martes, 26 de junio de 2018

DEFENSA DE LA POESÍA, de Philip Sidney

Sidney no fue el primero en exponer su pensamiento sobre la creación literaria, tuvo ilustres precedentes —Aristóteles, Horacio, Boccaccio, por citar algunos— de los que se nutrió para articular un texto bien trabado que todavía hoy se mantiene vigoroso en muchos de sus ejemplos y argumentos. 

En la Inglaterra del siglo XVI la literatura no era precisamente la actividad mejor considerada. En realidad, en muchos lugares y durante mucho tiempo la creación literaria ha sido considerada una actividad sospechosa que poco bueno podía ofrecer a la humanidad. Pero dejemos el contexto y oigamos lo que Sidney nos cuenta:

Solo el poeta, desdeñoso de las ataduras de una sujeción tal, elevado con el vigor de su propia invención, hace surgir realmente otra naturaleza (...). La naturaleza nunca cubrió la tierra con un tapiz tan rico como lo han hecho una gran variedad de poetas, ni con ríos tan placenteros, árboles tan fructíferos, flores tan fragantes, ni con ninguna otra cosa que haga de esta bien amada tierra un lugar más amable. Su mundo es de bronce, solo los poetas dan origen a un mundo de oro (p 121).

Pues son ellos ciertamente los que en realidad crean con el fin de imitar, e imitan tanto para deleitar como para enseñar, y deleitan para persuadir a los hombres a tomar esa bondad, de la que sin deleite, huirían como si de un extraño se tratase, y enseñan para darles a conocer la bondad a la que se incita (p 126).

No son el rimar y el versificar los que hacen al poeta (...), sino que es esa invención de imágenes notables de las virtudes, los vicios y demás cosas, junto con esa enseñanza deleitosa, lo que debe ser el verdadero distintivo que permita reconocer a un poeta (p 127).

Todas las virtudes, vicios y pasiones se ponen ante la vista en sus propios estados naturales, de tal suerte que no nos parece que estemos oyendo hablar de ellas, sino viendo con toda claridad a través de ellas (p 135).


***

Philip Sidney (1554-1586) fue una figura destacada del Renacimiento inglés, que tiene muchos elementos en común con Garcilaso de la Vega (¿1501?-1536). Ambos fueron soldados, cortesanos y gente de letras que murieron pronto debido a las heridas de una batalla. La Defensa de la poesía, además de ser texto obligatorio en los estudios de literatura inglesa, ha tenido una gran influencia en la crítica literaria de aquel país, el ejemplo más evidente es el de Shelley y su otra Defensa de la poesía

lunes, 25 de junio de 2018

DE MIRADAS Y HORIZONTES

Figura en una ventana, Dalí. Museo Reina Sofía.
Cuando Dalí pintó a su hermana en la ventana mirando el horizonte hace casi un siglo, Leopardi había escrito otros cien años antes uno de sus poemas más hermosos, "El infinito". No sabemos si el pintor había leído al poeta italiano, sí sabemos que el tema de la "muchacha mirando a través de la ventana", era ya un tema de prestigio en el ámbito de la la pintura.

Lo que me llama la atención es la idea que óleo y poema recogen casi de forma idéntica: el ser humano abstraído ante la realidad, preguntándose por el mundo, fascinado ante la infinitud, intentando calmar la íntima y profunda necesidad de conocer. Imagen y palabra convergen en el mismo deseo. El arte evoca, envuelto en añoranza, la seducción del conocimiento.

Siempre amé esta colina solitaria,
y esta espesura que me oculta en parte
esa línea final del horizonte.
Mas, mirando a lo lejos, imagino,
más allá de estas frondas,
espacios insondables, sobrehumanos silencios,
y una quietud tan honda
que calma y estremece.
Y al oír, dentro de este silencio infinito,
el susurro del viento entre las plantas,
pienso en la eternidad y en los tiempos que han muerto,
y en el presente vivo, que hoy me deja su música.
Y en esta inmensidad se abisma el pensamiento,
y naufragar en este mar me es dulce.


                         El poema extranjero. Juan Peña. La isla de Siltolá, 2018.

El poema original en la voz de Vittorio Gassman:


domingo, 24 de junio de 2018

SOBRE LA FELICIDAD

Quino
Decía Eduardo Punset que teniendo en cuenta las últimas investigaciones científicas “la felicidad (…) depende de la organización social” (El Semanal, 11-01-2009); es decir, que nuestros sentimientos, nuestro estado de ánimo, se ven claramente afectados por la organización socio-política de la sociedad en la que vivimos.

Yo me tenía a mí mismo por una persona relativamente feliz; a ratos, incluso, muy feliz, especialmente desde que abandoné infancia y juventud y alcancé la autonomía suficiente como para organizar mi propia vida y decidir por mí mismo. Pero, mira por dónde, ahora encuentro la explicación a ese desfase que existe entre lo que opinan mis hijos y la percepción que tengo de mí mismo.

Me dicen ellos que soy un poco gruñón. Si es así, eso significa que no soy una persona feliz, porque cómo puede ser feliz una persona que se manifiesta a disgusto o enfadada. Y ahí estaba la explicación: la mala gestión de los políticos hace que yo no sea feliz. Y no es que quiera ahora hablar mal de los políticos, pero datos hay más que suficientes para decir objetivamente que nuestro mundo no funciona bien. Solo con que exista una guerra ya es suficiente para afirmar que nuestra sociedad no funciona bien, y la realidad es que en la actualidad hay muchos conflictos armados en nuestro planeta.

A pesar de todo, sigo considerándome una persona feliz. Debe de ser algo así como un empeñarme en querer ir a contracorriente. A contracorriente de las evidencias, a contracorriente de lo que ocurre en la sociedad —tanto próxima como lejana—, a contracorriente de lo que de vez en cuando me dicen en casa. O que me conformo con muy poco. Por ejemplo, con el placer que me aporta la lectura de un poema, la audición de una sinfonía o la contemplación de una puesta de sol como la de ayer.


Sea como fuere, intentaré seguir siendo una persona que se cree feliz y, desde luego, un poco menos gruñón cuando esté con mi familia. Mientras tanto, seguiré colaborando con Amnistía Internacional en cuantas campañas sean necesarias, a ver si logramos erradicar esa bestialidad que supone seguir matando personas legalmente a través de la condena a muerte. Este es, por cierto, el enlace donde podéis colaborar en la erradicación de esa barbarie.

Y que seáis felices.

LA CONTAMINACIÓN QUÍMICA QUE NOS ENVUELVE

Futuro abierto es un programa de debate en el que suelen participar tres o cuatro expertos en la materia a debatir. El tema de hoy era la exposición a los elementos químicos a que estamos expuestos y la repercusión que tiene en el desarrollo de enfermedades. Participaban en él Pilar Muñoz, Presidenta de la Fundación Alborada, Marieta Fernández, profesora de la Universidad de Granada, y Carlos de Prada, periodista especializado y portavoz de la Campaña Hogar sin Tóxicos.

No soy de los que se anden preocupando por la salud. Es más, las conversaciones sobre la misma me aburren bastante y si alguien me pregunta qué elegiría, en caso de tener que elegir, de la famosa tríada salud, dinero y amor no dudo en contestar que el amor. No obstante, las afirmaciones que se hacen por parte de las personas que participan en el programa, creo que necesitan más difusión y que podamos pensar y decidir serenamente sobre el tema. 

Parece que hay muchos motivos para preocuparnos.


sábado, 23 de junio de 2018

CÓMO LEER UN POEMA

Editorial Ariel
Cierto es que el género poético es un género que no tiene mucho público. Más de una vez se ha dicho que son los poetas los lectores de poesía. Y es que leer poesía, a veces, no es tarea fácil. La escritura poética tiene sus propios códigos y una manera de expresarse claramente distinta a la de la prosa. Más complicado aún: es una manera de decir que tiene como centro el propio sujeto, pero sin que eso quiera decir que el sujeto poético, el yo lírico, sea el sujeto real. Vamos, que el poeta es un fingidor, tal y como decía Pessoa, pero además debe fingir bien y bonito para que ese fingimiento pueda llegar a ser poesía y no un conjunto de líneas rimadas en las que se declaran empalagosamente los sentimientos propios.

La profesora Navarro Durán ha redactado un trabajo claro y eficaz, en el que se ocupa de los recursos formales —retóricos— del poema y de los más sutiles y menos evidentes, que son precisamente los que hacen que la poesía pueda ser precisamente eso, poesía y no prosa. Me estoy refiriendo a las personas del poema, a la palabra poética, al mundo interno del poema, al asunto del mismo, los códigos literarios..., todos esos elementos que habitualmente no suelen percibirse, pero que son fundamentales para dotar al texto de sentido poético. 

Pero claro, no creo que haya nadie que comience a leer o escribir poesía desde un manual por muy bueno que este sea. Las cosas no ocurren así. Alguien se acerca a la poesía porque de pronto vislumbra en ella una capacidad de expresión y belleza que no ha visto en otros géneros, o porque encuentra alivio a sus males, o quizá porque se identifica con lo que se dice o con la manera en que se dice. Siempre nace de un impulso. Serán el tiempo, las lecturas y el contraste con la realidad quienes nos vayan obligando a revisar nuestros supuestos. 

Como dice Benjamín Prado en su Siete maneras de decir manzana, los intentos de fijar algo tan etéreo y cambiante —se está refiriendo a la poesía— (son) un empeño estéril, por fortuna, porque la poesía desaparecería, con toda seguridad, el día en que alguien lograse demostrar qué es exactamente y pudiera establecer las reglas y fórmulas que asegurasen en el éxito como escritor a cualquiera que las siguiese. Y quien dice poesía dice cualquier otra actividad creativa, no vayamos a pensar que la poesía tiene esa propiedad en exclusiva.

Lo bueno de este tipo de libros es que pueden acercar la poesía a muchas personas reacias a la lectura poética, porque ofrecen las claves para entenderla mejor y disfrutarla más. Incluso, si caen en manos de algún poeta ripioso y afectado de amores en exclusiva, puede que le convenzan de que lo suyo no es la poesía y deje de escribir, para alivio de sus familiares y amigos.

Recomendable tanto para quien se acerque a la poesía desde la lectura como desde la escritura.

viernes, 22 de junio de 2018

CANON, de Jaime Siles

Vuelvo a leer un librito que tenía ya olvidado y perdido, y que gracias a la reedición vuelve a mis manos: Canon, de Jaime Siles, galardonado en 1973 con el hace mucho tiempo desaparecido Premio Ocnos. Libros del Aire lo rescató con motivo de su cuadragésimo aniversario.

Jaime Siles pertenece por edad a la que él mismo denominó como generación del lenguaje y que más habitualmente conocemos como novísimos, lo que quiere decir, a muy grandes rasgos, que el marco estético en el que se sitúa es aquel en el que se prima una cuidada estética, un extremado rigor de la palabra, un trabajo metapoético y un acusado carácter intelectual. No es, por tanto, una poesía fácil, pero sí es una poesía que nos puede ofrecer grandes gozos estéticos, una vez rebasadas las primeras dificultades

De este título hay un par de poemas que han superado el paso del tiempo y que continuamente se repiten cuando se habla de él: "Tragedia de los caballos locos" y "Daimon Atopon". El primero os lo dejo en forma de vídeo y en la voz del autor, transcribo el segundo.



DAIMON ATOPON

A Marifé y Pepe Piera
              
I

Se te puede buscar bajo un ciprés de espuma,
en los dedos del aire, metálico del sueño,
en un volcán de pájaros incendiados de nieve
o en las olas sin voz de los peces de plata.
            
Te ocultas en los ríos,
en las hojas de piedra,
en las lunas heladas.
Vives tras de las venas,
al borde de los dientes,
invisible en la sangre, desnuda, de la aurora.
            
Te he visto muchas veces arder en los cristales,
saltar en las pupilas,
consumirte en los ecos de un abismo innombrable.
            
Tu sombra me dio luz,
acarició mi frente,
se hizo cuerpo en mi boca.
Y tu mirada quema, relámpago de hielo,
humo en las cejas,
lava.
              

II

Árbol de olvido, tú,
cuerpo incesante,
paloma suspendida sobre el vértigo.
Hay una sal azul tras de tus cejas,
un mar de abierto fuego en tus mejillas
y un tic-tac indecible que me lleva
hasta un profundo dios hecho de espuma.
            
Y es otear el aire,
arañar el misterio,
acuchillar la sombra.
            
Y te voy descubriendo,
metálica mujer, entre el espino:
un murmullo de sangre transparente
en el rostro perdido del silencio.

              
III

Por ti la luz asciende a mediodía,             
arena prolongada hasta mis labios,
hilo de tierra ardiente y presurosa             
donde el espacio brota mas intenso.

Es un géiser de espuma,
de interrumpida lava,
de paloma incompleta
que multiplica el aire en dimensión de voces.
            
Todo es música, nota, diapasón.
Hasta los cuerpos, en la nada, suenan.


No es mi intención ocuparme del análisis de la obra de nadie, ni este es un espacio para ello. Pero si alguien necesitara alguna ayuda orientativa, además de la bibliografía especializada, siempre puede acudir al vídeo del profesor Jesús G. Maestro en el que, a partir de la exégesis que realiza de Himnos tardíos, ofrece las claves para adentrarse en la obra del poeta valenciano. Advertencia: el vídeo es como una clase grabada, el lenguaje que utiliza es, por tanto, técnico.

jueves, 21 de junio de 2018

ARTE, HUMOR Y PROTESTA

Fuente: wired.com
Ocurre a veces que alguien introduce en un prestigioso museo una falsa pieza con la intención de denunciar la débil y confusa barrera entre el arte y el no arte, para llamar la atención sobre su persona o para provocar un debate. Banksy coló su famosa "pintura rupestre" hace más de diez años en el Museo Británico. Allí se veía un hombre primitivo empujando un carrito de supermercado. Permaneció durante tres días antes de que el personal del museo se diera cuenta.

Fuente: financialtribune.com
En mi opinión, lo que dotaba de interés a la acción era el cartelito explicativo que la acompañaba. Se podía leer lo siguiente (las negritas son mías): Este magníficamente conservado ejemplo de arte primitivo data de la era postcatatónica y, según se cree, representa a un hombre prehistórico realizando una incursión en los cazaderos de los alrededores del pueblo. Se sabe que el artista ha creado un importante corpus en el sudeste de Inglaterra bajo el nombre de Banksymus Maximus, pero apenas se tienen datos sobre él. La mayoría de la obras de arte de este tipo no han llegado a nuestros días, son destruidas por esforzados funcionarios municipales que no saben apreciar el mérito y valor histórico de la pintura mural.

Es fácil apreciar el tono humorístico de la nota, la dura crítica —son unos ignorantes— contra las instituciones que ordenan la limpieza de las paredes y el elevado ego del artista, que no pierde la ocasión para la autoalabanza. Otra cosa bien distinta es a qué queremos llamar arte y en manos de quién queremos dejar ese privilegio. 

Pero humor —¿humor inglés?— no les falta a los responsables del Museo Británico, que años después de la introducción de la pieza han decidido exhibirla nuevamente, como parte de una exposición que examinará objetos que desafían la versión oficial de los hechos y las narrativas establecidas, como por ejemplo esta moneda eduardiana reclamando el sufragio femenino o este grabado del XVIII que representaba al que iba a ser Jorge IV como un tipo obeso y grosero, amante de banquetes y mujeres.

JINETES DEL APOCALIPSIS

Ermita y mirador de San Miguel.
He aprovechado este fin de semana para darme una vuelta por Cantabria. Entre otros sitios, he pasado por el monasterio de Santo Toribio de Liébana, lugar hermoso y recoleto. En su claustro tienen una pequeña exposición sobre los comentarios que el Beato de Liébana hizo sobre el Apocalipsis de Juan. Después de ver el monasterio, me he dirigido al mirador de San Miguel. Otro lugar de gran belleza paisajística. Pero lo primero que me ha llamado la atención ha sido el basurero en que los visitantes han convertido el lugar. Además de los miles de colillas, había todo tipo de envases y, detrás de la espadaña, los restos de las defecaciones de algunos "visitantes". Al volver hacia el monasterio para dirigirme hacia el aparcamiento, otro "visitante" estaba orinando sobre una de las paredes del mismo (a tan solo 50 metros se encuentran los servicios).

Ante visión tan inapropiada y que tan desfavorablemente habla del comportamiento humano, he pensado que a Juan, le había faltado incluir entre sus cuatro jinetes (la guerra, el hambre, la enfermedad y la muerte) un quinto jinete: la humanidad, pues ella sola es capaz de arrasar cuanto de hermoso hay sobre la tierra que habitamos.

Ya Ángel González nos advertía sobre este modelo en su poema Introducción a las fábulas para animales. También los ecologistas, cuando dicen eso de que quizá sea la especie humana la única capaz de programar su propia autodestrucción. Tanto la literatura científica como la de ficción están llenas de citas y advertencias de este tipo y hablan de situaciones más graves que la que ahora comento, sin duda. Aquí nada más expongo esa asociación momentánea que he tenido después de disfrutar con las hermosísimas copias de  las imágenes medievales y la sucia realidad que nos rodea todos los días, incluso en los parajes naturales más bellos. ¡Qué pena!

miércoles, 20 de junio de 2018

LAS CONSTELACIONES SON PARA EL VERANO


Cuando llega el buen tiempo y se pone el sol, algunos levantamos la cabeza y miramos hacia arriba en busca de esas formas caprichosas que tan solo existen porque así lo hemos acordado: las constelaciones, esos dibujos que formamos con la unión imaginaria de varias estrellas y que resultan tan cómodas para orientarnos con facilidad en el cielo nocturno y poder avanzar por la tierra o por el mar.

Hoy ya no las necesitamos para orientarnos, nos dejamos llevar por indicaciones y señales de todo tipo o por la última tecnología. Ni tan siquiera nos molestamos en mirar un mapa. Pero el cielo nocturno puede ofrecernos mucho más que orientación. Además del placer de sentirnos parte de la naturaleza mientras miramos hacia arriba tumbados sobre una manta, las curiosas formas que vemos en una noche despejada nos ofrecen mucho más.

Nos ofrecen conocimiento del pasado, pues todo cuanto vemos sucedió exactamente a la distancia a que se encuentra de nosotros. El sol que vemos es el sol que estaba allí hace ocho minutos, y la estrella alfa de la constelación de Sagitario es la que era hace casi cuatro años y medio. Estas son las estrellas más próximas, todo lo demás que podemos ver a simple vista son fenómenos que han sucedido entre esos 8 minutos y los dos millones y medio de años, que es la distancia a la que se encuentra la galaxia Andrómeda.

Nos ofrecen tiempo y silencio para percibirnos a nosotros mismos en relación con el universo. Tal vez tiempo para realizar una reflexión sobre quiénes somos y asumir con humildad nuestra presencia en el desarrollo de la vida. Tal vez el silencio suficiente como para comprender que no somos otra cosa que una especie más que puebla la naturaleza. Acaso el tiempo y el silencio necesarios como para asumir la infinita belleza de la vida a través de sus formas de mayor tamaño, aunque desde aquí las veamos diminutas.

Nos ofrecen historias antiquísimas, registradas en el brillo titilante de las estrellas. Historias de amor y desconsuelo, de traiciones, de gestos heroicos, de dioses que no merecían serlo, de sueños truncados y de solidarios esfuerzos. Historias que imaginaron nuestros ancestros para intentar comprender el mundo, y que hoy forman parte de nuestro acervo cultural. Historias que justifican por sí mismas mirar hacia arriba y descubrir quiénes fuimos cuando solo disponíamos de narraciones para entender cuanto nos rodeaba y entendernos.

Estas últimas son las que a mí más me gustan y las que me empujaron a levantar la cabeza y mirar hacia arriba cada vez que tenemos una noche despejada. Ellas también me dieron el impulso necesario para escribir mi primer poemario. Ellas fueron las que alimentaron una de las secciones más breves de este blog y, sin embargo, la más visitada: Mitología y constelaciones. Que ellas y el verano sean de vuestro agrado.

martes, 19 de junio de 2018

LA ILÍADA, clásico entre los clásicos

Retomo una antigua entrada que necesitaba alguna corrección, algún que otro retoque y la restauración de casi todos los enlaces.

La Ilíada es uno de esos textos fundacionales de la literatura occidental que todos los aficionados a la literatura deberíamos conocer. De esta obra se han realizado todo tipo de adaptaciones, resúmenes, lecturas y versiones. Es un clásico entre los clásicos. Sobre su estilo, Northrop Frye escribió: 

La nervuda fuerza de Homero es la desesperación de imitadores y traductores: el estilo no es ni elevado ni familiar, ni ingenuo ni ingenioso, sino que pasa por encima de todas estas distinciones (...) La energía de Homero puede ser igualada por los poetas posteriores de una cultura escrita en la medida en que se trata de una técnica, pero el tipo de expectativa general que levanta se basa en algo que difícilmente puede ser igualado. Se trata de la empatía total que se establece entre el poeta y su auditorio y que surge cuando el primero no es tanto maestro del segundo o portavoz suyo como ambas cosas a la vez (El camino crítico pp 36-37).

A pesar de que nos separan más de 2.500 años del momento en que se escribió, de que nuestra sociedad es muy distinta en mitos, creencias, formas culturales, y de que la relación que mantenemos con la naturaleza y la tecnología poco tienen que ver con la de aquella época en la que surgió el relato,todavía hoy nos sentimos conmovidos ante la despedida de Héctor de su esposa Andrómaca y su hijo (canto VI), nos emocionamos con la respuesta de Andrómaca ante la visión del cuerpo sin vida de su amado (canto XXIV), o nos resultan fascinantes las palabras de Helena en el canto fúnebre en honor de Héctor (mismo canto).


La Ilíada se puede leer de muchas maneras: como una novela llena de violencia, como un relato mítico, como una aproximación a la cultura griega antigua, como un poema sobre la condición humana, como una reflexión sobre el destino, como una metáfora de todas las guerras... Se puede incluso no leer, y el mundo va a seguir girando igual, pero si se lee, posiblemente, alguno de sus versos se nos queden aferrados a la conciencia. Quizás estos que pronuncia Príamo cuando se presenta ante Aquiles solicitando el cuerpo sin vida de su hijo:


                                            ...Yo soy aún más digno de piedad 

y he osado hacer lo que ningún terrestre mortal hasta ahora:
acercar a mi boca la mano del asesino de mi hijo.

                     (Canto XXIV, 504-506. Traducción de Emilio Crespo)

Si sabéis griego clásico, o simplemente queréis oír cómo sonaba, una lectura del primer canto la tenéis aquí.


Y una introducción al mito de Aquiles (22 minutos) en este vídeo:



Feliz lectura.

lunes, 18 de junio de 2018

LA RAMA DORADA

La rama dorada, Turner. Fuente: Wikipedia.

Bolas de muérdago.
FCE
¿Quién no conoce La rama dorada, el cuadro de Turner? La escena, bañada en el dorado resplandor con que la divina imaginación del artista envolvía y transfiguraba hasta el más bello paisaje, es una visión de ensueño del pequeño lago del bosque de Nemi, llamado por los antiguos "el espejo de Diana"(...) Quien haya contemplado las quietas aguas encunadas en uno de los verdes repliegues de las colinas albanas, no podrá olvidarlo. Las dos aldeas italianas típicas, que dormitan en sus laderas, y el palacio, cuyos jardines en terraplén descienden hasta el lago, apenas rompen la quietud y soledad de la escena. Diana misma podría frecuentar aún la solitaria orilla; aún podría aparecer entre el boscaje.

En la Antigüedad este paisaje selvático fue el escenario de una tragedia extraña y repetida. En la orilla norteña del lago, inmediatamente debajo del precipicio sobre el que cuelga el moderno villorrio de Nemi, estaba situado el bosquecillo sagrado y el santuario de Diana Nemorensis o Diana del Bosque (...) Alrededor de cierto árbol de este bosque sagrado rondaba una figura siniestra todo el día y probablemente hasta altas horas de la noche: en la mano blandía una espada desnuda y vigilaba cautelosamente en torno, cual si esperase a cada instante ser atacado por un enemigo. El vigilante era sacerdote y homicida a la vez; tarde o temprano habría de llegar quien le matara, para reemplazarle en el puesto sacerdotal. Tal era la regla del santuario: el puesto sólo podía ocuparse matando al sacerdote y substituyéndole en su lugar hasta ser a su vez muerto por otro más fuerte o más hábil.

El oficio mantenido de este modo tan precario le confería el título de rey, pero seguramente ningún monarca descansó peor que éste, ni fue visitado por pesadillas más atroces.

Así comienza la celebérrima obra de Frazer, aquella de la que Caro Baroja decía que todo estudiante de antropología debía leer si quería iniciarse realmente en esa ciencia. Citas al margen, la obra es tan deslumbrante que resulta difícil dejar de leerla. Es como si estuviéramos sentados en torno a la hoguera y la persona más sabia y enigmática de la tribu nos fuera contando las historias más antiguas de nuestro grupo, las que explican por qué somos como somos y de dónde vienen nuestros sueños y nuestros miedos.

La leí hace muchos años y el encuentro con el trabajo de Turner me la ha recordado. Me gusta mucho el pintor inglés, pero creo que en esta ocasión no hace justicia a la leyenda ni a la tensión brutal y primigenia que se tenía que vivir en torno al santuario. 

Frazer publicó una primera edición en 1890. La edición completa de la obra alcanzaba los doce volúmenes en 1914. Con buen criterio, su editor le pidió un "resumen" que pusiera la obra al alcance de todo tipo de público. Esa edición abreviada es la que se tradujo al castellano. 

Lo más extraordinario del trabajo es que a partir del intento de dilucidar la ley que regulaba la sucesión en el sacerdocio de Diana, muchos años de paciente investigación y recogida de datos ofrecieron al autor un gigantesco catálogo de prácticas y creencias con respecto a las relaciones que ligaban la magia y la religión de nuestros antepasados.

El material es tan abundante y significativo que La rama dorada ha estado alimentando las despensas del psicoanálisis, impulsó la aparición de la antropología moderna, ha nutrido a la literatura del siglo XX de metáforas y de símbolos y ha estimulado la imaginación de muchas generaciones. Imprescindible.

domingo, 17 de junio de 2018

EL REPOSTERO DE BERLÍN


Nos empeñamos en clasificar el mundo y las personas que en él viven según la nacionalidad, el sexo, la religión, el color de la piel, la cultura... Sí, ya sabemos el rollo ese del artículo 2º de la Declaración Universal de DDHH, pero eso está bien para los gobiernos, las administraciones. Mi vida es mía y dispongo mis relaciones como quiero, y bla, bla, bla.

El repostero de Berlín nos enfrenta a muchas divisiones y fronteras que usamos habitualmente, y las pone patas arriba. Cuando dejamos fluir nuestros sentimientos más sinceros y nuestras emociones más espontáneas esas barreras caen. Es entonces cuando  podemos comprobar que los afectos, si no están mediatizados por los tópicos y las ideologías, pueden fluir con naturalidad. 

La colaboración, el trabajo mutuo, el respeto profundo, la atracción y la admiración son posibles si partimos del velo de la ignorancia —y perdonadme la pedantería, pero toda la película es un excelente ejemplo de la teoría de Rawls—. En cambio, una vez que el fichero se completa, comienzan a actuar los prejuicios y las convenciones sociales más rancias.

La película me ha parecido un hermoso ejercicio cinematográfico y toda una lección de cómo utilizar las imágenes para que comuniquen y narren con absoluta claridad sin tener que recurrir a las palabras. La utilización de la cocina como elemento conductor y simbólico, todo un hallazgo.

Dulce, delicada, tierna, intimista y acogedora, pero sin renunciar a la denuncia y a la dureza de la realidad cotidiana. Por cierto, a muchos críticos les ha sobrado el epílogo. No comparto esa opinión. Me parece que no rebaja un ápice ni la fuerza narrativa ni el compromiso con la historia y, en cambio, aporta esperanza. 

Totalmente aconsejable.

EL ATLAS FANTASMA

Blume
Ninguna disciplina está libre de errores ni ha dejado de ser impulsada por las ilusiones humanas en el más amplio y polisémico sentido, pero es la geografía y todo cuanto la rodea la que nos ofrece las más bellas y extrañas historias. Algunas han sido tan sugestivas y poderosas que fueron capaces de movilizar a multitud de personas durante mucho tiempo; así ocurrió con las leyendas de El Dorado o del Preste Juan. Otras desbordaron la mitología de donde nacieron y han conformado toda una literatura, como el mito del Paraíso Terrenal. 

No todo cuanto se recoge en este atlas goza de singularidad tan elevada. La mayor parte de los errores geográficos han tenido poca trascendencia, pero la historia que hay en torno a ellos resulta fascinante. Edward Brooke-Hitching, coleccionista de mapas y narrador muy bien dotado, nos ofrece en este bellísimo libro el catálogo más completo que conozco de lugares que nunca existieron.

Es una verdad universalmente reconocida que el conocimiento de la superficie de nuestro planeta ha costado miles de vidas y de años a la humanidad y que solamente hace muy poco tiempo ha sido capaz de fijarlo y reproducirlo gracias al desarrollo tecnológico. Tanto es así que la isla Bermeja, incluida por vez primera en un mapa de 1535, ha estado figurando en ellos aunque nadie la hubiera visto, y no ha sido hasta ¡2009! cuando ha dejado oficialmente de existir. Pero no es la única, la isla de Sandy perduró hasta 2012, siete años después de la aparición de Google Maps.

Este libro está lleno de lugares fascinantes, de relatos sorprendentes y de mapas, de muchos mapas, sobre todo antiguos, que ilustran los textos —en el enlace tenéis el índice completo y un issuu con algunas páginas—. También de ambiciones que originaron hechos cruentos y pérdidas humanas. El autor no escatima la información y la transmite de forma muy atractiva. De hecho, el texto me gusta más que las imágenes, aun siendo estas de gran valor.

Y para que los amantes de las teorías conspirativas y de la "novedosa" estupidez de que la Tierra es plana no crean que han sido los primeros en reivindicarla, Brooke-Hitching nos recuerda el caso del profesor Orlando Ferguson quien en 1893 hacía uso de una fe inquebrantable en la literalidad de la Biblia y de un gran delirio geográfico para ofrecer al mundo este mapa y su explicación correspondiente:

Fuente: wikimedia. (Id al original y ampliad la imagen).
Esta pequeña joya puede leerse de un tirón o según el capricho del momento. Puede funcionar como obra de consulta o como texto literario. Puede servir como guía de viajes imposibles o como plataforma para impulsar algunos perfectamente realizables. Se utilice como se utilice, siempre será un regalo.

sábado, 16 de junio de 2018

POP, POP, POP, AMERICAN POP ART




Difícilmente podía imaginar el bueno de Paolozzi que su collage sin gracia y desmañado, I was a rich man's plaything, realizado con tres recortes de revistas americanas mientras estaba en París a finales de los 40 del siglo pasado, fuera a desencadenar poco después un movimiento tan rutilante y productivo en la historia del arte del siglo XX. 

Serían otros artistas más dotados para manejar las imágenes populares quienes, utilizando los medios expresivos de la cultura popular y los canales de difusión de los años 60, darían contenido a esta tendencia y montarían toda una industria. Tanto es así que Warhol, posiblemente el más hábil de todos ellos, nos ha dejado una de esas frases que simbolizan el movimiento: Un buen negocio es el mejor arte.

Gustos y opiniones aparte, no cabe duda de que el arte pop nos enseñó a mirar objetos triviales e intrascendentes de otra manera, a explorar la cultura de masas e incluso a guardar distancia con respecto a la subjetividad y a las emociones del artista.

La muestra que se presenta en KuboKutxa no dispone de los grandes iconos del movimiento, si exceptuamos una marilyn y un love, pero sí tiene una buena colección de obras suficientemente variadas como para poder hacernos una clara idea de la representación norteamericana de ese estilo que lo invadió todo durante los revueltos, expansivos, felices y inspirados sesenta.


Lichtenstein

Haring

Indiana

Rauschenberg

Warhol

Vamos, que dispone de todos los elementos para convertirse en la exposición estrella de este verano en Donosti. 
***
Abierta hasta el 30 de septiembre, tiene visitas guiadas gratuitas los sábados a las 18:30h en euskera y a las 19:30h en castellano, previa reserva en el 943 25 19 39.

viernes, 15 de junio de 2018

JON GEREDIAGA

José Belda y Jon Gerediaga

Poetika 2018 cerró ayer el último recital antes del verano con la presencia de Jon Gerediaga, Alex Gurrutxaga (presentación) y José Belda (guitarra). Lástima que la estupenda "lección" de Gurrutxaga, la serena y madura interpretación de Belda, y la honda y limpia poesía de Gerediaga fuesen disfrutadas por tan escaso público.

Gerediaga ha publicado hasta ahora cuatro poemarios: Fitola balba, karpuki tui2004; Jainkoa harrapatzeko tranpa2007; Zentauro-hankak2012; y Argia, lurra, zuhaitza, zerua2015. Todos ellos editados en Pamiela. El último se encuentra traducido al castellano por él mismo.

En el recital de ayer, como es natural, leyó poemas del último título, pero también ofreció un buen porcentaje de inéditos, lo que siempre es de agradecer. Recojo dos hermosos poemas. El primero es el que cierra el libro, y del que ha salido el título. Ambos dos pueden sintetizar bien el tono poético del mismo.

Uzta guztien ondoren
adar gehienak makurtzen dira
nekez eta hotzez, eta makurtzeko
garaia heldu zaielako besterik ez

eguzkiak ere azken ahaleginak
egiten ditu udazken hasieran
baina atseginak dira oraindik
bere argi eta itzal-jolasak arrastian
belarrean eta hosto ahuletan
eta hiriko kristaletan 
(heriotza guztiak hain ederrak balira)

gure barnean bada zerbait dakiena 
laster lasterregi ilunduko dutela egunek
eta horregatik zuhur eta isilean eta goxoki
hitz egiten die iraun behar duten gauzei: 

argiari, lurrari, zuhaitzari, zeruari.



Después de todas las cosechas / la mayoría de las ramas ceden / por el cansancio, por el frío / y porque les ha llegado el tiempo / de ceder y nada más, // el sol también hace sus últimos esfuerzos / al principio del otoño, pero son apacibles / todavía sus juegos de luces y de sombras de la tarde, / en la hierba y en las hojas débiles / y en los cristales de la ciudad / —si todas las muertes fueran bellas. // Algo dentro de nosotros sabe / que pronto oscurecerán los días demasiado pronto / y por eso les habla con prudencia y en silencio / y dulcemente a las cosas que deben perdurar: // a la luz, a la tierra, al árbol, al cielo.


***

Une batez argitzen du zeruak eta

gizadiak ondoeza ahazten du une batez
asunen hostoetan pausatzen direnean
azken euriaren tantak
eguzkia oso-osorik babesten da
txikitasun horretan,
baita gailur garaietan ere
edo haran sakonetako basoetan
sartzen da distira handia,
eta bide bazterrean isil-gordeka
asun hezeen aldamenean
lore goibel batzuek eramaten dute
iraun behar duen bici ederraren zama,
mandamenduaren marka urdinak.



Por un momento el cielo alumbra / y los hombres olvidan el dolor / cuando las gotas de la última lluvia / se posan en las hojas de las ortigas / el sol entero se protege en esa / pequeñez, / también en las altas cumbres / y en los bosques de los valles / profundos / el gran resplandor entra / y escondidas en el bosque del camino / junto a las húmedas ortigas / unas flores tristes llevan el peso / de la vida bella que debe perdurar, / las marcas azules del mandamiento.

jueves, 14 de junio de 2018

XXI SEMANA MUSICAL AITA DONOSTIA

XXI Semana Musical Aita Donostia
La Iglesia de los P.P. Capuchinos de Donostia (Okendo kalea, 22) acoge desde hoy, 13 de junio, hasta el sábado, día 16, cuatro conciertos:

El programa completo, más la información gráfica y escrita sobre cada una de las agrupaciones musicales, lo podéis encontrar en este enlace.

Todos los conciertos son a las 20:30.

LUZ Y VANGUARDIAS EN SALAMANCA

Premio del Jurado 2017

Hoy da comienzo en Salamanca el festival Luz y Vanguardias 2018. Las noches del jueves, viernes, sábado y domingo, a partir de las 22:45, las fachadas del Ayuntamiento, de la Casa de las Conchas, de la Catedral Nueva, de la Iglesia del Convento de San Esteban, del Patio de las Escuelas de la Universidad y del Palacio de Monterrey, serán objeto de transformaciones músico-visuales para deleite de la ciudadanía.
Premio del Público 2017

Disponéis de toda la información en la página del festival, y también podéis encontrar todos los vídeos correspondientes a las ediciones anteriores. 

Si podéis pasar por la ciudad, disfrutadlo; si no, siempre nos quedarán los vídeos.

RECUPERANDO A CONCHA DE MARCO

Se cumplió el centenario del nacimiento de Concha de Marco en 2016, pero pasó inadvertido salvo para Tam Tam Press y el Ayuntamiento de Soria, que publicó el libro de José María Martínez LasecaConcha de Marco en carne y verso

Afortunadamente, la Editorial Renacimiento, que tiene mayor presencia en las librerías, ha recuperado con esta antología buena parte de sus poemas.

Concha de Marco (1916-1989) fue coetánea de Buero Vallejo, Cela o Gloria Fuertes, pero no publicó poesía hasta cumplidos los cincuenta años. Esto, unido a su militancia republicana, no facilitó precisamente su actividad cultural.

Escribió diez poemarios, de los que se publicaron siete: Hora 0,5 (1966); Diario de la mañana (1967); Acta de Identificación (1969); Congreso en Maldoror (1970); Tarot (1972); Las Hilanderas (1973) y Una noche de invierno (1974). Todos ellos prácticamente inencontrables. En el blog de Fernando Sabido podéis leer una buena muestra. Aunque si tuvisteis alguna vez la Guía de Soria, de Everest, allí veríais su nombre.

Hay que estar callado, no hables tanto,
deja de afirmar tu existir en las palabras,
son igual a ese humo que se aleja.
Haz algo, crea.
Algo que fortalezca a los demás
y cuando tú te vayas permanezca.
Verdaderas palabras, el mensaje
que puedan entender generaciones nuevas,
y les ayude a sobrellevar
el peso de la escoria que gravita sobre ellas. 

En este audio, a partir del minuto 27' 20" podéis escuchar una breve introducción sobre la escritora a cargo de Elena Medel y una estupenda lectura de tres poemas, incluido el que he transcrito, realizada por la locutora Amaya Prieto.