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viernes, 5 de abril de 2019

CONCURSO DE VÍDEOS ON ZIENTZIA



Un año más, Teknopolis, Elhuyar y el Donostia International Physics Center (DIPC) han organizado la 9ª edición del concurso de vídeos On Zientzia. Aunque todavía tenéis tiempo, no os descuidéis para mandar vuestro vídeo porque el plazo termina el 24 de abril.

El vídeo que he cogido para dar noticia del concurso es de Patxi Razkin Senar, pertenece al concurso de 2017 y me interesa de él, sobre todo, aquello que dijo mi admirado Feynman de que para disfrutar y fascinarnos con los "misterios" de la naturaleza el conocimiento nunca es perjudicial, antes al contrario, nos ayuda a que el disfrute y la fascinación sean todavía mayores. 


Aunque el vídeo me gusta mucho y aprecio en lo que vale la intención, no me parece muy equilibrado colocar en un platillo de la balanza a una persona de comienzos del XIX, mientras que en el otro platillo se encuentra una del XX. Los conocimientos, las perspectivas y las costumbres cambian. Prefiero, en este caso, la cita de Dawkins: Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias.

Y recalco: que se escucharan mutuamente. Porque puestos a subrayar errores, ¿qué es más grave desde el punto de vista del conocimiento, que Keats, un poeta romántico, indicara la pérdida de "encanto" ante la descripción científica de la descomposición de la luz, o que Newton, uno de los más grandes científicos de todos los tiempos, estuviera convencido de las bondades de la alquimia y persiguiera durante toda su vida la piedra filosofal?

Afortunadamente, nos hemos olvidado de las "tonterías" de Newton y no recordamos que las páginas que dedicó a sus "trabajos" sobre pseudociencia y demás lindezas son mucho más abundantes que las que utilizó para formular la ley de la gravitación universal, establecer las leyes de la mecánica, desarrollar el cálculo infinitesimal o su descubrimiento sobre el espectro del color, por citar solo sus trabajos más relevantes.

El esfuerzo debe producirse por ambos lados, y para eso necesitamos de una buena divulgación que ponga al descubierto y haga llegar al gran público tanto los más complejos hallazgos del conocimiento científico en todos los campos de la investigación, como los mejores logros del pensamiento artístico y humanístico que, por desgracia, suelen quedar relegados a grupos muy minoritarios. Las especialidades pueden ser muchas, pero el conocimiento debe ser uno.

Una buena divulgación podrá favorecer el deseo de saber y estimular la curiosidad de la población, lo que contribuirá a su vez a crear redes entre los distintos conocimientos y un tejido social más consciente. Y para eso es indispensable la implicación de los grandes medios de comunicación. Sin su concurso, la divulgación quedará reducida a los centros de enseñanza y a las bibliotecas. 

En este terreno, como en otros muchos, es imprescindible la colaboración de toda la tribu.

martes, 25 de diciembre de 2018

LA SALVACIÓN DE LO BELLO

Editorial
Primer movimiento:

Lo pulido, lo pulcro, liso e impecable es la seña de identidad de la época actual. Es en lo que coinciden las esculturas de Jeff Koons, los iPhone y la depilación brasileña. ¿Por qué lo pulido nos resulta hoy hermoso? Más allá de su efecto estético, refleja un imperativo social general: encarna la actual sociedad positiva. Lo pulido e impecable no daña. Tampoco ofrece ninguna resistencia. Sonsaca los "me gusta".

Segundo movimiento:

Lo bello, cuando se concreta en sus mejores posibilidades, es una poderosa combinación de familiaridad y extrañeza. Lo bello reconforta y conmociona, hiere y sana, sacude y aquieta. En lo bello, además, asoma el vértigo de lo insólito, la fuerza de lo inesperado, el destello de lo distinto. en lo bello, como nudo de relaciones, lo oculto se desvela y se articula lo posible. 

Tercer y último movimiento:

La verdad como verdad del ser es un suceso, un acontecimiento que es lo único que otorga a lo ente sentido y significado (...) La verdad hace que todo se muestre de otro modo. El acontecimiento de la verdad define de nuevo lo que es real. Engendra un "es" distinto. La obra es el lugar que gesta, recibe y encarna el acontecimiento de la verdad. El Eros está apegado a lo bello, a la manifestación de la verdad. En eso se diferencia del me gusta.

Me gusta el esfuerzo por ofrecer entidad y consistencia a la belleza, es decir, al pensamiento. Keats, que no había leído a Platón, lo dijo de forma más bella que el filósofo griego en los dos versos finales de la Oda a una urna griega
"Beauty is truth, truth beauty, —that is all / Ye know on earth, and all ye need to know".
"La belleza es verdad, y la verdad belleza / —Todo eso y nada más habéis de saber en la tierra". (Traducción Pedro Nicolás Payá).

Mi duda es si actualmente el arte, esto es, la comunidad artística, persigue y pretende la belleza. Tampoco tengo claro que la reflexión sobre el arte y la obra de arte transcurran por el mismo sendero. Y la divergencia viene de lejos.
Nocturno en negro y oro. Fuente: Wikipedia.

En 1875 John Ruskin escribía ante Nocturno en negro y oro, de James McNeill Whistler: Yo he visto y oído antes una considerable insolencia cockney; pero nunca pensé que escucharía a un gallito petulante pedir doscientas guineas por echarle a la gente un tarro de pintura en plena cara. El juicio posterior por difamación donde fue compensado con una guinea no fue ciertamente una victoria del artista. Sí lo fue la plataforma que surgió para defender los derechos de los artistas, liberados de las constricciones de la crítica.

Como señaló Dupré: Cada época actualiza la batalla entre el artista y el crítico. Es un eterno conflicto imposible de resolver porque su origen es la discrepancia sobre una de las preguntas más fundamentales: ¿qué es el arte?


***
Una explicación más didáctica y un comentario más detallado del contenido del libro lo encontraréis en este vídeo:

miércoles, 21 de marzo de 2018

POESÍA, CIENCIA Y TRASCENDENCIA

Anteayer comenzó la Semana de la Poesía de San Sebastián. Lo hizo con una lectura de poemas y posterior intervención del público. Los poetas invitados fueron Miguel D'Ors y José Mateos, ambos defensores de la idea de trascendencia, aunque yo diría que con notables diferencias acerca de qué es o pueda ser la trascendencia.
Miguel D'Ors, Antonio Casado y José Mateos. Poesía y trascendencia.
Continuó ayer con un recital a cargo de J. R. Makuso y Jon Makuso, padre e hijo, en el Ernest Lluch y un coloquio entre Carlos López, Gustavo A. Schwartz y el público que llenaba la librería Kaxilda. Como no tengo el don de la ubicuidad, opté por el coloquio. 
Carlos López y Gustavo A. Schwartz. Ciencia y poesía contemporánea.
Este difícil terreno que surge de la confluencia de los tres términos da para mucho más que una nota en un blog. Es más, cualquiera de ellos por separado ofrece posibilidades de desarrollo que darían —y han dado— para muchos libros. Tan solo tres ejemplos a bote pronto: Poética de poetas: Teoría, crítica y poesíaLa ciencia, su método y su filosofía; y Los límites del sentido

No tengo ninguna duda de que cada poeta tiene su propia poética en función de su formación, sus gustos, su personalidad y sus experiencias. Eso es un hecho. Tampoco tengo ninguna duda de que independientemente de la escuela, tendencia o estilo a la que se adscriba, la calidad de cuanto escribe depende solamente de su capacidad de expresión y no de la escuela a la que pertenezce, y no va a ser el autor quien pueda juzgarla. Eso es otro hecho.

Otro hecho más: las convicciones y creencias de quien escribe se notan, pero no determinan tampoco la calidad de un texto. Yo no comparto ni las creencias ni la posición filosófica de Juan de la Cruz, pero disfruto enormemente con su poesía y la reconozco como una de las más excelsas de la poesía escrita en castellano. Tampoco comparto la poética de los románticos, pero me emociona la obra de Keats, de Hölderlin o de Bécquer.

Lo que me resulta difícil de comprender es que todavía hoy algunas escrituras se hagan desde posiciones intelectuales que corresponden a siglos pasados y se nieguen a reconocer como temas poéticos aquellos que no se relacionan directamente con la subjetividad y las emociones. Tan inspiradora pueda resultar una caricia como la pérdida de un electrón por parte de un átomo. Lo que en última instancia nos conmueva el poema no está determinado por el objeto del que parte, sino por el punto de vista y por la capacidad del poeta para transmitir verdad, belleza y emoción.

Uno es el conocimiento y múltiples las disciplinas desde las que podemos construirlo. Así mismo, una es la poesía y diversas las maneras en que se manifiesta, pero sea cual sea la forma en que se exprese, resulta necesario que participe del esfuerzo colectivo por construir significado —que es como decir el mundo y su percepción—, de lo contrario quedará reducida a resto fósil o refugio de colectivos minoritarios y ajenos a la vida.

lunes, 25 de septiembre de 2017

SOBRE LA POESÍA Y SUS CONTIENDAS

En el discurso del acto de entrega del Premio Reina Sofía, Salamanca 1996, Ángel González citaba una significativa anécdota sobre Mallarmé y su manera de entender la poesía. Recojo el párrafo completo a través del libro La poesía y sus circunstancias, editado en 2005.

Lo quiera o no, el poeta, cuando junta palabras, está configurando una idea del mundo. Insisto: lo quiera o no. Incluso los versos sonoros y pretendidamente inanes de Mallarmé son a su manera elocuentes, dicen algo, aunque no sepamos qué. "Cuando escribí ese poema —cuentan que respondió Mallarmé a quien le preguntaba por el sentido de una de sus composiciones—, Dios y yo sabíamos lo que quería decir; ahora, sólo Dios" (p 274).

La poesía, como todas las cosas del mundo, puede ser clasifica en dos. No otra cosa hacen los manuales cuando para explicar el desarrollo de la literatura, recurren a etiquetas como barroco, clasicismo, romanticismo, simbolismo, naturalismo, modernismo... Siempre es por oposición al anterior movimiento, al que se pretende superar.

En este sentido es en el que recojo la referencia al poeta francés para señalar que la poesía se puede dividir en dos: la clara y la hermética. La poesía en la que alusiones, significados e imágenes son más o menos inteligibles desde un primer momento por un gran público, y la poesía cuyo significado exige un gran esfuerzo por parte del lector para adentrarse en ella.

No es una mejor que la otra. La calidad, por desgracia, suele asociarse a la cantidad de estudios críticos, tesis y demás publicaciones que se realizan sobre una obra determinada. Es una cuestión de gustos, de momentos y de preferencias. ¿Quién podría demostrar que la poesía de Lorca es mejor o peor que la de Machado, que la de Pessoa, que la de Verlaine, que la de Keats o que la de Góngora?

Sin embargo, de tanto en tanto, como si quien escribe tuviera que justificar la opción personal por la que se inclina y menospreciar el resto de las opciones, se puede oír el ruido de batallas dialécticas, peleas de bar literarias y ajustes de cuentas poco honrosos para la comunidad. Los navajazos aquí, afortunadamente, no son literales sino metafóricos. Y es que, como ya nos advirtió Cipolla, la estupidez está democráticamente repartida entre todas las capas y colectivos sociales.

jueves, 13 de julio de 2017

LA SOLEDAD DE UN CUERPO ACOSTUMBRADO A LA HERIDA

Hay quien opina que la poesía debe expresar solo el dolor, la pérdida. Conozco incluso algunas personas que solamente leen poesía si saben que van a estar sumergidas en el llanto. La poesía, ciertamente, es un género singular que tiene el don de los afectos y se hace minoritaria cuando trastea con las notas de la racionalidad, por más leña que eche al fuego carnal de las palabras. Eso explica que en el imaginario colectivo popular romanticismo y poesía sean términos equivalentes. 

La edad también tiene algo que ver. No es extraño que comencemos a leer poesía de la mano de Bécquer, de Keats, de Hölderlin o de Leopardi. Lo raro sería que nuestras primeras lecturas fueran Horacio, Li Bai, Mallarmé o Eliot. Por eso mismo, tampoco es rara la hipérbole La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida en una persona tan joven. Lo extraño, tal vez, es la belleza del alejandrino. 

No voy a descubrir nada de las bondades de la escritura de Elvira Sastre, porque a pesar de su juventud es una poeta con cinco títulos publicados, que además cuenta con el apadrinaje de pesos pesados de la poesía española como Benjamín Prado y García Montero, y un hermosísimo prólogo sin hipérboles de Joan Margarit.

Sí diré que este es un poemario que gustará mucho a quienes anden abismados en los confines de la pérdida, a quienes gusten de la palabra limpia y a quienes aspiren a la ternura del desamor. 

EL DESIERTO DE MI ISLA

Soy una isla.

Todos quieren llegar,
traerse un libro,
algo de comida
y un amor.

Imaginan los árboles,
piensan en el mar que no se vacía,
son capaces de tumbarse sobre
mi arena
y dejarse ser por completo
porque es terriblemente sencillo:
en mí no existen los espejos,
cuido con esmero la contracción del paisaje,
acaricio el pasado y los errores ajenos,
marco el camino y no el tesoro
y me mantengo siempre estática,
sin hacer ruido, sin causar peligro,
esperando el golpe con las palmas abiertas.

Es fácil querer llegar.
Querer quedarse es igual de fácil
que ahogarse en una gota
de agua.

Es así: todos quieren llegar
y, sin embargo,
todos quieren irse
en el momento en el que llegan.

Quizá sea por el olor a polvo que me cubre,
por el viento que va dejando partes de mí
en cada trozo de tierra que piso
y me devuelve incompleta a la orilla,
por el cansancio de mis ojos
que siempre están en otra parte
o, quizá, porque nadie quiere vivir
en un lugar deshabitado.

Nadie quiere estar en una isla desierta
cuando se hace de noche.

Podéis escucharla recitando sus poemas en su canal de YouTube.

miércoles, 10 de agosto de 2016

RECORDANDO A WORDSWORTH DESDE EL JARDÍN DE SU CASA

Casa de Wordsworth, en el Distrito de los Lagos, hoy museo.
William Wordsworth fue un enamorado de la tierra en la que nació, el Distrito de los Lagos, y el poeta que aglutinó a su alrededor el grupo que después se ha conocido como lakistaslake, lago en inglés—. De los 80 años que alcanzó a vivir, tres cuartos los pasó en su provincia, la única montañosa de Inglaterra y la que ofrece un paisaje natural más variado y hermoso de ese país. Los otros 20 años los dedicó a viajar por Europa —algún estudioso ha calculado en más de 150.000 kilómetros los que hizo caminando durante toda su vida—.

Los lakistas —Wordsworth, Coleridge, Southey— fueron los primeros poetas propiamente románticos en lengua inglesa. Después vendrían Byron, Shelley y Keats. Pero es Wordsworth el que reivindica por primera vez el lenguaje cotidiano como elemento de expresión sustancial para la poesía. Esta característica ha sido auténticamente seminal, pues ha impregnado toda la poesía occidental desde entonces. Con ello quería demostrar hasta qué punto el lenguaje de la conversación en las clases medias y bajas de la sociedad sirve para los propósitos del placer poético (Prólogo a Baladas Líricas).


Iba solitario como una nube... 

Iba solitario como una nube
que flota sobre valles y colinas,
cuando de pronto vi una muchedumbre
de dorados narcisos: se extendían
junto al lago, a la sombra de los árboles,
en danza con la brisa de la tarde.

Reunidos como estrellas que brillaran
en el cielo lechoso del verano,
Poblaban una orilla junto al agua
dibujando un sendero ilimitado.
Miles se me ofrecían a la vista,
moviendo sus cabezas danzarinas.

El agua se ondeaba, pero ellas
mostraban una más viva alegría.
¿Cómo, si no feliz, será un poeta
en tan clara y gozosa compañía?
Mis ojos se embebían, ignorando
que aquel prodigio suponía un bálsamo.

Porque a menudo, tendido en mi cama,
pensativo o con ánimo cansado, 
los veo en el ojo interior del alma
que es la gloria del hombre solitario.
Y mi pecho recobra su hondo ritmo
y baila una vez más con los narcisos.


                          Versión de Gabriel Insausti.

domingo, 4 de enero de 2015

JOHN KEATS, PRIMERA TERTULIA DEL AÑO

Recupero la tertulia sobre Keats que no se pudo realizar en mayo del año pasado y os remito a las entradas que preparé en su tiempo para ir dando noticia de su obra. Así pues, esta nota no es nada más que un aviso para recordar que el próximo 9 de enero, en la tertulia de la biblioteca, tendremos la obra del joven romántico inglés.

En el vídeo, compuesto con fotogramas de la película Bright Star, se recita la famosa Oda a un ruiseñor. Por cierto, si tenéis la oportunidad de ver la película, hacedlo. Refleja bien los últimos tres años de la vida del poeta.


Los textos están alojados, como siempre, en el apartado dedicado a las tertulias.

sábado, 26 de abril de 2014

JOHN KEATS, y 3

Con la subida de la colección de poemas de J. Keats doy por terminada la serie dedicada al poeta romántico. Tan sólo quiero recordaros que en internet podéis encontrar miles de grabaciones de poemas suyos en inglés. Dentro del maremágnum que es YouTube a mí me ha hecho gracia la explicación que ha dejado una alumna de filología. Siempre es agradable ver el nacimiento de una admiración.

Y si os sentís más atraídos por la vida y milagros del poeta, quizá os pueda interesar la novela que acaba de publicarse ahora mismo sobre los últimos días de la vida del poeta: Los últimos pasos de John Keats, de Ángel Silvelo.

Y para cerrar la entrada, un soneto:


Cuando siento el temor de que mi vida acabe
sin que mi pluma espigue mi fecundo cerebro,
sin que pilas de libros con caracteres guarden,
como ricos graneros, el grano madurado;
cuando observo en el rostro de la noche estrellada
vastos, nublados símbolos de un romance sublime,
y pienso que no pueda vivir para rastrear
sus sombras con la mano mágica del destino;
y cuando siento, hermosa criatura de un instante,
que ya nunca podré a ver tu imagen,
ni disfrutar tampoco del poderío idílico
del amor instintivo; entonces, en la orilla
del ancho mundo quedo solitario, y medito
hasta que amor y gloria naufragan en la nada.

Odas y sonetos, Hiperión, 1995. Traducción de AlejandroValero

martes, 15 de abril de 2014

JOHN KEATS, 2


Si vienes de haber leído el texto de Cortázar, ya estás más que introducido en la vida y milagros de Keats. Ahora sólo tienes que sumergirte en su obra, sorprendentemente amplia para una persona que murió tan joven, para un poeta que estuvo escribiendo poco más de cinco años.

 Cualquiera de estos dos libros puede servir como aproximación a su poesía. Ambos recogen una buena selección de lo que hoy nos gusta más de aquella escritura y ambos cuentan con una introducción aclaratoria sobre la vida, el estilo y la obra del poeta. En cualquier caso, Keats está muy bien recogido en castellano y resulta sencillo hacerse con sus textos, tanto si queremos comprarlos en las librerías como si queremos utilizarlos a través de bibliotecas.

Mención aparte merecen las ediciones de Reino de Cordelia (hasta ahora, La víspera de Santa Inés y Lamia) por su cuidado trabajo. No sólo cuentan con la traducción en verso de Luis Alberto de Cuenca y José Fernández Bueno —también el prólogo es de ellos—, sino que además vienen ilustrados con los trabajos de E. H. Wehnert, el primero, y Will Low, el segundo, y están encuadernados en rústica y cosidos. 

Hay más, muchas más traducciones de la obra del romántico inglés, pero éstas son las que me parecen más asequibles y atractivas.

Así que, hala, a leer y a disfrutar.

lunes, 31 de marzo de 2014

CELEBRACIÓN DE CORTÁZAR, 3

Sirva esta entrada a un doble fin: celebrar a Cortázar en su centenario y ofrecer la primera aproximación a Keats para la tertulia de mayo.

Ignoro cuál fue el motivo por el que este libro no se publicó en vida de Cortázar, pero estoy convencido de que si existe algún libro que pueda introducirnos en la vida, la obra y los sentimientos de un poeta, ese libro es éste. 

Imagen de John Keats es un ensayo y es una obra de creación. Participa de ambos impulsos por igual. Su escritura, sin dejar de ser escritura creativa, compone un fascinante estudio sobre la vida y la obra del poeta inglés. Su contenido, entreverado todo él de opiniones personales, no deja de ofrecernos el mejor conocimiento del joven romántico. Excelente en su composición, magnífico en su resultado.

Sólo una lectura atenta y sosegada de la obra de Keats, y una capacidad creativa inusitada como la del argentino son capaces de componer semejante texto, en el que conviven de forma natural la poesía propia —de Cortázar— y ajena —de Keats y otros muchos más—, la biografía, el análisis de la obra, la interpretación, el género epistolar, la cita apropiada, la visión oportuna y los sentimientos —los de Keats, claro—, porque leyendo el libro de Cortázar parece que estamos dentro de él mismo.

Un libro tan seductor como su autor.

Un comentario más reflexivo y mucho más completo podéis leerlo en el blog del poeta Francisco José Cruz.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿POR QUÉ NECESITAMOS CREER?

Somos hijos del caos, y la estructura profunda del cambio es la degradación. En el fondo, sólo existe la degradación y la imparable marea del caos. No hay finalidad; hay tan sólo dirección. Esta es la cruda realidad que tenemos que aceptar si escudriñamos con profundidad y de forma desapasionada el corazón del universo. Con estas palabras cerraba La segunda ley el químico y profesor Peter Atkins. Sin embargo, los humanos, la mayoría de los humanos, nos aferramos a la creencia, al lado edulcorado de la realidad, al sentimentalismo cósmico, a la finalidad de la vida, y aunque nos reconozcamos incluso materialistas, seguimos actuando en nuestra vida diaria como auténticos creyentes.

Las palabras con las que Atkins concluía su libro se refieren a la materia, es decir, al universo, a todo cuanto existe, a la vida. El que una estrella nazca y otra muera no forma parte de un plan determinado. Que la vida se haya desarrollado como lo ha hecho en el planeta Tierra, tampoco. Que la especie humana haya sido capaz de generar autoconciencia y diseñar planes sobre sí misma y lo que le rodea, lo mismo. Somos la consecuencia, entre otras cosas, de tan numerosos como azarosos cambios genéticos. Nada más y nada menos. Es, simplemente, así.


Esto que la comunidad científica ha explicado tan bien; esto que está recogido en tantos y tantos libros científicos, divulgativos y escolares; esto que los que no nos dedicamos a la ciencia somos capaces de entender sin problemas; esto que parece tan claro, tan sencillo y tan natural; esto, y la racionalidad que esto implica, lo olvidamos alegremente y lo sustituimos por unas buenas dosis de irracionalidad llena de fe que impregna todas y cada una de las actividades humanas, desde las manifestaciones artísticas a las ceremonias festivas, desde la organización política a los gestos más consuetudinarios.


La verdad es que no sé por qué necesitamos creer. Supongo que será por eso de que es más fácil terminar creyéndonos que todo va a salir mejor, que las cosas van a cambiar a bien, que hay algo en alguna parte que reconocerá el esfuerzo de lo bueno que hemos hecho, y que es más fácil dejarse llevar por ese estilo blandengue y rosado que afrontar los hechos, encararse con la realidad y ofrecer nuestro generoso esfuerzo para que la realidad cierta y racionalmente mejore. Supongo que es por eso de la famosa esperanza, el último regalo envenenado de los dioses que quedó dentro de la caja de Pandora.


O tal vez sea porque llevamos siglos poblando las más excelsas manifestaciones del género humano —es decir, todas y cada una de las manifestaciones artísticas en todas y cada una de las grandes civilizaciones que han sido y son en el planeta—, de seres divinos y fantásticos que hacen lo que nosotros no nos atrevemos a hacer, de fenónemos extraordinarios que resuelven nuestros problemas, de justificaciones fantasiosas para dar por buena nuestra falta de convicción en lo que somos y podemos. Y no me refiero, por supuesto, a la literatura fantástica y de evasión, que esa tiene su función y nada que ver con lo que aquí digo.


Insisto en mi ignorancia: no sé por qué necesitamos creer. Ni tan siquiera sé si necesitamos hacerlo, espero que no, aunque parezca que sí. Lo cierto, lo constatable, lo que nos rodea es la enorme extensión aún del pensamiento mítico en cualquiera de sus formas, cuando lo verdaderamente hermoso y fantástico es sabernos capaces de comprender lo que nos rodea y mejorarlo utilizando el más poderoso de los instrumentos que tenemos: la capacidad de razonar y descubrir, el pensamiento creativo. Dawkins lo dice mejor que yo: Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias (p 330, Destejiendo el Arco Iris, Tusquets).  

domingo, 3 de noviembre de 2013

TERTULIAS DEL 2014

Ya está diseñada la programación de las tertulias para el próximo año.

17 de enero: W. B. Yeats.
14 de febrero: José Martí.
14 de marzo: Paul Valery.
11 de abril: Aurora Luque.
16 de mayo: John Keats.
***
13 de octubre: Dante.
7 de noviembre: B. Brecht.
12 de diciembre: Ana Merino.

Espero que podamos disfrutarla como se merecen los nombres que en ella aparecen.

Y un poema de la autora que tendremos en diciembre, Ana Merino:

ADORACIÓN NOCTURNA

                                                                   
Para Luis Muñoz

Que te devuelvan el tiempo de los lunes
y los hagan festivos en tu agenda
para que la semana no te pese tanto
y puedas sentir los dientes de las calles
mordisquear con ternura
el último tramo del domingo.

Que te devuelvan las horas de los lunes
y las puedas guardar entre las sábanas
para que la ciudad se duerma en tu regazo
y se llenen de ti los que te miran.

Que te traigan el ritmo de los sueños
y los puedas bailar,
que la luz de tu abrazo
se guarde algún secreto.

Que los lunes se aprendan
de memoria tu cuerpo.
Que no le falte nada a tu universo
porque el dios de la noche
el lunes descansó
para esperarte.

                    De Compañera de celda. Visor, 2006

domingo, 20 de enero de 2013

KIRMEN URIBE, 2

Después de darle muchas vueltas, he decidido que la selección de poemas fuera la misma que realizaron en su momento en la página basqueliterature.com

K. Uribe sólo tiene publicado un libro de poemas y el que yo organizara una selección distinta iba a suponer que, entre un espacio y otro, estuviera el poemario casi completo en Internet. Ya sabemos que la poesía no da de comer, pero no llegaría ni para unas cañas si no promocionáramos la lectura original del texto. Internet debe cumplir su misión dando a conocer e impulsando autores, pero no saqueándolos de tal forma que, una vez colocados aquí los textos, nadie se acerque a comprarlos en las librerías.

DEL EPITAFIO* DE JOHN KEATS

Escribid mi nombre también en el agua,
que en nuestra tierra es la lluvia
quien define la silueta de los hombres.

*Keats está enterrado en Roma, en el cementerio protestante. En su lápida puede leerse: Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua.