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sábado, 27 de abril de 2024

FRANCISCO RICO (1942-2024)

 

Francisco Rico28 de abril de 1942-27 de abril de 2024

Ha fallecido Francisco Rico. Nos deja una obra llena de conocimiento para que sigamos aprendiendo y disfrutando:

Ediciones a su cuidado:

La novela picaresca española.
Agustín Moreto, El desdén, con el desdén.
Francesco Petrarca, Obras 1
Historia y crítica de la literatura española.
Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache.
Lope de Vega, El caballero de Olmedo.
Lazarillo de Tormes.
Mil años de poesía española.
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
Francesco Petrarca.
Mil años de poesía europea.
Carmina burana.

Y una conversación con José-Carlos Mainer en la Fundación March de hace diez años: 

Y una conferencia bajo el título de La realidad de la fantasía que recomiendo vivamente.

***


domingo, 14 de abril de 2024

HOR CHE'L CIEL E LA TERRA, MONTEVERDI


Las relaciones de la música con la poesía son tan antiguas como ellas mismas, es decir, como la música y la poesía. Este hermosísimo madrigal de Monteverdi es un excelente ejemplo. El texto que utilizó el compositor italiano fue el soneto de Petrarca que dejo aquí en su versión original por si os animáis a cantar... o a seguir la letra:

Hor che’l ciel e la terra e ’l vento tace,
e le fere e gli augelli il sonno affrena,
notte il carro stellato in giro menae
nel suo letto il mar senz’onda giace,

veglio, penso, ardo, piango e chi mi sface
sempre m’è innanzi per mia dolce pena.
Guerra è il stato, d’ira e di duol piena,
e sol di lei pensando ho qualche pace.

Così sol d’una chiara fonte viva
move il dolce e l’amaro ond’io mi pasco.
Una man sola mi risana e punge.

E perché il mio martir non giunga a riva,
mille volte al dì moro e mille nasco,
tanto dalla salute mia son lunge.

La traducción la he tomado de Wikisource, donde está el Cancionero completo. Este soneto aparece con el número 164.

Ahora que cielo y tierra y viento calla
y en sueño fiera o ave alguna suena,
la noche que su carro salga ordena,
y en su lecho sin onda el mar se halla,

lloro y me abraso así; y quien me avasalla
veo ante mí para cebar mi pena;
guerra es mi estado, de ira y daño llena,
y calmo sólo en ella mi batalla.

Así cuanto es amargo y cuanto suave
bebo de sólo un mismo abrevadero;
abre y restaña el mal la misma mano;

y, porque mi martirio no se acabe,
mil veces cada día nazco y muero:
tanto me estoy de mi salud lejano.


Interpreta: Ensemble Pygmalion.
Dirige: Raphaël Pichon.

***


miércoles, 2 de agosto de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Luís de Camões)

#unlibrounpoema

Luís de Camões es para la literatura escrita en portugués algo así como lo que Cervantes es para la escrita escrita en castellano. Un párrafo de Hélder Macedo traducido por Elena Losada nos ofrece una excelente presentación del fundador del mito nacional portugués:

Camões fue el poeta de un mundo en transición. Tenía más o menos dieciocho años cuando en la promiscua Lisboa de su juerguista juventud se celebró el primer auto de fe. Después de haber estado preso a causa de su escandaloso comportamiento social, fue liberado para servir como soldado en Goa y pasó diecisiete años en un  exilio, sólo formalmente voluntario, en tierras de Oriente. Fue por lo tanto el primer poeta europeo con una prolongada experiencia directa de mundos y culturas tan diferentes de la suya como lo eran África, la India o Indochina. Su poesía se inserta en la tradición occidental que incluye a Dante, Petrarca y, en términos más amplios, el neoplatonismo renacentista, porque todo lenguaje está hecho de pasados y no de futuros. La profunda originalidad de Camões se nos manifiesta en las sutiles dislocaciones semánticas que impuso a esa tradición, modulando el lenguaje del pasado a fin de significar una nueva visión del mundo para la cual todavía no había lenguaje (pp XI-XII).

Recojo aquí unas octavas de Los Lusíadas que de ninguna manera pueden representar ese inmenso canto épico que recoge el azaroso viaje de Vasco de Gama, las hazañas de los descendientes de Luso, más la geografía y los mitos y demás ficciones poéticas que la creatividad del poeta fue capaz de imaginar para construir una epopeya luminosa y pintoresca que sirvió, además, de mito nacional y para denunciar los aspectos más oscuros del poder.



Y en los mayores de la tierra veía

que ninguno el bien público imagina;

ve que cualquiera sólo a sí tenía 

amor y a quien Filaucia determina;

ve que esos que frecuentan cada día

los palacios por santa alta doctrina

vencen adulación, que mal consiente

mondarse el nuevo trigo floreciente;



Ve que aquellos, que deben a pobreza

amor y al pueblo caridad, que al mando

aman tan solamente y la riqueza,

entereza y justicia simulando,

de fea tiranía y de aspereza

los injustos derechos ordenando,

leyes en bien del rey se establecen,

y las del bien del pueblo allí perecen;


(Canto IX, 27 y 28)


En el canto anterior ya nos había advertido sobre la odiosa tentación del oro y sus estragos:


Éste rinde las grandes fortalezas,

y hace traidores, falsos los amigos,

a los más nobles fuerza a hacer vilezas,

y entrega capitanes a enemigos;

corrompre virginales mil purezas,

sin temer de deshonra los testigos,

éste deprava a veces a las ciencias,

los juicios cegando y las conciencias.


(Canto VIII, 98)

***


sábado, 27 de noviembre de 2021

CANTOS, EZRA POUND

Editorial
Como dejé anunciado en Instagram hace unos días, he aquí mi comentario una vez superado el impacto de la lectura: 

Leer los Cantos de Pound no es una lectura cualquiera, es una experiencia de la que difícilmente se sale ileso. La obra es de tal magnitud —física y conceptual— que leerla es como estar sumergido en un océano de palabras. Se pueden dar rodeos y hablar de los más de cincuenta años que le llevó escribirla; se puede aludir al imagismo, al vorticismo y a la militancia fascista del autor; se puede recurrir a Homero y a Dante; se puede traer a colación La tierra baldía y hasta el Finnegans Wake. Se puede hacer un trabajoso estudio que analice cada uno de los cantos, pero nada de eso servirá para aliviar la brutal conmoción con que se sale de su lectura. 

Muy brevemente y solo para que os hagáis una ligerísima idea de lo que contiene esta rara avis de la poesía del siglo XX: comenzamos con Ulises, seguimos con Sordello en cuatro versiones, recorremos el Mediterráneo, la mitología clásica, el Renacimiento como excusa para hablar de la luz. Así llegamos al canto VII en el que aparecen Segismundo Pandolfo Malatesta y San Francisco. Por el XIII desfilan Confucio y sus enseñanzas. Del XIV al XVI nos adentramos en el Infierno de Dante, la Primera Guerra Mundial y hasta la Revolución Rusa. Venecia sirve de marco a los cantos siguientes en los que podemos encontrar a Dioniso, Kublai Khan, una crítica de la explotación financiera, otra de la guerra y sus beneficiarios, la destrucción de Montsegur, las cruzadas, el rechazo del cristianismo y a Hieronymus Soncinus de Fano, editor de Petrarca, preparándose para imprimir las obras del maestro italiano. Hemos llegado al canto XXX, son más de cien, e incluyen ideogramas chinos, citas en latín y hasta alguna partitura.

¿El caos? En absoluto. O tal vez sí.

Es cierto que enunciado como lo he hecho puede producir mareo. Supongo que si hiciera la misma anotación de hechos y personajes con respecto a la Divina comedia la sensación podría ser similar. También es cierto que en la obra de Dante hay un orden cronológico y teológico que en la de Pound se convierte en orden estrictamente poético y personal, lo que da una sensación de magma desbordante. Pero una vez que nos hemos adentrado en ese inmenso río de palabras e imágenes resulta difícil abandonarlo, su poder magnético es enorme.

Sin duda, descifrar las múltiples y dispares alusiones (literarias, económicas, históricas, políticas...) puede llevar su tiempo y hasta resultar cansino, pero tampoco es necesario tener todas las referencias para seguir leyendo; de hecho, todas, lo que se dice todas, no existen. Los Cantos tampoco son un dechado de coherencia, más bien nos ofrecen la imagen de eso que alguien ha llamado la catástrofe de la cultura occidental, ese infierno que Dante situó en el inframundo, según la creencia cristiana medieval y Pound sitúa en nuestro acontecer. Por tanto, diría que se entiende mejor la obra dejándose arrastrar por el torbellino de imágenes sin pretender el análisis racional.

En cualquier caso, y si pertenecéis al grupo de personas que se sienten más cómodas conociendo las referencias y controlando las alusiones, sabiendo de dónde viene esto y hacia dónde va aquello, una edición crítica os puede guiar muy bien a través de todos los cantos. La que he dejado enlazada me parece muy buena edición. Pero, insisto, no todo es controlable. La entrada que ofrece la Wikipedia redactada en inglés (Google os la traduce) también puede ser de ayuda, aunque es muy general.


He intentado escribir el Paraíso

No te muevas

              Deja que hable el viento

                       que es el paraíso.


Que los Dioses perdonen lo que 

              hice.

Que los que amo procuren perdonar

              lo que hice


Atreveos, es una experiencia única.

jueves, 30 de abril de 2020

TADEUSZ ZIELINSKI, LA PASIÓN POR COMUNICAR

Voy de una consulta a otra y termino en el apartado dedicado a la bibliografía de La tradición clásica, libro que nadie interesado en la cultura clásica debería dejar de leer. 

Allí, en el apartado bibliográfico, tropiezo con un par de párrafos absolutamente magistrales, modelo de escritura y de divulgación. Pertenecen a T. Zieliński y traducidos, supongo, por Antonio Alatorre, que es quien tradujo el libro de Highet.

De Zieliński leí con enorme placer el único libro suyo que hay en castellano, Historia de la civilización antigua. Gracias a él descubrí —esto es anecdótico— cómo multiplicaban y dividían los antiguos egipcios. Una joya de libro.

Pero vayamos con los párrafos, que son un modelo de cómo hay que escribir divulgación para hacer atractivo lo que se explica sin perder ni un ápice de todo el conocimiento que hay detrás de ese trabajo:

Quien tenga la dicha de caminar por alguna de esas grandes calzadas que desde tiempos antiquísimos han sido para la humanidad arterias vitales de intercambio —las que conducen de la planicie lombarda hacia el norte y el oeste pasando por los Alpes—, experimentará una sensación inolvidable: le parecerá haber tocado con sus dedos el pulso mismo de la historia universal. Todos los tiempos han dejado su recuerdo en esas calzadas: aquí nos encontramos con una atalaya romana que nos habla de las campañas de Marco Aurelio; allá con un castillo señorial que nos evoca la visita de algún Hohenstaufen a tierras extranjeras; este barranco recuerda a Haníbal; ese pantano, a Napoleón; aquel puente, a Suvarof; un epigrama de Catulo inmortalizó ese lago; un terceto de Dante aquel valle; una página de diario de Goethe, este panorama; en el peñasco de más allá se alberga, como pájaro extraviado, el recuerdo de los amores infelices de Tristán e Isolda.

Pero no, no nos está hablando de las calzadas romanas; el libro va de Cicerón y de su influencia a través de los siglos —Cicero im Wandel der Jahrhunderte—. Sigamos leyendo: 

Una sensación análoga experimenta quien lee a Cicerón [está hablando de leerlo en latín], si es alguien que conoce la historia; y esa experiencia bastará por sí sola para revestir a Cicerón de un valor afectivo incomparable —aun admitiendo que sus caricaturistas tengan razón en cuanto dicen sobre su valor efectivo—. Esta idea la tenía San Jerónimo encerrada en su corazón, a pesar de su juramento; con aquella se esforzó Diderot por combatir la "superstición" de la posteridad. Ese pensamiento cautivaba a Petrarca; aquel conmovió "mucho y hondamente" a Lutero en medio de sus atormentadas dudas. Esta es la perla que Bossuet engastó en el oro de su estilo; ese es el brillante acero con que fraguó su daga un jacobino. Esta frase ganó para el patriarca de Ferney una sonrisa mundana de labios de sus lindas admiradoras; aquella hizo llorar a los espantados jueces de Luis XVI. Es, ciertamente, un placer único e imborrable; pero es preciso no retroceder ante el esfuerzo que requiere, pues no se puede negar que existen senderos por los cuales se camina con más facilidad que por una vieja calzada romana.

Si es que entran ganas de aprender latín de verdad para poder sucumbir en la prosa de Cicerón, y alemán para poder leer el libro de Zieliński enteroEsta es la diferencia entre quien llena de conocimientos sus libros y quien coge todos esos conocimientos y los llena de vida.

domingo, 19 de abril de 2020

DECAMERÓN. RESISTENCIA CREATIVA PARA UNA CUARENTENA ENTRETENIDA, 18

Librerías varias.
Sinceramente, no creo que haya libro que aúne oportunidad y diversión mejor que este para sobrevivir al confinamiento. Y si alguien piensa que esta cuarentena en la que vivimos es de nuestra exclusividad, solamente tiene que abrir el libro de Boccaccio para darse cuenta de que no es así.   

De 1347 a 1353 —una vez más—, la peste diezmó la población europea. Boccaccio comenzó a escribir el Decamerón en 1348, cuando la enfermedad golpeaba Florencia. Escribe una historia con siete mujeres y tres hombres que huyen de la ciudad para confinarse en una finca a salvo del contagio. Para entretener a los demás, cada uno de los personajes debe contar cada día una historia. Cada jornada tiene un tema sobre el que deben tratar las narraciones, excepto el primero. Lo sabemos, lo sabían, contar historias siempre ha sido una de las mejores maneras de entretenernos.


Tenéis el Decamerón en El libro Total.
No voy a hablar de los muchos méritos literarios de la obra, creadora, como han señalado tantos especialistas, de la prosa moderna y primera "novela" del continente, antes de haber entrado en la modernidad. De los tres grandes de la literatura italiana —Dante, Petrarca, Boccaccio— él es el que mejor se lee en la actualidad, el que no ha perdido ni una pizca de su atractivo.

La ocasión es ideal para perderos entre sus páginas, porque además de encontrar historias amables, inteligentes y muy divertidas, puede que os hagáis un favor si es que vivís en pareja. Y todo eso sin abandonar un cierto toque crítico e irónico cuando es necesario, como la famosísima historia del judío indeciso entre seguir siéndolo o pasarse al cristianismo (novela segunda).

Por supuesto, y esto es otro mérito más del libro, la Iglesia católica lo incluyó en el Índice de libros prohibidos cuando el Concilio de Trento lo creó en 1564. Esto motivó que fuera uno de los libros más leídos por los clérigos católicos.

Insisto, no os lo perdáis. Es oportuno, es divertido y se puede leer poquito a poco, pues está compuesto por cien cuentos (diez noches, diez cuentos cada noche) que podéis dejar y volver a coger cuando queráis. Como estímulo para que os animéis, Pasolini nos dejó una especie de resumen cuando en 1971 filmó su Decamerón particular. Pero no es nada más que un aperitivo.


lunes, 20 de mayo de 2019

LOPE, EL INMENSO LOPE

Los grandes creadores son con cierta frecuencia personas desmesuradas. Lope, sin ninguna duda, lo fue. Escritor desmesurado, su obra resulta inabarcable. Los estudios dedicados a ella son también innumerables. En este sentido, es de agradecer el esfuerzo de síntesis y de claridad que aporta siempre el equipo de Documentos RNE cada vez que aborda un nuevo programa. 55 minutos llenos de interés y precisión. Difícilmente se puede ofrecer una panorámica mejor sobre el inmenso Lope en menos tiempo.



Y después de haber degustado el pastel, nada mejor que esta estupenda guinda, el famosísimo soneto donde Lope nos expone los efectos del enamoramiento. No es nada original, viene de una larga tradición que funda Petrarca y que se extiende por toda Europa: el soneto de amor compuesto a base de elementos antagónicos y lleno de contrastes que le dan viveza y credibilidad. Pero Lope lo lleva a su máxima tensión.

Y la voz de Marta Poveda lo hace absolutamente verosimil. Cómo remata el último verso es sencillamente genial.



Esto es decir bien, quien lo oyó lo sabe.

domingo, 27 de enero de 2019

PETRARCA, LAURA, MARIE SPARTALI y LISZT

Encuentro entre Petrarca y Laura. Marie Spartali Stillman.
Muchos son los motivos para sentir atracción por la obra de Petrarca y por la paralela historia de amor entre él y Laura

A los pintores prerrafaelistas la historia de amor entre Laura y Petrarca les iba como anillo al dedo. El colorido brillante, la idea de pureza, el ambiente lánguido y ese estado de melancolía perpetua en la que parece que viven los personajes no podía dejar escapar la ocasión de reflejar en el lienzo el encuentro del poeta y su amada en la iglesia de Santa Clara de Aviñón.

En esta historia encontró el romanticismo una de sus mayores querencias, y la música, a través de Liszt, les rendirá a ambos un hermoso homenaje. El músico austriaco comienza a trabajar en los sonetos a finales de la década de 1830 y después de alguna que otra revisión los incluye en el libro italiano de los años de peregrinaje, de 1858. Nuevamente los revisa en 1883 e introduce el canto en ellos, esto es, los propios sonetos. 

De los tres que compuso os dejo aquí el CIV (CXXXIV en la publicación de Cátedra).

Versión piano:




Versión vocal:



No encuentro paz, y combatir no puedo;
y espero, y temo; y ardo, y hielo soy;
y vuelo sobre el cielo, y yazgo en tierra;
y todo el mundo abrazo, y nada aprieto.

Alguien me tiene preso, y no me abre,
ni cierra, ni me deja, ni retiene;
y no me mata Amor, y no me libra,
y ni me quiere vivo, ni molesta.

Sin ojos veo, y sin lengua grito;
y ansío perecer, y pido ayuda;
y a mí mismo me odio, y amo a otro.

Nútrome de dolor, llorando río;
tanto morir como vivir me hastía:
por vos, señora, en tal estado estoy.



                      Traducción Jacobo Cortines. Original y variantes de Liszt, aquí.

sábado, 19 de enero de 2019

PETRARCA: UNA INVITACIÓN PARA UN DEBATE

Termina Rossend Arqués su excelente comentario sobre Petrarca en La literatura admirable con estas palabras (las negritas son mías): En la dialéctica entre el deseo y su objeto, puntal esencial de la literatura románica, en la poesía de Petrarca, como anteriormente en la de Dante, guiadas por la muerte de la mujer, los rituales y las estrategias fúnebres llenarán el espacio poético en el que se pretende recuperar al objeto amoroso, de forma que el poema se convierte en lugar de la ausencia y del vacío. Tal vez sea ahí donde los oídos de los lectores actuales pueden identificarse con las cuitas del yo lírico del Cancionero, que, moviéndose sin parar entre las contradicciones de la inmanencia, incapaz, adrede o no, de encontrar la senda de la trascendencia definitiva, deja las cosas como están, inmóvil en medio de la tempestad, en un círculo que se cierra sobre sí mismo. Si la literatura es el medio de este yo lírico, su espacio y su tiempo son literarios. De ahí que Stephane Mallarmé, y con él muchos otros poetas contemporáneos de distintas nacionalidades, de Vittorio Sereni a Paul Celan, hayan sentido aún una cierta atracción, no exenta de conflicto, por la poesía de Francesco Petrarca.

Muchos y muy ricos son los caminos por los que puede circular el estudio de la obra de Petrarca. No es el menor el de intentar averiguar cuánta realidad existe tras el nombre de Laura, que al fin y a la postre es la destinataria de una obra que fue creciendo hasta formar el muy noble conjunto de 317 sonetos, 29 canciones, 9 sextinas, 7 baladas y 4 madrigales

Otros posibles y sugerentes itinerarios podrían ser su densa complejidad expresada a través de un estilo claro como pocos y con un léxico reducido —tan solo 3275 voces han contabilizado los especialistas—; el peso específico que los textos clásicos tienen en él y particularmente el de la filosofía estoica; la concentración absoluta en la interioridad sin que se abandone la dimensión social o política; la expresión de los estados anímicos por medio de las formas métricas utilizadas; o, por terminar esta serie, los ritmos del endecasílabo con acento en la sexta sílaba y con acentos en la cuarta y la octava, lo que determina que en la poesía culta española sean los ritmos más habituales, y en los que si disponemos de tiempo, nos detendremos un momento en la tertulia de febrero.

Muchos más son los caminos que puede tomar el análisis de la obra de este italiano genial, porque esa es característica de las grandes obras: ofrecer muchas posibilidades y múltiples lecturas, y eso haciendo gala de una sencillez y claridad extraordinarias. Sin duda, el mejor de ellos es el de sumergirse en su lectura y dejarse llevar por la belleza. En este sentido, es necesario hacerse con algún Cancionero, pues la selección que he subido no es nada más que un palidísimo reflejo. Algo ayuda este programa, ya desaparecido, que combina música y palabra. Cerrad los ojos y dejaos llevar.






***
Sobre el ritmo del soneto y un ejemplo no eufónico.

lunes, 10 de diciembre de 2018

PROGRAMACIÓN DE TERTULIAS POÉTICAS EN IRÚN PARA EL AÑO 2019

El 10 de diciembre es una fecha señalada en mi calendario particular porque es el aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y fiesta de los Premios Nobel —aunque este año la fiesta sea un poco más reducida y esté un poco empañada—. Cada cual tiene sus gustos e inclinaciones. A mí el 10 de diciembre me gusta y lo celebro haciendo pública la programación de las tertulias del próximo año en la Bibioteca Carlos Blanco Aguinaga

Como fácilmente se puede apreciar, durante el 2019 vamos a dedicar una atención especial a la poesía italiana, esos vecinos a los que quisimos tanto hace unas décadas y que hoy parecen un poco olvidados entre nosotros. Si alguien se pregunta por qué no está Dante en la programación, la respuesta es porque ya estuvo en las tertulias de 2014 y hay un buen rastro de entradas en este espacio dedicadas a su obra maestra. Así pues, mientras leéis la obra poética de Itziar Mínguez, no estaría mal que os hicierais con un manual de historia de la literatura italiana para refrescar conocimientos olvidados.



martes, 18 de septiembre de 2018

VICENT ANDRÈS ESTELLÈS

LOS AMANTES
Visor


                                                                   La carne quiere carne.

                                                  AUSIÀS MARCH


«No había en Valencia dos amantes como nosotros.»
Ferozmente nos amábamos desde la mañana a la noche.
Todo lo recuerdo mientras vas tendiendo la ropa.
Han pasado años, muchos años; han pasado muchas cosas.
De pronto aún me coge aquel viento o el amor
y rodamos por tierra entre abrazos y besos.
No comprendemos el amor como una costumbre amable,
como una costumbre pacífica de cumplimiento y telas
(y que nos perdone el casto señor López Picó).
Se despierta, de pronto, como un viejo huracán
y nos tumba en tierra a los dos, nos junta, nos empuja.
Yo deseaba, a veces, un amor educado
y en marcha el tocadiscos, negligentemente besándote
ahora un hombro, y después el pezón de una oreja.
Nuestro amor es un amor brusco y salvaje,
y tenemos la nostalgia amarga de la tierra,
de ir a revolcones entre besos y arañazos.
¡Qué queréis que haga! Elemental, ya lo sé.
Ignoramos el Petrarca e ignoramos muchas cosas.
Las Estances de Riba y las Rimas de Bécquer.
Después, tumbados en tierra de cualquier manera,
comprendemos que somos bárbaros, y que eso no debe ser.
Que no estamos en la edad, y todo esto y lo otro.
No había en Valencia dos amantes como nosotros,
porque amantes como nosotros son paridos bien pocos.

                                  Traducción del propio autor.

Descubrí hace muy poco tiempo la poesía de este poeta valenciano del que Carlos Marzal dijo —cito por El País—  que era no solo el gran renovador de la poesía contemporánea en valenciano, sino que es el único gran poeta que está a la altura de los clásicos remotos. No creo exagerar si sostengo que él es el mejor heredero de esa enorme tradición

Poeta del amor y de la muerte —supongo que la tremenda experiencia personal que el mismo número de ese periódico cuenta tuvo mucho que ver en la presencia de la muerte en sus poemas—. 

Tuve noticia de su obra por este otro poema que aparecía incompleto en una publicación de la editorial DeBolsillo, y que fue el que me llevó a la antología de Visor. Aquí está:

Me pondréis, entre las manos, la cruz,
o aquel rosario humilde, sudado, gastado,
de aquellas horas de tristeza y miedo,
y ya ninguna amenidad. Después

cerraréis el ataúd. No quiero que me vean.
A la hora justa quiero que en Burjassot,
en la parroquia donde me bautizaron,
toquen a muerto. Me agradaría, todavía,

que alguna mujer de mi pueblo salga
a la calle, inquiriendo: «Que, ¿quién ha muerto?»
Y que le den una breve noticia:

«Es el hijo del panadero, que hacía versos.»
Más cultamente aún: «El nieto mayor
de Nadalet.» Ponedme las gafas.


En este enlace podéis escuchar Els amants interpretado por Glòria Julià y por Ovidi Montllor. Personalmente, la primera lectura me gusta más.

domingo, 5 de agosto de 2018

EL CANCIONERO DE PETRARCA

Cátedra
No digo nada nuevo si afirmo que Petrarca (1304-1374) es uno de los grandes poetas de la literatura occidental y una auténtica revolución en la poesía románica. Su trabajo influirá de manera definitiva sobre la poesía que se practique posteriormente en el continente europeo. De los tres colosos italianos de la literatura medieval —Dante, Petrarca, Bocaccio— Petrarca es el que más me gusta, y si tenemos en cuenta su influencia, deberíamos concluir que Petrarca es el más importante.

Veamos: petrarquistas sin tener en cuenta a los italianos fueron, por ejemplo, Luis de Camões, Garcilaso de la Vega, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Pierre Ronsard, Philip Sidney... y tengo mis dudas con Shakespeare. Es decir, lo mejorcito de cada casa, que a su vez ejerció una larga influencia sobre la tradición poética posterior. Pero ¿dónde reside la fuerza expresiva y la auténtica novedad de este italiano genial?

Lo verdaderamente nuevo es la relación que establece entre el yo poético y el objeto de deseo. La realidad y el deseo parece que siempre caminan aparte. Esto origina una transformación total del lenguaje poético del que todavía hoy somos deudores cuando hablamos de poesía amorosa. Como señala Rossend Arqués la escritura constituye el método de búsqueda del verdadero yo. El lenguaje es el fundamento del self-fashioning o de la self-representation de un yo que, sintiéndose en un estado de exilio y ausencia de sí mismo, sale a la búsqueda de su auténtica identidad.

Y Petrarca es Laura. Fingida o real, construcción poética o persona física, Laura ya es de todos cuantos disfrutamos de la poesía: sueño, metáfora e ideal. Y es la pérdida, la pérdida absoluta. La muerte de Laura supone dejarnos sin resolver el angustioso problema de la trascendencia. Solo el recuerdo nos salva. El recuerdo y la lectura.

¡Oh ansioso pensamiento, oh pasos vanos,
oh memoria tenaz, oh fiero fuego,
oh potente deseo, oh débil pecho,
oh mis ojos, ya fuentes, más que ojos!

¡Oh fronda, honor de las famosas frentes,
oh sola insignia del valor gemelo!
¡Oh fatigosa vida, oh dulce engaño,
que a montes y llanuras me apartáis!

Oh bello rostro, donde Amor ha unido
espuela y freno para así llevarme,
a su placer, y resistir no vale!

Oh amorosas y gentiles almas,
si existís, y vosotras sombra y polvo,
deteneos a ver cómo es mi daño!


***


Cuando me paro a contemplar los años
y veo mis pensamientos esparcidos,
y el fuego en que ardí helándome apagado,
y acaba la paz de  mis afanes,

rota la fe de engaños amorosos,
dividido en dos partes mi bien todo,

una en el cielo y otra aquí en la tierra,
y perdido el provecho de mis males,

en mi vuelvo y me encuentro tan desnudo
que envidia siento por cualquier destino:
tanto dolor y miedo de mí tengo.

¡Oh mi Estrella, oh Fortuna, 
oh Muerte, oh Hado, 
oh siempre para mí dulce cruel día,
cómo en tan bajo estado me habéis puesto!

            Traducción de Jacobo Cortines.

domingo, 3 de junio de 2018

REIVINDICACIÓN Y DISFRUTE DE LOS CLÁSICOS

Tenía pensado ocuparme hoy de otro tema, pero el comentario que redacté ayer sobre la última obra de Muñoz Molina ha provocado un correo en el que una lectora atenta y amable me daba un cariñoso tirón de orejas. Me recordaba que los clásicos son la fuente de la que bebe toda la literatura —totalmente de acuerdo— y que para ser este un espacio dedicado principalmente a la literatura, apreciaba ella que no ofrecía a los clásicos suficiente asiduidad. 

A la amable lectora ya le he mandado una respuesta. Pero mientras la redactaba, he pensado que, a propósito del verso que Muñoz Molina utiliza para titular su libro, bien podía dejar aquí los sonetos de los que procede, y disfrutar de ellos tal y como se merece este espléndido día que ha amanecido aquí donde resido.

Primero el del genial Camões, quien, como dice Francisco Rico, ha merecido el raro honor de seguir siendo considerado una obra maestra después de que la épica perdiera todo su antiguo prestigio, y que es el punto de partida del de Quevedo:

Amor é um fogo que arde sem se ver;
É ferida que dói, e não se sente;
É um contentamento descontente;
É dor que desatina sem doer.

É um não querer mais que bem querer;
É um andar solitário entre a gente;
É nunca contentar-se e contente;
É um cuidar que ganha em se perder;

É querer estar preso por vontade;
É servir a quem vence, o vencedor;
É ter com quem nos mata, lealdade.

Mas como causar pode seu favor
Nos corações humanos amizade,
Se tão contrário a si é o mesmo Amor? 

Ahora, el de don Francisco:

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.


Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde, con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo;
enfermedad que crece si es curada.

Este es el Niño Amor, este es su abismo:
¡mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

Y ya puestos, uno de Lope, que tiene el mismo tema, tan de moda en la época, como era el de la definición del amor por medio de la paradoja, y que tanto juego les dio. 

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.


El uso de los contrarios les viene a todos ellos de la poesía trovadoresca; ahora bien, ellos supieron extremar sus bondades estéticas. La forma, el soneto, de Petrarca. Ya véis lo importante que es tener en cuenta los recursos que la tradición pone en nuestras manos.

Disfrutad del domingo y de la belleza de estos tres sonetos.

***

Si alguien necesitara traducción del portugués, aquí hay dos.

miércoles, 1 de julio de 2015

¿QUÉ TAMAÑO TIENE EL AMOR?

En los acantilados del Jaizkibel

  • El amor no es más que una curiosidad. Giovanni Giacomo Casanova.
  • En el amor, todas las cumbres son borrascosas. A. F. Donatien.
  • El amor es la historia de la vida de las mujeres y un episodio en la de los hombres. A. L. G. Necker.
  • El amor no tiene cura, pero es la única medicina para todos los males. Leonard Cohen.
  • En el amor es lo mismo que en la guerra; plaza que parlamenta está medio conquistada. Margarita de Valois.
  • La medida del amor es amar sin medida. Agustín de Hipona.
  • El amor es Física, el matrimonio Química. Alejandro Dumas.
  • Es el cambio, no el amor lo que hace avanzar el mundo. El amor sólo lo mantiene habitado. Anónimo.
  • El amor es como la luna: cuando no crece es que mengua. Anónimo.
  • Es una locura amar, a menos que se ame con locura. Proverbio latino.
  • Quien puede decir cuánto ama, pequeño amor siente. F. Petrarca.
  • El amor es la poesía de los sentidos. H. de Balzac.
  • El amor es la más noble flaqueza del espíritu. John Dryden.
  • El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido. R. Llul.
  • Es amor bien pobre el que puede evaluarse. Shakespeare.
  • El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a cogerla al borde de un espantoso precipicio. Stendhal.
  • El amor es como un río. / ¡A medida que es más grande /va metiendo menos ruido. Villaespesa.

viernes, 18 de abril de 2014

UN POEMA DE PETRARCA

Dice Francisco Rico en Mil años de poesía europea que una parte de la lírica europea posterior a Petrarca ha sido el intento unas veces de remedarlo y otras de descartarlo. Creo que esta frase es suficiente para dar idea de la importancia de este clásico italiano.



Si no es amor, ¿qué es lo que siento entonces?
Mas si es amor, por Dios, ¿qué cosa es y cómo?
Si buena es, ¿por qué es mortal efecto?
Y si mala, ¿por qué es dulce el tormento?


Si a voluntad me abraso, ¿por qué el llanto?
Si a mi pesar, ¿qué vale lamentarse?
Oh delicioso daño, oh viva muerte,
¿cómo, sin consentirlo, tanto puedes?


Y no he de quejar, si lo consiento.
En frágil barca y vientos tan contrarios
me encuentro en alta mar y sin gobierno,


tan falso de saber, de error cargado,
que yo mismo no sé ni lo que quiero,
y tiemblo de calor, y ardo de frío.


Traducción de Jacobo Cortines.


***

PS: No dejéis de escuchar la conferencia de Rico que está enlazada con su nombre.

lunes, 14 de abril de 2014

ÁNGEL CRESPO (1924-1995)

Ángel Crespo es uno de esos poetas de los que hablan un par de líneas todos los manuales, pero que casi nadie conoce. Probablemente sea más conocido como traductor que como creador —sus traducciones de Dante, Petrarca y Pessoa siguen siendo utilizadas—, y es que sus discrepancias con el "aparato" literario del partido y su "retiro" a Puerto Rico durante veinte años han hecho de él un poeta semiolvidado. Afortunadamente esta antología y la anterior de Galaxia Gutenberg intentan recuperarlo del olvido, aunque no sé si con mucho éxito. Sirva, pues, este no-aniversario del poeta como recuerdo y alabanza del mismo.

EL INVISIBLE

Yo sé que alguien me habla,
me habla con insistencia,
tercamente me dice cosas que debo saber,
pero ese alguien no usa mis palabras,
pero yo no conozco su lenguaje,
y los dos, frente a frente,
sin vernos, angustiados,
no podemos unir nuestros discursos.

A veces casi escucho su mensaje,
presiento cómo lucha junto a mí,
cómo trata de hablarme, de decirme,
cómo viene a mi libro, a mis papeles,
cómo se sienta al lado, invisible, en la silla,
cómo hace a mi madre que diga cosas raras
que mi madre no quisiera decir,
para que yo le entienda.

También, cuando paseo,
a la cara me arroja hojas secas, y a veces
me hace tropezar en una brizna.

Pero yo no le entiendo,
yo no sé qué me quiere decir,
yo soy un torpe incomprensivo, y sólo
sé abrir los ojos y exclamar con miedo:
¿Quién eres? ¿Qué me quieres decir?

Pero se va
si nota mi impaciencia.

En Youtube tenéis la lectura de unos pocos poemas de Crespo que cinco poetas realizan a manera de homenaje.

sábado, 27 de octubre de 2012

ANÍBAL NÚÑEZ, 2

Fotografía de José Núñez Larraz
Desde aquí podéis acceder a la colección de poemas que hoy mismo he terminado de preparar. De paso os presento uno de sus poemas, el que abre la colección Taller del hechicero.


JUEGOS FLORALES EN UQBAR

No cualquier cosa. Puede deslizarse
una alusión al Ganges que se salte las normas
un aluvión de llanto que no tenga sintaxis
adecuada a este orbe
                               Un buen soneto
con fragancia a Petrarca incluso puede
hacer que se presente el propio diablo
y agüe la fiesta de los evadidos
y amargue los pasteles de dulzor primigenio.

Que nadie se asuste ante una primera lectura infructuosa. Este poema, como el libro entero, es hijo de su tiempo, es decir, del culturalismo que se practicaba entre los poetas de esa generación, de las teorías sobre la muerte del autor que estudiaban en la universidad, y de la práctica, también muy del gusto de la época, de hacer poesía sobre la propia poesía, o sea, metapoesia. Vayamos despacio.

El título nos da la primera pista: se trata de una ciudad inexistente, creada por la imaginación de Borges (Ficciones, 1944) y de la que nos dice que era una ciudad donde se practicaba una literatura de carácter fantástico, sin relación con la realidad. Y como los juegos florales ya sabemos lo que son, podemos sospechar que el poema es una especie de poética, una reflexión sobre lo que debe o no debe ser un poema.

A partir de aquí, y a pesar de que Núñez pone especial empeño en escribir con una sintaxis rota y nos escamotea muchos de los elementos necesarios para la comprensión total de la oración, podemos entender que para escribir poesía no vale cualquier cosa, sino que debemos perseguir la originalidad y transgredir alguna que otra norma, incluso la explosión emocional es aceptable, siempre y cuando no tenga sintaxis adecuada.

Más ambiguo se muestra el autor en la segunda estrofa, donde no acaba de quedar claro si los términos que aparecen deben tener un carácter positivo o negativo (diablo, evadidos, pasteles), porque en función de que les demos un valor u otro, nos vamos a situar en un lado o en otro de la movida poética. Hay que entender evadidos, claro, como los que han abandonado la práctica de la poesía clásica (medida, rima, normas...).

En cualquier caso, la ambigüedad del poema es deliberada, ya que su propia construcción así lo indica: metrica muy contenida (endecasílabos y alejandrinos) por un lado; por otro, uso absolutamente coloquial del lenguaje con una sintaxis irregular. Añadamos a esto la ausencia del yo poético y la indeterminación general del poema. Está claro: el autor se retira para que el lector sea el constructor del poema. Todo muy marca R. Barthes