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viernes, 9 de febrero de 2024

TXORIA (Remigio Mendiburu) - PÁJARO (Octavio Paz)

Está aquí.


Paseo por Hondarribia. Paso junto a la escultura de Mendiburu y su pájaro me lleva al de Paz:


EL PÁJARO


En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.

Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron…
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.

       Libertad bajo palabra (1935-1957). Cátedra, 2000.

Ambos pájaros transportaban la misma transparencia aquella tarde.

***


miércoles, 8 de noviembre de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Octavio Paz)

En librerías.
#unlibrounpoema

Esta magnífica antología de textos —prosa y verso, ensayo y creación— del inmenso Octavio Paz supuso mi primer conocimiento de la escritura del mexicano y el nacimiento de una fascinación que perdura desde entonces. La antología corrió a cargo del escritor Julián Ríos, autor, por cierto de maravillosa Babel de una noche de San Juan. 

De la antología tomo este poema que pertenece a la colección Ladera Este:


EJE


Por el arcaduz de sangre

Mi cuerpo en tu cuerpo

                                 Manantial de noche

Mi lengua de sol en tu bosque

                                           Artesa tu cuerpo
Trigo rojo yo

                  Por el arcaduz de hueso

Yo noche yo agua

                         Yo bosque que avanza

Yo lengua

              Yo cuerpo

                            Yo hueso de sol

Por el arcaduz de noche
 
                                  Manantial de cuerpos

Tú noche del trigo

                          Tú bosque en el sol

Tú agua que espera

                            Tú artesa de huesos

Por el arcaduz de sol

                              Mi noche en tu noche

Mi sol en tu sol

                      Mi trigo en tu artesa

Tu bosque en mi lengua

                                  Por el arcaduz del cuerpo

El agua en la noche

                            Tu cuerpo en mi cuerpo

Manantial de huesos

                              Manantial de soles


***


martes, 16 de agosto de 2022

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ, y 4

Ejemplar del KM
Sor Juana Inés de la Cruz (¿1648/1651?-1695). Con esta entrada en la que tiene cabida un material de lo más variopinto doy por cerrado el ciclo dedicado en este blog a nuestra escritora barroca más destacada. 

Primero, tres títulos para leer en papel la obra de la autora:
  • Poesía lírica. Edición de José Carlos Gómez Boixo. Cátedra, 2020.
  • El sueño. Edición y comentario de Emil Volek. Visor, 2019.
  • Poesía, teatro, pensamiento: lírica personal, lírica coral, teatro, prosa. Edición de Georgina Sabat de Rivers y Elías Rivers. Espasa, 2004. (Es el que aparece en la fotografía. Obra completa. Existe en bibliotecas o libro de viejo).
Después, una bibliografía mínima sobre su obra:
Seguimos con un par de conferencias:

    

Continuamos con un bolero:


Y terminamos en el cine con una película: Yo, la peor de todas, dirigida por María Luisa Bemberg.


*** 


Путин, немедленно останови войну!

sábado, 30 de julio de 2022

UN HAIKU, EL SIRIMIRI Y MI MEMORIA


 Hoy la ciudad ha amanecido apaciblemente mojada y fresca. Una llovizna benefactora ha limpiado tanto el aire que nos envuelve como el suelo que pisamos. Un auténtico regalo.


Editorial
Mientras paseaba bajo el sirimiri, he recordado el haiku que aparece impreso sobre la fotografía de un tamariz en flor. Bueno, lo de recordar es puro eufemismo. Sabía que había leído uno sobre la lluvia menuda y creía que era de
 Bashō. Lo he buscado al volver a casa y he descubierto que ni decía exactamente lo que yo creía ni tampoco era del autor a quien yo se lo atribuía. Es evidente que no tengo una memoria prodigiosa, pero me consuelo pensado que, al menos, me he acordado de buscarlo al llegar a casa.

El poema de Yosa Buson aparece recogido en el libro Matsuo Bashō. Sendas de Oku, traducción de lo que fue un diario de viaje y una de las mejores colecciones de poemas de Matsuo Bashō. Los trabajos introductorios corrieron a cargo de Octavio Paz y la traducción de la obra Senda de Oku la realizaron el hispanista Eikichi Hayashiya y el mismo Paz. El libro, por suerte, podéis leerlo en internet. Está recogido en numerosos sitios. Dejo el enlace a este issue porque mantine el formato libro con su portada.

Este otro, que podría acompañar a la fotografía de la Concha, sí es de Bashō:

Es primavera: 

la colina sin nombre 

entre la niebla.  

***


Путин, немедленно останови войну!

viernes, 1 de julio de 2022

SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ, 2 (la cocina y Aristóteles)

Ejemplar del KM

 
Yo diría que este libro es básico para adentrarse en el conocimiento de la vida y de la obra de sor Juana Inés de la Cruz. Como el mismo Octavio Paz dice, ese enigma no es uno solo, sino muchos, y para intentar dar respuesta a todos ellos se lanzó el intelectual mexicano a una investigación exhaustiva con la intención de arrojar un poco de luz sobre estas cuestiones: 
El libro tiene casi 700 páginas, todas ellas vibrantes de excelente investigación y escritura. No voy a descubrir yo ahora nada de este fascinante sabio y poeta que fue galardonado
en 1990 con uno de los más merecidos premios que se hayan otorgado a lo largo de la historia del Nobel. El libro está aún en catálogo y también lo podéis encontrar en internet. Y como ando mandando pistas y herramientas para quien quiera acercarse a la tertulia de octubre, este libro y el texto que aparece más abajo me parece que pueden ser de gran utilidad.

Gracias a él supe en su momento de la  deliciosa Respuesta a sor Filotea, reacción a una carta del obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz que criticaba un opúsculo de la monja, la Carta atenagórica, donde discutía temas de enjundia teológica al erudito jesuita António Vieira. La reacción del obispo provocó la respuesta de la poeta. En ella defiende su labor intelectual y reclama el derecho de la mujer a la educación. Y, además, se apena de la oportunidad perdida por Aristóteles al no saber de fogones y guisos. Buenísimo.

Leed con atención estas palabras de nuestra polímata del barroco: 

Estaban en mi presencia dos niñas jugando con un trompo, y apenas yo vi el movimiento y la figura, cuando empecé, con esta mi locura, a considerar el fácil moto de la forma esférica, y como duraba el impulso ya impreso e independiente de su causa, pues distante la mano de la niña, que era la causa motiva, bailaba el trompillo; y no contenta con esto, hice traer harina y cernerla para que, en bailando el trompo encima, se conociese si eran círculos perfectos o no los que describía con su movimiento; y hallé que no eran sino unas líneas espirales que iban perdiendo lo circular cuanto se iba remitiendo el impulso. Jugaban otras a los alfileres (que es el más frívolo juego que usa la puerilidad); yo me llegaba a contemplar las figuras que formaban; y viendo que acaso se pusieron tres en triángulo, me ponía a enlazar uno en otro, acordándome de que aquélla era la figura que dicen tenía el misterioso anillo de Salomón, en que había unas lejanas luces y representaciones de la Santísima Trinidad, en virtud de lo cual obraba tantos prodigios y maravillas; y la misma que dicen tuvo el arpa de David, y que por eso sanaba Saúl a su sonido; y casi la misma conservan las arpas en nuestros tiempos.

Pues ¿qué os pudiera contar, Señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? Veo que un huevo se une y fríe en la manteca o aceite y, por contrario, se despedaza en el almíbar; ver que para que el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de agua en que haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y clara de un mismo huevo son tan contrarias, que en los unos, que sirven para el azúcar, sirve cada una de por sí y juntos no. Por no cansaros con tales frialdades, que sólo refiero por daros entera noticia de mi natural y creo que os causará risa; pero, señora, ¿qué podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina? Bien dijo Lupercio Leonardo, que bien se puede filosofar y aderezar la cena. Y yo suelo decir viendo estas cosillas: Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito (la negrita es mía).

***

Путин, немедленно останови войну!

jueves, 26 de agosto de 2021

PAZ, BORGES Y ELIZONDO HABLAN DE LA POESÍA Y EL TIEMPO

 

Gracias a la revista digital Círculo de poesía me encuentro esta conversación entre Octavio Paz (1914-1998), que hace de presentador, Jorge Luis Borges (1899-1986) y Salvador Elizondo (1932-2006). 

La relevancia de los protagonistas y el tema sobre el que conversan me ha parecido de sumo interés y no he dudado ni un momento en acercároslo. 

miércoles, 14 de octubre de 2020

ELIZABETH BISHOP, EL PEZ

Vaso Roto publicó hace cuatro años la Poesía completa de Elizabeth Bishop  (1911-1979). La presentación de la obra y la traducción corrieron a cargo de Jeannette L. Clariond, alumna del eminente crítico Harold Bloom

La edición, como siempre en Vaso Roto, está muy bien cuidada y, como ya he dicho en otras ocasiones, es un lujo disponer en un tomo de la obra completa de quien sea. De las virtudes de Bishop como poeta habla todo el siglo XX y gente tan sabia en temas poéticos como Octavio Paz o R. Lowell. Yo lo que quiero destacar es la aguda mirada de su traductora, que ha compuesto un prólogo bellísimo y lleno de claridad e inteligencia. 

Comparto con ella la opinión de que "El pez" es un extraordinario poema, uno de esos que en una primera lectura tal vez no acabemos de apreciar en toda su profundidad; pero solo necesitamos volver a él, una o más veces, e ir  descubriendo que se trata de un texto muy rico en su forma y en sus significados, tanto como para no querer abandonarlo. 

EL PEZ

Atrapé un enorme pez, 
y lo sostuve en el costado de la barca,
la mitad fuera del agua, con mi anzuelo
enganchado en la comisura de su boca. 
No luchó.
No lo habría hecho de cualquier modo.
Todo él era un peso resoplando,
abatido y honorable
y modesto. Su parda piel 
colgaba en tiras por todas partes
como un empapelado antiguo,
y su diseño en marrón más oscuro
parecía un empapelado:
formas de rosas plenamente florecidas
manchadas y perdidas en el tiempo. 
Estaba salpicado de percebes,
e infestado
de pequeños blancos piojos de mar,
y debajo, colgándole, dos o tres
tiras de alga verde.
Al inhalar sus branquias 
el terrible oxígeno 
—las aterradoras branquias,
Frescas y crispadas de sangre,
capaces de cortar tan gravemente—
pensé en la 
blanca carne áspera
compactada como plumas,
las espinas grandes y las pequeñas,
los dramáticos rojos y  negros
de sus brillantes vísceras.
y la rosada vejiga natatoria
como una enorme peonía.
Lo miré a los ojos 
bastante más grandes que los míos,
pero menos profundos y amarillentos,
los iris forrados y embutidos
en papel de estaño deslustrado
vistos a través de las lentes 
de la vieja rayada gelatina.
Se movieron un poco, pero no
me devolvieron la mirada:
era más bien como una inclinación
de un objeto hacia la luz.
Admiré su rostro taciturno,
el mecanismo de su quijada,
y entonces vi
que de su labio inferior
—si pudiera llamarse labio—
triste, mojado, como un arma,
colgaban cinco trozos viejos de sedal,
o cuatro y un alambre
con el emerillón aún amarrado,
los cinco 
anzuelos grandes 
bien afianzados a la boca.
Un sedal verde, raído en el extremo
donde lo había roto, dos sedales más pesados
y un fino hilo negro
aún rizado por el esfuerzo y el chasquido
cuando se rompió y escapó.
Como medallas con cintas
deshilachadas y vacilantes,
una barba de cinco pelos de sabiduría,
colgaban de su quijada dolorida.
Lo miré y lo miré
y la victoria colmó
la pequeña barca de alquiler,
desde un charco de sentina
donde el aceite formaba un arcoíris
alrededor del motor herrumbroso,
hasta el oxidado naranja del balde,
las bancadas agrietadas por el sol,
los escálamos en sus toletes,
las regalas...  ¡hasta que todo
fue arcoíris, arcoíris, arcoíris!
Y dejé escapar al pez.


Toda una lección de amor a la naturaleza y un singular esfuerzo por hacernos ver que alcanzamos la belleza cuando realmente somos capaces de comprender el valor que la vida tiene en todas sus formas.

Podéis encontrar un antologías de su poesía en Visor, en Random House, en Igitur y en Lumen.

jueves, 2 de julio de 2020

ALEJANDRA PIZARNIK

Editorial
HIJA DEL VIENTO

Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.




Su buen francés permitió que se internara en París en una época en que todo poeta latinoamericano que se preciara tenía que dar con sus huesos en la ciudad de la luz. Pero ni la luz de la ciudad ni la de Cortázar ni la de Octavio Paz, con quienes amistó rápidamente, fueron suficientes para librarla del dolor que habitaba en ella.

Por suerte para nosotros su capacidad para escribir y su impulso poético estuvieron muy por encima de su enfermedad psiquiátrica. Su obra nos sigue iluminando los bordes más oscuros del ser humano, del ser que deambula entre los vagidos del insomnio hacia la muerte.

Lumen, gracias al trabajo de Ana Becciu, recogió su poesía en un tomo hace veinte años. Hoy sigue editándola.

L'OBSCURITÉ DES EAUX

Escucho resonar el agua que cae en mi sueño. Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me digo mis silencios. Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme. Y pienso en el viento que viene a mí, permanece en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia desconocida. A mí me han dado un silencio pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada como el único pájaro en el viento.


Este programa de doce escasos minutos realizado por Valle Alonso puede serviros muy bien para ambientaros:


sábado, 20 de julio de 2019

UN VIEJO ESTANQUE

Dibujo de Basho por Hokusai. Fuente: Wikipedia.
                                             Un viejo estanque:
                                             salta una rana ¡zas!
                                             chapaleteo.

                                 Traducción de Octavio Paz. Versiones y diversiones.

Según dicen, Basho escribió este haiku en 1686 y poco tiempo después ya era famoso. Las traducciones son numerosas y, aunque cambian las palabras, el orden y la puntuación, la situación es la misma. 

No creo que a Basho le preocupara mucho cómo se presentara su haiku en otras lenguas. De hecho, no creo que le importaran demasiado las palabras en la suya propia, sino la percepción, ser capaz de plasmar una intuición a través de un instante.

Estamos en Japón, y si la cultura, la sociedad, la naturaleza tienen algo que ver con la forma de entender la realidad, su filosofía, yo diría que este haiku, como otros muchos, está impregnado todo él de Kenshō, esa intuición primigenia que es capaz de captar la naturaleza de las cosas según el budismo zen.

Dice el filósofo Nishida que es el artista, no el erudito, quien accede a la naturaleza auténtica de la realidad. Así, lo que el poema realiza es la transmisión a quien lee de la acción de la rana introduciéndose en el estanque. Ya está, no hay que buscar más. Percepción. Instante. Esencia.

Hay quien va un poco más allá, o más acá, y sin salirse de la percepción intuitiva, nos advierte de que no es el instante del chapoteo, no el momento del ruido en el agua, sino que lo evocado es la ruptura, la perturbación de la quietud y el silencio. 

En esencia, estamos hablando de lo mismo. Ya nos situemos en el momento del ruido, ya en el anterior a él, a lo que Basho quiere llevarnos es a un estado de conciencia que es muy ajeno al pensamiento occidental.

jueves, 3 de enero de 2019

LA POESÍA LLAMA, Homero Aridjis

La poesía llama es el último título-antología —recoge cuatro poemarios— publicado por Homero Aridjisuno de los poetas vivos más reconocido y premiado de México, de quien su compatriota Octavio Paz dejó escrito que en su poesía hay la mirada, el pulso del poeta: hay el tono inconfundible de aquel que tiene necesidad de decir y que sabe que todo decir es imposible; hay la palabra plena y la conciencia de la oquedad de la palabra; hay erotismo y también amor; hay el tiempo discontinuo de la vida práctica y racional y la continuidad del deseo y de la muerte; hay la verdad original del poeta. Su extensísima obra poética abarca 48 títulos, buena parte de ellos recogidos en Ojos de otro mirar (1988), todavía disponible en las librerías.

Aquí os dejo un par de muestras de la poesía entendida como llama, como fuego inicial, como pasión por el lenguaje y la comunicación, pero también como llamada, como señal, como voz que nos enseña otro mirar.

CEREMONIA AL ROMPER EL DÍA

Oye la palpitación de la piedra,
la respiración de la luz,
mira el árbol atado por la sombra a la tierra,
la voz del Invisible soplar las lápidas de papel,
siente la pasión del trueno que persigue a la sombra
de la lluvia en el cerro de Altamirano;
mira la voz de los zapatos viejos
que andan sin agujetas debajo de la cama,
sólo tú puedes ver a los soñadores antiguos
que te procrearon en los talleres de la resurrección,
sólo tú puedes escucharlos con los párpados cerrados.
Sólo tú puedes oír el paso de los ausentes
caminando delante y detrás de tu sombra
cuando sufres un apagón de la conciencia.
Sólo tú ves a los fantasmas de ti mismo bailar la música
de la melancolía frente a los reflectores de la nada.
Sólo tú puedes ver los trenes de la infancia
correr veloces hacia atrás, hacia el abismo de ti mismo.
Ven, ven conmigo a la ceremonia del no-yo. 


LA POESÍA LLAMA

Las llamas del poema iluminarán tu noche,
los verbos de sus cenizas arderán en tu principio.
Todo yo seré ella, toda ella seré yo.
Los dos seremos un cuerpo en combustión
que da a luz a la muerte.
Muerto el yo, la poesía,
huérfana de palabras,
abrirá las puertas del misterio.

viernes, 31 de agosto de 2018

RECUERDO DE LEÓN FELIPE A LOS CINCUENTA AÑOS DE SU MUERTE

Documentos rne puso en antena anteayer, miércoles 29, un fantástico documental de casi una hora de duración. Muy bien realizado y ambientado, es un auténtico regalo para quien esté interesado en la vida y en la obra de León Felipe, fallecido el 18 de septiembre de 1968 en Ciudad de México. En él colaboran auténticos especialistas como Fanny Rubio, Jorge Urrutia y Gonzalo Santonja

Además, del archivo sonoro han rescatado las voces de destacados amigos y grandes conocedores, en todos los sentidos, del poeta zamorano: el premio nobel mexicano, Octavio Paz; su biógrafo, Luis Rius; y los poetas, Leopoldo de Luis y Francisco Giner de los Ríos. Todos ellos relatan sus vivencias personales con él y sus valoraciones literarias.

Y para que no falte nada, también está presente la voz del poeta, gran lector de su propia obra, como probó numerosas veces en los recitales que dio por medio mundo. Aunque si queréis oír en extensión su voz, en el espacio León Felipe por él mismo están recogidos una veinte de poemas. Por otra parte, La Biblioteca Nacional, bajo el título de El poeta del roto violín mantiene una muestra bibliográfica con más de 30 obras hasta el 14 de septiembre.

Y ahora, disfrutad del programa.


viernes, 13 de julio de 2018

ME TOMO UNAS VACACIONES

Así es, me tomo unos días de descanso, pero antes de silenciar este espacio durante un tiempo os dejo un par de direcciones relacionadas con la poesía y la creación: 



  • El primero es poeticas.es, un lugar donde se recogen las creaciones de cientos de poetas que, como el nombre del espacio indica, tienen que ver con la forma de entender y concebir la poesía. Un ejemplo:
LAS PALABRAS

Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.

                         Octavio Paz.

  • El segundo, kaixo tv, básicamente un canal de YouTube en donde quedan recogidas las grabaciones sobre eventos culturales acontecidos en Donosti y alrededores, pero no solo. Exploradlo.

Hasta pronto.

miércoles, 25 de abril de 2018

OCTAVIO PAZ, EL DOCUMENTAL


Gracias, Fran.

Gracias a un compañero de redes que dio ayer noticia de él, pude descubrir este magnífico documental sobre Octavio Paz que José María Martínez —guión y dirección— y Adela Iriarte —montaje y postproducción— realizaron en 2016. Después de su estreno el 26 de octubre de 2016, el documental estuvo presente en los festivales de cine de Málaga (España), Rosario (Argentina), Guadalajara (México) y de La Habana (Cuba), además de exhibirse en los centros del Instituto Cervantes de numerosos países.

En él intervienen los escritores Mario Vargas Llosa, Jorge Edwards, Hugo Hiriart, Elena Poniatowska y Alberto Ruy Sánchez; los poetas Pere Gimferrer, Ida Vitale y Jean-Clarence Lambert, primer traductor de Paz al francés; los ensayistas Juan Villoro, Juan Malpartida y Christopher Domínguez Michael; los sanscritistas Óscar Pujol y Juan Arnau; los críticos de arte Juan Manuel Bonet y Fernando Castro Flórez; el pintor Vicente Rojo; la hispanista china Shihua He, así como Hans Meinke, editor de las obras completas del escritor mexicano, quien, en mi opinión, nos ofrece la más hermosa comparación sobre Paz.

El Instituto Cervantes lo ha colocado en su canal YouTube este lunes 23 como celebración del Día del Libro. Seguro que todas las personas interesadas en la vida y en la obra del Premio Nobel lo agradecen. 

No me resisto a recomendar algunos títulos que me parecen imprescindibles dentro de su ingente y luminosa obra:


También podéis encontrar una breve selección de sus poemas en este mismo blog.

martes, 6 de marzo de 2018

BLANCA VARELA, 2 (sus poemarios)

La obra de Blanca Varela no es extensa. Estos son sus ocho títulos:
  • Ese puerto existe. Prólogo de Octavio Paz. Xalapa, Veracruz (México), Universidad Veracruzana, 1959.
  • Luz de día. Lima, Ediciones de La Rama Florida, 1963.
  • Valses y otras falsas confesiones. Lima. Instituto Nacional de Cultura, 1972.
  • Canto villano. Lima, Ediciones Arybalo, 1978.
  • Ejercicios materiales. Lima, Jaime Campodónico editor, 1993.
  • El libro de barro. Madrid, Ediciones del Tapìr, 1993.
  • El falso teclado. Apareció en el nº 137 de Ideele, 2001.
Buena parte de ellos son muy difíciles de conseguir porque están publicados al otro lado del Atlántico. Sin embargo, las antologías publicadas por Visor, Galaxia Gutenberg y Ediciones Universidad de Salamanca nos facilitan la labor. Cualquiera de ellas ofrece una selección suficientemente amplia como para adentrarnos con todas las garantías en la obra de la peruana. 

Del último título, Falso teclado, dedicado a José Ángel Valente, entresaco el primer poema:

ES FRÍA LA LUZ

es fría la luz de la memoria
lo apenas entrevisto brilla
con insistencia
gira buscando el casco de botella
o el charco de lluvia

tras cualquier puerta que se abre
está la luna
tan grande y plana
tan fuera de lugar
como si de un cuadro se tratara
óleo sobre papel
endurecido por el tiempo

así cayeron en la mente
formas y colores
casualidades
azar que anuda sombras
vuelcos en la negra marmita
donde a borbotones
se cuecen gozo y espanto

crece el yeso de un cielo
mil veces lastimado
mil veces blanqueado
se borra el mundo y se vuelve
a escribir
hasta el último aliento

sólo esto
eternidad aparente
mísera astilla de luz en
la entraña
del animal
que apenas estuvo



jueves, 22 de febrero de 2018

BLANCA VARELA, 1

Eva Guerrero comenzaba la estupenda introducción a la antología Aunque cueste la noche con este párrafo: 
Tras más de cinco décadas de producción poética Blanca Varela se afirma como una de las voces más personales y sólidas de la lírica latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Desde la publicación de su primer libro Ese puerto existe (1959), prologado por Octavio Paz y editado en México, hasta El falso teclado (2001), Blanca Varela ha forjado una poética anclada en la desnudez verbal y sustentada en una ardua lucha con la palabra.

Blanca Varela (1926-2009) pertenece por edad a la Generación del 50 peruana, esa en la que podemos encontrar entre otros a J. E. Eielson, J. Sologuren y S. Salazar Bondy. Correlativa, por tanto, a la española de los Gil de Biedma, Goytisolo, Valente, González, Brines...

Su poesía no es precisamente celebratoria ni luminosa, antes bien, el dolor, la soledad, el deterioro del cuerpo, el paso del tiempo, estos temas tantas veces señalados por la crítica, están tratados en un tono existencialista y sin concesiones al lado más bondadoso de la vida. El concepto predomina sobre el objeto sensible, y la reflexión sobre la impresión. Octavio Paz y el París de los años 50 tuvieron gran influencia en su obra. 

Allí entabla relación con los surrealistas, con de Beauvoir, Sartre, Michaux, GiacomettiLéger y, por supuesto, con Octavio Paz, quien dejó plasmado el ambiente del grupo en el prólogo que redactó para el primer libro de la poeta, Ese puerto existe: No creíamos en el arte. Pero creíamos en la eficacia de la palabra, en el poder del signo. El poema o el cuadro eran exorcismos, conjuros contra el desierto, conjuros contra el ruido, la nada, el bostezo, el claxon, la bomba. Escribir era defenderse, defender la vida. La poesía era un acto de legítima defensa (...) En aquellos días todos cantamos. Y entre esos cantos, el canto solitario de una muchacha peruana: Blanca Varela. El más secreto y tímido, el más natural.

Tal vez uno de los poemas más representativos de su forma de hacer y de plasmar su punto punto de vista sea "Conversaciones con Simone Weil". Conviene recordar que la pensadora francesa era de origen judío laico, aunque pronto se adhirió a la tradición espiritual cristiana tamizada por el humanismo griego. Weil, por tanto, estaba convencida de la capacidad humana para explicar y decir el mundo; Varela, en cambio, participa del escepticismo de la época.


CONVERSACIONES CON SIMONE WEIL

los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.

el hombre es un extraño animal.


En la mayor parte del mundo

la mitad de los niños se van a la cama hambrientos.


¿Renuncia el ángel a sus plumas, al iris,

a la gravedad y la gracia?


¿Se acabó para nosotros la esperanza de ser mejores ahora?


La vida es de otros.

Ilusiones y yerros

La palabra fatigada.

Ya ni te atreves a comerte un durazno.


Para algo cerré la puerta,

di la espalda

y entre la rabia y el sueño olvide muchas cosas.


La mitad de los niños se van a la cama hambrientos.


los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.

el hombre es un extraño animal.


Los sabios, en quien depositamos nuestra confianza, nos traicionan.


los niños se van a la cama hambrientos

los viejos se van a la muerte hambrientos.


El verbo no alimenta. Las cifras no sacian.


Me acuerdo ¿Me acuerdo?

Me acuerdo mal, reconozco a tientas. Me equivoco.

Viene una niña de lejos. Doy la espalda.

Me olvido de la razón y el tiempo.


Y todo debe ser mentira

porque no estoy en el sitio de mi alma.

No me quejo de la buena manera.

La poesía me harta.

Cierro la puerta

Orino tristemente sobre el mezquino fuego de la gracia.


los niños se van a la cama hambrientos.

los viejos se van a la muerte hambrientos.


El verbo no alimenta.

Las cifras no sacian.


el hombre es un extraño animal.



El programa de televisión Sucedió en Perú le dedicó en diciembre de 2016 un especial con motivo del noventa aniversario de su nacimiento. Puede resultar una buena primera aproximación.