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viernes, 11 de mayo de 2012

FAUSTO

(Habla Fausto en su primera aparición)

  • Es verdad que me adorno con los títulos de maestro y doctor, y cuento con numerosos discípulos que aquí y allá, en esta dirección o en la otra, puedo dirigir como me place; pero no lo es menos que nada logramos saber... Siento que todo lo que sé carece de importancia; siento que no puedo enseñar a los hombres cosa alguna que pueda convertirlos o hacerlos mejores (p 21, ed. Iberia, trad. Jaime Ardal).

(Habla Mefistófeles)

  • Te comprendo, pero sólo una cosa me inquieta; el tiempo es corto y el arte larguísimo (p 53)
  • Cuando faltan ideas, hay palabras que pueden sustituirlas (p 58).
  • Un medio (para rejuvenecer) que no exige dinero, medicina ni sortilegio. Dirígete ahora mismo al campo, toma la azada, ponte a cavar, sepúltate con tu pensamiento en un estrecho círculo, conténtate con alimentos frugales, vive como animal entre los animales y no desdeñes estercolar los campos que cultives. He aquí el medio más seguro para llegar joven a los ochenta años (p 70).
  • La Iglesia posee buen estómago; ha devorado países enteros, y no ha sufrido nunca indigestión; sólo la Iglesia, mis queridas damas, puede digerir los bienes mal adquiridos (p 83).
  • En esto reconozco al doctor (entiéndase el sabio, el académico, el culto, el que tiene formación). Lo que vos no tocáis está a cien leguas de vos: lo que vos no comprendéis no existe para vos; lo que vos no calculáis, es falso; lo que no pesáis, carece de peso; ni puede haber cosa de alguna importancia que no esté iniciada por vos (p 143).
Sin duda, la obra cumbre de Goethe es un pozo de sabiduría. Abramos por donde abramos el libro, podremos encontrar alguna frase brillante, una crítica inteligente, una máxima o un pensamiento elevado. Sin embargo, a mí se me hace pesada esa extraña, alegórica y llena de conocimientos segunda parte. Y, además, sigo sin entender por qué se salva Fausto, un tipo tan arrogante y lleno de prejuicios, y no Mefistófeles, que es quien de verdad intenta poner un poco de cordura y afabilidad en la vida. 

sábado, 8 de septiembre de 2018

MARINA TSVETÁIEVA, NOTA (AUTO)BIOGRÁFICA

Marina Tsvietáieva (poemas escogidos) es un libro muy difícil de conseguir a no ser que se acuda a una biblioteca. Por eso me voy a permitir reproducir aquí tres páginas suyas. Por eso y porque me parece un documento de gran interés para quienes estén interesados en saber algo más sobre ella.

Se trata de una antología publicada por Rubiños en 1994, y tiene la particularidad de que en las páginas 7, 8 y 9 recoge unos párrafos redactados por la propia autora a manera de nota autobiográfica. Tienen cierto encanto infantil y una medida espontaneidad que dotan al texto de un gran atractivo. Recojo algunos párrafos en esta entrada, aunque podéis encontrar el documento completo haciendo clic aquí.

(...)

Influencias principales: de mi madre (música, naturaleza, poesía, Alemania, Pasión por el hebreo. Uno contra todos. Heroica). Más oculta, pero no menos fuerte, es la influencia de mi padre (pasión por el trabajo, falta de arribismo, sencillez, introversión). Doble influencia de mi padre y de mi madre: lo espartano. Dos "leitmotivs" en mi casa: la Música y el Museo. Atmósfera de mi casa ni burguesa, ni intelectual... sino caballeresca. Vida de elevada armonía.

(...)

Primer encuentro con la Revolución: entre 1902-1903 (inmigrantes), el segundo entre 1905-1906 (Yalta, socialistas-revolucionarios). Tercero no hubo.

Sucesión de libros preferidos (cada uno en su época): Sirena (primera infancia), Gauf-Lichtenstein (adolescencia), Aiglon de Rostand (primera juventud). Más tarde y hasta ahora: Heine-Goethe-Hölderlin. Prosistas rusos... hablo desde el día de hoy... Leskov y Aksakov. De mis contemporáneos... Pasternak. Poetas rusos... Derzhavin y Nekrasov. De mis contemporáneos... Pasternak.

(...)

Libros preferidos de todo el mundo, con los que me quemarán: "Nibelungos", "Ilíada", "Cantar del Regimiento de Igor".

(...)

No conozco influencias literarias, conozco las humanas.

(...)

No he pertenecido ni pertenezco a ningún movimiento poético ni político.

(...)

Completa indiferencia ante la vida social, el teatro, las artes visuales y plásticas.
Mi sentido de la propiedad se limita a mis hijos y a mis cuadernos.

Si tuviera un escudo, grabaría en él: "Ne daigne". (No hagas daño).
La vida... una estación, pronto me iré, adónde... no lo diré.

jueves, 2 de mayo de 2024

BARUCH ESPINOZA, Ética

Librerías
 Creo que el empujón definitivo para leer la Ética de Spinoza me vino dado por la insistencia de los románticos, especialmente Goethe, en su creencia descreída, además de disponer del tiempo suficiente como para leer de forma atenta y con lápiz en la mano, porque la Ética es muy exigente y reclama toda la atención, que es una manera de decir que no es fácil de leer. 

De toda ella, y perdonadme la redundancia, lo que más me ha interesado ha sido la parte ética, esto es, los libros III y IV, los que están dedicados al origen y naturaleza de los afectos y a la servidumbre humana y la fuerza de los afectos, es decir, todo cuanto tiene que ver con nuestro comportamiento en relación con nosotros mismos y con la sociedad en la que vivimos. 

Toda esa cosa de Dios como concepto que no necesita del concepto de otra cosa para formarse, y como absolutamente infinito que no contiene ninguna negación, y lo de que todo cuanto es es en Dios y sin Dios nada puede ser ni concebirse, pues está muy bien como desarrollo argumental para lo que vendrá después y, especialmente, para quienes creen, pero no participan del dogma de ninguna iglesia, para quienes necesitaban una teología sin la teología dogmática y constreñidora de las creencias del siglo XVII europeo, que eran muchas y todas muy tozudas.

Pero no pretendo inclinar a nadie a cambiar sus creencias, allá cada cuál con las suyas, forme parte o no de alguna comunidad religiosa. Y en cuanto a explicar su contenido, remito a una bibliografía que me parece muy solvente en función de la situación de partida de cada persona:

-Spinoza, capítulo de media hora correspondiente al programa de divulgación This is Philosophy. Conceptos bien explicados, muy dinámico. Vale para levantar las ganas de leer al holandés. Necesitáis daros de alta para acceder a RTVE play.

-Curso de Filosofía: Spinoza, doctrina ética. Audio muy bien hecho. 40 minutos en los que se explica con absoluta solvencia y rigor lo fundamental del libro. Como se trata de un curso, hay más capítulos dedicados a Spinoza y su pensamiento: Spinoza y sus tres grados de conocimiento.Metafísica.Baruch Spinoza, introducción a su vida y pensamiento.,Spinoza, el MalditoPolítica de Spinoza, el capitalismo holandés.Baruch Spinoza, Ética (selección leída de textos).. Muy completo.

-Historia de la filosofía IV, Baruch Spinoza. De Frederick Copleston. Un clásico que conviene tener siempre a mano. 

-Spinoza: Filosofía práctica. Deleuze. Muy bueno, pero no creo que esté al alcance de cualquier lector que no haya sido iniciado en la lectura de textos de filosofía.

-El milagro Spinoza. Frédéric Lenoir. Sin ninguna duda, el mejor libro para conocer el pensamiento y alcance de la obra espinosista. Divulgación de muy alta calidad apta para todos los públicos. Claro, riguroso y sencillo. La mejor opción para empezar. Incluso para engancharse definitivamente.

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sábado, 18 de mayo de 2019

DÍA INTERNACIONAL DE LOS MUSEOS, MUSEO DE SAN TELMO

Con motivo del Día Internacional de los Museos, hoy, a las 20:00, el Museo de San Telmo y el Conservatorio de Música Francisco Escudero ofrecen un recital de canto abierto al público.

En el recital participarán: David de Oliveira, tenor; Jon Imanol Etxabe, barítono; la pianista Itziar Beitia, y como cantante invitada, Ainhoa López de Munain, soprano.

El que van a ofrecer incluye obras de Saint-Saëns, Händel, Fauré, Hahn, Donizetti, Mozart, Guridi, Ortega, Brahms, Schubert, Vives, Sorozabal, Zapirain. Un programa tan rico y variado como para no poder reistirse.

Además, durante todo el día se están ofreciendo actuaciones musicales de pequeño formato en distintos puntos del museo, que permanecerá abierto hasta las 22:00.

Y de Franz Schubert, la célebre Der Erlkönig (El rey de los alisos, más conocida como El rey de los elfos). La letra la escribió Goethe.


jueves, 16 de agosto de 2018

TRATADO SOBRE LA TOLERANCIA, VOLTAIRE

La naturaleza dice a todos los hombres: os he hecho nacer a todos débiles e ignorantes, para vegetar unos minutos sobre la tierra y abonarla con vuestros cadáveres. Puesto que sois débiles, socorreos mutuamente; puesto que sois ignorantes, ilustraos y ayudaos mutuamente. Aunque fueseis todos de la misma opinión, lo que seguramente jamás sucederá, aunque no hubiese más que un solo hombre de distinta opinión, deberíais perdonarle: porque soy yo la que le hace pensar como piensa. Os he dado brazos para cultivar la tierra y un pequeño resplandor de razón para guiaros; he puesto en vuestros corazones un germen de compasión para que os ayudéis los unos a los otros a soportar la vida. No ahoguéis ese germen, no lo corrompáis, sabed que es divino, y no sustituyáis la voz de la naturaleza por los miserables furores de escuela (pp 85-86, cap. XXV).

El Tratado sobre la tolerancia parte de una injusticia (la condena a muerte del comerciante protestante Jean Calas). A partir de ella realiza una reflexión sobre la necesidad de dar prioridad a la moral ante cualquier dogma religioso, porque solamente los critérios éticos podrán resolver con justicia las diferencias surgidas de las distintas posiciones teológicas y políticas. 

Durante toda su vida y a lo largo de toda su obra, Voltaire no dejó de defender con pasión el uso de la razón para combatir todo dogma, prejuicio o superstición. La luz de la razón debía iluminar el oscuridad y acabar con cualquier tipo de fanatismo. Tal fue la energía empleada en este trabajo que, en Francia, el "siglo de las Luces" llegó a conocerse como el "siglo de Voltaire". 

El ingenio vivo y el estilo fresco del autor no era el que se necesitaba para establecer un sistema filosófico a la manera de Kant o de Goethe; sin embargo, era una herramienta muy capaz y muy válida para desarrollar ideas que llegaran a todo el mundo en forma de pensamientos, aforismos, cuentos, cartas, obras de teatro o diccionarios. Su excelente capacidad comunicativa unida a sus extraordinarias dotes para la sátira y el humor fueron muy efectivas.

Ni tan siquiera sus ideas eran originales, procedían de Locke, de Newton o de Bayle; pero nadie como él para crear lemas y hacer ver las contradicciones que se escondían dentro de las costumbres, creencias y dogmas diversos. Y nos llama a ser intolerantes solo y exclusivamente contra la intolerancia. Mientras tanto, pensad por cuenta propia y dejad que los demás disfruten del derecho a hacer lo mismo.

Leer a Voltaire es un regalo; practicar su pensamiento, una necesidad.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

LA SABIDURÍA DE LO INCIERTO, Joan-Carles Mèlich

Editorial
Tengo debilidad por los libros cuyo tema principal sea el libro, la lectura. Un comienzo así me impide dejar de leer:

Pórtico

La gente no sabe cuánto tiempo y esfuerzo cuesta aprender a leer. He necesitado ochenta años para conseguirlo y todavía no sabría decir si lo he logrado.

                                  J. P. ECKERMANN, Conversaciones con Goethe

No sé leer. ¿Acaso alguien podría decir que sabe? Nos pasamos la vida leyendo, pero nunca aprendemos. Nadie sabe leer porque la lectura no es una competencia que pueda adquirirse de una vez por todas, sino una "forma de vida", y nadie sabe vivir. Siempre existimos a la primera, rodeados de ignorancia, de preplejidad y de duda. Leer es detenerse un instante en el flujo del tiempo y enfrentarse a algo que nos interroga y desafía, es iniciar un viaje que nunca se sabe adónde conduce, es caminar y perderse en un texto, como quien se pierde en un bosque, y correr el riesgo de salir siendo otro distinto del que se era al principio. Leer es releer, regresar una y otra vez sobre los libros que nos interpelan, esos que, aunque a veces estén lejos, nos siguen sacudiendo como la primera vez. Es dejarse afectar por la palabra de alguien que no está físicamente presente pero tampoco está del todo ausente. Es escuchar voces que vienen de lejos y enfrentarse a una escritura que dice pero que no responde, que en ocasiones ofrece consuelo, aunque la mayor parte de las veces lo que provoca es desasosiego.

Leer es inquietante.

(p 15)

Y seguí leyendo, y leyendo, y leyendo. Y me encotré con Cervantes y con Platón y con Flaubert y con Kafka y con Montaigne y con Zambrano y con Nietzsche y con Cartarescu y con Virginia Woolf y con Samuel Beckett y con Dostoievski y con Descartes y con Freud y…

Y terminé el libro y cuando iba a preparar este comentario, me encontré con el mismísimo Mèlich que decía esto:


Si alguna de vuestras pasiones, aunque sean pasiones pequeñitas, es la lectura, la filosofía, el pensamiento, darle vueltas a las palabras, buscar el sentido de un texto, disfrutar con los libros..., leedlo, os va a encantar.

Una nota final: si queréis escuchar la lectura de algunas páginas del libro salpimentadas con buena música, acudid a este enlace. Otra debilidad.

***


sábado, 25 de mayo de 2019

EL REY LEAR (EL UNIVERSO SHAKESPEARE, 4)


Para Elena, que ayer me sorprendió como lectora de este espacio 
y en la convicción de que disfruta tanto leyendo a Shakespeare como yo.

El rey Lear es una de las grandes tragedias del universo shakespeareano; sin embargo, sufrió los reproches de fabulosos creadores como Samuel Johnson, Goethe o Tolstoi. Parece ser que el público de otras épocas soportaba mal esta tragedia y, así, fue modificada hasta el punto de que en muchas ocasiones se le llegó a dar final feliz, como en el caso de la versión de Nahum Tate (1681).

Sin duda, esta es la tragedia más terrible de las que escribió Shakespeare. El absurdo juego de medir el amor con que se abre la obra, de entender el sentimiento más noble como una fábrica de bienes, muestra la corrupción del sentido de la palabra. Lear apela a la generosidad, pero nos damos cuenta de que este pobre rey anciano no ha entendido lo que es la generosidad ni el amor. Por eso está incapacitado para comprender la sincera respuesta de la menor de sus tres hijas, Cordelia. A partir de ahí, la historia se irá transformando en una auténtica historia de terror.

Independientemente de las lecturas políticas e históricas que queramos hacer, la obra es una profunda reflexión sobre la condición humana y su extravío absoluto. Como apreció Northrop Frye, la palabra naturaleza y todos sus derivados aparecen con profusión en ella. El episodio de la tempestad que leemos es el símbolo de que su protagonista ha sido obligado a pasar al orden más bajo de la naturaleza, ha sido desposeído de su naturaleza humana y es ya una bestia más entre las bestias. Cuando se pierde la humanidad, nada nos queda. Esto es lo que hace que esta tragedia sea la más terrible de todas cuantas escribió el bardo inglés, y que no deberíamos dejar de leer nunca para no olvidar la fragilidad, el absurdo también, de la naturaleza humana.

¿Por qué un perro, un caballo, una rata han de tener vida y tú ya ni el aliento?

Esta es la versión del histórico Estudio 1, emitida hace más de medio siglo, el 12 de mayo de 1967, con Manuel Dicenta en el papel del rey Lear.


martes, 10 de marzo de 2020

VIRGILIO

Arma virumque cano. Dicen los expertos que cualquier persona de la época sabía que esas tres palabras correspondían al comienzo de la Eneida. Algo así como lo que hoy ocurre en España con En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme. Tal era la fama de Virgilio y de su obra más universal. Un detalle: entre los muros de la desaparecida Pompeya se han contado hasta ¡cincuenta! citas de la obra de Virgilio (Pompeya: Historia y leyenda de una ciudad romana). También es cierto que hasta hace aproximadamente un siglo cualquier bachiller superior de Europa occidental era capaz de leer al autor latino en su idioma original y hasta citarlo si la ocasión lo requería. 

Así eran las cosas en otro tiempo. ¿Pero por qué deberíamos leer a Virgilio en la actualidad? 

En primer lugar, porque es un clásico (¿Qué es un clásico? ...cualquiera que sea la definición a que lleguemos, no podrá ser tal que excluya a VirgilioT. S. Elliot—) y forma parte de nuestra cultura aunque no seamos del todo conscientes. Un simple y popular ejemplo: timeo Danaos et dona ferentes (Eneida, II, 48, "temo a los dánaos [griegos] aun cuando traen regalos") aparece hasta en un álbum de Astérix.

Porque es una de las obras cumbre de la literatura universal y, sin ninguna duda, el más hermoso de los poemas épicos "cultos", esos que los poetas alejandrinos o neotéricos habían puesto de moda tres siglos antes.

Porque la Eneida consigue plasmar con sus versos el espíritu de una época y eso solo lo consiguen unas pocas obras en la historia de la humanidad.

Porque el autor tiene un dominio de los recursos expresivos de tal magnitud que convierte el texto en uno de los poemas más sublimes que se hayan escrito nunca, modelo de naturalidad y riqueza expresiva para muchas generaciones de poetas.

Porque su obra impregna e insemina todas las grandes literaturas europeas desde el Renacimiento hasta el Romanticismo, desde Garcilaso hasta Goethe.

Hay muchas más razones que se pueden encontrar en cualquiera de los estudios realizados por especialistas, pero la Eneida, las Geórgicas y las Bucólicas me parecen las razones más contundentes. Ediciones hay muchas y muy buenas, tanto en las librería como en las bibliotecas. En internet, también, aunque menos cuidadas.

Quienes tengan dificultades con la lectura, siempre pueden recurrir al audio. Y las sabias y sencillas palabras de un experto como Luis Alberto de Cuenca seguro que animan a leerla:


Por último, La muerte de Virgilio, una de las grandes novelas del siglo XX, también puede ser un buen revulsivo para animarnos a entrar en el mundo virgiliano y descubrir cómo fueron sus últimas horas, enfebrecidas de sueños y temores.

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NOTA IMPORTANTE: La tertulia del día 7 de abril depende de la evolución de la epidemia para que se pueda celebrar o no.

lunes, 27 de diciembre de 2021

FNAC DONOSTIA RECOMIENDA

LAVONDYSS

Editorial
Robert Holdstock

Editorial Gigamesh



Lavondyss es un territorio mítico (o la quintaesencia de un territorio mítico para ser más precisos), combinación de Avalon, Lyonesse y el Dis de Goethe, y que da nombre al segundo libro del ciclo Mitago de Robert Holdstock. Holdstock sorprendió al publicar Bosque Mitago, un clásico de la fantasía en la que desarrollaba una idea fascinante. Bebiendo de los arquetipos junguianos y de Joseph Campbell y su obra El héroe de las mil caras, el autor crea un espacio mítico, un laberinto físico y a la vez mental contenido en el interior de un bosque donde las imágenes arquetípicas enterradas en lo más profundo de la psique humana, y que el denomina mitagos, cobran vida. En palabras de Joseph Campbell: Todos los dioses, todos los cielos, todos los infiernos están en ti.

Lavondyss se puede leer independientemente de Bosque Mitago. Es una obra más densa y compleja que la primera novela y en ella Holdstock desarrolla con más profundidad el concepto de los mitagos. Su protagonista, Tallis, emprende un viaje en busca de su hermanastro Harry, desaparecido hace años en el bosque. Se convierte en viajera de su propia locura viviente, adentrándose cada vez mas en el bosque, viéndose arrastrada a una espiral a través de los estratos más antiguos de su propio inconsciente. En el centro de esa espiral, atrapado en un ciclo mítico de historias, le espera su hermano.

En este vasto territorio el lenguaje y los símbolos tienen poder. Las canciones y las historias son mágicas, van cambiando la realidad a medida que son narradas y atrapan a sus personajes que se ven arrastrados a ejercer un papel predeterminado en ellas. Las historias van evolucionando a lo largo de eones y todas las versiones conviven en el bosque.

Una cierta belleza melancólica impregna esta obra en la que Holdstock va jugando con saltos espaciales y temporales, en una estructura circular, con personajes que se entrecruzan sin llegar a encontrarse, se buscan y se pierden, en un viaje interior interminable a través de un mundo atemporal dominado por una naturaleza sobrecogedora y cuya aprehensión está en manos de chamanes y oráculos.

Para finalizar, estas dos obras son la prueba de que la literatura fantástica no solo se limita a novelas de espada y brujería (dragonadas las llama José Luis Rendueles en el prólogo a esta edición) y que puede deparar lecturas tan fascinantes como esta Lavondyss.


Aritz Juaristi


sábado, 27 de abril de 2024

GRANDEZA DE CAMUS

Editorial
Traducción: Goedele De Sterck
No conocía esta anécdota de Camus que encuentro en el libro de Riemen, Nobleza de espíritu, que es, por cierto, el libro que me ha llevado a sumergirme en la lectura de la Ética de Spinoza, además de ser una delicia para cualquier persona con nobleza de espíritu.

El libro recoge tres ensayos breves: El tiempo mesurado de Thomas Mann, El filósofo-rey y ¡Sé valiente! En el segundo de ellos es donde aparece la anécdota que voy a transcribir. Se trata de una conversación entre Malraux, Koestler, Sartre y Camus. 

El 29 de octubre de 1946, de noche ya, cuatro hombres se dirigen a una casa en las afueras de París, junto a Bois Boulogne. Se trata de una verdadera mansión, decorada con una imponente colección de cuadros y esculturas. André Malraux, el anfitrión, da la bienvenida a los cuatro invitados, a los que conoce muy bien. Además de adinerado y famoso, el escritor, político e intelectual de reconocido prestigio goza de mucho poder en la Francia de la posguerra, al tener en el general De Gaulle a un seguidor interesado y atento. Entre los invitados está relectual húngaro Arthur Koestler, que durante el conflicto bélico adquirió renombre con su novela El cero y el infinito (1940), una amarga denuncia de la falacia y la violencia del estalinismo. Ha venido acompañado de su amigo Manès Sperber, escritor y psicólogo judío-alemán. También asiste a la velada Jean-Paul Sartre, simpatizante de la URSS, antiamericano convencido y, por tanto, polo opuesto de Koestler. El cuarto invitado, el más joven de todos, es el escritor y periodista Albert Camus. 

El intercambio de ideas parte de una preocupación común: la situación política y sus consecuencias para la arruinada civilización europea. La guerra ha terminado. Estados Unidos ha resultado vencedor y se ha eri el potencia nuclear. La Rusia estalinista también ha salido victoriosa y le falta poco para hacerse con la bomba atómica. Los cuatro hombres están persuadidos de que los intelectuales han de tomar la iniciativa frente a ambas superpotencias. En adelante hay que proteger los derechos humanos en todas partes. En la propia Francia, la Ligue des Droits de |'Homme está demasiado vinculada al Partido Comunista Francés que, a su vez, se deja llevar por Moscú. Se plantea la pregunta de si no sería preferibles fundar una nueva organización para la defensa de los derechos humanos, más independiente y de trascendencia internacional. 

[... Intervienen Koestler, Malraux y Sartre exponiendo sus opiniones]

—¿No creen que todos somos responsables de la falta de valores? —pregunta Camus—. ¿Y que si todos nosotros, que procedemos del nietzscheísmo, del nihilismo o del materialismo histórico, confesáramos públicamente que nos hemos equivocado, que existen valores y que en lo sucesivo haremos lo que sea necesario para fundarlos e ilustrarlos, eso podría ser el comienzo de una esperanza?

Koestler mueve la cabeza en señal de aprobación; Malraux contempla su cigarrillo y piensa que semejante razonamiento no sirve a sus fines políticos, y Sartre decide no volver a pisar jamás aquella casa, al tiempo que se propone explicárselo todo de nuevo a Camus en otro momento. La conversación ha sido breve: todo está dicho. Es hora de marcharse. De vuelta a casa, Camus recoge la discusión en su cuaderno de notas.


Luego continúa Riemen con su reflexión: 

No podemos olvidar este diálogo —a pesar de su brevedad y del ambiente de crispación— porque profundiza en la esencia de la civilización, en cómo esta puede irse a pique, en la tarea de los intelectuales y en lo que significa su traición. 


Civilización. No puede haber civilización sin la conciencia de que el ser humano tiene una doble naturaleza. Posee una dimensión física y terrenal, pero se distingue de los animales por atesorar a la vez una vertiente espiritual: conoce el mundo de las ideas. Es una criatura que sabe de la verdad, la bondad y la belleza, que sabe de la esencia de la libertad y la justicia, del amor y la misericordia. El fundamento de cualquier civilización hay que buscarlo en la idea de que el ser humano no debe su dignidad y su verdadera identidad a lo que es —carne y hueso— sino a lo que debe ser: el portador de dichas cualidades vitales eternas. Estos valores encarnan lo mejor de nuestra existencia: la imagen de la dignidad humana. "La gravedad material hace precioso al otro, y la moral a la persona", sentencia Baltasar Gracián en su magistral Oráculo manual y arte de prudencia (1646). 

Estos valores son universales porque se aplican a todos los hombres, y son atemporales porque son de todos los tiempos. La cultura se define como el conocimiento y la organización de todas estas cualidades espirituales inmateriales, reunidas en el patrimonio cultural. Solo reviste calidad las obras atemporales, aquellas que nos siguen fascinando generación tras generación, puesto que son la únicas en expresar una realidad atemporal, una idea. Este requisito de atemporalidad hace que toda cultura, todos los valores espirituales, se tornen vulnerables. La cultura ha de ser desinteresada y no utilitaria. Ahí está el secreto de su significado atemporal. Trátese de una catedral, un poema, una imagen, un relato, un cuarteto para cuerda o una canción, ninguno de ellos puede tener función ni utilidad por naturaleza. Todas estas obras nos cuentan algo a nosotros, no viceversa.

[...]

Y más adelante cita a Goethe (que era spinozista en su concepción de la divinidad y la naturaleza, Deus sive Natura): "La civilización es un permanente ejercicio en el respeto. El respeto a lo divino, a la Tierra, al prójimo y, por ende, a nuestra propia dignidad"(pp 85-91).

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viernes, 11 de noviembre de 2022

CARLOS SANZ EN KUBO KUTXA




Toda manifestación creativa supone un estímulo, provoca una reacción, es un acicate para ver y entender la realidad desde otro punto de vista distinto, el punto de quien nos ofrece su mirada. Luego puede gustarnos o no, podemos estar de acuerdo o no, puede satisfacer nuestra manera de sentir y entender la realidad o no..., pero todo eso viene después, cuando hayamos realizado el ejercicio de bucear en la técnica, en las influencias, en las circunstancias vitales e intelectuales, en los parámetros de la época y en todas aquellas eventualidades que condicionen en mayor o menor medida la obra y su creación.


La obra de Carlos Sanz (1943-1987) no es precisamente una obra amable, que se deje querer en una primera mirada. Tampoco lo era la de Francis Bacon (1909-1992), autor de enorme éxito internacional con quien, por cierto, puedo ver algunas similitudes. Pero no son las posibles influencias las que quiero traer hasta aquí, sino el hecho de que la obra no tiene por qué resultar atractiva en una primera mirada para ser poseedora de una gran calidad. Tampoco a la inversa.


Creo que lo más interesante de cualquier obra de creación es la capacidad que pueda tener para conmocionarnos, de provocarnos algún tipo de reacción, de dar un golpecito en nuestra conciencia ya sea moral, intelectual o estética. Nada sería peor que la indiferencia ante la obra. Otra cosa es que después tengamos que preguntarnos por nuestras reacciones. Por ahí se comienza. Más adelante echaremos mano del análisis, de la información y del estudio. 


Si aceptamos ese previo para situarnos, sepamos algo o nada de la historia del arte y sus vicisitudes, reconoceremos que la capacidad de Sanz para estimular los resortes de nuestra sensibilidad son, efectivamente, muy poderosos. De forma inmediata percibimos la angustia, la soledad, la visceralidad del dolor humano, el sufrimiento en un estado casi puro. 

Bueno, no todo es así. Los pequeños collages con los que se inicia esta entrad rezuman mucho humor y mucha ironía. Son crítica social, pero crítica acompañada de sonrisa.


El mundo no es ni bello ni bueno. O tal vez sí. Eso dependerá del momento y de nuestro estado de ánimo, pero eso no le compete a quien crea. Como dejó escrito Goetheuna buena obra de arte tiene y tendrá siempre siempre consecuencias morales; pero exigir fines morales a un artista significa malograrle su oficio (Poesía y verdad, Alba, p 556).



Hasta el 22 de enero.

De martes a domingo: 12:00h-14:00h y 16:00h-20:00h.

Entrada gratuita.


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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 1 de febrero de 2017

A PROPÓSITO DE NIETZSCHE, VALLEJO Y LA POESÍA

Tal vez ningún texto haya contribuido tanto al descrédito de la poesía romántica, de inspìración trascendente, de nostalgia de los paraísos perdidos, de la sobresaturación del subjetivismo y de la originalidad vacía de realidad, como el capítulo que Nietzsche dedica a los poetas en la segunda parte de Así habló Zaratustra. Todo el capítulo es una alusión a los versos con los que se cierra la obra más importante de Goethe, Fausto:


Todo lo perecedero
Es sólo un símbolo.
Lo inaccesible
Se hace aquí acontecimiento.
Lo indescriptible
Se ha hecho aquí;
Lo eterno-femenino
Nos arrastra hacia lo alto.

El primer párrafo del filósofo alemán es toda una declaración de guerra: 

Desde que conozco mejor el cuerpo, —dijo Zaratustra a uno de sus discípulos— el espíritu no es ya para mí más que un modo de expresarse; y todo lo ‘imperecedero’ es también sólo un símbolo.

Pero por si a alguien no le ha quedado clara la alusión ni el hastío que siente ante esa forma de entender la vida y de manifestarse, un par de páginas más adelante lo expresará con meridiana claridad:

¡Ay, existen demasiadas cosas entre el cielo y la tierra con las cuales sólo los poetas se han permitido soñar! Y, sobre todo, por encima del cielo: ¡pues todos los dioses son un símbolo de poetas, un amaño de poetas!

En verdad, siempre somos arrastrados hacia lo alto —es decir, hacia el reino de las nubes: sobre éstas plantamos nuestros multicolores peleles y los llamamos dioses y superhombres:— 

¡Pues son justamente bastante ligeros para tales sillas! —todos esos dioses y superhombres. 

¡Ay, qué cansado estoy de todo lo insuficiente, que debe ser de todos modos acontecimiento! ¡Ay, qué cansado estoy de los poetas!

Habrá que volver a repetir las palabras del gran César Vallejo y reclamar la "inspiración humana", para ver si la poesía se olvida de una vez y para siempre de tanto espíritu vacío y de tanto pensamiento esotérico y dulzón, que no hace nada más que entorpecer la apreciación de lo humano y envolver en vapores de falso misticismo cuanto somos. Así denunciaba la situación el peruano.

Acuso a mi generación de impotente para crear o realizar un espíritu propio, hecho de verdad, de vida, en fin, hecho de sana y auténtica inspiración humana. 

          Contra el secreto profesional, 1927.

Pues eso.

martes, 7 de mayo de 2024

NIETZSCHE DESCOMPLICADO, 10

#Nietzschedescomplicado (conversaciones con Jaime Aspiunza).

Nos has explicado el contenido del primer tratado y del segundo. Sigamos avanzando. Explícanos, por favor, qué es lo más esencial del tercer tratado.

El tercer tratado de De la genealogía de la moral se plantea la pregunta por el significado de los ideales ascéticos, en el buen entendido de que son estos los que caracterizan la moral cristiana. 

«¿Qué significan los ideales ascéticos? — Para los artistas, nada o muchas cosas diferentes; para los filósofos y los hombres de letras, una suerte de olfato o de instinto para descubrir las condiciones propicias para una espiritualidad elevada; […] para los sacerdotes, la auténtica fe sacerdotal, su mejor instrumento de poder, y también la autorización “altísima” para ejercerlo; por último, para los santos, […] Ahora bien, en el propio hecho de que el ideal ascético haya significado tantas cosas diferentes para el hombre se manifiesta la realidad fundamental de la voluntad humana, su horror vacui: esa voluntad necesita una meta, — y prefiere querer la nada a no querer.» 

Así comienza el más largo de los tres tratados o ensayos que componen De la genealogía de la moral. A lo largo de 28 parágrafos, unas 70 páginas en la edición que estoy examinando, Nietzsche considerará lo que significan –los ideales ascéticos– para los artistas, los filósofos, los sacerdotes y, por último, para la ciencia, y cómo será justamente en la conciencia científica donde se venga a superar dicho ideal ascético (entendido ahora de manera colectiva), al igual que ha sido la pujanza de la veracidad en el cristianismo la que ha llevado a que la moral cristiana se supere a sí misma. 


La expresión «ideal ascético» (o «ideales», como figura en el título) parece ser de forja propia, y para Nietzsche viene a representar el extremo, el ápice de la pretensión moral cristiana. De manera paradigmática, u ostensiva, los encontramos en los votos de las órdenes religiosas: humildad, pobreza y castidad; la manera europea –anotará en apuntes de la época– de aspirar al faquirismo.

Es decir, el ascetismo no es específico del cristianismo, aunque haya llegado a convertirse en uno de sus rasgos esenciales. Tampoco provendría del judaísmo, que no renuncia a la vida por mor de la religiosidad. Del propio Jesús dirán: «Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y de pecadores» (Mateo, 11:19).

Max Weber, que tomará el término de Nietzsche, señala en La ética protestante… cómo es la Reforma protestante la que da al ideal ascético el sentido moderno, activo pero mundano, a diferencia del monacal, que era también activo pero apartado del mundo.

No hay, pues, una definición unívoca del ideal ascético, puesto que es una noción histórica, esto es, que va variando a lo largo del tiempo y en los distintos lugares en que aparece. Por eso Nietzsche revisará algunos de los diferentes sentidos que en diferentes figuras posee. Comienza con el artista –podríamos decir–, el caso más básico, menos serio de ideal ascético.

Nietzsche se centra en Wagner, a quien toma como caso ejemplar, o típico. Ciertamente, no de las tres «virtudes» monacales, por supuesto, sino solo de la tercera, de la castidad, que habría llevado en sus últimas obras al escenario.

Es conocida la admirativa amistad del joven Nietzsche con el músico de Leipzig, a quien tanto en El nacimiento de la tragedia como en la cuarta intempestiva, Richard Wagner en Bayreuth, había reputado de músico dionisíaco. En El caso Wagner, por el contrario, representativo del vuelco que la opinión de Nietzsche habría sufrido, lo considera más un retórico, un representante de ideas, que un músico. Pero volvamos a GM III.

«¿Qué significa que Richard Wagner en su vejez rinda homenaje a la castidad?», concretamente en su obra Parsifal. Hubo otra época, «la más fuerte y gozosa, la más animosa», cuando Wagner pensaba en Las bodas de Lutero, donde castidad y sensualidad no exhibían una oposición trágica. Al fin y al cabo, en los seres humanos «mejor hechos y mejor humorados», esa sana contradicción –espritualización y sensualización juntas– es uno de los alicientes de la vida; Nietzsche piensa en Hafiz, en Goethe y en Feuerbach, a quien Wagner se había acercado en los años treinta y cuarenta.

«¿Acabó Wagner cambiando de ideas al respecto?», cuando recomienda la castidad contra la sensualidad. Nietzsche no se pronuncia. Lo que sí le parece claro es que acabó queriendo enseñar la castidad, «que obra milagros», como asegurará en Religión y arte, escrito wagneriano de 1880.

Aun cuando pueda haber sido una «veleidad de artista», que no necesariamente se identifica personalmente con el contenido de sus indagaciones artísticas (en las leyendas de la Edad Media), lo cierto –apunta Nietzsche– es que sí halla «un deseo y una voluntad secretos de predicar la marcha atrás, la conversión, la negación, el cristianismo»…

En El caso Wagner da cuenta, sin embargo, más detallada del carácter no dionisíaco de su música, lo que la alejaría de la vida, asociándolo así con el ideal ascético. Wagner habría defendido roda la vida –dice Nietzsche– que su 
«música no suponía solamente música», que su música ¡era más!, «significaba lo infinito».

De ahí que lo considere «el comentarista de la “idea”», dicho sea en sentido hegeliano: «algo que es oscuro, incierto, misterioso; entre los alemanes la claridad es una objeción y la lógica, una refutación». Wagner se inventó así «un estilo que “significa lo infinito”»: «La música como “idea”».

A esa música de enigmas, de símbolos, a esa policromía del ideal; de lo infinito y la significación; de Wotan y el mal tiempo contrapone Nietzsche «la gaya scienza: los pies ligeros; humor, fuego, encanto; la gran lógica; la danza de las estrellas […] el mar en calma — la perfección».

¿Qué significa, pues, el ideal ascético en el artista? «¡Nada en absoluto!»: nada concreto, tantas cosas. No son los artistas lo suficientemente independientes como para que sus valoraciones tengan interés. Así, el cambio en Wagner lo achaca Nietzsche a su embeleso con Schopenhauer, al hecho de que lo tomara por guía. Por razón –esto último– de la soberanía que Schopenhauer adjudicaba a la música: la música sería el arte independiente, que habla el lenguaje de la propia voluntad, «esencia» originaria y primigenia del mundo y de la vida. No nos habla de las cosas concretas de la vida, sino de Lo Profundo, de Lo Infinito.

Y eso hace que el músico se convierta en «oráculo, en sacerdote, […] en una suerte de bocina del “ensí” de las cosas, en un teléfono del más allá, — en lo sucesivo hablaba no sólo de música, este ventrílocuo de Dios, — hablaba de metafísica: ¿qué tiene de extraño el que un día acabase hablando de ideales 
ascéticos?
…»

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jueves, 23 de febrero de 2023

MUSIKA MÚSICA 2023


MUSIKA-MÚSICA se celebrará el primer fin de semana de marzo –días 3, 4 y 5– bajo el título de Notak & Letrak. En total, más de 70 conciertos en tres días, en diferentes espacios de forma simultánea en el Palacio Euskalduna.

El Teatro Arriaga acogerá el viernes 3 de marzo, a las 19:00 horas, el concierto de apertura con El sueño de una noche de verano, de Mendelssohn, composición inspirada en la obra homónima de teatro de William Shakespeare.

Este será el primero de los distintos diálogos entre música y literatura que recorrerán el Festival a través de las obras de compositores como Beethoven, Liszt, Chaikovski, Purcell, Schubert, Schumann, Bizet, Strauss o Marais entre otros, y las obra escrita de Byron, Virgilio, Goethe, Ibsen, Ovidio, Cervantes, Shakespeare o Tolstoi.

PROGRAMA

ENTRADAS

INTÉRPRETES

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