sábado, 30 de mayo de 2020

LA LUNA DESDE EL BALCÓN DE CASA

Imagen tomada el 28-05-20.

Fotografía realizada con un móvil de gama baja aplicado al ocular de un telescopio de montura dobson y 200mm de apertura. (He dejado la fotografía en Google fotos para que se pueda ampliar y ver con más detalle).

Un telescopio pequeño de aficionado no sirve para realizar investigación ni para descubrir el universo, pero después acostumbrarse a él y aprender a manejarlo un poco, da, por ejemplo, para que podamos realizar observaciones detalladas de nuestro satélite. Una vez pasada la primera sorpresa y después de haber dicho "¡guau, se ven los cráteres!", podemos empezar a preguntarnos por qué hay unas zonas de superficie lisa y más oscura —¿es un material geológico distinto?, ¿por qué tienen ese aspecto?, ¿qué ha ocurrido para que sea así?. O podemos dedicarnos a curiosear con los cráteres —¿tienen todos un nombre?, ¿son muy grandes o son muy pequeños?, ¿quienes eran esas personas?, ¿desde cuándo están ahí?—. Mirar, observar, sorprenderse con lo que vemos a través del ocular está bien y es divertido, pero es muchísimo más divertido descubrir qué es lo que estamos viendo.

He colocado los nombres tal y como los podéis encontrar en cualquier libro o atlas sobre la Luna, ya esté escrito en inglés, en ruso o en griego. Como los nombres científicos de plantas o animales, los accidentes de la Luna se nombran en latín por acuerdo internacional. Para un primer conocimiento bastará con que tecleéis el nombre en Wikipedia y esta os dará los primeros datos con los que empezar a saciar vuestra curiosidad. La misma enciclopedia os da más referencias a donde acudir para ampliar la información.

Pero detengámonos un momento en la imagen que tenemos. Es un sector de la Luna que corresponde al cuadrante noroeste (arriba, izquierda). Así la veríamos a simple vista o con unos prismáticos cuando está en la fase de luna llena (la zona rodeada en naranja corresponde aproximadamente a la zona de la fotografía):


Como yo tengo en telescopio reflector, es decir, de espejos, veo esa imagen a través del ocular invertida (lo de arriba, abajo; lo de la izquierda, a la derecha). Los elementos más destacados de ella son  la Bahía de la Aspereza (S. Asperitatis), el Mar de la Tranquilidad y el Mar de la Serenidad. Como curiosidad he señalado la zona donde alunizó el famoso Apolo 11. No muy lejos de allí, en el cráter Le Monnier, anduvo la sonda soviética Lunojod 2 en 1973. Tomó más de 80.000 fotografías y realizó varios análisis del suelo lunar.

También aparecen los nombras de algunos cráteres: Arago, Julio César, Eudoxo, Posidonio y Chacornac. Si copiáis los nombres en el buscador, rápidamente os enteraréis de que Arago fue un astrónomo, matemático, físico y político francés, que llegó hasta primer ministro (en 1848), que el cráter que lleva su nombre tiene 26 km de diámetro y 1,8 km de profundidad, lo que no está nada mal para verse tan pequeñito. 

Otro tanto podéis hacer con los demás y tendréis completa la colección del día. Si esto mismo lo repetís un día tras otro siguiendo la línea terminador, además de haceros con el relieve lunar os llevaréis alguna que otra sorpresa, como daros de bruces con los Pirineos, haceros con un bonito listado de hombres y mujeres que han tenido algo que ver con la Luna, qué es lo que hicieron para fomentar su conocimiento, o quizás lleguéis a descubrir que nuestro satélite se balancea y que gracias a eso podemos ver el 59% de su superficie y no el 50% que teóricamente deberíamos ver.

Aquí podéis ver un par de fotos más de la sesión de anteayer desde el balcón de mi casa con algunos nombres ya colocados. 

Y aquí mi telescopio en mi balcón:

jueves, 28 de mayo de 2020

LA HISTORIA EMPIEZA EN SUMER

pdf completo


La historia empieza en Sumer es uno de esos libros maravillosos que ayudaron a toda una generación a descubrir los inicios de la civilización; que entusiasmó a quienes ni tan siquiera sabíamos colocar en el mapa ciudades como Kish, Uruk, o Lagash; que deslumbró a quienes renegaban de la Historia Antigua, y que hizo ver a los amantes de la cultura antigua egipcia que la Antigua Mesopotamia podía ser tan apasionante y atractiva como el Egipto de los faraones.

Clásico de la historiografía moderna, es, sin ninguna duda, uno de los libros de divulgación histórica que más ha hecho por despertar el interés hacia esta ciencia en la juventud de los años sesenta y setenta, comparable a títulos como Dioses, tumbas y sabios o El otoño de la Edad Media, y tan imprescindible como ellos. Para quien no tenga ningún aprecio por la divulgación histórica, debo decir que se lee como un cuento.

Lo que hizo Kramer fue un ímprobo trabajo de traducción de tablillas de escritura cuneiforme. Con el material que recogió, organizó diferentes apartados para ofrecernos un cuadro vívido e interesantísimo de lo que era la vida en Sumeria, desde la escuela hasta las creencias religiosas, desde la organización político-administrativa hasta los primeros conocimiento científicos.

Aquí se pueden leer historias tan entrañables —cito títulos de capítulos— como la de El primer ejemplo de "pelotilla" en la escuela, La primera edad de oro imaginada por el hombre, El primer parlamento, El primer caso de plagio literario, El primer Noé, La primera ética, El primer canto de amor..., del que os dejo el texto (de mayor interés literario que cuantos escribió Enheduanna, pero de esta no sabemos el nombre):

Esposo, amado de mi corazón.
Grande es tu hermosura, dulce como la miel.
León, amado de mi corazón,
grande es tu hermosura, dulce como la miel.

Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti;
Esposo, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.
Tú me has cautivado, déjame que permanezca temblorosa ante ti;
león, yo quisiera ser conducida por ti a la cámara.

Esposo, déjame que te acaricie;
mi caricia amorosa es más suave que la miel.

En la cámara llena de miel,
deja que gocemos de tu radiante hermosura;
león, déjame que te acaricie;
Mi caricia amorosa es más suave que la miel.

Esposo, tú has tomado tu placer conmigo;
díselo a mi madre, y ella te ofrecerá golosinas;
a mi padre, y te colmará de regalos.

Tu alma, yo sé cómo alegrar tu alma;
esposo, duerme en nuestra casa hasta el alba.
Tu corazón, yo sé cómo alegrar tu corazón;
león, durmamos en nuestra casa hasta el alba.

Tú, ya que me amas, dame, te lo ruego, tus caricias.
Mi señor dios, mi señor protector,
Mi Shu-Sin, que alegra el corazón de Enlil,
dame, te lo ruego, tus caricias.

Tu sitio dulce como la miel, 
              te ruego que pongas tu mano encima de él,
pon tu mano encima de él como sobre una capa-gishban,
cierra en copa tu mano sobre él 
              como sobre una capa-gishban-sikin.
Éste es un poema-balbale de Inanna.

Pero Kramer no nos ofrece las traducciones sin más, sino que nos cuenta la aventura de cómo dio con los textos, dónde y en qué estado se encontraban, el significado que tenía ese descubrimiento o esa traducción primera en su momento (estamos hablando de los años 50) y nos sitúa en el contexto histórico en que fueron escritas aquellas palabras. Una delicia.

Alianza Editorial realizó hace pocos años una nueva edición prologada por el especialista en Historia Antigua, Federico Lara Peinado. Él mismo es entrevistado para comentar las cualidades del autor y las del libro en este breve programa de la UNED:

LA MEMORIA Y LOS NOMBRES

Templo de Artemisa en Éfeso,una de las siete maravillas de la antigüedad. Fuente: Wikipedia.

Escuela de Magisterio, 1974. Estoy en la clase de Historia del Arte, arte griego, estilo jónico. Micaela Portilla se entusiasma contándonos las maravillas del Templo de Artemisa. Pero el templo ya no existe porque un loco, un fanático que pretendía que su nombre perdurara a través de la historia, lo quemó. Micaela, a quien todos adorábamos, nunca quiso decirnos el nombre del pirómano insensato porque eso era precisamente lo que buscaba el incendiario: vivir en la memoria. 

Por desgracia, el nombre del pirómano sí ha perdurado, como ha perdurado el de otros muchos que buscan sus quince minutos de fama cometiendo una fechoría al amparo del eco que alcanzan en los medios de comunicación masivos y de las redes sociales. La psicología ha recogido su nombre para designar el trastorno de la conducta que empuja a cometer delitos con tal de alcanzar la fama.

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Disco de Enheduanna. Fuente: Penn Museum.

Con Enheduanna (o Enkheduana), en cambio, la situación es más o menos la inversa. En el manual de Historia Universal Siglo XXI, vol 2, tan solo aparece su nombre dentro de una frase: Las hijas ocupaban cargos religiosos que, por otra parte, les daban un verdadero poder político, como Enkheduana, a la que Sargón, su padre, nombró gran sacerdotisa de Nanna, y la hija de Naransin, Enmenana, que fue su sucesora (p 89).

Sin embargo, y aunque ya sabíamos que era la primera persona de la historia literaria de la que tenemos noticias, ya que firmó, cosa rara para la época, sus escritos, ha sido la reivindicación que de ella ha hecho Irene Vallejo en su estupendo El infinito en un junco, lo que ha provocado que pase a ser nombrada en unos cuantos sitios de acá y de allá. 

Pero lo curioso no es que recordemos sus textos y los leamos —de aquella época hay otros muchos cantos de carácter religioso y un poema, el de Gilgamesh, que sí leemos y publicamos continuamente generación tras generación—, lo curioso es que el hecho de que sea la primera mujer de la que sabemos fehacientemente que escribió es lo que le está dande notoriedad. No nos engañemos, Enheduanna no es Safo, ni mucho menos.


Fuente: atresmedia.com

Y una tercera forma de enfrentarnos a los nombres y su recuerdo es querer que desaparezcan... porque no nos gusta cómo eran la personas cuando las descubrimos más de cerca. En este caso, después de haber ensalzado su descubrimiento durante años, realizamos un juicio moral y decidimos que no merece estar en la memoria de la sociedad.

La maniobra de presión abdominal que debemos realizar para salvar a alguien del ahogamiento cuando se ha atragantado se llama, o se llamaba, maniobra Heimlich. Es un actuación rápida para liberar la tráquea obstruida y permitir así que el aire vuelva a los pulmones de la víctima del atragantamiento.

Al médico Henry Heimlich debía de gustarle la fama y el espectáculo, y se pasó la vida promocionando "su" maniobra por cuanto programa radiofónico o televisivo caía a su alcance. Parece que incluso uno de sus hijos llegó a acusarle de haber llevado a cabo prácticas fraudulentas durante medio siglo (El cuerpo humano. Guía para ocupantes, p 112). Debió de promocionar tratamientos nada científicos, pero llamativos, para curar enfermedades. El caso es que para librarse del personaje, en 2006 la Cruz Roja estadounidense dejó de utilizar el nombre de "maniobra de Heimlich" para sustituirlo por el de "compresión abdominal".

***
Habría que preguntarse qué es lo que buscamos cuando subrayamos o borramos nombres. ¿Estamos hablando de comportamiento ejemplar, de hechos importantes para el resto de la sociedad o de nuestras propias fantasías? 

miércoles, 27 de mayo de 2020

IMPULSANDO EL COMERCIO LOCAL


Captura de pantalla de https://www.donostiamarketplaza.eus/es

Con la sana intención de impulsar el comercio local, el Departamento de Fomento de la ciudad ha creado unos bonos de compra para comprar en las tiendas que tú elijas, así se adelanta el dinero y se ayuda a salir de las dificultades en que están sumidos los pequeños comercios.

Son bonos de 20€, pero tú solamente pagas 14€, los otros 6€ los pone el Ayuntamiento. Puedes adquirir hasta un máximo de 5, es decir, 100€ (de los que solo pagas 70€).

Antes de comprar los bonos debes decidir dónde los quieres gastar (en bares, en peluquerías, en tiendas de ropa, en librerías...), dentro del listado de establecimientos que se han adherido a la campaña.

Además, hay establecimientos que te llevan a casa tu pedido, si es que tú no puedes acercarte a por él.

Cuando adquieres tus bonos (máximo cinco) recibes en un correo electrónico el bono con el que puedes comprar cuando te venga bien. Tienes una año de plazo para gastarlo.

Te beneficias tú, se beneficia el establecimiento que hayas elegido y se beneficia la ciudad al reactivar el comercio local.

Echa un vistazo aquí y elige tu o tus establecimientos.

ARTE URBANO EN LOIOLA, 3

#LoiolaApain
Reskateestudio.com

Recupero estas dos intervenciones de arte urbano en el barrio de Loiola de las que no había dado noticia y que junto con las demás ya forman un buen número, suficiente como para motivar un gozoso paseo por el mismo

La de arriba, Bakoitza bere garaian (cada una en su momento), utiliza la técnica del cartelismo publicitario para recordarnos lo importante que es desde el punto de vista del medio ambiente y el respeto a la naturaleza consumir productos de temporada. Al mismo tiempo que hace una llamada a la economía sostenible reivindica una manera de expresión que había quedado como exclusiva de la publicidad. Se encuentra en Urbia kalea, 20-21.


En la misma calle, pero un poco más adelante en dirección hacia la Casa de Cultura y al otro lado de la vía del topo, se encuentra este colorista abecedario del barrio con el que el artista danés y especialista en tipografía, Allan Daastrup, ha querido reflejarlo.

Podéis consultar otras entradas sobre el mismo tema en la etiqueta Loiola.

martes, 26 de mayo de 2020

LA TEMPESTAD (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 30)


La tempestad comparte con Coriolano la rara cualidad de atraer versiones y lecturas tan diversas como disparatadas. A poco que busquéis representaciones o interpretaciones de ella, enseguida os encontraréis con alguna circunscrita al ámbito marxista, multiculturalista, feminista o neohistoricista. No sé si podemos considerarlo como una virtud del autor o como un defecto de quien la interpreta. 

La historia que nos cuenta esta obra es la de una venganza que pudo terminar en tragedia, pero que por influjo del amor y de la naturaleza acabará convirtiéndose en una reconciliación. Así la pieza pasa a ser una comedia romántica de aire sereno, aparentemente sencilla, pero con una gran carga humanista. De hecho, podemos encontrarnos con algún texto sacado de Montaigne.

C’est une nation, dirai-je à Platon, en laquelle il n’y a aucune espèce de trafic; nulle connaissance de lettres; nulle science de nombres; nul nom de magistrat, ny de supériorité politique; nul usage de service, de richesse, ou de pauvreté; nuls contrats; nulles successions; nuls partages; nulles occupations, qu’oysives; nul respect de parenté, que commun; nuls vêtements; nulle agriculture; nul métal; nul usage de vin ou de bled. Les paroles mêmes qui signifient le mensonge, la trahison, la dissimulation, l’avarice, l’envie, la détraction, le pardon, inouïes (Montaigne, Les Essais).

Gonzalo en el segundo acto lo dice así: En mi república dispondría todas las cosas al revés de cómo se estilan. Porque no admitiría comercio alguno, ni nombre de magistratura; no se conocerían las letras; nada de ricos, pobres y uso de servidumbre; nada de contratos, sucesiones, límites, áreas de tierra, cultivo, viñedos, no habría metal, trigo, vino ni aceite; no más ocupaciones; todos, absolutamente todos los hombres estarían ociosos; y las mujeres también, que serían castas y puras; nada de soberanía.

La obra es ligera y sencilla. El estilo es el propio de la comedia. Todo es sobrio, elegante, un punto soñador, aunque nunca se sale de los parámetros de la razón. La isla en la que vivían Próspero y su hija Miranda posee el velo de la irrealidad que no deja de ser real, como el amor mismo entre Marina y Fernando, que todos acabamos reconociendo como la mayor virtud de la expresión juvenil, esa que es capaz de limar todas las dificultades que la áspera realidad va creando.

Próspero cierra la representación con el famoso epílogo dirigido al público:

Ahora quedan rotos mis hechizos 
y me veo reducido a mis propias fuerzas, 
que son muy débiles. Ahora, en verdad, 
podríais confinarme aquí 
o remitir a Nápoles. No me dejéis, 
ya que he recobrado mi ducado 
y perdonado al traidor, 
en esta desierta isla por vuestro sortilegio, 
sino libradme de mis prisiones 
con el auxilio de vuestra manos. 
Que vuestro aliento gentil hinche mis velas, 
o sucumbirá mi propósito, 
que era agradaros. Ahora carezco 
de espíritus que me ayuden, de arte para encantar, 
y mi fin será la desesperación, 
a no ser que la plegaria me favorezca, 
la plegaria que conmueve, que seduce 
a la misma piedad, que absuelve toda falta. 
Así, vuestros pecados obtendrán el perdón, 
y con vuestra indulgencia vendrá mi absolución.

Es la lección última del maestro, la aceptación de la humildad como forma de establecer las relaciones y crear lazos sociales consistentes.

Podéis encontrar la obra en El Libro Total. 

lunes, 25 de mayo de 2020

DÉJAME QUE TE MUESTRE

Déjame que te cuente, déjame que te diga la gloria...

Pluma de Santa Teresa.

del ensueño. 

Falso jazmín

Déjame que te cuente, ahora que aún perdura el recuerdo. 

Déjame que te hable con todas sus formas y colores

Calabaza.

porque hasta las más humildes y sencillas anticipan, sí, la magia y el encanto.

Zarzamora.

Pero nada hay que se parezca al embriagador aroma de unos jazmines en el muro 

Jazmín.

y la cautivadora voz de la pradera



Disfrutad de la última semana de este mes florido y generoso.

domingo, 24 de mayo de 2020

SOBRE IDEOLOGÍAS, EDUCACIÓN Y MASCARILLAS



Me da la impresión de que nuestra sociedad occidental tiene una marcada tendencia a transformar cualquier tema en un furibundo debate ideológico. Cualquier excusa es buena para posicionarnos en la izquierda o en la derecha, dentro del territorio marxista-leninista o del neoliberalismo. No necesitamos muchas palabras para tomar partido rápidamente en un debate en el que se ponen en juego los grandes principios y la mismísima conculcación de la libertad. 

Hablo de mascarillas. Podía ser cualquier otra cosa, pero como estamos donde estamos y la situación es la que es, parece que uno de los debates que más nos apasionan es este. Incluso parece que el hecho de ponérsela o no es ya un distintivo de algo. Es increíble lo que una cuestión aparentemente más relacionada con la salud y la educación puede movilizar tantas pasiones. Pero somos occidentales y estamos cargados de razones milenarias como para no utilizar a Platón, a Stuart Mill, a Marx, a Gramsci, a Nozick o a quien se tercie con tal de alzarnos con la Razón.

Por donde sale el sol todas las mañanas parece que lo ven de otra manera. Cuando llega el invierno y la gripe se adueña de las calles, simplemente se ponen una mascarilla e intentan no contagiar a quienes tienen al lado. Y no es una costumbre de ahora, es algo que vienen haciendo desde hace muchos años, bastantes más de los que tienen esas imágenes que nos mostraban las televisiones de cuando la gripe aviar (2004-5) se extendía por el mundo y nos enseñaban la población oriental cubierta con mascarillas en la calle.

Blasco Ibáñez, ese famoso escritor valenciano que seguramente os suene por novelas como Cañas y barro, La barraca, Entre naranjos o Sangre y arena, se dio una vuelta al mundo montado en un crucero a comienzo de los años 20. De ese viaje nos dejó sus experiencias e impresiones en un título no muy imaginativo pero sí muy exacto, La vuelta al mundo de un novelista (1924). Allí, en el capítulo XVI, La nochebuena en Japón, se puede leer este párrafo:

En los últimos años otra moda higiénica ha venido a aumentar la fealdad del japonés moderno. Desde que pisé esta tierra llamó mi atención la gran cantidad de hombres con un emplasto negro o blanco sobre la nariz sostenido por dos elásticos sujetos a las orejas. Me inquietó ver tanto canceroso con la nariz roida y afortunadamente oculta. Luego, al encontrar muchedumbres enteras con la horrible cataplasma en mitad del rostro, no pude concebir que toda una nación estuviese atacada de cáncer. Pregunté, y supe que, para evitar la gripe, el japonés se coloca en invierno uno de estos bozales con gotas antisépticas, y así va tranquilamente todo el día haciendo sus visitas o realizando sus negocios. Es imposible llevar más lejos la despreocupación de la estética personal y el deseo inconsciente de afearse.

Esto está escrito hace un siglo. Dejando a un lado las opiniones estéticas del novelista y sus comentarios despectivos sobre la belleza japonesa, quiero resaltar el hecho de que hace 100 años ya se utilizaran las mascarillas como medida higiénico-sanitaria. También quiero anotar algo que no sé si ocurría en aquella época, pero que hoy sí ocurre: la población japonesa utiliza las mascarillas tanto para protegerse del contagio como para NO CONTAGIAR a quienes tienen al lado. Consideran una falta de educación padecer un catarro o una gripe y andar estornudando o tosiendo libremente. Se tapan, sobre todo, como un gesto de respeto y consideración hacia los demás. Y lo hacen con absoluta naturalidad.

sábado, 23 de mayo de 2020

BEETHOVEN, 250º ANIVERSARIO, 2. Concierto para piano nº 5

Fuente: BTHVN2020

Nada mejor para un mes de mayo vitalista y florido que este sublime último concierto de Beethoven. En el hemisferio norte la vida está exultante y esta obra la celebra en toda su plenitud, nos empuja a seguir hacia adelante. Permitidme que recoja aquí unas palabras de la violinista y comentarista musical Burton-Hill, que expresan perfectamente lo que este concierto representa:

Es un tremendo ejemplo de alegría desbordante, una pieza clásica de marca mayor que contiene multitud de cosas y puede conectar con todo el mundo. El primer movimiento dura veinte electrizantes minutos (...) Escúchenlo y perciban lo que opera en su ánimo, lo que les dice. Esta música es de ustedes, está ahí para abrazarla, para enamorarse de ella, para descartarla, para rechazarla, para hacer con ella lo que quieran. Pero es suya (Un año para maravillarse, p 166).

La interpretación corre a cargo de mi muy querida Sinfónica de Galicia. Está dirigida por Daniele Pollini. Al piano se encuentra su padre, Maurizio Pollini.


Si preferís descargarla y escucharla mientras hacéis deporte, paseáis, fregáis los platos o lo que sea que queráis hacer, esta versión de Stephen Kovacevich al piano con la London Symphony Orchestra dirigida por Colin Davis también está muy bien:

viernes, 22 de mayo de 2020

CUENTO DE INVIERNO (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 29)

Cuento de invierno se alza sobre materiales de muy diversa procedencia. Su fuente directa es el Pandosto de Robert Greene, quien a su vez tomó la historia principal del Amadís de Grecia, del salmantino Feliciano de Silva. Pero todo esto poco importa porque Shakespeare trasciende cuanto toca y trasforma una historia un tanto anodina y sin gracia en una obra realmente novedosas.

Y algo más que novedosa es esta tragicomedia romántica o cuento caballeresco o drama al margen de cualquier género. Un Shakespeare ya maduro, que ya ha escrito obras esenciales para la literatura universal, hace de su capa un sayo, rompe con las unidades de tiempo, espacio y acción, a veces hasta con la coherencia interna de algunos personajes, y se dedica a construir, en efecto, un cuento en el que poco importa el realismo esencial de los días grises y menos aún los datos histórico-geográficos.

Cuento de invierno tiene partes claramente diferenciadas. La primera es un dramón donde la locura de los celos autoinfligidos de Leontes, rey de Sicilia, acaba con la muerte de Hermíone, esposa de Leontes, la huída de Políxenes, el mejor amigo de Leontes y rey de Bohemia, así como la de Camilo el más noble colaborador del rey. La segunda parte es un cuento fantástico en el que triunfan el júbilo, la amistad, el amor y hasta el ilusionismo de la resurrección de Hermíone.

Shakespeare nos ofrece algunas pistas para interpretar lo que ocurre: lo que estamos leyendo (o viendo) es un cuento, uno de esos cuentos al amor de la lumbre que se narran en invierno y donde se celebra el ciclo de la naturaleza; las palabras de Políxenes en el act IV, esc 4 responde a Perdita sobre el "arte" de los injertos: 

En verdad ese arte existe, pero no hay medio alguno de mejorar lo que hace la naturaleza, si esta misma no suministra ese medio. El arte de que habláis, es ayudado de la naturaleza misma. Así véis, gentil niña, que unimos individuos de una especie animal salvaje con otros de más noble índole, y que el injerto de un noble botón con otro más vulgar se advierte en lo áspero de la corteza. Arte es que corrige la naturaleza, o la transforma mejor dicho; pero el arte en sí mismo es naturaleza también.

Shakespeare anticipa el idealismo romántico de Keats cuando escribió La belleza es verdad, la verdad es belleza en aquella famosísima "Oda a una urna griega". Pero también está presente el mito de Pigmalión, ese que nos recordaba que el amor podía dar vida a lo inanimado. 

Hay quien ha calificado la obra de novela psicológica, y creo ver en ella la expresión más clara de panteísmo vitalitalista. Aunque tengamos que soportar el calvario de la misoginia nihilista del comienzo para elevar el mensaje del triunfo final y pasar por el entramado alegórico, tan apreciado por los simbolistas de finales del XIX.

Esta es la versión de Donnelan, quien dirige a la compañía Cheek by Jowl. La reclusión a que nos ha obligada la pandemia ha motivado la publicación de esta grabación, uno de sus espectáculos más aplaudidos. Está subtitulada en español y en inglés, y es una coproducción con varias entidades europeas en la que ha participado el Centro Dramático Nacional. Supongo que solo estará disponible mientras dura la epidemia.

jueves, 21 de mayo de 2020

MUJERES POETAS DE LOS SIGLOS XX Y XXI


Inicio con un par de grabaciones una antología personal de mujeres poetas que hayan escrito su obra durante el siglo XX y hasta hoy. 

Las dos primeras son uruguayas, ambas nacieron en el último tercio del siglo XIX y desarrollaron su obra y su influencia en el siglo XX.

El primero que he recogido es "Único poema", de María Eugenia Vaz Ferrerira; el segundo, "Fiera de amor", de Delmira Agustini

Será una muestra sonora, e iré dejando, en la medida en que pueda, una grabación cada día, un poema, en el apartado de AUDIOS.





GRABADOS JAPONESES, Gabriele Fahr-Becker (editora)


Sólo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar, como una calabaza arrastrada por la corriente del río, sin perder el ánimo ni por un instante. Esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero
.

Con esta cita de Narraciones sobre el mundo efímero de las diversiones, del monje budista y escritor, Asai Ryoi (1612-1691), comienza el breve pero intenso ensayo de Thomas Zacharias que nos introduce en los pormenores del arte japonés de la era Edo.

Por su parte, Mitsunobu Sato, especialista en ukiyo-e, nos ha introducido previamente en esta manera de trabajar el grabado que tanto éxito alcanzó en Japón durante los siglos XVIII y XIX. 

Pero me imagino que quien suele acercarse a este tipo de libros lo hace más por la reproducción de imágenes, siempre de alta calidad y buen tamaño, que por los textos que las acompañan, y es que Taschen se ha forjado un gran reputación entre la gente aficionada a los libros de arte por la calidad "visual" de sus ediciones.

Esta, ciertamente bien cuidada, no alcanza, ni de lejos, a la que os presente anteayer, martes, sobre Cien famosas vistas de Edo, de Hiroshige, pero tiene su encanto, sobre todo porque es una muy buena selección de los artistas que practicaron la técnica del ukiyo-e, esas pinturas del mundo flotante a cuyo meollo se quería aludir metafóricamente con el texto del poeta Asai Ryoi.

Os dejo un pequeño muestrario de las delicias que podéis encontrar dentro del libro:

La inefable ola y un puente colgante de Hokusai.


De Eizan, dos grabados de la serie El encuentro con las bellezas.


Un par de retratos de actores, de Sharaku.

Dos escenas costumbrista de Kiyonaga.

El libro ya no se edita, pero podéis encontrarlo fácilmente en bibliotecas o a través de Iberlibro. Hiroshige, por supuesto, también está presente, aunque yo no haya fotografiado ninguna página dedicada a sus trabajos. 

miércoles, 20 de mayo de 2020

PRINCIPIO DE ARQUÍMEDES (Un punto de encuentro)

Gracias, Jose.

Aquí lo puedes leer completo.


Hace unos días recibí el Vals de Carcassi para que lo utilizara acompañando la lectura de algún poema. Creo que un vals es una de esas piezas que mejoran si se baila en pareja. Este peculiar principio de Arquímedes creo que se siente muy complacido con la invitación. 

Este es el poema:


Todo cuerpo 
sumergido en otro cuerpo 
experimenta un rejuvenecimiento 
igual al placer 
con que se ha visto regalado. 

Esta ley física 
debe aplicarse por igual 
al cuerpo receptor 
y al cuerpo recibido. 

Cualquier alteración de la igualdad 
debe ser conscientemente aceptada 
para que el resultado 
no entre en colapso con la ley.

Y este es el baile en pareja:

TIMÓN DE ATENAS (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 28)



Astrana Marín nos recuerda que el personaje histórico, este Timón de Atenas, procede, una vez más, de Plutarco, de la Vida de Marco Antonio, donde  se le menciona como hombre perverso y enemigo del género humano, y un poco más adelante se le califica de misántropo. Los estudios actuales son un poco más precisos y hablan de la Vida de Alcibíades de Plutarco, y el diálogo de Luciano, Timón, el misántropo, como fuentes directas. Sea como fuere, continúa el traductor comentando la obra y realiza una de las mayores alabanzas que se pueden hacer: 

La obra shakespeariana es verdaderamente admirable. Jamás se ha delineado mejor (ni tan bien) el tipo de misántropo; y quien quisiere aquilatar la excelencia del Timón de Shakespeare, compárelo con El misántropo de Molière, y notará cuán por debajo quedará la producción francesaKarl Marx también estaba entusiasmado con la obra. 

Más equilibrada me parece la opinión de G. T. de Lampedusa, el autor de El gatopardo, quien nos dejó estas agudas palabras sobre la obra: Parece uno de esos guisotes de caza que los cocineros apañan con las partes menos selectas de los faisanes, de las libres o de los jabalíes. Si el cocinero conoce su oficio te chupas los dedos. Y en este caso el jabalí es Macbeth y el faisán, El rey Lear. Y el cocinero es Shakespeare. La presentación de ese guisote no es muy buena, de acuerdo, y se sirve en la mesa en tajados y bocados poco agradables a la vista. Pero si uno se arriesga a probarlos, encuentra en ellos el aroma de la bestia salvaje y el perfume de los bosques.

Timón de Atenas es, pues, la historia de un dirigente que si bien al comienzo de la obra se muestra generoso y liberal, cuando se hace consciente del endeudamiento en que ha caído y los prestamistas empiezan a pedirle que devuelva lo que debe, busca la ayuda de todos cuantos han vivido a su costa, pero estos se excusan. Se retira al campo con un profundo odio hacia todo el mundo. En su retiro asceta encuentra un tesoro, que no le sirve para aliviar sus penas porque, lleno de amargura, se dispone a utilizar toda la riqueza encontrada para destruir la ciudad que le ha defraudado.

A pesar de que la obra tiene algunas debilidades en su construcción y más de una incoherencia, lo mejor de ella es, como siempre, la capacidad de su autor para ofrecernos algunos de los aspectos más escabrosos del carácter humano. 

Timón: ¿Qué es eso? ¿Oro amarillo, brillante, precioso? No, dioses, no soy un suplicante sin convicción. ¡Dadme raíces, cielos sin nubes! Este oro podría volver blanco lo que es negro, hermoso lo que es feo, justo lo que es injusto, noble lo que es vil, joven lo que es viejo, valiente lo que es cobarde. Dioses, ¿a qué viene esto? ¿Qué es esto, dioses? Esto alejará de vosotros a vuestros sacerdotes y a vuestros servidores, y quitará la almohada en que reposa el enfermo. Este esclavo amarillo consagrará promesas para infringirlas; bendecirá al maldito; hará adorar la podredumbre de la lepra; sentará a ladrones en el banco de los senadores, confiriéndoles títulos, homenajes y alabanzas. Él será quien obligue a casarse en nuevas nupcias a la viuda desolada. A la mujer cubierta de úlceras que sale del hospital, la embalsama, la perfuma y hace de ella un nuevo día de abril. ¡Condenado metal, puta de la humanidad, que llevas el desorden a las naciones, vuelve a la tierra en donde te puso la Naturaleza! (Act IV, esc 3).

Quienes leímos antes a Quevedo que a Shakespeare no podemos evitar el run-run del poderoso caballero.

martes, 19 de mayo de 2020

HIROSHIGE, CIEN FAMOSAS VISTAS DE EDO

Editorial. Ahí disponéis de más imágenes.

Ahora que estamos empezando a desconfinarnos y las librerías ya están abiertas traigo una propuesta de regalo para quienes gustáis de las delicadezas —pocas veces el sustantivo habrá sido tan apropiado— del grabado japonés. 

A pesar del lujo con que han editado las mundialmente famosas vistas de Hiroshige, no es en absoluto cara, tan solo 30 €. Viene en caja recubierta de seda; formato grande, 25 x 31,3 cm; casi dos kilo de peso; encuadernación japonesa en doble hoja y cosido especial; cada una de las 119 láminas se acompaña de un texto explicativo. Una pasada. En el vídeo enlazado podéis ver los detalles (está en inglés). 



¿Y quién fue Hiroshige? Para quien no lo conozca, Hiroshige ( ¿1797?-1858) fue uno de los grandes artistas del siglo XIX japonés que alcanzó una enorme fama por sus grabados acerca del monte Fuji y de la ciudad en la que nació, Edo —hoy Tokio—. Enamorado visualmente de su ciudad natal, a ella le dedicó 119 espléndidos grabados, que son los que aquí se recogen, aunque hayan pasado a conocerse como cien.


La colección se enmarca dentro del estilo ukiyo-e. Eran grabados con imágenes muy populares destinados a la clase media urbana, que utilizaban para adornar sus casas. Las imágenes son muy coloristas, de dibujo claro y limpio, que recrean lugares idealizados líricamente. La visión es siempre optimista. Con mucha frecuencia solía aparecer la población practicando las actividades propias del lugar y las costumbres de la época.


Cuando Japón fue obligado a abrirse al comercio con Occidente, empezó a descubrirse el arte de Hiroshige, quien en el último tercio del siglo XIX fue muy admirado en Europa, especialmente entre artistas, quienes se encargaron de difundir el gusto por lo oriental que dio lugar a lo que se conoció como japonismo, el que tanto influiría luego en los movimientos impresionista y modernista.


Podéis ver todas las imágenes, acompañadas de un breve comentario, al final del artículo de Wikipedia sobre las Cien famosas vistas de Edo.

***
Nota: Las imágenes que aparecen aquí corresponden a una edición trilingüe y de un formato considerablemente mayor que en la actualidad no está disponible, pero el contenido y la disposición son los mismos.

lunes, 18 de mayo de 2020

FERNANDO (Con vuestros nombres he tejido mis sueños)


Cubierta de Irene Rodríguez

FERNANDO 

No sé si me duele más 
no poder recordar tu imagen 
o saber perdida para siempre 
aquella sensación de felicidad 
que me daban las horas compartidas 
fuera de la escuela. 
La duda contigo no era decidir con qué juego 
pasaríamos la tarde, 
sino dónde. 
Todo se reducía a saber 
si sería en tu casa o en la mía 
donde quedaríamos al resguardo 
de las miradas ajenas, 
protegidos de la envidia 
de no necesitar nada más 
que nuestra mutua compañía. 
Momentos memorables de la infancia 
cuando casi todo era gris 
y un poco triste: 
la escuela, 
el cocido de los lunes, 
el barro de las calles 
y la luz 
que muy a menudo andaba de viaje 
e ignorábamos el momento de su regreso. 
Igual que tú. 

Un día tus padres anunciaron vuestra partida 
hacia algún destino inasequible en aquellos años 
 —Valencia, creo—.
Yo conocí entonces, por vez primera, 
lo material que podía ser la soledad. 

Aquel verano fue el más largo y el más vacío 
de mi poco añorada infancia.



***

Y ahora una solicitud de ayuda: Con vuestros nombres he escrito mis sueños es algo así como una autobiografía con nombres o, si lo preferís, una galería de personas con las que he compartido algún momento feliz de mi vida. A todas las que aparecen en él les he hecho llegar un ejemplar. De Fernando no sé nada. Cuanto puedo decir es que estudiamos juntos en una escuela de Bilbao. Era un patronato de la entonces Caja de Ahorros de Vizcaya. Tenía tres unidades: párvulos, chicas y chicos. Estaba situada en los bajos de un grupo de edificios que formaban un triángulo —está aquí, entre las calles Zumaia, Doctor Alberca y Av. Maurice Ravel—. Fernando y yo coincidimos en la de chicos. No recuerdo cuándo se fue, pero tendría 8 o 9 años, y creo que se iba a vivir a Valencia. Ahora tendrá 64, uno más uno menos. Es decir, estuvimos en la escuela juntos durante los años 1962-1964, tal vez 65.

Si alguien le localiza, estaría enormemente agradecido si me lo hiciera saber. Mi correo electrónico está en la columna de la derecha.

domingo, 17 de mayo de 2020

ABRÁZAME





Abrázame, 
detén el tiempo con tus brazos,
protégeme del mundo
y sus miserias,
envuélveme con tus paréntesis 
vitales,
que hoy me siento torpe
y necesito un poco de calor
para aguantar el aguacero.


Y en audio:



El fondo musical lo ha puesto J. Cabañes interpretando a la guitarra Españoleta, de Gaspar Sanz.

El poemario podéis comprarlo o descargarlo gratuitamente en este enlace.

sábado, 16 de mayo de 2020

LA NECESARIA CONVIVENCIA EN ARMONÍA


Un día de mayo.

Alteri vivas oportet, si vis tibi vivere —es necesario que vivas para los demás si quieres vivir para ti— Séneca, Ep. 48,2.

Habrá que repetir cuantas veces sean necesarias ideas ya sabidas, porque parece que tenemos la memoria frágil y la paciencia corta. Somos animales sociales. Nos necesitamos mutuamente y hemos conseguido grandes resultados gracias a la colaboración. Eso no impide que tengamos nuestras propias ideas, que ejerzamos el pensamiento crítico, que pongamos en común nuestras opiniones más diversas y que después del contraste y del análisis elijamos las mejores para la colectividad. Ese comportamiento sería el mejor homenaje al día de hoy, el Día Internacional de la Convivencia en Paz.

En realidad me da igual el día internacional que hoy nos corresponda, lo que me preocupa es lo que desde hace ya unas semanas vengo percibiendo en la sociedad. Cuando se inició el estado de alarma, y a pesar del enorme cambio que supuso en la vida cotidiana, todo parecía colaboración y ganas de ayudarnos mutuamente. Las muestras de solidaridad se multiplicaban y los gestos altruistas eran noticia diaria. Éramos una sociedad dispuesta a la cooperación cada cual en la medida de sus posibilidades.

En estos momentos el signo más notorio de que flaqueamos es que los aplausos de las ocho de la tarde han perdido intensidad y duran menos tiempo. Comprendo que el cansancio haga su trabajo, lo mismo que lo hace la repetición. Y menos mal que hemos acordado realizar una última sesión este domingo para que esos aplausos suenen con la suficiente fuerza y dignidad, antes de que se conviertan en un signo más de indiferencia y apatía.

Pero los aplausos no son nada más que un símbolo sin excesiva importancia. El verdadero problema es que lo que comenzó con ganas y buen ánimo se ha ido transformando en un repaso de culpas y responsabilidades que solo conducen al enfrentamiento. No digo que hayan desparecido los gestos solidarios y hasta los comportamiento heroicos, que los hay. Lo que digo y percibo es que cada vez son más las palabras gruesas y se dejan oír con mayor frecuencia las discrepancias. Y ese un camino peligroso. 

No hemos superado la epidemia. Estamos aún muy lejos de hacerlo y lo que necesitamos —además de una vacuna que nos ayude a poner fin a tanto sufrimiento— son voces claras y valientes que nos empujen a seguir sacando lo mejor de cada persona. Lo que era cierto y necesario hace dos meses sigue siendo cierto y necesario hoy, mañana y pasado mañana: 


Se lo debemos a cuantas personas hemos perdido en el camino, a cuantas personas han quedado sumidas en un abismo de dificultades, a cuantas personas esperan todavía nuestros esfuerzos para empezar a ver el futuro, a todos y cada uno de nosotros mismos, porque como decía Séneca, es imprescindible vivir para los demás si queremos ayudarnos a nosotros mismos.

viernes, 15 de mayo de 2020

JUAN GENOVÉS, UN ABRAZO

El abrazo. 1976. Juan Genovés. Fuente: Museo Reina Sofía.

Pocos días después de que iniciaramos el confinamiento, comencé a grabar poemas que pudieran llevar algo de alivio y de espíritu solidario. El 28 de marzo elegí "Pie para el Niño de Vallecas"de León Felipe, un poema que nos recuerda la necesidad de solucionar los problemas entre todos. Utilicé como imagen para ilustrar la lectura esta obra de Genovés, El abrazo. 

Tanto el poema como la obra pictórica me han acompañado durante muchos años y los he empleado en numerosas ocasiones por motivos distintos, siempre unidos por esa conexión solidaria, de llamada al esfuerzo colectivo, de empeño en lo común como forma de superar dificultades, como modo y manera de reivindicar lo mejor que tenemos como especie. 

Se ha ido Genovés, pero nos deja para siempre la imagen más solidaria, afable, grata y abierta de nuestro ser social. Pocas obras del arte contemporáneo tienen tanta fuerza visual y una proyección semántica tan nítida. Se ha ido. Nos deja su abrazo. A ver si somos capaces de hacerle caso.