domingo, 2 de septiembre de 2018

DIOS MÍO, ¿POR QUÉ NO SE ME HABRÁ OCURRIDO A MÍ ANTES?

Lichtenstein. Fuente: MOMA.
Triunfar en el mundo del arte es algo profundamente sutil y alejado del conocimiento general de los humanos. Ni tan siquiera estar dentro de ese mundo garantiza poder discriminar entre un trabajo bueno, original, novedoso... y un trabajo que va a formar parte del exclusivo mundo de los que terminan ilustrando las páginas de un manual de arte.

Roy Lichtenstein no andaba muy sobrado cuando presentó a Leo Castelli, el influyente propietario de la galería del mismo nombre, sus dibujos sobre Mickey Mouse y Donald, y que Castelli aceptó de forma inmediata para organizar una exposición.

Lichtenstein. Fuente: National Gallery of Art.
Por aquel entonces, 1961, Warhol también andaba pintando tiras cómicas, y también acudió al prestigioso Castelli. Cuando este le enseñó lo que Lichtenstein había hecho, el creador de las latas cambell y las marylin pensó: "Dios mío, ¿por qué no se me habrá ocurrido a mí antes". En aquel mismo momento pensé que, como Roy hacía unos cómics tan buenos, yo los abandonaría completamente y seguiría en una dirección en la que pudiera llegar el primero, por ejemplo, la de la cantidad y la repetición.


Los trabajos de Warholl no es que fueran peores que los de Lichtenstein, pero no tenían puntitos. Si agrandáis la imagen de Donald y Mickey, podréis ver que tanto los ojos del pato como la cara del ratón están rellenas de puntitos. Son los famosos puntos Ben-Day, de Benjamin Henry Day Jr. (1838-1916), impresor e ilustrador, quien los utilizó por primera vez para crear sombreados y colores secundarios en la tira cómica.

Esa característica trama de puntos creció, se desarrolló, ocupó la mayor parte de la obra del artista, por lo menos hasta los años 70, y se convirtió en la marca típica de Lichtenstein, tanto si nos recordaba las tiras de un cómic


Fuente: Amazon
como si no.
Fuente: Duc Tay Gallery
Y es que a veces —¿o debería decir casi siempre?— la diferencia entre el recuerdo y el olvido ni tan siquiera depende de una delgada línea, sino de un pequeño e inaprensible punto.

***

sábado, 1 de septiembre de 2018

EL CEMENTERIO MARINO

Cementerio marino de Sète. Tumba de Paul Valéry
Estando en Montpellier, no podía dejar de acercarme a Sète, lugar de nacimiento de Paul Valéry —también de Brassens—, y donde fue enterrado, precisamente, en el conocido como cementerio marino. Y ese es el título de su más famoso poema, que tiene como centro temático el lugar que tan bien conocía y que le sirvió de inspiración. 

Hay muchas traducciones del poema. Tanto la de Sologuren como la de Guillén me gustan mucho. Las tomo de la selección que preparé en su día para las tertulias irunesas. Cada estrofa va dentro de un recuadro de la tabla. Ofrecer las vos versiones en paralelo me obliga a utilizar un tipo de letra más pequeño. 

EL CEMENTERIO MARINO
Versiones de Javier Sologuren y Jorgen Guillén

¡Oh alma mía, no aspires a la vida inmortal, 
pero agota toda la extensión de lo posible.

PÍNDARO, PÍTICAS III.
Calmo techo surcado de palomas,
palpita entre los pinos y las tumbas;
mediodía puntual arma sus fuegos
¡El mar, el mar siempre recomenzado!
¡Qué regalo después de un pensamiento
ver moroso la calma de los dioses!
Ese techo, tranquilo de palomas,
Palpita entre los pinos y las tumbas.
El Mediodía justo en él se enciende
El mar, el mar, sin cesar empezando…
Recompensa después de un pensamiento:
Mirar por fin la calma de los dioses.
¡Qué obra pura consume de relámpagos
vario diamante de invisible espuma,
y cuánta paz parece concebirse!
Cuando sobre el abismo un sol reposa,
trabajos puros de una eterna causa,
el Tiempo riela y es Sueño la ciencia.
¡Qué labor de relámpagos consume
Tantos diamantes de invisible espuma,
Y qué paz, ah, parece concebirse!
Cuando sobre el abismo un sol reposa,
Trabajos puros de una eterna causa,
Refulge el tiempo y soñar es saber.
Tesoro estable, templo de Minerva,
quietud masiva y visible reserva;
agua parpadeante, Ojo que en ti guardas
tanto sueño bajo un velo de llamas,
¡silencio mío!... ¡Edificio en el alma,
mas lleno de mil tejas de oro. ¡Techo!
Tesoro estable y a Minerva templo,
Masa de calma y visible reserva,
Agua parpadeante, Ojo que guardas
Bajo un velo de llama tanto sueño,
¡Oh, mi silencio! En el alma edificio,
Mas cima de oro con mil tejas, Techo.
Templo del Tiempo, que un suspiro cifra,
subo a ese punto puro y me acostumbro
de mi mirar marino todo envuelto;
tal a los dioses mi suprema ofrenda,
el destellar sereno va sembrando
soberano desdén sobre la altura.
¡Templo del Tiempo, que un suspiro cifra!
A esta pureza subo y me acostumbro,
De mi marina mirada ceñido.
Como mi ofrenda suprema a los dioses,
El centelleo tan sereno siembra
En la multitud soberano desdén.
Como en deleite el fruto se deslíe,
como en delicia truécase su ausencia
en una boca en que su forma muere,
mi futura humareda aquí yo sorbo,
y al alma consumida el cielo canta
la mudanza en rumor de las orillas.
Como en fruición la fruta se deshace
Y su ausencia en delicia se convierte
Mientras muere su forma en una boca,
Aspiro aquí mi futura humareda,
Y el cielo canta al alma consumida
El cambio de la orilla en sus rumores.
¡Bello cielo real, mírame que cambio!
Después de tanto orgullo, y de tanto
extraño ocio, mas pleno de poderes,
a ese brillante espacio me abandono,
sobre casas de muertos va mi sombra
que a su frágil moverse me acostumbra. 
Mírame a mí, que cambio, bello cielo.
Después de tanto orgullo y tan extraña
Ociosidad, mas llena de potencia,
A este brillante espacio me abandono:
Sobre casas de muertos va mi sombra,
Que me somete a su blando vaivén.
A teas del solsticio expuesta el alma,
sosteniéndote estoy, ¡oh admirable
justicia de la luz de crudas armas!
Pura te tomo a tu lugar primero:
¡mírate!... Devolver la luz supone
taciturna mitad sumida en sombra.
A teas de solsticio el alma expuesta,
Yo te sostengo, admirable justicia
De la luz: luz en armas sin piedad.
A tu lugar, y pura, te devuelvo,
Mírate. Pero… Devolver las luces
Una adusta mitad supone en sombra.
Para mí solo, a mí solo, en mí mismo,
un corazón, en fuentes del poema,
entre el vacío y el suceso puro,
de mi íntima grandeza el eco aguardo,
cisterna amarga, oscura y resonante,
¡hueco en el alma, son siempre futuro!
Para mí solo, en mí solo, en mí mismo
Y junto a un corazón, del verso fuente,
Entre el vacío y el suceso puro,
De mi grandeza interna espero el eco:
Es la amarga cisterna que en el alma
Hace sonar, futuro siempre, un hueco.
Sabes, falso cautivo de follajes,
golfo devorador de enjutas rejas,
en mis cerrados ojos, deslumbrantes
secretos, ¿qué cuerpo hálame a su término
y qué frente lo gana a esta tierra ósea?
Una chispa allí pienso en mis ausentes.
¿Sabes, falso cautivo de las frondas,
Golfo glotón de flojos enrejados,
Sobre mis ojos, fúlgidos secretos
Qué cuerpo al fin me arrastra a su pereza,
Qué frente aquí le inclina a tierra ósea?
Una centella piensa en mis ausentes.
Sacro, pleno de un fuego sin materia;
ofrecido a la luz terrestre trozo,
me place este lugar alto de teas,
hecho de oro, piedra, árboles oscuros,
mármol temblando sobre tantas sombras;
¡allí la mar leal duerme en mis tumbas!
Cerrado, sacro —fuego sin materia—
Trozo terrestre a la luz ofrecido,
Me place este lugar: ah, bajo antorchas,
Oros y piedras, árboles umbríos,
Trémulo mármol bajo tantas sombras.
El mar fiel duerme aquí, sobre mis tumbas.
¡Al idólatra aparta, perra espléndida!
Cuando con sonrisa de pastor, solo,
apaciento carneros misteriosos,
rebaño blanco de mis quietas tumbas,
¡las discretas palomas de allí aléjalas,
los vanos sueños y ángeles curiosos!
¡Al idólatra aparta, perra espléndida!
Cuando, sonrisa de pastor, yo solo
Apaciento, carneros misteriosos,
Blanco rebaño de tranquilas tumbas,
Aléjame las prudentes palomas,
Los sueños vanos, los curiosos ángeles.
Llegado aquí pereza es el futuro,
rasca la sequedad nítido insecto;
todo ardido, deshecho, recibido
en quién sabe qué esencia rigurosa...
La vida es vasta estando ebrio de ausencia,
y dulce el amargor, claro el espíritu.
El porvenir, aquí, sólo es pereza.
Nítido insecto rasca sequedades.
Quemado asciende por los aires todo:
¿en qué severa esencia recibido?
Ebria de esencia al fin, la vida es vasta,
Y la amargura es dulce, y claro el ánimo.
Los muertos se hallan bien en esta tierra
cuyo misterio seca y los abriga.
Encima el Mediodía reposando
se piensa y a sí mismo se concilia...
Testa cabal, diadema irreprochable,
yo soy en tu interior secreto cambio.
¡Muertos ocultos! Están bien: la tierra
Los recalienta y seca su misterio.
Sin movimiento, arriba, el Mediodía
En sí piensa y conviene consigo…
Testa completa y perfecta diadema,
Y la amargura es dulce, y claro el ánimo.
¡A tus temores, sólo yo domino!
Mis arrepentimientos y mis dudas,
son el efecto de tu gran diamante...
Pero en su noche grávida de mármoles,
en la raíz del árbol, vago pueblo
ha asumido tu causa lentamente.
Yo, sólo yo, contengo tus temores.
Mi contrición, mis dudas, mis aprietos
Son el defecto de tu gran diamante.
Pero en su noche, grávida de mármol,
Un vago pueblo, entre raíces árboles,
Por ti se ha decidido lentamente.
En una densa ausencia se han disuelto,
roja arcilla absorbió la blanca especie,
¡la gracia de vivir pasó a las flores!
¿Dónde del muerto frases familiares,
el arte personal, el alma propia?
En la fuente del llanto larvas hilan.
Ya se han disuelto en una espesa ausencia,
Roja arcilla ha bebido blanca especie,
El don de vida ha pasado a las flores.
¿Dónde estarán las frases familiares,
El arte personal, las almas únicas?
En las fuentes del llanto larvas hilan.
Agudo gritos de exaltadas jóvenes,
ojos, dientes, humedecidos párpados,
el hechicero seno que se arriesga,
la sangre viva en labios que se rinden,
los dedos que defienden dones últimos,
¡va todo bajo tierra y entra al juego!
Gritos, entre cosquillas, de muchachas
Ojos y dientes, párpados mojados,
Seno amable que juega con el fuego,
Sangre que brilla en labios que se rinden,
Últimos dones, dedos defensores:
Bajo tierra va todo y entra en juego.
Y tú, gran alma, ¿un sueño acaso esperas
libre ya de colores del engaño
que al ojo camal fingen onda y oro?
¿Cuando seas vapor tendrás el canto?
¡Ve! ¡Todo huye! Mi presencia es porosa,
¡la sagrada impaciencia también muere!
¿Y aún esperas un sueño, tú, gran alma,
Que ya no tenga este calor d embuste
Que a nuestros ojos muestran ondas y oro?
¿Cantarás cuando seas vaporosa?
Todo huye, bah. Porosa es mi presencia,
Y también la impaciencia santa muere.
¡Magra inmortalidad negra y dorada,
consoladora de horroroso lauro
que maternal seno haces de la muerte,
el bello engaño y la piadosa argucia!
¡Quién no conoce, quién no los rechaza,
al hueco cráneo y a la risa eterna!
Flaca inmortalidad dorada y negra,
Consoladora de laurel horrible,
Que en seno maternal cambias la muerte:
Bello el embuste y el ardid piadoso.
¡Quién no sabe y no huye de ese cráneo
Vacío, de esa risa sempiterna!
Deshabitadas testas, hondos padres,
que bajo el peso de tantas paladas,
sois la tierra y mezcláis nuestras pisadas,
el roedor gusano irrebatible
para vosotros no es que bajo tablas
dormís, ¡de vida vive y no me deja!
Hondos padres, deshabitadas testas,
Que sois la tierra y confundís los pasos
Bajo el peso de tantas paletadas:
No es para los durmientes bajo losas
El roedor gusano irrefutable,
Que no me deja a mí. De vida vive.
¿Amor quizás u odio de mí mismo?
¡Tan cerca tengo su secreto diente
que cualquier nombre puede convenirle!
¡Qué importa! ¡Mira, quiere, piensa, toca!
¡Agrádale mi carne, aun en mi lecho,
de este viviente vivo de ser suyo!
¿Acaso amor, o el odio de mí mismo?
Tan cerca siento su secreto diente
Que puede convenirle todo nombre.
No importa. Siempre sueña, quiere, toca,
Ve: le gusta mi carne. ¡Yo, yo vivo,
Ay, de pertenecer a este viviente!
¡Zenón! ¡Cruel Zenón! ¡Zenón de Elea!
¡Me has traspasado con tu flecha alada
que vibra, vuela y no obstante no vuela!
¡Su son me engendra y mátame la flecha!
¡Ah! el sol... ¡Y qué sombra de tortuga
para el alma, veloz y quieto Aquiles!
¡Zenón, cruel Zenón, Zenón de Elea!
Me has traspasado con la flecha alada
Que vibra y vuela, pero nunca vuela.
Me crea el son y la flecha me mata.
¡Oh sol, oh sol! ¡Qué sombra de tortuga
Para el alma: si en marcha Aquiles, quieto!
¡No! ¡No!... ¡De pie! ¡En la era sucesiva!
¡Cuerpo mío, esta forma absorta quiebra!
¡Pecho mío, el naciente viento bebe!
Una frescura que la mar exhala,
ríndeme el alma... ¡Oh vigor salado!
¡Ganemos la onda en rebotar viviente!
No, no, no de pie. La era, sucesiva.
Rompa el cuerpo esta forma pensativa.
Beba mi seno este nacer del viento.
Una frescura, del mar exhalada,
Me trae mi alma. ¡Salada potencia!
¡A revivir en la onda, corramos!
¡Sí! Inmenso mar dotado de delirios,
piel de pantera, clámide horadada
por los mil y mil ídolos solares,
hidra absoluta, ebria de carne azul,
que te muerdes la cola destellante
en un tumulto símil al silencio.
Sí, mar, gran mar de delirios dotado,
Piel de pantera y clámide calada
Por tantos, tantos ídolos del sol,
Ebria carne azul, hidra absoluta,
Que te muerdes la cola refulgente
En un tumulto análogo al silencio.
¡Se alza el viento!... ¡Tratemos de vivir!
¡Cierra y abre mi libro el aire inmenso,
brota audaz la ola en polvo de las rocas!
¡Volad páginas todas deslumbradas!
¡Olas, romped con vuestra agua gozosa
calmo techo que foques merodean!
El viento vuelve, intentamos vivir
Abre y cierra mi libro al aire inmenso,
Con las rocas se atreve la ola en polvo.
Volad, volad, páginas deslumbradas.
Olas, romped gozosas el tranquilo
Techo donde los foques picotean.

EL CIELO NOCTURNO, SEPTIEMBRE 2018

Nebulosa IRAS 05437+2502. Fuente: NASA.

  • PLANETAS: Mercurio se ve durante la primera semana en el horizonte E antes de la salida del Sol. Venus es visible a la caída del Sol sobre el horizonte OSO, aunque su altura se va reduciendo a medida que avanzan los días. Marte se durante la mayor parte de la noche situado en Capricornio. Júpiter se ve a partir del crepúsculo vespertino durante la primera parte de la noche la constelación de Libra. Saturno se ve durante la primera parte de la noche en Sagitario.
  • LUNA: nueva el día 9; llena, el 25. 
  • CAMBIO DE ESTACIÓN: el 23 de septiembre comienza el otoño en el hemisferio norte y la primavera en el hemisferio sur.
  • EEI: para saber dónde y cuándo mirar, consultad en este enlace.

Y ahora disfrutad con los vídeos preparados por Fernando Beltrán para La costa de la Estrellas:



viernes, 31 de agosto de 2018

RECUERDO DE LEÓN FELIPE A LOS CINCUENTA AÑOS DE SU MUERTE

Documentos rne puso en antena anteayer, miércoles 29, un fantástico documental de casi una hora de duración. Muy bien realizado y ambientado, es un auténtico regalo para quien esté interesado en la vida y en la obra de León Felipe, fallecido el 18 de septiembre de 1968 en Ciudad de México. En él colaboran auténticos especialistas como Fanny Rubio, Jorge Urrutia y Gonzalo Santonja

Además, del archivo sonoro han rescatado las voces de destacados amigos y grandes conocedores, en todos los sentidos, del poeta zamorano: el premio nobel mexicano, Octavio Paz; su biógrafo, Luis Rius; y los poetas, Leopoldo de Luis y Francisco Giner de los Ríos. Todos ellos relatan sus vivencias personales con él y sus valoraciones literarias.

Y para que no falte nada, también está presente la voz del poeta, gran lector de su propia obra, como probó numerosas veces en los recitales que dio por medio mundo. Aunque si queréis oír en extensión su voz, en el espacio León Felipe por él mismo están recogidos una veinte de poemas. Por otra parte, La Biblioteca Nacional, bajo el título de El poeta del roto violín mantiene una muestra bibliográfica con más de 30 obras hasta el 14 de septiembre.

Y ahora, disfrutad del programa.


VOIX VIVES 2018, TOLEDO




To(le)do es poesía un año más. 

El programa es tan extenso y tan intenso que no puedo hacer nada más que dejarlo enlazado. Y para quien tema perderse, que no se preocupe, el programa tiene un mapa con los espacios donde se realiza algún evento.

jueves, 30 de agosto de 2018

ARTE URBANO EN MONTPELLIER

Rue Ernest Michel, 35
Entre la decoración a lo Mondrian de la fachada de esta casa de vecinos y la incrustación de vehículos en las paredes, hay grandes diferencias de estilo y de propuestas. Sin embargo, es la variedad de elementos lo que dota a la ciudad de un atractivo especial para callejear en busca de sorpresas y buscar los elementos que a cada cuál más le gusten. 

Rue de Verdun, 29
He dejado en este enlace una pequeña muestra de las diferentes tendencias y artistas que proliferan por la ciudad.

CUADERNO DE CALATAÑAZOR, de Lorenzo Soler

Hubo un tiempo en que me dediqué a montar recitales con mucha ilusión y bastante descaro. Lo hacía en mi lugar de residencia y también en otras ciudades. Solía ocurrir que veía un espacio, abierto o cerrado, e imaginaba qué tipo de poesía podía sonar en él. Calatañazor, con su batalla real o imaginaria, su ambiente medieval e incluso su aroma a madera quemada y asado impregnando la atmósfera de cualquier época del año que no sea verano, me pedía a gritos un recital con romancero y guitarra. Hubo suerte y lo hicimos.

Después estuvimos cenando allí mismo con quienes tan gratamente nos habían acogido. Lorenzo Soler, a quien conocí allí, me obsequió con un poemario suyo que, por desgracia, quedó olvidado entre el desorden de mi casi perdida biblioteca. Ayer lo recuperé. Sirva esta mención como gesto de agradecimiento al autor y a todos cuantos un lejano día de un año que ya no recuerdo cuál fue nos acogieron con benevolencia y simpatía en su tierra.

Compruebo con alegría que todavía se puede adquirir algún ejemplar y que el autor, cineasta, mantiene una página donde poder saber de él y de su obra. En el "A modo de preámbulo" explica qué es lo que le une a Calatañazor y su deseo de que tenga un futuro más allá de "simple coto de veraneantes". El poemario es todo él un hermoso canto a las muchas bellezas de esa tierra soriana.

EL BARCO DE PIEDRA

Fuiste hija del mar
                        y sabe
                        a algas
                        tu trigal.

Barra de timón,
mascarón de proa,
bajel varado.

                         Acantilado.
¿Dónde la humedad
de tu escondido seno brota?


Las amapolas guardan el secreto.


Fuente: clubrural.com

POEMA DEL ROMERO

Es hacia ti, romero, mi recuerdo.
Náufrago del desierto
te vislumbro más allá de las pirámides adversas
y te siento.
ábrome paso entre los improperios,
rasgo la música hostil de las sirenas
y avanzo en retroceso hacia lo alto.
Toco la tarde aurea con mis manos de ausente
y experimento en gigantesca ola
crucifixión y flores
                          sobre ailagas y cardos.
                          Y el romero.

Oigo una voz.
                          Pregunta:
¿Volverás al silencio de tu almena?
¿Cómo se anuncia tu paso y tu delirio?
¿Tendrás sesenta años cada aurora?

Ciego y mudo ante los muros que enhebran mi destierro
lloro y callo las ausencias.
Aspavientos fabrico con mis manos
para ahuyentar la pena perniciosa.

¡Romero de Castilla sufriendo la inclemencia del rocío!
Aquí, entre mis omóplatos
vivo el devaneo de tu ausencia 
                        que me apena.

Es hacia ti, romero, tu recuerdo.

                        Tu recuerdo.


Gracias, Lorenzo. Gracias, Calatañazor.

miércoles, 29 de agosto de 2018

NEUROPOLÍTICA, TOXICIDAD E INSOLVENCIA DE LAS GRANDES IDEAS

ED Libros
Las dos citas con que se abre el preámbulo son suficientemente explícitas y perfectamente adecuadas al tema que se desarrolla: En política, como en religión, no se exige un nivel de conocimiento para expresar una opinión; bastan las convicciones firmes (Hoffman, J. y Graham, P.). La gente suele estar orgullosa de sus creencias políticas: tendemos a pensar que son el resultado de algún proceso racional al evaluar el mundo que nos rodea (John Hibbing).

El catedrático de psiquiatría Adolf Tobeña utiliza las herramientas de investigación y análisis que mejor conoce —los avances y técnicas de la neurociencia—para demostrarnos cómo aquello que creemos fundamentado en un sesudo análisis de la realidad, nuestra particular visión del mundo y las opiniones que de él tenemos, en muchas ocasiones, dependen más de nuestros genes que de una puesta en funcionamiento de nuestras capacidades racionales. 

Eso, por un lado. Por otro, va exponiendo con meridiana claridad el daño que pueden llegar a ocasionar el sostenimiento y la defensa de las grandes ideas al desarrollo de una sociedad. Muchos otros pensadores nos lo habían advertido y habían denunciado el funcionamiento de las ideologías como religiones, con sus dogmas y sus ritos. No es la primera vez que se nos advierte sobre el peligro de la concepciones utópicas que acaban invariablemente en grandes baños de sangre y opresión. Tobeña nos lo cuenta desde el funcionamiento del cerebro.

Lo relevante es garantizar la fortaleza de la sociedad abierta. Y eso solo vendrá, sospecho, de la incorporación creciente de la exigencia de la metodología científica en todas las áreas que así lo permitan, tanto en los procesos que conducen a las propuestas de elaboración y corrección legisladora, como en la gestión ejecutiva con rendimiento regular de resultados. Es decir, de ir inculcando, de manera sistemática, las vacunas del empirismo para no dar cancha a la seducción y el arrastre de los "grandes principios" (p 226).

El único problema, y Tobeña bien lo sabe, es que el amor es ciego, y lo que puede resultar una gran cualidad para estrechar y poner las bases de una vida en pareja, puede ocasionar una catástrofe en el desarrollo político de las sociedades. Esperemos que en estos asuntos haya cada vez menos gente enamorada y más pasión racional. Y que el otoño caliente que se nos anuncia sea más bien un fresco y sosegado otoño.

martes, 28 de agosto de 2018

ELI TOLARETXIPI EN LA CASA DEL LIBRO DONOSTIARRA

Trea
Trea
Trea
Reanudamos en septiembre las tertulias de la Casa del Libro —día 7, 19:00— y por fortuna para quienes participamos en ella podremos contar con la presencia de la autora, Eli Tolaretxipi.


Además de su labor como creadora, de la que dejo aquí muestra a través de las portadas de sus poemarios publicados hasta la fecha, ha traducido Sylvia Plath, Elizabeth Bishop, Aurelia Arkotxa, Patti Smith, Menna Elfyn y Tess Gallagher.


              
LENGUAJE

La incomunicación es grandiosa,
absoluta, muy superior al silencio.
El discurso fluye como un río lento,
caudaloso, oscuro. No se ve lo que
pasa por debajo. A flote, nada que
consuele. Alguna rama de árbol de
otra historia. La turbiedad sirve
para ignorar el movimiento de
alcohol, de dinero. Se mencionan
el paisaje, el clima, lo que da de sí
el viento. 


                    De Edgar.




IV


Se escabulle quien escribe
se refugia sin detenerse en lugares que se escapan.
Brisa y aliento en la bolsa de los microbios.
Mar, luna, irreconocibles.
Ruidos del bosque, de ramas,
pisadas disparejas
resuenan y ahogan,
desplazan y barren.
a atención se mueve
entre los ruidos
y en el cuidado de la caligrafía,
letras que miran a un lado y a otro.
El poema es interno.
Sale como un líquido entrecortado.
Hay un adentro y se desparrama ahí,
abierto, sin cerrar nada.

                  De Incidental.