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martes, 10 de febrero de 2015

TUS PIES TOCO EN LA SOMBRA y otros poemas inéditos de Neruda

Este hermoso libro recién aparecido, recoge 21 poemas inéditos de Pablo Neruda. En sí, no aporta nada nuevo a la inmensa obra del chileno, pero a mí me resulta muy agradable encontrarme con él, porque a pocos poetas siento tan próximos y familiares. Neruda ha estado presente en mi vida personal de muchas maneras y he recorrido experiencias propias al mismo tiempo que algún título suyo me acompañaba. Por eso, la aparición de este ramillete de poemas es algo así como si una persona querida a la que había dado por perdida de repente apareciera delante de mí.


Sensaciones y gustos personales al margen, la publicación merece la pena, ya que está muy cuidada y además de las palabras iniciales de Darío Oses, Director de Bibliotecas y Archivos de la Fundación Pablo Neruda, y del prólogo de Pere Gimferrer, las Notas del final aclaran la situación y las circunstancias de cada uno de ellos. Por si esto fuera poco, entre la edición de los poemas y las notas que cierran el libro se intercala una edición facsimilar en color que le da un valor añadido a la publicación. 

Por el cielo me acerco
al rayo rojo de tu cabellera.
De tierra y trigo soy y al acercarme
tu fuego se prepara
dentro de mí y enciende
las piedras y la harina.
Por eso crece y sube
mi corazón haciéndose
pan para que tu boca lo devore,
y mi sangre es el vino que te aguarda.
Tú y yo somos la tierra con sus frutos.
Pan, fuego, sangre y vino
es el terrestre amor que nos abrasa.

(Si ampliáis la imagen de la derecha, comprenderéis el sentido exacto del primer verso).

jueves, 18 de septiembre de 2014

ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE LEÓN FELIPE (Yo también aspiro a ser como tú)

El 18 de febrero de 1968 moría León Felipe en México. Poeta, republicano y anarquista, marchó al exilio como otros miles a consecuencia de la guerra civil, aunque ya había estado allí anteriormente. Pablo Neruda, en Confieso que he vivido, cuenta una anécdota que indica bien el carácter de este hombre profundamente orgulloso. 

En Madrid, durante la guerra, llevaban los milicianos un pequeño grupo de gente para fusilar. Entre ellos estaba León Felipe. Por suerte, Neruda se cruzó con el grupo y vio con horror que entre los que iban a ser fusilados se encontrada nuestro poeta. Paró inmediatamente a los milicianos y les indicó quién era el que llevaban entre los fascistas. Aclarada la cuestión, León Felipe salió del grupo. Lo extraordinario de la anécdota es que, según refiere Neruda, el de Zamora ni siquiera se había molestado en intentar aclarar el malentendido.

Os dejo uno de sus poemas más conocidos:

COMO TÚ


Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera...


             De Versos y oraciones de caminante.

             La Poesía completa está publicada en Visor.

Y el responsable de que toda una generación la cantásemos antes de saber nada de León Felipe:

domingo, 30 de octubre de 2016

LA MUERTE DE RUBÉN DARÍO EN LOS VERSOS DE NERUDA

Imagen de Wikipedia
La muerte en Nicaragua es el tercero de los tres poemas que Neruda dedicó a Rubén Darío en el poemario La Barcarola. Con motivo del centenario del nacimiento del gran poeta nicaragüense, se editó en Managua el Libro de Oro para conmemorar tan señalada efeméride. Neruda envió los tres para contribuir a la celebración. Los responsables de la edición hicieron uso de la censura y lo excluyeron. Creo que en este centenario de la muerte Rubén Darío bien podemos recordarlo. Los otros dos podéis leerlos si acudís a este enlace.


LA MUERTE EN NICARAGUA

Desfallece en León el león y lo acuden y lo solicitan,
los álbumes cargan las rosas del emperador deshojado
y así lo pasean en su levitón de tristeza
lejos del amor, entregado al coñac de los filibusteros.
Es como un inmenso y sonámbulo perro que trota y cojea por salas 
                     repletas de conmovedora ignorancia
y él firma y saluda con manos ausentes: se acerca la noche detrás 
                     de los vidrios,
los montes recortan la sombra y en vano los dedos fosfóricos
del bardo pretenden la luz que se extingue: no hay luna, no llegan 
                     estrellas, la fiesta se acaba.
Y Francisca Sánchez no reza a los pies amarillos de su minotauro.
Así, desterrado en su patria mi padre, tu padre, poetas, ha muerto.

Sacaron del cráneo sus sesos sangrantes los crueles enanos
y los pasearon por exposiciones y hangares siniestros:
el pobre perdido allí solo entre condecorados, no oía gastadas palabras,
sino que en la ola del ritmo y del sueño cayó al elemento:
volvió a la sustancia aborigen de las ancestrales regiones.

Y la pedrería que trajo a la historia, la rosa que canta en el fuego,
el alto sonido de su campanario, su luz torrencial de zafiro
volvió a la morada en la selva, volvió a sus raíces.

Así fue como el nuestro, el errante, el enigma de Valparaíso,
el benedictino sediento de las Baleares,
el prófugo, el pobre pastor de París, el triunfante perdido,
descansa en la arena de América, en la cuna de las esmeraldas. 

¡Honor a su cítara eterna, a su torre indeleble!

martes, 6 de julio de 2021

ODA A LA FLOR, Neruda

 

Una elegante kniphofia de Cristina Enea dispuesta a iluminar el poema de Neruda.

Oh, flor, no te condeno,
flor alta de encrespada investidura,
no te niego el derecho
de llevar el relámpago
que la tierra elevó con tu hermosura,
Editorial
hasta la casa de los ricos.
Yo estoy seguro de
que mañana
florecerás en todas
las moradas del hombre.
No tendrás miedo de la calle oscura,
ni habrá sobre la tierra
guarida tenebrosa
donde no pueda entrar la primavera.

Flor, no te culpo, estoy seguro de esto
que te digo
y para que florezcas donde debes
florecer, en todas las ventanas,
flor,
yo lucho
y canto desde ahora, como canto,
en forma tan sencilla,
para todos,
porque yo distribuyo
las flores de mañana.


(Dos últimas estrofas de la "Oda a la flor". Odas elementales, Cátedra, 1999).

domingo, 21 de junio de 2009

PABLO NERUDA

Hay algunos poetas a los que siempre vuelvo, o mejor, a los que releo continuamente: un día esto, otro día aquello. Según el estado anímico, las ganas, o, simplemente, porque una lectura, una palabra, un recuerdo, me llevan a ellos. Así me ocurre con Neruda.

Hoy quiero dejaros aquí uno de esos poemas que me ha acompañado durante muchos años, desde que leí Las manos del día, hace ya más de treinta años:


ESTO ES SENCILLO



Muda es la fuerza (me dicen los árboles)

y la profundidad (me dicen las raíces)

y la pureza (me dice la harina).



Ningún árbol me dijo:

"Soy más alto que todos".



Ninguna raíz me dijo:

"Yo vengo de más hondo".



Y nunca el pan me ha dicho:

"No hay nada como el pan".



¡Cuánta sencillez para expresar la humildad, para decir la belleza de lo sencillo!

La obra completa está publicada por Círculo de Lectores (1999 y 2005), con introducción de Saúl Yurkievich, prólogo de Enrique Mario Santí y notas de Hernán Loyola. En cualquier caso, es muy sencillo encontrar títulos sueltos en cualquier librería. Tiene un atractivo especial la Antología popular que él mismo preparó sobre su obra junto con Hornero Arce. Aquí la distribuyó Edaf en el 2004.

Feliz lectura.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

REGALA TUS PALABRAS, REGALA ESPERANZA



Decía Esquilo en el Prometeo encadenado que las palabras son médicos del ánimo enfermo. Amnistía Internacional lo sabe y por eso todos los años por estas fechas organiza una campaña destinada a llevar el mejor ánimo a personas que están especialmente necesitadas de él. La campaña actual tiene como receptores de la misma a Eduardo, Hanan y Oyub. 
El grupo de AI Irun, con la intención de ofrecer mayor presencia a la campaña, ha organizado el día 26, a las 18:30, en colaboración con la Librería Brönte, un pequeño recital para regalar palabras a todas cuantas personas se acerquen y recordar lo urgente que es sembrar el mundo con palabras de ánimo y esperanza que avienten las de odio y rencor, que tanto daño hacen. Y de eso, de palabras de ánimo, la poesía sabe mucho.

NO PERDAMOS EL TIEMPO

Si el mar es infinito y tiene redes,
si su música sale de la ola,
si el alba es roja y el ocaso verde,
si la selva es lujuria y la luna caricia,
si la rosa se abre y perfuma la casa,
si la niña se ríe y perfuma la vida,
si el amor va y me besa y me deja temblando.
¿Qué importancia tiene todo esto,
mientras haya en mi barrio una mesa sin patas,
un niño sin zapatos o un contable tosiendo,
un banquete de cáscaras,
un concierto de perros,
una ópera de sarna?
Debemos inquietarnos por curar las simientes,
por vendar corazones y escribir el poema
que a todos nos contagie.
Y crear esa frase que abrace todo el mundo;
los poetas debiéramos arrancar las espadas,
inventar más colores y escribir padrenuestros.
Ir dejando las risas en la boca del túnel,
y no decir lo íntimo, sino cantar al corro;
no cantar a la luna, no cantar a la novia,
no escribir unas décimas, no fabricar sonetos.
Debemos, pues sabemos, gritar al poderoso,
gritar eso que digo, que hay bastantes viviendo
debajo de las latas con lo puesto y aullando,
y madres que a sus hijos no peinan a diario,
y padres que madrugan y no van al teatro.
Adornar al humilde poniéndole en el hombro nuestro verso;
cantar al que no canta y ayudarle es lo sano.
Asediar usureros y con rara paciencia convencerles sin asco.
Trillar en la labranza, bajar a alguna mina;
ser buzo una semana, visitar los asilos,
las cárceles, las ruinas; jugar con los párvulos,
danzar en las leproserías.

Poetas, no perdamos el tiempo, trabajemos,
que al corazón le llega poca sangre.
                                  
                                De Obras incompletas. Gloria Fuertes.

Los poemas que podréis disfrutar son estos:



Allí mismo podréis haceros con las postales, que son gratuitas, para hacérselas llegar a Eduardo, Hanan y Oyub. 

lunes, 7 de diciembre de 2020

UNA VIDA DE PUEBLO, Louise Glück

Editorial
Se dice que solamente las grandes figuras son capaces de realizar verdaderos cambios de estilo sin perder la calidad de su expresión y su escritura. En castellano podemos recordar a Neruda, Lorca o Alberti. Los tres realizaron grandes giros estilísticos en su producción literaria sin que esta se resintiese. Louise Glück también ha producido un notable cambio en su expresión con respecto a títulos anteriores, aunque no tan radical como los de Lorca (Romancero-Poeta en Nueva York), Neruda (Veinte poemas-Residencia en la tierra-Canto general) o Alberti (Marinero en tierra-Sobre los ángeles-A la pintura).

Sea como fuere, Una vida de pueblo supone un salto importante desde la escritura más descarnada anterior a esta forma mucho más pausada, rítmica y narrativa. Sí, el libro está compuesto de pequeñas historias escritas mayoritariamente en verso largo y cuyos poemas pueden ocupar más de dos páginas. Es como el fluir mismo de la vida en un pequeño pueblo, lento y contenido.

Pero no confundamos la lentitud y la contención con la apacibilidad. Hay cicatrices por todas partes en este pueblo mediterráneo: la infancia (poca) está llena de secretos, la gente mayor parece al borde del engaño y el resentimiento, hay rabia reprimida y una mirada un tanto lánguida ante la ausencia de pasión. La vida en el pueblo parece que se va a extinguir en cualquier momento. Hay algo del Spoon River de Lee MastersLo podemos ver en "Un día cálido", uno de los poemas más acogedores de toda la colección, poema espléndido que se inicia con una voz suave y refrescante, gentil. Todo es camaradería y complicidad. El uso de la primera persona del plural en la quinta estrofa nos aproxima y envuelve. Todo está bien, pero a medida que vamos avanzando hacia el final...


UN DÍA CÁLIDO


Hoy el sol resplandecía,

así que mi vecina lavó sus camisones en el río;

vuelve a casa con todo doblado en una cesta,

brillando como si su vida recién se hubiera

alargado una década. La limpieza la hace feliz,

dice, puedes empezar de nuevo,

no tienen por qué retenerte los viejos errores.


Buena vecina, cada una deja en paz

la privacidad de la otra. Justo ahora

canta para sí misma, colgando la colada en un cordón.


Poco a poco, días así

parecerán normales. Pero el invierno fue duro:

las noches venían temprano, los amaneceres eran oscuros,

con una lluvia gris, persistente —meses de esto—,

y luego la nieve, como silencio cayendo del cielo,

aniquilando árboles y jardines.


Todo eso ya está en el pasado.

Regresaron los pájaros, charlando entre semillas. 

Se derritió toda la nieve; los árboles frutales están cubiertos de suaves brotes nuevos.

Algunas parejas caminan incluso por la pradera, prometiendo lo que sea que prometan.


Nos paramos bajo el sol y el sol nos sana.

No huye. Cuelga sobre nosotros, inmóvil,

como un actor complacido con su recibimiento. 


Mi vecina calla por un momento, ¿de dónde vinieron?

Y mi vecina sigue allí,

enganchándolas al cordón, como si la cesta no se pudiera vaciar.


Todavía está llena, nada se ha terminado,

aunque el sol empieza a descender en el cielo;

recuerda, aún no es verano, solo el inicio de la primavera;

el calor no se ha afincado todavía, y el frío retorna.


Ella lo siente, como si el último trozo de lino se le hubiera congelado en las manos.

Las observa, lo viejas que son. No es el principio, es el final.

Y ahora los adultos están todos muertos.

Nada más quedan los niños, solos, envejeciendo.


Traducción de Adalber Salas Hernández.

lunes, 22 de agosto de 2016

UNA BONITA HISTORIA SOBRE LIBROS Y POESÍA

Posiblemente la anécdota que cuenta El Libero no sea desconocida para los chilenos ni para los estudiosos de la vida y obra de Neruda, pero seguramente lo es para todos los que no estamos al tanto de los personajes de allá, ni tampoco de todas las vicisitudes del gran Pablo Neruda

Según cuenta el periódico digital, que a su vez toma la anécdota de la web de José Piñera, ex-ministro chileno, este tuvo que hacer de cartero para el poeta cuando en 1970 su padre le pidió que le llevara una edición especial del Canto General, editada en EEUU, traducida al inglés por Ben Belitt e ilustrada por Siqueiros.

El libro debía habérselo enviado la embajada chilena, pero como la edición era especial y las gestiones para mandarlo con la seguridad correspondiente habían fracasado, el padre de Piñera, embajador chileno en aquella época, le pidió que lo llevara personalmente. Y allá que se fue el entonces estudiante, con el tesoro entre los brazos, al que no abandonó hasta llegar a Isla Negra, donde residía el poeta.

La historia completa, con sus pequeños detalles, que son los que dan vida e interés a un pasaje, la podéis leer aquí. No os llevará más de tres minutos. Lo que me gusta de ella es el hilo de lealtades y cortesías que surge entre dos personajes, posiblemente antagónicos desde el punto de vista político, pero unidos por la poesía.

Y aquí tenéis el poema del que se cita la estrofa en la historia que narra Piñera. Es el sexto canto del apartado IX, QUE DESPIERTE EL LEÑADOR.

VI

PAZ para los crepúsculos que vienen,
paz para el puente, paz para el vino,
paz para las letras que me buscan
y que en mi sangre suben enredando
el viejo canto con tierra y amores,
paz para la ciudad en la mañana
cuando despierta el pan, paz para el río
Mississippi, río de las raíces:
paz para la camisa de mi hermano,
paz en el libro como un sello de aire,
paz para el gran koljós de Kíev,
paz para las cenizas de estos muertos
y de estos otros muertos, paz para el hierro
negro de Brooklyn, paz para el cartero
de casa en casa como el dia,
paz para el coreógrafo que grita
con un embudo a las enredaderas,
paz para mi mano derecha,
que sólo quiere escribir Rosario:
paz para el boliviano secreto
como una piedra de estaño, paz
para que tú te cases, paz para todos
los aserraderos de Bío Bío,
paz para el corazón desgarrado
de España guerrillera:
paz para el pequeño Museo de Wyoming
en donde lo más dulce
es una almohada con un corazón bordado,
paz para el panadero y sus amores
              y paz para la harina: paz
              para todo el trigo que debe nacer,
              para todo el amor que buscará follaje,
              paz para todos los que viven: paz
              para todas las tierras y las aguas.

Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños,
vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano.
Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo:
en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces.
Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces
allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces
allí quiero nacer,
cerca de la araucaria salvaje,
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas.
Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa.
No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga
conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas,
que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.

Yo no vengo a resolver nada.

Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.

miércoles, 21 de julio de 2021

ODA A LA CEBOLLA... Y ALGO MÁS




Cebolla,
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
Editorial
tu torpe tallo verde,
y nacieron
tus hojas como espadas en el huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda transparencia,
y como en Afrodita el mar remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre
la mesa
de las pobres gentes.

Generosa
deshaces
tu globo de frescura
en la consumación
ferviente de la olla,
y el jirón de cristal
al calor encendido del aceite
se transforma en rizada pluma de oro.

También recordaré cómo fecunda
tu influencia el amor de la ensalada,
y parece que el cielo contribuye
dándole fina forma de granizo
a celebrar tu claridad picada
sobre los hemisferios del tomate.
Pero al alcance
de las manos del pueblo,
regada con aceite,
espolvoreada
con un poco de sal,
matas el hambre
del jornalero en el duro camino.
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta
en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligirnos.
Yo cuanto existe celebré, cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras,
eres para mis ojos
globo celeste, copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia de la tierra
en tu naturaleza cristalina.


Nota a pie de página: 

Neruda es uno los poetas de los que poseo su obra completa, de los que más títulos y ediciones distintas tengo, de los que más he regalado y de los que más he perdido —no solo se pierden pistolas de pirata en los traslados—.El caso es que en el verano de 2002 estaba en Oxford (Inglaterra), hacía algún tiempo que me había quedado sin Odas elementales, vi el ejemplar sobre una mesa y no pude resistir la tentación de comprar un libro en castellano en territorio inglés. Todavía conserva el precio: 4,50£. 

La "Oda a la cebolla" es una de las más populares del autor y una de las cuatro odas elementales que él mismo seleccionó para aquella ilustre Antología popular de sus versos que preparó para celebrar el premio Nobel y el septuagésimo aniversario de su nacimiento. El poeta y la editorial Losada cedieron todos los derechos con el propósito de que se pudiera llevar a cabo una edición popular con una tirada de un millón de ejemplares. Tendría, además, un prólogo de Salvador Allende. Sin embargo, el golpe de Estado de Pinochet dejó en suspenso la edición, pero no del todo. Años más tarde (2004), y gracias al hallazgo de Manuel Márquez de la Plata de un ejemplar en una almoneda, y a la editorial Edaf, podemos disfrutar de la antología, de la carta de Neruda al presidente Allende, y del prólogo de este. 

sábado, 17 de junio de 2023

ELOGIO DEL SILENCIO

Fuente: Muzeum Narodowe w Warszawie


Calderón de la Barca lo veía así en unas octavas tan magistrales como poco conocidas:


...

Es el silencio un reservado archivo,
donde la discreción tiene su asiento;
moderación del ánimo, que altivo
se arrastrara sin él del pensamiento;
mañoso ardid del menos discursivo,
y del más discursivo entendimiento:
pues a nadie pesó de haber callado,
y a muchos les pesó de haber hablado.

Es contra el más colérico enemigo
el más templado freno de la ira,
de la pasión el más legal testigo,
pues dice más que el que habla el que suspira;
de la verdad tan familiar amigo,
que a la simulación de la mentira
se destiñe la tez, pues cuanto, errante,
mintió la lengua, desmintió el semblante.

...



Pablo Neruda también lo reclamaba en su Estravagario de 1958.


PIDO SILENCIO


Ahora me dejen tranquilo.
Ahora se acostumbren sin mí.

Yo voy a cerrar los ojos

Y sólo quiero cinco cosas,
cinco raíces preferidas.

Una es el amor sin fin.

Lo segundo es ver el otoño.
No puedo ser sin que las hojas
vuelen y vuelvan a la tierra.

Lo tercero es el grave invierno,
la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.

En cuarto lugar el verano
redondo como una sandía.

La quinta cosa son tus ojos,
Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.

Amigos, eso es cuanto quiero.
Es casi nada y casi todo.

Ahora si quieren se vayan.

He vivido tanto que un día
tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.

Pero porque pido silencio
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.

Sucede que soy y que sigo.

No será, pues, sino que adentro
de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura:
y dentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.

Se trata de que tanto he vivido
que quiero vivir otro tanto.

Nunca me sentí tan sonoro,
nunca he tenido tantos besos.

Ahora, como siempre, es temprano.
Vuela la luz con sus abejas.

Déjenme solo con el día.
Pido permiso para nacer.

Sí, este espacio permanecerá unos días en 🤫😶🤫😶

***


martes, 8 de noviembre de 2016

LA LLUVIA


Mi paseo habitual hacia el monte pasa por este tramo asfaltado de uso compartido entre peatones y ciclistas. A primera hora de la mañana suele estar frecuentado por paseantes y por dueños de perros que sacan a sus mascotas. Ayer, en cambio, ofrecía este aspecto. La lluvía había cumplido su misión limpiadora.

Según iba avanzando, me venía a la memoria la larga y hermosa frase con la que C. J. Cela inicia la novela Mazurca para dos muertos. El libro me la devuelve exacta:

Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, llueve sobre la tierra que es del mismo color que el cielo, entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva ya mucho tiempo borrada.

Pessoa, portugués genial, morriñoso y múltiple, la lluvia tampoco le hacía mucha gracia y nos dejó un párrafo todavía más hermoso y más triste sobre esta bendita lluvia que todo lo riega en su Libro del desasosiego

Llueve, esta tarde de invierno triste, como si hubiese llovido, así de monótonamente, desde la primera página del mundo. Llueve, y mis sentimientos, como si la lluvia los abatiese, doblan su mirada bruta hacia la tierra de la ciudad, donde corre un agua que nada alimenta, que nada lava, que nada alegra. Llueve, y yo siento súbitamente la opresión inmensa de ser un animal que no sabe lo que es, que sueña el pensamiento y la emoción, encogido, como en un tugurio, en una región espacial del ser, contento de un pequeño calor como de una verdad eterna.
 
No soy persona que se entregue a la nostalgia y la lluvia me gusta, lo mismo que me gustan los días fríos y secos, la luz mediterránea, la transparente atmósfera de algunos días del verano o la profundidad sin fondo de la noche. De todas disfruto, si es que puedo; todas me reconfortan, cada una en su momento.

De la lluvia me gusta, sobre todo, el suave sonido de las gotas en las hojas, el olor que emana de la tierra empapada y la aparente calma en que se sumerge el bosque. Ayer, además, mientras subía camino de la casacada, me enterneció el trabajo generoso de alguna mano amiga que había ido abriendo pequeños canales cada pocos metros, para que el agua fluyera ladera abajo y no convirtiera el sendero en un espontáneo y acaudalado arroyo. 
 
Llegué hasta la cascada, rebosante de agua y de sonido, húmedo regalo de la naturaleza. La memoria de lo simple y lo sencillo me trajo el verso de Neruda:

Caminé
con los zapatos rotos
mientras los hilos
del cielo desbocado
se destrenzaban sobre
mi cabeza,
me traían
a mí y a las raíces
las comunicaciones
de la altura,
el oxígeno húmedo,
la libertad del bosque.

martes, 26 de julio de 2011

CRUZ DEL SUR

(La imagen pertenece al libro Observar el cielo. David. H. Levy. Planeta. 1999)

Hasta ahora no había aparecido en este blog ninguna constelación del hemisferio sur, porque en este apartado de mitología y constelaciones me dedico básicamente a contar el mito griego que está relacionado con la constelación de la que me ocupo. Pero Grecia está situada en el hemisferio norte, por tanto, el cielo que observaron sus habitantes, y al que atribuyeron historias y leyendas, es el que pertenece a esa parte de la cúpula celeste, si bien es cierto que, por sus viajes, conocían el cielo del hemisferio sur, así como leyendas atribuidas a algunas de sus constelaciones por otros pueblos. A esto debo añadir que la mitología de la que sé algo es, precisamente, la mitología griega. Contesto así a un correo muy atento que he recibido desde Argentina. Sin embargo, como no me atrevo a hablar de lo que no sé, coloco la información correspondiente a través de los enlaces que aparecen en el párrafo siguiente.

Esta constelación es la más pequeña de las 88, pero una de las que más historias ha generado y de las más famosas, hasta el punto de figurar en las banderas de un buen puñado de países. Es la que sirve en el hemisferio sur para orientarnos, es decir, para localizar el Sur.

Para los lectores de poesía es suficientemente conocida la Oda a la Cruz del Sur, de Neruda. Menos lo es ese poema-tango La Cruz del Sur, de Cortázar, lleno de nostalgia sureña, y musicado por Edgar Cantón:

Vos ves la Cruz del Sur
y respirás el verano con su olor a duraznos
y caminás de noche mi pequeño fantasma silencioso
por ese Buenos Aires, por ese siempre mismo Buenos Aires.

Extraño la Cruz del Sur
cuando la sed me hace alzar la cabeza
para beber tu vino negro, rnedianoche.
Y extraño las esquinas con almacenes dormilones
donde el perfumo de la yerba
tiemble en la piel del aire.

Extraño tu voz,
tu caminar conmigo por la ciudad.
Comprender que eso está siempre allá
como un bolsillo donde a cada rato
la mano busca una moneda, el peine, llaves,
la mano infatigable de una oscura memoria
que recuenta sus muertos.

La Cruz del Sur, el mate amargo
y las voces de amigos
usándose con otros.
Me duele un tiempo amargo
Ileno de perros y desgracia
la agazapada convicción de que volver es vano.

Comprender que un mar es más que un mar,
que la muerte se viste de distancia
para llegar de a poco, lenta, interminable,
como una melodía que se resuelve al fin
en humo de silencio.
Extraño ese callejón
que se perdía en el campo y el cielo
con sauces y caballos y algo como un sueño.
Y me duelen los nombres de que cada cosa
que hoy me falta,
como me duele estar tan lejos
de tu caricias y de tus labios.

Extraño tu voz
tu caminar
conmigo por la ciudad. 



(Internet tiene estas cosas, sirve para poner en contacto personas muy alejadas físicamente. Espero que tu curiosidad quede medianamente satisfecha).

sábado, 9 de octubre de 2010

UMBERTO ECO Y EL VÉRTIGO DE LAS LISTAS

Presentar a Umberto Eco es una tarea vana, pues toda persona que tenga un pequeño interés por la lectura en particular y la cultura en general, conoce a este prolífico pensador. En cualquier caso, sobre su nombre tenéis el enlace con la entrada de Wikipedia, donde podéis descubrir sobre qué no ha escrito, que es más sencillo que realizar una lista sobre lo que sí ha escrito. Pero vayamos con el libro que aquí aparece.

Antes de que apareciera este título, la editorial Lumen había publicado con el mismo formato y diseño dos estupendas obras de Eco: Historia de la belleza e Historia de la fealdad; por lo tanto, El vértigo de las listas es el tercer libro de esta serie tan peculiar sobre el mundo del arte que el semiólogo italiano publica con esta editorial.

Lo primero que se me ocurre decir sobre este texto es que es un hermoso objeto -como regalo puede funcionar perfectamente-. Está muy bien encuadernado, primorosamente ilustrado, escrito elegantemente e impreso, para que no falte nada, en un papel de gran calidad. 45 euros avalan este despliegue. Tiene valor como libro de arte, pero también como libro de poesía. Me explico: cada capítulo, dedicado a un modelo distinto de lista, puede leerse independiente, fuera del conjunto y tiene, además, la belleza intrínseca de un poema. Al fin y al cabo, una lista no es otra cosa que una selección cuidadosa de palabras que puestas una detrás de otra provocan un fogonazo de belleza. Y en este libro se encuentran listas para todos los gustos, desde listas redactadas por Homero, hasta enumeraciones escritas por Borges, Joyce o Neruda o Calvino.

Pero el libro, que es un libro sobre arte y literatura, no es, lógicamente, un mero catálogo de listas. Es, básicamente, una bella, pero no explícita, reflexión sobre el porqué de las mismas. Quizá ahí resida uno de los mayores atractivos del texto, en que se cuida mucho de no manifestar abiertamente ese porqué. Si bien en el prólogo Eco nos comenta qué le llevó a escribirlo, nunca nos llega a decir de manera manifiesta que es lo que hay detrás de todas ellas, aunque bien podemos suscribir lo que Pennac decía en Como una novela: "El hombre construye casas porque está vivo, pero escribe libros porque se sabe mortal" (pag. 169). Sólo es necesario cambiar la palabra libros por la palabra listas.

lunes, 26 de abril de 2010

ÉCHALE UNA MANO AL PLANETA



Con este vídeo Greenpeace quiere denunciar la situación que vive el planeta a causa de nuestra insaciabilidad.

No sé por qué, cuando lo he visto, lo he asociado a un poema de Neruda, poco conocido, que desde el primer día que lo leí me pareció magistral. Será por eso de nuestros deseos insaciables, opuestos en todo a la sencillez.

ESTO ES SENCILLO

Muda es la fuerza (me dicen los árboles)
y la profundidad (me dicen las raíces)
y la puereza (me dice la harina).

Ningún árbol me dijo:
Soy más alto que todos.

Ninguna raíz me dijo:
Yo vengo de más hondo.

Y nunca el pan me ha dicho:
No hay nada como el pan.

Del libro Las manos del día. Losada. 1968

viernes, 18 de marzo de 2022

21 DE MARZO, DÍA DE LA POESÍA


 Coincidiendo con lo que suele ser el día en que da comienzo la primavera en el hemisferio norte (aunque este año será el 20), en multitud de lugares e instituciones se organizan actos para celebrar la poesía. Dentro de mi reducido círculo, traigo hasta aquí dos sugerencias por si os queréis acercar a disfrutar de ella. Ambas son muy atractivas.

En Noski! han preparado un recital solidario:



En Lagun

también a las 19:00, donde voy a participar recitando versos junto con Javi Sistiaga, han organizado un breve recorrido por algunos de los poemas más conocidos tanto en castellano como en euskera. Incluso puede que haya alguna sorpresa. Aunque no seas una de esas personas a quienes le fascina la poesía, seguro que vas a disfrutar.

...Y ahora,
Poesía,
gracias, esposa,
hermana o madre
o novia,
gracias, ola marina,
azahar y bandera,
motor de música,
largo pétalo de oro,
campana submarina,
granero
inextinguible,
gracias,
tierra de cada uno
de mis días,
vapor celeste y sangre
de mis años,
porque me acompañaste
desde la más enrarecida altura
hasta la simple mesa
de los pobres,
porque pusiste en mi alma
sabor ferruginoso
y fuego frío,
porque me levantaste
hasta la altura insigne
de los hombres comunes,
Poesía,
porque contigo
mientras me fui gastando
tú continuaste
desarrollando tu frescura firme,
tu ímpetu cristalino,
como si el tiempo
que poco a poco me convierte en tierra
fuera a dejar corriendo eternamente
las aguas de mi canto.

(Final de la "Oda a la poesía" de P. Neruda. Odas elementales, 1954).

***

Путин, немедленно останови войну!

sábado, 6 de febrero de 2016

CONVERSANDO CON VERÓNICA ARANDA

Hace unos días me puse en contacto con Verónica Aranda con la intención de pasarle un cuestionario cuyas respuestas pudieran acercarnos mejor al conocimiento de la escritora. Ella, muy amable, no solamente se prestó al juego de las preguntas y respuestas, sino que se ofreció para cualquier otra información que necesitáramos. Aquí está el resultado:

¿Cómo y por qué empezaste a escribir poesía? ¿Qué es lo que te llevo a la poesía?


Estudié solfeo, piano y clarinete en el colegio, pero en la adolescencia, sentí que con la música no conseguía expresar todo lo que tenía dentro. Me puse a hojear libros de poesía que tenían mis padres, a leer a Bécquer, Lorca, Rafael de León, Cernuda y a los 14 años empecé a escribir mis primeros poemas, sentí ese impulso interior y me di cuenta que era la mejor forma en la que podía comunicar lo que no era capaz de nombrar con el lenguaje corriente. Estaba a gusto en esa introspección, en esa búsqueda.

¿Qué poetas, qué escuelas, qué lecturas o vivencias son los que más te han influido?

En mis comienzos, me influyó muchísimo Lorca, su “Romancero gitano” marcó para mí un antes y un después, y también la generación del 27, Neruda, San Juan de la Cruz. A los 18 me deslumbraron la poesía árabe, Kavafis y Fernando Pessoa (soy una lectora voraz de literatura portuguesa y también la traduzco). Y otro descubrimiento que me transformó, que fue una revelación, es el haiku, al que llegué por un libro de Basho. Y en cuanto a  lecturas me han influido especialmente: “El libro del frío” de Antonio Gamoneda, “Las flores del mal” de Baudelaire,  “Dignum est” de Odysseas Elytis o “Aquí” de Szymborska.  Por otro lado, vivir en la India transformó mi manera de escribir.   

¿Cuál es tu poética? ¿Cómo concibes la poesía? ¿Qué es lo que más te interesa de ella?

No me adscribo a ningún movimiento concreto. Concibo la poesía como un territorio de libertad, un espacio conciso donde cada palabra tiene sentido en sí misma. Lo que más me interesa de la poesía es su capacidad para renombrar las cosas y su profunda estética. 

¿Cuáles son tus temas preferidos, tus obsesiones poéticas, si es que las tienes?

Mis obsesiones poéticas son los viajes, el contacto con otras culturas, el paso del tiempo, revivir la plenitud de un instante a través de la escritura. Y cuando escribo haikus, la naturaleza, sin duda. 

¿Tienes algún método de escritura, te dejas llevar por ese primer verso que ofrecen "los dioses", trabajas sobre un tema previo...?

No soy muy metódica a la hora de escribir, pero lo de un primer verso como punto de partida que tira del resto del poema, me suele funcionar. Otras veces, lo primero que me viene es el último verso. Cuando ya tengo varios poemas en torno a un tema y veo que podrían formar parte de un poemario, que tienen una coherencia unitaria, entonces me ayuda trabajar en torno a un tema. 

¿Qué importancia tiene la forma en tus creaciones?

Tiene mucha importancia. Escribo en verso blanco con métrica (endecasílabos, heptasílabos, alejandrinos, eneasílabos). No entiendo la poesía sin musicalidad, y la métrica y el ritmo interno incrementan las posibilidades expresivas del poema. 

¿Hasta qué punto crees que la poesía es una forma de conocimiento?

Heidegger consideraba la poesía como la única epistemología capaz de captar la esencia del ser. La metáfora supera muchas veces al concepto como instrumento  de captación de la condición humana.

Has ganado unos cuantos premios de poesía. ¿Crees que son necesarios los premios para alguien que empieza a escribir poesía?

Gracias a los premios pude publicar mis primeros libros de poesía. Por tanto, ayudan y dan impulso en los comienzos literarios, además de difusión por el nombre del premio (en mi caso con el accésit del Adonáis) o por la editorial que lo publica, como me pasó con mi segundo libro, “Tatuaje” que gracias al premio Antonio Carvajal de poesía joven salió publicado en Hiperión. 

¿Qué compartes, si es que compartes algo, con la poesía de tu generación?

La poesía social, que también está presente en mi obra, el compromiso. Somos hijos de nuestro tiempo.

¿Qué aspecto es el que más te gustaría que se recordara de tu obra poética?

-Mi aportación al subgénero de la “poesía de viajes”.


Y para cerrar esta entrada, Aute y su experiencia de tan emblemático café:



lunes, 18 de diciembre de 2017

DE EINSTEIN AL CANSINO TRABAJO DE PONER LAS COSAS EN SU SITIO

Fuente: Wikipedia
Poco después de dar ayer mismo noticia del librito sobre Einstein y su cuadrilla, leía un artículo de Carlos Sabín en Investigación y Ciencia, que bajo el título de Los antieinstein nos vuelve a recordar esa incansable afición del personal de todas las latitudes a poner en boca de alguien, el padre de la relatividad en este caso, algo que nunca dijo. Esta "enfermedad", claro, solamente afecta a los grandes nombres. En el caso de la literatura Borges, García Márquez o Neruda, por citar solo algunos, la sufren también con gran intensidad. La cantidad de cursilerías y expresiones lacrimógenas que se les atribuyen daría para un buen tomo.

A mí me gusta especialmente la que se aparece bajo este párrafo, donde se riza el rizo de las atribuciones y, de paso, se hace humor acerca de la ignorancia de quien la recibe. Me encanta cómo con tan pocas palabras la imposible cita se atribuye a Einstein, que era un antiguo filósofo griego, que era Marx. Y todos ellos estaban muertos y bien muertos cuando apareció internet. Por increíble que parezca, no todos se dan cuenta a pesar de lo abultado del retruécano. Es más, conozco a alguien que dijo: "¿Y, entonces, de quién te vas a fiar?".


El artículo de Carlos Sabín nos advierte de unas cuantas cosas más, especialmente de esa contumaz oleada que da en mandar mensajes a través de redes sociales y otros espacios web, sobre lo confundida que está la teoría de la relatividad. A mí este aspecto de las falsas atribuciones y mentiras varias sobre leyes físicas no me preocupa demasiado, porque suele quedarse circunscrito a un grupo de especialistas. En cuanto aparece una fórmula, el personal se retira de la lectura.

Sí me preocupan, y mucho, aquellas otras afirmaciones que son de carácter general, que llegan a toda la población y que son manipulaciones descaradas de la verdad para crear estados de opinión. Esta práctica, tremendamente sencilla desde el punto de vista técnico, y extraordinariamente rentable gracias a internet, forma parte de la guerra de desinformación en la que incluso, a veces, se ven afectados los medios tenidos por serios. Y con la que vamos a tener que lidiar cada vez con más frecuencia.

Sí, dejarnos llevar por la emoción, la ternura, la indignación o lo que sea, puede dar la impresión de que somos seres comprometidos y muy, muy humanos. Dar a la tecla de reenviar es muy cómodo y puede proporcionarnos una imagen de lo que sea que estemos buscando en décimas de segundo. Pero no está de más recordar que, antes de seguir colaborando en la ceremonia de la confusión, cuando no del ruido y la furia, es necesario comprobar, verificar la información que estamos mandando. Suele ser bastante sencillo y los beneficios nos afectan a todos.