jueves, 31 de enero de 2013

HISTORIA DE LA CIENCIA

Hacía tiempo que tenía ganas de leer este libro y el comentario que leí sobre él en El templo de la Ciencia —otro día me ocuparé de éste— me inclinó a no demorarlo más.

John Gribbin, profesor de Astronomía y astrofísico en activo, ha compuesto una buena historia sin ser historiador y los recovecos de la Ciencia, no sólo los de la Física, los domina con absoluta soltura. Tiene muy claro que las contribuciones al desarrollo científico las realiza cada investigador como individuo, y por eso el libro tiene un hilo conductor biográfico; pero sabe perfectamente que la ciencia en sí misma es esencialmente impersonal, tiene su propio desarrollo independientemente de la biografía de sus protagonistas.

Con este planteamiento logra transmitirnos la idea de que los conocimientos avanzan paso a paso, gradualmente, gracias a la superposición de unos sobre otros, gracias al cúmulo de nuevos saberes que van facilitando la tarea de las generaciones siguientes. Es evidente que no comparte la idea de Thomas Khun sobre los procesos revolucionarios en el campo del conocimiento científico.

Dejando aparte las opiniones sobre cómo progresa el pensamiento científico, el texto tiene un valor fundamental en cuanto que transmite con gran eficacia la emoción del descubrimiento. Es este uno de los objetivos de Gribbin y con esta idea cierra el libro: Lo que motiva a los grandes científicos no es la sed de fama o fortuna (...), sino lo que Richard Feynman llamó "el placer de descubrir cosas", un placer tan satisfactorio que muchos de aquellos grandes científicos, desde Newton a Cavendish y desde Charles Darwin hasta el propio Feynman, ni siquiera se preocupaban por publicar sus hallazgos, salvo cuando sus amigos les presionaban para que lo hicieran. Este placer difícilmente existiría si no hubiera verdades que descubrir. (p 501).

El libro, claro, comienza su andadura en el siglo XVI, pues es a partir de entonces cuando podemos hablar propiamente de ciencia o, dicho con mayor precisión, cuando empiezan a atisbarse los primeros pasos del método científico, en el que tanto tuvo que ver el gran Galileo. Se cierra con los últimos descubrimientos en torno al ADN (Química, Biología) y el acrónimo CHON (Física y Astrofísica). Todo un apasionante viaje por el mundo del conocimiento científico.

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