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sábado, 24 de febrero de 2024

ÁNGEL GONZÁLEZ

C/ de las Infantas.
Gracias, Javier
 
De repente, alguien se acuerda de ti y te manda un regalo en forma de fotografía vía guasap. Él pasaba por allí y sabía de mi cariñosa inclinación hacia la poesía. Saca el teléfono, dispara y me lo envía. Es como cuando recibíamos una postal desde algún sitio lejano. A quien nos la enviaba, algo, lo que fuera, le había provocado que se acordara de nosotros y nos hacía partícipes de su recuerdo, es decir, de su cariño y de su amistad. 

En este caso, la chispa que enciende la memoria es una placa que el Ayuntamiento de Aranjuez ha colocado en una céntrica calle. La placa tiene grabado un poema, un poema que habla de lo que permanece. Lo que se mantiene en el tiempo es eso que algún día hemos dado —o hemos recibido— y estará con nosotros mientras nosotros duremos. Amistad a lo largo, que diría otro compañero de generación.


YA NADA AHORA



Largo es el arte; la vida en cambio corta
como un cuchillo.
                         Pero nada ya ahora


—ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa—


podrá evitarlo:
                     exento, libre,


como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,


creciente en un espacio sin fronteras,


este amor ya sin mí te amará siempre.



***


jueves, 22 de febrero de 2024

LAS VÍCTIMAS SE PREGUNTAN

 

Iván G.M. (genial, como siempre) continúa creando sin parar y ya tenemos nuevo episodio de la banda sonora original de El espesor de la herida

Este es el poema: 



LAS VÍCTIMAS SE PREGUNTAN

La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz.

THOMAS MANN




Ante la inminencia de la muerte

la víctima intenta averiguar

el valor espiritual y hasta metafísico

del artilugio que la hará desaparecer

y se pregunta:

¿Son más valiosas las bombas

que arrasaron la ciudad de Colonia



durante el 43

o las que cayeron dos años antes

sobre la ciudad de Londres?

¿Es la bala japonesa que mató

al campesino chino en el 31

superior a la del soldado de Lon Nol,

la que privó de la vida

al obrero camboyano?

¿Debo preferir

las flechas que segaban las vidas

disparadas por los arqueros de los Plantagenet

o las de los arqueros al servicio de los Capetos?

¿Qué argumentos debo utilizar

para inclinarme a favor

de la cimitarra musulmana

o, por el contrario,

del lado de la recta espada cristiana?

¿Es mejor la piedra

de la honda de David

o las de los filisteos?




La víctima,

perpleja,

no alcanza a dilucidar

la diferencia ontológica

entre un arma y otra,

y sigue preguntándose

hasta que un enemigo

de la vida

siega la suya

con absoluta limpieza

y convencimiento.



***



Incapaz de resolver la cuestión

del artefacto asesino

otra víctima se pregunta por sí misma:

¿Soy mejor víctima si muero a manos

de un egipcio o de un hitita,

de un troyano o de un heleno,

de un romano o de un cartaginés,

de un franco o de un sajón,

de un vikingo o de un celta,

de un fatimí o de un selyúcida,

de un güelfo o de un gibelino,

de un cruzado o de un otomano?




Llegado a este punto

la víctima reconoce

que ni tan siquiera tendrá tiempo

para poder repasar la infinita lista

de todos sus posibles agresores.

Tampoco sabe si es mejor un continente u otro

para morir,

ni cuál pueda ser la forma más adecuada

de hacerlo.

Por no saber,

no sabe si la razón debe ser

religiosa o económica,

política o cultural,

ideológica o estética,

geográfica o académica,

aunque unos instantes antes

de perder la vida

tiene la sospecha

de que ninguna de ellas

debería utilizarse

para arrebatársela a nadie.



***



Las víctimas no pueden hacer nada,

solo son víctimas,

y mueren por la causa

o tal vez sin causa alguna,

pero mueren.

Y este es el resultado: 


***


GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) es, seguramente, la romántica en lengua española más tópica y decididamente romántica de todas las escritoras románticas de la época. Quiero decir que si en la concepción popular de "lo romántico" la característica que se suele tener como central y casi exclusiva para identificarlo es la del sentimentalismo, el apasionamiento y la exaltación amorosa, Gómez de Avellaneda cumplía muy bien con ella. Fue mujer tremendamente apasionada que hizo del amor —tanto humano como divino— su bandera. 

Sobre el humano yo diría que sus cartas personales son mucho más expresivas y emocionalmente más poderosas que su poesía —Así he llegado a esta época de mi vida sin más recuerdos hondos que los de dos grandes infortunios: el de un amor mal colocado, y el de una felicidad pasajera, que ni aun supe apreciar sino después de haberla perdido. Objeto de un grande amor que me fue arrebatado cuando empezaba a conocerlo; víctima de un amor loco que supe sentir conociendo su locura, jamás he sido feliz ni he hecho feliz a nadie (carta a Antonio Romero Ortiz, 28-IV-1853)—, pero como en este espacio me ocupo más de la poesía que de la correspondencia, he aquí un ejemplo de cada uno:


Amor humano:



A Él

No existe lazo ya: todo está roto:
plúgole al cielo así: ¡bendito sea!
Amargo cáliz con placer agoto:
mi alma reposa al fin: nada desea.

Te amé, no te amo ya: piénsolo al menos:
¡nunca, si fuere error, la verdad mire!
Que tantos años de amarguras llenos
trague el olvido: el corazón respire.

Lo has destrozado sin piedad: mi orgullo
una vez y otra vez pisaste insano...
Mas nunca el labio exhalará un murmullo
para acusar tu proceder tirano.

De graves faltas vengador terrible,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que irresistible
postró ante ti mis fuerzas vencedoras.

Quísolo Dios y fue: ¡gloria a su nombre!
Todo se terminó, recobro aliento:
¡Ángel de las venganzas!, ya eres hombre...
ni amor ni miedo al contemplarte siento.

Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Mas, ¡ay!, cuán triste libertad respiro...
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada
y en honda y vasta soledad me miro.

¡Vive dichoso tú! Si en algún día
ves este adiós que te dirijo eterno,
sabe que aún tienes en el alma mía
generoso perdón, cariño tierno.



A DIOS

Soneto


¿No es delirio, Señor? Tú, el absoluto
En belleza, poder, inteligencia;
Tú, de quien es la perfección esencia
Y la felicidad santo atributo;

Tú, a mí —que nazco y muero como el bruto— 
Tú, a mí —que el mal recibo por herencia—
Tú, a mí —precario ser, cuya impotencia
Sólo estéril dolor tiene por fruto...

¿Tú me buscas ¡oh Dios! Tú el amor mío
Te dignas aceptar como victoria
Ganada por tu amor a mi albedrío?

¡Sí! no es delirio; que a la humilde escoria,
Digno es de tu supremo poderío
Hacer capaz de acrecentar tu gloria!

En Rtve Play hay otro interesante documental dedicado a Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado y Robustiana Armiño. Para poder verlo hay que darse de alta. 

En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes podéis leer muchas de sus obras.

La coronación de Quintana, Luis López Piquer.
Fuente y copyright de la imagen: ©Museo Nacional del Prado.

***


miércoles, 21 de febrero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Sylvia Plath)

Editorial
#unlibrounpoema

El mundo editorial es muy raro. Incomprensible para mí. 

Hace aproximadamente un año dejaba en esta misma sección el poema en el Plath hablaba de su padre. El pasado 2 de febrero me encontré con la edición de la poesía completa editada por Navona. Es la misma edición que realizara Ted Hughes y con la misma traducción de Xoán Abeleira. Bueno, para ser exacto, en la traducción hay algún pequeño cambio y las notas han sido ampliadas. 

Líos comerciales o editoriales a un lado, aprovecho para dejar otro poema de esta extraordinaria poeta.



UN REGALO DE CUMPLEAÑOS



¿Qué es lo que oculta ese velo? ¿Algo feo, algo bonito?

Eso que brilla tanto, ¿tiene pechos?, ¿tiene filos?



Seguro que es algo único. Seguro que es justo lo que quiero.

Mientras cocino tranquilamente, noto su mirada, escucho lo que piensa:



"¿Es ésta la persona ante quien debo aparecerme?

¿Es ésta la elegida, la de las ojeras negras y la cicatriz en la cara?



¿La que ahora está pesando la harina, quitando lo que sobra,

ajustándose a las reglas, las reglas, las reglas?



¿Es ésta la destinataria de la anunciación?

Dios! ¡Qué risa me da!"



Sea lo que sea, no para de brillar, y hasta creo que me quiere.

No me importaría que fuesen huesos, o un broche de perlas.



Aunque, la verdad, no espero mucho del regalo de este año.

Después de todo, estoy viva de casualidad.



De buena gana me habría matado aquella vez, de una otra manera.

Y ahora está ese velo ahí, ondulando y refulgiendo como un telón,



como la cortina de satén translúcido de una ventana de enero,

reluciente como las sábanas de un niño, centelleando con su aliento letal. ¡Oh marfil!



Debe de haber un colmillo ahí detrás, una columna fantasma.

Aunque me da igual lo que sea, ¿no te das cuenta?



¿Por qué no me lo das de una vez?

No te avergüences: no me importa que sea pequeño.



No seas tacaño: a mí no me espanta la enormidad.

Sentémonos a admirar, uno a cada lado, su destello,



su relumbrante esmalte, su espejeante variedad.

Tomemos nuestra última cena en él, como en un plato de hospital.



Ya sé por qué no quieres dármelo:

tienes pánico



de que el mundo entero estalle en un grito, y tu cabeza de tirano

esculpida en relieve, fundida de bronce, como un escudo antiguo,



esa maravillosa herencia para tus biznietos, estalle con él.

No temas: eso no va a ocurrir.



Me limitaré a cogerlo y a apartarme en silencio.

Ni siquiera me oirás abrirlo: no sentirás crujir el papel,



caer el lazo, ni chillaré al final —suponiendo

que me tengas por una persona tan discreta, que no lo creo.



Si al menos comprendieras que este velo está matando mis días.

Para ti es sólo una transparencia, aire puro.



Pero, Dios, las nubes parecen de algodón:

hay un ejército de ellas. Son monóxido de carbono.



Suave, suavemente lo aspiro,

llenando mis venas con ese millón de invisibles



pero probables partículas que perturban los años de mi vida.

Te has vestido de gala para la ocasión. Ah, máquina calculadora,



¿jamás dejas que nada se te escape y siga su curso normal?

¿siempre tienes que estampar todo en púrpura,



matar todo cuanto puedes?

Hoy sólo quiero na cosa, y sólo tú puedes dármela.



Está ahí, junto a mi ventana, tan grande como el cielo.

Respirando desde mis folios, ese frío punto muerto



en que las vidas derramadas se congelan y atiesan para la historia.

Que no llegue por correo, por favor, pedazo a pedazo.



Que no pase de boca en boca, pues me darían los sesenta

cuando lograra juntarlo todo, y ya no estaría en condiciones de usarlo.



Basta con que retires el velo, el velo, el velo.

Si lo que oculta es la muerte,



aceptaría su profunda gravedad, sus ojos atemporales.

Y sabría que eres serio.



Habría cierta nobleza en esto, habría un día de cumpleaños.

Y el cuchillo, en vez de cortar, penetraría



puro y limpio como el chillido de un niño,

haciendo que el universo fluyese de mi costado.

***

martes, 20 de febrero de 2024

LUIS CHAMIZO

Librerías
Supe de Luis Chamizo porque cuando estudiaba COU hice en alguna parte un recital de poesía en el que estaba incluído "El embargo", de Gabriel y Galán. Al terminar, alguien se me acercó y me preguntó si conocía a Chamizo. Contesté que no. Poco después, un día de abril en que coincidí en la Gran Vía madrileña con dos de mis profesores de 6º, me hice con el ejemplar que aquí aparece. Digo lo de los profesores, porque por entonces tenía la costumbre de anotar la fecha de compra y algún suceso acontecido en el día en los libros que adquiría. 

Es posible que si yo no hubiera nacido en la provincia de Cáceres y mi madre no me hubiera regalado el ejemplar de las Obras completas de Gabriel y Galán, nunca habría recitado "El embargo" y nunca habría sabido de Chamizo. Estas cadenas de acontecimientos que la casualidad va tejiendo me resultan divertidas. Es más, me acabo de enterar hace unos minutos, por el enlace de Wikipedia, de que una hermana vive a escasos metros de una calle que lleva el nombre del poeta de Guareña, y por la que, claro, yo he pasado en muchas ocasiones sin enterarme de cómo se llamaba. El azar tiene estos detalles.

El poema que aquí reproduzco es, seguramente, el más conocido de la docena de ellos que componen El miajón de los castúos. Está escrito en extremeño, pero las diferencias dialectales con el castellano no son tan abundantes como para que no se entienda. Es un poema de carácter narrativo y de gran dramatismo. Yo carezco del acento de la región, pues aunque nací allí no he vivido sino los primeros cuatro años escasos de mi infancia. Aun así, me he atrevido a grabarlo. 


LA NACENCIA


I

Bruñó los recios nubarrones pardos
la lus del sol que s'agachó en un cerro,
y las artas cogollas de los árboles
d'un coló de naranjas se tiñeron.

A bocanás el aire nos traía
los ruídos d'alla lejos
y el toque d'oración de las campanas
de l'iglesia del pueblo.
Íbamos dambos juntos, en la burra,
por el camino nuevo,
mi mujé mu malita,
suspirando y gimiendo.


Bandás de gorrïatos montesinos
volaban, chirrïando por el cielo,
y volaban pal sol qu'en los canchales
daba relumbres d'espejuelos.

Los grillos y las ranas
cantaban a lo lejos,
y cantaban tamién los colorines
sobre las jaras y los brezos,
y roändo, roändo, de las sierras
llegaba el dolondón de los cencerros.

¡Qué tarde más bonita!
¡Qu'anochecer más güeno!
¡Qué tarde más alegre
si juéramos contentos...!

*

—No pué ser más —me ijo—, vaite, vaite
con la burra pal pueblo,
y güérvete de priesa con l'agüela,
la comadre o el méico.

Y bajó de la burra poco a poco,
s'arrellenó en el suelo,
juntó las manos y miró p'arriba,
pa los bruñíos nubarrones recios.

*

¡Dirme, dejagla sola,
dejagla yo a ella sola com'un perro,
en metá de la jesa,
una legua del pueblo...
eso no! De la rama
d'arriba d'un guapero,
con sus ojos reondos
nos miraba un mochuelo,
un mochuelo con ojos vedriaos
como los ojos de los muertos...

¡No tengo juerzas pa dejagla sola!
¿pero yo de qué sirvo si me queo?

*

La burra, que roía los tomillos
floridos del lindero
carcaba las moscas con el rabo;
y dejaba el careo,
levantaba el jocico, me miraba
y seguía royendo.
¿Qué pensará la burra
si es que tienen las burras pensamiento?

*

Me juí junt'a mi Juana,
me jinqué de roillas en el suelo,
jice por recordá las oraciones
que m'enseñaron cuando nuevo.
No tenía pacencia
p'hacé memoria de los rezos...
¿Quién podrá socorregla si me voy?
¿Quién va po la comadre si me queo?

*

Aturdio del tó gorví los ojos
pa los ojos reondos del mochuelo;
y aquellos ojos verdes,
tan grandes, tan abiertos,
qu´otras veces a mí me dieron risa,
hora me daban mieo.
¿Qué mirarán tan fijos
los ojos del mochuelo?

*

No cantaban las ranas,
los grillos no cantaban a lo lejos,
las bocanás del aire s'aplacaron,
s'asomaron la luna y el lucero,
no llegaba, roändo, de las sierras
el dolondón de los cencerros...
¡Daba tanta quietú mucha congoja!
¡Daba yo no sé qué tanto silencio!

M'arrimé más pa ella;
l'abrasaba el aliento,
le temblaban las manos,
tiritaba su cuerpo...
y a la luz de la luna eran sus ojos
más grandes y más negros.
Yo sentí que los míos chorreaban
lagrimones de fuego.
Uno cayó roändo,
y, prendío d'un pelo,
en metá de su frente
se queó reluciendo.
¡Qué bonita y qué güena!
¿quién pudiera sé méico?

*

Señó, tú que lo sabes
lo mucho que la quiero.
Tú que sabes qu'estamos bien casaos,
Señó, tú qu'eres güeno;
tú que jaces que broten las simientes
qu'echamos en el suelo;
tú que jaces que granen las espigas,
cuando llega su tiempo;
tú que jaces que paran las ovejas,
sin comadres, ni méicos...
¿por qué, Señó, se va morí mi Juana,
con lo que yo la quiero,
siendo yo tan honrao
y siendo tú tan güeno?...

*

¡Ay! qué noche más larga
de tanto sufrimiento;
¡qué cosas pasarían
que decilas no pueo!
Jizo Dios un milagro;
¡no podía por menos!

II

Toito lleno de tierra
le levanté del suelo,
le miré mu despacio, mu despacio,
con una miaja de respeto.
Era un hijo, ¡mi hijo!,
hijo dambos, hijo nuestro...
Ella me le pedía
con los brazos abiertos,
¡Qué bonita qu´estaba
llorando y sonriyendo!

*

Venía clareando;
s'oïan a lo lejos
las risotás de los pastores
y el dolondón de los cencerros.
Besé a la madre y le quité mi hijo;
salí con él corriendo,
y en un regacho d´agua clara
le lavé tó su cuerpo.
Me sentí más honrao,
más cristiano, más güeno,
bautizando a mi hijo como el cura
bautiza los muchachos en el pueblo.

*

Tié que ser campusino,
tié que ser de los nuestros,
que por algo nació baj'una encina
del camino nuevo.

*

Icen que la nacencia es una cosa
que miran los señores en el pueblo;
pos pa mí que mi hijo
la tié mejor que ellos,
que Dios jizo en presona con mi Juana
de comadre y de méico.

*

Asina que nació besó la tierra,
que, agraecía, se pegó a su cuerpo;
y jue la mesma luna
quien le pegó aquel beso...
¡Qué saben d´estas cosas
los señores aquellos!

*

Dos salimos del chozo,
tres golvimos al pueblo.
Jizo Dios un milagro en el camino:
¡no podía por menos!




Y si os habéis quedado con ganas de saber sobre el poeta, este documental que Canal Extremadura realizó con motivo del centenario de la primera edición del libro de poemas podrá satisfacer vuestras ganas:


***


viernes, 16 de febrero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA, (Derek Walcott)

Editorial
#unlibrounpoema

Esta sección aparece publicada los miércoles, pero esta semana la publico hoy. 

Derek Walcott nació en Santa Lucía se formó como pintor, pero se dedicó a la escritura. Con In a Green Night: Poems 1948-1960 (1962), celebró el Caribe y su historia, y reflexionó sobre las cicatrices del colonialismo, temas sobre los que siguió escribiendo toda su vida. En 1992, Walcott ganó el Premio Nobel de Literatura. El comité del Nobel describió su obra como una obra poética de gran luminosidad, sustentada en una visión histórica, resultado de un compromiso multicultural.

Sobre ella el poeta y crítico Sean O'Brien, ha dejado escrito que es uno de los pocos poetas que son capaces de hacer un intento convincente de escribir una epopeya. Hay quienes consideran que Omeros (1990), un poema épico que reinventa la guerra de Troya como una lucha de pescadores caribeños, es el mayor logro de Walcott. El poemario se puede leer como un intento por representar todos los aspectos de la experiencia caribeña o como un ars poetica. Pero los poemas —capítulos— me parecen excesivamente largo para una entrada de blog. Hoy voy a dejar aquí "El jinete polaco", que me gusta mucho, es breve y tiene ese referente pictórico bien conocido. Con el mismo referente y el mismo título, nuestro Muñoz Molina escribió una novela en 1991.


Fuente: Wikipedia.
 

EL JINETE POLACO


El caballo tordo, la Muerte, lleva de perfil al joven Titus

hacia bosques oscuros cerca del carbón agónico del día;

el padre, con la vista muy gastada, retrata al hijo,

como el caballero de Durero a horcajadas de un Rocinante;

el caballo perturba más de lo que el joven nos deleita.

El guerrero vuelve su confiada vista por un segundo;

la confianza mira a su padre directamente a los ojos;

el flaco rocín que heredó se dirige con acierto

hacia los bosques simbólicos que hacen señas a los caballeros,

escoltados por la guadañera, indicándoles dónde yacer.

Mas la destreza elogia sin apasionamiento al jinete;

la desesperación detalla el cadavérico corcel tordo;

la imagen inmortal posa a su asesino

de clara mirada fija para que la época siguiente pueda leerla.



Traducción: José Luis Rivas.

***



jueves, 15 de febrero de 2024

NIEVE NEGRA

#elespesordelaherida

El trabajo de Iván G. M. sigue dando sus frutos y ya tenemos lista la segunda entrega de la banda sonora del poemario. En este caso es la que pone fondo a la sección tercera, la que lleva por título "Nieve negra". 

Como he dicho en otra ocasión, esta sección halló su inspiración en Paul Celan y en Antonio Gamoneda. Me explico: el título viene directamente del poema del poeta rumano "Copos negros", pero podía haber surgido del más famoso "Fuga de la muerte", que comienza con el verso Negra leche del alba la bebemos de tarde. La idea de elaborarla con textos muy breves, de muy pocos versos, un tono un tanto oscuro y con una atmósfera similar todas ellas, me la dio el Libro del frío, del poeta español.

Después de leerse la sección con detenimiento mi querido músico y vecino realizó la composición que sirve de base, da tono a las palabras y ahonda en su significado. Espero que os guste el resultado. 



***


martes, 13 de febrero de 2024

ESCRIBEN LOS ÁRBOLES

Para Diego y Nerea. Para que la nueva primavera les llegue pronto.


 Escriben los árboles en invierno

con caligrafía variable y fugaz vocabulario

largos e intrincados textos 

sobre la pizarra azul del cielo.

A pesar de la multitud de formas

con que expresan su mensaje,

siempre componen la misma canción:

                                                    
                                                     "Aquí estamos,
                                                     fraguando una nueva primavera".



Lagun euskaldunentzat:


Kaligrafia aldakor
eta hiztegi iragankorrarekin
testu luze eta korapilatsuak
idazten dituzte zuhaitzek
zeruko arbel urdinean.

Mezua adierazteko
modu asko dituzten arren,
beti kanta bera abesten dute:
            
             "Hemen gaude,
             udaberri berri bat sortzen".

***


viernes, 9 de febrero de 2024

TXORIA (Remigio Mendiburu) - PÁJARO (Octavio Paz)

Está aquí.


Paseo por Hondarribia. Paso junto a la escultura de Mendiburu y su pájaro me lleva al de Paz:


EL PÁJARO


En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.

Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron…
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.

       Libertad bajo palabra (1935-1957). Cátedra, 2000.

Ambos pájaros transportaban la misma transparencia aquella tarde.

***


jueves, 8 de febrero de 2024

WALT WHITMAN

Librerías
Traducción: Francisco Alexander
Con la poesía de Walt Whitman (1819–1892) no vamos a tener ningún problema para encontrarla traducida y muy bien traducida. Como corresponde a una figura universal de la poesía, hay numerosas traducciones, muchas editoriales se han ocupado de tenerla en su catálogo y difícilmente vamos a tropezar con una biblioteca o una librería que no tenga algún ejemplar de su obra. Y si no os molesta leer en pantalla, también existen cientos de sitios en internet que recogen antologías bien nutridas o incluso su poesía completa. Y si lo que queréis es una antología mínima, el cuadernillo que preparé en 2007 lo tenéis aquí.


CANTO DE MÍ MISMO

1

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago... e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Sé cuál es su misión y no la olvidaré;
que nadie la olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza
desenfrenada.

Traducción: León Felipe.

Para que os vayáis entreteniendo aquí tenéis una biografía,


el recitado del comienzo del poema 31 de la sección "Canto a mí mismo" por un Serrat muy joven


y la lectura completa de esa misma sección


***


martes, 6 de febrero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Claudio Rodríguez)

En Iberlibro

#unlibrounpoema

Explica Jambrina en la introducción que Claudio Rodríguez estaba trabajando en nuevo libro de poemas cuando le sobrevino la muerte (22 de julio de 1999). Del nuevo poemario tenía once escritos y, según dice, había comentado a su mujer, Clara Miranda, el orden en que debían estar y también que pusiera los títulos en una pequeña tarjeta. Así, pues, los poemas recogidos bajo el título de Aventura (2005) no son poemas concluidos, no pueden escribirse salvo reproduciendo exactamente como él los dejó; recurro, por tanto, a la fotografía para mostrar uno. 

Como podéis leer, es una edición facsimilar. La edición recoge los textos que ya estaban escritos a máquina (fase ya final) con sus correcciones, tachaduras y añadidos, lo que no les resta belleza y ofrece una imagen de cómo los trabajaba, y también la fase previa, cuando estaban escritos a mano y sometidos a una mayor indeterminación

El que está bajo estas líneas lleva por título "Marea en Zarautz". En el pueblo costero guipuzcoano solía pasar las vacaciones estivales.

 


***


lunes, 5 de febrero de 2024

ROBERT BROWNING, su idea del arte

Editorial
Traducción: Humberto Marín
Si exceptuamos ensayos y cartas diversas, El anillo y el libro es el mejor recurso para entender cuál era la concepción artística de R. Browning. El último libro, de los XII en que se divide, termina con estos versos: 

¿Por qué tomar la vía artística para probar sólo esto?

Porque es la gloria y la bondad del Arte,

que el Arte siga siendo la única vía posible

de decir la verdad, para bocas como la mía al menos.

¡Cómo mirar a un hermano en la cara y decir

"¡Tu bien está errado, ojos tienes mas no ves,

tus orejas rellenas y taponadas, a pesar de su longitud,

y, oh, la necedad que tú tomaste como fe!".

Decir esto tan argentinamente como la lengua pueda,

todavía puede soportarse la ira del hombre,

la sacudida de hombros, sus desengañados ojos

no son tan malos de aguantar; pero aquí está la plaga,

que todo este problema viene de decir la verdad,

la cual verdad, cuando lo alcanza, luce falsa,

parece ser exactamente la cosa que reemplaza,

no reconocible siquiera por quien la soltó,

mientras que la falsedad habría hecho la obra de la verdad.

Pero el Arte, en el cual el hombre no habla al hombre en modo alguno

solamente a la humanidad, el Arte puede decir una verdad

oblicuamente, hacer aquello que ha de engendrar el pensamiento,

no agraviar al pensamiento, faltando la palabra mediadora.

Podéis así pintar vuestra pintura, mostrar la verdad dos veces,

más allá de la mera imaginería en la pared,

así, nota por nota, extraéis música de vuestra mente,

más profundo de lo que alguna vez se hundió el Andante,

así escribir un libro significará, más allá de lo hechos,

satisfacer el ojo y además salvar el alma.


Browning comparte la concepción del poeta como vidente, como profeta, como portador de la verdad que tomó fuerza durante el romanticismo, continuó durante el posromanticismo (Baudelaire, Rimbaud...) y todavía hoy comparten otros muchos creadores. 

 ***


miércoles, 31 de enero de 2024

EL ORDEN DE LA VIDA

 Antes de nada, la presentación:


Se llama Iván, Iván G. M., compone música que podéis encontrar en su espacio de Spotify. Y ahí lo tenéis, delante de su equipo con el que es capaz de hacer auténticas diabluras. Una de ellas, si sois habituales, ya la conocéis. Es la que montó para "Las quimeras" de Nerval, el pasado día 9.

En fin, la casualidad ha querido obsequiarme con un vecino que además de simpático y buena persona hace música. Y no solo eso, sino que se ha ofrecido para crear acompañamientos a unos cuantos poemas del último título que he publicado; o sea, que va a realizar la banda sonora de El espesor de la herida. No hay mejor manera de comenzar el año.

Como anticipo, ya ha montado el primer poema de la sección II, la que lleva por título "El orden de la vida". Suena, en mi opinión, así de bien:

 
Muchas gracias, Iván, eres un auténtico artista y un lujo contar contigo como vecino.
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