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miércoles, 20 de julio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 20

Ejemplar del KM
Gandhi es el corazón de la no violencia. Él fue quien con su ejemplo y sus escritos inspiró a otros líderes del movimiento pacifista internacional como Martin Luther King, Nelson Mandela, Dorothy Day o Desmond Tutu. Escribió miles de páginas, pero nunca se ocupó de recoger en un libro de forma sistemática su pensamiento. Estaba convencido de que la mejor forma de transmitir su mensaje era su propio ejemplo, su actuación diaria. Y así lo dijo cuando llegó hasta él un grupo que pretendía entrevistarle para que les resumiera lo más importante de sus ideas. Era el día de la semana que él dedicaba a la meditación. Insistieron mucho, pero no interrumpió su actividad y les hizo llegar una frase ya célebre: Mi vida es mi mensaje

En 1984 el gobierno de la India, haciendo caso omiso de su voluntad —Mis escritos deberían ser quemados con mi cuerpo— terminó de publicar la obra escrita de este ser extraordinario: 98 volúmenes, decenas de miles de páginas en forma de cartas, discursos, ensayos, telegramas, artículos... están recogidas en The Collected Works of Mahatma Gandhi, de acceso libre a todo el mundo. 

Este libro, introducido por John Deer, es, tal vez, una de las mejores aproximaciones en castellano a la vida y al pensamiento de ese ser único que fue capaz de movilizar a millones de personas con su ejemplo, con su ejemplo detener varias veces la violencia desatada entre las distintinas comunidades religiosas de la India, y también con su ejemplo lograr la independencia de ese gigantesco país.

La verdad y la no violencia son nuestro fin. La no violencia es el dharma supremo. No hay ningún descubrimiento más importante que este. Siempre que realicemos acciones mundanas, mientras el alma y el cuerpo estén unidos, nuestra actividad seguirá produciendo alguna violencia. Pero tenemos que renunciar al menos a la violencia a la que podemos renunciar. Tenemos que comprender que cuanto menor es la violencia que una religión permite, tanto mayor es la verdad contenida en ella.

El amor es una hierba rara que convierte en amigo incluso al enemigo más acérrimo, y esta hierba nace de la no violencia.

La persona y sus obras son dos cosas distintas. Mientras que una obra buena debería suscitar aprobación, y una acción mala tendría que provocar desaprobación, la persona que realiza la acción, sea esta buena o mala, siempre merece respeto o piedad, según el caso. "Odia el pecado, no al pecador" es el precepto que, si bien es fácil de entender, se practica pocas veces, y por esta razón el veneno del odio se extiende por el mundo.

No puedo llevar una vida religiosa si no me identifico con toda la humanidad, y no puedo hacerlo si no participo en la vida política. Toda la gama de las actividades de la humanidad constituye un todo indivisible. No podemos dividir el trabajo social, económico, político y puramente religioso en compartimentos estancos. No conozco más religión que la actividad humana. Esta proporciona una base moral para todas las demás actividades que, de otro modo, carecerían de ella, de manera que la vida quedaría reducida a un laberinto "que no significa nada".

Durante los últimos treinta años he predicado y practicado el satyagraha. Este se diferencia de la resistencia pasiva como el Polo Norte del Polo Sur. La resistencia pasiva ha sido concebida como un arma de los débiles y no excluye el uso de la fuerza física o la violencia para conseguir los fines propuestos, mientras que el satyagraha ha sido concebido como un arma de los más fuertes y excluye el uso de la violencia de cualquier modo o forma.

La no violencia, en su condición dinámica, significa sufrimiento consciente. No significa dócil sumisión a la voluntad del malhechor, sino entregar toda el alma contra la voluntad del tirano. Si trabaja bajo esta ley de nuestro ser, una sola persona podrá desafiar a todo el poder de un imperio injusto para salvar su honor, su religión, su alma y sentar las bases para la caída o la regeneración de ese imperio. 

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 13 de julio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 19

Ejemplar del KM
Judith Butler no es propiamente una pensadora pacifista, en este ensayo no se ocupa extrictamente de la paz ni de la violencia que estalla entre naciones y, como posestructuralista que es, tampoco el lenguaje que utiliza es de los más sencillitos. Hay que tener paciencia o estar ligeramente habituado. 

Sobre las muchas maneras de entender el pacifismo yo creo que esta serie puede ofrecer algunas pistas, sobre el posestructuralismo solo me cabe decir que no es este el momento ni el espacio; por tanto, vayamos con lo que me parece sustancial de La fuerza de la no violencia

La imagen que muestra la portada ofrece bastante bien cuál es el tema de reflexión: la resistencia ante la violencia estatal. La resistencia ante la desigualdad, ante la discriminación en función del sexo, de la raza, del origen social o nacional. La resistencia ante la violencia que ejerce el poder sobre grupos de personas desfavorecidas. No es necesario romperse la cabeza para darse cuenta de que el texto viene dado por dos movimientos que han tenido una enorme repercusión en su país: el Me Too y el Black Lives Matter.

Contrarrestar el esquema de la fantasmagoría letal que con tanta frecuencia justifica la violencia policial hacia las comunidades negras y mestizas, la violencia militar hacia los migrantes y la violencia estatal hacia los disidentes, requiere de un nuevo imaginario, un imaginario igualitario que aprehenda la interdependencia de las vidas. Poco realista e inútil, sí, pero posiblemente sea una manera de alumbrar una nueva realidad que no se base en las lógicas instrumentales y en la fantasmagoría racial que reproducen la violencia estatal. En la "falta de realismo" de ese imaginario reside su fuerza. No es solo que en un mundo así cada vida merecería que se la tratara como a un igual, o que cada uno tendría el mismo derecho a vivir y desarrollarse, aunque ciertamente se deben afirmar ambas posibilidades. Pero es necesario dar un paso más: "cada uno" es, desde el inicio, entregado a otro, social, dependiente, pero sin los recursos adecuados para saber si esa dependencia que se requiere para vivir es explotación o amor (p 198).

En cuanto al aparato intelectual en que se envuelve, marca habitual de la casa, hay que contar con la presencia de Melanie Klein, Michel Foucault, Frantz Fanon, Sigmund Freud, Walter Benjamin y Étienne Balibar. A mí todo este esfuerzo por justificar y fundamentar el discurso con un aparato crítico tan extenso me resulta excesivo. Entiendo que rodearnos de nuestros más queridos maestros pensadores está muy bien, pero la fuerza, la fuerza verdaderamente radical de la no violencia consiste en algo tan limpio, sencillo y transparente como admitir que la persona que tenemos enfrente, en cuanto persona, tiene la misma dignidad que nosotros y los mismos derechos. Y que la forma de resolver el conflicto que tengamos entre ambos pasa siempre por el diálogo, nunca por el uso de la violencia. 

Próximo título: Mi vida es mi mensaje. Mahatma Gandhi.

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 6 de julio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 18

Editorial
Thomas d’Ansembourg y David van Reybrouck lo tienen claro y lo dicen desde el prólogo: Aunque la seguridad quedase formalmente restablecida, aunque en el exterior reine de nuevo la paz, nada garantiza su durabilidad mientras no hayamos emprendido una acción de largo recorrido que afiance la paz en el interior (p 17).

El título es ya suficientemente explícito. Y a exponer ese aprendizaje y las ventajas que de él dimanan dedican todo su esfuerzo. Y lo hacen de manera clara, sencilla y con muchos datos. Empiezan con una lamentación: Nuestra sociedad no propone ningún aprendizaje para vivir bien y, en concreto, para vivir bien en sociedad, y el ciudadano se encuentra tan desamparado como compleja se vuelve la vida (p 27).

Y siguen: La paz no cae del cielo. No se promulga ni se impone. No es el fruto de ningún encantamiento, por muy poderoso que sea. La paz se trabaja, se organiza y se estructura con al menos la misma atención, rigor, determinación y compromiso que la guerra. Requiere una disciplina de saber ser, que permite que sepamos ser en comunidad (pp 30-31).

Y ellos encuentran la respuesta en su propia experiencia y en otras muchas experiencia de éxito producidas en el mismo sentido. Saben de muchas técnicas y de métodos diversos. En el libro se centran en la plena conciencia, la comunicación no violenta y la benevolencia. Aunque bien saben que la mayoría de la sociedad no se toma estas cosas en serio y las miran de refilón, como cosa de hippies, seguidores de la new age y similares. 

Sin embargo, el aporte que realizan de experiencias llevadas a cabo en centros escolares de todas la edades (incluidos estudios universitarios en fase de posgrado), con gente adulta de todos los rangos sociales, laborales y culturales es tan apabullante y tan exitosa, que se hace urgente el hecho de que los ministerios de educación las introducan en los planes de estudio, igual que se introdujeron por sus beneficios en la salud la educación física o las normas higiénicas básicas.

Como señalan al final, si la paz verdadera empieza por la paz personal, es imperiosamente necesario para el interés público invertir cuanto sea posible en la higiene de la conciencia. Y estas frases me gustan especialmente: Sabemos que para responder al terror y al caos no basta con análisis políticos, militares, económicos y militares. Sabemos que hace falta un nuevo punto de vista, una nueva conciencia, nuevos programas educativos y nuevas maneras de vivir en comunidad (...) Sabemos que la única forma de crear un bienestar social duradero es desarrollar entre todos un proyecto de futuro para la humanidad (pp 123-25).


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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 29 de junio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 17

Editorial
Para quien no haya leído textos publicados por las NNUU o cualquiera de sus organizaciones, agencias u organismos especializados, es necesario advertir que suelen ser publicaciones colectivas, productos de encuentros, seminarios o ponencias. Siempre utilizan un lenguaje muy medido, absolutamente correcto en todos los sentidos, muy descriptivo y nunca existen opiniones. Este es también el caso de Mujeres a favor de la paz. Las compiladoras de los textos que conforman el título han sido Ingeborg Breines, Dorota Gierycz (funcionaria de la División de las NNUU para el Adelanto de las Mujeres) y Betty A. Reardon.

Así, pues, el material aquí recogido es resultado de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, Pekín, 1995. Todos los textos están organizados en tres grandes apartados, más un apéndice que suele ser habitual en este tipo de publicaciones en el que se recogen los textos relacionados con el tema que ya habían sido publicados anteriormente y que vienen a conformar la biblioteca temática-normativa de la casa.

Los tres apartados son estos: 

1. Temas y problemas del rol de las mujeres en la guerra, la paz y la seguridad. 

2. Críticas de género a las normas y prácticas de paz y seguridad.

3. Acciones e inicativas de las mujeres a favor de la paz.

A mí el tercero es el que me ha parecido más interesante, pues en él están recogidas acciones, técnicas e iniciativas que grupos de mujeres de todos los continentes han realizado en un momento u otro de la historia de sus países, pueblos o territorios para intentar reconducir situaciones de violencia en general durante la segunda mitad del siglo XX.

En cuanto al apartado segundo, teniendo en cuenta que la ONU es lo que es, que por su propia estructura está impedida para realizar verdaderas acciones de paz y seguridad, y que, en cualquier caso, y mientras no cambie el estatuto de la organización, lo que ocurra en una parte del mundo no depende de la Asamblea de la ONU, sino de lo que decida quien detente el poder militar en esa zona, las críticas pueden ser de género, infantiles, de quienes visten de verde chillón o de quienes miran por la ventana el amanecer todos los jueves. [Remito aquí al muy interesante libro de Ferrajoli que comenté en abril y su más reciente propuesta de prohibir la guerra por medio de una Constitución de la Tierra].

Lo anterior no quiere decir que no defienda yo también la inclusión de más mujeres y de una actividad mucho menos autoritaria en todas y cada una de las instituciones y órganos de poder de las NNUU, pero mientras no se suprima la capacidad de veto que tienen Reino Unido, China, Francia, Rusia y Estados Unidos en el Consejo de Seguridad y no se modifiquen sus funciones es imposible que esta organización pueda dar ningún paso verdaderamente efectivo en la construcción de la paz. De hecho, mientras sea así, queda invalidada la primera función para la que se creo.

Del apartado tercero quiero resaltar la noticia que tuve del Movimiento de Madres de Soldados en Rusia, que no conocía y que tuvieron una cierta importancia durante la primera guerra ruso-chechena. Ignoro si en la actualidad tienen alguna capacidad de acción o si ya han desaparecido. Para mi sorpresa, Ella Polyakova, la presidenta de la organización en San Petersburgo durante los años 90, parece que en algún momento ha sido consejera del presidente Putin, al menos, lo era durante el primer conflicto con Ucrania en 2014. (Podéis leer una entrevista con ella realizada el 10 de febrero de 2020 aquí).

El subtítulo de la publicación dice así: Hacia un programa de acción. Y ese es el problema de este tipo conferencias. Hay mucha ponencia, pero cuanto sale de ellas es solamente un hacia, nunca  acción. Remodelar la organización para que realmente sea operativa es tarea urgente de la humanidad. De esa manera, las bien fundadas razones e ideas que podemos leer en el libro, tal vez tuvieran algún día su desarrollo.

Próximo título, pero no la próxima semana: La paz se aprende. Thomas D'Ansembourg y David Van Reybrouck.

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 22 de junio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 16

De vuelta a casa, no quiero dejar pasar este miércoles sin una propuesta de lectura sobre el tema. Hoy no propongo un libro, sino un manifiesto. Tiene ya muchos años y fue escrito durante la época de la guerra fría, en 1955, lo que le da, creo, un valor añadido. Lo redactó Bertrand Russell con el apoyo de Albert Einstein. Supuso el inicio de las Conferencias de Pugwash.



En la trágica situación que enfrenta la humanidad, creemos que los científicos deben reunirse en conferencia para evaluar los peligros que han surgido como consecuencia del desarrollo de armas de destrucción masiva, y para discutir una resolución en el espíritu del borrador adjunto.

Estamos hablando en esta ocasión, no como miembros de esta u otra nación, continente, o credo, sino como seres humanos, miembros de la especie Hombre, cuya existencia continuada está en duda. El mundo está lleno de conflictos; y, por encima de todos los conflictos menores, la lucha titánica entre Comunismo y Anticomunismo.

Casi todo quien es políticamente consciente tiene profundos sentimientos sobre uno o más de estos asuntos; pero queremos que ustedes, si pueden, aparten esos sentimientos y se consideren sólo como miembros de una especie biológica que ha tenido una notable historia, y cuya desaparición ninguno de nosotros puede desear.

Debemos procurar no decir ni una palabra que pueda atraer a un grupo más que a otro. Todos, igualmente, están en peligro, y, si se entiende el peligro, existe la esperanza de que podamos evitarlo colectivamente.

Tenemos que aprender a pensar de nueva manera. Tenemos que aprender a preguntarnos, no sobre las medidas que deben tomarse para asegurar la victoria militar de cualquier grupo que prefiramos, pues ya no existen tales pasos; la cuestión que nos debemos formular es: ¿qué medidas deben adoptarse para evitar una contienda militar cuyo resultado será desastroso para todas las partes?

El público en general, incluso muchos hombres en puestos de autoridad, no han imaginado lo que supondría verse envueltos en una guerra con bombas nucleares. El público en general aún piensa en términos de destrucción de ciudades. Se entiende que las nuevas bombas son más poderosas que las antiguas, y que, mientras una bomba-A pudo arrasar Hiroshima, una bomba-H podría destruir las más grandes ciudades, como Londres, Nueva York y Moscú.

No cabe duda de que en una guerra con bombas-H las grandes ciudades quedarían aniquiladas. Pero ese sería uno de los desastres menores a los que nos tendríamos que enfrentar. Si todos en Londres, Nueva York y Moscú fueran exterminados, el mundo podría, al cabo de unos pocos siglos, recuperarse del golpe. Pero ahora sabemos, especialmente tras la prueba de Bikini, que las bombas nucleares pueden expandir gradualmente su destrucción sobre una superficie mucho más amplia de lo que se había pensado.

Se asegura con excelente autoridad que puede fabricarse ahora una bomba que sería 2.500 veces más potente que la que destruyó Hiroshima. Tal bomba, si explotara cerca de la superficie o bajo el agua, enviaría partículas radiactivas a la capa superior del aire. Descenderían gradualmente e irían llegando a la superficie de la tierra como mortífero polvo o lluvia. Ese polvo fue el que afectó a los pescadores japoneses y a los peces que capturaron. Nadie conoce la amplitud con la que podrían esparcirse esas letales partículas radio-activas, pero las mejores autoridades son unánimes al decir que una guerra con bombas-H podría posiblemente señalar el final de la raza humana. Se teme que de utilizarse muchas bombas-H habría una muerte universal, inmediata sólo para una minoría, pero para la mayoría en lenta tortura de enfermedad y desintegración.

Se han formulado muchas advertencias por eminentes científicos y por autoridades en estrategia militar. Ninguno de ellos dirá que pueden asegurarse las peores expectativas. Lo que dicen es que tales resultados son posibles, y nadie puede tener la seguridad de que no se hagan realidad. No hemos encontrado aún que las opiniones de los expertos en estos asuntos dependan en ningún grado de sus posiciones políticas o prejuicios. Sólo dependen, hasta donde nuestras investigaciones han revelado, del grado de conocimiento de cada experto en particular. Hemos descubierto que los hombres que más saben son los más sombríos.

Aquí está, entonces, el problema que presentamos, crudo, horrible e ineludible: ¿Vamos a poner fin a la raza humana; o deberá renunciar la humanidad a la guerra? La gente no se plantea esta alternativa porque es muy difícil abolir la guerra.

La abolición de la guerra exigiría desagradables limitaciones de la soberanía nacional. Pero lo que impide quizá comprender la situación más que cualquier otra cosa es que el término «humanidad» suena vago y abstracto. La gente apenas se imagina que el peligro es para ellos y sus hijos y sus nietos, y no sólo para una humanidad vagamente aprehendida. Apenas se imaginan que son ellos, individualmente, y aquellos que aman quienes están en peligro inminente de perecer angustiosamente. Y por eso confían en que quizá deba permitirse que la guerra continúe siempre que sean prohibidas las armas modernas.

Esta esperanza es ilusoria. Cualesquiera acuerdos que se alcancen en tiempos de paz para no utilizar bombas-H, no se tendrán por obligatorios en tiempos de guerra, y ambas partes se pondrán a trabajar para fabricar bombas-H en cuanto estalle la guerra, porque si un bando fabricase bombas y el otro no lo hiciera, quien las fabricase resultaría inevitablemente victorioso.

Aunque un acuerdo para renunciar a las armas nucleares como parte de una reducción general de armamentos no equivalga a una solución definitiva, serviría para ciertos objetivos importantes. En primer lugar, cualquier acuerdo entre el Este y el Oeste será bueno en la medida en que tienda a disminuir la tensión. En segundo lugar, la abolición de armas termo-nucleares, si cada parte creyera que la otra la cumple con sinceridad, disminuiría el temor de un ataque repentino al estilo de Pearl Harbour, que en la actualidad mantiene a ambas partes en un estado de aprehensión nerviosa. Debemos, por tanto, dar la bienvenida a un acuerdo, aunque sólo sea como un primer paso.

La mayoría de nosotros no somos neutrales en los sentimientos, pero, como seres humanos, tenemos que recordar que, si las cuestiones entre el Este y el Oeste deben decidirse de forma que den alguna posible satisfacción a cualquiera, sea comunista o anticomunista, sea asiático, europeo o norteamericano; sea blanco o negro, tales cuestiones no deben decidirse por la guerra. Debemos desear que se entienda esto, tanto en el Este como en el Oeste.

Tenemos ante nosotros, si queremos, un progreso continuo en felicidad, conocimiento y sabiduría. ¿Elegiremos en cambio la muerte, porque no podemos olvidar nuestras disputas? Hacemos un llamamiento como seres humanos a seres humanos: recordar vuestra humanidad, y olvidar el resto. Si podéis hacerlo, está abierto el camino hacia un nuevo Paraíso; si no podéis, se muestra ante vosotros el riesgo de la muerte universal.

Resolución:

Invitamos a este Congreso, y a través suyo a los científicos del mundo y al público en general, a suscribir la siguiente resolución:

Ante el hecho de que en cualquier futura guerra mundial se emplearían con certeza armas nucleares, y que tales armas amenazan la continuidad de la humanidad, instamos a los gobiernos del mundo para que entiendan, y reconozcan públicamente, que sus propósitos no podrán lograrse mediante una guerra mundial, y les instamos, en consecuencia, a encontrar medios pacíficos que resuelvan todos los asuntos de disputa entre ellos.



Próximo miércoles: Mujeres a favor de la paz: hacia un programa de acción. VVAA.

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 15 de junio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 15

 

Ejemplar del KM
Este libro nació de un ciclo de conferencias sobre el tema organizado por el Centre d'Estudis per la Pau —ahí mismo, en la página enlazada, podéis encontrar más títulos que amplíen estas sugerencias de los miércoles—. Posteriormente, las conferencias se adaptaron y corrigieron para el formato libro, aunque quedaron fuera las referentes a Bertrand Russell y Johan Galtung. Las ochos que sí están son estas:

Henry D. Thoreau o el derecho a la desobediencia, de Carme Romia i Agustí.

La estaca verde de León Tolstói, de José Luis Gordillo.

Gandhi y la no violencia, de Antoni Soler Ricart.

Sobre el pacifismo de Albert Einstein, de Francisco Fernández Buey.

—"Sentada en mi lado del abismo". Sobre Tres guineas, de Virginia Woolf, de Elena Grau Biosca.

"Lo espantosamente nuevo":guerra y paz en la obra de Hannah Arendt, de Verena Stolcke.

Martin Luther King. Un hombre que tuvo un sueño de igualdad, de Joan Gomis.

E. P. Thompson: protestar para sobrevivir al extremismo, de Jaime Pastor.

Cada una de las ponencias anda en torno a las 20 páginas y todas tienen al final una bibliografía más o menos amplia para continuar ahondando en el personaje del que se ocupan y en las ideas que defendió. Todas ellas son de fácil lectura y gran agilidad expositiva. Pueden valer, asimismo, para despertar el interés, si es que no se conocían previamente, como puerta de acceso al pensamiento de quienes protagonizan las ideas pacifisitas que el texto se divulgan.

A mí me parece que el mayor atractivo de este título, todavía a la venta en librerías, es el amplio abanico de perspectivas que recoge y, sin ser un libro de historia del pensamiento pacifista o de introducción al mismo, da buena cuenta de los distintos puntos de vista que sobre el tema ha habido hasta los años 80 del siglo XX gracias a la variedad y relevancia de las personas de las que se ocupa.  Acaso, pueda parecer extraña la inclusión de V. Woolf en este título, pero la extrañeza desaparecerá en cuanto se lea el texto de Elena Grau o, mejor, el de V. Woolf.

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 8 de junio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 14

Editorial
Aunque yo no participo de la fe cristiana de Tolstói, eso no me ha impedido disfrutar de la lectura de este manifiesto a favor del amor y contra toda violencia. También creo que en mucha ocasiones mantiene una postura excesivamente  ingenua con respecto a la sociedad y a la historia, pero eso tampoco me ha hecho rechazar su lectura. Y es que el encanto que segrega este texto no procede ni de sus creencia ni de su capacidad argumentativa, sino de la convicción con que se expresa el escritor ruso y, lo que es más importante, de lo profundamente coherente que resulta con respecto a sus acciones vitales. 

Influido por la lectura de Thoreau, Tolstói empieza por aplicar las ideas recogidas en los textos del norteamericano en Yasnaia Poliana, la finca propiedad de la familia, y allí mismo abre una escuela primero, después libera a toda la servidumbre. Lo que él entiende por ley cristiana del amor será la guía de su vida y la que intenta recoger de la manera más sencilla y expresiva posible en este texto de poco más de cien páginas. Es su última obra, su testamento moral —Esto es lo que quería decir a mis hermanos antes de morir (p 110)—. Su rechazo a cualquier forma de coerción, humillación, abuso o violencia ejercida sobre otro ser humano.

Tolstói estaba convencido de que el amor podía ser la norma de conducta que dirigiese las relaciones sociales, el camino por donde debía transitar toda acción humana, tanto mercantil como política. Siendo así, se desactivaría la violencia y, como consecuencia, se instauraría una sociedad donde reinara la justicia en todas y cada una de sus actuaciones. El mensaje es simple y directo. Solo hay que ponerlo en práctica. Gandhi se inspiró en él. Otro tanto hizo Martin Luther King. Se puede soñar.

Otro elemento atractivo del librito es que está plagado de citas. En realidad, todos los capítulos, muy breves, se abren siempre con cuatro o cinco citas, algunas ajenas y otras del mismo Tolstói. Todas ellas le dan un aire de ligereza y frescura que resulta muy agradable. Aquí tenéis algunas:

La gloria de los justos reside en sus conciencias, no en la boca de los hombres.

Los hombres de nuestro tiempo creen que todo el absurdo y crueldad de nuestra vida, con la demencial riqueza de unos pocos, con la envidiosa y colérica miseria de la mayoría, con la violencia, los ejércitos y las guerras, no son vistos por nadie y que nada nos impedirá seguir viviendo esa vida.

Las desgracias de las guerras y de los preparativos militares no solo no corresponden a las causas que suelen exponerse para justificarlas, sino que sus causas son en su mayoría tan fútiles que no resisten análisis y quienes mueren en las guerras las desconocen por completo.

No sabemos ni podemos saber en qué consiste el bien común, pero sí sabemos que alcanzar ese bien común solo es posible mediante el cumplimiento de la ley del bien, que ha sido revelada a cada hombre.

Próximo miércoles: Pensamiento pacifista. Enric Prat de la Riba.

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 1 de junio de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 13

Editorial. Traducción: Guillermo Solana.
Puede que cause extrañeza ver en esta sección de libros para pensar la paz el ya clásico texto de Hannah Arendt. Es cierto que la pensadora alemana tan solo utiliza en tres ocasiones la palabra pacifismo en un texto de casi 700 páginas. Es también cierto que aplica toda su atención al análisis del totalitarismo como sistema político, sistema que basa su terrorífica eficacia en la instauración de un poder omnímodo y el miedo de la población a realizar cualquier acción que vaya en contra de él. 

Sin embargo, no es menos cierto que cualquier texto de filosofía política o filosofía moral es necesario para ayudarnos a pensar la paz, porque cualquiera de ellos enriquece la reflexión sobre cómo nos organizamos y aporta un punto de vista diferente. Y tendremos que tener en cuenta todas las ideas que puedan ayudar a profundizar en el tema para decidir cuál es la mejor manera posible de establecer una convivencia realmente pacífica, solidaria y justa entre todas y cada una de las personas que conforman la sociedad. 

No obstante, tampoco es esa la razón de su presencia aquí. Está aquí porque cuando Arendt se adentra en el análisis de los estados totalitarios del siglo XX —nazismo y estalinismo— la imagen que nos ofrece es la del mal absoluto, la de aquello con lo que ya no es posible reconciliación ninguna, aquello que pone fin a cualquier intento de moralidad, de sentido ético, aquello donde quedan anuladas las categorías de lo legal y lo legítimo. Es decir, exactamente las mismas palabras, los mismos conceptos que podríamos utilizar para referirnos al estado de guerra y, creo, con mayor razón.

Para quien desee leer Los orígenes del totalitarismo debo decir que se organiza en tres partes: Antisemitismo, Imperialismo y Totalitarismno. El libro nace como un magno intento de explicar cómo fue posible el holocausto y cuáles son los fundamentos que explican la aparición de regímenes políticos que ponen en entredicho la propia civilización y, por tanto, la idea de ciudadanía como participación responsable en los asuntos de la colectividad. Aquí me permito recomendar otra obra sustancial suya: La condición humana.

Gracias al desarrollo del pensamiento social, en general, y muy particularmente a la obra de la pensadora alemana, hoy no es posible ignorar que la vida cívica, la corresponsabilidad en la esfera pública son asuntos fundamentales de la filosofía moral. No podemos dejar en manos de las relaciones interpersonales la elaboración de cuanto configura la esfera de lo público. El pensamiento ético nunca llegará a buen puerto si no incluye una filosofía política de la fraternidad. Esta es, en mi opinión, la aportación más relevante de H. Arendt a la construcción de la paz como ámbito de convivencia segura.

Y que no os desanime su apariencia. Como escribió Salvador Giner, quien fuera alumno suyo, se lee con voracidad.

Próximo miércoles: La ley de la violencia y la ley del amor, Lev Tolstói.

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 25 de mayo de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 12

Ejemplar del KM
Este libro fue publicado en castellano en octubre de 2020, poco antes en inglés y, como el mismo autor, Andrew Fiala, recuerda en la presentación, mientras surgía el movimiento de protesta en EEUU Black Lives Matter. No sé si la fuerza del movimiento o por el carácter optimista y positivo del autor, todo el libro está impregnado de esa visión desde sus frases iniciales: Estamos progresando hacia un mundo menos violento. Incluso antes del surgimiento de las manifestaciones no violentas contra el racismo y la brutalidad poilicial de 2020, los académicos afirmaban que nos hallamos en medio de una de las oleadas de movimientos de masas no violentas de la historia (p 12). ¿Sería distinto el tono si Fiala lo escribiera en este momento?

A mí me gusta expresarme con un tono esperanzador si lo hago públicamente, pero sin infundir falsas expectativas y siempre apoyado en elementos reales que puedan sostener cuanto sea necesario afirmar. No me gusta dejarme llevar por la sensación de euforia que suelen producir congresos, seminarios y demás actividades grupales en las que se comparten las mismas opiniones con poco espíritu crítico y con mucha alegría grupal. Digo esto porque en ocasiones tendemos a justificar cuanto hacen "los nuestros" por el hecho de que pertenecen a nuestra familia ideológica. 

Hecha esta aclaración, el libro del profesor Fiala es una buena herramienta para realizar lo que el título dice, una inmersión rápida para entender qué es esto de la no violencia, cuáles son sus elementos definitorios, quién es quién en el movimiento y, como reza un apartado, hasta cuál es la ontología social y la psicología moral de la no violencia. Todo el libro tiene ese aire didáctico de quien, como buen profesor, sabe que conviene ser claro y preciso cuando nos dirigimos a un público general y que cuanto mejor se entienda el mensaje, más lejos podrá llegar. 

Quiero destacar su párrafo final:

La imaginación no violenta ofrece una fuente de inspiración para crear un mundo mejor. Esa transformación es un proyecto a muy largo plazo. Progresamos en esta dirección cuando entendemos cómo y por qué funciona la no violencia a corto plazo. Progresamos cuando cultivamos una unidad/unión de medios y fines. Y progresamos cuando desarrollamos técnicas de no violencia y las usamos para construir democracias más inclusivas y justas. Progresamos cuando pensamos de forma crítica sobre la violencia y comprendemos las tradiciones y la historia de la no violencia. Y progresamos cuando nos percatamos de que la no violencia nos ofrece el poder de construir un mundo mejor, más justo, honesto y amoroso (p 190). 

La editorial: Tibidabo ediciones.

Próximo miércoles: Los orígenes del totalitarismo, Hannah Arendt.

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miércoles, 18 de mayo de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 11

Ejemplar del KM
La paz sin excusa lleva un subtítulo que, tal vez, sea más indicativo del contenido que el título: Sobre la legitimación de la violencia. 

José María Ridao, diplomático de carrera, es un buen conocedor de los entresijos de la política internacional y este ensayo, además, hace un gran despliegue de conocimientos históricos y literarios. Dicho esto, no hay que buscar en el libro una reflexión sobre los problemas de la paz en sentido estricto. No es ese el tema. Sí está recorrido por el espíritu de la tolerancia, la continua presencia de Voltaire y Locke, así lo confirma, pero también de Asín Palacios y su Escatología

En realidad, todas estas presencias, y otras muchas más, se encuentran ahí para explicar cómo hemos ido percibiendo y explicando a lo largo de la historia al otro, a la cultura que no es la nuestra, al vecindario con el que no nos hemos llevado demasiado bien y al que hemos atribuido características que no le pertenecen; y lo hemos hechos en unas ocasiones por deformación ideológica, política, religiosa, por intereses económicos, por miedo o por falta de rigor intelectual.

El libro vendría a ser algo así como un enorme argumento basado en multitud de aspectos de nuestra cultura occidental para explicar la anécdota que el periodista israelí, Gabriel Stern, vivió en 1948 cuando estuvo de vigilancia en un solitario hospital situado en la frontera que dividiría más tarde Jerusalén. La nocturnidad y el miedo hicieron que creyera ver a un soldado enemigo en un pasillo. Disparó... y el espejo en el que se había reflejado su propia figura quedó hecho añicos. Esa vivencia marcó para siempre al periodista y nunca volvió a disparar un arma. 

Eso y Erasmo. O mejor dicho, el pensamiento luminoso y humanista de Erasmo de Rotérdam, porque todo el discurrir de capítulos y páginas nos lleva a la reivindicación de su lectura: Erasmo no es o no debería ser simplemente un nombre, sino un estímulo constante, puesto que su obra sigue sugiriendo argumentos útiles para afrontar problemas contemporáneos, propios de una auténtica tradición de tolerancia. Una tradición que no consistiría enuna repetición mecánica de acontecimientos, sino en una actitud crítica, siempre atenta a indagar la relación entre determinadas tomas de posición políticas o ideológicas y el contexto en el que se producen, a desentrañar si con respecto a ese contexto aspiran a alcanzar la paz o a justificar de uno u otro modo la violencia y la guerra (p 230).

PS: Elogio de la locura, la obra más significativa de Erasmo, está disponible en vario sitios de internet. Dejo el enlace a la de cervantesvirual

Próximo miércoles: No violencia: una inmersión rápida. Andrew Fiala.

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miércoles, 11 de mayo de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 10

Editorial
Un miércoles más y la guerra, por desgracia, continúa. Si alguien sigue esta serie, seguramente se dio cuenta de que la semana pasada numeré mal, no era el 10 el que correspondía, sino el 9. Queda subsanado.

Norberto Bobbio recoge en este libro seis trabajos publicados durante los años 60 y 70, es decir, durante el período que conocemos como Guerra Fría. Aquellos años estuvieron marcados por una gran tensión entre las superpotencias, el continuo desarrollo de la carrera armamentística y la constante amenaza de la utilización de armas nucleares. 

De los seis trabajos —El problema de la guerra y las vías de la paz, Derecho y guerra, Sobre el fundamento de los derechos del hombre, Presente y futuro de los derechos del hombre, La idea de la paz y el pacifismo y ¿Es una alternativa la no violencia?—, a mí el que más me interesó en su momento (1992), y el que me parece que todavía sigue teniendo una carga reflexiva de absoluta actualidad, es el último. Fue una ponencia para el simposio Marxismo y no violencia celebrado en la Facultad de Magisterio florentina durante el mes de abril de 1975.

En él se debate con profundidad la cuestión, siempre presente cuando se abordan estos temas, de si existe o no una violencia justa. Porque esa es la gran cuestión, todavía no resuelta por el pensamiento político que no está dispuesto a asumir el pensamiento gandhiano. 

Examina, pues, tres soluciones: la creación de un Superestado como freno a las guerras externas (entre países), el método democrático como freno a las guerras internas, y la no violencia colectiva como alternativa a la acción revolucionaria. En las tres encuentra líneas de fractura: El Superestado porque no elimina del todo la violencia (el Estado es siempre, de algún modo, la institucionalización de la violencia); el método democrático porque impide el alcance de fines que solo la ruptura violenta del sistema permite perseguir; la no violencia colectiva —incluso en su forma organizada— porque no parece tener, en igualdad de condiciones, la misma eficacia que la violencia colectiva y organizada (p 202). Y un poco más adelante: La única propuesta realista (...) es la que aspira a la invención de nuevas instituciones e instrumentos de acción que permitan resolver son necesidad de recurrir a la violencia individual o colectiva conflictos sociales cuya solución ha sido confiada tradicionalmente a la acción violenta (p 203).

Norberto Bobbio no solo se ocupó de pensar la paz, sus trabajos como filósofo y como político son muy abundantes y todavía se encuentran con relativa facilidad en las librerías.

Próximo miércoles: La paz sin excusa, José María Ridao.

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miércoles, 4 de mayo de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 9

Ejemplar del KM
Vuelvo al pensamiento filosófico, a las raíces de la paz, a todo aquello que sustenta nuestro comportamiento más próximo, amable y humano con el resto de la humanidad: el bien. Desde luego, nadie podrá negar que si la guerra es la práctica del mal absoluto, la práctica del bien es su contrario.

Este libro me llamó la atención por su título y por su autora. El título me parece elegante, extraordinario y eficaz; la autora, Murdoch, a la que solamente conocía como novelista, resulta que es una filósofa notable que, además, se atrevió a practicar filosofía a contracorriente de la que en su mundo, el mundo anglosajón, se practicaba, es decir, al margen de la corriente analítica. Me encantan estas sorpresas que me deparan las bibliotecas.

Dicho de forma rápida: La soberanía del bien es un libro de filosofía moral que recoge tres artículos publicados anteriormente, y que en su origen fueron redactados como conferencias: La idea de perfección, De Dios y del Bien, y La soberanía del bien sobre otros conceptos. Vienen precedidos de una sustanciosa introducción a cargo del traductor, Andreu Jaume, que es muy sustanciosa. 

El título del tercer trabajo es suficientemente explícito y a mí es el que más me ha interesado. Aquí se pregunta la autora cómo podemos llagar los seres humanos a ser realmente mejores sabiendo de nuestra tendencia al egoísmo. En esta tarea necesitamos refuerzos exteriores que fomenten nuestra capacidad para la práctica del bien. La educación en el desarrollo de virtudes que desvíen la atención en nosotros mismos para centrarla en los demás es uno de esos refuerzos básicos. Y en esa línea argumentativa vamos a encontrar mucho Platón, mucha República y, cómo no, las alegorías del sol, de la línea dividida de la caverna. Y mucha, mucha reflexión interesante y amena sobre conceptos básicos de la moral, en la que no falta la reivindicación de la humildad.

El hombre humilde, al verse a sí mismo como nada, puede ver otras cosas tal y como son. Ve la inutilidad de la virtud, así como su valor único y el alcance infinito de exigencia. Simone Weil nos dice que la exposición del alma a Dios no condena su parte egoísta al sufrimiento sino a la muerte. El hombre humilde percibe la distancia que hay entre el sufrimiento y la muerte. Y, aunque por definición no se trata del hombre bueno, quizá es el tipo de hombre que de entre todos tiene mayores posibilidades de volverse bueno (p 222). 

La filósofa británica Mary Midgley dijo de este libro que era uno de los pocos libros modernos de filosofía que la gente fuera de la filosofía académica encuentra realmente útil. Creo que es reconocimiento suficiente como para desear leerlo.

Próximo libro: El problema de la guerra y las vías de la paz, N. Bobbio.

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miércoles, 27 de abril de 2022

LIBROS PARA PENSAR LA PAZ, 8

Editorial
Hasta ahora he ido recomendando algunos títulos que no tenían el tema de la paz como núcleo central de su reflexión, pero estaban claramente relacionados con él. Este de hoy sí entra de lleno en ese cúmulo de tendencias y de ideas que conocemos como pacifismo. 

Teoría e historia de la revolución noviolenta quiere ser algo así como un manual sobre lo que Jesús Castañar Pérez denomina movimiento noviolento. En este sentido, su lectura es conveniente, pero no necesaria, para quien se declare pacifista y no conozca los orígenes, las ideas que se han ido entremezclando con el discurrir de los años, las actuaciones que desde su nombre se han llevado a cabo, las discusiones que hay en torno al movimiento y, en general, todo cuanto tiene que ver de una manera más o menos directa con él. El exhaustivo  índice de la obra os va a ofrecer una visión clara de su contenido:

1. Dificultades para el estudio de la noviolencia 

Los ámbitos de la noviolencia

Una nueva definición de acción noviolenta 

Diferentes perspectivas 

2. Primeros casos documentados de acción noviolenta 

Los orígenes de la desobediencia política 

3. Los cambios políticos durante los siglos XVI y XVII 

Absolutismo, liberalismo y pacifismo en el siglo XVII 

4. La gestación de la cultura revolucionaria en el siglo XVIII 

La Revolución Francesa y el humanismo ilustrado 

5. La idea de revolución en el siglo XIX 

Las tácticas revolucionarias noviolentas del movimiento obrero 

El nacimiento del pacifismo 

La revolución noviolenta en el anarquismo 

6. Thoreau y el abolicionismo norteamericano 

La no-resistencia 

7. Experiencias de resistencia noviolenta en el siglo XIX 

La Revolución Húngara 

El independentismo irlandés 

El SPD alemán 

El movimiento demócrata persa 

8. Las luchas indigenistas noviolentas 

Parihaka 

La «Danza de los espíritus» 

9. El pacifismo moral de Tolstói 

La influencia de Tolstói 

La idea de revolución en Tolstói 

Contradicciones 

10. La resistencia civil de las suffragettes 

La influencia de las suffragettes 

11. Experiencias de resistencia noviolenta antes de la Primera Guerra Mundial 

La revolución rusa de 1905 

La revolución finlandesa de 1905 

La campaña de Gandhi en Sudáfrica 

Los boicots chinos 

El movimiento contra la guerra en España 

12. Los objetores de conciencia y la Primera Guerra Mundial 

Los objetores de conciencia 

Insubordinaciones y resistencia pragmática 

La división en el anarquismo 

Los ideólogos de la oposición a la guerra 

Los movimientos contra la guerra 

La posguerra 

13. Mohandas Gandhi: ahimsa y satyagraha 

La campaña de de no-colaboración de 1920 

La campaña de desobediencia civil de 1930 

La campaña de desobediencia total de 1942 

La independencia de India 

El legado de Gandhi 

14. El punto de vista musulmán: Abdul Gaffar Khan y los Khudai Khidmargar 

El ejército noviolento pastún 

15. Otros movimientos noviolentos durante el periodo de entreguerras 

El Movimiento del 1 de Marzo en Corea 

El Movimiento del 4 de Mayo en China 

La independencia de Egipto 

El putsch de Kapp 

La resistencia del Ruhr 

La independencia de Samoa Occidental 

Movimientos noviolentos en América 

La Gran Intifada 

16. Las primeras formulaciones teóricas de la noviolencia 

Clarence Marsh Case y la coerción noviolenta 

Richard Gregg y la fuerza moral de la noviolencia 

Krishnalal Shridharani y la guerra sin violencia 

Las aportaciones de A. J. Muste y Aldous Huxley 

17. Bart de Ligt y la Internacional de Resistentes a la Guerra 

La conquista de la violencia 

La Guerra Civil española

La objeción de conciencia durante la Segunda Guerra Mundial 

18. Acciones noviolentas durante la Segunda Guerra Mundial 

Resistencia noviolenta en la Europa ocupada 

El rescate del pueblo judio 

La resistencia noviolenta danesa 

La resistencia noviolenta noruega 

La oleada de movimientos noviolentos en Centroamérica 

19. El desarrollo de la acción directa noviolenta en los Estados Unidos tras las Segunda Guerra Mundial 

La caza de brujas

El Movimiento por los Derechos Civiles 

Aportaciones teóricas 

Otros movimientos noviolentos de posguerra 

La reformulación del concepto de desobediencia civil 

El auge de la apología de la violencia revolucionaria 

20. Gene Sharp y la política de la acción noviolenta 

La teoría del poder 

Obras posteriores 

21. Las alternativas a la defensa militar: el antimilitarismo y las teorías de la defensa civil 

El enfoque ético: la defensa noviolenta 

22. Aportaciones teóricas contemporáneas 

Aportaciones de la Academia 

Aportaciones desde fuera de la Academia 

Literatura en castellano 

23. La campaña de insumisión en el Estado español 

El movimiento noviolento durante el tardofranquismo 

Los objetores de conciencia 

Los años de vacío legal 

La insumisión 

El «plante» 

La insumisión en los cuarteles 

El antimilitarismo postinsumisión 

24. Perspectivas

En cualquier caso, las revoluciones noviolentas han demostrado que el futuro está en nuestras manos, y que dependerá de cómo nos organicemos y de que se tenga claro qué es lo que se quiere para lograr realmente cambios transcendentales, no cesando las movilizaciones con las primeras concesiones del sistema, antes de transformarlo profundamente. Desde luego, los medios (tácticas, estrategias, imaginación) ya están a nuestro alcance, y ya es una cuestión personal creer o no que se abre una nueva era que podemos afrontar con optimismo. Yo prefiero pensar que sí, ya que eso me permite continuar la lucha con más ánimo, pues, sin duda alguna, hará falta mucho ánimo y alegría para mejorar el mundo (p 322). 

Este es el último párrafo. Es también muy representativo del tono militante y, en ocasiones, un poco milenarista que lo recorre, pero de cuanto títulos que conozco sobre el tema el trabajo de Castañar Pérez es el que recoge con mayor extensión y atención la historia del pacifismo en sus múltiples tendencias.

El libro está bajo licencia creative commons, lo que quiere decir que podéis leerlo de manera gratuita. E incluso si queréis utilizar algún fragmento, podéis hacerlo, siempre y cuando no lo hagáis con intenciones comerciales. Y si lo utilizáis recordad que debéis citar expresamente autoría y procedencia.

Próximo comentario: Iris Murdoch, La soberanía del bien.

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