Mostrando entradas con la etiqueta Libros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Libros. Mostrar todas las entradas

miércoles, 3 de enero de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (J. Cortázar)

Editorial
 #unlibrounpoema



MASACCIO

                                                  Así la luz lo sigue mansa,
                                                  y él que halló su raíz y le dio el agua
                                                 urde con sus semillas el verano.

                                     
                                 I


Un oscuro secreto amor, una antigua noticia
por nadie confirmada, que sola continúa y pesa;
el vino hace su tiempo, la distancia se puebla
de construcciones memorables.


Por las calles va Masaccio con un trébol en la boca,
la vida gira, es esa manzana que le ofrece una mujer,
los niños y los carros resonantes. Es el sol sobre Firenze
pisando tejas y pretiles.


Edificio mental, ¿cómo crecer para alzarte a tu término?
Las cosas están ahí, pero lo que se quiere no está nunca,
es la palabra que falta, el perro que huye con la cadena,
y esa campana próxima no es la campana de tu iglesia.


Bosque de sombra, la luz te circundaba con su engaño
dulce, un fácil puente sobre el tiempo
Torvamente la echabas a la calle para volverte a las capillas
solo con tu certeza. Alguna vez
le abrirías las puertas verdaderas, y un incendio
de oro y plumajes correría sobre los ojos. Pero aún no era hora.


Así va, lleno de jugos ácidos, mirando en torno
la realidad que inesperada salta en los portales
y se llama gozne, paño, hierba, espera.
Está seguro en su inseguridad, desnudo
de silencio. Lo que sabe es poco pero pesa
como los higos secos en el bolso del pobre.

Sabe signos lejanos, olvidados mensajes que esperan

en paredes ya no favorecidas; su fe es una linterna
alzándose en las bóvedas para mostrar, humosa,
estigmas, una túnica, un abrazo maldito.


Vuelve y contempla y odia su amor que de rodillas bebe
en esa fuente abandonada. Otros
pasan sonriendo sus visiones
y alas celestes danzan un apoyo para la clara mano.
Masaccio está solo, en las capillas solas,
eligiendo las tramas del revés en el lodazal de un cielo de mendigo,
olvidado de saludar, con un pan
sobre el andamio, con un cuenco de agua,
y todo por hacer contra tanto sueño.


En lo adentro del día, en esa lumbre
que hace estallar lo más oscuro de las cosas, busca;
no es bastante aclarar; que la blancura
sostenga entre las manos un martirio
y sólo entonces, inefable, sea.



                                  II


                                                     La escondida
                                                     figura que ronda entre las naves
                                                     y mueve el agua de las pilas.


Entre oraciones ajenas y pálidos sermones
eso empezó a desgajarse. Él soportaba
inmóvil, oyendo croar los grajos en los campaniles,
irse el sol arrastrando los últimos oficios. Solo,
con el incienso pegado a la ropa, un gusto a pan
y ceniza. Traían luces.
Cuando salía andaban ya las guardias.


Pintar sin cielo un cielo, sin azul el azul.
Color, astuta flauta! Por la sombra
ir a ellos, confirmándolos. La sombra
que antecede al color y lo anonada. En las naves,
de noche, veía hundirse el artificio,
confundidos los cuerpos v los gestos en una misma podre
de aire; su quieto corazón soñó
un orden nocturno donde el ángel
sobreviviera.


Pintó el pago del tributo con las seguridad del que golpea;
estaba bien esa violencia contenida
que estallaría en algún pecho, vaina
lanzando lejos la semilla.
Un frío de pasión lo desnudaba; así nació
la imagen del que aguarda el bautismo con un gesto aterido,
aspersión de infinito contra la rueda de los días
reteniéndolo aún del lado de la tierra.


Un tiempo predatorio levantaba pendones y cadalsos;
sobrevenían voces, el eco
de incendios sonoros, poemas y desentierros.
Los mármoles tornaban más puros de su sueño,
y manuscritos con razones
y órdenes del mundo. En los mercados
se escuchaba volver las fábulas dormidas; el aceite
y el ajo eran Ulises. Masaccio iba contento a las tabernas,
su boca aliaba el ardor del pescado y la cebolla
con un eco de aromas abaciales, mordía
en la manzana fresca el grito de la condenación,
a la sombra de un árbol de vino que fue sangre.


De ese desgarramiento hizo un encuentro,
y Cristo pudo ser de nuevo Orfeo, un ebrio
pastor de altura. Ahora entrañaba fuerza
elemental; por eso su morir requería violencia,
verde agonía, peso de la cabeza que se aplasta crujiendo
sobre un torso de cruel sobrevivencia.
Pintó sus hombros con la profundidad del mar y no del cielo,
necesitado de un obstáculo, de un viento en contra
que los probara y definiera y acabara.


Después le cupo a él la muerte,
y la aceptó como al pan o la paga,
distraído, mirando otra cosa
que tampoco veía. El alba estaba cerca,
la vuelta de la luz legítima. ¡Cuántos oros y azules esperando!
Frente a los cubos donde templaría esa alborada
Masaccio oyó decir su nombre.

Se fue, y ya amanecía

Piero della Francesca.

                             De Salvo el crepúsculo.

Tumba del poeta. Cementerio de Montparnasse.

***


miércoles, 20 de diciembre de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Juan Vicente Piqueras)

Ejemplar del KM. Editorial.
#unlibrounpoema

En la contraportada se recoge:

Juan Vicente Piqueras (Los Duques de Requena, 1960) se fue de España en 1985. Ha vivido en Francia, Italia, Grecia, Argelia, Portugal y Jordania. Ha publicado, entre otros, los libros La latitud de los caballos (1999), Aldea (2006), La hora de irse (2010), Yo que tú (2012), Atenas (Premio Loewe, 2012), Padre (2016) y Narciso y ecos (2017). Ha traducido al español a poetas como Tonino Guerra, Izet Sarajlic, Ana Blandiana, Cesare Zavattini, Sabrina Foschini y Kostas Vrachnós.

«Dialogar con la muerte, cantarla como se canta al amor o a la rosa, lograr el imposible de ver la vida desde la otra orilla, saber lo que hay en una habitación vacía, encender una mínima luz con que alumbrar fugazmente la nada, y conseguir que toda la emoción de esos misterios nos llegue limpia y directa al corazón. Tal es el milagro y la sobrecogedora belleza de este libro, tan hondo, tan cercano, tan leve». Luis Landero.

«Juan Vicente Piqueras es uno de los poetas españoles más importantes de la actualidad. La habitación vacía es una meditación metafísica sobre el tiempo y la muerte. Hijo póstumo de Fernando Pessoa, Piqueras tiene siempre la fuerza, la ironía y la bondad de su parte. Es una voz imprescindible. Hay que leer a Piqueras, porque la poesía está con él». Manuel Vilas.

Yo recojo:

UNA TARJETA BLANCA

                    A Jaime Jaramillo Escobar, in memoriam

(El poeta se coloca de pie al pie de una ceiba, ante el micrófono, ante el horizonte atento de quienes están ahí para escucharlo o no, se lleva la mano al corazón como los musulmanes, salam, y los griegos, yasas, y comienza a decir su poema). 

Señoras y señores: buenas noches.
(O buenos días o buenas tardes, según el momento de la lectura, claro).

Llevo en este bolsillo de la camisa, al lado del corazón,
una tarjeta blanca que abre todas las puertas
de todas las habitaciones
de todos los hoteles del mundo.
(Saca del bolsillo de la camisa la tarjeta blanca y la eleva en la mano hacia el cielo).

A veces, cuando puedo, cuando me da la gana,
casi siempre de noche,
salgo de la casa que no tengo, me voy a dar una vuelta,
y entro en cualquier hotel.
Digo buenas noches en la recepción
o no digo nada, según me da, tomo el ascensor y subo
a una habitación cualquiera, entro con mi tarjeta blanca
y veo a las personas dormir, amar, enemistarse,
ver la tele, discutir, besarse, cantar bajo la ducha,
escribir algo en un cuaderno.

Ellos no me ven a mí. no pueden verme
porque yo soy un ángel de la guarda, el ángel de la guarde
de los huéspedes de hotel, cuido el sueño de todos
los que no duermen en su casa.
Un ángel de la guarde diplomado.
Llevo el título siempre aquí conmigo,
en el bolsillo de la camisa,
al lado del corazón y de la tarjeta blanca
que me abre todas las puertas.
(Saca del bolsillo de la camisa el pasaporte de servicio que tienen todos los ángeles).

El título es este pasaporte de servicio,
expedido por su Majestad el Rey de las Ruinas
y en su nombre el Ministro de Asuntos Exteriores
y Afanes Interiores,
que me abre las puertas de todos los países.
(Lo hojea).

Aquí figuran mi nombre y mis dos fechas:
la de nacimiento y la de defunción.
La casilla del sexo está vacía.
En la de la nacionalidad al principio ponía española,
pero con el tiempo se han borrado la p y la ñ
y ahora se lee: es a ola. Esa ola. 

No tiene fecha de caducidad. La foto
es la de mi primera comunión.
yo estaba enfermo, tenía 39 de fiebre,
debajo del traje de marinerito llevaba un un pijama estampado
con tréboles de cuatro hojas. Cuando
el cura de mi pueblo, que se llamaba don Juan,
posó la hostia en mi lengua
yo creí desmayarme. El pasaporte
lleva en sus páginas focas, ciervos, peces, mariposas,
tortugas, osos, murciélagos...
toda una fauna timbrada y feliz.
Timbrada en las aduanas y en las funerarias.
Fauna dichosa de viajar conmigo
y de estar con ustedes esta noche.
(O esta mañana o esta tarde, según el momento de la lectura, claro).

Tal vez ustedes no crean en ángeles.
Tal vez ustedes no crean en mía.
Pero eso poco importa.
Lo importante es que yo creo en ustedes
y alguna de esas noches, cuando menos lo esperen,
en una pensión pobre o en un hotel de lujo,
en un motel de mala muerte o en un convento
convertido en spa,
en un hotel de cinco mil estrellas o de ninguna,
con mi tarjeta blanca abriré la puerta de su habitación, 
les cerraré los ojos, los miraré dormir,
ajustaré las sábanas como hacía mi madre
cuando yo estaba enfermo, les besaré los párpados,
y ya que estoy allí les diré la verdad,
aprovechando que duermen y no pueden oírla.

Señoras y señores, deberían
darme las gracias, pero no hace falta.
Es mi trabajo y no las necesito.
Mis gracias son las suyas.
Soy yo quien agradece su atención
ante alguien que no existe.

Que estén bien, señoritas, señoras, caballeros,
niños, ancianos, águilas, hormigas,
grullas, ballenas, ciervos, mariposas...
(Se lleva la mano al bolsillo de la camisa, al corazón).
Que estén bien, salam, yasas, que estén bien.

***


martes, 19 de diciembre de 2023

ANTONIO PEREIRA, Todos los poemas

Ejemplar del KM. Editorial.
AFIRMACIÓN DE VECINDAD


Soy de una tierra fría, pero hermosa.
Aquí la nieve, la esperanza helada
de que se alumbre cada madrugada
el destino difícil de la rosa.

Y me basta. Me basta si esta rosa
que al fin ha de nacer inmaculada
se la puedo decir a quien me agrada,
a quien conmigo va; y en mi reposa.

Queden en el dorado mediodía
la pronta floración bajo otros cielos
y los mares de lunas navegables...

Yo con vosotros. Dando cada día
testimonio de cómo entre los hielos
abre el amor sus minas imborrables.

 

Con este hermoso soneto a manera de prólogo poético o, mejor, de afirmación de intenciones, da inicio la recopilación de la poesía del ya desaparecido Antonio Pereira

La edición por parte de Siruela convierte el ejemplar en un objeto de regalo por su magnífica factura. Aunque el auténtico regalo está en su interior, pues la poesía de este leonés ejemplar es de una extraordinaria belleza y una profundísima humanidad. Y si a los poemas de Pereira añadimos el hermosísimo prólogo de su paisano Juan Carlos Mestre, el libro resulta redondo. Lástima que el centenario del nacimiento del poeta haya pasado sin pena ni gloria.

Tres ejemplos más quizás os convenzan de la bondad de su poesía:



ORACIÓN CON MI CUERPO

Me desnudo.
Estreno una manera
de sentirme de sangre y no de ropas.
¿Cómo saber, si el frío los ataba,
la posible extensión de nuestros brazos?
Aquí me llama el mar hasta su boca,
y el hombre aquel que se tendía oscuro
desenreda su cuerpo y lo levanta
lento de asombro hacia la luz hermosa.
Hoy rezo con mi cuerpo, por mi cuerpo,
tan cercano de mí, tan fiel y amigo,
verdad a la que toco y que me toca.



BIOGRAFÍA

Los poetas nacen en feligresías apartadas,
de concejos con nombre de lluvia cayendo.
En ciudades como Castelo Branco
o Vila Real, como Viseu
o Braganza,
crecen a mocedad con un cuaderno
que llevan bajo el brazo,
pegado al corazón.
Luego van a Coímbra y una imprenta
compone su saudade personal:
la ceniza del mirto,
el otoño del Távora,
las islas de la bruma,
las alas de los sueños,
el alma de los árboles,
el libro de las mágoas,
la sombra azul del humo .
...Hasta un día en que tocan con la mano
el pecho de otro hombre,
tan duro y contrincante de la niebla,
y es una chispa roja lo que salta,
la poesía
necesaria.




EL PUDOR ERA UN METEORO

El pudor era un meteoro
el pudor era un meteoro como la lluvia y el viento
el pudor era un meteoro como la lluvia y el viento y el fuego de santelmo
el pudor era un meteoro como la lluvia y el viento y el fuego de santelmo y la nieve y el rayo 
el pudor era impredecible más que todos los meteoros juntos
porque no hay cabañuelas para el pudor,
sabes que va a llegar,
no dónde, cuándo,
si con la furia de la tormenta,
si en el agua sumisa de las lágrimas.

… Y la tarde pasaba larga larga,
jugando a un botón más, oh riesgo hermoso.

***


lunes, 18 de diciembre de 2023

GÉRARD DE NERVAL

Editorial
Voy a realizar una afirmación un tanto arriesgada: quienes se adentran mucho en el estudio de la obra de alguien parecen quedar atrapados en una especie de síndrome de Estocolmo literario y terminan considerando esa obra objeto de su estudio como una de las mejores de su época, país, idioma o sea el que sea el ámbito considerado. La alabanza y el cariño por la persona objeto de estudio es siempre encomiable, pero, tal vez, no favorezca una actitud muy objetiva. 

Dejo bien claro por adelantado que no tengo la información suficiente para poner en duda o negar estas aseveraciones sobre Nerval: Hoy en día es sin duda uno de los poetas franceses que más dan que escribir, y "El Desdichado" es quizá el soneto más famoso de la lengua. Seguramente no hay otro poeta en el mundo (ni siquiera Mallarmé, aunque tal vez hubiera podido) que haya conseguido una admiración tan unánime con un logro tan breve: doce sonetos que caben en cinco o seis páginas. Porque ni aun Aurelia le habría valido el lugar de privilegiado que tiene hoy entre los padres de la literatura si Las quimeras no hicieran de él, más allá del escritor lúcido, del precursor involuntario y fatal, del testigo valeroso de una experiencia que él legitima de una vez por todas para nosotros, algo que sigue pareciéndonos más admirable y desconcertante aún: el visionario inspirado y mágico, casi el arquetipo, para nosotros, del poeta (p 14 del prólogo).

Ciertamente, todas las afirmaciones están muy matizadas. Dejémoslas ahí.

Ahora, el soneto: 

EL DESDICHADO

Yo soy el Tenebroso, — el Viudo, — el Sin Consuelo,
Príncipe de Aquitania de la Torre abolida:
Mi única Estrella ha muerto, —mi laúd constelado
También lleva en sí el Sol 
negro de la Melancolía.

En la 
nocturna Tumba, Tú que me consolaste,
Devuélveme el Pausílipo y la mar italiana, 
La flor que prefería mi pecho desolado,
Y la Parra en que el Pámpano con la Rosa se une.

¿Soy Amor o soy Febo?.. ¿Lusignan o Biron?
Mi frente aún está roja del beso de la Reina;
En la Gruta en que nada la Sirena he soñado…

Y vencedor dos veces traspuse el Aqueronte:
Modulando tan pronto en la lira de Orfeo
Suspiros de la Santa, — como gritos del Hada.


Traducción: Tomás Segovia.

Monumento a Nerval, Plaza de la Torre de Santiago.
Grabados en la piedra los dos primeros cuartetos.

Podéis leer algunos poemas de Nerval en estas páginas:


viernes, 15 de diciembre de 2023

POETA EN NUEVA YORK

Editorial


Muchísimas gracias, Elena.

Una edición de lujo en todos los sentidos. No importa que ya tengáis
Poeta en Nueva York, esto es otro concepto. 

La caja contiene dos volúmenes: uno con los poemas, cada uno de ellos con las ilustraciones que ha realizado José Manuel Ciria, que son espectaculares; otro, el más voluminoso, con la teoría y paráfrasis de la construcción musical de Josué Bonnín de Góngora, un estudio crítico de cada poema, donde se pone de relieve la lectura personal que está en el origen de la propia música y se incluye un estudio que aborda la estructura de cada pieza, los simbolismos y significados buscados, su relación con el resto de composiciones del poemario, todo ello acompañado de numerosos ejemplos musicales.

Aquí podéis ver una muestra del contenido.

Y por si todo eso no fuera suficiente, una memoria externa en la que se recogen todos los poemas recitados por Rafael Taibo con la compañía del piano de Bonnín de Góngora. Dejo aquí una muestra:


Cualquier amante de Lorca enloquecerá de contento con este estuche.

Y si os interesa una audio con el Romancero gitano completo, lo tenéis aquí

***


jueves, 14 de diciembre de 2023

VICENTE ALEIXANDRE


Juan de la Cruz y Vicente Aleixandre (1898-1984) no solo comparten la pasión por la poesía, el azar ha querido reunirlos en la contabilidad del tiempo. Ambos fallecieron un 14 de diciembre.

De entre los muchos y ejemplares poemas que Aleixandre escribió en su dilatada obra poética, hoy quiero dejar aquí uno de entre los que más me gustan. Pertenece a Historia del corazón (1954). Es el que abre el poemario. 

COMO EL VILANO


Hermoso es el reino del amor,
pero triste es también.
Porque el corazón del amante
triste es en las horas de la soledad,
cuando mira los ojos amados
que inaccesibles se posan en las nubes ligeras.

Nació el amante para la dicha,
para la eterna propagación del amor,
que de su corazón se expande
para verterse sin término
en el puro corazón de la amada entregada.

Pero la realidad de la vida,
la solicitación de las diarias horas,
la misma nube lejana, los sueños, el corto vuelo inspirado
del juvenil corazón que él ama,
todo conspira contra la perduración sin descanso de la llama imposible.

Aquí el amante contempla
el rostro joven
el adorado perfil rubio,
el gracioso cuerpo que reposado un instante en sus brazos descansa.
Viene de lejos y pasa,
y pasa siempre,
y mientras ese cuerpo duerme o gime de amor en los brazos amados,
el amante sabe que pasa,
que el amor mismo pasa,
y que este fuego generoso que en él no pasa
presencia puro el tránsito dulcísimo de lo que eternamente pasa.

Por eso el amante sabe
que su amada le ama
una hora, mientras otra hora sus ojos
leves discurren
en la nube falaz que pasa y se aleja.
Y sabe que todo el fuego que común se ha elevado
sólo en él dura. Porque ligera y transitoria es la muchacha
que se entrega y se rehúsa,
que gime y sonríe.
Y el amante la mira
con el infinito amor de lo que se sabe instantáneo.
Dulce es, acaso más dulce, más tristísimamente dulce,
verla en los brazos
en su efímera entrega.
"Tuyo soy —dice el cuerpo armonioso—,
pero sólo un instante.
Mañana,
ahora mismo,
despierto de este beso y contemplo
el país, este río, esa rama, aquel pájaro..."

Y el amante la mira
infinitamente pesaroso —glorioso y cargado—.
Mientras ella ligera se exime,
adorada y dorada
y leve discurre.
Y pasa, y se queda. Y se alza y vuelve.
Siempre leve, siempre aquí, siempre allí; siempre.
Como el vilano.

Páginas de interés sobre el poeta:
Y este breve documental que reivindica su presencia, su poesía y que se recupere para la cultura, para la literatura, es decir, para la ciudadanía, la casa en la que vivió el poeta antes de que sea demasiado tarde:


***


JUAN DE LA CRUZ

14 de diciembre de 1591, exhausto, comido por la fiebre y los tumores, muere en Úbeda, Jaén, el mayor poeta místico en lengua castellana. 

No es la primera vez que dedico una entrada a este frailecillo genial; de hecho, la entrada del 21 de marzo de 2020, recién comenzada la pandemia y en pleno confinamiento, en la que coloqué el vídeo de Amancio Prada interpretando el Cántico espiritual junto con la Orquesta y el Coro de RTVE, fue la más visitada semana tras semana durante muchos meses. Aquel año tuvo más de 5000 visitas.

Hoy, para conmemorar el aniversario de su nacimiento, traigo otra interpretación de Amancio Prada. En esta ocasión se trata de las estrofas 31 y 32, "Oh ninfas de Judea". Estuvo acompañado por los violonchelos de Hilary Fielding y Rafael Domínguez y por las voces de la Escolanía de Segovia dirigida por Marisa Martín en el Teatro de La Abadía, Madrid, en febrero 2011. Una preciosidad.


CÁNTICO ESPIRITUAL

Canciones entre el alma y el Esposo


Esposa


1. ¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti clamando, y eras ido.



2. Pastores, los que fuerdes
allá por las majadas al otero:
si por ventura vierdes
aquel que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.



3. Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.



Pregunta a las criaturas


4. ¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado!
Decid si por vosotros ha pasado.



Respuesta de las criaturas


5. Mil gracias derramando
pasó por estos sotos con presura,
e, yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.


Esposa


6. ¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero:
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero.



7. Y todos cuantos vagan
de ti me van mil gracias refiriendo,
y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.



8. Mas ¿cómo perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde vives,
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes
de lo que del Amado en ti concibes?



9. ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y, pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?



10. Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.



11. ¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados
formases de repente
los ojos deseados
que tengo en mis entrañas dibujados!



12. ¡Apártalos, Amado,
que voy de vuelo!



El Esposo


Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma
al aire de tu vuelo, y fresco toma.



La Esposa


13. Mi Amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,



14. la noche sosegada
en par de los levantes del aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.



15. Nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado.



16. A zaga de tu huella
las jóvenes discurren al camino,
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.



17. En la interior bodega
de mi Amado bebí, y cuando salía
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía;
y el ganado perdí que antes seguía.



18. Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa;
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa:
allí le prometí de ser su Esposa.



19. Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.



20. Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido;
que, andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada.



21. De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas
y en un cabello mío entretejidas.



22. En solo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste,
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.



23. Cuando tú me mirabas
su gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo
que en ti vían.



24. No quieras despreciarme,
que, si color moreno en mi hallaste,
ya bien puedes mirarme
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mi dejaste.



25. Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.



26. Detente, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el Amado entre las flores.



Esposo


27. Entrado se ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobre los dulces brazos del Amado.



28. Debajo del manzano,
allí conmigo fuiste desposada.
allí te di la mano,
y fuiste reparada
donde tu madre fuera violada.



29. A las aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores
y miedos de las noches veladores,



30. Por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras,
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro.



Esposa


31. Oh ninfas de Judea,
en tanto que en las flores y rosales
el ámbar perfumea,
morá en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales



32. Escóndete, Carillo,
y mira con tu haz a las montañas,
y no quieras decillo;
mas mira las compañas
de la que va por ínsulas extrañas



Esposo


33. La blanca palomita
al arca con el ramo se ha tornado
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.



34. En soledad vivía,
y en soledad ha puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.



Esposa


35. Gocémonos, Amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte ó al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.



36. Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos



37. Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí, tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día:



38. El aspirar del aire,
el canto de la dulce Filomena,
el soto y su donaire,
en la noche serena,
con llama que consume y no da pena



39. Que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía.

Este Paisaje con figuras dedicado al místico todavía hoy se ve muy bien. Estuvo dirigido por Antonio Gala y se encargó de la realización Carlos Serrano. Lo interpretó Antonio Llopis.


***


miércoles, 13 de diciembre de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Akocha Koato)

Editorial
Gracias, Irene


#unlibrounpoema


Por esta sección de los miércoles suelen pasar autores poco conocidos y poco reconocidos. No creo que yo tenga ninguna influencia sobre el mercado, pero me hace ilusión pensar que en alguna parte, alguien, alguna vez, cuando lea una entrada como esta, pueda interesarse por el libro o por la obra quien aquí da señales de existencia e incluso de calidad literaria.

No sé nada de Akocha Koato, salvo lo que puedo suponer después de la lectura de este librito —15x9,5cm— magníficamente editado con sus acuarelas, sus kanji y su grueso papel de un blanco impoluto:




Ya veis, formas de la delicadeza con que la cultura oriental se manifiesta.

Y ahora algunos haikus:


Sobre la naturaleza:


Barrancos grana

Lloran lágrimas,

Viejos fósiles 



El viento juega

A ratos al escondite

Con el calor


Sobre las estaciones:


Las golondrinas

En tardes de verano

Asaltan cielos



La yerba verde

Chispeando amapolas

Llena mis ojos


Sobre la guerra: 


Frío constante

Donde mil niños luchan

Para abrazarse


***


lunes, 11 de diciembre de 2023

GAVILLA DE FÁBULAS SIN AMOR, C.J.C.

No recuerdo cómo consiguió este libro mi padre —acaso me lo dijera en su momento, pero, si así fue, lo he olvidado totalmente—, el caso es que un buen día apareció con él en casa y me lo dio. Tenía yo 15 años y no había leído nada de Cela. En realidad, prácticamente no había leído nada de nada. Me divertí mucho leyendo esta Gavilla de fábulas sin amor. Hace unos días cogí el libro de nuevo y me divertí mucho más. Tantos años después de aquella lectura soy un poquito menos ignorante y tengo una cuantas referencias más para poder disfrutar con mayor intensidad de los textos de un gamberro genial que es capaz de escribir con gracia sobre cualquier cosa. Es lo que tienen los grandes, que pueden crear una historia —varias, en este caso— divertida colocando una palabra detrás de otra como quien no quiere la cosa. 

El texto viene acompañado de los dibujos de otro grande, Picasso, y eso le da al libro un doble aire festivo. 

El libro tiene muchos años. La primera edición se hizo en Papeles de Son Armadans en 1962; de la siguiente, que es la que yo tengo, se encargó Alfaguara en 1965. Después de recorrer sus divertidas y disparatadas historias he encontrado esto en el catálogo de la exposición El recuerdo más cercano - Gabinete bibliográfico de Camilo José Cela:

Este libro Gavilla de fábulas sin amor original de CJC con ilustraciones de Picasso se empezó a redactar el día 4 de noviembre de 1961 en Palma de Mallorca. Se compuso a mano y se terminó de imprimir en los talleres de la Sociedad Alianza de Artes Gráficas (S.A.D.A.G.) de Barcelona bajo la dirección de Jaume Pla el día 20 de mayo de 1962. Las ilustraciones de color fueron dibujadas el 13 de junio de 1960 en Cannes. La plancha de la punta seca se grabó el día 20 de marzo de 1962 en Mougins. Los estuches y encuadernaciones los hizo Ramón Roig con tela fabricada especialmente por Gavaldá, S.A.

Pero la Gavilla debía pasar aún por una prueba inesperada. El libro caía fuera de lo tolerable para la censura de la época del franquismo. CJC recurrió a Saturnino Álvarez Turienzo, sacerdote y teólogo de gran prestigio, llevándole el manuscrito. Álvarez Turienzo no encontró en él nada de especial gravedad para la Iglesia católica y, con su nihil obstat de un hombre de Iglesia como Álvarez Turienzo la censura no tuvo más remedio que dejar pasar el libro. Pero una vez impreso se cursó orden de prohibición y amenaza de secuestro.

El azar se puso, una vez más, del lado de CJC Unos meses más tarde de la salida de la Gavilla, en el verano de 1962, el general Franco impuso un cambio de ministros que estaba destinado a pasar a la historia. La cartera de Información se dejaba en manos de un político gallego joven y prometedor, desconocido hasta el momento, que se llamaba Manuel Fraga Iribarne. Una de las primeras iniciativas de Fraga fue la de levantar el veto que pesaba sobre las novelas de Camilo José Cela. La Gavilla de fábulas sin amor echó a volar igual de libre que las palomas que pintaba Picasso.

¡Qué tiempos!


 Aunque parezca increíble, el libro todavía se puede encontrar en las librerías.

***


sábado, 2 de diciembre de 2023

POETAS NAVARROS DEL SIGLO XX

Ejemplar del KM
Cuando acudo a una biblioteca para recoger algún libro, suelo echar un vistazo en la sección de poesía por si encuentro algo qe me llame la atención. La última vez que pasé por la del koldo Mitxelena fue esta curiosa antología de poetas en castellano de la comunidad foral. 

Se encargó de la edición Víctor Manuel Arbeloa y supongo que fue un trabajo realizado a petición de la Fundación Diario de Navarra para la colección Biblioteca Básica Navarra. En ella se recogen poemas de estos diecinueve poetas:

Me gusta mucho la manera en que se ha realizado, porque la selección de poemas no responde al criterio del editor o del compilador, han sido los propios autores quienes han decidido qué poemas publicar. También resulta muy interesante la presentación de cada uno, pues la hacen ellos mismos a través de un cuestionario al que han dado respuesta quienes en ese momento estaban vivos, puesto que algunos ya habían desaparecido. El cuestionario propiamente no aparece, lo que aparecen son los párrafos de las respuestas, que dan como resultado un texto de presentación en el que explican por qué han elegido los poemas que podemos leer y no otros, qué entienden por poesía, qué poetas han influido más en su quehacer, y qué opinan sobre la poesía que se escribe en Navarra —entiendo que durante el siglo pasado, ya que la edición es de 2002—.

Dejo algunos versos del último y más joven de los antologados, Alfonso Pascal Ros:


EL LAMENTO DEL APÁTRIDA


Dios ha tenido la desgracia de ser único en su especie.



LEJOS DE UN DORMITORIO DORADO


Interior de café, de noche.

La duda en cualquier mesa

De si uno debe volverse loco primero,

Arruinarse

O suicidarse.



COLECCIÓN DE AFECTOS

                  Mi madre con su Singer


Mahatma, un verso es algo prescindible.

Predicar sin dar trigo es lo corriente:

ande caliente yo y allá la gente.

Observa la Verdad inconfundible,

no hagas el mal y rige en lo posible

en tu pasión. Los mansos son llamados

a servir sin violencia y confortados

en la humildad del polvo de la rueca

para alzar su plegaria en huerto y lleca:

Te amo, Señor, con todos mis pecados.


                   Enero de 1988, 50º aniversario de la muerte de Gandhi.

***




 

miércoles, 29 de noviembre de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Francisco García Lorca; sí, el hermano)

Librerías que tienen algún ejemplar
#unlibrounpoema

Si la poesía que no es extraordinariamente exitosa es difícil de conseguir, el libro al que hoy doy publicidad desde esta sección os va a costar mucho trabajo encontrarlo, a no ser que os acerquéis a una biblioteca, pues el hermano del gran poeta granadino yo diría que es absolutamente desconocido en España y la editorial que sacó este volumen hace ya años que desapareció. (Por cierto, en el enlace que he dejado con Wikipedia podéis ver un par de fotografías de los dos hermanos juntos, Francisco y Federico).

La colección de poemas que recoge este volumen se publicó en 1984 y corrió a cargo del palentino Mario Hernández, quien había estado en contacto con Laura de los Ríos, esposa de Francisco, para prepara la edición de Federico y su mundo. Fruto de aquella fue el acceso a los poemas inéditos de Francisco García Lorca y su posterior ordenación y edición.

He aquí algunos:


LLUVIA


Saltan

los frailecicos del agua.


Se destrenzó. Las gotas

sobre las hojas cantan,

brillan como cuchillos

los hilillos del agua

y vuelan a sus nidos

y corren a sus casas

y ruedan al arroyo

y saltan, saltan,

saltan

los frailecicos del agua.




INSTANTE


caen las horas en mi pecho

y se desbandan los sueños.

Un instante,

pero que nunca acabe.

Una larga guirnalda

de horas encadenadas

y yo libre.

Suspendidos los mundos

en el espacio inmenso

y los sueños

sin tiempo.

Apresta el alma, el agua,

que la barca te guarda.

Y la barca

se mece, los remos

en el agua.




Hay un pájaro zahareño

mudo en la rama del sauce

y manantiales sin cauce

por las riberas del sueño.

En piras de musgo y leño

deja mi amor rosas yertas

y las realidades muertas

al trepar —ramas oscuras—

derrocan arquitecturas

fantásticamente ciertas.




SONETO


A veces, mientras hablas a solas, padre mío,

sin luz casi en los ojos, mas de plata la frente,

yo muevo la cabeza imperceptiblemente

y para más amarte, triste, de pie, sonrío.


Qué limpia llama queman de amor y poderío

tus viejas rosas, padre, qué ceniza caliente

aún derrama tu mano, que en su temblor ya siente

de la tierra lejana no sé qué viento frío.


hablas a solas, padre, y vuelan malheridas

y rotas tus palabras en torno de tu pena,

que forma con la mía indefinibles ramos.


"En la ciudad..., Dios mío..., Granada..., sí..., dos vidas..."

De prnto me adivinas, y con la voz serena

"¿Tú por aquí?", me dices, "siéntate, ¿cómo andamos?".


En 1945 murió en Nueva York, Francisco García Rodríguez (el padre de los poetas). Francisco, en 1976, en Madrid (había regresado a España en 1968). Laura de los Ríos Giner, en 1981, también en Madrid.

***