Mostrando las entradas para la consulta arte y mito ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta arte y mito ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

domingo, 11 de marzo de 2018

JACINTO, de hermoso joven a bella flor

Jacinto. Fuente: Wikipedia.

Los que cultivaban el campo en Pilos, Arena deliciosa, Trío, vado del Alfeo, y la bien edificada Epi, y los que habitaban en Ciparisa, Anfigenia, Ptelo y Dorio (donde las Musas, saliéndole al camino a Tamiris el tracio, le privaron del canto cuando volvía de la casa de Eurito el ecaleo; pues jactóse de que saldría vencedor, aunque cantaran las propias Musas, hijas de Zeus, que lleva la égida, y ellas irritadas le cegaron, le privaron del divino canto y le hicieron olvidar el arte de pulsar la cítara ), eran mandados por Néstor, caballero gerenio, y habían llegado en noventa cóncavas naves (Ilíada, canto II, versos 591-602).

Tamiris o Támiris fue —según nos cuenta Graves en Los mitos griegos el primer hombre que cortejó a alguien de su mismo sexo (21, m), pero no le salió demasiado bien porque se cruzó en su camino el mismísimo Apolo —también el primero en su especie en enamorarse de un hombre— y ya sabemos que cuando los dioses se meten por medio el asunto no va a terminar nada bien para los humanos. Así, pues, Apolo el acusica fue con el cuento de que Tamiris había dicho que era capaz de cantar mejor que las Musas y estas hicieron con el músico y poeta lo que acabamos de leer en la Ilíada.

El caso es que el chivato Apolo tampoco va a tener muchas oportunidades de disfrutar de su nuevo ligue, porque otro dios estaba también encaprichado con Jacinto y va a ser más radical en su comportamiento. Cuando andaba Apolo aleccionando a Jacinto en el arte de lanzar el disco, el Viento del Oeste, al que también le gustaba el joven, impulsado por los celos, hizo que el disco volteara en el aire y se dirigiera contra la cabeza del joven mortal. Ahí acabó la historia del pobre Jacinto y comenzó la de la flor, pues de la sangre derramada brotó la hermosa planta.

Lo curioso de este mito es que no haya representaciones antiguas de Apolo y Jacinto, mientras que las que corresponden a Jacinto y Céfiro (el viento del oeste) sean numerosas, como es el caso de esta imagen realizada sobre una taza (siglo V a. C.) que se encuentra en el Museo de Boston. El ser alado, naturalmente, es el dios.

Fuente: Iconos.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

12+1. BECAS MUNICIPALES DE BELLAS ARTES

Exposición Museo San Telmo
No siempre que empezamos un camino llegamos al final. 

En esta exposición no vamos a encontrar obras maestras, ni vanguardistas. No vamos a encontrar grandes hitos de la pintura del cambio de siglo (XIX-XX). Nos vamos a encontrar con lo cotidiano, con el transcurso de la vida estadísticamente más representativa, es decir, con la realidad de la mayoría de los seres humanos. Dedicarse al arte era y es muy complicado. Además de talento y estilo propio, hay que tener grandes dosis de suerte y contar con los apoyos necesarios para poder sobrevivir en ese mundo. 

La exposición 12+1. Becas Municipales de Bellas Artes nos muestra la cruda realidad de artistas que lo intentaron, pero no llegaron a serlo. Se recogen trabajos de Francisco López Alén, Benito Martínez Sierra, Inocencia Arangoa, José Aguirre, Ángel Cabanas Oteiza, José Arangoa, Jenaro Echeverribar, Edmundo Paillole, Venancio Ayerza, Jesús Martínez Utrilla, José Bengoechea y Luis Álvarez. Ni ella ni ellos, aunque poseedores de una buena formación y buena técnica, llegaron a cuajar una carrera sólida. Las mayoría abandonaron.

A mí lo que me gusta de esta aparentemente trivial exposición es que nos devuelve a la "normalidad", al hecho cotidiano y general. A la vida que se manifiesta de múltiples maneras y contra la que es muy difícil luchar a brazo partido para destacar como ser único y maravilloso. Porque, acaso, ser único puede que signifique formar parte de la corriente de la vida y saber estar a la misma altura media de las personas con las que compartimos tiempo y ganas.

Ya me gustaría a mí ser capaz de manejar los pinceles y poder firmar algo parecido a la más mediocre de las obras que se recogen en la exposición. Eso que significaría ser extraordinariamente bueno con el óleo, no es nada, en cambio, si queremos formar parte de la historia de la pintura. El sueño de Aquiles se rompe. El mito del héroe se pierde en la niebla del diario acontecer.


En ese caso, sobrevivir es lo más sensato. Seguramente así lo entendió Ángel Cabanas Oteiza y se dedicó a componer cuadros costumbristas con un cierto tono humorístico, de tal forma que la nostalgia de la tierra al otro lado del Atlántico pudiera quedar paliada a la vista de un País Vasco idealizado y entrañable. Los emigrantes vascos fueron sus mejores clientes. No necesitaban arte, sino sentirse cerca de casa.

martes, 18 de junio de 2019

PARA DISFRUTAR CON LOS MITOS



Aquí os propongo unos cuantos títulos con los que poder disfrutar de la mitología, como ya sabéis, unida estrechamente a lo que vemos en el cielo. A fin de cuentas, todos los nombres de los planetas y sus satélites tienen nombres de personajes mitológicos y prácticamente la totalidad de las constelaciones que vemos en el hemisferio norte. 

  • Los mitos de los dioses griegos contados por Demetrio. Ed. Andrés Bello. 2002. Con la excusa de un viaje a Grecia de dos adolescentes un viejo profesor les va contando, a manera de relato novelado y según van recorriendo Grecia, los mitos e historias más interesantes. Muy adecuado para lectores que quieran iniciarse en este conocimiento. Sencillo y ameno.

  • La mitología en la vida cotidiana. Ed. Acento. 1997. Obrita organizada a manera de diccionario, donde se recogen aquellos aspectos en los que, sin darnos cuenta porque los utilizamos habitualmente, se nos explican la procedencia de expresiones y nombres relativos a campos tan distintos como el calendario, la mineralogía, la medicina, la astronomía, la publicidad, la psiquiatría, etc. de manera concisa y amena.

  • Diccionario Espasa de mitología universal. Ed. Espasa Calpe. 2000. Obra extensa, seria y con intención universal. Realizada por especialistas en cada una de las mitologías. En ella quedan recogidos la mayor parte de los personajes mitológicos de cada civilización, desde la etruria hasta la polinésica. Ordenada alfabéticamente.

  • Metamorfosis. Ed. Alianza. 1995. Obra clásica e indispensable de Ovidio. Ha sido publicada por numerosas editoriales, por lo tanto muy fácil de encontrar. Al tratarse de un obra de creación va más allá de la simple explicación de quién es quién en la mitología grecolatina.

  • El pequeño gran libro de la mitología. Ed. Robinbook (Ma Non Tropo). 2006. Preparada para disfrutar visualmente, ya que recoge los personajes principales de forma escueta, pero está ilustrada con más 500 obras de arte, básicamente pintura y escultura, lo que proporciona una calidad excepcional, además de posibilitarnos el entendimiento iconológico de grandes obras de arte.

  • Los mitos griegos. Ed. Alianza. 1985. Obra fundamental sobre la mitología griega del escritor Robert Graves. En la exposición de cada uno de los mitos ofrece, además, las diferentes variantes, según el autor clásico que lo recogiera en su momento y una interpretación sobre el mismo que aporta claridad sobre la intención del mito y la cultura antigua. Es un texto para ir más allá del simple relato mitológico.

  • Mitos. Ed. SM. 1999. Se trata de una colección pensada para niños. Cada librito está dedicado a uno o dos mitos, contados a manera de relato muy breve, con mucho humor y prosa fácil. Por supuesto, vienen todos con ilustraciones para hacer más amena la historia. El dedicado a Perseo y la Gorgona comienza así: "Hace mucho tiempo, cuando los adivinos contaban la verdad, vivía un hombre que se encontraba muy asustado."

Hay muchos más libros y muy buenos. Os dejo el placer de encontrarlos.

sábado, 1 de agosto de 2015

HOMBRES BUENOS, de Pérez Reverte

La lucha entre la racionalidad y la superstición es una constante en la historia de la humanidad. La oposición creencia-conocimiento empírico, mito-realidad, luz-tinieblas, ignorancia-cultura, es una realidad que está presente en todas las capas de la sociedad y en todos los momentos de la historia. Ciertamente, en algunas épocas estamos más inclinados al racionalismo y en otras al influjo del irracionalismo. En este sentido las épocas que denominamos clasicistas estarían marcadas por una tendencia más racionalista, mientras que los períodos posclasicistas (barrocos, manieristas, románticos...) serían etapas más inclinadas a lo irracional. 

Pérez-Reverte hace con esta novela un homenaje a la institución que lo acogió en 2003 y una defensa de la racionalidad ilustrada muy a su estilo. Construye, además, un juego metaliterario con personajes de la época y actuales (la mayoría reales, aunque alguno hay ficticio), entre los que aparece él mismo contándonos las dificultades para encontrar tal o cual detalle que pudiera dar consistencia y mayor credibilidad al relato que está construyendo. 

En cualquier género cabe todo y más en la novela, por la sencilla razón de que los que las escriben meten en ellas lo que quieren. Estamos acostumbrados a que inserten digresiones de todo tipo —notas de prensa, análisis matemáticos, biografías reales, poemas...—. Otra cosa cosa es que al lector le interesen todas esas digresiones. A mí, como lector de esta novela, me sobraban; a Dario Villanueva, director de la RAE, le parecen, en cambio, una profunda reflexión sobre el arte narrativo. Cada cual que decida qué es lo que le gusta.

A mí lo que más me ha gustado de Hombres buenos es la agilidad con que está construido el relato de la aventura de ese par de hombres buenos que salen de Madrid y se dirigen a París para conseguir una Enciclopedia. Me ha gustado también la magistral ambientación de la época —tanto Madrid como París son ciudades perfectamente delineadas y concretas en la novela—. Lo que menos, la reflexión metaliteraria y la repetición de los tópicos (a veces se hacen machacones) a favor de la racionalidad; y aunque reconozco la necesidad de esa defensa, creo que la repetición sistemática en boca de un personaje no incita precisamente a sumarse al club. Prefiero, para esa labor, el ensayo. Vamos, que para esa labor prefiero leer directamente a Voltaire, a Hume o a Kant, son mucho más interesantes.

domingo, 10 de enero de 2010

SIMULACROS


¿Qué tienen que ver Ovidio, Jean de Meun, Giorgio Vasari, Jean-Léon Gérôme y Alfred Hitchcock? O bien, ¿qué relación hay entre la película Vértigo, las fotografías que Louis Bonnard realizó en el taller de J.L. Gérôme y el relato del mito de Pigmalión? Pues gracias a la enorme capacidad de "ver" de V. Stoichita, todos estos nombres y obras tiene una estrecha relación entre sí.
Simulacros. El efecto Pigmalión: de Ovidio a Hitchcock es un estudio lúcido y apasionante de lo que ha supuesto el simulacro en la historia del arte, entendido éste como un "artefacto que si bien puede producir un efecto de semejanza, al mismo tiempo enmascara la ausencia de modelo con la exageración de hiperrealidad" (pag. 12).

Stoichita tiene la capacidad de análisis y la erudición de los grandes críticos e historiadores del arte (Burckhardt, Panofsky, Gombrich, Hauser...) y, también como ellos, una sabia manera de contar que hace atractivo aquello que tocan. Dotado de estas cualidades, el libro es un relato de cómo el mito fundacional de Pigmalión recorre la cultura occidental, a través de sus manifestaciones artísticas, y llega hasta hoy. "En el umbral del efecto Pigmalión (y en el del libro que se ocupa de él) se halla la realidad virtual". (Con esta frase se cierra el libro).

Feliz lectura.

viernes, 5 de junio de 2020

EL ORIGEN DE LA PINTURA

El origen de la pintura. Jean-Baptiste Regnault. Fuente: Wikipedia.
De entre los mitos que cuentan el origen de algo hay uno que me gusta especialmente, es el que quiere explicar cómo surgió la pintura. Fue Plinio el Viejo quien recurrió a él por primera vez y nos lo cuenta así en su famosa Historia Natural:

La cuestión de los orígenes de la pintura es oscura, y no está en los propósitos de este libro. Aseguran los egipcios, que este arte fue inventado hace seis mil años, antes de trasladarse a Grecia, es obviamente un argumento inútil. Entre los griegos, algunos dicen que fue descubierta en Sicyon, en Corinto dicen otros, todos de acuerdo en que sus comienzos fueron en una estrecha línea de la sombra de un hombre, y que así fue su principio. Para los segundos casos, usamos un solo color, monocromo se le dijo a este trabajo, después se han descubierto procesos más complicados; hoy en día la pintura monocroma todavía está en uso (Historia Natural, XXXV, 15). 

No es mi intención analizarlo, entre otras cosas porque Victor I. Stoichita lo hizo estupendamente en aquel magnífico Breve historia de la sombra, hoy agotado, y que encarecidamente recomiendo su lectura. 

Del mito me atrae especialmente la idea de mantener el recuerdo, ese impulso por recoger de alguna manera la imagen del ser amado, de aliviar la ausencia con la silueta trazada sobre un muro. 

La misma idea nos la repite Plinio un poco más adelante (XXXV, 43) cuando quiere contarnos el origen de la escultura: La primera obra de este tipo la hizo en arcilla el alfarero Butades de Sición, en Corintio, sobre una idea de su hija, enamorada de un joven que iba a dejar la ciudad: la muchacha fijo con líneas los contornos del perfil de su amante sobre la pared a la luz de una vela. Su padre aplicó después arcilla sobre el dibujo , al que dotó de relieve, e hizo endurecer al fuego esta arcilla con otras piezas de alfarería.

El mito es suficientemente atractivo como para que lo hayan recogido en infinidad de ocasiones artista de todas las épocas. Una de las obras más reproducidas y, por tanto, más conocidas, es la interpretación que de él hizo Eduard W. Daege:

La invención de la pintura. Daege. Fuente: Wikipedia.
Pero la más singular de todas cuantas interpretaciones se han realizado en la historia de la pintura es la versión irónica que Vitaly Komar y Alexander Melamid realizaron en 1982. No os asustéis: