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miércoles, 22 de mayo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Salvador Díaz Mirón)

#unlibrounpoema


Salvador Díaz Mirón (1853-1928) fue un mexicano que vivió en una época agitada social y políticamente. Armas y letras van de la mano. Lord Byron y Victor Hugo son sus ídolos, y un duelo en Orizaba le dejará la clavícula inservible y, como consecuencia, el brazo inútil. Desde 1878 llevará la mano oculta en un bolsillo de la chaqueta; en el otro, para la mano hábil, una pistola.

Rubén Darío, Julio Herrera y Reissig, Leopoldo Lugones y Francisco Villaespesa lo reconocieron como maestro. Antonio Castro Leal escribió sobre él con estas palabras: En la más alta poesía de lengua española tiene un lugar de honor, cerca de Góngora y de Quevedo (Díaz Mirón. Su vida y su obra).

En Veracruz está su casa-museo.

Un par de muestras. En el segundo, "Sursum", sorprenden las semejanzas con el Zaratustra nietzscheano que claramente no pudo haber leído en 1884 y en alemán. Fijaos: el poeta es el superhombre, el héroe de gran alma que trasciende la moral de esclavos del cristianismo.



ASONANCIAS

Sabedlo, soberanos y vasallos,
        próceres y mendigos:
nadie tendrá derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo estricto.

Lo que llamamos caridad y ahora
        es sólo un móvil íntimo,
será en un porvenir lejano o próximo
el resultado del deber escrito.

Y la Equidad se sentará en el trono
        de que huya el Egoísmo,
y a la ley del embudo, que hoy impera,
sucederá la ley del equilibrio.





SURSUM

                                      A Justo Sierra

¡Cuán grata es la ilusión a cuyos lampos
tienen perenne vida los amores,
inmarcesible juventud los campos
y embriagadora eternidad las flores!
¡Cuán vívido es el iris que colora,
magia oriental, la suspirada orilla
y a cuyo hermoso resplandor de aurora
radia hasta el fango que después mancilla!
La verdad, si engrandece la conciencia,
devora el corazón nunca sumiso;
es el fruto del árbol de la ciencia
y siempre hace perder el paraíso.
Mas aunque el bardo mate la quimera
y desvíe y aparte de sus ojos
el prisma encantador, y por doquiera
mire sombras y vórtices y abrojos,
ha de cantar la redentora utopía,
como otra estatua de Memnón que suena
y ser, perdida la esperanza propia,
el paladió de la esperanza ajena!

¡Cuando el mundo, ese Tántalo que aspira
en vano al ideal, se dobla al peso
de la roca de Sísifo, y expira
quemado por la túnica de Neso;
cuando al par tenebroso y centellante
imita a Barrabás y adora al Justo,
y pigmeo con ansias de gigante
se retuerce en el lecho de Procusto;
cuando gime entre horribles convulsiones
para expiar sus criminales yerros,
mordido por sus ávidas pasiones
como Acteón por sus voraces perros;
cuando sujeto a su fatal cadena
arrastra sus desdichas por los lodos,
y cada cual en su egoísta pena
vuelve la espalda a la aflicción de todos;
el vate, con palabras de consuelo,
debe elevar su acento soberano
y consagrar, con la canción del cielo,
no su dolor sino el dolor humano!

Sacro blandón que en la capilla austera
arde sin tregua como ofrenda clara
y consume su pábilo y su cera
por disipar la lobreguez del ara;
vaso glorioso en donde Dios resume
cuanto es amor, y que para alto ejemplo
gasta y pierde su llama y su perfume
por incensar en derredor el templo;
sublime Don Quijote que ambiciona
caer al fin entre el fragor del rayo,
torcida y despuntada la tizona
y abierto y rojo por delante el sayo;
ave fénix que en fúlgidas empresas
aviva el fuego de su hoguera dura,
y muere convirtiéndose en pavesas
de que renace victoriosa y pura…
¡Eso es el bardo en su fatal destierro!
Cantar a Filis por su dulce nombre
cuando grita el clarín: ¡despierta, hierro!
¡Eso no es ser poeta, ni ser hombre!

Mientras la musa de oropel y armiño
execra el polvo por amar la nube
y hace sus plumas con la fe de un niño
y hacia un azul imaginario sube;
mientras Ofelia, con el pecho herido
por Hamlet y sus trágicos empeños,
marcha a las ondas del eterno olvido
cogiendo flores y cantando sueños;
el numen varonil entra en la arena,
prefiriendo al delirio y al celaje
la ciudad con sus ruidos de colmena
y el pueblo con sus furias de oleaje,
y contempla la tierra purpurada,
y toma y alza, con piedad sencilla,
un montón de esa arcilla ensangrentada...
Y ese montón de ensangrentada arcilla
adquiere vida entre su mano estoica,
vida inmortal y fulgurantes alas,
y en él respira una belleza heroica,
como en la estatua de la antigua Palas.

Guardar silencio y poseer la trompa,
la recia trompa a cuya voz no exigua
vendría a tierra con su estéril pompa
el muro hostil de la ciudad antigua;
ser un Aquiles que a la lid prefiera
recordar a Briseida en el retiro,
aunque Patroclo batallando muera…
¡Eso es mentir a Dios! ¡Pero qué miro!
Cual la crin de un raudal que de alto arranca
tus cabellos se agitan... ¡Oh Maestro!
¿Por qué sacudes la cabeza blanca
cual si quisieras arrojar el estro?
¿Por qué no te alzas a la faz de Harmodio
y no repeles, cuando Atenas grita,
esa montaña de calumnia y odio
que sobre tu hombro de titán gravita?
¡Tu Etna será para tu fuerza flojo;
confía en ti y a tu misión no faltes,
que al hado cruel que lapidó tu arrojo
irá el volcán cuando debajo saltes!

¡Rompe en un himno que parezca un trueno!
El mal impera de la choza al solio;
todo es dolor o iniquidad o cieno:
pueblo, tropa, senado y capitolio.
¡Canta la historia al porvenir que asoma
cómo Suetonio y Tácito la escriben!
¡Cántala así mientras en esta Roma
Tiberios reinen y Seyanos priven!
¡Abre la puerta al entusiasmo ausente,
mueve de un grito el desusado gonce
y como a chorros de fusión ardiente
vierte en los mimbres el vigor del bronce!
¡Derrama el verbo cuyos soplos crean
la fe que anima y el valor que salva,
y que a tu acento nuestras almas sean
como tinieblas que atraviesa el alba!
Para el poeta de divina lengua
nada es estéril, ni la misma escoria.
¡Si cuanto bulle en derredor es mengua,
sobre la mengua esparcirás la gloria!

***


miércoles, 15 de noviembre de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (T. S. Elliot)

Editorial
Nota previa: 

Desde hace unos días, paralelamente a esta sección Un libro, un poema he iniciado en WhatsApp, en el apartado "novedades", la publicación diaria de un poema bajo el hashtag (#) un poema al día. Es, lógicamente, una fórmula absolutamente efímera, pasadas las 24 horas, desaparece, pero quienes tenéis mi número podéis ver el poema, que cada día será de un libro distinto... 

***

#unlibrounpoema

Elliot ya es un clásico del siglo XX y no necesita presentación de ningún tipo. Guste o no, se haya leído o no, todo el mundo sabe que es el autor de obras tan influyentes en su época como La tierra baldía o Cuatro cuartetos.

Hoy dejo aquí, en traducción de José María Valverde

LA CANCIÓN DE AMOR DE J. ALFRED PRUFROCK


Si yo creyese que mi respuesta fuese
a persona que alguna vez volviera al mundo,
esta llama quedaría sin más sacudidas.
Pero como jamás desde este fondo
volvió nadie vivo, si es verdad lo que oigo,-+
sin temor de infamia te respondo.

DANTE, INFERNO, XXVII


Vamos entonces, tú y yo,
cuando el atardecer se extiende contra el cielo
como un paciente anestesiado sobre una mesa;
vamos, por ciertas calles medio abandonadas,
los mascullantes retiros
de noches inquietas en baratos hoteles de una noche
y restaurantes con serrín y conchas de ostras:
calles que siguen como una aburrida discusión
con intención insidiosa
de llevarnos a una pregunta abrumadora…
Ah, no preguntes "¿Qué es eso?"
Vamos a hacer nuestra visita.

En el cuarto las mujeres van y vienen
hablando de Miguel Ángel.

La niebla amarilla que se restriega el lomo en los cristales de las ventanas,
el humo amarillo que se restriega el hocico en los cristales de las ventanas,
metió la lengua lamiendo los rincones del atardecer,
se demoró en los charcos quietos sobre los sumideros,
dejó que le cayera en el lomo el hollín que cae de las chimeneas,
resbaló por la azotea, dio un brinco repentino,
y, viendo que era una suave noche de octubre,
se enroscó una vez en torno a la casa y se quedó dormido.

Y claro que habrá tiempo
para el humo amarillo que se desliza por la calle,
restregándose el lomo contra los cristales de las ventanas;
habrá tiempo, habrá tiempo
de preparar una cara para encontrar las caras que encuentras;
habrá tiempo de asesinar y de crear,
y tiempo para todos los trabajos y los días de las manos
que levantan y dejan caer una pregunta en tu bandeja;
tiempo para tí y tiempo para mí,
y tiempo aún para cien indecisiones,
y para cien visiones y revisiones,
antes de tomar té con tostadas.

En el cuarto las mujeres van y vienen
hablando de Miguel Angel.

Y claro que habrá tiempo
de preguntarse "¿Me atrevo?", y "¿Me atrevo?"
tiempo de volver atrás y bajar la escalera,
con un claro de calvicie en medio de mi pelo
(dirán: "¡Cómo le está clareando el pelo!")
mi chaquet, mi cuello duro subiendo firmemente hasta la barbilla,
mi corbata rica y modesta, pero afirmada con un sencillo alfiler-
(dirán: "Pero ¡qué delgados tiene los brazos y las piernas!")

¿Me atrevo
a molestar al universo?
En un minuto hay tiempo
de decisiones y revisiones que un minuto volverá del revés.
Pues les he conocido ya a todos, les conozco a todos—
he conocido los anocheceres, mañanas, tardes,
he medido mi vida con cucharillas de café:
conozco las voces que mueren con una caída agonizante
bajo la música de un cuarto de más allá.
Así ¿cómo podría hacerme ilusiones?

Y he conocido ya los ojos, los conozco todos—
los ojos que te miran fijos en una expresión formulada,
y cuando esté formulado, despatarrado en un alfiler,
cuando esté clavado y retorciéndome en la pared,
¿cómo empezaría entonces
a escupir todas las colillas de mis días y maneras?
Y ¿cómo podría hacerme ilusiones?

Y he conocido ya los brazos, los conozco todos—
brazos con pulseras y blancos y desnudos
(¡pero, a la luz de la lámpara, con vello parado claro!)
¿Es perfume de un traje de mujer
lo que me hace divagar así?
Brazos que se extienden en una mesa, o que se arropan en un chal.
¿Y cómo hacerme ilusiones entonces?
¿Y cómo iba a empezar?

........................................................

¿Diré que he pasado al oscurecer por estrechas calles
observando el humo que se eleva de las pipas
de hombres solitarios en mangas de camisa, asomados a la ventana?

Debería yo haber sido un par de ásperas garras
corriendo por los fondos de mares silenciosos.

.......................................................

!Y la tarde, el anochecer, duerme tan pacíficamente!
Alisada por largos dedos,
dormida… cansada… o se hace la enferma,
extendida en el suelo, aquí junto a ti y a mí.

¿Debería yo, después del té con pastas y helados,
tener la energía de forzar el momento hasta su crisis?
Aunque he visto mi cabeza (ya ligeramente calva) presentada en una bandeja,
no soy ningún profeta —y no se trata aquí de nada importante;
he visto chisporrotear apagándose el momento de mi grandeza,
y he visto al eterno Lacayo, alargándome mi abrigo y riéndose con disimulo,
y, en resumen, tuve miedo.

Y habría valido la pena, después de todo,
después de las tazas, la mermelada, el té,
entre la porcelana, entre un poco de charla tuya y mía,
habría valido la pena
descabezada de un mordisco el asunto con una sonrisa,
apretar el universo en una bola
echándolo a rodar hacia alguna pregunta abrumadora,
decir: “Soy Lázaro, venido de entre los muertos,
vuelto para decíroslo todo, os lo diré todo”-,
si alguna, poniéndose una almohada junto a la cabeza,
dijera. “No es eso lo que yo quería decir en absoluto.
No es eso, de ningún modo”.

Y habría valido la pena, después de todo,
después de las tazas, la mermelada, el té,
entre porcelana, entre un poco de charla tuya y mía,
habría valido la pena
descabezar de un mordisco el asunto con una sonrisa,
apretar el universo en una bola
echándolo a rodar hacia alguna pregunta abrumadora,
decir: "Soy Lázaro, venido de entre los muertos,
vuelto para decíroslo todo, os lo diré todo"—,
si alguna, poniéndose alguna almohada junto a la cabeza,
dijera: "No es eso lo que yo quería decir en absoluto.
No es eso, de ningún modo".

Y habría valido la pena, después de todo,
habría valido la pena, 
después de las puestas de sol y los jardincillos delante de casa, y las calles regadas,
después de las novelas, después de las tazas de té, después de las faldas que se arrastran por los suelos,
y esto, ¿y tanto más?
¡Es imposible decir precisamente lo que quiero decir!
Pero si una linterna mágica proyectara los nervios como estructuras en una pantalla:
habría valido la pena
de que alguna acomodándose una almohada o tirando a un lado un chal,
y voliéndose a la ventana, dijera:
"Eso no es en absoluto,
eso no es lo que quería decir en absoluto."

.......................................................

¡No! No soy el príncipe Hamlet, ni tenía por qué serlo;
soy un noble del séquito, uno que sirve
para hacer bulto en una comitiva, empezar alguna que otra escena,
aconsejar al príncipe: sin duda, un fácil instrumento,
respetuoso, contento de ser útil,
político, cauto y meticuloso;
lleno de elevado fraseo, pero un poco obtuso;
a veces, incluso, casi ridículo—
a veces, casi, un Bufón.

Envejezco… envejezco…
Tengo que llevar vueltas en los bajos de los pantalones.

¿Me saco raya en el pelo por detrás? ¿me atrevo a comerme un melocotón?

Me pondré pantalones blancos de franela, y pasearé por la playa.
he oído a las sirenas cantándose unas a otras.
No creo que me canten a mí.
Las he visto cabalgar en las olas mar adentro
peinando el blanco pelo de las olas echando atrás
cuando el viento sopla el agua hasta ponerla blanca y negra.

Nos hemos demorado en las cámaras del mar
junto a ondinas enguirnaldadas de algas, en rojo y pardo,
hasta que nos despierten voces humanas y nos ahoguemos.

***


jueves, 24 de septiembre de 2020

POETIKA 2020: ARITZ GORROTXATEGI

KM KULTURUNEA

Hoy, a las 19:30se reanuda el ciclo de Poetika 2020  en el salón de actos del Koldo Mitxelena. Aritz Gorrotxategi es el poeta invitado. La introducción correrá a cargo de Felipe JuaristiEl acompañamiento musical lo realizará Maitane Arretxe con el acordeón.

Si bien la obra literaria de Gorrotxategi es muy amplia e incluye numerosos artículos de opinión en prensa, la obra poética está recogida en estos títulos:

Taxi bat Hamlet-entzat2002, Hiria.

Zaldi hustuak, 2007, Erein.

Hariaz beste, 2011, Erein.

Muga (liburu kolektiboa), 2016, El Gallo de Oro.

Chillidari gorazarre (liburu kolektiboa). 2017, Balea Zuria.

Amua2019, Elkar.

Su blog personal (euskara) lo tenéis enlazado aquí.



BIHARKO HARIA


Biolinaren baitako hotsak esnaraziz,

plaza txikia katedral bihurtzen du zazpietan,

zortzietako autobusak ihes egin baino lehen,

entzuleen hotsak isilaraziz.


Hor ikusiko duzu kapela nola bete,

geldialdiak merezi duela aurrera baino lehen,

biribilduen artean Ariadna zilegiak

dituela gogo, musika harien artean itxiz

joan-etorriko zauriak.


Baina bereziki gaur

badaki hura dagoela besteen artean,

bereziki gaur

atzo bezalako egun bat da,

non nahikoa den hari bati heltzea

sorterria begirada batean zehazteko,

non nahikoa den hari bati heltzea

beste aldean Ariadna dagoela ziurtatzeko.


Emakumeak ere maite du Teseo,

baina bietako inork ez daki esaten

nola egingo dioten ihes Minotauroari,

biak bat direnean ala banaka

etxera doazenean

bakoitza bere autobusean

banakotasunean desegitera,

puskekin biharko haria

birsor daitekeela sinistera.


Urrutitik maite dute elkar,

galderarik egin gabe,

labirintuak ibiltaria maite duen moduan.

(Tenéis la traducción y algún texto más en este enlace).



Para asistir es necesario inscribirse:
943 11 28 93 (de 08:30 a 14:30)


sábado, 11 de abril de 2020

COMO GUSTÉIS (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 16)

Shakespeare no inventa el monólogo, es un procedimiento que toma de la tradición para ambientar acontecimientos, aumentar así el dramatismo, y, sobre todo, profundizar en las dimensiones psicológicas de los personajes. No lo inventa, pero lo lleva a su máxima expresión. Caso paradigmático y archiconocido es el de Hamlet. Como gustéis también tiene su monólogo famoso en la voz del melancólico Jaime/Jacques (act II, esc 7).

El mundo es un gran teatro,

y los hombres y mujeres son actores.

Todos hacen sus entradas y sus mutis

y diversos papeles en su vida.

Los actos, siete edades. Primero, la criatura,

hipando y vomitando en brazos de su ama.

Después, el chiquillo quejumbroso que, a desgano,

con cartera y radiante cara matinal,

cual caracol se arrastra hacia la escuela.

Después, el amante, suspirando como un horno

y componiendo baladas dolientes

a la ceja de su amada. Y el soldado,

con bigotes de felino y pasmosos juramentos,

celoso de su honra, vehemente y peleón,

buscando la burbuja de la fama

hasta en la boca del cañón. Y el juez,

que, con su oronda panza llena de capones,

ojos graves y barba recortada,

sabios aforismos y citas consabidas,

hace su papel. La sexta edad nos trae

al viejo enflaquecido en zapatillas,

lentes en las napias y bolsa al costado;

con calzas juveniles bien guardadas, anchísimas

para tan huesudas zancas; y su gran voz

varonil, que vuelve a sonar aniñada,

le pita y silba al hablar. La escena final

de tan singular y variada historia

es la segunda niñez y el olvido total,

sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin nada.


Sí, así es, Shakespeare nunca deja de ser él mismo y sus comedias, por lo general, nunca son comedias solamente. En ellas casi siempre se entrelazan acontecimientos dramáticos, cuando no trágicos, y por eso nos encontramos con personajes tan profundamente meditativos como este Jacques, que carece del porte, la presencia y la fuerza de Rosalinda, pero al que el autor le concede un par de monólogos de gran prestancia.

Sin embargo, Cómo gustéis no sería practicamente nada sin la existencia de Rosalinda a la que dota de frescura, de imaginación y de vitalidad, de ahí su popularidad, aunque no estemos a finales del siglo XIX y no podamos sostener el comentario de Bernard Shaw sobre su fama: La popularidad de Rosalinda se debe a tres causas principales. Primero, solo habla en verso blanco durante unos minutos. Segundo, sólo lleva falda durante unos minutos (...). Tercero, corteja al hombre en lugar de esperar a que el hombre la corteje.

La interpretación que realiza la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid bajo la dirección de Charo Amador, aun siendo una interpretación no profesional, tiene grandes logros. Disfrutadla.




***
Y no te olvides de mandar mensajes de ánimo a los enfermos que se mantienen aislados en los hospitales.

miércoles, 28 de agosto de 2019

RICARDO II (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 8)

Ricardo II es una de las obras menos conocidas de Shakespeare en el mundo de habla castellana, entre otras cosas porque no existen muchas traducciones ni tampoco es la típica tragedia representada en todos los festivales de teatro clásico. Pero esto, que es así, tampoco quiere decir gran cosa. 

Ricardo II es una tragedia histórica teñida de nostalgia. Es también una profunda reflexión sobre el poder, una tragedia sobre la culpa y una estupenda metáfora sobre el teatro del mundo. Y es, como nos lo recuerda Bloom, la puesta en escena de un pésimo rey que tiene, sin embargo, buenas dotes de poeta metafísico. Dejadme que os cite las palabras del estudioso neoyorquino.

Rey alocado e inadecuado, víctima tanto de su propia psique y su extraodinario lenguaje como de Bolingbroke, no es que Ricardo gane nuestra simpatía, sino nuestra renuente admiración estética por la cadencia moribunda de su música cognitiva. Es totalmente incompetente como político, y totalmente dueño d ela metáfora (Shakespeare. La invención de lo humano. p 305).

A punto de acabar, en Ricardo II también podemos leer —acto V, escena V— uno de los soliloquios más impresionantes del teatro, que sería citado muchas más veces si no fuera por que el de Hamlet oculta prácticamente cualquier otro.

Me he estado preguntando cómo puedo comparar la cárcel en que vivo con el mundo y, como el mundo es tan populoso y aquí no hay otro ser que no sea yo, no soy capaz. Con todo, voy a resolverlo. Mi mente será la hembra de mi espíritu, mi espíritu el padre, y los dos engendrarán una prole de pensamientos fecundantes que poblarán este mundo en pequeño de caracteres tan variados como el mundo, pues ningún pensamiento se contenta. Los más altos, los de asuntos divinos, se entremezclan con las dudas y ponen a las Escrituras en contradicción; primero, «Venid, niños, a mí», pero después, «Venir es tan difícil como es para un camello pasar por el ojo de una aguja». Los pensamientos ambiciosos imaginan milagros imposibles: cómo estas débiles uñas pueden abrir brecha en el pétreo costillar de este duro mundo que es mi cárcel y, como no pueden, mueren en su orgullo. Los pensamientos de paciencia se ilusionan con que no son los primeros esclavos de Fortuna, ni serán los últimos, cual los pobres mendigos metidos en el cepo, que amparan su vergüenza en los muchos que han metido y meterán y, pensando de este modo, se consuelan, llevando su infortunio a las espaldas de los que han soportado suerte igual. Así yo en uno solo hago de muchos, y ninguno satisfecho. A veces soy rey, mas la traición me hace que prefiera ser mendigo, y lo soy. Entonces la aplastante miseria me hace ver que me iba mejor cuando era rey, y vuelvo a ser rey, mas muy pronto pienso que Bolingbroke me ha desreinado, y ya no soy nada. Mas, sea uno u otro, ni a mí ni a nadie que sólo sea un hombre ya nada podrá complacernos si no es la paz de no ser nada. (Suena música). ¿Oigo música? ¡Eh, eh, lleva el ritmo! ¡Qué amarga es la música dulce cuando no se observa ritmo ni medida! Así ocurre en la música del hombre. Yo aquí tengo finura de oído para advertir discordancias en la cuerda, mas, respecto a la concordia de mi reino, no he tenido oído para oír mis disonancias. Perdí el tiempo, y ahora el tiempo me consume, ya que me he convertido en su reloj. Mis pensamientos son minutos; con suspiros marcan su andadura a la esfera de mis ojos, adonde mi dedo, semejante a un minutero, siempre apunta enjugándoles las lágrimas. Pues bien, señor, los sonidos que indican la hora son clamores que golpean mi corazón, que es la campana. Suspiros, lágrimas, clamores dan los minutos y las horas. Mas mi tiempo corre apresurado en la alegría de Bolingbroke, mientras yo tonteo aquí, muñeco de su reloj. Esa música enloquece. ¡Que no suene! Aunque ha devuelto el juicio a los locos, yo creo que va a quitárselo a los cuerdos. Sin embargo, bendito sea quien me la brinda, pues es señal de afecto, y el afecto a Ricardo es una rara joya en este mundo de odio.

martes, 18 de junio de 2019

ENRIQUE IV (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 5)

Shakespeare creó otro personaje tan atractivo como Hamlet para el drama histórico Enrique IV: Hal (el príncipe Enrique), aunque quede oscurecido por el esplendor de Falstaff, mucho más popular por su carácter ingenioso, vitalista y pendenciero. De hecho, la cultura popular inglesa le ha ofrecido figuritas con las que juegan los niños y ha dado su nombre a numerosas tabernas. Por donde pasa Falstaff, reina la fiesta, se come y se bebe sin medida, se fornica y se cuentan historias con la única condición de que sean atractivas, no importan que sean o no verídicas. En el mundo de Falstaff la vida es, o intenta ser, un fiesta sin fin, un juego permanente, una transgresión de la "normalidad".

Hal, el futuro Enrique V, es su aprendiz. Del borrachín Falstaff (fall:caída / staff:bastón) aprende cuanto hay que saber para poder reinar. Las tabernas son el mejor lugar para que un príncipe conozca a su pueblo. Del cálculo y la táctica nos habló Maquiavelo en su famosa obra. Y Hal aprende bien la lección. Cuando al final de la segunda parte se convierta en el nuevo rey, su compañero de correrías será apartado de su lado. El poder no se puede permitir una imagen de borracho ni de sentimental. 

Enrique IV forma parte de la tetralogía que Shakespeare escribió sobre la Historia de Inglaterra: Eduardo III, Ricardo II, Enrique IV (primera y segunda parte) y Enrique V. Todas ellas transcurren durante el convulso período de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra (1337-1453). Un período con suficientes elementos reales como para inspirar una profunda reflexión sobre el poder y la ambición. El fabuloso ingenio del dramaturgo no perdió la ocasión.

Acto V, final de la primera escena. La batalla está próxima. Falstaff no le oculta a Hal ni su miedo ni su deseo: 

—Quisiera que fuese la hora de ir a la cama y que todo marchase bien. 

Hal replica desabrido: 

—¡Diablo! ¡Debes a Dios una muerte! (en inglés: Why, thou owest God a death —en la traducción se pierde el juego de palabras entre "deuda" y "muerte" que en la época isabelina estaba muy presente al pronunciar la última palabra death-debt).

Falstaff queda solo y responde así al endiablado juego de palabras:

—No está debida aún, y me repugnaría pagarla antes de su fecha. ¿Qué necesidad tengo de meterme donde no me llaman? Bah, esto no es nada. El honor me aguijonea hacia adelante. Sí; pero ¿qué, si el honor me aguijonea hacia atrás cuando avance? ¿Es que el honor puede reponer una pierna? No ¿O un brazo? No. El honor ¿no tiene, pues, ninguna habilidad en cirugía? No. ¿qué es el honor? Una palabra. ¿Qué es esa palabra de honor? Aire. ¡Un adorno costoso! ¿Quién lo posee? El que murió el miércoles. ¿Lo siente? No. ¿Lo oye? No. ¿Es, pues, una cosa insensible? Sí, para los muertos. Pero, ¿no podría vivir con los vivos? No ¿Por qué? La denigración no lo sufriría; por tanto, no lo quiero. El honor es un simple escudo de armas..., y así acaba mi catecismo.

Traducción de Luis Astrana Marín.

martes, 9 de abril de 2019

HAMLET (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 1)



No existe monólogo más famoso que el de Hamlet en el tercer acto de la obra homónima; ni existe generación, cultura o moda que no haya ofrecido su propia interpretación de la misma. Sin llegar a la entrega de la juventud alemana de comienzos del XIX, que convirtió al príncipe danés en su ídolo y modelo para encontrar el sentido de la vida, es cierto que el poder de atracción de esta obra y de su personaje protagonista supera cualquier otro de la historia de la literatura y nos empuja, desde que lo descubrimos por primera vez, a indagar en las profundas cuestiones de la existencia.

Hamlet es la obra más compleja de Shakespeare, la más extensa —Bloom no cree que se llegara a representar nunca de forma completa en su época— y la que mejor representa el genio creativo de su autor, capaz siempre de ofrecer una perspectiva más rica y con más matices de una historia ya conocida, que gracias a la reescritura que realiza de ella, se transforma en un texto universal, donde cada vez que lo leemos aprendemos algo nuevo.

Posiblemente la universalidad del teatro de Shakespeare lleve consigo su mayor dificultad para acercarnos a él. Es tan familiar que tenemos la impresión de ya conocido. Es lo que ocurre con todas las obras de las que se habla en todas partes y a todas horas. Es necesario vencer esa pereza, coger el libro y adentrarse en sus páginas. Ni tan siquiera una buena representación de la misma nos va a ofrecer tantas satisfacciones como una lectura sosegada. 

El resto es silencio.

jueves, 12 de julio de 2018

MÁS ALLÁ DEL HILO, Aritz Gorrotxategi

Baile del Sol
Aritz Gorrotxategi ganó el Premio de la Crítica en 2011 con el poemario Hariaz beste. La editorial canaria Baile del Sol editó la traducción, a cargo del propio autor, el año pasado. 

Su obra poética incluye los siguientes títulos: Taxi bat Hamlet-entzatZaldi hustuakHariaz besteMuga (poemario colectivo) y Chillidari gorazarre (poemario colectivo en homenaje a Chillida)

En este poemario —en el que alterna la prosa poética y el verso y que está poblado de referencias a todo tipo de clásicos— se parte de una advertencia 

EL EXTREMO DEL MUNDO

Es cierto, el mundo pende
de un único hilo;
la cuestión es dónde
se fija la atención,
bien
en la parte superior,
bien
en la inferior, en la mano
o en el extremo del hilo.

y se llega a una conclusión-deseo cargada de humanismo

EL OFICIO DE COMPRENDER

La realidad: nexo entre lo externo y lo interior. Ejercicio de abrazar pronombres. "Yo" en el lugar de "ellos"; "ellos" en el mío. Ese plural humano que nos funde a todos.

Obrar como enemigos es contrario a la naturaleza.

Comprender, no más. Creados para ello. El oficio de comprender. Sin hacer daño a nadie. Tender la mano... Dejar hacerse a la mar la conciencia-río que somos, poco a poco.

Entre el primer poema y el último un continuado esfuerzo poético por esclarecer e iluminar, un denodado empeño por alcanzar el conocimiento y qué pueda significar eso. Y es que 

No hay certeza en el caminar, tan solo un río, un molino hacia el mar. Creer, quizás, sea soñar, sembrar la duda y observar desvelado el mundo, habiendo tomado asiento. Mientras germina la respuesta la medida del sueño es la belleza.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

DOMINIO DE LA NOCHE, Gloria Díez

Entre los muchos regalos que me traje la semana pasada del FIPMAD se encuentra este poemario editado con gran cariño y tirada numerada, cosido a mano, ilustrado con grabados de Piranesi en papel cebolla y escrito con abundantes dosis de dolor, honestidad y sentido poético dentro del vasto territorio de la noche. Lo más extraordinario del caso es que llegó a mis manos por una simple cuestión de azar. 

Durante la comida de la primera jornada estuve sentado a la izquierda de Gloria Díez. En un momento dado, y puesto que la conversación giraba en torno a la poesía, ella me enseñó este poemario y yo le pedí que me señalara cuál era el poema con el que se sentía más a gusto, aquel que si tuviera que salvar de un desastre no dudaría en hacerlo. Gloria no dudó ni un instante y me dejó abierto el libro por la página 29:

DIME, CARONTE, AMIGO

                                Ofelia está desnuda.
                                                         ¿Hamlet loco?

Dime, Caronte, amigo:
¿Es ésta la laguna
que han de cruzar los muertos?

Pálida luz de alba
llueve en pétalos húmedos.
¡Ah la hermosa mortaja
de rosas amarillas
en las pútridas aguas!

El río ha transportado,
como rama a tu orilla,
este febril despojo:
un cuerpo de muchacha.
Palpa,
con tus dedos oscuros
como atrapan sus dientes
—inocentes marfiles—
el óbolo de plata.

Y acéptalo benévolo.

Guía, lenta, tu barca
hacia el negro horizonte
preñado de carmines.

Tus grandes ojos ciegos,
de pálidas pupilas
recuerdan los secretos
caminos de las aguas.

Mientras resuena el cuerno
y la niebla se eriza
de luciérnagas vivas,
mi cuerpo antiguo curva
su ternura d enieve
en torno a tus sandalias.

Y aterradoramente,
una canción de cuna,
(moscardón verde pálido
que oscila sobre el remo)
ululante y profunda
se eleva a nuestra espalda.

Leí en silencio. Si el aire clásico, rítmico y mesurado del poema me gustaba, la última estrofa, de una pavorosa belleza, me conmovió. En ocasiones, el dolor de lo vivido toma forma a través de las imágenes y el lenguaje poético suele ser el mejor recurso que tenemos para expresarlo. Casi antes de que pudiera realizar ningún comentario, la autora me espetó: Para ti, por haberte sentado a mi lado.


Gracias, Gloria, por el libro y por tus versos. 

lunes, 5 de junio de 2017

UN PUNTO DE ENCUENTRO VIAJA POR LA PROVINCIA

Durante los próximos días, y antes de que lleguen los calores del verano y la desbandada vacacional, estos son los lugares donde voy a presentar el poemario y las fechas correspondientes:




GRAVEDAD



¿Qué masa posee el Partenón?

¿Pesaría lo mismo en la Luna?

¿Es la masa de la Novena

superior a la de Hamlet?

¿Se puede cuantificar la atracción

que ejercía Isadora Duncan

sobre sus espectadores?

¿Tienen mayor densidad

un velázquez o un rembrandt

que un lienzo de cualquier

aficionado a la pintura?

¿Es significativamente más masiva

la obra de Whitman, Quevedo o Neruda

que la de unos juegos florales?



La respuesta está en el cálculo.

Mientras que con la obra de Newton

realizamos vaticinios infalibles

—Mercurio aparte—,

con los cálculos de un crítico

difícilmente podemos llegar

a orientar la órbita.

viernes, 2 de junio de 2017

SER EN LA VIDA ROMERO

Me encuentro con este magnífico romero e inmediatamente me viene a la memoria el poema de León Felipe. Creo que se merecen mutuamente el uno al otro, y todos nosotros nos merecemos de vez en cuando un remanso de poesía directa, franca, sin alambiques, que nos devuelva la sensación de ser nosotros mismos.

Romero en flor
Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.


Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

          Sensibles a todo viento
          y bajo todos los cielos,
          poetas, nunca cantemos
          la vida de un mismo pueblo
          ni la flor de un solo huerto.
          Que sean todos los pueblos
          y todos los huertos nuestros.

Y aquí tenéis el poema en la voz del poeta:



lunes, 4 de julio de 2016

HAMLET, TAL VEZ EL PERSONAJE MÁS INTERESANTE DE TODA LA LITERATURA

Ser, o no ser, ésa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?... Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... y tal vez soñar. Sí, y ved aquí el grande obstáculo, porque el considerar que sueños podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal, es razón harto poderosa para detenernos. Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga. ¿Quién, si esto no fuese, aguantaría la lentitud de los tribunales, la insolencia de los empleados, las tropelías que recibe pacífico el mérito de los hombres más indignos, las angustias de un mal pagado amor, las injurias y quebrantos de la edad, la violencia de los tiranos, el desprecio de los soberbios? Cuando el que esto sufre, pudiera procurar su quietud con sólo un puñal. ¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso de una vida molesta si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la Muerte (aquel país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna) nos embaraza en dudas y nos hace sufrir los males que nos cercan; antes que ir a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento? Esta previsión nos hace a todos cobardes, así la natural tintura del valor se debilita con los barnices pálidos de la prudencia, las empresas de mayor importancia por esta sola consideración mudan camino, no se ejecutan y se reducen a designios vanos.

Da igual la traducción que nos ofrezcan. Desde la primera oración sabemos que se trata del famoso monólogo de Hamlet. Nos lo sirvan como nos lo sirvan, sabemos que pertenece a una de las obras cumbres de la creación shakespeariana, que es lo mismo que decir universal.

Hamlet es mi preferida. Tal vez de las otras me pueda cansar o buscar un estado de ánimo propicio para releerlas. Con Hamlet me da igual. Y siempre encuentro algo nuevo, porque en ella leo el mundo y me leo a mí mismo, y tengo la impresión de que crezco perdido en sus diálogos.

La obra es desgarradora, pero no triste. Divertida, ingeniosa, compleja, inagotable. Escrita para ser representada, nunca he visto una versión que me conmueva tanto como su lectura. Hamlet tal vez sea el personaje más interesante de toda la literatura.

Aquí os lo dejo en el montaje de 1970 para Estudio 1

viernes, 2 de agosto de 2013

VLADIMÍR HOLAN, 4

Ya está terminada y subida la colección de poemas de Vladimír Holan.

De la colección han quedado excluidos, además de otros, sus dos mejores libros, Una noche con Hamlet y Toscana. La razón es simple: son títulos compuestos por un solo poema y ofrecer algún fragmento es siempre tarea bárbara y de carnicero.

Y un poema, el que da título al libro que recoge lo esencial de la obra del poeta en castellano, preparado por Clara Janés:

LA GRUTA DE LAS PALABRAS

No entra impunemente el joven con su luz en la gruta de las palabras.
Audaz, presiente apenas dónde se encuentra.
Joven, aunque ha sufrido, no sabe lo que es el dolor.
Sabio antes de tiempo, se escapa sin haber entrado
y alega, como excusa, la inmadurez de su edad.

¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta, y por su cuenta y riesgo,
pierde, delirando en ella, las alas
y con ellas, la manera de someterlas, de nuevo, a la gravedad
y no menoscabar esa fuerza que atrae hacia la tierra.

¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta regresa con su silencio
para encontrar, ya viejo, a un niño que llora
abandonado por el mundo en su umbral.

miércoles, 12 de junio de 2013

GRAVEDAD

¿Qué masa posee el Partenón?
¿Pesaría lo mismo en la Luna?
¿Es la masa de la Novena
superior a la de Hamlet?
¿Se puede cuantificar la atracción
que ejercía Isadora Duncan
sobre sus espectadores?
¿Tienen mayor densidad
un velázquez o un rembrandt
que un lienzo de cualquier
aficionado a la pintura?
¿Es significativamente más masiva
la obra de Whitman, Quevedo o Neruda
que la de unos juegos florales?

La respuesta está en el cálculo.
Mientras que con la obra de Newton
realizamos vaticinios infalibles
—Mercurio aparte—,
con los cálculos de un crítico
difícilmente podemos llegar
a orientar la órbita.

domingo, 2 de junio de 2013

DORMIR, TAL VEZ SOÑAR

El título está tomado del celebérrimo monólogo de Hamlet. Allí la interpretación estaba más clara; aquí, en cambio, está más abierta a vuestra imaginación.

viernes, 31 de mayo de 2013

VLADIMÍR HOLAN, 1

Leer a Holan en castellano es hoy posible gracias, sobre todo, a Clara Janés, que llegó a aprender checo para poder leer la obra del poeta en su idioma original, tal fue el impacto que le causó la primera aproximación a la poesía del "ángel negro". Gracias a ella disponemos en este momento de La gruta de las palabras (Galaxia Gutenberg, 2010), la más amplia selección de V. Holan publicada nunca en España. Además de este volumen, podemos encontrar en las librerías Pero existe la música, Icaria, 1996; Una noche con Hamlet. Toscana, Oriente y Mediterráneo, 2005; y Dolor, Hiperión, 1986. Menos el primero, los demás están recogidos en la selección preparada por la poeta barcelonesa, si bien, las traducciones son distintas.

Por lo demás, poca cosa hay en Internet que valga la pena. Además de la reseña que aparece en Wikipedia —breve, pero correcta—, podéis leer unos cuantos poemas que os orienten sobre el tono de su poesía en la muy conocida página A media voz y en un googlesite que seguramente alguien del mundo de la enseñanza ha preparado.

Yo, por mi parte, os dejo un poema perteneciente al libro Avanzando, 1964.

LA VOZ HUMANA

La piedra y la estrella no nos imponen su música,
las flores callan, las cosas parece que oculten algo.
Los animales niegan en sí por nuestra causa,
la armonía de la inocencia y el misterio.
El viento tiene siempre el pudor de una simple señal
y lo que es el canto lo saben sólo los pájaros enmudecidos
a los que el día de Nochebuena echaste una gavilla sin trillar.


Les basta existir y eso es inexpresable. Pero nosotros,
nosotros sentimos miedo y no sólo en la oscuridad,
sino que incluso en la fecunda luz
no vemos a nuestro prójimo
y aterrados hasta un conjuro violento
gritamos: ¿Estás ahí? ¡Habla!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

PALABRAS

He aquí unas cuantas citas en torno a la palabra. A ver si así se animan el par de seguidores anónimos que tengo y dejan algún mensajito. También podéis animaros los lectores que de vez en cuando pasáis por aquí sin dejar huella. Al fin y al cabo, la palabra es una de esas pocas cosas que nos hacen ser humanos.


  • El mucho hablar faze envilescer las palabras. Alfonso X, Partidas.
  • La palabra, que se nos ha dado para decir la verdad y consolar el dolor, no debe permanecer muda ante la injusticia, el error y la desgracia. Concepción Arenal. Artículos.
  • Las palabras que no van acompañadas de los hechos no cuentan en absoluto. Demóstenes. Epístola a Quinto.
  • Las palabras son médicos del ánimo enfermo. Esquilo. Prometeo encadenado.
  • Las palabras son los clavos para fijar las ideas. A. Godin. La educación de Huguette.
  • La dote más preciosa de las palabras es la mesura. Hesíodo. Los trabajos y los días.
  • Palabra cortés es expresión de noble pensamiento. Ramón Llull. Libro de los proverbios: de la cortesía.
  • La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad de quien la escucha. Montaigne. Ensayos.
  • Sea esta la norma de nuestra vida: decir lo que sentimos; sentir lo que decimos; en suma, que la palabra vaya de acuerdo con los hechos. Séneca. Epístolas.
  • ¡Palabras! ¡Palabras! ¡Palabras! Shakespeare. Hamlet.
  • Denok dugu hitz bat gutxiago / besteri esateko. (Todos tenemos una palabra menos para decir a otro). Kirmen Uribe. Bitartean heldu eskutik. Mientras tanto cógeme la mano.

domingo, 30 de noviembre de 2008

DE LOS ARTISTAS FUNCIONARIOS

Leo en la prensa del sábado el cabreo que se han pillado un buen grupo de artistas vascos, la mayoría músicos, por la ayuda económica que ha recibido Kepa Junkera. La subvención asciende a 704.000€ y la ha recibido, o terminará de recibirla, pues es para un proyecto de tres discos a publicar durante este año y los dos siguientes, de los departamentos de Cultura y del de Vivienda y Asuntos Sociales, y no es que necesite precisamente un piso de protección oficial.

Si a los compañeros de profesión de Junkera les mosquea que él reciba más que ellos, si al mundillo político-mediático le mosquea que Junkera reciba dinero del departamento de Vivienda y Asuntos Sociales (J. Madrazo), si a la afición en general le mosquea el pastón por hacer unos discos con amiguetes de aquí y de allá (tampoco éstos necesitan vivienda de protección oficial), a mí lo que me indigna es que la cultura sea una cosa de la administración, es decir, que el artista sea un funcionario... que en este caso vive muy bien.

El arte, las manifestaciones culturales deberían defenderse desde sí mismas, desde su propia calidad, y no desde la cantidad de amiguetes que se tenga en el gobierno de turno. Y esto por dos razones que me parecen fundamentales: la primera, porque el dinero público debería servir sólamente para realizar proyectos públicos, es decir, acciones que ayuden a la población, que es la que pone una parte de sus recursos para poder mejorar los servicios que recibe (salud, investigación, carreteras, puertos, vivienda, educación...); la segunda, porque ya está bien de entender el arte como una actividad funcionarial. Quien quiera ser artista, debería entender que su obra debe ser sometida al juicio del público, de la comunidad, y si la creación funciona, de ahí obtendrá sus beneficios, y no de la ayuda de la administración.

Ya sé que el discurso dominante dice que vivimos en una sociedad rica y que ésta debe proteger la creación de sus artistas, porque tenemos recursos suficientes para hacerlo y, además, es algo así como una obligación moral. Me la pela lo que opine la mayoría. En la mayoría de los casos las subvenciones económicas nada tienen que ver ni con la creación ni con la cultura. Tienen que ver con algo que se llama industria (industria cinematográfica, industria discográfica, industria editorial...), y es industria en todos sus mecanismos. O tienen que ver con un pique de grupito con otro grupito (los de corbata, los de pendiente, los de mi sexo, los de mi raza, los de mi pueblo...), para ver quién luce más y mejor. ¿Qué es sino eso que se llama protección de la cultura gallega, pasiega, española, vasca, francesa o anglosajona, si no es un sacar pecho delante de las otras? ¿Qué me importa que Hamlet lo escribiera un inglés, que el Taj Mahal lo edificaran hindúes, que las cabezas olmecas fueran talladas por manos centroamericanas o que las fugas las creara una mente alemana? Lo que me importa es poder disfrutarlas, porque cada vez que lo hago me siento más próximo al ser humano que hay en mi y al que me rodea, pero, desde luego, ninguna de esas obras, por maravillosas que sean, valen lo que vale la vida de un solo ser humano.

Y lo que es peor, me resulta profundamente inmoral e insolidario que alguien cobre un pastón del gobierno occidental-capitalista-desarrollado que sea, mientras en ese mismo país, o en otro cualquiera, haya gente que necesite una ínfima parte de ese dinero para poder seguir estando viva. Que nadie me diga que el problema del hambre (y hablo de hambre, no de zapatos) está resuelto, porque no es verdad. Y mientras no esté resuelto me parece profundamente INJUSTO, INMORAL y DEGRADANTE que otro alguien reciba una ayuda económica pública por escribir un poema, pintar un cuadro o hacer una canción. Y que además se declare de izquierdas. Algo funciona obstinadamente mal en nuestra sociedad.