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martes, 11 de febrero de 2014

LA BONDAD

  • No hay medio más eficaz para hacerse bueno que hacer bien.
                          Concepción Arenal. El Pauperismo.

  • Haznos felices y nos harás buenos.
Robert Browning. El anillo y el libro.

  • Si quieres algo bueno, búscalo en ti mismo.
Epicteto. Discursos.

  • Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a uno malo, examínate a ti mismo.
Confucio. Analectas.

  • El hombre bueno será siempre un principiante.
Marcial. Epigramas.


  • Lo bueno es bueno aunque carezca de nombre; lo vil es siempre vil.
Shakespeare. Bien está lo que bien acaba.

  • No basta sólo ser bueno, es necesario parecerlo. Y si esta máxima es conveniente a los gobiernos y a los funcionarios públicos, si éstos, lo mismo que aquéllos necesitan no sólo obrar bien, sino inspirar la más completa confianza, ningún cargo hay en la nación, señores diputados, absolutamente ninguno, que necesite sobresalir más en estas bellas cualidades, que el digno, el elevado de representante del país.
Sagasta. Discursos.

jueves, 18 de enero de 2018

CICERÓN, FROST, KENNEDY

A veces la casualidad determina mis comentarios. Anteayer redacté una breve reseña sobre La decadencia de Nerón Golden, donde la figura del actual presidente de los EEUU se convierte en sombra y pesadilla. Ayer me llamó la atención un libro que Turner acaba de publicar, 50 discursos que cambiaron el mundo. Inmediatamente pensé que era una reedición de Palabras que cambiaron el mundo. Casi, pero no. Entre las múltiples coincidencias está el famoso discurso del 20 de enero de 1961 de J. F. Kennedy. La fecha es la que que es y parece que pide un recuerdo.

Seguramente el discurso de Kennedy es recordado por la retransmisión televisiva que se hizo a medio mundo, y por unas cuantas frases brillantes, pero especialmente por una. En realidad, si un discurso logra dejar en la memoria de la sociedad una sola frase, ya es un buen discurso. Seguro que os suena: No preguntéis lo que vuestro país puede hacer por vosotros, preguntaos qué podéis hacer vosotros por vuestro país.

El discurso comenzó a trabajarse una semana antes. Kennedy dispuso las líneas sobre las que debía transcurrir y los redactores, entre los que se encontraban varios escritores, se pusieron a ello. Varias de las frases provienen de discursos anteriores del propio presidente, pero la famosa, la que se cita una y mil veces, llegó hasta allí de mucho más lejos. Lo que hicieron los redactores fue, sencillamente, cogerla del que tal vez sea el mejor retórico de la historia, Cicerón: No os preguntéis qué puede hacer Roma por vosotros, sino qué podéis hacer vosotros por Roma.
Fuente: El iletrado egregio.

Desde luego, el principal objetivo de un discurso político es convencer. Pero si además logra conmover, mejor que mejor. Ese trabajo, en parte, había quedado reservado al poeta R. Frost, quien precedió al presidente, desplegó sus cuartillas y comenzó a leer un poema que había escrito para la ocasión. El viento, el cegador brillo del sol y la avanzada edad del poeta dificultaron la tarea. "No tengo una buena luz aquí", y el lamento lo recogieron los micrófonos. El público aplaudió para animarle mientras el vicepresidente Johnson se levantó en su ayuda para darle sombra al texto con su sombrero. Frost calló un momento, abandonó la lectura de lo que había preparado y recitó de memoria su poema "Regalo absoluto", una especie de historia del país en 16 versos:

La tierra era nuestra antes de que fuéramos de la tierra .
Fue nuestra tierra por más de cien años
Antes éramos su pueblo. Ella era nuestra
En Massachusetts, en Virginia,
Pero éramos de Inglaterra, aún colonos,
Posesionándonos de lo que aún no era poseído ,
Teníamos lo que ahora no más poseemos.
Algo de nosotros se ocultó dejándonos débiles
Hasta que descubrimos que eramos nosotros mismos
Estábamos ocultando a nuestra tierra de vivir
E inmediatamente se encuentra la salvación en señal de rendición.
Tal como estábamos nos dimos cuenta
(El acta de ofrecimiento fue muchos actos de guerra)
Que indiscutiblemente la tierra con imprecisión estaba hacia el oeste
Pero aún así sin historia, tosca, sin realce,
Tal como estaba, tal como se transformaría.

El público ya estaba ganado para el presidente, incluso para empezar a trabajar por Roma. Todo esto ocurría hace 67 años.

miércoles, 31 de agosto de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, y 26 (YO TENGO UN SUEÑO)

Fuente: Wikipedia.
Pongo fin a esta serie con un discurso. Es uno de los discursos más emblemáticos del siglo pasado. Es una forma de rendir homenaje a Martin Luther King, el más destacado activista en la reivindicación de los derechos civiles de la comunidad afroamericana desde los principios de la acción no violenta que aprendió en los textos de Gandhi y que supo hacer suyos. Desgraciadamente, tanto él como su maestro, fueron víctimas del odio y murieron asesinados. 

Yo también tengo un sueño. Mi sueño es que algún día la humanidad aprenda a resolver sus diferencias sin recurrir al uso de la fuerza. Y puesto a soñar, que ese día no esté muy lejos.

Este es el discurso que dio el 28 de agosto de 1963, en Whasington D.C., ante cientos de miles de personas:


Estoy feliz de unirme a ustedes hoy en lo que quedará en la historia como la mayor demostración por la libertad en la historia de nuestra nación.

Hace años, un gran americano, bajo cuya sombra simbólica nos paramos, firmó la Proclama de Emancipación. Este importante decreto se convirtió en un gran faro de esperanza para millones de esclavos negros que fueron cocinados en las llamas de la injusticia. Llegó como un amanecer de alegría para terminar la larga noche del cautiverio.

Pero 100 años después, debemos enfrentar el hecho trágico de que el negro todavía no es libre. Cien años después, la vida del negro es todavía minada por los grilletes de la discriminación. Cien años después, el negro vive en una solitaria isla de pobreza en medio de un vasto océano de prosperidad material. Cien años después el negro todavía languidece en los rincones de la sociedad estadounidense y se encuentra a sí mismo exiliado en su propia tierra.

Y así hemos venido aquí hoy para dramatizar una condición extrema. En un sentido llegamos a la capital de nuestra nación para cobrar un cheque. Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución y la Declaratoria de la Independencia, firmaban una promisoria nota de la que todo estadounidense sería el heredero. Esta nota era una promesa de que todos los hombres tendrían garantizados los derechos inalienables de "Vida, Libertad y la búsqueda de la Felicidad".

Es obvio hoy que Estados Unidos ha fallado en su promesa en lo que respecta a sus ciudadanos de color. En vez de honrar su obligación sagrada, Estados Unidos dio al negro un cheque sin valor que fue devuelto marcado "fondos insuficientes". Pero nos rehusamos a creer que el banco de la justicia está quebrado. Nos rehusamos a creer que no hay fondos en los grandes depósitos de oportunidad en esta nación. Entonces hemos venido a cobrar este cheque, un cheque que nos dará las riquezas de la libertad y la seguridad de la justicia.

También vinimos a este punto para recordarle de Estados Unidos de la feroz urgencia del ahora. Este no es tiempo para entrar en el lujo del enfriamiento o para tomar la droga tranquilizadora del gradualismo. Ahora es el tiempo de elevarnos del oscuro y desolado valle de la segregación hacia el iluminado camino de la justicia racial. Ahora es el tiempo de elevar nuestra nación de las arenas movedizas de la injusticia racial hacia la sólida roca de la hermandad. Ahora es el tiempo de hacer de la justicia una realidad para todos los hijos de Dios.

Sería fatal para la nación el no percatar la urgencia del momento. Este sofocante verano del legítimo descontento del negro no terminará hasta que venga un otoño revitalizador de libertad e igualdad. 1963 no es un fin, sino un principio. Aquellos que piensan que el negro sólo necesita evacuar frustración y que ahora permanecerá contento, tendrán un rudo despertar si la nación regresa a su rutina habitual.

No habrá ni descanso ni tranquilidad en Estados Unidos hasta que el negro tenga garantizados sus derechos de ciudadano. Los remolinos de la revuelta continuarán sacudiendo los cimientos de nuestra nación hasta que emerja el esplendoroso día de la justicia.

Pero hay algo que debo decir a mi gente, que aguarda en el cálido umbral que lleva al palacio de la justicia: en el proceso de ganar nuestro justo lugar no deberemos ser culpables de hechos erróneos. No saciemos nuestra sed de libertad tomando de la copa de la amargura y el odio. Siempre debemos conducir nuestra lucha en el elevado plano de la dignidad y la disciplina. No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física con la fuerza del alma.

Esta nueva militancia maravillosa que ha abrazado a la comunidad negra no debe conducir a la desconfianza de los blancos, ya que muchos de nuestros hermanos blancos, como lo demuestra su presencia aquí hoy, se han dado cuenta de que su destino está atado a nuestro destino. Se han dado cuenta de que su libertad está ligada inextricablemente a nuestra libertad. No podemos caminar solos. Y a medida que caminemos, debemos hacernos la promesa de que marcharemos hacia el frente. No podemos volver atrás.

Existen aquellos que preguntan a quienes apoyan la lucha por derechos civiles: "¿Cuándo quedarán satisfechos?" Nunca estaremos satisfechos en tanto el negro sea víctima de los inimaginables horrores de la brutalidad policial. Nunca estaremos satisfechos en tanto nuestros cuerpos, pesados con la fatiga del viaje, no puedan acceder a alojamiento en los moteles de las carreteras y los hoteles de las ciudades. No estaremos satisfechos en tanto la movilidad básica del negro sea de un gueto pequeño a uno más grande. Nunca estaremos satisfechos en tanto a nuestros hijos les sea arrancado su ser y robada su dignidad por carteles que rezan: "Solamente para blancos". No podemos estar satisfechos y no estaremos satisfechos en tanto un negro de Mississippi no pueda votar y un negro en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no estamos satisfechos, y no estaremos satisfechos hasta que la justicia nos caiga como una catarata y el bien como un torrente.

No olvido que muchos de ustedes están aquí tras pasar por grandes pruebas y tribulaciones. Algunos de ustedes apenas salieron de celdas angostas. Algunos de ustedes llegaron desde zonas donde su búsqueda de libertad los ha dejado golpeados por las tormentas de la persecución y sacudidos por los vientos de la brutalidad policial. Ustedes son los veteranos del sufrimiento creativo. Continúen su trabajo con la fe de que el sufrimiento sin recompensa asegura la redención.

Vuelvan a Mississippi, vuelvan a Alabama, regresen a Georgia, a Louisiana, a las zonas pobres y guetos de las ciudades norteñas, con la sabiduría de que de alguna forma esta situación puede ser y será cambiada.

No nos deleitemos en el valle de la desesperación. Les digo a ustedes hoy, mis amigos, que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Es un sueño arraigado profundamente en el sueño americano.

Yo tengo un sueño que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo, creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales.

Yo tengo un sueño que un día en las coloradas colinas de Georgia los hijos de los ex esclavos y los hijos de los ex propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad.

Yo tengo un sueño que un día incluso el estado de Mississippi, un estado desierto, sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia.

Yo tengo un sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación; un día allí mismo en Alabama pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.

¡Yo tengo un sueño hoy!

Yo tengo un sueño que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono.

Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.

Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.

Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.

Entonces dejen resonar la libertad desde las prodigiosas cumbres de Nueva Hampshire. Dejen resonar la libertad desde las grandes montañas de Nueva York. Dejen resonar la libertad desde los Alleghenies de Pennsylvania! Dejen resonar la libertad desde los picos nevados de Colorado. Dejen resonar la libertad desde los curvados picos de California. Dejen resonar la libertad desde las montañas de piedra de Georgia. Dejen resonar la libertad de la montaña Lookout de Tennessee. Dejen resonar la libertad desde cada colina y cada topera de Mississippi, desde cada ladera, dejen resonar la libertad!

Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo spiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!"

(Fuente: BBC Mundo. Ignoro quién lo ha traducio. En libro conozco tres títulos que lo recogen: Martin Luther King, Discursos, Universida de León, 1997; Los discursos del poder, Belacqua, 2003; Lavier Alonso López, Discurso históricos, Arzalia, 2022. Seguro que hay más).


¡Soñemos!


***

Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 20 de julio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 20

Ejemplar del KM
Gandhi es el corazón de la no violencia. Él fue quien con su ejemplo y sus escritos inspiró a otros líderes del movimiento pacifista internacional como Martin Luther King, Nelson Mandela, Dorothy Day o Desmond Tutu. Escribió miles de páginas, pero nunca se ocupó de recoger en un libro de forma sistemática su pensamiento. Estaba convencido de que la mejor forma de transmitir su mensaje era su propio ejemplo, su actuación diaria. Y así lo dijo cuando llegó hasta él un grupo que pretendía entrevistarle para que les resumiera lo más importante de sus ideas. Era el día de la semana que él dedicaba a la meditación. Insistieron mucho, pero no interrumpió su actividad y les hizo llegar una frase ya célebre: Mi vida es mi mensaje

En 1984 el gobierno de la India, haciendo caso omiso de su voluntad —Mis escritos deberían ser quemados con mi cuerpo— terminó de publicar la obra escrita de este ser extraordinario: 98 volúmenes, decenas de miles de páginas en forma de cartas, discursos, ensayos, telegramas, artículos... están recogidas en The Collected Works of Mahatma Gandhi, de acceso libre a todo el mundo. 

Este libro, introducido por John Deer, es, tal vez, una de las mejores aproximaciones en castellano a la vida y al pensamiento de ese ser único que fue capaz de movilizar a millones de personas con su ejemplo, con su ejemplo detener varias veces la violencia desatada entre las distintinas comunidades religiosas de la India, y también con su ejemplo lograr la independencia de ese gigantesco país.

La verdad y la no violencia son nuestro fin. La no violencia es el dharma supremo. No hay ningún descubrimiento más importante que este. Siempre que realicemos acciones mundanas, mientras el alma y el cuerpo estén unidos, nuestra actividad seguirá produciendo alguna violencia. Pero tenemos que renunciar al menos a la violencia a la que podemos renunciar. Tenemos que comprender que cuanto menor es la violencia que una religión permite, tanto mayor es la verdad contenida en ella.

El amor es una hierba rara que convierte en amigo incluso al enemigo más acérrimo, y esta hierba nace de la no violencia.

La persona y sus obras son dos cosas distintas. Mientras que una obra buena debería suscitar aprobación, y una acción mala tendría que provocar desaprobación, la persona que realiza la acción, sea esta buena o mala, siempre merece respeto o piedad, según el caso. "Odia el pecado, no al pecador" es el precepto que, si bien es fácil de entender, se practica pocas veces, y por esta razón el veneno del odio se extiende por el mundo.

No puedo llevar una vida religiosa si no me identifico con toda la humanidad, y no puedo hacerlo si no participo en la vida política. Toda la gama de las actividades de la humanidad constituye un todo indivisible. No podemos dividir el trabajo social, económico, político y puramente religioso en compartimentos estancos. No conozco más religión que la actividad humana. Esta proporciona una base moral para todas las demás actividades que, de otro modo, carecerían de ella, de manera que la vida quedaría reducida a un laberinto "que no significa nada".

Durante los últimos treinta años he predicado y practicado el satyagraha. Este se diferencia de la resistencia pasiva como el Polo Norte del Polo Sur. La resistencia pasiva ha sido concebida como un arma de los débiles y no excluye el uso de la fuerza física o la violencia para conseguir los fines propuestos, mientras que el satyagraha ha sido concebido como un arma de los más fuertes y excluye el uso de la violencia de cualquier modo o forma.

La no violencia, en su condición dinámica, significa sufrimiento consciente. No significa dócil sumisión a la voluntad del malhechor, sino entregar toda el alma contra la voluntad del tirano. Si trabaja bajo esta ley de nuestro ser, una sola persona podrá desafiar a todo el poder de un imperio injusto para salvar su honor, su religión, su alma y sentar las bases para la caída o la regeneración de ese imperio. 

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 27 de junio de 2018

LAS PALABRAS Y LAS COSAS

The personal experience behind its description, 2009.
Robo el título a Foucault porque de palabras y de cosas va este comentario, y aunque no pretendo desenmascarar los discursos del poder, tal y como el filósofo francés realizó en su obra, sí quiero llamar la atención sobre el desajuste entre palabras y "cosas" que se produce a veces en los catálogos, explicaciones, hojas de sala y demás literatura "artística".

Acudo a la exposición Drawn by the pulse y leo en el primer párrafo de presentación (las negritas son mías): La obra de Rosa Barba (italiana, residente en Alemania) impugna y reinterpreta la verdad y la ficción, el mito y la realidad, la metáfora y lo material hasta llevarlos a un grado desorientador, que en última instancia se extiende hacia una práctica conceptual. 

O sea, todo. Quiero decir que lo impugna todo, la realidad entera. Da la impresión de que resulta un trabajo excesivo para una sola persona. Lo que no entiendo es hacia dónde quiere llevar ese todo. ¿Qué es un grado desorientador? ¿Quiere que tanto la realidad como la ficción, etcétera, sean desorientadoras? ¿Pretende que sean un poco más desorientadoras, signifique eso lo que quiera significar? ¿?

También desorienta, y mucho, la frase que viene después de la coma. ¿Qué es lo que se extiende hacia una práctica conceptual? ¿La obra de Lentini o el grado desorientador? ¿Y qué es una práctica conceptual? ¿Es practicar el arte conceptual, es ejercer de creadora de significados, es dedicarse a la lexicografía, es convertirse en renovadora de todos los significados,...? 


Drawn by the pulse, 2018.
Sigo. Drawn by the pulse (dibujado por el pulso), la primera obra de la exposición y la que da nombre a la misma, está presentada así: Filmada en el Observatorio Astronómico de Harvard, la obra toma como punto de partida la investigación de Henrietta S. Leavitt sobre las propiedades de las estrellas (...). La obra es una escultura fílmica de 35 mm, muda, basada en el parpadeo de las estrellas variables y en las imágenes de las placas fotográficas sobre las que trabajó Leavitt.


Drawn by the pulse, 2018.
El trabajo que llevaron a cabo H. S. Leavitt y sus compañeras, las calculadoras de estrellas, está bien explicado en el artículo de Wikipedia, pero si preferís una novela histórica, la de Miguel A. Delgado hace justicia al grupo de mujeres y desarrolla con todos sus pormenores el qué y el cómo de aquel trabajo y la importancia que tuvo para poder calcular la distancia a que se encontraban las estrellas con respecto a la Tierra y, por extensión, la edad del universo.

No sé qué interés artístico o científico puede tener ver pasar en una pantalla blanca grupos de puntos de distinto tamaño, como no sea comprobar lo aburrido que puede ser. Ciertamente, el trabajo de las calculadoras podía ser aburrido, pues había que examinar miles de placas fotográficas de estrellas para buscar algún patrón que posibilitara una mejor comprensión del universo. Pero ellas sí  sabían que su trabajo era importante, que las placas eran reales y que había un objetivo y una intención de descifrar y conocer. El de esta "escultura fílmica" lo ignoro. Ni tan siquiera contribuye a recordar el trabajo de las calculadoras de estrellas y mucho menos a divulgar en qué consiste el cálculo de las distancias basado en la magnitud absoluta del brillo de las cefeidas. A no ser que citar a H. S. Leavitt sirva para dar lustre a la obra y a la autora.

Eso sin entrar en el malintencionado discurso de género que poco o nada tiene que ver con las máquinas de proyectar imágenes que es de lo que va la exposición, pero que se aprovecha porque está de moda y ayuda a dar una aureola de progresía. Vuelvo a citar: Henrietta S. Leavitt (...) contribuyó a grandes descubrimientos que se atribuyeron directamente a Edward Pickering. Es cierto que el artículo de Leavitt lo firmó Pickering. De hecho, estaba obligado a hacerlo como responsable de la investigación. Pero también es cierto, y se oculta casi siempre, que en el encabezamiento se advertía que el trabajo era obra de su ayudante. La igualdad y la justicia no se defiende ocultando datos.

El texto completo de la comisaria lo podéis leer aquí. Tan preocupante como el estilo y, en muchas ocasiones, la falta de referentes de las palabras, es la cita de Danielle Huillet que utiliza para abrir su texto: No puedes enseñar a la gente a pensar, a utilizar sus ojos y sus oídos, —o a cómo hacer política efectiva para eso—, ellos pueden o no pueden; lo que puedes es transmitir una chispa de algo, mostrarles una operación concreta, pero no mucho más. Si una comisaria de una exposición no cree en la posibilidad de enseñar a pensar, de enseñar a ver, de enseñar, mal asunto para el arte en particular y el conocimiento en general. La historia de la cultura es, entre otras cosas, un continuo intento colectivo de enseñarnos entre todos a pensar, desde las primeras pinturas rupestres hasta esta misma exposición.

sábado, 12 de noviembre de 2011

BERTRAND RUSSELL

Presentar a Bertrand Russell es sencillo porque fue un intelectual polifacético y muy atractivo: aristócrata de nacimiento, pacifista convencido y militante, miembro  del grupo de Bloomsbury, matemático, intelectual comprometido con su tiempo, polemista brillante, mediador internacional y, por encima de todo, un filósofo sensato que supo escribir para los que no podemos adentrarnos en discursos muy técnicos.

Para quien desee aproximarse a su pensamiento "de andar por la calle", hay un par de obras muy recomendables: Ensayos filosóficos y La conquista de la felicidad. La primera es una recopilación de artículos escritos antes de 1910 sobre cuestiones éticas, así como sobre la naturaleza de la verdad. La segunda es una obra sobre cómo ser una persona responsable y feliz haciendo uso del sentido común, desechando prejuicios moralistas, autoritarios y religiosos, o lo que es lo mismo: cómo ser feliz sin flagelarse, lo que tenía un enorme mérito en 1930.

Mucho éxito tuvo en la España de los 70 (¿por qué sería?) Por qué no soy cristiano, pero yo no la he leído. Sí leí por aquella misma época sus Ensayos sobre educación, ya que estaba haciendo magisterio. Es, sin duda, uno de los libros más interesantes que he leído sobre el tema. De él os dejo una breve cita: No hay más que un camino para el progreso en la educación como en todas las cosas humanas, y es el de la ciencia guiada por el amor. Sin ciencia, el amor es impotente; sin amor, la ciencia es destructiva. (pag. 175, Austral, 1974).

El título que aparece en la foto es ya de otro calibre, aunque sigue siendo un texto asequible a cualquier mortal alfabetizado. Forma parte de esa manera que tenía Russell de entender la Filosofía: La filosofía propiamente dicha trata de asuntos de interés para el público culto en general, y pierde mucho de su valor si sólo unos pocos profesionales pueden comprender lo que dicen los filósofos. Tal y como el título declara, en él expone su teoría del conocimiento.

Para una aproximación rápida (divulgativa, pero rigurosa) al pensamiento de Russell sobre la Lógica, la Matemática y la Epistemología, recominedo la lectura del artículo sobre el filósofo redactado por Mark Sainsbury para la Enciclopedia Oxford de Filosofia. Yo no he leído ni los Principia Mathematica, ni La filosofía del atomismo lógico, ni otros muchos títulos que escribió Russell, pero sí os animo, si es que tenéis alguna relación con la Matemática, a que echéis un vistazo a la famosa paradoja de Russell. En Internet mismo podéis encontrar muchas referencias.

Que lo paséis bien.

martes, 1 de noviembre de 2016

ARISTÓTELES, LA POESÍA, CAVAFIS Y LOS BÁRBAROS

Escribe Aristóteles en su Poética, capítulo 9que "resulta evidente que el objetivo del poeta no es tanto contar las cosas que realmente han sucedido cuanto narrar aquellas cosas que podrían haber sucedido y las cosas que son posibles de acuerdo con la verosimilitud o la necesidad". La Poesía, sigue más adelante, se encarga de lo general (es, por tanto, más filosofica), mientras que la Historia da cuenta de lo particular. 

Estamos hablando de hace más de dos mil años y lo que Aristóteles y sus contemporáneos entendían por poesía era la que tenían a mano, es decir, la épica, la de Homero y Hesíodo o la de cualquier otra cultura del entorno. En la actualidad identificamos poesía con subjetivismo, proyección de sentimientos, reflexión personal y todo lo que tiene que ver con eso que hoy entendemos como género lírico.

Cavafis, sin dejar de moverse dentro del terreno de la poesía lírica, ha escrito, sin embargo, algunos de los mejores poemas históricos del siglo XX. Tal vez uno de los que mejor se ajustan a lo que Aristóteles intentaba explicar como poesía, palabra por palabra, sea el famoso Esperando a los bárbaros y su magnífico desenlace.


¿Qué esperamos aquí, en la plaza reunidos?

A los bárbaros, que hoy llegan.

¿Por qué tal calma en el Senado?
¿Por qué los senadores, sentados, no legislan?

Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los senadores?
Los bárbaros ya nos darán sus leyes cuando vengan.

¿Por qué el emperador se levantó tan de mañana
y se sienta en su trono, ante la puerta
mayor de la ciudad ciñiendo la corona?

Porque hoy llegan los bárbaros.
Y el emperador espera para recibir
a su jefe. E incluso tiene listo
un pergamino para dárselo en el que
ha escrito muchos títulos y nombres.

¿Por qué nuestros dos cónsules y todos los pretores
salieron hoy con sus togas recamadas y rojas?
¿Por qué llevan brazaletes con tantas amatistas
y anillos con brillantes esmeraldas cristalinas?
¿Por qué empuñan hoy bastones preciosos
de oro y plata tan ricamente cincelados?

Porque hoy llegan los bárbaros,
y estas cosas deslumbran a los bárbaros.

¿Por qué los buenos pretores no vienen como siempre
a decir sus discursos, a hablar tal como suelen?

Porque hoy llegan los bárbaros
y a ellos no les gustan retóricas y alocuciones.

¿Por qué ha empezado de improviso esa intranquilidad
y esa confusión? (Los rostros se han tornado todos graves.)
¿Por qué se han vaciado tan de prisa las calles y las plazas
y todos regresan a sus casas tan cabizbajos?

Porque se ha hecho de noche sin que lleguen los bárbaros
y algunos que han venido de la frontera
van diciendo que ya no existen bárbaros.

Y ahora, ¿qué será de nosotros sin bárbaros?
Esta gente eran de algún modo una solución.


               Traducción de Carlos Miralles Solá. La literatura griega medieval y moderna.

La lectura de José María Pou sobre una traducción de Ramón Irigoyen es tan estupenda como el poema.

lunes, 20 de julio de 2009

POESIA VASCA ACTUAL

He asistido esta mañana a uno de esos bonitos diálogos cultos entre sordos.
A ver si soy capaz de explicarme.

En el curso de verano Poesía vasca actual, que ha dado comienzo hoy, han participado I. Aldekoa, profesor; José F. de la Sota, poeta; Julia Otxoa, poeta; y Juan J. Lanz, profesor.

Lógicamente, la función de los dos profesores era contextualizar, explicar, difundir el conocimiento. Al fin y al cabo, estamos en un cursillo. Hasta ahí, todo normal. El problema viene cuando los creadores ejercen una función distinta a la que están habituados y quieren adornar con elementos ajenos a su trabajo lo que se traen entre manos. En este terreno, Julia Otxoa ha construido un elegante e incoherente discurso. Elegante porque todo él estaba trufado de referencias cultas; incoherente porque estaba lleno de referencias que no domina, que ha mezclado muy a su gusto, y porque ha conseguido demostrar que la ludicez y la creación poética, en muchos casos, nada tienen que ver.

Mención aparte merecen los escasos treinta minutos del poeta bilbaíno J. J. Fernández de la Sota. Sin duda ha sido el más breve y el mejor de los cuatro ponentes. Imaginativo, brillante, lúcido, rico en matices, con referencias exactas e irónico. Para hablar de poesía, como de cualquier otra cosa, no se necesita demasiado tiempo, cuando se dice bien.

Pero lo más divertido de la mañana es que siendo discursos tan distintos, incluso contrapuestos, haya podido oír yo entre los ponentes la frase: Totalmente de acuerdo, es que decimos lo mismo.

¡Ay, ay, ay! Hay que poner más atención y escucharse un poquito mejor. Está bien figurar entre el grupillo selecto de los que hablan, entre los que se sientan al otro lado de la mesa, entre los que comparten el minúsculo poder de decir qué dicen unos y qué quieren decir otros; pero hay que saber escuchar... o ser un poco menos hipócrita.

martes, 26 de enero de 2016

MANIFIESTO DE INTELECTUALES MUSULMANES ANTE LA VIOLENCIA YIHAIDISTA

Tahar Ben Jolloun, de quien lo desconocía todo antes de leer este libro y de quien me entero que es el escritor en francés más traducido, recoge en él (p 53) un manifiesto de intelectuales, artistas, escritores y profesores universitarios del mundo musulmán (11 de enero de 2015), del que también ignoraba su existencia y del que copio el texto:

Es indispensable introducir reformas en el mundo musulmán para responder a esta guerra (la de los yihadistas). El ejercicio de la ciudadanía, la igualdad, la libertad de conciencia, el Estado de derecho y todos los derechos humanos son unos antídotos indispensables (...). La respuesta a esta guerra consiste en reconocer y afirmar la historicidad y la imposibilidad de aplicar cierto número de textos que contiene la tradición y extraer conclusiones oportunas (...). Esos combatientes se nutren de unos textos islámicos que llaman a la violencia, como ocurría en otras religiones, y que forman parte de otro contexto, de tiempos ya pasados. Todos los responsables, principalmente los religiosos y las autoridades de cada país, deben declarar esos textos inadaptados, desfasados e inaplicables. Esta posición debe ser el inicio de una auténtica reforma del ámbito religioso y, más allá de éste, de una actualización de las legislaciones (...). Se deben criminalizar todos los discursos o las iniciativas encaminadas a promover o fomentar esas radicalizaciones, el odio, el racismo. Los programas escolares y el lenguaje de los medios de comunicación, así como los sermones en las mezquitas, deben cumplir con esos ideales universales de libertad de conciencia y de respeto de los derechos individuales. No existe una religión superior a las demás. La humanidad es una e indivisible.

El manifiesto completo, en francés, podéis leerlo, y suscribirlo, aquí. En ese mismo espacio podéis ver quiénes fueron los primeros firmantes. 

viernes, 28 de enero de 2011

POESÍA FILOSÓFICA

Últimamente me encuentro muchas veces esta expresión, o bien expresiones semejantes como, por ejemplo, poesía del pensamiento, poesía de las ideas y otras similares. Da la impresión de que algunos poetas practican un tipo de poesía de profunda reflexión (los que se acogen a esta etiqueta) y otros (los que no escriben al amparo de la misma), en cambio, se dedican a expresar banalidades.

No voy a negar que existe una poesía de mayor calidad que otra, esto es evidente hasta para quien nada sepa de poesía, ni la practique, ni le guste, ni la lea. Lo mismo que existen unas películas de calidad y otras que son abiertamente malas; igual que hay un arte maravilloso y un arte deleznable. Y así en todas y cada una de las formas de expresión, en todas y cada una de las actividades humanas. Unas son buenas, otras son malas.

También parece evidente que poesía y filosofía son formas de expresión distintas, aunque en ambas encontremos reflexiones sobre el ser humano y su estar en la vida. Reflexiones que atañen al tiempo, a las relaciones sociales, a la muerte, o a cualquier otro tema sobre el cual queramos arrojar un punto de luz o, simplemente, plantear algún tipo de duda que nos haga revisar de nuevo qué hacemos aquí y para qué lo hacemos.

Lo que no comparto de ninguna manera es esa forma de etiquetar que utilizan algunos críticos, y a la que se suman algunos poetas, para indicar que "esa" poesía a la que se refieren tiene una gran profundidad de pensamiento y, de esta manera, queda inmediatamente elevada a un nivel superior de poesía. O bien colocan la etiqueta para subrayar la capacidad de transmitir ideas que "esa" poesía tiene. ¿Es que, acaso, Homero, Virgilio, Shakespeare, Quevedo y tantos otros que no se encuentran dentro de esa categoría, no transmitían ideas, no expresaban su visión del mundo y de la sociedad en sus poemas? ¿Qué poema no nos ofrece una reflexión sobre lo que nos rodea, aunque no sea un punto de vista compartido?

Es cierto que existe una poesía banal, por manida, tópica, insulsa y repetitiva. Lo que no impide que exprese ideas, aunque estas no merezcan la pena ser expuestas en público. Pero también existe una poesía, una poética y una crítica literaria que, amparándose en el hermetismo, la alusión a grandes nombres e ideas de lustre en la historia del pensamiento o jugando con las palabras más allá de lo comprensible, elabora discursos artificiales y retóricos que nada agregan al acervo común del conocimiento. Ejemplos de esto que digo hay muchos, pero, para no cansar, voy a citar solo uno.

En la antología que la editorial Hiperión preparó sobre la poesía de W. Szymborska (excelente antología, por cierto), aparece un pequeño estudio de la especialista M. Baranowska sobre la obra de la poeta polaca bajo este título: Poeta de la conciencia del ser. (¡Ahí es nada!). En ese ensayo se puede leer: Szymborska escribe para un ser filosófico agraciado, como ella misma, con el sentido del humor (la negrita es mía). Yo creo tener sentido del humor, pero no me considero ningún ser filosófico, a no ser que todo ser humano sea considerado como tal.

La inadecuación me parece aún más notable si tenemos en cuenta que la premio Nobel es una poeta popular, es decir, ampliamente reconocida y leída en su Polonia natal. Poemas suyos se han utilizado para hacer canciones de gran éxito e, incluso, sus poemas son leídos y comentados en las escuelas. Exactamente como a todo escritor le gustaría que ocurriera con su obra. Lo curioso es que Baranowska sabe de la popularidad de la obra de Szymborska (mucho mejor que yo) y, aún así, en esa tendencia laudatoria en la que todos nos dejamos caer cuando algo nos gusta mucho, no puede dejar de recurrir a la palabra filosofía. Da la impresión de que esta palabra nos transporta automáticamente a un nivel superior.

Parece difícil admitir que la sencillez y la adecuación en la expresión es una virtud y no un defecto, ni tampoco una carencia. Parece difícil reconocer que la alusión a intrincadas ideas del pensamiento de algunos pensadores, especialmente del siglo pasado, no eleva el nivel de la expresión poética, sino que la entorpece, la atenaza y la afea. Si se escribe para que los demás lo lean, parece razonable facilitar la lectura y la comprensión de lo que se quiere decir y no entorpecerla con ese deseo de deslumbrar y de dar a entender lo "culta" que es la persona que escribe.

No os abrumo más con mis fantasmas y os dejo un breve poema de Amalia Bautista (podría ser de la misma Szymborka, que tiene muchos, muy buenos y muy sencillos, pero creo que ella ya es suficientemente conocida). El poema hace gala de claridad y al mismo tiempo implica una interesante reflexión sobre el ser mujer, el concepto de castigo, la forma de contar la historia y de mirar a nuestro alrededor:

LA MUJER DE LOT

Nadie nos ha aclarado todavía
si la mujer de Lot fue convertida
en estatua de sal como castigo
a la curiosidad irrefrenable
y a la desobediencia solamente,
o si se dio la vuelta porque en medio
de todo aquel incendio pavoroso
ardía el corazón que más amaba.

viernes, 24 de abril de 2020

MEDIDA POR MEDIDA (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 21)


La crítica especializada ha clasificado hace mucho tiempo bajo el marbete de "obras problema" o también "comedias oscura" —problem play, dark comedy—tres que no encajaban ni como comedias, ni como tragedias, ni como dramas. Son Troilo y Crésida, Bien está lo que bien acaba y Medida por medida. Y es que Shakespeare nunca fue muy fiel a géneros ni a normas, por eso los neoclásicos veían en su obras más defectos que virtudes.

Independientemente de que en toda su obra siempre podamos comprobar esa tendencia a la mezcla de géneros, es cierto que en estas tres de final feliz la acritud y la amargura adquieren un tono muy superior a otras anteriores, la naturaleza humana se ensombrece tanto que hasta los finales, liberatorios sin duda, nos resultan extraños. 

Estos tres minutos y medio de Atención obras os darán buena cuenta del argumento:


Ya véis, Shakespeare siempre anda enredando en los entresijos del ser humano para intentar averiguar qué somos y por qué nos comportamos como lo hacemos. Y como la realidad no es simple, ni directa, nos encontramos con personajes amorales que mantienen discursos preclaros y llenos de honestidad; o tropezamos con personajes muy solventes que dicen cosas demasiado deleznables. Y si además rondan por ahí los límites del poder, las convicciones más profundas y la muerte, todo se hace más complejo y oscuro.

Un ejemplo de la parte disparatada y surrealista de la obra. Bernardino es un preso que pasa de todo, hasta de la muerte, y lo van cambiar por Claudio para engañar al regente. El Duque, que ha abandonado su labor de gobierno, está en esta escena disfrazado de monje y dispuesto a ofrecer consuelo al condenado.

Horrorez (el verdugo): ¡Hola, tunante! trae acá a Bernardino.
Pompeyo (criado de Pordemás): ¡Señor Bernardino! ¡Es menester que os levantéis para que os ahorquen, señor Bernardino!
Horr: ¡Eh! ¡hola! ¡Bernardino!
Bernardino (prisionero disoluto): (Dentro.) ¡Que un rayo os parta las gargantas! ¿Quién arma ese ruido? ¿Quién eres?
Pom: Vuestro buen amigo el verdugo, señor mio. Tendréis la amabilidad de levantaros y de dejaros ahorcar.
Bern: (Dentro.) ¡Largo, bribón, largo! Tengo sueño.
Horr: Dile que es forzoso que se despabile, y pronto.
Pom: Por Dios, señor Bernardino, sacudid el sueño hasta que os hayan  degollado, y dormid luego.
Horr: Entra y sácale.
Pom: Ya viene, señor, ya viene. Oigo crujir la paja.
Horr: ¿Está el hacha en el tajo, tunante?
Pom. Todo está listo, señor.
(Sale Bernardino.)
Bern: ¿Qué tal, Horrorez?, ¿qué hay de nuevo?
Horr: A decir verdad, quisiera que te entregaras un rato a tus rezos; pues, mira, aquí está la órden.
Bern: ¡Bellacos! He pasado la noche entera bebiendo; no estoy preparado para eso.
Pom: Tanto mejor, gentilhombre; pues si después de beber toda la noche le ahorcan a uno por la mañana tempranito, tanto mejor podrá dormir durante todo el día siguiente.
Horr: Mira, aquí viene el padre confesor. ¿Crees aún que es broma?
(Sale el Duque, disfrazado.)
Duque: Buen hombre, movido por mi caridad, y habiendo oído cuán próxima estaba la hora de tu partida, vengo a aconsejarte, a ofrecerte consuelo, y a rezar contigo.
Bern: Nada de eso, fraile. He estado bebiendo largo toda la noche, y me han de dar más tiempo para ponerme a bien con Dios, o de otro modo que me aplasten los sesos con porras. Lo cierto es que no me conformo con morir hoy.
Duque: Amigo, es fuerza, y por lo tanto, ruego que midas la jornada que te espera.
Bern: Juro que no hay persuasión en hombre capaz de hacerme morir hoy.
Duque: Pero escucha.
Bern: Ni una palabra. Si tienes algo que decirme, ven a mi calabozo; pues de allí no salgo hoy.
(Se va.)
Duque: Es tan indigno para morir como para vivir. ¡Pecho de pedernal! Seguidle, mozos. Y arrastradlo al patíbulo sin tregua
(act IV, esc 3).

martes, 18 de junio de 2024

NIETZSCHE DESCOMPLICADO, 15 (Volveremos después del verano)

#Nietzschedescomplicado (conversaciones con Jaime Aspiunza).


Existe entre algunos grupos, —ciertamente minoritarios, pero peligrosos— la convicción de que Nietzsche es algo así como el padre de la ideología nazi. Desde luego, no encontraremos nunca en un manual medianamente serio ninguna alusión al tema, pero explícanos, por favor, para que quede claro el asunto, por qué Nietzsche no es un nazi ni nada que se le parezca.

En primer lugar, aunque esto parecerá a algunos una fruslería, porque –muy repetidas veces– echa pestes del nacionalismo y del socialismo, y «nazi», recuerdo, es abreviatura de «nacionalsocialista».

Yendo al meollo, si Nietzsche abomina de algo es justamente de esos colectivismos o gregarismos que encarnan el instinto de rebaño. Es ese instinto el que nos ha llevado al nihilismo reactivo en que habitamos, el que ha enfermado al ser humano, poniéndolo al borde del abismo, asqueado y aburrido de sí mismo.

Ayer escuché dos respuestas distintas al padecimiento del cáncer: «no me ha enseñado nada», «me ha llevado a no creer en nada»; la primera es la conclusión sana de quien está vivo; la segunda, muy de la época, es, sin embargo, la insana interpretación de un nihilista, de quien, antes creyente en no se sabe qué, descubre por fin que la vida (humana) era esto. No olvidemos que uno de los tópicos supuestamente sabios de nuestro tiempo –y tópico implica gregario– relativos al cáncer, aparte del de «luchar contra él», es el de aprender algo. No dudo de que se pueda, aunque tampoco es obligado hacerlo. Ahora bien, aprender a descreer, significa conservar una fe incólume en la nada, más que en la vida (humana). Haber luchado tanto para esto…



Es, no obstante, innegable que el nacionalsocialismo utilizó a Nietzsche como pensador y profeta suyo. No sucedió esto por casualidad sino por causa de que Nietzsche, más o menos desde que perdió la razón, en 1889, se había convertido en una figura de referencia excepcional, en una figura de culto, imposible hoy de imaginar en el caso de alguien a quien consideramos filósofo. La historia es larga y complicada. Intentaré esquematizarla.

Entre 1890 y 1945, en que, con la derrota del nazismo, que había usufructuado su fama, Nietzsche pasa a ser persona non grata, el filósofo fue tenido por profeta, fundador de una religión, héroe y hereje, revolucionario, etc., figura, en cualquier caso, ante la que había que tomar posición.

El culto a su persona y a su pensamiento, o a algunas de las ideas más conocidas de este, provenía de lados muy diversos y hasta antagónicos. El carácter aforístico de su obra, en apariencia abierta a interpretaciones multiformes y heterogéneas, propició ese interés tan variopinto. La juventud culta de clase media, las vanguardias de los años noventa eran en principio las más afines, pero también tuvo seguidores en el psicoanálisis, y en el nuevo siglo, en el expresionismo, entre músicos (R. Strauss, G. Mahler), escritores (H. von Hofmannsthal, los hermanos Mann, A. Döblin o R.Musil) y hasta en el feminismo (L. Braun o H. StöckerH. Stöcker), los judíos en general y el sionismo (C. Seligman, M. Buber, F. Rosenzweig; Th.Herzl, M. Nordau).

Ya en los años ochenta –Nietzsche da cuenta de ello en sus escritos– ciertos círculos racistas y nacionalistas se declaraban seguidores de él. La noción nietzscheana del «superhombre», del que nada sabían, junto con el extracto darwiniano de la supervivencia de los mejor adaptados, de los más fuertes, los combinaban en el delirio de la crianza de una raza superior. Que Nietzsche maldijera una y otra vez, y aún otra más el racismo, el nacionalismo, el antisemitismo, toda clase de colectivismo o gregarismo, que modificara la lectura que Darwin hacía del evolucionismo justamente con su concepción del Übermensch, que no tiene por qué entenderse en alemán como superhombre, ni, en consecuencia, traducirse así, todo eso, a los adictos a un culto les trae sin cuidado.

Fueron E. Bertram y L. Klages quienes proporcionaron ideas más elaboradas, discursos mucho más trabados que configuraron los orígenes místicos del nacionalsocialismo. El primero hizo de Nietzsche un mito, profeta germánico, leyenda nacional de la nueva derecha alemana; el segundo le endilgó un vitalismo antirracionalista que era el suyo.

Eso, en los años diez y veinte. Luego, A. Bäumler, filósofo nazi, en su libro sobre Nietzsche, a quien considera en esencia un pensador político, acentuó la importancia de la voluntad de poder, entendida en el sentido más trivial, que no es el adecuado, mientras rechazaba el eterno retorno, expediente de decisión práctica, que le resultaba demasiado meditativo y suave, demasiado estoico para lo que pretendía justificar.

Para A. Rosenberg, otro de los pensadores nazis, Nietzsche era un revolucionario cuyas ideas solo podrían ser comprendidas en el mundo nazi. Coincidían, el filósofo y los nazis, en rechazar la sociedad burguesa, el liberalismo, el socialismo, la democracia, el igualitarismo, la moral cristiana y el racionalismo, pensaban ellos. Coincidían en lo que rechazaban; deducían de ahí que también sería nietzscheano lo que ellos afirmaban. — Así sigue habiendo grupos neonazis que se reclaman seguidores de Nietzsche. Hace no muchos años se presentaron un grupo de radicales de extrema derecha en un congreso de la Sociedad Española de Estudios sobre Nietzsche, esperando encontrar entre los estudiosos sus almas gemelas.

Entre los nazis, sin embargo, hubo gente suficientemente informada que sabía muy bien que Nietzsche no tenía nada que ver con ellos. E.Krieck, importante ideólogo del régimen «observó sarcásticamente que si se pasaba por alto que Nietzsche no era ni socialista ni nacionalista, y que además era enemigo de todas las teorías racistas, en ese caso, sí, el filósofo podría haber sido un teórico
eminente del nacionalsocialismo.» (Véase K. Gauger, «El culto a Nietzsche en Alemania», Estudios Nietzsche, nº 7.)


Nietzsche no mata a Dios, Nietzsche no desmonta la moral cristiana, Nietzsche no desacredita el conocimiento; él simplemente expone lo que está sucediendo, y hace una crítica de la metafísica –de los discursos dados por válidos– que está impidiendo que todo eso se vea. Por ello repiensa lo que sea el lenguaje, la naturaleza del ser humano y el sentido de la cultura, fundamentalmente a través de la rectificación y la reintegración de las polaridades que el lenguaje falsamente ha introducido en el mundo: cuerpo / alma, naturaleza / cultura, sujeto / acción, hecho / interpretación, literal / metafórico, verdad / error, bueno / malo, moral / inmoral, etc., etc. — Qué tenga eso que ver con la barbarie programada del nazismo es algo que a uno difícilmente se le alcanza.


Aquí dejamos, de momento, la descomplicación de Nietzsche. Volveremos a la vuelta del verano.

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miércoles, 16 de enero de 2019

¿CUÁNTO IMPORTA REALMENTE LA CULTURA?

Trabajadores de Ubik, ayer, ofreciendo información y recabando firmas.
Durante los primeros años del siglo XXI, a consecuencia de la entrada en el sistema euro, se hablaba de los mileuristas como gente mal pagada, ya que sus sueldos rondaban los 1000 euros. Por lo general, solían ser personas con formación universitaria que, además, habían pasado por trabajos previos no remunerados —entiéndase, prácticas o becariados diversos—. El término surgió a partir de una "carta al director" que Carolina Alguacil mandó al diario El País.

Han pasado 19 años y con aquellos mil euros hoy se adquieren muchos menos bienes y servicios que en 2005. En cambio, ha crecido la cantidad de personas que ni tan siquiera cobra ese sueldo que entonces considerábamos escaso; es decir, buena parte de la sociedad está en peor situación económica. O sea, vamos hacia atrás, incluso después de haber salido de la crisis como dicen que hemos salido.

Eso sí, desde casi todas las instancias oficiales se nos recuerda lo importante que es la cultura —y tienen razón— en el desarrollo de los pueblos. Se enaltece su importancia porque incide en otras muchas actividades humanas que encuentran en ella un apoyo y una forma de crecer. La cultura repercute en todas las esferas la actividad social. 

Sin embargo, no parece que responsables, administaciones y demás agentes implicados sean coherentes con sus propias palabras, o sus propias creencias, pues algo tan aparentemente sencillo y razonable como pagar un sueldo decente, que permita a quienes lo reciben vivir con autonomía sin depender de familiares, resulta que no lo practican. 

De esta manera, una biblioteca que se reclama puntera e innovadora, que es uno de los servicios más importantes de Tabakalera para la ciudadanía —si no es el más importante, sí es el más utilizado: 190.000 visitantes al año—, se encuentra cerrada desde el 22 de diciembre. O mucho me equivoco o la cultura nada les importa, excepto para sacarla a pasear en discursos públicos y declaraciones varias, pero no para que se haga efectiva y de acceso cotidiano.


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Disponéis de más información en: 

lunes, 14 de abril de 2014

ÁNGEL CRESPO (1924-1995)

Ángel Crespo es uno de esos poetas de los que hablan un par de líneas todos los manuales, pero que casi nadie conoce. Probablemente sea más conocido como traductor que como creador —sus traducciones de Dante, Petrarca y Pessoa siguen siendo utilizadas—, y es que sus discrepancias con el "aparato" literario del partido y su "retiro" a Puerto Rico durante veinte años han hecho de él un poeta semiolvidado. Afortunadamente esta antología y la anterior de Galaxia Gutenberg intentan recuperarlo del olvido, aunque no sé si con mucho éxito. Sirva, pues, este no-aniversario del poeta como recuerdo y alabanza del mismo.

EL INVISIBLE

Yo sé que alguien me habla,
me habla con insistencia,
tercamente me dice cosas que debo saber,
pero ese alguien no usa mis palabras,
pero yo no conozco su lenguaje,
y los dos, frente a frente,
sin vernos, angustiados,
no podemos unir nuestros discursos.

A veces casi escucho su mensaje,
presiento cómo lucha junto a mí,
cómo trata de hablarme, de decirme,
cómo viene a mi libro, a mis papeles,
cómo se sienta al lado, invisible, en la silla,
cómo hace a mi madre que diga cosas raras
que mi madre no quisiera decir,
para que yo le entienda.

También, cuando paseo,
a la cara me arroja hojas secas, y a veces
me hace tropezar en una brizna.

Pero yo no le entiendo,
yo no sé qué me quiere decir,
yo soy un torpe incomprensivo, y sólo
sé abrir los ojos y exclamar con miedo:
¿Quién eres? ¿Qué me quieres decir?

Pero se va
si nota mi impaciencia.

En Youtube tenéis la lectura de unos pocos poemas de Crespo que cinco poetas realizan a manera de homenaje.