martes, 17 de octubre de 2023

ANARI, POETIKA 2023/2024

Editorial
 
Comienza mañana la temporada de Poetika con un coloquio-presentación entre Anari Alberdi e Itziar Mínguez, acompañadas por Garazi Navas, quien se encargará de poner la nota musical, característica de estas sesiones.

El libro, que publicó en marzo de este año Pepitas de calabaza, recoge las letras que la autora ha ido escribiendo a lo largo de los años y han sido traducidas por ella misma (podéis leer el prólogo de Atxaga, el cierre de Iñigo Astiz y unos cuantos textos en las páginas liberadas por la editorial).

Para quien no conozca el trabajo musical de Anari, tal vez lo mejor sea dejar aquí este vídeo del concierto que ofreció en el Teatro Jovellanos de Gijón, en 2021.


 
La sesión, en castellano, tendrá lugar mañana, día 18 de octubre, en el Convento de Santa Teresa, a las 19:30.
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EL OLVIDO QUE SEREMOS, Héctor Abad Faciolince

Editorial
A estas alturas —el libro se publicó en 2007 y la película es de 2019— no voy a contar el argumento porque todo el mundo sabe que Héctor Abad recurre a la biografía novelada para hablarnos del absurdo asesinato de su padre, una persona tolerante y defensora de los derechos humanos, amante de su familia y del pueblo del que formaba parte. Pero la violencia, perdonadme la redundancia, siempre es violenta e irracional. Sin embargo, si no la habéis leído o no habéis visto la película, no os asustéis, porque esta historia tiene mucho, muchísimo más de amor —amor hacia los seres más próximos, amor a la humanidad y amor hacia la vida en general, naturaleza incluida— que de desamor.

A mí, lo que más me gusta de ella son todos esos pasajes y reflexiones sobre comportamientos cotidianos y defensa de la racionalidad, la justicia y la ayuda mutua. Os dejo un breve pasaje y algunas frases cogidas de acá y de allá:

Héctor, el hijo, de niño, se deja arrastrar por algunos compañeros de colegio para tirar piedras a la casa de un vecino. Llega el padre del trabajo y ve la escena: 

Se bajó del carro iracundo, me cogió del brazo con una violencia desconocida para mí y me llevó hasta la puerta de los Manevich.

—¡Eso no se hace! ¡Nunca! Ahora vamos a llamar al señor Manevich y le vas a pedir perdón.

Timbró, abrió una muchacha mayor, lindísima, altiva, y al fin vino el señor César Manevich, hosco, distante.

—Mi hijo le va a pedir perdón y yo le aseguro que esto nunca se va a repetir aquí —dijo mi papá.

(...)

Esa fue la única vez que me quedó una marca en el cuerpo, un rasguño en el brazo, por un castigo de mi papá, y es una señal que me merezco y que todavía me avergüenza, por todo lo que supe después sobre los judíos gracias a él, y también porque mi acto idiota y brutal no lo había cometido por decisión mía ni por pensar nada bueno o malo sobre los judíos, sino por puro espíritu gregario, y quizá sea por eso que desde que crecí les rehúyo a los grupos, a los partidos, a las asociaciones y a las manifestaciones de masas, a todas las gavillas que pueden llevarme a pensar no como individuo sino como masa.

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Nuestra felicidad está siempre en un equilibrio peligroso, inestable, a punto de resbalar por un precipicio de desolación.

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Hay episodios de nuestra vida privada que son determinantes para las decisiones que tomamos en nuestra vida pública.

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Si me mataran por lo que hago, ¿No sería una muerte hermosa?

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No es la muerte la que se lleva a los que amamos. Al contrario, los guarda y los fija en su juventud adorable. No es la muerte la que disuelve el amor, es la vida la que disuelve el amor.

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Para sufrir, la vida es más que suficiente, y yo no le voy a ayudar.

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Con paciencia de profesor y amor de padre me lo aclaraba todo con la luz de su inteligencia.

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lunes, 16 de octubre de 2023

DÍA DE LAS ESCRITORAS



Desde la Biblioteca Nacional dicen esto: 

Octava edición: El placer, la alegría y la risa de las mujeres

La Biblioteca Nacional de España, en colaboración con la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y con la Asociación Clásicas y Modernas, celebran la VIII edición del Día de las Escritoras para reivindicar la labor y el legado de las mujeres que han escrito a lo largo de la historia.

Como en ediciones anteriores la fecha elegida es el lunes más cercano a la festividad de Teresa de Jesús (1515-1582), que se conmemora el 15 de octubre, por ello este año 2023 se celebrará el lunes 16 de octubre.

Esta edición cuenta con el comisariado de la escritora Marta Sanz, y el tema elegido es El placer, la alegría y la risa de las mujeres, conceptos en torno a los que se leerán diversos fragmentos de autoras y escritoras esenciales en la historia de la escritura.

Marta Sanz ha propuesto que este año, el día de las escritoras sea una jornada de doble celebración. Celebración de una escritura y de una manera de percibir la realidad silenciada durante mucho tiempo, y celebración de esa expresión del gozo, la alegría y la risa que a menudo también es un tabú para mujeres educadas en la abnegación, el comedimiento y el sacrificio.

Este 16 de octubre vamos a reír y a hablar de nuestro placer, ha avanzado la comisaria, el placer ante el disfrute de la naturaleza, los viajes, la comida, los conocimientos y aprendizajes; el placer del erotismo sin culpabilidad, de la lectura y la escritura; la afilada sonrisa de la sátira y el sentido del humor como tabla de salvación en los tiempos más aciagos; el placer de compartir la inteligencia y la sensibilidad de otras mujeres... Porque nuestra risa y nuestra alegría son transgresoras en sociedades que aún nos exigen recogimiento y modestia. Sometimiento y silencio.

Las voces, en castellano, catalán, gallego, euskera, nos llegarán, dice Sanz, de una orilla y otra del océano Atlántico y puede que la música también evoque el lado más luminoso de la fiesta... Con la alegría reivindicaremos la vida, la libertad y la hermosura de nuestros cuerpos.

Como en cada edición, la BNE ha invitado a unirse a esta iniciativa a todas las bibliotecas del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, a la red de centros culturales de la AECID, a la red de Bibliotecas Públicas del Ayuntamiento de Madrid, a las Bibliotecas de la Comunidad de Madrid, así como a la red de Bibliotecas de Cataluña y a las bibliotecas que forman parte de ABINIA (Asociación de Bibliotecas Nacionales Iberoamericanas); así como a todas aquellas instituciones que deseen sumarse a la celebración.

Nosotras, como todos los años, aceptamos encantadas esta invitación y nos sumamos a la celebración organizando un montón de actividades, sacando muchos libros escritos por ellas de nuestras estanterías y proponiendo algunas recomendaciones para que no os perdáis ninguno.

¿Te vienes a celebrarlo con nosotras?

Sí, yo me voy a celebrar el día, pero no a Madrid, sino a esa pequeña y recoleta ciudad situada al borde del Bidasoa; para ser más preciso, me voy al Centro Cultural Carlos Blanco Aguinaga, donde esta tarde, a las 19:00, estaremos un grupo de personas leyendo en voz alta para el público asistente textos escritos por mujeres de todas las épocas. ¿Te vienes?

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domingo, 15 de octubre de 2023

DEBORAH'S THEM Ennio Morricone


Quienes hayáis visto la película Érase una vez en América recordaréis que el personaje de Deborah es un tanto marginal, pues la película es un drama que tiene como núcleo central la mafia, sus chanchullos y sus aventuras. En ese contexto de violencia, Deborah es una figura angelical. Un suburbio neoyorquino  se van a encontrar las vidas de ella y de David "Noodles". Nada tienen en común y lo que quedará no será nada más que el arrepentimiento de un amor que no tuvieron el valor o la oportunidad de realizar. Ese profundo sentimiento de nostalgia y pérdida es el que la música de Morricone quiere transmitirnos.

Interpretan: Marco Serino (violín) y la Orquesta Haydn.

Que la música os acompañe. 

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sábado, 14 de octubre de 2023

PUSHKIN

EL PRISIONERO

Estoy entre rejas en húmeda celda.
Criada en cautiverio, un águila joven,
mi triste compaña, batiendo sus alas,
junto a la ventana su pitanza pica.

La pica, la arroja, mira la ventana,
como si pensara lo mismo que yo.
Sus ojos me llaman y su griterío,
y proferir quiere: ¡Alcemos el vuelo!

¡Tú y yo somos libres como el viento, hermana!
Huyamos, es hora, do blanquea entre nubes
la montaña y brilla de azul la marina,
donde paseemos sólo el viento. ..¡y yo!


Traducción: Eduardo Alonso Luengo.

No es fácil encontrar traducciones de la poesía de Pushkin al castellano que estén disponibles en las librerías. La más asequible y mejor es la que publicó Hiperión en su momento. Esta traducción cuenta, además, con una buena introducción de Alonso Luengo y un excelente apéndice de tan solo nueve páginas del que fue uno de los grandes lingüistas del siglo XX, R. Jakobson

Quien no tenga posibilidad de hacerse con un ejemplar de esta antología puede recurrir a las ediciones colocadas en internet que permitirán leer un puñado de poemas de uno de los escritores rusos más sobresalientes en su lengua. Coloco aquí las imágenes de portada que están enlazadas con el contenido:



La oda a la libertad que colmó la paciencia del zar Alejandro I


Y esta pequeña introducción a la biografía del autor a cargo de Katia Fernández:
 


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viernes, 13 de octubre de 2023

SAN JUAN DE BAÑOS (elogio de la sencillez)

Dicen los manuales de historia del arte que el edificio visigodo más antiguo del que tenemos noticia es esta pequeña iglesia de San Juan de Baños de Cerrato, Palencia. Luego comentan las características constructivas, lo de las naves separadas por arcos y columnas, el recoleto pórtico, y continúan con lo de que la planta primitiva tenía tres ábsides cuadrados para configurar laterales con capillas separadas, y nos hacen saber que eso era para establecer el diaconium y la prothesis, espacios dedicados, según la liturgia de entonces, a vestuario para los  diáconos —el primero— y a la preparación del pan sin levadura por parte de las mujeres vírgenes de la comunidad —el segundo—. 

No se olvidan los manuales de recordarnos la riqueza de frisos, desconocida en los demás país del entorno occidental en aquella época —siglo VII—, ni del magnífico arco de herradura de la entrada, ni de la estupenda puerta adintelada. Y suelen terminar aludiendo a la inscripción de la lápida sobre el arco triunfal que da paso a la capilla central cuyo texto nos hace saber que fue Recesvinto quien ordenó su construcción en el 699 —661, después de la reforma del calendario—.

Algunos manuales van un poco más allá y nos hablan de la fuente que está situada a pocos metros de la iglesia, y de sus propiedades curativas, y de Esculapio y de las ninfas protectoras y, por lo tanto, de lo que sería efectivamente el origen y causa de la construcción del templo. 


Y, ciertamente, toda esa información se agradece, porque nos ayuda a situarnos y entender mejor lo que vemos. No obstante, rodear sus muros, penetrar en el interior, dejarnos seducir por el silencio y la tenue luz, recorrer sus diminutas naves, disfrutar de sus exquisitas proporciones, dejarnos cautivar por su extraordinaria sencillez, persuadirnos de la eficacia poética de la piedra cuando el ser humano acierta en su disposición, abandonarnos a la fascinación de un icono, todo eso y cuantas sensaciones más produce esta pequeña obra arquitectónica no forma parte de ningún manual, pero es lo que hace que podamos sentir la intensa huella que nos deja la belleza.


Réplica de la corona votiva de Recesvinto.
Tesoro de Guarrazar.

Disponéis de más información en Arteguías.

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jueves, 12 de octubre de 2023

ADELA CORTINA EN EL "PASSION FOR KNOWLEDGE"


Estas afirmaciones forman parte de lo que podríamos entender como la introducción al meollo de la conferencia que ofreció Adela Cortina el sábado, 7 de octubre, en el Festival Internacional de la Ciencia celebrado la semana:

  • Necesitamos el esfuerzo conjunto de todos los saberes (2' 50'').
  • Se ha establecido esa separación entre hechos y valores como si la ciencia no tuviera nada que ver con los valores (4' 15'').
  • No hay ni un solo conocimiento que sea neutral (4'40'').
  • El límite de la ciencia es el límite de la experiencia posible (5' 16'').
  • No solamente hay racionalidad en la ciencia (está hablando de las humanidades), sino que hay otro tipo de racionalidad, que es la racionalidad que tiene interés en la comprensión mutua, el interés en construir un nosotros (6' 45''). 
Creo que son suficientemente esclarecedoras para entender hacia dónde iba encaminada la ponencia y espero que resulten tan interesantes com para que os animéis a verla en toda su extensión. Las cuestiones que plantea la filósofa sobre hacia dónde vamos, hacia dónde queremos ir y quién decide sobre el camino que queremos tomar son absolutamente relevantes. A partir de ahí toma como elemento central de su reflexión la ética de la inteligencia artificial. Y no adelanto más, pero, por favor, llegad hasta la formulación kantiana del famoso imperativo categórico, la que se conoce como fórmula de la humanidad.

PS: La organización ha subido todas las ponencias (sin traducción, en idioma original) y están disponibles aquí.
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miércoles, 11 de octubre de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Griselda Álvarez)

Editorial

#unlibrounpoema

Griselda Álvarez Ponce de León (Jalisco, 1913-Ciudad de México, 2009​)


LETANÍA ERÓTICA PARA LA PAZ



Amado, ven, asómate al principio del mundo.
Somos los mismos, mismos de hace cincuenta mil años.
Somos aquellos, estos, los de allá, los de siempre
y los que han de seguirnos y los que vendrán luego.

Eras solo. Eras entonces solo.
En el pecho llevabas un hueco.
Las auroras eran amargas
como niños ciegos que quieren saber de qué color es el viento.
Eras entonces solo.
A veces la arena te subía hasta los ojos.
En cambio el agua te daba en los pies imágenes truncas.
Corrías por las orillas de todos los horizontes
y sobre el filo de las tardes
le gritabas al abismo.
Él recogía tu voz, la adornaba con matices raros
y la maduraba en ecos para que no te sintieras solo.
El abismo era tu amigo.


Pero eras entonces solo.

Otras veces llevabas tu soledad hasta el crepúsculo
y aquel incendio mudo se te iba para adentro.
Después te barnizaba un malestar luminoso.

La noche era tu enemiga.
Inacabable, sabía estirarse en dimensiones inauditas, adelgazarse
hasta ser como un hilo cortante y molesto,
con rumores de sordos quejidos.
A veces te golpeaba en monorritmos
con un nombre que no conocías, como si fuera hecho de lluvia.


Es que la noche vivía sola.

El lecho era también tu enemigo. Sin ojos te miraba con fijeza.
te escarbaba con sombras.
Te enardecía con desprendimientos.
Tejía brazos como trenzas para sofocarte.
Inventaba respiraciones cálidas,
tactos imposibles.

Había más: tu pensamiento no te dejaba descansar.
No podías separarte de él. Con su maleza de preguntas
te enredaba el día.
Tu pensamiento sin palabras, incomunicado
en la cárcel de tu cabeza.
Tu pensamiento absorto ante la carcajada del trueno.
Tu pensamiento sorprendido ante lo inútil del relámpago,
ante el por qué de la tormenta o de la tranquilidad.
Tu pensamiento girando azotado por un tema idéntico.
Tu pensamiento construido de insatisfacción.
Tu pensamiento que presentía la renuncia forzada de lo que no poseías.

Tu pensamiento recorriendo la montaña
hasta la punta de su ávido pezón.
Tu pensamiento dando tumbos por la llanura y buscando nada.
Tu pensamiento.
Tu pensamiento siempre.


Pero un día enfebrecido, te me abriste del pecho.
Te nací desde un grito.
O tal vez desde un largo silencio.

Mansa, como una cuerda que se arrastra,
torpe, como una virgen,
como un larga cifra enredada en tus huesos,
como un llanto continuo que goteara en lo oscuro,
como ronda el aullido al tope del silencio,
como el agua primera,
definitiva como amante muerta,
pero viva y levantada desde el polvo para tu compañía,
simple mitad y complicada fuente,
vine a tu encuentro.

Vengo de donde quiera, del aire o del espanto
soy la siemprellamada en tus noches sin tregua,
soy horda primitiva arrasando tu calma,
soy ya la mejor bestia mientras mi vientre gime,
la del pecho callado,
perdida en un ovillo de humildad y de cielo.
Para cuando me quieras tendré en los ojos luna
y en los brazos tendidos un racimo de cantos.


Aquí estoy, bienamado,
aquí estoy, compañero.

Soy sola en mi naufragio y vengo a tu ribera.
Soy la medida exacta salida de tu barro,
el sabor de la brisa, la lucha de tu cuerpo,
la fragancia inasible para tus fuertes dedos,
pero el trayecto corto para tu beso largo.
No sé hasta donde siento que mi ansiedad te alcanza,
ni hasta donde, cautiva, tu inmensidad me toca.
¡Qué simple nuestro encuentro y qué definitivo!
¡Oh tú, vaso riente, ganador de la espuma!
Rostro deshabitado que instala su sonrisa.
La mañana comienza a subir alegría
mientras maduro el mundo palpita su trabajo.

Vamos hacia el principio.
Asómate al abismo
y mírate en los siglos:
tus iniciales viven desde antes que existieras.
Mi cuerpo te recibe desde el fondo del caos.
Bebo en tus ojos y en tus manos bebo,
hueles a intensidad como la noche,
y en este olfato ciego sé que te pertenezco.


Acoge mi esplendor y conviértelo en ruina,
porque me doy entera como un día de sol,
porque soy la constante,
porque soy la distinta,
porque me llenas de amor hasta las lágrimas,
porque estamos en este mundo construido para nosotros
por nosotros,
porque en el lecho edificamos la muerte
al dar vida.

Este animal que dormía en mí en su bosque de ternura,
este albor que me brilla por los poros,
estos conos truncados de las frases,
esta tu soledad urgida que se prendió en el desierto
esperando el sonido de bocas silenciosas,
la caricia colgada de las manos dormidas,
el cabello hacia el viento,
esta antorcha de tactos que nos quema los huesos,
es el mundo de siempre
en que estamos viviendo.

No podemos borrar la palabra que escribieron los abuelos,
porque hemos borrado la palabra asco,
porque hemos borrado la palabra miedo,
porque hemos borrado la palabra olvido
y hemos colmado los porqués del orbe.


Húmeda compañía engendradora,
hombre desde el principio
y mujer de la esencia.


Somos los dos y estamos llenando el mundo.


Afuera dicen que la muerte llueve.
Caminamos y de trecho en trecho la sangre se agolpa.
El viento trae el rumor de todas las angustias.
Innumerables hocicos anuncian sus colmillos.


Alguien pregona la destrucción,
alguien quiere tragarse la palabra humanidad,
porque los cerebros fríos se están calentando con odio.
Dicen que la muerte llueve
y en alambres de púas se clavan las preguntas.
Piensan hoy que comemos muerto a diario
y en esta muerte transformada somos.
Una noche animal da al horizonte
y en él
arden los niños y los hombres arden.
El desaliento curva las espaldas
las frentes miran hacia abajo,
sobre la piel se unta el miedo,
los ojos se llenan de vidrios
y el corazón, caracol de pánico, ensancha su locura.
Empequeñecidas,
las madres son gusanos que piden misericordia
en este breve infierno,
mientras el aniquimilamiento silba como víbora.
Porque la inconciencia ha pedido nuestro uniforme final.

Dicen que la muerte llueve y estamos ya pisando polvo de hombre,
que nos hundimos en inmensa herida
y que hace mucho Dios está cansado.

No podemos sentarnos y ver como crece la angustia
donde antes crecía la hierba.
No vamos a reconstruir el llanto.
No aceptamos la tarea de morir.
Tenemos que decir algo.
El relato sencillo de las mujeres que seguirán poblando el universo.
El canto de los hombres de cuyo vigor saldrán las demás generaciones.

Porque es mentira esta isla de muerte
que nos vamos haciendo,
donde no hay un "te acuerdas"
que no hayan mutilado.
Porque no ha de romperse el mundo. Hemos de seguir siendo.
Porque estamos aquí. No hay todavía.
Somos los dos.
Quemados por la misma llama,
ungidos con el mismo aceite,
sucios por la misma ceniza,
doblados por la misma lluvia,
amados por el mismo viento.



Los mismos desde el principio,
los de siempre,
los de después.
Somos la pareja que aquella tarde doblegó a la hierba.
Somos la que hizo sangrar olor a la tierra,
la que finge pescados al amarse bajo el agua,
la que inventa pájaros al sentirse las alas,
la que siente el río del tamaño de su sed.
Somos la que aquella mañana defendiera su adiós con lágrimas.
La que se ama sin saciedad.
La que no cree en la costumbre o el desamor.


Somos la que no se explica cómo puede haber tanta felicidad en tan corto tiempo.

El soplo igual de una sola llama.

Los dos ojos de un solo rostro.


La que una noche contaba inútilmente las estrellas.


Somos la que conjugó todos los verbos
hasta caer vencida en su victoria.
Somos la que no padece el vacío del vocablo soledad.
La que piensa que un hijo es la propia dimensión.
La que comprende que el amor es una conversación sostenida,
la que mezcla también su propio silencio,
la que piensa que un brazo será siempre la mejor almohada,
la que goza con su maligna ingenuidad.
La que también sabe vivir sin hijos.
La del simple derecho.
Somos la pareja que no puede acabarse con el griterío de la calle,
la que protege a cada momento su dicha,
la que muerde su angustia frente al hijo muerto.
La que puede hundirse en la pobreza
porque ha tasado su oro.
La que se estrecha en el bosque hasta adelgazar
las sombras haciéndolas una,
la que pesa la importancia de haberse conocido.
La pareja precursora de toda civilización.
Somos la que contuvo su adolescencia abundante,
la pareja que alargó su ancianidad en compañerismo,
la que derramó su fértil madurez,
la que no mira el color diferente de la piel,
somos la que llevó su unión hasta lo Desconocido,
porque piensa que la muerte
sólo es un cambio en el tiempo de los verbos,
somos la misma generación repetida
tantas veces como el "yo te amo",
porque somos dos mil generaciones pero también un solo ser.
La pareja que camina a tientas para encontrarse siempre,
porque ciñe en su abrazo universal
el límite del tiempo.


Somos la misma, la misma de hace cincuenta mil años,
la de allá, la de siempre, la que ha de seguirnos
y la que vendrá luego.




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martes, 10 de octubre de 2023

LECTURAS PÚBLICAS DE "EL ESPESOR DE LA HERIDA"




Estas son las lecturas que tengo previstas realizar durante el mes de octubre. Habrá poca explicación y mucha lectura de poemas. También, por supuesto, la posibilidad de que preguntéis cuanto consideréis conveniente. 

La sesión la he planteado para que pueda percibirse con total claridad cuál es la intención del poemario; por eso, iré leyendo de todas y cada una de las secciones con alguna aclaración previa —las justas nada más—. Quiero que el peso del contenido recaiga sobre la parte poética y no sobre la exégesis. La intención es, por tanto, hacer que la sesión se parezca lo más posible a un recital poético y no a una presentación.

Quienes deseéis adquirir el libro, podéis hacerlo mediante este enlace. Ahí mismo podéis expresar vuestras opiniones. El día de la lectura no va a estar presente. Yo no me encargo de eso. En cualquier caso, lo podéis leer completo desde este mismo blog.

Aquí disponéis de más información.
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lunes, 9 de octubre de 2023

ICONOS DEL CINE FANTÁSTICO JAPONÉS

 

Aunque tengo cierta querencia por el cine japonés, no es precisamente por el que en esta exposición se representa. En cualquier caso, como pasaba por la biblioteca, aproveché para visitar la exposición. Estoy seguro de que a más de una persona le va a encantar. 

Estas son algunas de las imágenes con que os váis a encontrar:












Hasta el 4 de noviembre

Horario habitual:

De lunes a viernes: 10:00 - 14:00 / 16:00 - 20:30
Sábados y puentes: 10:00 - 14:00 / 16:30 – 20:00

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miércoles, 4 de octubre de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Pier Paolo Pasolini)

Ejemplar del KM
#unlibrounpoema

BALADAS DE LA VIOLENCIA


I

Yo soy un débil, pero 
nadie lo sabe.

Hay una Fuerza, y yo la elevo a única

fuerza del mundo: Dios. Mi historia,

nuestra historia, es tan sólo humo.

No puedo sentir amor por el enemigo.

Demócrata, eres un 
hombre débil,

serás vencido por mi mano:

deberá callar en ti el atroz instinto

de libertad. Tal vez alcances el perdón de Dios,

pero no el mío: yo asesino, no convenzo.



II

Yo soy un enano, y prefiero ignorarlo.

Hay una grandeza con la cual me identifico.

La grandeza es la patria. Me magnifico

en ella, lápida sobre mi infierno.

Yo no odio al enemigo: me da asco.

¡Eres un enano, demócrata! Yo, yo,

yo sé, yo porto la luz; tú no.

Por eso te ahorcaré,

sacrílega conciencia de mi

amor por la grandeza que no tengo.



III

Yo soy un mediocre; pero no hay pruebas.

Por eso es sublime mi idea

de la Familia, la humilde epopeya

del rumbo increpado que me beneficia

cada día. Siento desprecio por quien crea.

¡Eres un mediocre, demócrata!

Por eso, si recibo la orden, te asesino.

¡Por supuesto! ¡Uno del pelotón, uno de la baraja!

¡Dejarás de hacer el fanático

idealista, te largarás cagando h….!



IV

Yo soy un fracasado: ¿puedo admitirlo?

¡Claro que no! Por eso, con el sombrero de paja

oblicuo, cumplo la venganza

con humor, con humildad dialéctica:

conozco al Ideal, y detesto a quien lo infecta.

En cuanto a ti, demócrata fracasado,

mira que yo, en broma, sé disparar:

recién llegado del frente de Ultramar,

allí donde tú, bellaco, nos traicionaste,

también puedo matar al Anti–ideal.



V

Yo soy un anormal, y no debería ser consciente de ello.

Histérico y chantajista, me amparo

en la Norma. Cuanto más me alejo

de mí mismo, en un cursus honorum que es un alivio

trágico, más repudio aquello que amo.

Tu diversidad, demócrata, es anormal:

yo te condeno a las zonas oscuras

de la esquizofrenia, en mi función

de Magistrado u 
Hombre de Orden: ¡tiembla,

debes temblar! Tú, escándalo y pasión.



VI

Yo soy un siervo: pero llamármelo es delito.

¿Y quién puede penetrar en mi conciencia?

Un siervo es un misterio: vive sin

vida, desde niño: hijo dedicado

a la Autoridad por antigua obediencia.

Sé que eres, demócrata, un siervo,

un siervo de otros ídolos o naciones.

¡No esperarás que te perdone por ello!

Un siervo humilde asesina al soberbio:

tan sólo espera una gesto de sus amos.



VII

Yo soy un decadente, y lo rechazo.

Hay un nivel maravilloso, donde canta

el soldado y el ama de casa es santa:

el nivel donde
 la salud resplandece.

Quien no está sano arruina la planta.

Demócrata podrido, con el bisturí

te  la salud como gangrena:

dulce es la planta de la vida serena

y tú con tu negación la entristeces.

Sí, te 
 la salud: es la lección de D’ Annunzio.



VIII

Yo soy un manso: pero tengo pudor.

Desde muchacho, en mi ciudad de provincias,

la mía ha sido una vida bizantina.

Lo sigue siendo ahora que soy profesor.

El Conformismo es mi medicina.

Demócrata, iluso conformista

de otras ideas, eres un yo mismo

derrocado, pero igualmente obsesionado.

Por eso te asesinaré: ¡casi por mística

elección, Píndaro bufón del progreso!



IX

Yo soy un inmoral, y lo oculto.

Con este vicio, aunque bien nacido

—abuelos ex leones y abuelas ex hienas,

ergo padre rico—, vine al mundo.

Es la Moral, por tanto, la que me sostiene.

Demócrata, me parece obvio que eres 

un inmoral, ya que criticas

mi moral. Es necesario callarte,

condenarte a una celda de por vida:

quizás allí te vuelvas inmortal.



X

Yo soy un cerdo; pero sólo en privado.

Pequeño burgués, una posición

discreta, ¡desde luego! Digamos un 
burgués

de baja estofa, con tienda en Tritone… Para 

frenar a la gente a la gente son necesarias Buenas costumbres: 

esa es mi convicción. Cerdo demócrata, atento!

Una puñalada en la panza poco cuesta

dártela, tacaño; 
no se juega

con el fuego, no es asunto

de pequeños burgueses: el juego es el juego.



XI

Yo soy un pobre, y me han humillado.

Odio la pobreza, y oculto, traidor,

la religión de la Posesión en mi corazón.

Aguardo el día en que seré respetado,

aparte de los otros, aparte de la historia.

También tú, demócrata, eres pobre:

¿por qué me arrancas la interior esperanza?

Pero el pueblo conoce el peligro que avanza:

debes ser liquidado junto con tus nuevas

filosofías; nosotros nos quedamos con la ignorancia.



XII

Yo soy un capitalista, y lo sé.

Débiles, enanos, mediocres, fracasados,

anormales, siervos, decadentes, mansos,

inmorales, cerdos, míseros: le otorgo

a tu Brecht nuevas máscaras políticas.

Demócrata clasista, tú que sabes

que no saben lo que soy, y soy

lo que no saben, no serás perdonado:

morirás en algún nuevo Buchenwald,

huesos fétidos sin luz y sin nombre.

(Traducción: Martín López-Vega. Galaxia Gutenberg, 2022)

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martes, 3 de octubre de 2023

EL ESPESOR DE LA HERIDA (Nieve negra)


"Nieve negra" es la tercera sección del poemario. A ella corresponden las composiciones más fragmentarias, breves y conceptuales. También es el apartado más oscuro, porque tiene como tema exclusivo el dolor, pero se habla de él sin referentes anecdóticos ni realistas. 

Salvando las distancias, la sección está inspirada en las composiciones del último Paul Celan y del Gamoneda de Lápidas o el Libro del frío.

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lunes, 2 de octubre de 2023

BÉCQUER Y FITERO (La cueva de la Mora)

Editorial
Gracias, Irene, por las imágenes.



I



Frente al establecimiento de baños de Fitero, y sobre unas rocas cortadas a pico,
a cuyos pies corre el río Alhama, se ven todavía los restos abandonados de un castillo árabe, célebre en los fastos gloriosos de la Reconquista, por haber sido teatro de grandes y memorables hazañas, así por parte de los que le defendieron, como los que valerosamente clavaron sobre sus almenas el estandarte de la cruz.

De los muros no quedan más que algunos ruinosos vestigios; las piedras de la atalaya han caído unas sobre otras al foso y lo han cegado por completo; en el patio de armas crecen zarzales y matas de jaramago; por todas partes adonde se vuelven los ojos no se ven más que arcos rotos, sillares oscuros y carcomidos: aquí un lienzo de barbacana, entre cuyas hendiduras nace la hiedra; allí un torreón, que aún se tiene en pie como por milagro; más allá los postes de argamasa, con las anillas de hierro que sostenían el puente colgante.

Durante mi estancia en los baños, ya por hacer ejercicio que, según me decían, era conveniente al estado de mi salud, ya arrastrado por la curiosidad, todas las tardes tomaba entre aquellos vericuetos el camino que conduce a las ruinas de la fortaleza árabe, y allí me pasaba las horas y las horas escarbando el suelo por ver si encontraba algunas armas, dando golpes en los muros para observar si estaban huecos y sorprender el escondrijo de un tesoro, y metiéndome por todos los rincones con la idea de encontrar la entrada de algunos de esos subterráneos que es fama existen en todos los castillos de los moros.

Mis diligentes pesquisas fueron por demás infructuosas.

Sin embargo, una tarde en que, ya desesperanzado de hallar algo nuevo y curioso en lo alto de la roca sobre que se asienta el castillo, renuncié a subir a ella y limité mi paseo a las orillas del río que corre a sus pies, andando, andando a lo largo de la ribera, vi una especie de boquerón abierto en la peña viva y medio oculto por frondosos y espesísimos matorrales. No sin mi poquito de temor separé el ramaje que cubría la entrada de aquello que me pareció cueva formada por la Naturaleza y que después que anduve algunos pasos vi era un subterráneo abierto a pico. No pudiendo penetrar hasta el fondo, que se perdía entre las sombras, me limité a observar cuidadosamente las particularidades de la bóveda y del piso, que me pareció que se elevaba formando como unos grandes peldaños en dirección a la altura en que se halla el castillo de que ya he hecho mención, y en cuyas ruinas recordé entonces haber visto una poterna cegada. Sin duda había descubierto uno de esos caminos secretos tan comunes en las obras militares de aquella época, el cual debió de servir para hacer salidas falsas o coger durante el sitio, el agua del río que corre allí inmediato.

Para cerciorarme de la verdad que pudiera haber en mis inducciones, después que salí de la cueva por donde mismo había entrado, trabé conversación con un trabajador que andaba podando unas viñas en aquellos vericuetos, y al cual me acerqué so pretexto de pedirle lumbre para encender un cigarrillo.

Hablamos de varias cosas indiferentes; de las propiedades medicinales de las aguas de Fitero, de la cosecha pasada y la por venir, de las mujeres de Navarra y el cultivo de las viñas; hablamos, en fin, de todo lo que al buen hombre se le ocurrió, primero que de la cueva, objeto de mi curiosidad.

Cuando, por último, la conversación recayó sobre este punto, le pregunté si sabía de alguien que hubiese penetrado en ella y visto su fondo.

-¡Penetrar en la cueva de la mora! -me dijo como asombrado al oír mi pregunta-. ¿Quién había de atreverse? ¿No sabe usted que de esa sima sale todas las noches un ánima?

-¡Un ánima! -exclamé yo sonriéndome-. ¿El ánima de quién?

-El ánima de la hija de un alcaide moro que anda todavía penando por estos lugares, y se la ve todas las noches salir vestida de blanco de esa cueva, y llena en el río una jarrica de agua.

Por la explicación de aquel buen hombre vine en conocimiento de que acerca del castillo árabe y del subterráneo que yo suponía en comunicación con él, había alguna historieta; y como yo soy muy amigo de oír todas estas tradiciones, especialmente de labios de la gente del pueblo; le supliqué me la refiriese, lo cual hizo, poco más o menos, en los mismos términos que yo a mi vez se la voy a referir a mis lectores.


II


Cuando el castillo del que ahora sólo restan algunas informes ruinas, se tenía aún por los reyes moros, y sus torres, de las que no ha quedado piedra sobre piedra, dominaban desde lo alto de la roca en que tienen asiento todo aquel fertilísimo valle que fecunda el río Alhama, ocurrió junto a la villa de Fitero una reñida batalla, en la cual cayó herido y prisionero de los árabes un famoso caballero cristiano, tan digno de renombre por su piedad como por su valentía.

Conducido a la fortaleza y cargado de hierros por sus enemigos, estuvo algunos días en el fondo de un calabozo luchando entre la vida y la muerte hasta que, curado casi milagrosamente de sus heridas, sus deudos le rescataron a fuerza de oro.

Volvió el cautivo a su hogar; volvió a estrechar entre sus brazos a los que le dieron el ser. Sus hermanos de armas y sus hombres de guerra se alborozaron al verle, creyendo la llegada de emprender nuevos combates; pero el alma del caballero se había llenado de una profunda melancolía, y ni el cariño paterno ni los esfuerzos de la amistad eran parte a disipar su extraña melancolía.

Durante su cautiverio logró ver a la hija del alcaide moro, de cuya hermosura tenía noticias por la fama antes de conocerla; pero cuando la hubo conocido la encontró tan superior a la idea que de ella se había formado, que no pudo resistir a la seducción de sus encantos, y se enamoró perdidamente de un objeto para él imposible.

Meses y meses pasó el caballero forjando los proyectos más atrevidos y absurdos: ora imaginaba un medio de romper las barreras que lo separaban de aquella mujer; ora hacía los mayores esfuerzos para olvidarla; ya se decidía por una cosa, ya se mostraba partidario de otra absolutamente opuesta, hasta que al fin un día reunió a sus hermanos y compañeros de armas, mandó llamar a sus hombres de guerra, y después de hacer con el mayor sigilo todos los aprestos necesarios, cayó de improviso sobre la fortaleza que guardaba a la hermosura, objeto de su insensato amor.

Al partir a esta expedición, todos creyeron que sólo movía a su caudillo el afán de vengarse de cuanto le habían hecho sufrir aherrojándole en el fondo de sus calabozos; pero después de tomada la fortaleza, no se ocultó a ninguno la verdadera causa de aquella arrojada empresa, en que tantos buenos cristianos habían perecido para contribuir al logro de una pasión indigna.

El caballero, embriagado en el amor que al fin logró encender en el pecho de la hermosísima mora, ni hacía caso de los consejos de sus amigos, ni paraba mientes en las murmuraciones y las quejas de sus soldados. Unos y otros clamaban por salir cuanto antes de aquellos muros, sobre los cuales era natural que habían de caer nuevamente los árabes, repuestos del pánico de la sorpresa.

Y en efecto, sucedió así: el alcaide allegó gentes de los lugares comarcanos; y una mañana el vigía que estaba puesto en la atalaya de la torre bajó a anunciar a los enamorados amantes que por toda la sierra que desde aquellas rocas se descubre se veía bajar tal nublado de guerreros, que bien podía asegurarse que iba a caer sobre el castillo la morisma entera.

La hija del alcaide se quedó al oírlo pálida como la muerte; el caballero pidió sus armas a grandes voces, y todo se puso en movimiento en la fortaleza. Los soldados salieron en tumulto de sus cuadras; los jefes comenzaron a dar órdenes; se bajaron los rastrillos; se levantó el puente colgante, y se coronaron de ballesteros las almenas.

Algunas horas después comenzó el asalto.

Al castillo con razón podía llamarse inexpugnable. Sólo por sorpresa, como se apoderaron de él los cristianos, era posible rendirlo. Resistieron, pues, sus defensores, una, dos y hasta diez embestidas.

Los moros se limitaron, viendo la inutilidad de sus esfuerzos, a cercarlo estrechamente para hacer capitular a sus defensores por hambre.

El hambre comenzó, en efecto, a hacer estragos horrorosos entre los cristianos; pero sabiendo que, una vez rendido el castillo, el precio de la vida de sus defensores era la cabeza de su jefe, ninguno quiso hacerle traición, y los mismos que habían reprobado su conducta, juraron perecer en su defensa.

Los moros, impacientes: resolvieron dar un nuevo asalto al mediar la noche. La embestida fue rabiosa, la defensa desesperada y el choque horrible. Durante la pelea, el alcaide, partida la frente de un hachazo, cayó al foso desde lo alto del muro, al que había logrado subir con ayuda de una escala, al mismo tiempo que el caballero recibía un golpe mortal en la brecha de la barbacana, en donde unos y otros combatían cuerpo a cuerpo entre las sombras.

Los cristianos comenzaron a cejar y a replegarse. En este punto la mora se inclinó sobre su amante que yacía en el suelo moribundo, y tomándole en sus brazos con unas fuerzas que hacían mayores la desesperación y la idea del peligro, lo arrastró hasta el patio de armas. Allí tocó a un resorte, y, por la boca qué dejó ver una piedra al levantarse como movida de un impulso sobrenatural, desapareció con su preciosa carga y comenzó a descender hasta llegar al fondo del subterráneo.


III


Cuando el caballero volvió en sí, tendió a su alrededor una mirada llena de extravío, y dijo: -¡Tengo sed! ¡Me Muero! ¡Me abraso!- Y en su delirio, precursor de la muerte, de sus labios secos, por los cuales silbaba la respiración al pasar, sólo se oían salir estas palabras angustiosa: -¡Tengo sed! ¡Me abraso! ¡Agua! ¡Agua!

La mora sabía que aquel subterráneo tenía una salida al valle por donde corre el río. El valle y todas las alturas que lo coronan estaban llenos de soldados moros, que una vez rendida la fortaleza buscaban en vano por todas partes al caballero y a su amada para saciar en ellos su sed de exterminio: sin embargo, no vaciló un instante, y tomando el casco del moribundo, se deslizó como una sombra por entre los matorrales que cubrían la boca de la cueva y bajó a la orilla del río.

Ya había tomado el agua, ya iba a incorporarse para volver de nuevo al lado de su amante, cuando silbó una saeta y resonó un grito.

Dos guerreros moros que velaban alrededor de la fortaleza habían disparado sus arcos en la dirección en que oyeron moverse las ramas.

La mora, herida de muerte, logró, sin embargo, arrastrarse a la entrada del subterráneo y penetrar hasta el fondo, donde se encontraba el caballero. Éste, al verla cubierta de sangre y próxima a morir, volvió en su corazón; y conociendo la enormidad del pecado que tan duramente expiaban; volvió los ojos al cielo, tomó el agua que su amante le ofrecía, y sin acercársela a los labios, preguntó a la mora: -¿Quieres ser cristiana? ¿Quieres morir en mi religión, y si me salvo salvarte conmigo? La mora, que había caído al suelo desvanecida con la falta de la sangre, hizo un movimiento imperceptible con la cabeza, sobre la cual derramó el caballero el agua bautismal, invocando el nombre del Todopoderoso.

Al otro día, el soldado que disparó la saeta vio un rastro de sangre a la orilla del río, y siguiéndolo, entró en la cueva, donde encontró los cadáveres del caballero y su amada, que aún vienen por las noches a vagar por estos contornos.

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domingo, 1 de octubre de 2023

CAVALLERIA RUSTICANA, Intermezzo


Pietro Mascagni (1863-1945) no es el compositor de óperas mas conocido de la historia de la música, pero su Cavalleria rusticana, además de ser una ópera muy popular, es muy reconocida por amantes del cine, especialmente este delicioso intermezzo, que seguramente recordarán quienes hayan visto Toro salvaje o El Padrino III.

Pero no es necesario tener adicción al cine ni a la música para enamorarse de los tres minutos y medio de esta pieza y quedarse oyéndola en bucle melódico y soñador, en mágica abstracción del mundo y sus penurias. 


Que la música os acompañe.

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