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domingo, 4 de enero de 2015

JOHN KEATS, PRIMERA TERTULIA DEL AÑO

Recupero la tertulia sobre Keats que no se pudo realizar en mayo del año pasado y os remito a las entradas que preparé en su tiempo para ir dando noticia de su obra. Así pues, esta nota no es nada más que un aviso para recordar que el próximo 9 de enero, en la tertulia de la biblioteca, tendremos la obra del joven romántico inglés.

En el vídeo, compuesto con fotogramas de la película Bright Star, se recita la famosa Oda a un ruiseñor. Por cierto, si tenéis la oportunidad de ver la película, hacedlo. Refleja bien los últimos tres años de la vida del poeta.


Los textos están alojados, como siempre, en el apartado dedicado a las tertulias.

sábado, 26 de abril de 2014

JOHN KEATS, y 3

Con la subida de la colección de poemas de J. Keats doy por terminada la serie dedicada al poeta romántico. Tan sólo quiero recordaros que en internet podéis encontrar miles de grabaciones de poemas suyos en inglés. Dentro del maremágnum que es YouTube a mí me ha hecho gracia la explicación que ha dejado una alumna de filología. Siempre es agradable ver el nacimiento de una admiración.

Y si os sentís más atraídos por la vida y milagros del poeta, quizá os pueda interesar la novela que acaba de publicarse ahora mismo sobre los últimos días de la vida del poeta: Los últimos pasos de John Keats, de Ángel Silvelo.

Y para cerrar la entrada, un soneto:


Cuando siento el temor de que mi vida acabe
sin que mi pluma espigue mi fecundo cerebro,
sin que pilas de libros con caracteres guarden,
como ricos graneros, el grano madurado;
cuando observo en el rostro de la noche estrellada
vastos, nublados símbolos de un romance sublime,
y pienso que no pueda vivir para rastrear
sus sombras con la mano mágica del destino;
y cuando siento, hermosa criatura de un instante,
que ya nunca podré a ver tu imagen,
ni disfrutar tampoco del poderío idílico
del amor instintivo; entonces, en la orilla
del ancho mundo quedo solitario, y medito
hasta que amor y gloria naufragan en la nada.

Odas y sonetos, Hiperión, 1995. Traducción de AlejandroValero

martes, 15 de abril de 2014

JOHN KEATS, 2


Si vienes de haber leído el texto de Cortázar, ya estás más que introducido en la vida y milagros de Keats. Ahora sólo tienes que sumergirte en su obra, sorprendentemente amplia para una persona que murió tan joven, para un poeta que estuvo escribiendo poco más de cinco años.

 Cualquiera de estos dos libros puede servir como aproximación a su poesía. Ambos recogen una buena selección de lo que hoy nos gusta más de aquella escritura y ambos cuentan con una introducción aclaratoria sobre la vida, el estilo y la obra del poeta. En cualquier caso, Keats está muy bien recogido en castellano y resulta sencillo hacerse con sus textos, tanto si queremos comprarlos en las librerías como si queremos utilizarlos a través de bibliotecas.

Mención aparte merecen las ediciones de Reino de Cordelia (hasta ahora, La víspera de Santa Inés y Lamia) por su cuidado trabajo. No sólo cuentan con la traducción en verso de Luis Alberto de Cuenca y José Fernández Bueno —también el prólogo es de ellos—, sino que además vienen ilustrados con los trabajos de E. H. Wehnert, el primero, y Will Low, el segundo, y están encuadernados en rústica y cosidos. 

Hay más, muchas más traducciones de la obra del romántico inglés, pero éstas son las que me parecen más asequibles y atractivas.

Así que, hala, a leer y a disfrutar.

lunes, 31 de marzo de 2014

CELEBRACIÓN DE CORTÁZAR, 3

Sirva esta entrada a un doble fin: celebrar a Cortázar en su centenario y ofrecer la primera aproximación a Keats para la tertulia de mayo.

Ignoro cuál fue el motivo por el que este libro no se publicó en vida de Cortázar, pero estoy convencido de que si existe algún libro que pueda introducirnos en la vida, la obra y los sentimientos de un poeta, ese libro es éste. 

Imagen de John Keats es un ensayo y es una obra de creación. Participa de ambos impulsos por igual. Su escritura, sin dejar de ser escritura creativa, compone un fascinante estudio sobre la vida y la obra del poeta inglés. Su contenido, entreverado todo él de opiniones personales, no deja de ofrecernos el mejor conocimiento del joven romántico. Excelente en su composición, magnífico en su resultado.

Sólo una lectura atenta y sosegada de la obra de Keats, y una capacidad creativa inusitada como la del argentino son capaces de componer semejante texto, en el que conviven de forma natural la poesía propia —de Cortázar— y ajena —de Keats y otros muchos más—, la biografía, el análisis de la obra, la interpretación, el género epistolar, la cita apropiada, la visión oportuna y los sentimientos —los de Keats, claro—, porque leyendo el libro de Cortázar parece que estamos dentro de él mismo.

Un libro tan seductor como su autor.

Un comentario más reflexivo y mucho más completo podéis leerlo en el blog del poeta Francisco José Cruz.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿POR QUÉ NECESITAMOS CREER?

Somos hijos del caos, y la estructura profunda del cambio es la degradación. En el fondo, sólo existe la degradación y la imparable marea del caos. No hay finalidad; hay tan sólo dirección. Esta es la cruda realidad que tenemos que aceptar si escudriñamos con profundidad y de forma desapasionada el corazón del universo. Con estas palabras cerraba La segunda ley el químico y profesor Peter Atkins. Sin embargo, los humanos, la mayoría de los humanos, nos aferramos a la creencia, al lado edulcorado de la realidad, al sentimentalismo cósmico, a la finalidad de la vida, y aunque nos reconozcamos incluso materialistas, seguimos actuando en nuestra vida diaria como auténticos creyentes.

Las palabras con las que Atkins concluía su libro se refieren a la materia, es decir, al universo, a todo cuanto existe, a la vida. El que una estrella nazca y otra muera no forma parte de un plan determinado. Que la vida se haya desarrollado como lo ha hecho en el planeta Tierra, tampoco. Que la especie humana haya sido capaz de generar autoconciencia y diseñar planes sobre sí misma y lo que le rodea, lo mismo. Somos la consecuencia, entre otras cosas, de tan numerosos como azarosos cambios genéticos. Nada más y nada menos. Es, simplemente, así.


Esto que la comunidad científica ha explicado tan bien; esto que está recogido en tantos y tantos libros científicos, divulgativos y escolares; esto que los que no nos dedicamos a la ciencia somos capaces de entender sin problemas; esto que parece tan claro, tan sencillo y tan natural; esto, y la racionalidad que esto implica, lo olvidamos alegremente y lo sustituimos por unas buenas dosis de irracionalidad llena de fe que impregna todas y cada una de las actividades humanas, desde las manifestaciones artísticas a las ceremonias festivas, desde la organización política a los gestos más consuetudinarios.


La verdad es que no sé por qué necesitamos creer. Supongo que será por eso de que es más fácil terminar creyéndonos que todo va a salir mejor, que las cosas van a cambiar a bien, que hay algo en alguna parte que reconocerá el esfuerzo de lo bueno que hemos hecho, y que es más fácil dejarse llevar por ese estilo blandengue y rosado que afrontar los hechos, encararse con la realidad y ofrecer nuestro generoso esfuerzo para que la realidad cierta y racionalmente mejore. Supongo que es por eso de la famosa esperanza, el último regalo envenenado de los dioses que quedó dentro de la caja de Pandora.


O tal vez sea porque llevamos siglos poblando las más excelsas manifestaciones del género humano —es decir, todas y cada una de las manifestaciones artísticas en todas y cada una de las grandes civilizaciones que han sido y son en el planeta—, de seres divinos y fantásticos que hacen lo que nosotros no nos atrevemos a hacer, de fenónemos extraordinarios que resuelven nuestros problemas, de justificaciones fantasiosas para dar por buena nuestra falta de convicción en lo que somos y podemos. Y no me refiero, por supuesto, a la literatura fantástica y de evasión, que esa tiene su función y nada que ver con lo que aquí digo.


Insisto en mi ignorancia: no sé por qué necesitamos creer. Ni tan siquiera sé si necesitamos hacerlo, espero que no, aunque parezca que sí. Lo cierto, lo constatable, lo que nos rodea es la enorme extensión aún del pensamiento mítico en cualquiera de sus formas, cuando lo verdaderamente hermoso y fantástico es sabernos capaces de comprender lo que nos rodea y mejorarlo utilizando el más poderoso de los instrumentos que tenemos: la capacidad de razonar y descubrir, el pensamiento creativo. Dawkins lo dice mejor que yo: Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias (p 330, Destejiendo el Arco Iris, Tusquets).  

domingo, 3 de noviembre de 2013

TERTULIAS DEL 2014

Ya está diseñada la programación de las tertulias para el próximo año.

17 de enero: W. B. Yeats.
14 de febrero: José Martí.
14 de marzo: Paul Valery.
11 de abril: Aurora Luque.
16 de mayo: John Keats.
***
13 de octubre: Dante.
7 de noviembre: B. Brecht.
12 de diciembre: Ana Merino.

Espero que podamos disfrutarla como se merecen los nombres que en ella aparecen.

Y un poema de la autora que tendremos en diciembre, Ana Merino:

ADORACIÓN NOCTURNA

                                                                   
Para Luis Muñoz

Que te devuelvan el tiempo de los lunes
y los hagan festivos en tu agenda
para que la semana no te pese tanto
y puedas sentir los dientes de las calles
mordisquear con ternura
el último tramo del domingo.

Que te devuelvan las horas de los lunes
y las puedas guardar entre las sábanas
para que la ciudad se duerma en tu regazo
y se llenen de ti los que te miran.

Que te traigan el ritmo de los sueños
y los puedas bailar,
que la luz de tu abrazo
se guarde algún secreto.

Que los lunes se aprendan
de memoria tu cuerpo.
Que no le falte nada a tu universo
porque el dios de la noche
el lunes descansó
para esperarte.

                    De Compañera de celda. Visor, 2006

domingo, 20 de enero de 2013

KIRMEN URIBE, 2

Después de darle muchas vueltas, he decidido que la selección de poemas fuera la misma que realizaron en su momento en la página basqueliterature.com

K. Uribe sólo tiene publicado un libro de poemas y el que yo organizara una selección distinta iba a suponer que, entre un espacio y otro, estuviera el poemario casi completo en Internet. Ya sabemos que la poesía no da de comer, pero no llegaría ni para unas cañas si no promocionáramos la lectura original del texto. Internet debe cumplir su misión dando a conocer e impulsando autores, pero no saqueándolos de tal forma que, una vez colocados aquí los textos, nadie se acerque a comprarlos en las librerías.

DEL EPITAFIO* DE JOHN KEATS

Escribid mi nombre también en el agua,
que en nuestra tierra es la lluvia
quien define la silueta de los hombres.

*Keats está enterrado en Roma, en el cementerio protestante. En su lápida puede leerse: Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en el agua.