Si exceptuamos el amor correspondido, pocas cosas habrá más satisfactorias que el reconocimiento del trabajo que hacemos. Y con respecto a este blog, nada me satisface más que poder ver entre las entradas más visitadas las que son creación mía, es decir, las que surgen de mi propia imaginación, ya que, como saben los lectores habituales, la mayor parte de lo que por aquí aparece son comentarios, recomendaciones u opiniones sobre el trabajo de otras personas.
No puedo evitar un cierto desafecto cuando veo que las más visitadas de todas son las que se refieren a las constelaciones, en concreto, las que hacen referencia a los signos del zodiaco (Ofiuco, 989 visitas), porque la mayoría de las personas que acuden a ellas no van buscando información sobre mitología o astronomía, que es lo que aquí ofrezco, sino que lo hacen movidas por la astrología. ¡Qué le voy a hacer!
Sea como fuere, me he llevado una grata sorpresa al ver hoy que había aparecido en décimo lugar (poco más de cien visitas) el cuento sobre el infierno y el bello diablo Aquiles que dibujó Irene. En este caso, más me satisface aún el relativo éxito de la entrada, porque se trata de una narración para ilustrar un dibujo que no he realizado yo, pero al que estimo más que si fuera mío.
Por cierto, ¿os habéis fijado en los detalles? De hecho, fueron los detalles los que motivaron el cuento.
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Mostrando entradas con la etiqueta Irene Rodríguez. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 25 de enero de 2012
domingo, 8 de enero de 2012
AQUILES, EL DE LOS HERMOSOS BUCLES. 2
(Viene de Aquiles, el de los hermosos bucles. 1)
Una Noche de San Juan (y casualmente luna
llena), cuando los infelices mortales creen deshacerse de los males
del invierno echando todo tipo de objetos inservibles al fuego y los
alternativos se refugian en el paganismo para huir de las miserias
cotidianas organizando bacanales al refugio de una cueva, una Noche
de San Juan, digo, confundidos los auténticos diablos con
tanto ruido nocturno y tanta apariencia aquelarrística, fueron
éstos a presentarse en una de esas fiestas dramatizadas, en
lugar de hacerlo en una auténtica asamblea de brujas.
El espectáculo era,
sin duda, inequívoco; las fórmulas para convocar a las
infernales criaturas, auténticas; los licores, profusos; el
fuego, perfecto; las danzas y las músicas, envolventes
y embriagadoras. Todo era propicio para que la comunión entre
los seres de ambos mundos se desenvolviera con absoluta perfección.
Y así fue, diablos y humanos interactuaron cómodamente
empujados por la búsqueda del placer y lo favorable de la
ocasión.
Todos menos Aquiles, quien
aprovechó el descanso que suponía la noche de
plenilunio para hacerse el despistado y salir a disfrutar de la
naturaleza nocturna del paraje en silencio y soledad. Hasta donde es
posible el silencio y la soledad, claro, en una noche como esa en la
que fuegos de todo tipo, ruidos, petardos y estridencias varias se
extienden como una red que cubre toda la superficie.
Alejado como estaba del
jolgorio y abstraído en sus pensamientos, Aquiles no se dio
cuenta de que a pocos pasos le seguía en silencio otro ser
infeliz que había sido atraído a partes iguales por los
hermosos bucles y por la naturaleza solitaria y meditabunda de
nuestro héroe.
- ¡Dios mio, qué
hermoso eres y qué desgraciado pareces!
Aquiles se giró
sobresaltado y descubrió a un hombre agradablemente
vestido de verano, más bien joven, de rostro
atractivo y una mirada profunda y suave.
- ¿Quién
eres? ¿Qué buscas? - inquirió curioso y
ligeramente alarmado.
- Te busco a ti. Desde que te he visto me has parecido lo mejor de la
fiesta. Quiero pasar esta eternidad contigo.
Aquiles,
emocionado, abrió su corazón dolorido al hombre. Le
explicó que aquello no era un disfraz, sino su verdadera
presencia. Le habló de sus sueños y de sus ilusiones,
también de sus miedos y perplejidades. Le contó la
causa de sus sufrimientos. Lo enamoró, en definitva. Después
le pidió que no volviera a frivolizar más con la
eternidad, porque sólo el tiempo que pasa, se agota y muere es
el único que se puede disfrutar.
***
Hoy
Aquiles, el que tenía hermosos bucles, vive en alguna ciudad
junto al mar, tiene profundas arrugas en la frente, ha perdido casi
por completo su hermosa cabellera, es relativamente feliz disfrutando
de las cosas perecederas que tiene a su lado y ya no se acuerda de
cuando ejercía de diablo, porque un día un amor
pasajero lo salvó de la eternidad.
sábado, 7 de enero de 2012
AQUILES, EL DE LOS HERMOSOS BUCLES. 1
Esta pequeña historia ha surgido de un dibujo de Irene, a manera de juego. Es uno de esos dibujos que realiza como apunte, como ejercicio para soltar la mano. Entre los dos, al principio, nos divertimos imaginando nombres, luego vino el resto.
El infierno, ese lugar donde
los humanos colocamos a diablos y todo tipo de seres perversos, es,
sin duda, un lugar muy incómodo en el que hace mucho calor,
hay que estar todo el día avivando el fuego y, además,
es un espacio cerrado y claustrofóbico donde la competencia es
salvaje. Resultado: genera una tensión insoportable entre sus
habitantes que, además, están condenados a no salir
nunca de él. En fin, que no es un sitio recomendable para
nadie desde un punto de vista metafísico, ni ontológico,
ni consuetudinario.
En este desagradable lugar
fue a nacer el desafortunado Aquiles. No el de los pies ligeros, no
el susceptible hijo de Peleo, no el del mandoble fácil, sino
el de los hermosos bucles. Sí, el de los hermosos bucles,
porque el diablo Aquiles si por algo destacaba era por una
hermosísima y envidiable cabellera rubia ondulada. Bellísima
mar arbolada y objeto de deseo de todos los demás sujetos de
su misma especie.
Pero no era la luminosa
cabellera el único ornamento del infeliz Aquiles. No conforme
la naturaleza divina con ofrecerle tan estupenda pelambrera, le había
dotado de un cuerpo de escándalo donde poder saciar todas las
necesidades de la lujuria. Sólo tenía un par de
pequeños defectos: su brazo izquierdo no se había
desarollado a la par que el resto de su cuerpo y (esto era peor) no
compartía gustos ni aficiones con el resto de los hijos de las
tinieblas.
Y ahí empezaban los
sufrimientos de Aquiles, porque él no era un ser dotado para
el pecado ni para la fealdad. Su labor demoníaca se veía
francamente limitada por su inclinación al bien y su no
declarado (¿quién se atrevería a hablar de ello en el orco?) interés estético por la belleza. Es evidente
que con cualidades semejantes no se puede vivir muy a gusto en el
hades. Y Aquiles sufría.
Aquiles sufría
horneando almas a temperaturas desquiciantes. Aquiles sufría
con los gritos de pavor de tanto condenado a la eternidad. Aquiles
sufría con la sobrepoblación y el over booking, que si
ya el infierno era un lugar saturado en la época de Dante, en
la actualidad se ha convertido en un amasijo imposible de seres.
Aquiles sufría ante tanta fealdad, tanto dolor y tanto cuerpo
sudoroso y maloliente. Aquiles sufría con el comportamiento
procaz y el lenguaje soez de sus compañeros. El pobre Aquiles,
el de los hermosos bucles, sufría hasta cuando las noches de
luna llena podía disfrutar de una salida para tomar parte en
los famosos aquelarres, fiestas demelenadas y audaces en las que las
brujas y algún otro ser humano mezclaban sus líquidos
más íntimos con los residentes del averno.
Aquiles, el olvidado de los
dioses, el de la piel rojiza, el de los hermosos bucles, llevaba una
eternidad sufriendo con tanta desgracia. Hasta que un buen día
sucedió algo imprevisto.
(Leer continuación)
lunes, 16 de mayo de 2011
PEQUEÑOS EJERCICIOS CONTRA EL RITUAL DE LA MUERTE
Si pinchas sobre la imagen, podrás ver la interpretación visual que Irene Rodríguez ha hecho del poema Pequeños ejercicios contra el ritual de la muerte, texto que cierra el libro Contra el ritual de la muerte.
domingo, 24 de mayo de 2009
EDICIÓN ARTESANAL
Irene Rodríguez ha realizado un trabajo de ilustración y edición del poema Dejad que mi cadáver sea útil a la vida. Podéis verlo en este enlace o bien en la columna de la izquierda.
De momento, no es otra cosa que un proyecto que podéis ver aquí. Quizá algún día pueda realizarse para que esté entre las manos de los lectores. Ya veremos
De momento, no es otra cosa que un proyecto que podéis ver aquí. Quizá algún día pueda realizarse para que esté entre las manos de los lectores. Ya veremos
domingo, 25 de mayo de 2008
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sábado, 26 de abril de 2008
CON VUESTROS NOMBRES HE TEJIDO MIS SUEÑOS
Ya está en formato libro el segundo poemario. Esto no quiere decir que no vaya a seguir colgando lo que escriba en este blog. Sigo creyendo que la cultura debe ser de libre acceso a pesar de que haya cientos de mafias, grupos de poder, costumbres anquilosadas y poderes que ejercen la santa distribución de la cultura como les viene en gana.
Lo que veis aquí arriba es la portada que ha diseñado, cómo no, Irene, mi hija.
Ahora el reto está en conseguir localizar a todas las personas que aparecen en el texto y hacerles llegar un ejemplar. Se acepta todo tipo de ayuda. Si alguien conoce la dirección de las personas que aparecen en los apartados "Bilbao", "Madrid", "Las Palmas" y me hace llegar su dirección, le quedaría eternamente agradecido.
Lo que veis aquí arriba es la portada que ha diseñado, cómo no, Irene, mi hija.
Ahora el reto está en conseguir localizar a todas las personas que aparecen en el texto y hacerles llegar un ejemplar. Se acepta todo tipo de ayuda. Si alguien conoce la dirección de las personas que aparecen en los apartados "Bilbao", "Madrid", "Las Palmas" y me hace llegar su dirección, le quedaría eternamente agradecido.
sábado, 15 de marzo de 2008
POEMA DE PRIMAVERA
PRIMAVERA
Todo es nuevo:
la luz, el sol, el día,
acaso, asimismo, la esperanza.
Algo que no sabemos definir
nos impulsa suavemente a la ilusión.
El viento suena distinto entre las ramas.
Alguna flor que ayer aún no estaba
conduce el corazón hacia delante
y el canto del cuco entre las hayas
nos abre nuevas rutas.
La flor que apunta en el cerezo
nos habla de los jugos que habremos de disfrutar
a la sombra de un próximo verano.
Un tibio sol que aún no calienta
descubre nuevos planes
y nos dejamos llevar por la sonrisa.
Todo es nuevo.
Parece que el mundo está bien hecho.
Sólo quiero que el sol
cierre mis párpados
y que la brisa
desperece mis sentidos.
Y para celebrar la primavera quiero deciros que ya está en papel el libro dedicado a la amistad. En realidad es una impresión reducida que voy a utilizar para regalar a aquellas personas que aparecen él. Esto quiere decir que si queréis seguir leyéndolo, tendréis que recurrir a este blog... o solicitar a la editorial que haga una tirada más amplia.
Bromas aparte, me hace una ilusión especial porque la portada y su diseño han sido realizados nuevamente por Irene.
Todo es nuevo:
la luz, el sol, el día,
acaso, asimismo, la esperanza.
Algo que no sabemos definir
nos impulsa suavemente a la ilusión.
El viento suena distinto entre las ramas.
Alguna flor que ayer aún no estaba
conduce el corazón hacia delante
y el canto del cuco entre las hayas
nos abre nuevas rutas.
La flor que apunta en el cerezo
nos habla de los jugos que habremos de disfrutar
a la sombra de un próximo verano.
Un tibio sol que aún no calienta
descubre nuevos planes
y nos dejamos llevar por la sonrisa.
Todo es nuevo.
Parece que el mundo está bien hecho.
Sólo quiero que el sol
cierre mis párpados
y que la brisa
desperece mis sentidos.
Bromas aparte, me hace una ilusión especial porque la portada y su diseño han sido realizados nuevamente por Irene.
jueves, 6 de septiembre de 2007
INVITACIÓN A LA NOCHE
Invitación a la noche está publicado en la colección El árbol espiral de la editorial LFEDICIONES. Recibió el premio de poesía del Ayuntamiento de Leganés en el año 2005. Si quieres hacerte con él, puedes encargarlo a través de una librería o ponerte en contacto conmigo a través de este blog.
Pléyades. Foto tomada de Wikipedia |
Cúpula
primigenia,
campana infinita
del tiempo,
donde cada noche
vemos la misma luz,
el mismo fuego,
el mismo miedo
de ser sin saber dónde;
donde cada noche
oímos una historia distinta
que rueda,
repetida, por los siglos;
donde cada noche
surge la misma pregunta
sin respuesta.
Damero
o campo de batalla
o mapa
o pasatiempo,
excusa siempre
para intentar la
difícil aventura
que es saber por
qué avanzamos,
inexorablemente,
hacia la muerte.
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