguro de que sus poemas eran manifiestos que orientaban a la humanidad hacia la Edad de Oro. No podemos conceder demasiada importancia a su doctrina; las utópicas soluciones de Shelley no pasan de anhelos de adolescente, adorables anhelos de un gran poeta que ardía de simpatía por sus semejantes. Idealista revolucionario, creía que el hombre hallaría la felicidad tan pronto como prescindiera de las instituciones sociales, que le impedían manifestarse libremente y gobernarse de manera espontánea según la ley del amor, único soberano, fuerza trascendental que irradia belleza sobre todas las cosas. Esto se puede llamar anarquía poética. Pero no es el pensamiento filosófico de los poemas de Shelley lo que interesa, sino la suprema calidad estética que los ennoblece (pp 328-9).

Entre las comedidas y estudiadas palabras del sabio profesor y las del entusiasta y no menos sabio crítico Harold Bloom (Poemas y poetas. El canon de la poesía) no hay tanta distancia como a primera vista pudiera parecer. Conviene leer a ambos con detenimiento. Pero, por encima de todo, las del propio poeta, tanto en su vertiente más creativa (poética) como las que escribió ejerciendo de ensayista y también provocador panfletario:

Editorial


Editorial

El espíritu no puede aceptar como verdad aquello que carece de una demostración clara y evidente. Francis Bacon

Advertencia

Ya que el amor a la verdad es el único fin que ha llevado a la redacción de este pequeño tratado, el autor del mismo ruega encarecidamente a aquellos lectores que encuentren alguna deficiencia en sus razonamientos, o que dispongan de alguna prueba que su mente no haya podido obtener por sí misma, la den a conocer públicamente, junto con sus objeciones, tan pronta, metódica y francamente como su libertad se lo permita. 

Por falta de pruebas, un ATEO.

 Dios no existe 

[Esta negación debe entenderse exclusivamente en lo referente a la existencia de una deidad creadora. La hipótesis de la omnipresencia de un espíritu coeterno con el universo queda por desmentir].


Otras entradas dedicadas al Shelley.

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lunes, 6 de marzo de 2023

WORDSWORTH, MÁS ALLÁ DE LA POESÍA


 7 de marzo
17:30

A Wordsworth se le ha dado el título de poeta de la naturaleza. Dos ejemplos al margen de los estudios literarios pueden avalarlo: el primero, la creación del National Trust, la organización conservacionista británica, en buena parte se debe al ejemplo que el poeta inspiró en sus creadores Octavia Hill, Hardwicke Rawnsley y Robert Hunter; el segundo, la declaración como parque nacional de Yosemite gracias al empeño del escocés John Muir, inspirado igualmente en el ejemplo de Wordsworth. El poeta, ante la afluencia de turista al Distrito de los Lagos, donde nació y donde vivió la mayor parte de su vida, intentó denodadamente impedir que se introdujera el ferrocarril porque eso iba a provocar que se multiplicara la presencia de turistas en la zona.

Siendo estas influencias difíciles de batir por su belleza y ejemplaridad, yo destacaría aún más la capacidad sanadora de su obra, y esto en un sentido literal. Es conocido el colapso mental que sufrió Stuart Mill cuando tenía 20 años, creado, posiblemente, por el exceso de trabajo intelectual. De esa profunda crisis en la que se sumió saldría, precisamente, gracias a la lectura de los versos del poeta. Lo contó él mismo en su AutobiografíaLo que convirtió los poemas de Wordsworth en una medicina para mi estado mental fue que no expresaban una simple belleza externa, sino estados de sentimiento, y de pensamiento coloreado por el sentimiento, bajo la excitación de la belleza. Parecían ser el mismísimo cultivo de los sentimientos de los que yo andaba a la búsqueda.

No es mala marca para un poeta.

De su influencia literaria charlaremos en la tertulia.

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lunes, 27 de febrero de 2023

BYRON EN CASTELLANO (una selección)



Como aconsejaba Van Dorenal leer a Byron, conviene ser selectivo. No toda su vasta obra poética conserva la frescura que le vieron los lectores de antaño. Tal vez lo mejor sea comenzar con alguna antología e ir después profundizando en la obra. Pero cada persona tiene sus gustos y costumbres, y tampoco está mal lanzarse de golpe e impregnarse del autor hasta hartarse... o quedar prendido de su encanto. 

Don Juan es su obra mayor y última, tanto que está inacabada. Nada que ver con el Don Juan de Zorrilla o el de Tirso. La de Cátedra es una edición crítica —yo echo de menos unas cuantas notas más— y, por lo tanto, bilingüe y con estudio introductorio. En este poema épico-narrativo aprovecha para ofrecer su visión del mundo, proyectarse en el personaje y hasta para poner a caldo a los poetas de su terruño con los que no compartía gustos ni manías. Unos 16.000 versos y multitud de aventuras. El lord no era lo que se dice lacónico.

Librerías.

La publicación en 1812 de los dos primeros cantos del Childe Harold —son cuatro— le convirtieron inmediatamente en el poeta más famoso de Inglaterra. Más asequible que el anterior por su extensión, nos cuenta los viajes y reflexiones de un joven aburrido de su patria, él mismo. El corsario fue el poema que inspiró a Espronceda para componer un pirata bastante más breve y, por eso mismo, más intenso. 


Estos son, posiblemente, sus dos poemas dramáticos más famosos —escribió ocho—, más satánicos y más legibles en la actualidad. La que aquí aparece es una edición crítica de gran calidad y muy cuidada. Se recoge, incluso, la respuesta de W. Blake al Caín de Byron: El fantasma de Abel (1822). Entre iconoclastas rebeldes y heréticos andaba el juego.


Para este tiempo de picoteo y cambio rápido de lectura o de pantalla, cualquiera de estas dos antologías van muy bien —ambas se encuentran fácilmente en las librerías—. Ofrecen una buena selección de la obra lírica breve. Ambas son bilingües. La de Visor ofrece una pequeñísima muestra del Childe Harold y del Don Juan. La de Alba, el poema largo La visión del juicio (tremendo ajuste de cuentas con R. Southey al más puro estilo quevediano, incluso redactó un prefacio firmado como Quevedo Redivivus. Ahí es nada).  


 Ya tenéis Byron para entreteneros.

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viernes, 10 de febrero de 2023

WILLIAM WODSWORTH (última entrega)

Editorial

Esta es la antología más completa y reciente (2021) que se puede encontrar en castellano. Como es habitual en la editorial, estamos ante una edición bilingüe, con amplio estudio introductorio, bibliografía exhaustiva y abundantes notas. La edición corrió a cargo de Antonio Ballesteros González. Excelente.

Editorial

Eduardo Sánchez Fernández se encargó de la edición para Linteo (2018). Es también bilingüe, tiene estudio introductorio y notas. No es tan amplia como la de Cátedra, pero como objeto es de mayor calidad: mayor tamaño de letra, papel ahuesado, cubiertas con solapas...

Editorial
Esta edición (1990) de las Baladas líricas no debería faltar en la biblioteca de nadie que desee introducirse en el conocimiento del romanticismo inglés. La publicación en 1798 de las Lyrical Ballads por Wodsworth y Coleridge fue el acto fundacional del movimiento. Hay más ediciones, pero, en mi opinión, esta es la mejor. Corrió a cargo de Santiago Corugedo y José Luis Chamosa.

Editorial

Quien no desee adentrarse específicamente en la obra de ninguno de los poetas que configuraron el romanticismo inglés, pero quiera disponer de algunos de los mejores poemas que escribieron, esta antología (ahora en Austral) cumple muy bien el objetivo. José María Valverde se encargó de la introducción, la cronología y la bibliografía; de la traducción, él mismo y Leopoldo Panero (1989).

Recordar la magnífica escena de Natalie Wood leyendo un par de versos en la película de Kazan no le va a hacer ningún mal al poeta de los lagos: 


Y un programa musical que lleva por título Esplendor en la hierba, ese feliz sintagma de la célebre oda de Wodsworth, en el que todo gira sobre la memoria y la nostalgia (del griego νόστος [nóstos], «regreso», y ἄλγος [álgos], «dolor»). 

Pero ¿es realmente una oda a la nostalgia?


INSINUACIONES DE INMORTALIDAD POR RECUERDOS DE LA TEMPRANA NIÑEZ

                        I
Hubo un tiempo en que prados, bosquecillos, arroyos,
la tierra, y toda vista acostumbrada,
me parecían ser, en luz celeste
adornados, la gloria, la frescura de un sueño.
Hoy ya no es como fue,
me vuelva a donde quiera,
de día o por la noche:
las cosas que veía no puedo verlas ya.


                        II
El Arco Iris sale y se retira,
deliciosa es la Rosa,
la Luna, con deleite,
mira en torno si el cielo está sin nubes;
en la noche estrellada, el agua corre
hermosa y deliciosa;
el Sol brilla en glorioso nacimiento,
pero, por donde vaya,
sé que se fue una gloria de la Tierra.


                        III
Hoy que las aves cantan un canto alegre, así,
y brincan los borregos como al son del tambor,
me vino, en soledad, una doliente idea:
y oportunas palabras aliviaron mi mente
y otra vez tengo fuerzas: desde el borde
del precipicio suenan trompetas de cascadas;
no ofenderá otro agravio mío a la primavera:
oigo por las montañas los ecos en tropel,
llegan a mí los vientos de los campos del sueño,
la Tierra está gozosa:
mar y tierra se entregan
al regocijo: todo
animal, con el ánimo de mayo,
hace su vacación:
¡hijo de la Alegría,
grita en torno de mí, déjame oír tus gritos,
tú, feliz pastorcillo!


                        IV
Criaturas benditas, escuché la llamada
que os hacéis unas a otras; y veo con vosotras
a los cielos reír en vuestro jubileo:
en vuestro festival entra mi corazón,
mi cabeza se ciñe de guirnalda,
la plenitud de vuestra dicha siento: lo siento todo.
Oh mal día, si estuviera ceñudo
mientras la misma tierra se ha adornado
esta dulce mañana de mayo, cuando están
los Niños recogiendo,
por todas partes, frescas
flores, en tantos valles a lo lejos,
mientras brilla el sol tibio,
y el Niñito pequeño salta en brazos
de la Madre: yo escucho, ¡con alegría escucho!
Pero hay un Árbol, entre muchos, uno,
un cierto Campo que he mirado tanto,
y ambos me dicen de algo que se fue:
ante mis pies, la flor del pensamiento
repite un cuento siempre:
¿a dónde huyó aquel brillo visionario?
¿dónde están hoy las glorias y los sueños?


                        V
Nuestro nacer es sólo un dormir y olvidar:
el Alma que se eleva con nosotros, la Estrella
de nuestra vida, tuvo su ocaso en otro sitio,
y llega de muy lejos:
no en un entero olvido,
no del todo desnudos,
sino arrastrando nubes de gloria hemos llegado
de Dios, que es nuestro hogar;
¡en torno nuestro hay Cielo en nuestra infancia!
Sombras de la prisión se empiezan a cerrar
sobre el Niño que crece,
pero él mira la luz y de dónde le afluye,
en su gozo lo ve;
el Joven, aunque a diario debe andar alejándose
del Este, es sacerdote de la Naturaleza
todavía, y su espléndida visión
le sigue, acompañando su camino;
al fin el Hombre nota cómo muere
y se extingue en la luz del común día.


                        VI
La Tierra, de placeres suyos llena el regazo,
siente afán de su propia especie natural,
y aun con algo del ánimo
de una Madre, con digna pretensión, familiar
Ama, hace cuanto puede para lograr que a su Hijo
Adoptivo, el Hombre, se le olviden
las glorias que ya había conocido,
y el palacio imperial de donde vino.


                        VII
En su dicha recién nacida, ved al Niño,
¡el querido pigmeo de seis años!
Vedle tendido en medio de lo que hacen sus manos,
mientras le asaltan ráfagas de besos de su madre,
con la luz de los ojos de su padre sobre él.
Ved, a sus pies, algún pequeño plano o mapa,
un trozo de su sueño de vida humana, que él
por sí mismo formó con recién aprendido
arte; quizá una boda, un festival,
un funeral, un luto; y eso ahora
tiene su corazón
y a ello ajusta su canto;
luego acomodará su lengua o diálogos
de negocios, de amor o de disputa;
pero no tardará
eso en quedar a un lado,
y con nueva alegría y nuevo orgullo
ese pequeño Actor formará un papel nuevo:
y ocupará su "escena de humores", alternando
todos los personajes, hasta la paralítica
Vejez, que trae la vida consigo en su reserva:
como si su completa vocación
fuera la imitación interminable.


                        VIII
Tú, que desmientes en tu aspecto externo
la inmensidad de tu alma,
filósofo mejor, que aún conservas
tu herencia, y eres ojo entre los ciegos;
que, sordo y silencioso, lees la eterna hondura
siempre acosado por la mente eterna,
¡poderoso Profeta! ¡venturoso Vidente!;
en quien descansan todas las verdades
que pasamos la vida buscando con fatiga,
perdidos en lo oscuro, lo oscuro de la tumba;
con tu Inmortalidad, como el Día, cerniéndote
sobre ti, como un Amo sobre un Siervo,
una Presencia que no es posible eludir;
para quien es la tumba un lecho solitario
sin sensación ni imagen del día o la luz cálida,
lugar de pensamiento donde esperar yaciendo;
tú, Niño, todavía glorioso en el poder
de libertad celeste en lo alto de tu cima,
¿por qué con tal empeño fatigoso provocas
los años a traer el yugo inevitable,
luchando ciegamente así contra tu dicha?
Pronto tu ala tendrá su carga terrenal
y pondrá la costumbre un peso sobre ti,
pesado como el hielo, hondo como la vida.


                        IX
¡Oh gozo! en nuestras ascuas
hay algo que está vivo,
que la naturaleza recuerda todavía
cómo fue tan fugaz.
Pensar en nuestros años pasados en mí engendra
perpetua bendición: no ciertamente
por lo más digno de ser bendecido;
deleite y libertad, el simple credo
de la Infancia, en reposo o atareada,
con esperanza nueva aleteando en el pecho;
no por ello levanto
el canto de alabanza agradecida;
sino por las preguntas obstinadas
del sentido y las cosas exteriores;
algo que de nosotros cae y se desvanece,
sospechas sin perfil de una Criatura
que se mueve por mundos sin realizar, instintos
altos, ante los cuales nuestra naturaleza
mortal tembló, así un Ser culpable sorprendido;
sino por las primeras afecciones,
esos vagos recuerdos,
que, sean lo que sean,
son la fuente de luz de todo nuestro día,
son la luz dominante en todo nuestro ver;
nos sostienen y abrigan, con poder para hacer
que estos años ruidosos parezcan sólo instantes
en el ser del eterno Silencio: las verdades
que despiertan a nunca perecer:
que ni desatención, ni esfuerzo loco,
ni el Hombre, ni el Muchacho,
ni todo lo enemigo de la dicha
pueden borrar del todo o destruir.
Por eso, en estación de tiempo claro,
aunque estemos muy tierra adentro, nuestras
Almas tienen visiones de ese mar inmortal
que nos trajo hasta aquí;
y hasta allí pueden ir en un momento
para ver a los Niños que juegan en la orilla
y oír las poderosas aguas siempre dar vueltas.


                        X
Así pues, cantad, Pájaros, ¡cantad un canto alegre!
¡Y salten los borregos
como al son del tambor!
En nuestros pensamientos iremos agolpados
con vosotros, flautistas, vosotros que jugáis,
los que sentís en vuestro corazón
la alegría de mayo.
Aunque el fulgor que fue tan claro en otro tiempo
se quite para siempre de mi vista,
aunque nada me pueda devolver esas horas
de esplendor en la hierba, de gloria entre las flores,
no me voy a afligir, sino más bien a hallar
fuerza en lo que atrás queda:
en esa simpatía primigenia
que, habiendo sido, debe siempre ser;
en los suavizadores pensamientos que brotan
del sufrimiento humano;
en la fe que contempla a través de la muerte,
en los años que traen la mente filosófica
.


                        XI
¡Vosotros, Fuentes, Prados, Colinas, Bosquecillos,
no presagiéis que se separen nunca
nuestros amores! Siento en el corazón, hondo
vuestro poder: tan sólo he perdido un deleite,
el vivir bajo vuestro más habitual dominio.
Al arroyo que baja, ruidoso, lo amo ahora
más que cuando, ligero como él, me tropezaba;
el fulgor inocente de otro día que nace
me sigue siendo amable;
las nubes que se juntan en torno al sol poniente,
toman su colorido sobrio una mirada
que ha velado la humana mortalidad: ha habido
otra carrera, y otras palmas se han conquistado.
Gracias al corazón que nos hace vivir,
gracias a su ternura, sus gozos, sus temores,
la menor flor me puede ofrecer pensamientos
a veces demasiado hondos para las lágrimas
.

(Traducción: José María Valverde. Las negritas son mías).

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jueves, 2 de febrero de 2023

FRAGMENTOS, NOVALIS

Cuando en 1798 los hermanos Schlegel pusieron en marcha la revista Athenaeum, pidieron a los colaboradores que no firmaran los trabajos o que lo hicieran con pseudónimo, así se podría dar la imagen de que quienes participaban en ella formaban un grupo que compartía la misma estética. Nació Novalis (latín: barbecho, terreno que se deja para ser productivo más adelante). El dístico que introduce los primeros fragmentos nos lo comunica:
Amigos, está pobre el suelo, semillas en abundancia debemos

arrojar, para que se nos den cosechas siquiera modestas.

Novalis tomó el modelo de sus predecesores Herder y Lessing. Friedrick Schlegel, además, hacía la defensa ese mismo año del género. 

Los textos breves, las frases cortas, las máximas, los aforismos tienen la ventaja de poseer una gran expresividad y una capacidad de sugerir que nunca puede alcanzar el texto especulativo, la argumentación reflexiva teórica. En su contra, en cambio, tienen que si no son capaces de recoger bien aquello que quieren expresar pueden quedar nebulosos, herméticos, oscuros. Por otra parte, nunca un conjunto de frases sueltas, por muy ingeniosas que sean, podrán formar un sistema de pensamiento bien estructurado.

Sea como fuere, Novalis demostró estar bien dotado para la práctica de este género e, incluso, podemos rastrear muy bien lo que pensaba a través de su lectura, igual o mejor que con sus novelas o su poesía. Acceder a ellos resulta sencillo, hay varias ediciones y Pou recoge bastantes en la biografía sobre el poeta. De ella tomo estos pocos:

Todo hombre debería ser un artista. Porque todo puede llegar a ser un arte bello.

Aprender algo produce un disfrute muy bello. Llegar a dominar algo a fondo es una fuente de bienestar.

La muerte es una victoria sobre sí mismo, que como toda superación de sí, procura una nueva y más leve existencia.

Cada cosa que amamos es el centro de un paraíso.

Soñamos con viajes por el universo. ¿Es que no está el universo en nosotros?

Buscamos por todas partes lo absoluto, y siempre y solo encontramos cosas.

El mundo depende de la creencia. Tal como crea que es una cosa, así será para mí.

El poeta entiende la naturaleza mejor que el científico.

Estamos más cerca de lo invisible que unidos a lo visible.

Dios somos nosotros.

Todo me conduce hacia mí.

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miércoles, 18 de enero de 2023

ROMANTICISMO

Para el grupo del Centro Cultural CBA

 

Descubro casualmente este documental coproducido por Prodimag y Films Media Group para TVE en 2005. Fue dirigido por Didac Aparicio y Rosa Pons. En él aparecen entrevistados Xabier Antich, Rafael Argullol, David S. Reynolds y Susan J. Wolfson, así que no pierdo la oportunidad de incluirlo aquí porque es un excelente documental sobre el romanticismo y porque todavía vamos a pasar bastante tiempo en las tertulias analizando la obra de poetas que se encuadran dentro de ese movimiento.

Para quien haya cogido carrerilla a partir del documental y quiera adentrarse más en el tema, sugiero algunas lecturas. Todas ellas asequibles y muy interesantes:

Editorial.

Podéis leer el índice y unas cuantas páginas en este enlace.

Editorial.
Aquí el índice y el primer capítulo.

Facebook de la editorial.

Podéis leerlo en línea o descargarlo desde aquí.


Aquí, un fragmento. Lo tenéis en pdf aquí.  ¡Muchas gracias, Tomás! 

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sábado, 7 de enero de 2023

HIPERIÓN (unas cuantas citas)

Editorial
Ser uno con todo, esa es la vida de la divinidad, ese es el cielo del hombre. 

Ser uno con todo lo viviente, volver, en un feliz olvido de sí mismo, al todo de la naturaleza, esa es la cima de los pensamientos y alegrías, esta es la sagrada cumbre de la montaña, el lugar del reposo eterno donde el mediodía pierde su calor sofocante y el trueno su voz, y el hirviente mar se asemeja a los trigales ondulantes.

¡Ser uno con todo lo viviente! Con esta consigna, la virtud abandona su airada armadura y el espíritu de hombre su cetro, y todos los pensamientos desaparecen ante la imagen del mundo eternamente uno, como las reglas del artista esforzado ante su Urania, y el férreo destino abdica de su soberanía, y la muerte desaparece de la alianza de los seres, y lo imposible de la separación y la juventud eterna dan felicidad y embellecen al mundo.

(p 25)

¡Ojala no hubiera ido nunca a vuestras escuelas! La ciencia, a la que perseguí a través de las sombras, de la que esperaba, con la insensatez de la juventud, la confirmación de mis alegrías más puras, es la que me ha estropeado todo.

En vuestras escuelas es donde me volví tan razonable, donde aprendí a diferenciarme de manera fundamental de lo que me rodea; ahora estoy aislado entre la hermosura del mundo, he sido así expulsado del jardín de la naturaleza, donde crecía y florecía, y me agosto al sol de mediodía.

Sí, el hombre es un dios cuando sueña y un mendigo cuando reflexiona, y cuando el entusiasmo desaparece, ahí se queda, como un hijo pródigo a quien el padre echó de casa, contemplado los miserables céntimos con que la compasión alivió su camino.

(p 26)

Me parece que tú concedes demasiado poder al Estado. Este no tiene derecho a exigir lo que no puede obtener por la fuerza. Y no puede obtener por la fuerza lo que el amor y el espíritu dan. ¡Que no se le ocurra tocar eso o tomaremos sus leyes y las clavaremos en la picota! ¡Por el cielo!, no sabe cuánto peca el que quiere hacer del Estado una escuela de costumbres. Siempre que el hombre ha querido hacer del Estado su cielo, lo ha convertido en un  infierno.

(p 54)

Sí, los poetas tienen razón, no hay nada, por pequeño e insignificante, con lo que  no sea posible el entusiasmo.

(p 72)

¡0h vosotros, los que buscáis lo más elevado y lo mejor en la profundidad del saber, en el tumulto del comercio, en la oscuridad del pasado, en el laberinto del futuro, en las tumbas o más arriba de las estrellas! ¿Sabéis su nombre?, ¿el nombre de lo que es uno y todo?

Su nombre es belleza.

(p 80)

Lo más hermoso es también lo más sagrado.

(p 84)

¡Sí!, el hombre, cuando ama, es un sol que todo lo ve y todo lo transfigura; cuando no ama, es una morada sombría en la que consume un humeante candil.

(p 107)

El primer hijo de la belleza humana, de la belleza divina, es el arte. En él se rejuvenece y se perpetúa a sí mismo el hombre divino (...) La segunda hija de la belleza es la religión. Religión es amor a la belleza (...) Y sin tal amor a la belleza, sin tal religión, todo Estado es un flaco esquema sin vida ni espíritu.

(p 114)

La poesía es el principio y el fin de esa ciencia (se refiere a la filosofía)

(p 115)

De la pura inteligencia no brotó nunca nada inteligible, ni nada razonable de la razón pura.

(p 117)

De la pura razón no ha surgido ninguna filosofía, pues filosofía es más que ciega exigencia de un progreso nunca demasiado resolutivo en el arte de unir y de diferenciar una determinada sustancia (...) si la razón aspira a elevarse es iluminada por el divino ἔν διαφέρον εαυτῶ [uno en sí mismo diferente], ya que no exige ciegamente y sabe por qué y para qué exige.

(p 118)

Solo habrá una belleza; y humanidad y naturaleza se unirán en una única divinidad que lo abarcará todo.

(126)

Solo quien actúa con toda el alma no se equivoca nunca.

(p 143)

Todo está acabado, Diotima. Nuestras gentes han saqueado y asesinado sin hacer distingos (...) De hecho, era un proyecto extraordinario pretender fundar mi Elíseo con un banda de ladrones.

(p 158)

Creo que existimos por nosotros mismos, y que solo nuestro libre impulso nos une tan íntimamente con el todo.

Sin libertad, todo está muerto.

(p 187)

Bárbaros desde tiempos remotos, a quienes el trabajo y la ciencia, e incluso la religión, han vuelto más bárbaros todavía, profundamente incapaces de cualquier sentimiento divino, corrompidos hasta médula (...) no puedo figurarme ningún pueblo más desgarrado que los alemanes. Entre ellos encontrarás artesanos, pero no hombres; pensadores, pero no hombres; señores y criados, jóvenes y adultos, pero ningún hombre.

(p 202)

Después de leer estas citas, ¿puede alguien razonablemente humano resistirse a la lectura de Hiperión?

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