martes, 2 de abril de 2024

NIETZSCHE DESCOMPLICADO, 5

#Nietzschedescomplicado (conversaciones con Jaime Aspiunza).

Seguimos avanzando en esta entrevista por entregas con la que queremos realizar una aproximación al pensamiento de Nietzsche. Dado lo popular del tema, no podíamos dejar de lado la cuestión y, sin abandonar el humor, la pregunta apareció inmediatamente.


¿Mató Nietzsche a Dios?

¡No! ¡Para nada! Nietzsche atestigua que Dios ha muerto. Y se pregunta «pero ¿quién lo ha matado?». En otoño de 1881 el tremendo acontecimiento es algo que «todavía no ha calado en los oídos y en los corazones de los hombres». Han sido los hombres, sí, quienes lo han matado, mas todavía no lo saben.

No es Nietzsche quien inventa la expresión de la muerte de Dios. Ya a principios del siglo XIX hablaba Hegel de que la religión se vivía –entre los creyentes– como si Dios estuviera muerto. Y un autor a quien suponemos que Nietzsche leyó, Philipp Mainländer, pocos años mayor que él, había hablado también de la muerte de Dios, bien es cierto que en términos en principio muy diferentes, pero que, conociendo a Nietzsche, perfectamente podrían haberle inspirado.

Mainländer había nacido tres años antes que Nietzsche, en octubre de 1841, y murió, ahorcándose, en abril de 1876, justo al recibir los primeros ejemplares de su gran obra, Filosofía de la redención. Esta obra propone una filosofía inmanente, y se divide en epistemología, física, estética, ética y política, completadas con una metafísica cuya primer asunto es Dios, la desaparición de Dios en nuestro mundo.

Mainländer –naturalmente– se abstiene de hablar de Dios. Señala simplemente que en un mundo plural y dinámico, no tiene lugar un Dios que sea una unidad simple y esté en reposo absoluto. De ello deduce que ese Dios ha debido de decidir –es la única manera que tenemos de entender su desaparición– «aniquilarse por completo, cesar de existir». O, mejor, hacerse pedazos en un mundo, de tal modo que este «dispersarse en la pluralidad», ser mundo, viene a ser la manera de dejar de ser… Dios.

Nietzsche también atribuye cierta colaboración reflexiva en la muerte de Dios: es la propia veracidad que el cristianismo ha promovido y cultivado la que lleva al buen cristiano a dejar de creer en Dios. Creer en Dios deja de ser honesto. Su encarnación principal sería el espíritu científico, por definición, descreído.

Mas lo que en Mainländer es como un cuento –metafísico– de hadas en Nietzsche es cosa seria. Por un lado, es verdad, la muerte de Dios implica la liberación del ser humano; por otro, comporta una amenaza, un peligro. Amenaza y peligro que se pueden atisbar sin más que darle la vuelta al elemento positivo: ¿qué hacer con esa libertad ganada con la desaparición de Dios?

Antes de nada conviene recordar que el que ha muerto es el Dios cristiano; pueden llegar otros dioses…

Además, Dios no solo es el vigilante del ser humano, es también y sobre todo el horizonte de sentido que ha estado dotándonos de suelo y perspectiva durante siglos a los europeos, a Occidente.

«¿Dónde está Dios? ¿Qué hemos hecho?, ¿es que nos hemos bebido el mar? ¿Qué esponja era ésa con la que hemos borrado el horizonte entero que había a nuestro alrededor? ¿Cómo hemos logrado que desaparezca esa línea fija y eterna a la que hasta ahora remitían todas las líneas y medidas, con la que hasta ahora operaban todos los arquitectos de la vida, sin la cual parecía no haber ni perspectiva ni orden ni arquitectura alguna? ¿Seguimos sosteniéndonos de pie? ¿No nos caemos de continuo? ¿Y en cierto modo hacia abajo, hacia atrás, hacia los lados, para todas partes? ¿No es el espacio infinito lo que nos hemos puesto encima como si fuera un manto de aire helado? ¿No hemos perdido la fuerza de gravedad, al no haber ya ni arriba ni abajo?, y si seguimos viviendo y bebiendo la luz, en apariencia como siempre hemos vivido, ¿no es en cierto modo gracias a la luminosidad y al brillo de estrellas que están ya apagadas?», anotaba Nietzsche en el ya citado octubre de 1881.

Como se ve, a Nietzsche le preocupan las consecuencias de la muerte de Dios, «esa larga profusión y sucesión de derribo, destrucción, hundimiento, derrumbe que nos espera» (GC 343), y en los que aún –diría yo– andamos inmersos y perdidos o ahogados.

La muerte de Dios es el fin de la moral cristiana, que ahora mismo sigue convulsionando, herida de muerte pero por largo tiempo coleando y dando vida a variantes aberrantes como la moral del victimismo o la más general política de identidades, hijas ambas del resentimiento cristiano. También han aparecido nuevos dioses, sea La Ciencia de que hablábamos ayer, sea La Tecnología, que, como es neutra –dicen– necesita de evangelistas y profetas.

Así pues, seguimos instalados, por más que parezcan ateas las nuevas diosas, en un ambiente de culpa, pecado y vergüenza, como el que pretende imponer la llamada «religión woke», que sería la quintaesencia de lo que nos ha dejado el Dios muerto en herencia, repartido en miles de fragmentos, al retirarse. 

Para Nietzsche en el origen de la moral cristiana está el resentimiento. El resentimiento es la venganza imaginaria de aquellos que no son capaces de actuar, y consiste en primer lugar en decir «no» a otro, a un mundo exterior, 
que sí actúa y sirve de espejo de mi debilidad, de mi impotencia. El cristianismo ha enseñado al débil a culparse a sí mismo, instilando en cada uno de nosotros el azogue de la culpa y la vergüenza, con lo que recondujo –así Nietzsche en De la genealogía de la moral– el resentimiento hacia dentro.

Sea como fuere, hoy día parece que, en forma de victimismo, ha vuelto a encontrar el camino de salida y está determinando el orden social. El impotente ha hallado en el victimismo el rédito a su inacción. Sufría por no saber qué hacer en este mundo y ha descubierto que el sufrimiento cotiza alto en la Bolsa moral de Occidente. Solo tiene que reinvindicar su supuesto carácter de víctima (en la mayoría de los casos, «heredado» de los antepasados) para poder culpar a los demás de su estado, una cuasinaturaleza. Eso supone vindicar la primacía de las emociones o los sentimientos, ya que gracias a ellos se anestesia el tedio vital. La víctima es resentimiento puro, y señala, acusándolo al otro: tal es el gran poder, hoy socialmente sancionado, del impotente. Ocupa una pequeña parcela del mundo que Dios dejó.

Y en esas estamos: tales son algunas de las consecuencias de la ausencia de Dios, que no deben ser para nosotros –termina Nietzsche– tristes ni sombrías: 
«nosotros, los filósofos y los “espíritus libres”, ante la noticia de que el “viejo dios ha muerto” nos sentimos como iluminados por una nueva aurora […] por fin el horizonte nos parece de nuevo libre […] el mar, nuestro mar está de nuevo abierto, quizá no haya habido nunca un “mar tan abierto”…» (GC 343).

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lunes, 1 de abril de 2024

EL CIELO NOCTURNO, ABRIL 2024

Día 10, 22:00 (hora peninsular). Júpiter a menos de 5º del primer día de luna creciente.

 Cuanto puede verse a simple vista.

  • PLANETAS: Mercurio podría verse muy pegado al horizonte durante el crepúsculo vespertino durante esta semana, mejor hoy que mañana. Venus no es visible este mes. Júpiter será visible al comienzo de la noche durante las primeras tres semanas de abril y cada día que pasa más cerca del horizonte O. Saturno es visible al amanecer sobre el horizonte E, cada día que pase se verá un poco más temprano y, por tanto, mejor. 
  • LUNA: Nueva, día 8; llena, 24.
  • ECLIPSE SOLAR TOTAL: Día 8. Visible desde Norteamérica (México, EEUU y Canadá). Desde Galicia y las islas más orientales de las Canarias podrá verse como un pequeño mordisquito.
  • Lluvia de meteoros: Las líridas alcanzarán su mayor apogeo el día 22, pero el brillo de la luna hará difícil la observación.
  • SATÉLITES ARTIFICIALES: Para saber dónde y cuándo mirar, consultad aquí.


Feliz observación y pedid a vuestros ayuntamientos que disminuya la contaminación lumínica.

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domingo, 31 de marzo de 2024

PATHETIQUE, PALOMA COSANO

 

La propuesta musical de este último domingo de marzo se llama Pathetique, una composición claramente jazzística con resonancias beethovenianas. Es obra de Paloma Cosano, joven compositora sevillana que es quien aparece en el vídeo dirigiendo al grupo Paloma y otros pájaros.  

Los pájaro son estos: 

Piano: Daniel García Diego. 
Upright Bass: Toño Miguel.
Drums: Shayan Fathi.
Guitar: Marcos Collado.
Alto Sax 1: Gustavo Díaz.
Alto Sax 2/Flute: Belén Martín.
Tenor Sax 1: Ariel Bringuez. 
Tenor Sax 2: Mauricio Gómez. 
Baritone Sax/Flute: Víctor Bruna. 
Trumpet 1: Raúl Gil. 
Trumpet 2: Javier Martínez. 
Trumpet 3: Juan Luis de la Torre. 
Trumpet 4: Javier Arévalo. 
Trombone 1: Roberto Pacheco. 
Trombone 2: Paco Soler. 
Trombone 3: Cheryl Walters. 
Bass Trombone: Toni Molina.

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viernes, 29 de marzo de 2024

REGALOS DEL DÍA (diario de un epicúreo agradecido), 12

Para David.












Todas son de ayer por la tarde. Solo hay una diferencia de unos pocos minutos entre unas y otras, pero los cambios de luz son espectaculares. La naturaleza, cuando es generosa, lo es de manera extraordinaria.

La gente que andaba haciendo turismo por la ciudad y se encontró con este magnífico espectáculo del Cantábrico salió encantada.

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jueves, 28 de marzo de 2024

MAI EGURZA EN EL RINCÓN DE LA ILUSTRACIÓN

El rincón de la ilustración del centro cultural de Aiete acoge algunos trabajos de Mai Egurza hasta el 9 de junio.




 
HORARIOS

Habitual:
De martes a viernes: 16:00 - 20:30
Sábado: 10:00 - 14:00 / 16:30 - 20:00
Domingo: 10:00 - 14:00
Lunes y festivos: cerrado

Semana Santa:
De Jueves Santo a Lunes de Pascua: cerrado
Semana de Pascua: 10:00 - 14:00

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miércoles, 27 de marzo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA, W. B. Yeats

Editorial
#unlibrounpoema

Creo que W. B. Yeats está bien representado en este blog y mejor aun en el mundo editorial, como puede comprobarse por las entradas que le he dedicado y los títulos que en ellas aparecen; no obstante, la aparición el año pasado de He extendido mis sueños a tus pies me ha parecido un buen motivo para traerlo a esta sección. 

Lo valioso del libro no está propiamente en la selección de poemas que ha realizado Jordi Doce, pues él ya se encargó de la traducción de toda su poesía para la editorial Pre-Textos y ninguna otra publicación parcial puede competir con ella. Lo atractivo de este ejemplar es la muy cuidada edición del libro, una marca de la casa, y el añadido de las ilustraciones que aporta Sandra Rilova. Belleza sobre belleza. 

Realizadas las presentaciones, vamos con el poema:


LA MALDICIÓN DE ADÁN



Estábamos sentados, un día de finales de verano,

aquella dulce y bella mujer, tu amiga íntima,

y tú y yo, hablando de poesía.

«Un solo verso puede llevarnos horas —dije—,

pero si no parece algo pensado en un instante

todo nuestro coser y descoser es en vano.

Mejor arrodillarse sobre la médula del hueso

y fregar suelos de cocina o picar piedra

como un viejo indigente, a la intemperie;

pues dedicarse a articular dulces sonidos

es trabajar más duro que ellos, y sin embargo

ser tildado de vago por la ruidosa camarilla

de clérigos, maestros y banqueros

que los mártires llaman mundo».




                                                   Y entonces

aquella bella y dulce mujer por cuya causa

muchos descubrirán la angustia del amor

cuando escuchen su voz discreta y dulce

replicó: «Ser mujer es saber

—aunque en la escuela nadie nos lo diga—

que hemos de trabajar para estar bellas».




«Es verdad —respondí— que no hay cosa admirable

desde la caída de Adán que no requiera un gran esfuerzo.

Recuerdo amantes convencidos de que el amor

debía ser tal muestra de alta cortesía

que suspiraban y citaban con semblante estudioso

precedentes tomados de viejos y hermosos volúmenes;

aunque ahora esa labor parezca más bien vana».




La mención al amor nos sumió en el silencio;

vimos morir los últimos rescoldos de la tarde,

y en el aguamarina temblorosa del cielo

una luna, gastada como una concha que lavara

la marea del tiempo cuando fluye entre las estrellas

y rompe luego en días y años.




Me invadió un pensamiento que solo tú debías escuchar:

que eras hermosa, y que yo me esforzaba

por amarte en la antigua y noble doctrina del amor;

que alegre había parecido todo, y aun así nuestros corazones

estaban tan exhaustos como aquella luna vacía.

 

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martes, 26 de marzo de 2024

NIETZSCHE DESCOMPLICADO, 4

#Nietzschedescomplicado (conversaciones con Jaime Aspiunza).

En esta cuarta entrega nos adentramos en la cuestión que ya los primeros románticos habían suscitado al oponerse vivamente al conocimiento positivista del mundo como el único posible y verdadero. Polémica que abrió muchos frentes y que llegó incluso a contraponer las dos culturas. Aquella visión mecanicista como un entramado de relaciones causa-efecto alcanzó su máximo apogeo con Newton y su descubrimiento de la ley de gravitación universalLa polémica recorrió todo el siglo XIX y todavía nos trae de vez en cuando ecos más o menos agrios. La pregunta, por tanto, era necesaria: 


¿Era Nietzsche enemigo de la ciencia?

Se llama cientismo o cientifismo a la fe en la ciencia, a una fe o creencia de tipo religioso. A la convicción de que La Ciencia es capaz de descubrir la realidad tal cual es: ella, la realidad, aparte de nosotros, los seres humanos. (Y de esto hay mucho en nuestra época…) Es justo en la época de Nietzsche cuando comienza a reconocerse que ciencia no implica cientismo.

La ciencia, que existe, no puede aspirar a producir fe; no puede pretender ser dogma. La ciencia, a más de la aplicación de instrumentos cada vez más sofisticados para sondear la realidad y de un aparato conceptual de tipo matemático, presupone la cautela y la reserva de una razón que se sabe finita, o, si se prefiere, la honestidad y la imparcialidad del científico, las cuales le inhiben de presentar sus hipótesis, por contrastadas que estén, como verdades definitivas, como artículos de fe. Suelen ser más los divulgadores quienes venden sus productos como eternos. Con qué seguridad se afirmaba hace unas pocas décadas que el universo estaba en su mayor parte vacío; hoy es todo ruido. Con qué displicente arrogancia nos recuerdan algunos que, estando constituida de átomos –incoloros, a lo que se ve–, la realidad carece de color; nuestros ojos y nuestro cerebro nos engañan. ¿Para qué…?, preguntará Nietzsche: «… un sentido formador de colores en un mundo que carece de color es un absurdo del pensamiento.»

Cientismo, entonces, es fe religiosa, fanatismo, no la confianza razonable en que lo que la ciencia va descubriendo rigurosamente aporta algo a la comprensión del universo o del ser humano, algo que, por importante que sea, mañana puede dejar de ser válido o de ser importante.

El conocimiento de la ciencia es más complejo y riguroso, si se quiere, que la mayoría de los conocimientos que tenemos los particulares en nuestra vida cotidiana, pero no es distinto. Y así como nuestros conocimientos particulares están condicionados por nuestros sentidos y nuestro lenguaje, así también el conocimiento que una ciencia particular en un momento concreto de la historia logra está condicionado por los instrumentos y la conceptualidad disponibles en ese momento y lugar.

Instrumentos y conceptualidad configuran un filtro que recoge y reúne una serie de propiedades de la realidad, prescindiendo de todas las demás, muchas de las cuales, muchísimas, quizá infinitas, ni siquiera alcanzamos a imaginar, mas sí tenemos suficiente experiencia como para suponer que existen, bien que sean totalmente desconocidas.

Por eso, el conocimiento de la ciencia tampoco es absoluto, es siempre relativo, sin que eso signifique que no hay conocimiento verdadero. ¡No!: verdad, conocimiento son finitos, perspectivos, pero son, haberlos, haylos. Lo otro: el conocimiento y la verdad absolutos, los que develan las cosas como son, la realidad en sí, no han sido sino sueños de la razón, que, insisto, todavía se dan en demasía.

En la pretensión de La Ciencia de alcanzar una Verdad con mayúsculas detecta Nietzsche la huella de la metafísica dualista de Occidente. Ya sabemos que algunos griegos prefirieron postular un trasmundo para salvar la posibilidad de conocer. Si este mundo se nos presenta cambiante, variable, impredecible, en apariencia falto de sustancia, ha de haber tras él otro mundo más sólido y estable donde more la verdad, el acceso al cual nos permita lograr el conocimiento.

De manera muy esquemática y poco matizada eso es lo que el platonismo nos proponía, y nuestra tradición cristiana ha llevado al summum: no solo contrapone esta vida en la Tierra a la del Cielo, sino de manera equivalente viene contraponiendo los sentidos al intelecto, y los frutos de los unos a los del otro, y considera conocimiento únicamente el de este último, y, por mucho que este prejuicio concreto, en esos términos haya sido dejado de lado en el campo de la ciencia, que inevitablemente ha de partir de los sentidos, de la experiencia, sí se ha seguido manteniendo la idea de que el intelecto (investido de aparato matemático) es capaz, frente al conocimiento más rudimentario de la vida cotidiana, de acceder a ese trasmundo de la Verdad, que ahora sería inmanente pero solo asequible a La Ciencia.

Dicho de otra manera, se sigue distinguiendo lo aparente de la realidad del Ser verdadero de la Realidad, lo que vemos y tocamos de la estructura profunda — físico-matemática— de la realidad. Mas no hay apariencia por un lado y Ser por otro. Todo es apariencia, no en el sentido de falsedad, sino en cuanto aparición, fenómeno, lo que se nos aparece o presenta, y tanto da que se mire con un par de ojos o con un microscopio electrónico: no deja de ser apariencia, fenómeno. Eso sí, muchas apariencias bien vistas, bien tomadas y reiteradas, acumuladas y organizadas llegan a constituir un buen conocimiento. Y, como añadirá Nietzsche, no hay ninguna razón para pensar, por mucho que sepamos de los factores humanos o subjetivos de ese conocimiento, que el mundo no tenga por qué ser parecido a como se nos aparece.

Es decir, la finitud de conocimiento y verdad, su carácter relativo y perspectivo no implica que la realidad no exista ni sea incolora, disparates contrarios al cientismo, mas complementarios de él, con que los desengañados con la falta de absolutez de lo entrevisto suelen desatarse.

Existe la realidad, existen los colores en la realidad. ¡Gracias a Dios! Que, por cierto, ya había muerto.

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QUINIENTOS EPIGRAMAS GRIEGOS

Editorial
Luis Arturo Guichard
DRAE:

Epigrama: 1. m. Frase breve e ingeniosa, frecuentemente satírica.
Sin.: sátira, agudeza, invectiva.

2. m. T. lit. Composición poética breve en que, con precisión y agudeza, se expresa un motivo por lo común festivo o satírico. Era u. t. c. f.

3. m. T. lit. En la Antigüedad griega y latina, inscripción de carácter generalmente funerario y dedicatorio.
Sin.: epitafio, inscripción, sentencia.

El antólogo, por si acaso, nos recuerda en su excelente introducción las palabras que Plinio dedicó a Marcial tras su fallecimiento: Oigo decir que Valerio Marcial ha muerto y lo llevo con pena. Era un hombre ingenioso, agudo, mordaz y que, escribiendo, tenía a raudales tanto sal como hiel y no menos mordaz candor. 

Eso que Plinio decía de los versos de Marcial y que el diccionario recoge, más la brevedad de la composición, es lo que mantiene vivo el interés y el atractivo de unos textos escritos hace ya muchos años, porque es la extraordinaria capacidad de decir el mundo —y con el mundo, nosotros— lo que permite que este género sea tan endiabladamente poderoso. 

Tal y como enuncia el título de la antología se recogen en ella 500 epigramas, lo que nos permite disfrutar de una gran amplitud y variedad de textos en los que están presentes todas las tendencias epigramáticas: funerarias, votivas, eróticas, satíricas, descriptivas, narrativas, matemáticas..., en fin, todas.

Una pequeña muestra:

Epícides, el cazador, por los montes persigue
las huellas de toda liebre y toda cierva,
soportando el frío y la nieve. Pero si alguno le dice
«toma, aquí está la presa», no la recibe.
Mi amor también es así: sabe perseguir
lo que huye, pero deja escapar lo que tiene a la mano
.


Nada es más dulce que el amor y toda dicha queda
en segundo lugar: mi boca escupiría hasta la miel.
Esto lo dice Nóside: aquel al que Cipris no ha amado
no sabe qué flores, qué rosas son las suyas
.
Nóside


Que te sea la tierra leve, miserable Nearco,
para que los perros te desentierren más fácilmente
.
Amiano


Si lo que nos lleva te lleva, aguanta y déjate llevar;
si te resistes, sufrirás, y lo que nos lleva te llevará
.
Páladas


No soy amante el vino, pero si quieres embriagarme
ofréceme una copa que hayas probado antes.
Aunque sólo la hayas tocado con los labios,
no será fácil seguir sobrio y huir del dulce copero.
La copa me transferirá un beso de tu parte
y me anunciará la gloria de beberla
.
Agatias


Memoria y Olvido, os saludo: a Memoria
en lo bueno, a Olvido en lo malo
.
Paulo Silenciario


Vamos a bañarnos y coronarnos, Pródica, y a beber
vino puro levantando las copas más grandes.
Breve es la vida de los placeres: la vejez
nos lo impedirá después y, al final, la muerte
.
Rufino


No puedo distinguir cuándo bosteza Diodoro y cuándo
se echa un pedo: tiene el mismo aliento arriba y abajo
.
Lucilio

Yo que antes lo hacía cinco o nueve veces, oh Afrodita,
ahora es apenas una desde que anochece hasta el alba.
¡Ay de mí! Esta cosa que ya a veces estaba moribunda,
ahora sí se está muriendo: va a reventar como Térmero.
¡Ay, la vejez, la vejez! ¿Qué no me harás luego cuando
me alcances, si me tienes ya así de decaído?

Filodemo



Uno estaba impedido de las piernas y otro de la vista,
pero cada uno compensaba lo que la suerte les quitó.
El ciego llevaba al cojo sobre los hombros
y seguía el camino recto atendiendo a su voz.
A eso les enseñó la dura necesidad rica en recursos:
a suplir lo que les faltaba para estar completos
.
Filipo


Y uno en su idioma original, que aunque no se entienda el griego antiguo ni se conozca su abecedario, la forma de sus letras ya es suficientemente atractiva:

Ἤν τι πάθω, Κλεόβουλε, – τὸ γὰρ πλέον ἐν πυρὶ παίδων 
βαλλόμενος κεῖμαι λείψανον ἐν σποδιῇ – 
λίσσομαι, ἀκρήτῳ μέθυσον, πρὶν ὑπὸ χθόνα θέσθαι, 
κάλπιν ἐπιγράψας· “Δῶρον Ἔρως Ἀίδῃ”.

Si algo 
me pasa, Cleobulo, —pues en el fuego 
de los muchachos yazgo y solo queda de mí ceniza—,
embriaga mi urna borracha con vino puro y al ponerla bajo tierra,
escribe en ella: "Ofrenda de Eros para Hades".
Meleagro



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lunes, 25 de marzo de 2024

PASEO POR LA PRIMAVERA DONOSTIARRA


El vídeo no es nada más que una invitación a salir a la calle y disfrutar de toda esa belleza pequeña y cotidiana con la que nos podemos encontrar en un paseo cualquiera en esta primavera que acaba de comenzar. La fotografía, claro, pierde mucha calidad al utilizarla en el vídeo. Un par de ejemplos:



Pero lo que importa es que podáis disfrutar de vuestro entorno, viváis donde viváis y estéis ahora comenzando la primavera o el otoño.

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domingo, 24 de marzo de 2024

BARRENECHEA EXPONE EN SANTA MARÍA

El arquitecto y pintor Juan Antonio Barrenechea expone en el soto de la Basílica de Santa María una pequeña colección de lienzos y dibujos bajo el título de "Mirando al cielo".

Los lienzos, muy coloristas, se mueven dentro del ámbito del expresionismo abstracto; los dibujos, en cambio, están dentro de la tradición propia del estudio arquitectónico.







 En la página web del artista pueden verse más trabajos y con una mayor calidad.

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LORCA, COHEN Y UN VALS EN VIENA

 

Bécquer dejó escrito en su tercera carta Desde mi celda estas palabras cuyo sentido comparto plenamente: He aquí, hoy por hoy, todo lo que ambiciono: ser un comparsa en la inmensa comedia de la Humanidad y, concluido mi papel de hacer bulto, meterme entre bastidores sin que me silben ni me aplaudan, sin que nadie se aperciba siquiera de mi salida. 

Tal vez de manera menos delicada he dejado yo también escrito lo que pienso sobre cuanto rodea los rituales que se producen en torno a la muerte, tanto laicos como religiosos. Y aquí es donde aparecen Lorca y Cohen, porque Lorca fue a Nueva York un poco muerto. Estaba en profunda crisis amatoria, crisis de identidad sexual, crisis de amistad con algunos amigos que no lo fueron tanto, y, para colmo, cuando llegó a la ciudad que ya entonces no dormía nunca, la gigantesca crisis financiera, el crac del 29, estaba arrojando víctimas por las ventanas de los rascacielos. Todo cuanto le rodeaba se caía a pedazos... y además no hablaba inglés, lo que acentuó su soledad, aunque intentó aprenderlo.

Sin embargo, a medida que vamos avanzando en la lectura del libro, hacia el final, podemos comprobar cómo el carácter alegre y positivo de Lorca va sobreponiéndose a las dificultades y termina escribiendo poemas que ya no van a ser descripciones y denuncias de todo cuanto está mal (social, política, económica y hasta personalmente), sino textos más vitalistas que nos empujan a seguir... hacia donde cada cual quiera.

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.


Este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.


Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.


En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados.
Hay frescas guirnaldas de llanto.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.


Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.
¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals del «Te quiero siempre».


En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

Es cierto que aún no estamos en la última sección "El poeta llega a La  Habana", pero la suave melancolía que rezuma no duele y, sobre todo, la última estrofa ayuda a encarar con otro ánimo lo que queramos que sea la vida, que es todo cuanto tenemos. Y, por supuesto, la música de Leonard Cohen también ayuda en la tarea. 

Pues eso, Thank you so much dear friends, y seguid disfrutando de la música y de la poesía cuanto queráis.

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sábado, 23 de marzo de 2024

JOXEPA ZUBELDIA

Esta es la pared frontal del quiosco del Paseo los Tilos. 

 

La pared trasera recoge algunos versos en recuerdo y homenaje a esta mujer escritos por Maialen Lujanbio, que ha introducido algunos versos de Joxepa Zubeldia (en negrita) entre los suyos. 

Un pequeño cartel colocado en el lateral nos dice brevemente quién fue y cuál fue la actuación de sus familiares:


No siempre la familia es una ayuda.

El quiosco forma parte de un Recorrido morado que consta de diez puntos de interés.

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viernes, 22 de marzo de 2024

CHILLIDA LANEAN, Jesús Uriarte


Una exposición fantástica tanto para quienes deseen conocer aspectos quizás no muy conocidos del trabajo de Chillida como para quienes simplemente deseen disfrutar de la fotografía. Muy bien puesta, muy bien organizada, sabiamente distribuida por las salas y un verdadero placer poder deleitarnos con fotografías de gran tamaño. En arte, el tamaño sí importa.

Jesús Uriarte, el fotógrafo, y Jon Uriarte, el comisario de la exposición. 

Algunas imágenes:












Hasta el 30 de junio de 2024
De martes a domingo: 12:00-14:00 | 16:00-20:00
Visitas guiadas gratuitas los domingos (17:30 euskera / 18:30 castellano). Inscripción previa obligatoria en el 943 251937, en la propia Sala o en hezkuntza_artegunea@kutxakulturartegunea.eus.



Entrada libre

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