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miércoles, 21 de febrero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Sylvia Plath)

Editorial
#unlibrounpoema

El mundo editorial es muy raro. Incomprensible para mí. 

Hace aproximadamente un año dejaba en esta misma sección el poema en el Plath hablaba de su padre. El pasado 2 de febrero me encontré con la edición de la poesía completa editada por Navona. Es la misma edición que realizara Ted Hughes y con la misma traducción de Xoán Abeleira. Bueno, para ser exacto, en la traducción hay algún pequeño cambio y las notas han sido ampliadas. 

Líos comerciales o editoriales a un lado, aprovecho para dejar otro poema de esta extraordinaria poeta.



UN REGALO DE CUMPLEAÑOS



¿Qué es lo que oculta ese velo? ¿Algo feo, algo bonito?

Eso que brilla tanto, ¿tiene pechos?, ¿tiene filos?



Seguro que es algo único. Seguro que es justo lo que quiero.

Mientras cocino tranquilamente, noto su mirada, escucho lo que piensa:



"¿Es ésta la persona ante quien debo aparecerme?

¿Es ésta la elegida, la de las ojeras negras y la cicatriz en la cara?



¿La que ahora está pesando la harina, quitando lo que sobra,

ajustándose a las reglas, las reglas, las reglas?



¿Es ésta la destinataria de la anunciación?

Dios! ¡Qué risa me da!"



Sea lo que sea, no para de brillar, y hasta creo que me quiere.

No me importaría que fuesen huesos, o un broche de perlas.



Aunque, la verdad, no espero mucho del regalo de este año.

Después de todo, estoy viva de casualidad.



De buena gana me habría matado aquella vez, de una otra manera.

Y ahora está ese velo ahí, ondulando y refulgiendo como un telón,



como la cortina de satén translúcido de una ventana de enero,

reluciente como las sábanas de un niño, centelleando con su aliento letal. ¡Oh marfil!



Debe de haber un colmillo ahí detrás, una columna fantasma.

Aunque me da igual lo que sea, ¿no te das cuenta?



¿Por qué no me lo das de una vez?

No te avergüences: no me importa que sea pequeño.



No seas tacaño: a mí no me espanta la enormidad.

Sentémonos a admirar, uno a cada lado, su destello,



su relumbrante esmalte, su espejeante variedad.

Tomemos nuestra última cena en él, como en un plato de hospital.



Ya sé por qué no quieres dármelo:

tienes pánico



de que el mundo entero estalle en un grito, y tu cabeza de tirano

esculpida en relieve, fundida de bronce, como un escudo antiguo,



esa maravillosa herencia para tus biznietos, estalle con él.

No temas: eso no va a ocurrir.



Me limitaré a cogerlo y a apartarme en silencio.

Ni siquiera me oirás abrirlo: no sentirás crujir el papel,



caer el lazo, ni chillaré al final —suponiendo

que me tengas por una persona tan discreta, que no lo creo.



Si al menos comprendieras que este velo está matando mis días.

Para ti es sólo una transparencia, aire puro.



Pero, Dios, las nubes parecen de algodón:

hay un ejército de ellas. Son monóxido de carbono.



Suave, suavemente lo aspiro,

llenando mis venas con ese millón de invisibles



pero probables partículas que perturban los años de mi vida.

Te has vestido de gala para la ocasión. Ah, máquina calculadora,



¿jamás dejas que nada se te escape y siga su curso normal?

¿siempre tienes que estampar todo en púrpura,



matar todo cuanto puedes?

Hoy sólo quiero na cosa, y sólo tú puedes dármela.



Está ahí, junto a mi ventana, tan grande como el cielo.

Respirando desde mis folios, ese frío punto muerto



en que las vidas derramadas se congelan y atiesan para la historia.

Que no llegue por correo, por favor, pedazo a pedazo.



Que no pase de boca en boca, pues me darían los sesenta

cuando lograra juntarlo todo, y ya no estaría en condiciones de usarlo.



Basta con que retires el velo, el velo, el velo.

Si lo que oculta es la muerte,



aceptaría su profunda gravedad, sus ojos atemporales.

Y sabría que eres serio.



Habría cierta nobleza en esto, habría un día de cumpleaños.

Y el cuchillo, en vez de cortar, penetraría



puro y limpio como el chillido de un niño,

haciendo que el universo fluyese de mi costado.

***

viernes, 16 de febrero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA, (Derek Walcott)

Editorial
#unlibrounpoema

Esta sección aparece publicada los miércoles, pero esta semana la publico hoy. 

Derek Walcott nació en Santa Lucía se formó como pintor, pero se dedicó a la escritura. Con In a Green Night: Poems 1948-1960 (1962), celebró el Caribe y su historia, y reflexionó sobre las cicatrices del colonialismo, temas sobre los que siguió escribiendo toda su vida. En 1992, Walcott ganó el Premio Nobel de Literatura. El comité del Nobel describió su obra como una obra poética de gran luminosidad, sustentada en una visión histórica, resultado de un compromiso multicultural.

Sobre ella el poeta y crítico Sean O'Brien, ha dejado escrito que es uno de los pocos poetas que son capaces de hacer un intento convincente de escribir una epopeya. Hay quienes consideran que Omeros (1990), un poema épico que reinventa la guerra de Troya como una lucha de pescadores caribeños, es el mayor logro de Walcott. El poemario se puede leer como un intento por representar todos los aspectos de la experiencia caribeña o como un ars poetica. Pero los poemas —capítulos— me parecen excesivamente largo para una entrada de blog. Hoy voy a dejar aquí "El jinete polaco", que me gusta mucho, es breve y tiene ese referente pictórico bien conocido. Con el mismo referente y el mismo título, nuestro Muñoz Molina escribió una novela en 1991.


Fuente: Wikipedia.
 

EL JINETE POLACO


El caballo tordo, la Muerte, lleva de perfil al joven Titus

hacia bosques oscuros cerca del carbón agónico del día;

el padre, con la vista muy gastada, retrata al hijo,

como el caballero de Durero a horcajadas de un Rocinante;

el caballo perturba más de lo que el joven nos deleita.

El guerrero vuelve su confiada vista por un segundo;

la confianza mira a su padre directamente a los ojos;

el flaco rocín que heredó se dirige con acierto

hacia los bosques simbólicos que hacen señas a los caballeros,

escoltados por la guadañera, indicándoles dónde yacer.

Mas la destreza elogia sin apasionamiento al jinete;

la desesperación detalla el cadavérico corcel tordo;

la imagen inmortal posa a su asesino

de clara mirada fija para que la época siguiente pueda leerla.



Traducción: José Luis Rivas.

***



martes, 6 de febrero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Claudio Rodríguez)

En Iberlibro

#unlibrounpoema

Explica Jambrina en la introducción que Claudio Rodríguez estaba trabajando en nuevo libro de poemas cuando le sobrevino la muerte (22 de julio de 1999). Del nuevo poemario tenía once escritos y, según dice, había comentado a su mujer, Clara Miranda, el orden en que debían estar y también que pusiera los títulos en una pequeña tarjeta. Así, pues, los poemas recogidos bajo el título de Aventura (2005) no son poemas concluidos, no pueden escribirse salvo reproduciendo exactamente como él los dejó; recurro, por tanto, a la fotografía para mostrar uno. 

Como podéis leer, es una edición facsimilar. La edición recoge los textos que ya estaban escritos a máquina (fase ya final) con sus correcciones, tachaduras y añadidos, lo que no les resta belleza y ofrece una imagen de cómo los trabajaba, y también la fase previa, cuando estaban escritos a mano y sometidos a una mayor indeterminación

El que está bajo estas líneas lleva por título "Marea en Zarautz". En el pueblo costero guipuzcoano solía pasar las vacaciones estivales.

 


***


miércoles, 31 de enero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Robert Lowell)

Editorial.
Traductor: Andrés Catalán.
#unlibrounpoema

El gran crítico e historiador de la literatura José Mª Valverde escribió palabras muy elogiosas sobre Lowell pocos días después del fallecimiento del poeta norteamericano: Era en este momento el más importante de los poetas de Estados Unidos (21 de septiembre de 1977). 

Lowell perteneció a una generación en la que destacaron nombres como Roethke, Bishop, Berryman Jarrell, Shapiro..., y tuvo como alumnas en un taller de escritura a Sexton y Plath, quienes destacarían en ese estilo que se conoce como poesía confesional, que da en convertir en materia poética la biografía propia y que Lowell mismo practicó, especialmente en los últimos títulos. De hecho, en muchos estudios se le considera el fundador del movimiento gracias a su poemario Estudios de una vida ( Life Studies, 1959).

Del último título, Día a día, que apareció pocos días antes de su muerte, tomo el último poema, que es algo así como la exposición última de su poética. El título resultó ser azarosamente premonitorio:


EPÍLOGO


Esas benditas estructuras, trama y rima...

¿Por qué no me sirven ahora

que quiero trabajar

desde la imaginación, y no desde el recuerdo?

Escucho el sonido de mi propia voz:

La visión del pintor no es una lente,

tiembla para acariciar la luz.


Pero a veces todo lo que escribo

con el raído 
arte de mis ojos

parece una instantánea,

morbosa, apresurada, estridente, apiñada,

más elevada que la vida,

pero paralizada por la realidad.

Todo una unión mal avenida.

¿Pero por qué no decir lo que pasó?

Reza por la gracia de la precisión

que Vermeer otorgó a la iluminación del sol

avanzando como la marea sobre un mapa.

hasta esta muchacha, toda anhelo.

Somos pobres realidades pasajeras,

advertidos por ello a que otorguemos

a cada figura de la fotografía

su nombre exacto.

***


miércoles, 24 de enero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA ( H. D.)

Editorial
Traducción: Natalia Carbajosa.
#unlibrounpoema
 

He dudado mucho antes de traer a esta sección algún fragmento de poema de Trilogía, pues si entresacar algún poema de una colección es siempre un atrevimiento y una violencia hacia el libro del que sale —si se trata de un buen y coherente poemario es necesaria la lectura completa para que la idea que se transmite no resulte excesivamente sesgada o mutilada—, en este caso Trilogía contiene tres largos poemas: "No caen las murallas", "Tributo a los ángeles" y "La floración de vara". Cada uno de ellos, a su vez, se compone de otros muchos poemas, partes o secciones, que leídas en conjunto ofrecen una visión general y congruente.

Trilogía, por tanto, necesita ser leída sin recortes, de forma completa. Solo así podremos darnos cuenta de que es una celebración de la supervivencia contra las fuerzas de la muerte —lo empezó a escribir durante la Segunda Guerra Mundial—, es un canto al poder místico del amor como fuerza espiritual para la paz. Como escribe Natalia Carbajosa en el excelente prólogo, en medio de la guerra y la devastación, más que nunca, H.D. comprende que el poeta ha de recuperar su bastón de mando, conjurar a los dioses en sus visiones, zafarse de la cáscara vieja de la materialidad, bucear en el subconsciente, completar la metamorfosis, fundir todas las religiones en pos de una aún por inventar, devolver a la tribu la palabra que le ha sido arrebatada por la fuerza ensordecedora de las armas.

Esto que ofrezco aquí no es, en consecuencia, nada más que una ínfima muestra, muy parcial e incompleta, que espero pueda servir como invitación y preámbulo de una lectura íntegra y cabal de la obra.

                2

El Mal se afanaba en la tierra,
el Bien, abatido, se afligía;

el Mal ofrecía aventuras,
ocioso, el Bien languidecía;

el Mal-igno acechaba
disfrazado de Jehová;

el Bien era la insípida cáscara
despojada del maná-semilla, la legumbre:

estaban airados y nosotros tan faltos
de alimento, Dios;

arrancaban nuestros amuletos,
los hechizos, decían, no son la gracia;

mas los dioses siempre son bifrontes,
así que busquemos los antiguos senderos

en pos de la runa verdadera, el conjuro exacto,
los valores antiguos retomemos;

no atendamos si nos gritan:
vuestra bella Isis, Aset o Astarté

es una ramera; sois unos mojigatos,
fanáticos que añoran las ollas de Egipto;

vuestro corazón, es más,
es un cáncer muerto,

prosiguen, y vuestra salmodia
es el himno del diablo,

vuestro estilo se moja en sublimado corrosivo;
¿cómo rascaréis hasta borrar, del palimpsesto,

la tinta indeleble
de pasadas aventuras?


            33

Midamos la derrota 
en términos de pan y carne,

y los continentes 
en la extensión relativa

de los campos de trigo; ne enseñemos
lo que mal aprendimos

y no nos benefició;
no preparemos

pociones curativas a los muertos
ni inventemos

colores nuevos
para ojos ciegos.


            39

Hemos recibido demasiados dogmas
y muy pocas garantías,

demasiados: mas no se ha demostrado
lo suficiente que esto, esto, esto

es herejía: sé, y siento
el significado que ocultan las palabras;

son anagramas, criptogramas,
pequeños estuches, adecuados

para incubar mariposas...


Del primero poema, "No caen las murallas".

***


martes, 23 de enero de 2024

ELIZABETH BARRET: "AURORA LEIGH" (citas varias)

Editorial
Traducción: José C. Vales.
Antes de comenzar con las citas, una recomendación: la Poetry Foundation es el mejor espacio que conozco para leer información de calidad sobre literatura escrita en inglés. Allí encontraréis buenas biografías, reseñas, vídeos, audios y una selección de textos verdaderamente encomiable. Os invito a que visitéis los artículos y antologías dedicados a Elizabeth Barret Browning y su marido Robert Browning. Es la información más completa que váis a conseguir en internet.

Y ahora sí, las citas, pero recordad que las citas no son nada más que eso, citas, pinceladas sobre las opiniones de la autora; la obra es otra cosa mucho más compleja.

Sobre escritura: 
Las buenas intenciones no siempre acaban en buenos libros.
(Los poetas son) los únicos que nos dicen la verdad esencial.
de las ideas equivocadas solo nacen malos poemas.

Cuestión social: 
Los ricos hacen a los pobres, y los pobres maldicen a los ricos,
y agonizan juntos ricos y pobres,
los de arriba y los de abajo, en espasmo social
y crisis de los siglos. ¿He aquí nuestro siglo,
que tiene su propia vocación! ¡He aquí que hemos
sobrepasado los límites del tiempo! Ya no hay nada que ver,
salvo al hombre rico y a Lázaro,
ambos torturados, con un abismo entre ellos,
y ni rastro de las bendiciones de Abraham. ¿Quién,
siendo hombre y humano, puede soportar con entereza
y ver todas estas cosas, y  no rasgar jamás su alma
en busca de alguna solución? ¿No hay un médico para este dolor
ni en la tierra ni en el cielo?

Igualdad hombre-mujer: 
¿Se me ha demostrado que soy demasiado débil
para vivir sola, y sin embargo lo suficientemente fuerte para soportar
semejantes obligaciones sobre mis hombros? Débil para pensar,
y sin embargo lo suficientemente lista para entender los pensamientos de otro.
Incapaz de cantar, como cantan hasta los mirlos,
y sin embargo competente para amar, como Él.
(...)
Tergiversas la cuestión como un hombre
que ve a la mujer como un mero complemento
de su sexo. Olvidas por completo
que todas las criaturas, femeninas y masculinas,
son únicas en sus actos y en sus pensamientos.
(...)
           puedo vivir
la vida de mi alma, sin necesidad de la limosna de los hombres.
(...)
              Yo no creo
en el honor de nadie que otro guarda,
ni de un hombre ni de una mujer. Como yo misma me ocupo de guardar
mi verdad y mi religión, no necesito autorización
de ningún padre, aunque tuve uno que ya ha muerto,
de ningún hermano, aunque tuviera veinte, y mucho menos de ti,
aunque fueras dos veces mi primo, y una vez Romney Leigh,
para mantener a salvo mi honor.

Matrimonio (siglo XIX, recuérdese que hasta finales de ese siglo la ley solo exigía fidelidad a la mujer): 
Si el matrimonio es un contrato, estúdiese bien entonces,
porque las partes contratantes deberían ser iguales, en justicia,
pero si solamente hay juramento de fidelidad por una parte,
una mera religión, lo único que queda es el derecho a entregarse.

Pesimismo y apariencias:
El mundo es un lugar peligroso (...)
              todos conocemos
a buenos críticos que han destrozado las esperanzas de un poeta,
a buenos políticos que han arruinado sus países,
a buenos patriotas que, por una teoría, minaron una causa,
a buenos reyes que destriparon a sus súbditos por un impuesto,
a buenos papas que pusieron todo lo bueno en  peligro,
a buenos cristianos que se quedaron cómodamente sentados
y maldijeron al resto del mundo por estar de pie.
¡Ay, que el buen Dios perdone a la gente buena!

Crueldad entre mujeres:
Una mujer aparta a otra de su corazón
y le clava la aguja más fina,
como si fuera una rosa, y la pincha cuidadosamente,
debajo de las uñas, debajo de los párpados, en el interior de la nariz...
Un animal rugiría si lo torturan así, pero una persona,
una criatura humana, no debe, no se estremecerá siquiera,
no. por vergüenza.
                            Lo que duele, después de todo,
es que una mujer como ella, a una mujer como yo,
sabe cómo hacerle daño.

El gobierno como expresión de la sociedad:
                     Los gobiernos auténticos
no son sino la expresión de una nación, sea buena
o menos buena, incluso de toda la sociedad,
aunque sean injustos, monstruosos, enloquecidos y malditos,
no son sino la expresión de las vidas particulares de los hombres,
la suma visible de unidades invisibles. Y entonces,
¿podríamos cambiar el conjunto y sin embargo conservar
cada figura individual? ¿A quien queremos engañar con eso?

Conducta:
                   La humildad es muy útil
cuando el orgullo es imposible.

Amor:
             El arte es mucho, pero el amor es más.

El trabajo como una acción colaborativa:
                estamos aquí para trabajar,
y las personas que trabajan solo pueden trabajar para las demás,
y para no trabajar en vano, debe trabajarse
para toda la Humanidad, y así, trabajar humanamente,
y elevar los cuerpos de los hombres elevando también los espíritus,
como hizo Dios antes que nosotros.

***


sábado, 20 de enero de 2024

DE LA TIERRA AL UNIVERSO, Astronomía general teórica y práctica

Editorial
Comencé a mirar el cielo con alguna atención empujado por la mitología, algunos nombres inscritos en él me llevaron a otros y a querer saber algo más sobre esos puntos luminosos que podemos apreciar cuando las noches son claras. Quise saber del universo desde el momento en que empecé a preguntarme por el origen de la vida, por el comienzo de todo cuanto existe o, dicho de otra manera, por qué existe algo y no nada. Estas dos aficiones han ido confluyendo en una sola y han ido poblando mi pequeña biblioteca de títulos variados al albur del capricho, el tiempo disponible y la curiosidad del momento. Esta fue mi última adquisición y a la que siempre acudo cada vez que tropiezo con alguna noticia que no entiendo del todo o de la que desconfío, siempre y cuando no se trate de un descubrimiento, porque si alguna ciencia es capaz de producir conocimientos concretos nuevos a gran velocidad esa es la astronomía y este es un libro publicado en 2022.

Este texto, que bien podría ser un manual universitario, es una excelente obra de divulgación que abarca todo cuanto puede desear conocer un más que buen aficionado al tema —en el enlace con la editorial podéis leer la enorme amplitud del índice—. Por incluir, incluye hasta un capítulo dedicado a la astrobiología, disciplina hoy relativamente extendida, pero que surgió a finales del milenio anterior. Pero lo mejor de todo es que se trata de una obra que tiene las que considero tres características fundamentales de una buena obra de divulgación: rigor científico, claridad expositiva y estilo ameno. Es un libro que una vez que se coge resulta difícil de abandonar, un tema lleva a otro y una consulta a otra.

En el vídeo de presentación participa uno de los autores, David Galadí-Enríquez, él os ofrece todo tipo de detalles sobre la obra y más: 


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viernes, 19 de enero de 2024

LAS SÍLABAS Y EL CUERPO, Reiniel Pérez Ventura

Editorial

 Hay títulos muy bien puestos, capaces de expresar el contenido esencial de lo que dentro se nos cuenta. Este de Las sílabas y el cuerpo, es uno de ellos.

Tu cabeza, tu pelo sin ruido,

selva detenida en la redonda caricia de un pensamiento,

cantan a la luz proscrita de mis manos.

Poesía erótica. El cuerpo como texto. Erotismo y escritura se mezclan, se entremezclan. Dos formas de ver el mundo. De iluminarlo. Cuerpo y poesía, dos expresiones del mismo ser que al yo poético le ofrecen protección.

el mundo es un laberinto del que salgo / al entrar en tu cuerpo

Reiniel Pérez Ventura nos ofrece un poemario en el que entremezclan el cuerpo del poema y las palabras del cuerpo, el gozo de la escritura en unos versos brillantes, llenos de buena poesía. Un nombre que anotar para seguirle la pista. 

Si tuviera que decantarme por alguno de los poemas, me quedaría con el VIII. Me parece el más explícito de todos ellos. En cualquier caso, todos son bellísimos.


                             VIII


Macho y hembra las hice: palabras.

Vayan por este poema engendrando

el entrecruzado cuerpo de la belleza.

Tú serás árbol y pondremos en tu ser la rama

y bajará hasta tu nombre la raíz hembra llena de hijos.

Tú, pozo de donde viene 

la sed inocente de las cosas,

la noria devuelve tu cuerpo al día.

Por eso el agua es todas las aguas

y el mar se engendra sombra y cuerpo en la misma palabra.

el espacio es macho pero la nada tiene senos oscuros.

Las palabras sueñan

y en todos los sueños somos sus hijos.

Las palabras se despiertan en las lenguas

como sobre un lecho,

se entrelazan en ti enamorado

y en ti amante que callas todos los nombres.

Vayan por este poema asediando

el cuerpo virgen de las cosas,

vayan por este poema

haciéndose y deshaciéndose,

escondiéndose y volviéndose mudas al comienzo.

Pero el hombre se conformó con domar las cosas,

con detenerlas en sí mismas, 

y las palabras se prostituyeron.

Todo tenía que hablar

para ser reconocido

y lo que callaba se sentaba

al borde del hombre con ojos amenazadores.

Macho y hembra las hice,

destinadas al destierro;

siempre saliendo del paraíso de todas las bocas.


Las sílabas y el cuerpo fue el poemario ganador del XXXV Premio Loewe. Es el primer título publicado por el autor.


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miércoles, 17 de enero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Fernando Aramburu)

Ejemplar de la Biblioteca Central
#unlibrounpoema

Me enteré gracias a un tuit de Francisco Javier Irazoki en noviembre de que Tusquets había publicado la poesía de Fernando Aramburu. El fin de semana terminé su lectura. Bajo el título de Poesía reunida han recogido Ave sombra, Materiales de derrubio, Sinfonía corporal, Mateo, el tiempo en su arcángel y Bocas del litoral. Cierra la edición un bello epílogo de Irazoki. 

Del último título, Bocas del litoral, entresaco este


POEMA MUERTO


No sé mi nombre ni si acaso he  muerto

—polvo y fragos— la tarde en que Irún arde.

Es improbable haber sobrevivido

a la infernal derrota que citan los manuales.

Cuarenta años difuntos no dirán

—ni lo dirá el olvido que custodia otras cosas—

si le fue dado al cielo

de algún confín remoto en el exilio

o de mi tierra verde recobrada

seguir amaneciendo para mí.

Mas si huido al furor del requeté aquel día

por cuyo brazo sin piedad

a mi pecho y mi casa un dios dispara,

en quien acaso yo también creía,

dudo que azar tan compasivo no me haya deparado

alguna vez más tarde mi noche de agonía, mi estertor último

y en fin mi oscuridad inacabable

antes de la hora quieta y venidera de poniente

en que compongo este poema muerto.

Lo que allí no pudieron el fuego ni las armas enemigas

lo habrá podido a su manera el tiempo.

Oculto entre las ruinas y las llamas,

quiero haber sido al fin de esa refriega

que gana el invasor, el gudari sin nombre

de quien parte el disparo

último de su bando.

No cambiará el destino adverso de la guerra,

no alzará las paredes derruidas,

ni siquiera yo mismo acaso sepa

nunca que es ese rezagado

disparo el que da muerte a Beorlegui.


 La presentación del libro en la librería Alberti:


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sábado, 13 de enero de 2024

ELIZABETH BARRETT BROWNING (POESÍA VICTORIANA)

Editoriales: Alba, Cátedra
En los manuales de literatura se suele tomar el año 1832 como la fecha que marca la división entre el romanticismo y la época victoriana. Aquel año moría Walter Scott y ya no existían ni Keats ni Shelley ni Byron. Los poetas más destacados de este período van a ser Tennyson, Browning, Elizabeth Barrett, Arnold, FitzGerald, los prerrafaelistas (D. G. Rossetti, Morris, Swinburne, Ch. Rossetti), Patmore, J. Thomson, [Hopkins], F. Thompson y Meredith (R. L. Stevenson y O. Wilde son mucho más conocidos como novelistas y como dramaturgos). 

Pero lo cierto es que el siglo XIX es el siglo del estallido de la novela en toda Europa y si preguntáramos en la calle por esos nombres, seguro que solamente les iban a sonar los dos últimos, Stevenson —La isla del tesoro, El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde— y WildeEl retrato de Dorian Gray, La importancia de llamarse Ernesto, El príncipe feliz—. Al que habría que añadir otro nombre todavía con mayor proyección internacional, Charles Dickens, a quien debemos atribuir el dudoso gusto de inventar el afectado sentimentalismo navideño.

Para contextualizar la poesía que se practicó durante la época del largo reinado de la reina Victoria (1837-1901) conviene señalar algunas características que Pujals recoge en su Historia de la literatura inglesa

  • Interés por las mejoras sociales y un fuerte sentido humanitario.
  • Cierta satisfacción derivada del incremento de la riqueza propiciada por el desarrollo industrial y científico.
  • Sentido muy acusado del deber, lo que favorece la aceptación de la autoridad y una insuficiente práctica del humor.
  • Falta de innovación y experimentación poética, a cambio de búsqueda de la perfección.
En ese contexto intelectual y social se desarrolla la obra Elizabeth Barrett Browning, de la que solamente existen traducciones al castellano de Los sonetos del portugués y Aurora Leigh. La última traducida hace solamente cinco años en Alba editorial y hace tres años en Ediciones Cátedra. Es, sin duda, la obra más ambiciosa de la autora. Se trata de una novela en verso blanco, donde se desarrollan las ideas de la propia Elizabeth sobre la vida y el arte a través de la protagonista. Quien haya leído Jane Eyre se dará cuenta de que son obras en las que se concitan los mismos problemas y se ofrece una interpretación del mundo muy similar. No en vano estamos hablando de la misma época y de la misma sociedad. 

*** 


miércoles, 10 de enero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Tennyson)

Editorial
#unlibrounpoema


Las modas son terribles, imponen sus gustos, encumbran a unos y mandan al olvido a otros. 

No voy a entrar en sí la enorme proyección que tuvo Tennyson en la Inglaterra victoriana  se ajustaba a la calidad de la escritura o no. Lo cierto es que en la actualidad es difícil encontrar una persona que le lea o que reconozca alguna bondad o algún interés en su obra poética. Sin duda, las formas de decir y de escribir cambian con el tiempo. También lo hacen los contenidos sobre los que nos gusta leer, debatir, pensar. Ciertamente. Y siendo todo eso así, ¿habrá alguien hoy que no sienta un estremecimiento de emoción, que no reconozca el latido de la verdad y la belleza, que sea incapaz de percibir la intensidad de la expresión poética en estos versos?

                                 VII

Casa oscura, que yo visito una vez más

          en esta calle tan desagradable,

          puertas en las que el corazón solía

tocar, en esperanza de encontrar una mano,


una mano que ya jamás será estrechada,

          contempladme, pues no puedo dormir,

          como un culpable yo me arrastro ahora

temprano en la mañana hacia la puerta.


Él no está aquí; mas lejos sigue el ruido

          de la vida que empieza cada día,

          y horriblemente, en la llovizna dura,

en la gastada calle comienza el día en blanco.



                                      L

Quédate junto a mí cuando mi luz sea poca,

          cuando cruja la sangre y me pinchen los nervios

          y cuando el corazón enfermo se halle,

y las ruedas del Ser vayan más lentas.


Quédate junto a mí cuando al cuerpo sensual

          lo desgarren punzadas que conquistan la fe;

          y el Tiempo sea el maníaco que va esparciendo polvo,

y la Vida, un Dragón que escupe llamas.


Quédate junto a mí cuando mi fe se seque,

          y sean los hombres moscas de antiguas primaveras,

          moscas que crían moscas, y pinchan y bien cantan

y tejen sus celdillas y se mueren.


Quédate junto a mí cuando yo me esté yendo,

          para indicar el término de nuestra lucha humana

          y, en ese borde oscuro de la vida,

todo el atardecer del día eterno.


Cantos VII y L de In memoriam, elegía compuesta en honor de su amigo Arthur Henry Hallam, muerto años antes. La traducción corresponde a José Luis Rey.


***


lunes, 8 de enero de 2024

POEMA DE LA DURACIÓN, Peter Handke

Editorial
No es necesario saber nada de Bergson para leer y disfrutar durante media hora de la lectura de este extenso poema de Handke, pero yo creo que se disfruta con mayor intensidad si se tiene en cuenta 
cuál era la concepción del tiempo del filósofo francés, así pues, yo recomiendo pasar por el enlace que he dejado en su nombre y echar un vistazo sobre eso de la durée y la intuición. Para quienes no tengan ganas, el prólogo de Eustaquio Barjau es más que suficiente para entender de qué va el asunto. Y quien se muestre remiso a la lectura del mismo, tal vez se conforme con que tenga en cuenta que lo de la duración va del tiempo vivido con plena conciencia, sustancialmente, lentamente, profundamente. Un saborear lo que vivimos. Algunos fragmentos como invitación a la lectura:


Esta duración, ¿qué era?

¿Era un lapso de tiempo?

¿Algo mensurable? ¿Una certeza?

No, la duración era un sentimiento,

el más efímero de todos los sentimientos;

(...)

Goethe, mi héroe

y maestro de la palabra objetiva,

una vez más has acertado:

la duración tiene que ver con los años,

con los decenios, con el tiempo de nuestra vida;

la duración es el sentimiento de la vida.

(...)

Necesario, en cambio, distinguir:

también "los sorprendentes milagros del momento,

tampoco son ellos los que engendran

lo duradero que hace feliz,

lo duradero en su tranquilo poder".

(...)

No obstante, aproximarme a la esencia de la duración

es lo que me gustaría,

poder referirme a ella de un  modo vago, hacerle justicia,

hacerla vibrar,

es esta esencia que, una y otra vez, me da el impulso.

Pero entonces lo primero que me viene es sólo una letanía

de palabras aisladas:

fuente, nieve recién caída, gorriones, llantén,

amanecer, atardecer, venda, unísono.

(...)

El poema de la duración es un poema de amor.

(...)

La duración no desplaza,

me coloca donde debo estar.

Saliendo de la luz de foco del diario acontecer,

huyo decidido al incierto campo de la duración.

(...)

Edición bilingüe. Traducción de Eustaquio Barjau.

***


jueves, 4 de enero de 2024

ELIZABETH BARRET - ROBERT BROWNING

 No abundan las traducciones al castellano de la poesía de esta pareja y menos las traducciones que puedan conseguirse a través de una librería, aunque gracias a la recuperación de la literatura escrita por mujeres hoy es mucho más fácil hacerse con una edición de alguno de los títulos publicados por ella que por él. 

Es una lástima que la excelente edición de El anillo y el libro ya no esté disponible si no es a través de librerías de segunda mano y a precios escandalosos. Como Esteban Pujals recuerda en su Historia de la literatura inglesa la amplitud de la obra de Browning es enorme, y su universalidad sorprendente a pesar de moverse en un círculo de ideas limitado. Su filosofía de la vida se basaba en unas cuantas grandes verdades que, desde Pauline a Asolando, repitió con toda clase de variantes: Dios, inmortalidad, optimismo, amor al mundo y a la vida. Se le ha llamado el poeta del hombre, y quizá sería más propio designarlo como el poeta de los hombres, pues su interés por la humanidad era, en el fondo, interés por la individualidad de la persona. Su genio esencialmente dramático halló su principal modo de expresión en el monólogo, forma en que escribió obras maestras de introspección psicológica y poder analítico. Su estilo es a menudo difícil, y a veces, oscuro; pero con frecuencia se revela como un gran artista y un cantor de gracia y encanto especiales. Algunos de sus poemas líricos son cautivadores. Lo que jamás le falta es ímpetu, intimidad y una extraordinaria sinceridad intelectual y afectiva.

En cuanto a los títulos de Elisabeth Barrett, en la actualidad hay varias ediciones de los Sonetos y de Aurora Leigh, además de otros títulos asequibles a través de bibliotecas. Y ya que estoy con el manual del profesor Pujals sobre la mesa, aprovecho otro comentario suyo sobre su obra más ambiciosa: 
Este extenso poema es una especie de novela sociológica de asunto moderno, y se desarrolla a lo largo de nueve libros, en unos 11.000 versos blancos. Se exponen aquí los elevados conceptos de la poetisa sobre la vida y el arte. Aurora Leigh es la historia de una huérfana, muchacha de alma fina, afanosa por el estudio y el saber, que tiene dotes poéticas y un hondo sentido religioso. Aurora se cría en casa de una tía suya, en un ambiente poco propicio para su modo de ser. Allí ve con mucha frecuencia a su pariente Romney Leigh, hombre muy rico, que tiene en plan de ejecución grandes ideas de carácter filantrópico, pero cuya actitud ante la vida es arrogante y dogmática. Romney se declara a Aurora en circunstancias que hacen pensar a la joven que, más que cariño, lo que busca en ella es ayuda y compañía. Se siente herida en su amor propio, y rechaza la proposición. La decisión de Aurora equivale a tener que abandonar la casa y trasladarse a Londres para ganarse la vida con la pluma. Tampoco es afortunado Romney en su proyecto matrimonial con Marian Erle, una hermosa joven, hija de un vagabundo, a la cual había amparado, consecuente con su filantrópico romanticismo, El reencuentro de Romney y Aurora no tiene lugar hasta que la desgracia se apodera de Romney: fracasan totalmente sus proyectos filantrópicos, su mansión es destruida por las llamas y él mismo pierde la vista: La unión de Aurora y Romney es casi mística, orientada a la vida futura y al cielo, donde no se necesitan ojos carnales para ver. La coincidencia de Aurora Leigh con Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë, es patente. El poema, que se supone escrito por la protagonista, es el cauce expresivo del sentimiento y del pensamiento de Elizabeth Barrett en los aspectos social, ético y literario.

De Elizabeth Barrett subí una breve selección para la tertulia que hicimos sobre su poesía en 2018. De Robert Browning existe una pequeña selección en Ciudad Seva y una antología bastante completa en Everand, donde podéis apuntaros gratuitamente durante un mes y daros de baja antes de que se cumpla el plazo.

Dejo aquí uno de los poemas breves de Robert Browning, que nos servirá para comentar alguna de sus habilidades técnicas:

ENCUENTRO EN LA NOCHE

El mar gris y la larga, negra tierra;
Y en su ocaso, amarilla, la gran luna creciente, 
y las olas que brincan con leve cabrilleo
en bruscos rizaos, sobresaltadas en su sueño,
al enfilar yo el abra con proa diligente
y amortiguar su ímpetu en la limosa arena.

Luego una trecho de playa tibia con fuerte olor a mar 
y tres campos que cruzar hasta que surge una masía; 
un toque en el cristal, el rascar vivo y célere 
y azul chisporroteo de una cerilla que se enciende.
¡Y una voz, menos audible en sus temores y alegría,
que los dos corazones bien hallados que laten a la par!

                  Poemas escogidos. Traducción: Salustiano Masó. Endymión, 1992.

Este programa de la Cadena Ser que Ángeles Caso dedicó a la vida de Elizabeth puede valer perfectamente para contextualizar y disponer de una idea bastante exacta de la vida de ambos. En el programa también participa el especialista en literatura de la época victoriana, Francisco José Cortés


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