"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
martes, 22 de noviembre de 2022
VIVIR, CONOCER, VIAJAR. VAMOS A ELLO
sábado, 2 de octubre de 2021
NOX, de Anne Carson
Vaso Roto. Traducción: Jorge Esquinca. 192 páginas. 45€. |
Nox es el libro-poemario-epitafio-homenaje que Anne Carson dedicó a su hermano mayor, Michael, cuando ya llevaba cinco años muerto. En él se recogen los textos de la poeta y también fotografías, fragmentos de cartas, dibujos, collages, documentos varios y hasta entradas de diccionario. El libro no es propiamente un libro al uso, sino una larguísima hoja de papel plegada a manera de fuelle o acordeón, aunque se puede leer/ver como cualquier otro libro, es decir, pasando páginas. El vídeo de la editorial os dará una idea clara.
El primer texto que aparece es el de Catulo, en latín. Luego están, en las páginas de la derecha, cuanto tiene que ver con su hermano de una forma u otra —reflexiones, poemas, recortes, postales, cartas, fotografías...—. En las páginas de la izquierda se van sucediendo una tras otra todas las entradas del diccionario de latín que recogen las palabras que conforman el poema 101, pero en muchas de ellas hay bastante más información que el mero significado. No en vano, Carson ha sido profesora de estudios clásicos.
miércoles, 21 de octubre de 2020
POETAS DE GRECIA Y ROMA
Editorial |
Esteban Torre, escritor, investigador y catedrático emérito de la Universidad de Sevilla, se ha encargado de seleccionar y traducir 40 poemas, solo 40 poemas, de siete poetas griegos y siete latinos: Homero, Hesíodo, Safo, Píndaro, Sófocles, Teócrito, el pseudo-Anacreonte, Catulo, Virgilio, Horacio, Tibulo, Propercio, Ovidio y el pseudo-Ausonio. Una especie de antología mínima y esencial de esos textos que ninguna persona medianamente culta debería desconocer.
Además, todos y cada uno de los autores vienen introducidos por una presentación muy eficaz; breve, pero intensa. De esas que despiertan las ganas de saber más. Se cierra el volumen con un glosario onomástico y mitológico que puede servir de ayuda ante cualquier dificultad que surja durante de la lectura.
Pero si eres de esas personas que conoces bien la poesía clásica greco-latina, esta antología también es un hermoso regalo por la traducción actual y elegante, por la selección verdaderamente acertada y porque es una edición muy cuidada, como si se tratara de cualquier otro libro de poesía actual. Una forma de tener a mano esos textos que solemos consultar muy a menudo, sin el envoltorio de la edición erudita.
Os dejo el último poema de la selección:
COLLIGE, VIRGO, ROSAS
De rosis nascentibus
Era la primavera
y, en el amanecer azafranado,
el día respiraba con dulzura
tras un frío punzante.
Una atrevida brisa
Hay un solo rocío,
Siento, Naturaleza,
jueves, 30 de abril de 2020
TADEUSZ ZIELINSKI, LA PASIÓN POR COMUNICAR
Allí, en el apartado bibliográfico, tropiezo con un par de párrafos absolutamente magistrales, modelo de escritura y de divulgación. Pertenecen a T. Zieliński y traducidos, supongo, por Antonio Alatorre, que es quien tradujo el libro de Highet.
De Zieliński leí con enorme placer el único libro suyo que hay en castellano, Historia de la civilización antigua. Gracias a él descubrí —esto es anecdótico— cómo multiplicaban y dividían los antiguos egipcios. Una joya de libro.
Pero vayamos con los párrafos, que son un modelo de cómo hay que escribir divulgación para hacer atractivo lo que se explica sin perder ni un ápice de todo el conocimiento que hay detrás de ese trabajo:
Quien tenga la dicha de caminar por alguna de esas grandes calzadas que desde tiempos antiquísimos han sido para la humanidad arterias vitales de intercambio —las que conducen de la planicie lombarda hacia el norte y el oeste pasando por los Alpes—, experimentará una sensación inolvidable: le parecerá haber tocado con sus dedos el pulso mismo de la historia universal. Todos los tiempos han dejado su recuerdo en esas calzadas: aquí nos encontramos con una atalaya romana que nos habla de las campañas de Marco Aurelio; allá con un castillo señorial que nos evoca la visita de algún Hohenstaufen a tierras extranjeras; este barranco recuerda a Haníbal; ese pantano, a Napoleón; aquel puente, a Suvarof; un epigrama de Catulo inmortalizó ese lago; un terceto de Dante aquel valle; una página de diario de Goethe, este panorama; en el peñasco de más allá se alberga, como pájaro extraviado, el recuerdo de los amores infelices de Tristán e Isolda.
Pero no, no nos está hablando de las calzadas romanas; el libro va de Cicerón y de su influencia a través de los siglos —Cicero im Wandel der Jahrhunderte—. Sigamos leyendo:
Una sensación análoga experimenta quien lee a Cicerón [está hablando de leerlo en latín], si es alguien que conoce la historia; y esa experiencia bastará por sí sola para revestir a Cicerón de un valor afectivo incomparable —aun admitiendo que sus caricaturistas tengan razón en cuanto dicen sobre su valor efectivo—. Esta idea la tenía San Jerónimo encerrada en su corazón, a pesar de su juramento; con aquella se esforzó Diderot por combatir la "superstición" de la posteridad. Ese pensamiento cautivaba a Petrarca; aquel conmovió "mucho y hondamente" a Lutero en medio de sus atormentadas dudas. Esta es la perla que Bossuet engastó en el oro de su estilo; ese es el brillante acero con que fraguó su daga un jacobino. Esta frase ganó para el patriarca de Ferney una sonrisa mundana de labios de sus lindas admiradoras; aquella hizo llorar a los espantados jueces de Luis XVI. Es, ciertamente, un placer único e imborrable; pero es preciso no retroceder ante el esfuerzo que requiere, pues no se puede negar que existen senderos por los cuales se camina con más facilidad que por una vieja calzada romana.
Si es que entran ganas de aprender latín de verdad para poder sucumbir en la prosa de Cicerón, y alemán para poder leer el libro de Zieliński entero. Esta es la diferencia entre quien llena de conocimientos sus libros y quien coge todos esos conocimientos y los llena de vida.
viernes, 7 de febrero de 2020
CATULO (guía rápida)
Editorial |
Editorial |
Si alguien desea adentrarse en los pormenores biográficos y descubrir qué hay y qué no hay de realidad en su relación con la Lesbia de sus poemas, Luis Antonio de Villena publicó una biografía del poeta en 1979, si bien casi todas las ediciones (serias) de su obra ofrecen datos suficientes para hacernos con una idea más que general.
Para una visión de la literatura latina, una obra de consulta siempre es un buen recurso, además de una ayuda para contextualizar y establecer relaciones. La de Cátedra —pero hay más— me parece una historia muy solvente y completa, está redactada por auténticos especialistas y, además, se encuentra en cualquier librería o biblioteca (incluso es prestable). Más breve, y de bolsillo, la Historia de la literatura romana, de Ludwig Bieler, es una excelente "síntesis".
Pero todo esto no es nada si no se lee al poeta, así es que, Lesbia mía, vamos a ello:
Vivir, Lesbia, y amar. Vamos a ello.
martes, 14 de enero de 2020
LÍRICA GRIEGA (ANTIGUA)
A grandes rasgos, la poesía lírica griega puede dividirse en cuatro grupos, más o menos, en este orden temporal: elegíaca, yámbica, coral y monódica —para más detalles, se puede consultar la Historia de la literatura griega—. Las circunstancias históricas y la proliferación de nuevas voces hacen que se produzcan cambios profundos en la poesía griega. Surgen poetas como Anacreonte, Arquíloco, Píndaro, o Safo que adquieren gran resonancia en la antigüedad y que tienen una indudable influencia en la posterior literatura latina, como es el caso de la poeta de Lesbos, imitada por Catulo y Ovidio. ¡Lástima que se conserven tan pocos textos y tan incompletos!
Existen numerosas traducciones y antologías de la lírica griega, algunas las podéis encontrar completas en internet, y, desde luego, todas las bibliotecas disponen en sus fondos, en mayor o menor medida, de ellas.
sábado, 5 de octubre de 2019
CALENDARIO DE TERTULIAS 2020 EN LA BIBLIOTECA CBA
7
ENERO
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4
FEBRERO
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3
MARZO
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Poesía
latina: Catulo.
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7
ABRIL
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Poesía
latina: Virgilio.
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5
MAYO
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Poesía
latina: Horacio.
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2
JUNIO
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6
OCTUBRE
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3
NOVIEMBRE
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1
DICIEMBRE
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El próximo año nos vamos al origen de la poesía en todos los rincones del planeta. Bucearemos entre las raíces del sentido de la palabra poética. Intentaremos averiguar por qué el proceso de su escritura implica conciencia del tiempo y de sus límites. Procuraremos descubrir la razón de los dos sentidos que Robert Graves decía que tenía la poesía para quien la crea: La fusión inesperada, en la mente, de ideas en apariencia contradictoria, o bien como el intento, más o menos deliberado (...) de imponer una ilusión de experiencia real en las mentes ajenas (On English poetry).
O acaso, como escribía Lu Ji tres siglos antes de nuestra era, fuera de la tradición occidental, en su "Prosopoema del arte de la escritura":
El proceso. Así es el comienzo: se interioriza la visión, se adentran los sonidos. Se demora el pensamiento y todo se interroga.
El alma galopa hacia los ocho confines del espacio. El espíritu vaga errante por alturas infinitas.
Al acercarse, la emoción poco a poco se convierte en luz. Las cosas se reflejan e intercambian su claridad.
Y es que al beber la esencia de las palabras dichas y escritas, paladearás el muy dulce sabor de los Clásicos.
Cual la generación de las hojas, así la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generación humana nace y otra perece (Canto VI, 145).
martes, 24 de septiembre de 2019
UNA PROPUESTA PARA LAS TERTULIAS IRUNESAS
Fuente: Noticias de Gipuzkoa |
¿seguimos como hasta ahora o procedemos de una manera sistemática y comenzamos el año 2020 realizando un recorrido histórico por la poesía mundial desde sus orígenes hasta el presente?
1. Poesía griega arcaica: Homero y Hesíodo (enero).
2. Poesía griega arcaica: De Arquíloco a Calímaco (febrero).
3. Poesía latina: Catulo (marzo).
4. Poesía latina: Virgilio (abril).
5. Poesía latina: Horacio (mayo).
6. Poesía latina: Propercio, Ovidio y Marcial (junio).
7. Poesía árabe: De Abu Nuwas a Ibn Zaydun (octubre).
8. Poesía clásica china (noviembre).
9. Poesía clásica japonesa (diciembre).
lunes, 17 de marzo de 2014
AURORA LUQUE, 2
Otro recurso atractivo, aunque un poco escaso, son los vídeos realizados por cervantesvirtual. Dos de ellos son una brevísima entrevista con la poeta; los otros tres recogen la grabación de sendos poemas: Aviso de correos, El oro de Klimt y Oda a la lentitud.
Vimeo por su parte recoge cuatro poemas grabados en vídeo durante las Jornadas de Poesía en el Corral de Comedias de Alcalá de Henares del año 2011. Este año, por cierto, ha vuelto a ser invitada.
Y de La siesta de Epicuro os dejo este juguetón poema donde se mezclan los versos clásicos con la cotidianidad más feroz de la "prensa del corazón".
LESBIA HOY
y uno sale nublado, mi Catulo.
Pasemos del acoso de chismólogos:
sus ladridos no valen medio euro.
Se enciende cada día el espectáculo.
Nuestros focos, en cambio, firman breves
contratos con la luz. Y luego llega
el apagón molesto de la muerte.
Dame mil besos, hazme mil caricias,
te haré luego otras mil, y luego ciento,
dame un millón de besos, luego otro,
diez mil abrazos, mil noches enteras.
Que sean tantos que a los paparazzi
les revienten las cámaras de fotos.
viernes, 17 de junio de 2011
CRISTÓBAL DE CASTILLEJO
Pues sí, Cristobal de Castillejo existió, tal y como prueba su obra publicada por la Fundación José Antonio de Castro y las antologías de poesía española del Renacimiento.
No llegó a alcanzar el éxito de sus contemporáneos Boscán o Garcilaso, con los que no compartía la tendencia a utilizar las formas que venían de Italia. Sin duda, en eso, se equivocó. Aunque sí trabajó los temas y las ideas nuevas propias de la época.
A mí me gusta especialmente esa especie de traducción del poema de Catulo Da mi basia mille, deinde centum que le quedó así:
Dame, amor, besos, sin cuento,
asida a mis cabellos,
y mil y ciento tras ellos,
y tras ellos mil y ciento,
y después
de muchos millares, tres;
y porque nadie lo sienta,
desbaratemos la cuenta
y contemos al revés.
Podéis leer más poemas suyos pinchando aquí.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
JUAN KRUZ IGERABIDE
Juan Kruz Igerabide estuvo en todo momento amabilísimo e incluso aportó la fotografía que encabeza el texto. Espero que sus respuestas puedan aportar más luz sobre su obra.
He aquí las respuestas y las preguntas:
-Empecemos por el principio. ¿Cómo llegaste a la poesía?
Aterricé en ella de una manera bastante accidentada; fue una especie de aterrizaje forzoso. Mis primeros contactos con ella tuvieron lugar a través de intermediarios (el que más contribuyó fue la música, a lo largo de toda la etapa juvenil; seguía de cerca las creaciones de Ez dok Hamahiru, de Paco Ibañez, De Atahualpa Yupanqui...), pero no logramos constituir una pareja de hecho.
Tras la hecatombe ideológica que cierta gente sufrimos después de la muerte de Franco, sentí que me precipitaba en barrena. Y fue cuando apareció de nuevo ella, pura y deslumbrante incluso en el lodazal. Desde entonces, formamos pareja de lecho.
-Eres posiblemente el poeta vasco más importante en la poesía infantil y juvenil ¿Qué te impulsa a escribir poesía para estas edades?
Le doy poca importancia a la importancia. He visto tanta tontería en el ranking de poetas y escritores, que creo que es urgente desrankingizar (algo así como desratizar) la literatura.
Escribo poesía infantil y juvenil porque es lo mismo que escribir poesía para adultos, con pantalón corto y una piruleta en la boca quizás. Yo estoy haciendo lo mismo en todos los ámbitos: un complicado aforismo encuentra una respuesta en la respiración de un niño asmático que profiere un haiku a la lluvia.
Hoy mismo, un niño vecino que aún toma teta de su madre, repetía un poema "titia bete-bete" (teta llena llenita), y me ha dejado flipado.
Oteiza y los ojos de Asiertxo.
-Hay, si no me equivoco, una constante simbolista en tu obra que se va adelgazando a medida que pasa el tiempo para dejar paso a una mayor presencia de lo cotidiano. ¿Es esta una apreciación correcta? Y, si es así, ¿qué te lleva a dar mayor espacio a la cotidianeidad?
Partí de un concepto muy cerebral del símbolo, quizá excesivamente misterioso. Ahora concibo el símbolo como cada acto de vida convertido en anhelo de duración. Podemos montar andamiajes abstractos complicadísimos en nuestro afán de duración, pero la reverberación de una triste vocal proferida desde las entrañas rebota en los confines del universo y regresa convertida en un soplo de brisa de mar, en el balanceo de una hoja de roble, en la duda de una gota al desprenderse.
El simbolismo me sigue atrayendo (tanto en su vertiente antropológica y tradicional, como en su vertiente poética transgresora), pero lo quiero hecho carne y habitando entre nosotros.
-¿Consideras tu obra y tu estilo dentro de alguna corriente o generación poética?
Me gustaría tal vez, pero no puedo. Me sobrepasa. Tengo buenos amigos poetas, y otros que no quiero como amigos pero sí como poetas. Pero, de corrientes.. ríos de alcohol, a lo sumo. Y como soy abstemio...
Me hubiera gustado crear una corriente sáfico-horaciana con retoques de Catulo, efusiones románticas (Coleridge, Novalis, Hölderlin, y mucho Rilke), deprecaciones simbolistas (Baudelaire, Rimbaud), locuras surrealistas y ultraístas, y el ritmo fluvial y trigal de Mandelstam o Claudio Rodríguez. Pero no ha podido ser, aunque conozco a mucha gente que quiere lo mismo, pero en otro orden. En poesía, el orden de factores sí que altera el producto.
-En algunos poemas hay un diálogo con otros poetas -Lizardi, Aresti, Mirande...- ¿Cuáles son los autores que más te han influido o que más te han estimulado?
Con respecto a la literatura vasca, en mis comienzos tuve mucho contacto con Juan Mari Lekuona, un poeta de verso muy fino y preciso. A Aresti lo llevaba conmigo desde la época juvenil. Pero luego descubrí a otro Aresti, que hablaba desde Aresti, y no desde lo que mi ideología quería escuchar de Aresti. A Mirande lo conocí al mismo tiempo que a Rimbaud y a Baudelaire; no me impactó tanto desde su poética (llegó un poco tarde como poeta maldito), pero sí desde lo que suponía su peculiar "constructo" en el seno de la literatura vasca.
Lizardi ha estado siempre ahí. Había algo en él que no me convencía al principio, y tampoco me convence ahora. Pero su fuerza lírica sigue creciendo sin parar ante mí. Es curioso; en rigor, podría considerársele incluso un poeta torpe; cuando se le traduce, se le cae a uno de las manos. Y sin embargo, sigue aguantando, y algunos de sus versos en euskera quedan grabados hasta el tuétano. Tiene una fuerza lírica descomunal, chapuceada por una ideología castrante. Siempre irá conmigo, aunque a veces me dé calambre.
-Podemos apreciar una constante tanto en los poemas infantiles como en los textos para adultos: la búsqueda de la palabra precisa. ¿Es esta búsqueda la que te ha llevado al haiku y al aforismo?
Estoy más en el río de palabras que en la palabra misma. Busco la línea precisa que adelgace el sentimiento hasta hacerlo prácticamente transparente. Esa es la apuesta. El haiku es un buen género para dicha práctica; es como la pintura zen, pocos trazos y mucha respiración; el vacío que llena.
Con respecto al aforismo, siempre me ha interesado la gente que interpreta la vida de una manera personal y "respondiendo al instante". Una filosofía demasiado sistemática como la que se enseña en las universidades siempre se va quedando atrás en el tiempo, porque carga con demasiado aparato para poder adecuarlo al presente con ligereza y rapidez. Por eso me gusta el aforismo; al fin y al cabo, no decimos cosas muy distintas a las que pudo decir Séneca; pero, al ser fruto del momento, parecen nuevas, frescas como un recién nacido.
-En tu obra podemos ver una gran riqueza estrófica, rítmica y métrica. ¿Qué impulso, razón o sentimiento te lleva a practicar esta polifonía, si me permites denominarla así?
Me atrae sobremanera la polifonía; sin embargo, en la raíz, aprecio sobre todo la monodia. El resultado es polifónico, pero en los instantes concretos estoy cantando monodias.
Por otra parte, el verso libre me ha enseñado que primero está la fuente y luego el recipiente. Mi generación llegó a despreciar los metros clásicos y los de los bertsolaris, porque te obligaban a crear un hermoso recipiente y luego comenzabas a buscar la fuente; pero el recipiente se rompe en la búsqueda, o queda a medio llenar, o vacío del todo.
La poesía infantil me ha devuelto al recipiente. Una vez encontrada la fuente, podemos construir un recipiente adecuado y beber más a gusto. El ritmo, el metro, la estrofa... deben responder a una necesidad del mensaje. Rimar, por ejemplo, luna con cuna puede resultar muy significativo y alcanzar un gran poder de sugerencia. Otro ejemplo podría ser la utilización del soneto para desarrollar una visión que va más allá del concepto pero que se mantiene dentro de unos límites muy precisos, que te obliga a algo así como a condensar una novela en catorce líneas.
-Que no podemos vivir sin la naturaleza es algo evidente, pero en tus textos parece algo mucho más evidente que en la obra de otros poetas contemporáneos. ¿Estás de acuerdo con esta afirmación?
Hay muchos poetas contemporáneos, de todas clases. Colinas, por ejemplo, abarca la naturaleza de cien poetas juntos.
En ese sentido, me sitúo en la línea de Lizardi, Antonio Machado, la tradición japonesa y china y un lago elenco que llega hasta Horacio. Pero, al mismo tiempo, huyo de lo pastoril como de la peste. Para mí, la naturaleza es cruda, y a la vez puro éxtasis que convive con el ruido de la lavadora.
-Siempre aportas una mirada crítica y diferente sobre el mundo en que vivimos, especialmente en los aforismos. ¿Hasta qué punto es precisamente ésta una función del escritor, es decir, hacernos reflexionar sobre nuestro ser y nuestro entorno?
En sentido estricto, no intento hacer reflexionar a nadie. Es como si todo el mundo hubiese reflexionado antes que yo, y yo intentara entablar un diálogo socrático con ellos, no desde la razón sino desde la paradoja. Socrático, en el sentido de que no me trago las mentiras que me cuentan; sin embargo, les aviso que lo mío también es otra mentira más, un escalón más de la escalera que quisiéramos que nos condujese a la verdad. Por eso es paradójica.
-Me parece ver como una marca de tu estilo la reflexión sobre las preocupaciones éticas y existenciales, siempre presentadas con una gran elegancia y sutileza, incluso en los poemas infantiles ¿De dónde surge esta preocupación?
La estética como pura decoración no me interesa; provoca un asombro vano. Me interesan las personas de carne y hueso y sus sufrimientos y alegrías. Los niños son un reflejo nítido de nuestras almas; me atrae lo que van dibujando con sus actitudes y sus palabras. Los mayores tenemos varias capas de pintura y hay que raspar un poco; aunque duela, merece la pena ver el niño que va asomando.
Hoy, una mujer me ha contestado de mala manera en una ventanilla. La he observado a prudente distancia. Sus rasgos eran bellos, pero era como si se hubiera puesto una máscara de hierro. He hurgado en sus ademanes y he descubierto un gran dolor bajo el casco. Me la he imaginado con su amante, y el casco de hierro entre ambos. Mediante un poema, podría arrancarle el caso, y ver lo que asoma: quizá una cara ensangrentada, quizá una tez fulgurante.