jueves, 9 de agosto de 2018

DESNUDEZ DEL HILO, de Ana Galán Vigo

Lastura ediciones
De entre las varias presentaciones de poemarios a las que asistí en Soria traigo hoy la correspondiente a la poeta Ana Galán, de vocación tardía, como ella misma dijo, y de voz sosegada y clara. 

Desnudez del hilo está articulado en torno a cinco apartados, todos ellos nombrados con un tipo de fibra textil y un color: lana roja, yute negro, algodón encarnado, angora azul y lino granate. Son los hilos metafóricos con los que vamos construyendo nuestras vidas y a los que ella atribuye un simbolismo más o menos universal donde intervienen la calidad de la fibra y el significado del color. Así, por ejemplo, mientras en yute negro nos vamos a encontrar con los poemas más pegados a la dura realidad del dolor cotidiano y de la injusticia social, en algodón encarnado podemos leer los poemas relacionados con el amor en sus múltiples formas.

De entre los 55 poemas, acaso el que mejor recoge los "hilos" con los que se ha ido construyendo el itinerario biográfico de la autora sea el primero. Seguro que más de una persona se siente identificada, aunque solamente sea por relación generacional.

TEJIDO EN TRES TIEMPOS

I

Sutil la filigrana de entretelas
que entramaba tejido.
Nutría un mar oscuro y suave
hasta enfilar el túnel a la luz
donde el aire secó mi cuerpo anfibio.

Presa del algodón quedó la piel.
Faldón de encaje contra el agua fría,
tiempo de bautizar,
de la imborrable cruz
que el dedo ajeno señaló con óleo.

Vichí a cuadros o flores
enlucían los juegos más felices,
la niñez diseñaba urdimbre propia.
Vestida de organdí y blanco tul,
nueva cruz en la sinrazón de los siete años.
Sotanas de escondidos pliegues
y monjas pájaro del almidón,
nos zurcían la culpa en lo más hondo.
Tiraron hasta el punto de rotura,
el miedo sin dedal.

Nos igualaron el vestir:
corbata de ahogar lo femenino,
negra tela enclaustrando la piel virgen.
La infancia se iba descosiendo 
en cada paso al pensamiento en veda.


II

Estrené quince años
de organza rosa y piel charol.
Abrochaba botones en los libros,
iba de fiesta por algún ojal,
la duda recortada en el pecado.

El vaquero teñido en rebeldía,
a toda letra, fue el camino a la libertad
no apto a las bestias grises
que filtraban cruceta en nuestra espalda.

La señal de aleteo en el amor
era aprender a hilar a oscuras.
De crepé y azahar el nuevo lazo
juntó los hábitos del matrimonio.
Largo de tiempo el nudo
se aflojó una mañana de violetas.


III

Hoy toco aguja diferente,
todo lo hilvano en claro libre.
Pongo lupa en la trama
si quiero rojos al atardecer.
Puedo soltar vestido
cuando me gana el tono de ternura.

Si el sol barre el color de mis tapices,
caigo rota en el punto.
Negro en viscosa o seda fría
si es que aprieta la soledad.

Sigue siendo el denim de los vaqueros,
el tejido que más se adapta.
Aún me viste de rebelde
si pongo marcha contra la injusticia,
si alguien intenta deshacer
una puntada de mis costuras.

Un hermoso poemario entretejido de recuerdos, ilusiones y gritos de protesta, que nos muestra el lado más próximo y humano de la autora. Y una sosegada y madura reivindicación de la vida en todas sus formas.

Podéis verla y escucharla leyendo un poema suyo en ibt.tv.

3 comentarios:

  1. ¡Oh, que sorpresa!Me acabo de encontrar este comentario, reseña tan acertado de mi libro. Gracias, muchas. Y no sé quien eres. Igual te vi en Soria, pero no te reconozco por el nombre. Reitero mi agradecimiento. Si no te importa voy a compartirlo cuando esté más cerca la presentación en Madrid que será el!16 de Noviembre a las 19 hs en la Biblioteca Eugenio Trías. Un saludo.

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  2. ¡Hola, Ana!

    No, efectivamente no me conoces porque yo estaba entre el público.

    Suelo acudir a este tipo de eventos siempre que puedo para hacerme con nuevos títulos y nuevos nombres. Luego comento los que me gustan. Los que no, me olvido de ellos.

    Me alegro de que pueda ser de alguna utilidad este humilde y breve comentario. Y, por supuesto, puedes utilizarlo donde te venga bien.

    Un saludo y mucha suerte.

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  3. Ana Galán Vigo, siempre me visto con vaqueros contra la injusticia, y nuncaj he dese he desecho las costuras de nadie. Ni ahora que ya soy mayor, ni en 1966, que siendo joven tuve la fortuna de conocer y no olvidar a una joven, más cercana a su infancia y comenzaba a caminar hacia su futuro, junto al mar en la ciudad donde nadie es forasteros

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