miércoles, 29 de mayo de 2013

DIVINA COMEDIA

Para el lector actual la Divina comedia tiene dos dificultades importantes: es —entre otras muchas cosas— una especie de enciclopedia medieval y nos expone un tema que difícilmente puede interesarnos, como es el recorrido a través del infierno, del purgatorio y del cielo (mayúsculas y minúsculas establecen ya una diferencia de criterio).

La verdad es que sería muy difícil encontrar hoy una persona interesada en las cuestiones teológicas que se exponen en este clásico, cuando hasta la propia Iglesia Católica ha suprimido de sus creencias la existencia del Infierno. Y tan difícil como eso es encontrar otra persona que sienta curiosidad por el catálogo de reflexiones medievales sobre el bien y el mal o los personajes que sufren su residencia en el Infierno. Hablo de lectores normales, no de especialistas.

En este sentido, es decir, desde el punto de vista del significado, la obra de Alighieri es uno de los clásicos que más han sufrido el paso del tiempo o, dicho de otra forma, es una de las obras que más se alejan de los gustos, costumbres y creencias de la sociedad actual; lo que hace muy difícil que alguien se acerque a ella por propia iniciativa.

A pesar de todo, sigue siendo un clásico, lo que quiere decir que guarda en su interior —si somos capaces de superar los primeros momentos de desánimo— muchos elementos con los que disfrutar y aprender: lenguaje, ritmo, simbología, conocimiento del mundo medieval, punto de vista sobre lo que significa ser humano, deslumbrantes comparaciones, la expresión de emociones nunca antes puestas por escrito...

Hoy, afortunadamente, existen muchas y buenas ediciones, casi todas ellas con estudios introductorios y un corpus de notas que nos ayudan a caminar por entre los tercetos encadenados del poeta florentino. No es que sean del todo necesarios, pero a mí me gustan porque cuando los trabajos introductorios están bien hechos, no sólo sirven de apoyo, sino también de elemento motivador a la lectura.

En cualquier caso, recordad siempre que el primer derecho del lector es el dejar la lectura, pues si un libro se nos atraganta, no hay que andar sufriendo por ello. Si la primera lectura no es placer, de nada sirve el obligarnos.

Y como nunca se sabe cuál será el elemento que desencadene el interés por un libro, aquí os dejo, por si acaso, este vídeo que he encontrado en YouTube, realizado con los dibujos que Doré preparó en su momento para el Infierno.


PS: Si no habéis visitado la página que está enlazada con el título, no os la perdáis. Volved a la primera línea y haced clic.

martes, 28 de mayo de 2013

ANTOLOGÍA POÉTICA MULTIMEDIA

Gracias a una seguidora reciente, Lules Santiago, que a su vez es seguidora de otros blogs, he conocido otro  más del que paso a dar noticia aquí.  

Es un blog de aula, es decir, un blog abierto por un profesor —Ángel Puente— para ofrecer una herramienta más de trabajo a su alumnado. Sin embargo, como lo que ha hecho es útil para toda la comunidad que esté interesada en la poesía es por lo que os lo traigo aquí.

Como reza el título, se trata de una antología poética, pero su característica esencial es que todos los textos que aparecen tienen su versión sonora, ya sea porque el poema ha sido grabado por el autor o porque existe una versión en forma de canción de ese poema interpretado por algún cantante o grupo. Además de las grabaciones profesionales, tiene un apartado —¿Te animas?— en el que todos podemos dejar nuestro registro sonoro.

Lo he colocado en la columna de la derecha, en el apartado Otros territorios, bajo el título de Poesía grabada, pero si hacéis clic sobre la imagen inferior, iréis a él.

lunes, 27 de mayo de 2013

SABER ESCUCHAR

Sabemos que la comunicación es un acto complejo y difícil que requiere muchas cualidades. La primera de todas, la de prestar atención a lo que se oye, que no otra cosa es escuchar. Si falla la escucha, la comunicación queda inmediatamente rota.

Oscar Wilde opinaba que no escuchamos lo que nos dicen y para ilustrarlo contaba la siguiente anécdota que aseguraba haberle ocurrido a él: Para justificarme ante la dueña de casa por haber llegado tarde a su fiesta, le dije que me había demorado por haber tenido que enterrar a una tía mía a la que acababa de matar, a lo que ella me contestó: "No se preocupe, lo importante es que haya venido".
(Diccionario general de frases y dichos célebres, p.196). Puede parecer increíble la anécdota de Wilde, pero es rigurosamente cierta, al menos, en lo que a mí respecta.

Para ilustrar la importancia de la escucha, base y sustento de la comunicación, relaté en una ocasión ese suceso del escritor irlandés a un grupo. Por supuesto, se rieron mucho e hicieron todo tipo de comentarios sobre el tema, alabando la virtud de la escucha. Lo increíble —y aquí viene lo que a mí me atañe de esta historieta— es que estando con ese mismo grupo un par de semanas después, en una situación en la que yo debía marcharme mientras el grupo se dirigía a otro lugar, alguien me preguntó por qué no me quedaba con ellos y yo, malicioso e irónico, pues el grupo ya sabía el motivo de mi ausencia, respondí que debía irme porque tenía que asesinar a una tía mía para poder cobrar la herencia. La respuesta que recibí de la persona que me había hecho la pregunta fue un simple y escandalosamente falto de escucha: Ah, ya, claro.

Ni yo mismo me podía creer lo que estaba escuchando. De hecho, sospechaba que el relato de Wilde podía ser más producto del ingenio del escritor que un hecho real, que semejantes cosas no pasaban nunca, salvo en el anecdotario de personajes sobresalientes, pero nunca a las personas de carne y hueso. Después de sufrir en mis propios oídos semejante respuesta, no me queda la más mínima duda de que pueden ocurrir y, efectivamente, ocurren; de que, como en muchas ocasiones se dice, la comunicación es un milagro. ¡Socorro, que alguien me escuche!

domingo, 26 de mayo de 2013

AUSTERIDAD

Con esto de la crisis parece haberse puesto de moda en los medios de comunicación hacer debates sobre si debemos o no debemos ser austeros, si es conveniente o no amoldar nuestras costumbres y maneras a una nueva época más moderada y menos alegre.

El debate viene impulsado porque los gobernantes mandan mensajes solicitando "austeridad" a la población y la población, jaleada en general por sus "representantes" tertulianos, clama a voz en grito que se metan la austeridad por donde les quepa, que ya bastante les han bajado el sueldo a los afortunados que lo tienen, y que el resto —un larguísimo y doloroso resto— ya ha ofrecido su puesto de trabajo en el altar de la crisis.

Estoy sinceramente convencido de que tanto unos como otros hacen un uso malintencionado del término. Los primeros lo usan con la intención de convencernos de la bondad de tantas restricciones sociales y económicas, y que, por supuesto, sólo sufren los más desfavorecidos. Los segundos dicen que hablar de austeridad en medio de esta crisis es vergonzoso y que la única intención de los primeros es que obedezcamos como borregos, que debemos exigir lo de siempre y que la sociedad del bienestar es nuestro derecho.

Pues bien, yo defiendo la austeridad, la sobriedad, el consumo justo y responsable, la inexcusable necesidad de ser austeros, porque me siento ciudadano del mundo, porque me parece la única salida posible a esta enloquecida sociedad capitalista de consumo irresponsable, porque es una reivindicación desde el origen del movimiento ecologista para poder ofrecer a las generaciones que nos sigan un mundo en el que se pueda vivir moral y materialmente, porque desmantelar los recursos de los países no desarrollados para disfrutar de  una vida más cómoda en la otra parte del mundo es un acto de injusticia, de inmoralidad y de estupidez.

Yo defiendo el significado global de austeridad en contra de lo que quieren venderme los gobiernos de este viejo continente y en contra de la opinión de mucho tertuliano de izquierda. Si vamos a hablar de austeridad, hablemos en serio y tengamos en cuenta a la población entera del planeta, no la de nuestro barrio. Si vamos a hablar de austeridad, hablemos del impacto que supone —y es sólo un ejemplo— el que la población de Norteamérica y de Europa circule alegremente con su vehículo particular, por muy ecológico que sea, en el resto de la población mundial. Si vamos a hablar de austeridad, tengamos en cuenta que en una parte del mundo disfrutamos de lo que disfrutamos, gracias a que nos lo llevamos de la otra parte.

Sí, defiendo el significado global de austeridad, porque me siento ciudadano global y responsable, porque sé, como lo sabía Donne, que cuando en algún lugar del mundo suenan a duelo las campanas, las campanas también suenan por mí, porque la miseria —no la austeridad— en la que vive un tercio de la población mundial es, también, responsabilidad de la forma en que hemos vivido y queremos seguir viviendo en esta otra parte del globo.

Así que hagamos ejercicio de austeridad y empecemos a exigir a nuestros hipócritas gobiernos, partidos y sindicatos que hagan un verdadero ejercicio de austeridad, que pongan orden repartiendo la riqueza austeramente, es decir, de forma justa y solidaria, y que empiecen a tener en cuenta que todo ser humano, independientemente de dónde haya nacido, es un ser humano titular de los mismos derechos que cualquier otro; por lo tanto, que empiecen a actuar considerando las consecuencias y repercusiones globales de sus actos en el resto del  planeta, que dialoguen desde condiciones de igualdad, que piensen globalmente y que actúen localmente. Y si no, no les votemos.

sábado, 25 de mayo de 2013

JOAQUÍN PASOS

Joaquín Pasos nació en Nicaragua en 1914 y murió en el mismo país en 1947. Murió, como podéis comprobar, demasiado joven.

A este lado del Atlántico ha sido un poeta desconocido hasta que la Biblioteca Sibila ha publicado su obra. Ernesto Cardenal se ocupó de recopilar sus poemas y de preparar una edición para FCE en 1962, que fue reimpresa 22 años más tarde, pero por aquí pasó sin que se hiciera notar. La edición que hoy presento está prologada por Oscar Hahn.

Como dice el poeta chileno, no sabemos hasta dónde podría haber llegado la poesía de Pasos si no hubiera fallecido tan pronto. Lo que sí sabemos es que nos ha dejado unos cuantos poemas estupendos, de entre los que destaco Los indios viejos.

LOS INDIOS VIEJOS


Los hombres viejos, muy viejos, están sentados         
junto a sus cabras, junto a sus pequeños animales mansos.
Los hombres viejos están sentados junto a un río       
que siempre va despacio.                               
Ante ellos el aire detiene su marcha,                   
el viento pasa, contemplándolos,                       
los toca con cuidado                                   
para no desbaratarles sus corazones de ceniza.   
      
Los hombres viejos sacan al campo sus pecados,         
éste en su único trabajo.                               
Los sueltan durante el día, pasan el día olvidando,     
y en el tarde salen a lazarlos                         
para dormir con ellos calentándose.       

Sin embargo, el mejor de todos sus poemas es el Canto de guerra de las cosas, que no he transcrito aquí por su longitud, pero que no debéis dejar de leer. Se encuentra recogido en varias páginas de Internet y con una de ellas he enlazado el título.

Para cerrar esta entrada, aquí tenéis el poema que Cardenal escribió a su compatriota en la voz de J.M. Serrat.
             

viernes, 24 de mayo de 2013

SALVEMOS GALICIA DE LA MEGAMINERÍA


El vídeo tiene quizá un punto melodramático, pero la que les puede caer encima a los gallegos recuerda muy mucho a lo que ocurrió en Aznalcóllar.

Si quieres más información, pincha aquí y, si lo crees conveniente, firma la petición.

jueves, 23 de mayo de 2013

LAS LEYES DE LA FRONTERA

Las leyes de la frontera constituye una nueva incursión del autor en el terreno de la historia más inmediata, es decir, es otra novela más que se mueve en el escenario de la realidad y la ficción. Como personaje de referencia tiene al tristemente famoso El Vaquilla; como decoración ambiental, la Gerona de finales de los 70. Es, por tanto, una historia de quinquis adolescentes y lo que va a ocurrir con sus vidas. Sin embargo, el protagonista real de la historia va ser un abogado de éxito en esa misma ciudad que durante el verano del año 1978, cuando tenía 16 años, perteneció a la banda del Zarco. 

Cercas utiliza la técnica de la entrevista para irnos exponiendo a través de las declaraciones de los entrevistados —el abogado de antes, un inspector de policía y un director de prisión— el argumento narrativo del libro, que se ciñe a tres momentos: la constitución de la banda de adolescentes; el trabajo del abogado para conseguir la liberación del delincuente, unos 20 años después; y el momento de las entrevistas del escritor con los tres personajes que le aportan la información, otros diez años más tarde.

La novela quiere ser una indagación sobre las fronteras que a veces utilizamos para delimitar terrenos tan escurridizos como lo bueno y lo malo, la verdad y la mentira, el amor y el desamor, los grupos sociales, los distintos tipos de vida... y que en algunas ocasiones  pueden ser tan difusas como engañosas. Este planteamiento es lo mejor de la novela, en mi opinión, y el que mejores frases aporta al resultado final.

A mí la novela me gusta... en su primera parte, la que se ocupa de las andanzas del Gafitas —el que luego será abogado— y de sus venturas y desventuras con la banda adolescente. Ahí la novela cumple su función, tiene fuerza, transmite vida y, a través de lo que cuenta, nos induce a esa reflexión sobre las fronteras. Lo que viene después me parece un tanto farragoso. Hay demasiados análisis, una excesiva verbalización de motivos y un incremento exponencial de "revelaciones" tal que aplastan el hilo narrativo hasta hacerlo en más de una ocasión muy delgado y, en otras, inverosímil. Y es una pena porque la novela comienza transitando el territorio de la literatura para acabar cayendo en el de otra historia más para pasar el rato (ver comentario sobre Lo que mueve el mundo).

miércoles, 22 de mayo de 2013

DELTA DEL EBRO

Un amigo que anda una temporada por aquí y otra por allá me ha mandado unas cuantas fotos realizadas por él en el Delta del Ebro hace poco tiempo. Con ellas he hecho el sencillo montaje que aparece bajo estas líneas.

Lo de menos es el vídeo. Lo que importa es saber que los amigos están en contacto, se acuerdan de nosotros y de vez en cuando nos mandan señales para hacernos saber que seguimos siendo personas a las que les importamos, por mucho que sea el tiempo pasado o por grande que sea la distancia que nos separa.

Gracias, Patxi.



martes, 21 de mayo de 2013

STEPHEN JAY GOULD

Con motivo del aniversario de la muerte del paleontólogo Jay Gould —20 de mayo de 2002— rtve ha reeditado una entrevista que Eduardo Punset le hizo en 1998 para el programa Redes. Es una buena ocasión  para recordar las siempre sabias palabras del científico americano.


Aquí os dejo las obras de Gould traducidas al castellano que hoy se pueden encontrar en las librerías.

Un erizo en la tormenta. RBA.
La estructura de la teoría de la evolución: el gran debate de las ciencias de la vida. Tusquets.
Ciencia versus religión. Planeta.
Acabo de llegar. Planeta.
La flecha del tiempo: mitos y metáforas en el descubrimiento del tiempo geológico. Alianza

En la editorial Crítica:
  • La vida maravillosa: Burgess Shale y la naturaleza de la historia
  • La falsa medida del hombre
  • Dientes de gallina y dedos de caballo
  • Las piedras falaces de Marrakech
  • Érase una vez el zorro y el erizo: las humanidades y la ciencia e n el tercer milenio
  • Ontogenia y filogenia: la ley fundamental biogenética
  • La montaña de almejas de Leonardo
  • Brontosaurus y la nalga del ministro
  • La sonrisa del flamenco
  • Acabo de llegar: el final de un principio de historia natural
  • El pulgar del panda
  • Desde Darwin: reflexiones sobre historia natural
  • La grandeza de la vida
  • El libro de la vida
  • Un dinosaurio en un pajar
  • Ocho cerditos: reflexiones sobre historia natural.

lunes, 20 de mayo de 2013

EL PACIFISTA, de John Boyne

John Boyne no se anda con chiquitas a la hora de ofrecernos una historia. Las suyas no son historias fácilmente digeribles, aptas para paladares sensibles. Son historias en las que uno se juega todas las convicciones. Son historias que remueven la existencia. Nos pone ante hechos y circunstancias que marcan para siempre la vida de sus protagonistas.

Desde luego, la vida de los soldados durante la época de la guerra de trincheras en la Primera Guerra Mundial no era el marco más adecuado para que las horas transcurrieran plácidamente, ni tampoco para que se entretuvieran pensando en las bellezas que la naturaleza les podía regalar.

En ese contexto las palabras amistad, tiempo, vida, amor, principios o libertad pueden adquirir connotaciones muy diferentes a las que tienen en un ambiente alejado de la guerra, sus miserias y exigencias. En esas circunstancias la lealtad y el honor pueden depender de un hilo tan delgado e inseguro como del que pende la vida misma.

Boyne domina el arte narrativo y nos ofrece en esta novela tan dura como conmovedora el relato de un personaje absolutamente hundido por la crueldad de unas experiencias por las que ningún ser humano debería pasar nunca. Pero somos efectivamente humanos y, por ende, capaces de lo más sublime al mismo tiempo que ponemos en práctica nuestro ser más bajo y miserable.

No quiero cerrar este breve comentario sin destacar la habilidad del autor por sumergirnos en la historia al margen de todo maniqueísmo. Fácil sería situarse con respecto a los personajes —o con respecto a la época— desde un punto de vista moral; sin embargo, Boyne se adentra en el relato desde dentro de ellos mismos, de tal forma que podamos entenderlos sin juzgarlos, desde la empatía, lo que dota a la novela de un valor añadido. Es el punto de vista de un gran narrador.

Gracias, Ana  Cristina.

viernes, 17 de mayo de 2013

SI UNA NOCHE DE INVIERNO UN VIAJERO

Vuelvo a Italo Calvino después de un montón de años. Recojo una novela  de entre esos muchos libros que dormitan en la biblioteca personal esperando ser agraciados con nuestra atención. Si una noche de invierno un viajero. Hermoso título, lleno de sugerencias y de puntos suspensivos, pleno de posibilidades. Título abierto a la imaginación del lector.

Calvino es uno de esos fabuladores desbordantes a los que les sobra capacidad inventiva, capaces de crear una historia mientras se toman un café en una terraza y otra más mientras pagan ese café. Y a mí este tipo de escritor me gusta mucho, entre otras cosas porque cada vez que abres un libro suyo te transporta a una época, unas circunstancias y una geografía totalmente diferentes a las del relato anterior. Otros, en cambio, siempre andan contándote la misma historia, aunque la disimulen un poquito, y eso me aburre bastante.

En Si una noche... es tal su alarde inventivo que no nos ofrece una única historia, sino diez. Y eso es, en mi opinión, lo malo del asunto. Y no quiero decir que el hecho de que nos ofrezca diez historias en lugar de una sea un aspecto desfavorable. Lo que quiero decir es que bajo este título no encontramos precisamente una novela, sino una reflexión sobre la escritura, el acto de escribir y de leer, una reflexión sobre la función del autor y sobre el papel del lector. Y además de eso se nos cuenta una micro historia de un lector que intenta leer diez historias —todas ellas incompletas— y que al final se casa con otra lectora.

Dicho de otra manera: el libro es hijo directo de los postestructuralistas años 70 y del movimiento Oulipo. El libro intenta poner en escena todo eso de la muerte del autor, de que el libro-quien- lo-hace-es-el-lector-pero-quién-es-en-realidad-el-lector-el-lector-soy-yo-realmente-o-es-mi-conciencia-de-que-estoy-leyendo-------...   ¿Hay alguien ahí?

Afortunadamente, el libro es más que eso gracias precisamente a la enorme capacidad inventiva de Calvino y a su gran sentido del humor... y de la escritura. Pero no es, ni de lejos, la divertidísima y crítica trilogía Nuestros antepasados. Como tampoco es el delicioso Por qué leer los clásicos, en el ámbito del ensayo.

NOTA: en el enlace que aparece sobre el nombre del autor (primera línea) tenéis una crítica bastante más seria y menos subjetiva que la mía.

Sed felices y leed cuanto podáis.

jueves, 16 de mayo de 2013

¿DE DÓNDE VENIMOS?

Existen unas cuántas preguntas clásicas —¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?—que nos solemos hacer para indicar que son preguntas de difícil contestación; para hacer saber a nuestro interlocutor que quizá no merezca la pena adentrarse en esos problemas pseudofilosóficos, ya que carecen de respuesta y, por tanto, son una pérdida de tiempo; para dar a entender la profundidad y gravedad de nuestros pensamientos; o, simplemente, para darle un tono humorístico a lo que decimos, indicando que no vamos a utilizar más tiempo en explicar aquello que nos ocupa.

Hoy, afortunadamente, sí sabemos con toda certeza de dónde procedemos. Los científicos nos lo han explicado de forma clara y precisa. En el documental Del Big Bang a la vida, además de darnos una vez más la respuesta, explican de forma amena e inteligible el origen de la vida, qué es eso que conocemos con el nombre de universo y cómo ha evolucionado. 52 minutos muy recomendables.
***
PS: Tres horas después de haber escrito esto, rtve ha retirado el documental de su página por derechos de autor. Me he dado una vuelta por YouTube y he encontrado a alguien que había subido la 1ª parte. La segunda no la encuentro completa, pero sí la mayor parte. Los enlaces remiten a ellas. Aprovechad a verlas mientras las mantienen en Internet.

martes, 14 de mayo de 2013

SPACE ODDITY

En 1969 David Bowie publicaba el álbum Space Oddity en el que incluía la famosa canción homónima que tantos éxitos le daría.

Ayer, el astronauta Chris Hadfield, para despedirse de la Estación Espacial Internacional, hizo su versión-homenaje al cantante británico.

Hoy, vía whatssap, a las nueve de la mañana, la recibo a manera de regalo. ¡Qué bellísima casualidad!



Esto es parte de lo que la canción dice:
(...)
y estoy flotando de una manera muy peculiar
y las estrellas lucen muy diferentes hoy.

Aquí estoy, sentado en esta lata de aluminio,
muy por encima del mundo.
El planeta tierra es azul
y no hay nada que pueda hacer.

Aunque he pasado a cien mil millas,
me siento inmóvil
y creo que mi nave espacial sabe hacia dónde ir.
Díganle a mi esposa que la amo, ella sabe. 
(...)

Gracias, Ana.

THE POLICE y ANTONIN DVORAK

Para mí mismo. Una pieza popular y otra clásica. Porque sí.


Tenía algo así como 5 años. Vivía en Toledo y mis padres escuchaban un programa de radio que utilizaba como sintonía de apertura los primeros compases del cuarto movimiento de la magistral Sinfonía del Nuevo Mundo. Yo, claro, no tenía ni idea de lo que era música clásica y mucho menos de que Dvorak fuera un compositor, pero aquello me gustaba mucho. Desde entonces es una pieza que me atrae profundamente.

domingo, 12 de mayo de 2013

LA BIBLIA DE BARRO

No tengo la costumbre de leer este tipo libros. En realidad, leo muy poca novela y, muy de tarde en tarde, algún best seller —creo que este es el tercero que leo en mi vida—. Simplemente no me gustan, aunque reconozco lo prácticos que pueden ser para ayudar a pasar el tiempo en los medios de transporte o sobrevivir a las calurosas tardes de algunos días de verano. Son acción pura. Descerebrada, pero acción al fin y al cabo. Lo que ayuda a mantener nuestra atención, incluso en las condiciones más difíciles. Es más, diría que para leer una novela de éstas no se necesita la más mínima atención, lo que no deja de ser una virtud.

Nada más terminar de leer el libro estaba pensando hacer un comentario negativo sobre el texto y sus defectos. Sin embargo, mientras escribía el primer párrafo, me he dado cuenta de que no hay que ser tan criticón y de que tampoco está tan mal este tipo de lectura. Al fin y al cabo yo lo cogí voluntariamente el fin de semana pasado con la intención de que me distrajera de mis idas y venidas diarias en tren. Y lo cogí sabiendo que sería la única lectura en la que podría avanzar a pesar de lo que en el vagón pasara. El libro ha cumplido su función, me ha aislado del resto de las conversaciones con fidelidad perruna.

Pero hay más aún. Este tipo de libros son los que en realidad se venden y... se leen. No hace falta nada más que echar un vistazo a lo que ocurre en trenes, metros y autobuses. Son libros de los que incluso se habla. Lo que ya me gustaría que pasara con El Quijote —y estoy poniendo un libro nada difícil de leer y auténtico peso pesado de la literatura—. ¿Cuántas personas adultas que comparten el idioma de Cervantes lo han leído? Seguro que muy pocas. Y de ésas, si al ser preguntadas dijeran la verdad, quizás la mitad.

Desengañémonos, si no fuera por estos libros, ese poquito más del 50% de gente que lee en este país sería mucho más exiguo. Y quien dice este país (que cada cual ponga las fronteras donde quiera), dice cualquier otro. Es cierto que he visto leer mucho más en el metro de Londres que en el Madrid, pero el tipo de lectura era la misma: novela de consumo rápido y distracción urgente. Directo a la vena.

O sea, que cada cual lea lo que le dé la gana, con tal de que lo que lea le sirva para alejarse durante ese ratito de lectura de la muerte. Que si el escritor no hace otra cosa que escribir contra ella, el lector no se diferencia en nada en este quehacer de quien escribe.

Sed buenos y felices.

sábado, 11 de mayo de 2013

ESCRACHE AL SISTEMA


Enlaces que pueden ser de vuestro interés:

Tal vez, sí se pueda.

OZYMANDIAS

Este es uno de los más bellos sonetos del romanticismo inglés. Traducido al castellano pierde la magia de la rima y ese efecto serpenteante y encadenado que tiene en su idioma original. Aún así, mantiene toda la fuerza expresiva en la traducción de Leopoldo Panero que es, de las que conozco, la que más me gusta.

El tema, como podéis ver, es el del colosalismo —el poder— reducido a un puñado de arena por la fuerza del tiempo. La muerte y la impotencia ante el transcurrir de los días nos iguala a todos.

Algo muy similar escribió Borges en su estupendo cuento Los dos reyes y los dos laberintos.


Encontré un viajero de comarcas remotas,
que me dijo: "Dos piernas de granito, sin tronco,
yacen en el desierto. Cerca, en la arena, rotas,
las facciones de un rostro duermen... el ceño bronco,

el labio contraído por el desdén, el gesto
imperativo y tenso, del escultor conservan
la penetrante fuerza que al esculpir han puesto
en su mano la burla del alma que preservan.

Estas palabras solas el pedestal conmina:
'Me llamo Ozymandias, rey de reyes. ¡Aprende
en mi obra, oh poderoso, y al verla desespera!'

Nada más permanece. Y en torno a la ruina
del colosal naufragio, sin límites, se extiende
la arena lisa y sola que en el principio era.

Y aquí lo tenéis en inglés:

jueves, 9 de mayo de 2013

LO QUE MUEVE EL MUNDO

El texto de Uribe es una indagación sobre la vida de Robert Mussche, escritor, resistente y víctima en los campos de concentración nazis. Es, por tanto, eso que llaman en el mundo cinematográfico un biopic, una biografía novelada, un trabajo de investigación al que el autor ha añadido las costuras necesarias para que se pueda leer como un relato.

La historia comienza con los niños de la guerra —hilo conductor de la narración que nos llevará a la familia de acogida de Karmentxu Cundín en Bélgica— y termina con una reflexión sobre lo que es o no es ser un héroe. En medio, el relato de la vida del escritor belga hasta su muerte en la bahía de Lübeck. Acompañando a la crónica de los hechos, repartidas por acá y por allá, una serie de reflexiones en torno a la vida, la belleza, la condición humana, el sufrimiento y el propio acto de contar.

Sin embargo, describir en qué consiste la obra es decir muy poco sobre ella. Está bien, porque nos orienta para tener una vaga idea sobre si nos va a interesar su lectura o no, aunque, posiblemente, afirmaciones del estilo a mí me ha gustado o a mí me ha parecido un aburrimiento, orientan más al lector cuando conoce los gustos del que hace el comentario. Lo cierto es que estamos ante una obra literaria, es decir, no es una una historia escrita para hacernos pasar el rato más o menos divertido, de esas que hay miles.

¿Pero qué es lo que hace que un texto sea literatura o sea un simple pasatiempo? Uribe nos da una respuesta en la página 132 por boca del protagonista: No tiene nada que ver con la belleza. Ni con que sea contemporáneo, ni con que incorpore innovaciones formales. Esas son cuestiones teóricas, pasto para la crítica. En mi opinión, lo que importa es algo que no aparece en el texto, que está entre líneas (...) (es el) impulso. Cuando en un libro detectas la presencia real del autor, cuando sabes que nadie te podrá contar esa historia mejor que él, cuando no puedes dejar de escuchar su voz.

Yo, en cambio, creo que depende más del punto de vista y de la veracidad, es decir, cuando el autor nos está contando la historia desde un punto de vista tal que hace que eso que nos cuenta sea absolutamente sólido y convincente, independientemente de que todo sea pura ficción o realidad palpable; cuando el escritor nos cuenta una historia que emana vida por todas y cada una de sus frases, ahí está la literatura. Y Kirmen Uribe ha compuesto una obra literaria, a pesar de que utilice una técnica compositiva relativamente manida, a pesar de que se le vean demasiado sus propios sentimientos —¡cómo se le nota lo buena persona que es!— y a pesar de que otro pudiera contarnos técnicamente mejor la historia que él nos cuenta. Lo que mueve el mundo es, en mi opinión, una buena obra literaria.

Se me olvida decir que comparto con el autor la idea de qué es lo que mueve el mundo. Pero eso lo tenéis que descubrir vosotros, amables lectores.