Historia de las utopías |
Lo primero que sorprende en este texto es que haya podido ser escrito a los 27 años, ya que la cantidad de lecturas que acumula y la profundidad del análisis que se realiza son más propias de edad mucho más madura, aunque el autor se queje en un prólogo redactado 40 años después de la aparición del libro del carácter "incompleto y superficial" del mismo.
Historia de las utopías se ocupa de analizar tres grandes temas: qué entendemos por utopía, cuáles han sido las utopías más difundidas y determinantes, y qué podemos hacer con ellas. Un lectura del índice, posiblemente, os ayude a entender mejor lo que quiero decir.
A mí el libro me parece que está lleno de hallazgos, y el primero de ellos creo que es señalarnos la existencia de dos tipos de utopías: utopías de escape y utopías de reconstrucción, que aparecen apuntadas en las primeras páginas que la editorial ha dejado a disposición de todo el mundo, por lo que me ahorro la explicación. A partir de esta diferenciación, diría yo, sobrevienen los demás.
Pero dejando a un lado lo que son las grandes líneas de reflexión del libro, quiero señalar otra virtud del mismo que consiste en esas perlas que nos vamos encontrando por doquier, que se nos aparecen de repente, y que funcionan muy bien incluso al margen del desarrollo argumental. Os dejo una, pero hay decenas:
Los hombres están hechos para la acción, antes que para el pensamiento; o mejor, puesto que el pensamiento, desde el punto de vista de la interpretación psicológica, es acción inhibida, la inhibición nos resulta naturalmente un poco más difícil. Así, cuando nos vemos enfrentados a una situación en la que hemos de elegir entre derribar un obstáculo (...) o alejarnos tranquilamente de él, valorarlo y trazar un plan de acción para sortearlo, nuestro impulso básico es escoger la primera opción (p 239).
Además de los títulos publicados por Pepitas de calabaza, también se puede encontrar fácilmente Técnica y civilización, publicado por Anaya. Los que en su momento publicaron Emecé y otras editoriales argentinas, hoy sólo se pueden conseguir a través de bibliotecas.