"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
martes, 10 de febrero de 2015
TUS PIES TOCO EN LA SOMBRA y otros poemas inéditos de Neruda
Sensaciones y gustos personales al margen, la publicación merece la pena, ya que está muy cuidada y además de las palabras iniciales de Darío Oses, Director de Bibliotecas y Archivos de la Fundación Pablo Neruda, y del prólogo de Pere Gimferrer, las Notas del final aclaran la situación y las circunstancias de cada uno de ellos. Por si esto fuera poco, entre la edición de los poemas y las notas que cierran el libro se intercala una edición facsimilar en color que le da un valor añadido a la publicación.
Por el cielo me acerco
al rayo rojo de tu cabellera.
De tierra y trigo soy y al acercarme
tu fuego se prepara
dentro de mí y enciende
las piedras y la harina.
Por eso crece y sube
mi corazón haciéndose
pan para que tu boca lo devore,
y mi sangre es el vino que te aguarda.
Tú y yo somos la tierra con sus frutos.
Pan, fuego, sangre y vino
es el terrestre amor que nos abrasa.
(Si ampliáis la imagen de la derecha, comprenderéis el sentido exacto del primer verso).
jueves, 18 de septiembre de 2014
ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE LEÓN FELIPE (Yo también aspiro a ser como tú)
En Madrid, durante la guerra, llevaban los milicianos un pequeño grupo de gente para fusilar. Entre ellos estaba León Felipe. Por suerte, Neruda se cruzó con el grupo y vio con horror que entre los que iban a ser fusilados se encontrada nuestro poeta. Paró inmediatamente a los milicianos y les indicó quién era el que llevaban entre los fascistas. Aclarada la cuestión, León Felipe salió del grupo. Lo extraordinario de la anécdota es que, según refiere Neruda, el de Zamora ni siquiera se había molestado en intentar aclarar el malentendido.
Os dejo uno de sus poemas más conocidos:
COMO TÚ
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
piedra pequeña
y
ligera...
De Versos y oraciones de caminante.
domingo, 30 de octubre de 2016
LA MUERTE DE RUBÉN DARÍO EN LOS VERSOS DE NERUDA
Imagen de Wikipedia |
martes, 6 de julio de 2021
ODA A LA FLOR, Neruda
Una elegante kniphofia de Cristina Enea dispuesta a iluminar el poema de Neruda. |
Oh, flor, no te condeno,
flor alta de encrespada investidura,
no te niego el derecho
de llevar el relámpago
que la tierra elevó con tu hermosura,
Editorial |
Yo estoy seguro de
que mañana
florecerás en todas
las moradas del hombre.
No tendrás miedo de la calle oscura,
ni habrá sobre la tierra
guarida tenebrosa
donde no pueda entrar la primavera.
Flor, no te culpo, estoy seguro de esto
que te digo
y para que florezcas donde debes
florecer, en todas las ventanas,
flor,
yo lucho
y canto desde ahora, como canto,
en forma tan sencilla,
para todos,
porque yo distribuyo
las flores de mañana.
domingo, 21 de junio de 2009
PABLO NERUDA
Hoy quiero dejaros aquí uno de esos poemas que me ha acompañado durante muchos años, desde que leí Las manos del día, hace ya más de treinta años:
ESTO ES SENCILLO
Muda es la fuerza (me dicen los árboles)
y la profundidad (me dicen las raíces)
y la pureza (me dice la harina).
Ningún árbol me dijo:
"Soy más alto que todos".
Ninguna raíz me dijo:
"Yo vengo de más hondo".
Y nunca el pan me ha dicho:
"No hay nada como el pan".
¡Cuánta sencillez para expresar la humildad, para decir la belleza de lo sencillo!
La obra completa está publicada por Círculo de Lectores (1999 y 2005), con introducción de Saúl Yurkievich, prólogo de Enrique Mario Santí y notas de Hernán Loyola. En cualquier caso, es muy sencillo encontrar títulos sueltos en cualquier librería. Tiene un atractivo especial la Antología popular que él mismo preparó sobre su obra junto con Hornero Arce. Aquí la distribuyó Edaf en el 2004.
Feliz lectura.
miércoles, 19 de diciembre de 2018
REGALA TUS PALABRAS, REGALA ESPERANZA
- Abrazo. Pablo Neruda.
- Hagamos un trato. Mario Benedetti.
- A todos, a vosotros. Pablo Neruda.
- Masa. César Vallejo.
- Palabras para Julia. J. A. Goytisolo.
- No perdamos el tiempo. Gloria Fuertes.
- La poesía es un arma cargada de futuro. Gabriel Celaya.
- El tío Vasia. Yevgueni Yevtushenko.
lunes, 7 de diciembre de 2020
UNA VIDA DE PUEBLO, Louise Glück
Editorial |
Sea como fuere, Una vida de pueblo supone un salto importante desde la escritura más descarnada anterior a esta forma mucho más pausada, rítmica y narrativa. Sí, el libro está compuesto de pequeñas historias escritas mayoritariamente en verso largo y cuyos poemas pueden ocupar más de dos páginas. Es como el fluir mismo de la vida en un pequeño pueblo, lento y contenido.
Pero no confundamos la lentitud y la contención con la apacibilidad. Hay cicatrices por todas partes en este pueblo mediterráneo: la infancia (poca) está llena de secretos, la gente mayor parece al borde del engaño y el resentimiento, hay rabia reprimida y una mirada un tanto lánguida ante la ausencia de pasión. La vida en el pueblo parece que se va a extinguir en cualquier momento. Hay algo del Spoon River de Lee Masters. Lo podemos ver en "Un día cálido", uno de los poemas más acogedores de toda la colección, poema espléndido que se inicia con una voz suave y refrescante, gentil. Todo es camaradería y complicidad. El uso de la primera persona del plural en la quinta estrofa nos aproxima y envuelve. Todo está bien, pero a medida que vamos avanzando hacia el final...
UN DÍA CÁLIDO
Hoy el sol resplandecía,
así que mi vecina lavó sus camisones en el río;
vuelve a casa con todo doblado en una cesta,
brillando como si su vida recién se hubiera
alargado una década. La limpieza la hace feliz,
dice, puedes empezar de nuevo,
no tienen por qué retenerte los viejos errores.
Buena vecina, cada una deja en paz
la privacidad de la otra. Justo ahora
canta para sí misma, colgando la colada en un cordón.
Poco a poco, días así
parecerán normales. Pero el invierno fue duro:
las noches venían temprano, los amaneceres eran oscuros,
con una lluvia gris, persistente —meses de esto—,
y luego la nieve, como silencio cayendo del cielo,
aniquilando árboles y jardines.
Todo eso ya está en el pasado.
Regresaron los pájaros, charlando entre semillas.
Se derritió toda la nieve; los árboles frutales están cubiertos de suaves brotes nuevos.
Algunas parejas caminan incluso por la pradera, prometiendo lo que sea que prometan.
Nos paramos bajo el sol y el sol nos sana.
No huye. Cuelga sobre nosotros, inmóvil,
como un actor complacido con su recibimiento.
Mi vecina calla por un momento, ¿de dónde vinieron?
Y mi vecina sigue allí,
enganchándolas al cordón, como si la cesta no se pudiera vaciar.
Todavía está llena, nada se ha terminado,
aunque el sol empieza a descender en el cielo;
recuerda, aún no es verano, solo el inicio de la primavera;
el calor no se ha afincado todavía, y el frío retorna.
Ella lo siente, como si el último trozo de lino se le hubiera congelado en las manos.
Las observa, lo viejas que son. No es el principio, es el final.
Y ahora los adultos están todos muertos.
Nada más quedan los niños, solos, envejeciendo.
Traducción de Adalber Salas Hernández.
lunes, 22 de agosto de 2016
UNA BONITA HISTORIA SOBRE LIBROS Y POESÍA
Según cuenta el periódico digital, que a su vez toma la anécdota de la web de José Piñera, ex-ministro chileno, este tuvo que hacer de cartero para el poeta cuando en 1970 su padre le pidió que le llevara una edición especial del Canto General, editada en EEUU, traducida al inglés por Ben Belitt e ilustrada por Siqueiros.
El libro debía habérselo enviado la embajada chilena, pero como la edición era especial y las gestiones para mandarlo con la seguridad correspondiente habían fracasado, el padre de Piñera, embajador chileno en aquella época, le pidió que lo llevara personalmente. Y allá que se fue el entonces estudiante, con el tesoro entre los brazos, al que no abandonó hasta llegar a Isla Negra, donde residía el poeta.
La historia completa, con sus pequeños detalles, que son los que dan vida e interés a un pasaje, la podéis leer aquí. No os llevará más de tres minutos. Lo que me gusta de ella es el hilo de lealtades y cortesías que surge entre dos personajes, posiblemente antagónicos desde el punto de vista político, pero unidos por la poesía.
Y aquí tenéis el poema del que se cita la estrofa en la historia que narra Piñera. Es el sexto canto del apartado IX, QUE DESPIERTE EL LEÑADOR.
VI
PAZ para los crepúsculos que vienen,
paz para el puente, paz para el vino,
paz para las letras que me buscan
y que en mi sangre suben enredando
el viejo canto con tierra y amores,
paz para la ciudad en la mañana
cuando despierta el pan, paz para el río
Mississippi, río de las raíces:
paz para la camisa de mi hermano,
paz en el libro como un sello de aire,
paz para el gran koljós de Kíev,
paz para las cenizas de estos muertos
y de estos otros muertos, paz para el hierro
negro de Brooklyn, paz para el cartero
de casa en casa como el dia,
paz para el coreógrafo que grita
con un embudo a las enredaderas,
paz para mi mano derecha,
que sólo quiere escribir Rosario:
paz para el boliviano secreto
como una piedra de estaño, paz
para que tú te cases, paz para todos
los aserraderos de Bío Bío,
paz para el corazón desgarrado
de España guerrillera:
paz para el pequeño Museo de Wyoming
en donde lo más dulce
es una almohada con un corazón bordado,
paz para el panadero y sus amores
y paz para la harina: paz
para todo el trigo que debe nacer,
para todo el amor que buscará follaje,
paz para todos los que viven: paz
para todas las tierras y las aguas.
Yo aquí me despido, vuelvo
a mi casa, en mis sueños,
vuelvo a la Patagonia en donde
el viento golpea los establos
y salpica hielo el Océano.
Soy nada más que un poeta: os amo a todos,
ando errante por el mundo que amo:
en mi patria encarcelan mineros
y los soldados mandan a los jueces.
Pero yo amo hasta las raíces
de mi pequeño país frío.
Si tuviera que morir mil veces
allí quiero morir:
si tuviera que nacer mil veces
allí quiero nacer,
cerca de la araucaria salvaje,
del vendaval del viento sur,
de las campanas recién compradas.
Que nadie piense en mí.
Pensemos en toda la tierra,
golpeando con amor en la mesa.
No quiero que vuelva la sangre
a empapar el pan, los frijoles,
la música: quiero que venga
conmigo el minero, la niña,
el abogado, el marinero,
el fabricante de muñecas,
que entremos al cine y salgamos
a beber el vino más rojo.
Yo no vengo a resolver nada.
Yo vine aquí para cantar
y para que cantes conmigo.
miércoles, 21 de julio de 2021
ODA A LA CEBOLLA... Y ALGO MÁS
Cebolla,
luminosa redoma,
pétalo a pétalo
se formó tu hermosura,
escamas de cristal te acrecentaron
y en el secreto de la tierra oscura
se redondeó tu vientre de rocío.
Bajo la tierra
fue el milagro
y cuando apareció
Editorial |
y nacieron
tus hojas como espadas en el huerto,
la tierra acumuló su poderío
mostrando tu desnuda transparencia,
y como en Afrodita el mar remoto
duplicó la magnolia
levantando sus senos,
la tierra
así te hizo,
cebolla,
clara como un planeta,
y destinada
a relucir,
constelación constante,
redonda rosa de agua,
sobre
la mesa
de las pobres gentes.
Generosa
deshaces
tu globo de frescura
en la consumación
ferviente de la olla,
y el jirón de cristal
al calor encendido del aceite
se transforma en rizada pluma de oro.
También recordaré cómo fecunda
tu influencia el amor de la ensalada,
y parece que el cielo contribuye
dándole fina forma de granizo
a celebrar tu claridad picada
sobre los hemisferios del tomate.
Pero al alcance
de las manos del pueblo,
regada con aceite,
espolvoreada
con un poco de sal,
matas el hambre
del jornalero en el duro camino.
Estrella de los pobres,
hada madrina
envuelta
en delicado
papel, sales del suelo,
eterna, intacta, pura
como semilla de astro,
y al cortarte
el cuchillo en la cocina
sube la única lágrima
sin pena.
Nos hiciste llorar sin afligirnos.
Yo cuanto existe celebré, cebolla,
pero para mí eres
más hermosa que un ave
de plumas cegadoras,
eres para mis ojos
globo celeste, copa de platino,
baile inmóvil
de anémona nevada
y vive la fragancia de la tierra
en tu naturaleza cristalina.
sábado, 17 de junio de 2023
ELOGIO DEL SILENCIO
Fuente: Muzeum Narodowe w Warszawie |
...
donde la discreción tiene su asiento;
se arrastrara sin él del pensamiento;
mañoso ardid del menos discursivo,
y del más discursivo entendimiento:
pues a nadie pesó de haber callado,
y a muchos les pesó de haber hablado.
Es contra el más colérico enemigo
el más templado freno de la ira,
de la pasión el más legal testigo,
pues dice más que el que habla el que suspira;
de la verdad tan familiar amigo,
que a la simulación de la mentira
se destiñe la tez, pues cuanto, errante,
mintió la lengua, desmintió el semblante.
Ahora me dejen tranquilo.
Ahora se acostumbren sin mí.
Yo voy a cerrar los ojos
Y sólo quiero cinco cosas,
cinco raíces preferidas.
Una es el amor sin fin.
Lo segundo es ver el otoño.
No puedo ser sin que las hojas
vuelen y vuelvan a la tierra.
Lo tercero es el grave invierno,
la lluvia que amé, la caricia
del fuego en el frío silvestre.
En cuarto lugar el verano
redondo como una sandía.
La quinta cosa son tus ojos,
Matilde mía, bienamada,
no quiero dormir sin tus ojos,
no quiero ser sin que me mires:
yo cambio la primavera
por que tú me sigas mirando.
Amigos, eso es cuanto quiero.
Es casi nada y casi todo.
Ahora si quieren se vayan.
He vivido tanto que un día
tendrán que olvidarme por fuerza,
borrándome de la pizarra:
mi corazón fue interminable.
Pero porque pido silencio
no crean que voy a morirme:
me pasa todo lo contrario:
sucede que voy a vivirme.
Sucede que soy y que sigo.
No será, pues, sino que adentro
de mí crecerán cereales,
primero los granos que rompen
la tierra para ver la luz,
pero la madre tierra es oscura:
y dentro de mí soy oscuro:
soy como un pozo en cuyas aguas
la noche deja sus estrellas
y sigue sola por el campo.
Se trata de que tanto he vivido
que quiero vivir otro tanto.
Nunca me sentí tan sonoro,
nunca he tenido tantos besos.
Ahora, como siempre, es temprano.
Vuela la luz con sus abejas.
Déjenme solo con el día.
Pido permiso para nacer.
martes, 8 de noviembre de 2016
LA LLUVIA
Según iba avanzando, me venía a la memoria la larga y hermosa frase con la que C. J. Cela inicia la novela Mazurca para dos muertos. El libro me la devuelve exacta:
Llueve mansamente y sin parar, llueve sin ganas pero con una infinita paciencia, como toda la vida, llueve sobre la tierra que es del mismo color que el cielo, entre blando verde y blando gris ceniciento, y la raya del monte lleva ya mucho tiempo borrada.
A Pessoa, portugués genial, morriñoso y múltiple, la lluvia tampoco le hacía mucha gracia y nos dejó un párrafo todavía más hermoso y más triste sobre esta bendita lluvia que todo lo riega en su Libro del desasosiego:
Llueve, esta tarde de invierno triste, como si hubiese llovido, así de monótonamente, desde la primera página del mundo. Llueve, y mis sentimientos, como si la lluvia los abatiese, doblan su mirada bruta hacia la tierra de la ciudad, donde corre un agua que nada alimenta, que nada lava, que nada alegra. Llueve, y yo siento súbitamente la opresión inmensa de ser un animal que no sabe lo que es, que sueña el pensamiento y la emoción, encogido, como en un tugurio, en una región espacial del ser, contento de un pequeño calor como de una verdad eterna.
con los zapatos rotos
mientras los hilos
del cielo desbocado
se destrenzaban sobre
mi cabeza,
me traían
a mí y a las raíces
las comunicaciones
de la altura,
el oxígeno húmedo,
la libertad del bosque.
martes, 26 de julio de 2011
CRUZ DEL SUR
Hasta ahora no había aparecido en este blog ninguna constelación del hemisferio sur, porque en este apartado de mitología y constelaciones me dedico básicamente a contar el mito griego que está relacionado con la constelación de la que me ocupo. Pero Grecia está situada en el hemisferio norte, por tanto, el cielo que observaron sus habitantes, y al que atribuyeron historias y leyendas, es el que pertenece a esa parte de la cúpula celeste, si bien es cierto que, por sus viajes, conocían el cielo del hemisferio sur, así como leyendas atribuidas a algunas de sus constelaciones por otros pueblos. A esto debo añadir que la mitología de la que sé algo es, precisamente, la mitología griega. Contesto así a un correo muy atento que he recibido desde Argentina. Sin embargo, como no me atrevo a hablar de lo que no sé, coloco la información correspondiente a través de los enlaces que aparecen en el párrafo siguiente.
Esta constelación es la más pequeña de las 88, pero una de las que más historias ha generado y de las más famosas, hasta el punto de figurar en las banderas de un buen puñado de países. Es la que sirve en el hemisferio sur para orientarnos, es decir, para localizar el Sur.
Para los lectores de poesía es suficientemente conocida la Oda a la Cruz del Sur, de Neruda. Menos lo es ese poema-tango La Cruz del Sur, de Cortázar, lleno de nostalgia sureña, y musicado por Edgar Cantón:
y respirás el verano con su olor a duraznos
y caminás de noche mi pequeño fantasma silencioso
por ese Buenos Aires, por ese siempre mismo Buenos Aires.
Extraño la Cruz del Sur
cuando la sed me hace alzar la cabeza
para beber tu vino negro, rnedianoche.
Y extraño las esquinas con almacenes dormilones
donde el perfumo de la yerba
tiemble en la piel del aire.
Extraño tu voz,
tu caminar conmigo por la ciudad.
Comprender que eso está siempre allá
como un bolsillo donde a cada rato
la mano busca una moneda, el peine, llaves,
la mano infatigable de una oscura memoria
que recuenta sus muertos.
La Cruz del Sur, el mate amargo
y las voces de amigos
usándose con otros.
Me duele un tiempo amargo
Ileno de perros y desgracia
la agazapada convicción de que volver es vano.
Comprender que un mar es más que un mar,
que la muerte se viste de distancia
para llegar de a poco, lenta, interminable,
como una melodía que se resuelve al fin
en humo de silencio.
Extraño ese callejón
que se perdía en el campo y el cielo
con sauces y caballos y algo como un sueño.
Y me duelen los nombres de que cada cosa
que hoy me falta,
como me duele estar tan lejos
de tu caricias y de tus labios.
Extraño tu voz
tu caminar
(Internet tiene estas cosas, sirve para poner en contacto personas muy alejadas físicamente. Espero que tu curiosidad quede medianamente satisfecha).
sábado, 9 de octubre de 2010
UMBERTO ECO Y EL VÉRTIGO DE LAS LISTAS
Antes de que apareciera este título, la editorial Lumen había publicado con el mismo formato y diseño dos estupendas obras de Eco: Historia de la belleza e Historia de la fealdad; por lo tanto, El vértigo de las listas es el tercer libro de esta serie tan peculiar sobre el mundo del arte que el semiólogo italiano publica con esta editorial.
Lo primero que se me ocurre decir sobre este texto es que es un hermoso objeto -como regalo puede funcionar perfectamente-. Está muy bien encuadernado, primorosamente ilustrado, escrito elegantemente e impreso, para que no falte nada, en un papel de gran calidad. 45 euros avalan este despliegue. Tiene valor como libro de arte, pero también como libro de poesía. Me explico: cada capítulo, dedicado a un modelo distinto de lista, puede leerse independiente, fuera del conjunto y tiene, además, la belleza intrínseca de un poema. Al fin y al cabo, una lista no es otra cosa que una selección cuidadosa de palabras que puestas una detrás de otra provocan un fogonazo de belleza. Y en este libro se encuentran listas para todos los gustos, desde listas redactadas por Homero, hasta enumeraciones escritas por Borges, Joyce o Neruda o Calvino.
Pero el libro, que es un libro sobre arte y literatura, no es, lógicamente, un mero catálogo de listas. Es, básicamente, una bella, pero no explícita, reflexión sobre el porqué de las mismas. Quizá ahí resida uno de los mayores atractivos del texto, en que se cuida mucho de no manifestar abiertamente ese porqué. Si bien en el prólogo Eco nos comenta qué le llevó a escribirlo, nunca nos llega a decir de manera manifiesta que es lo que hay detrás de todas ellas, aunque bien podemos suscribir lo que Pennac decía en Como una novela: "El hombre construye casas porque está vivo, pero escribe libros porque se sabe mortal" (pag. 169). Sólo es necesario cambiar la palabra libros por la palabra listas.
lunes, 26 de abril de 2010
ÉCHALE UNA MANO AL PLANETA
Con este vídeo Greenpeace quiere denunciar la situación que vive el planeta a causa de nuestra insaciabilidad.
No sé por qué, cuando lo he visto, lo he asociado a un poema de Neruda, poco conocido, que desde el primer día que lo leí me pareció magistral. Será por eso de nuestros deseos insaciables, opuestos en todo a la sencillez.
ESTO ES SENCILLO
Muda es la fuerza (me dicen los árboles)
y la profundidad (me dicen las raíces)
y la puereza (me dice la harina).
Ningún árbol me dijo:
Soy más alto que todos.
Ninguna raíz me dijo:
Yo vengo de más hondo.
Y nunca el pan me ha dicho:
No hay nada como el pan.
Del libro Las manos del día. Losada. 1968
viernes, 18 de marzo de 2022
21 DE MARZO, DÍA DE LA POESÍA
Coincidiendo con lo que suele ser el día en que da comienzo la primavera en el hemisferio norte (aunque este año será el 20), en multitud de lugares e instituciones se organizan actos para celebrar la poesía. Dentro de mi reducido círculo, traigo hasta aquí dos sugerencias por si os queréis acercar a disfrutar de ella. Ambas son muy atractivas.
En Noski! han preparado un recital solidario:
Poesía,
gracias, esposa,
hermana o madre
o novia,
gracias, ola marina,
azahar y bandera,
motor de música,
largo pétalo de oro,
campana submarina,
granero
inextinguible,
gracias,
tierra de cada uno
de mis días,
vapor celeste y sangre
de mis años,
porque me acompañaste
desde la más enrarecida altura
hasta la simple mesa
de los pobres,
porque pusiste en mi alma
sabor ferruginoso
y fuego frío,
porque me levantaste
hasta la altura insigne
de los hombres comunes,
Poesía,
porque contigo
mientras me fui gastando
tú continuaste
desarrollando tu frescura firme,
tu ímpetu cristalino,
como si el tiempo
que poco a poco me convierte en tierra
fuera a dejar corriendo eternamente
las aguas de mi canto.
sábado, 6 de febrero de 2016
CONVERSANDO CON VERÓNICA ARANDA
¿Cómo y por qué empezaste a escribir poesía? ¿Qué es lo que te llevo a la poesía?
¿Qué poetas, qué escuelas, qué lecturas o vivencias son los que más te han influido?
En mis comienzos, me influyó muchísimo Lorca, su “Romancero gitano” marcó para mí un antes y un después, y también la generación del 27, Neruda, San Juan de la Cruz. A los 18 me deslumbraron la poesía árabe, Kavafis y Fernando Pessoa (soy una lectora voraz de literatura portuguesa y también la traduzco). Y otro descubrimiento que me transformó, que fue una revelación, es el haiku, al que llegué por un libro de Basho. Y en cuanto a lecturas me han influido especialmente: “El libro del frío” de Antonio Gamoneda, “Las flores del mal” de Baudelaire, “Dignum est” de Odysseas Elytis o “Aquí” de Szymborska. Por otro lado, vivir en la India transformó mi manera de escribir.
¿Cuál es tu poética? ¿Cómo concibes la poesía? ¿Qué es lo que más te interesa de ella?
No me adscribo a ningún movimiento concreto. Concibo la poesía como un territorio de libertad, un espacio conciso donde cada palabra tiene sentido en sí misma. Lo que más me interesa de la poesía es su capacidad para renombrar las cosas y su profunda estética.
¿Cuáles son tus temas preferidos, tus obsesiones poéticas, si es que las tienes?
Mis obsesiones poéticas son los viajes, el contacto con otras culturas, el paso del tiempo, revivir la plenitud de un instante a través de la escritura. Y cuando escribo haikus, la naturaleza, sin duda.
¿Tienes algún método de escritura, te dejas llevar por ese primer verso que ofrecen "los dioses", trabajas sobre un tema previo...?
No soy muy metódica a la hora de escribir, pero lo de un primer verso como punto de partida que tira del resto del poema, me suele funcionar. Otras veces, lo primero que me viene es el último verso. Cuando ya tengo varios poemas en torno a un tema y veo que podrían formar parte de un poemario, que tienen una coherencia unitaria, entonces me ayuda trabajar en torno a un tema.
¿Qué importancia tiene la forma en tus creaciones?
Tiene mucha importancia. Escribo en verso blanco con métrica (endecasílabos, heptasílabos, alejandrinos, eneasílabos). No entiendo la poesía sin musicalidad, y la métrica y el ritmo interno incrementan las posibilidades expresivas del poema.
¿Hasta qué punto crees que la poesía es una forma de conocimiento?
Heidegger consideraba la poesía como la única epistemología capaz de captar la esencia del ser. La metáfora supera muchas veces al concepto como instrumento de captación de la condición humana.
Has ganado unos cuantos premios de poesía. ¿Crees que son necesarios los premios para alguien que empieza a escribir poesía?
Gracias a los premios pude publicar mis primeros libros de poesía. Por tanto, ayudan y dan impulso en los comienzos literarios, además de difusión por el nombre del premio (en mi caso con el accésit del Adonáis) o por la editorial que lo publica, como me pasó con mi segundo libro, “Tatuaje” que gracias al premio Antonio Carvajal de poesía joven salió publicado en Hiperión.
¿Qué compartes, si es que compartes algo, con la poesía de tu generación?
La poesía social, que también está presente en mi obra, el compromiso. Somos hijos de nuestro tiempo.
¿Qué aspecto es el que más te gustaría que se recordara de tu obra poética?
-Mi aportación al subgénero de la “poesía de viajes”.
Y para cerrar esta entrada, Aute y su experiencia de tan emblemático café:
lunes, 18 de diciembre de 2017
DE EINSTEIN AL CANSINO TRABAJO DE PONER LAS COSAS EN SU SITIO
Fuente: Wikipedia |
A mí me gusta especialmente la que se aparece bajo este párrafo, donde se riza el rizo de las atribuciones y, de paso, se hace humor acerca de la ignorancia de quien la recibe. Me encanta cómo con tan pocas palabras la imposible cita se atribuye a Einstein, que era un antiguo filósofo griego, que era Marx. Y todos ellos estaban muertos y bien muertos cuando apareció internet. Por increíble que parezca, no todos se dan cuenta a pesar de lo abultado del retruécano. Es más, conozco a alguien que dijo: "¿Y, entonces, de quién te vas a fiar?".