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domingo, 28 de abril de 2024

ABANDONO LAS REDES SOCIALES

La casa es todo sitio donde se siente la calidez de la mano del otro

No puedo decir que en las redes me haya sentido como en casa. Tampoco diré eso que pregona el Eclesiastés, vanidad de vanidades, todo es vanidad, pero si tuviera que cuantificar lo que he visto durante el tiempo que he sido usuario de ellas, diría que está infinitamente más cerca de la proclama bíblica que de la dulzura del hogar. Y también está mucho más de cerca de la sentencia de Deleuzea falta de saber, gastamos palabras (Spinoza: filosofía práctica, p 28)—. 

En fin, que salgo de las redes sociales porque cuanto hago público ya queda recogido en este espacio, que es una mezcla de revista cultural, diario de lecturas y hallazgos, y divulgador de la divulgación. No tengo más pretensión que la de poder colaborar desde este humilde blog en la propagación del conocimiento y, en la medida de mis posibilidades, ayudar a extender la lectura de la poesía, que es lo que conozco un poquito. 

Si alguien desea ponerse en contacto conmigo, lo puede hacer desde este mismo espacio. En la columna que hay a la derecha del cuerpo principal de las entradas figura mi dirección electrónica. 

Muchas gracias por vuestra atención y vuestra compañía.

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sábado, 27 de abril de 2024

GRANDEZA DE CAMUS

Editorial
Traducción: Goedele De Sterck
No conocía esta anécdota de Camus que encuentro en el libro de Riemen, Nobleza de espíritu, que es, por cierto, el libro que me ha llevado a sumergirme en la lectura de la Ética de Spinoza, además de ser una delicia para cualquier persona con nobleza de espíritu.

El libro recoge tres ensayos breves: El tiempo mesurado de Thomas Mann, El filósofo-rey y ¡Sé valiente! En el segundo de ellos es donde aparece la anécdota que voy a transcribir. Se trata de una conversación entre Malraux, Koestler, Sartre y Camus. 

El 29 de octubre de 1946, de noche ya, cuatro hombres se dirigen a una casa en las afueras de París, junto a Bois Boulogne. Se trata de una verdadera mansión, decorada con una imponente colección de cuadros y esculturas. André Malraux, el anfitrión, da la bienvenida a los cuatro invitados, a los que conoce muy bien. Además de adinerado y famoso, el escritor, político e intelectual de reconocido prestigio goza de mucho poder en la Francia de la posguerra, al tener en el general De Gaulle a un seguidor interesado y atento. Entre los invitados está relectual húngaro Arthur Koestler, que durante el conflicto bélico adquirió renombre con su novela El cero y el infinito (1940), una amarga denuncia de la falacia y la violencia del estalinismo. Ha venido acompañado de su amigo Manès Sperber, escritor y psicólogo judío-alemán. También asiste a la velada Jean-Paul Sartre, simpatizante de la URSS, antiamericano convencido y, por tanto, polo opuesto de Koestler. El cuarto invitado, el más joven de todos, es el escritor y periodista Albert Camus. 

El intercambio de ideas parte de una preocupación común: la situación política y sus consecuencias para la arruinada civilización europea. La guerra ha terminado. Estados Unidos ha resultado vencedor y se ha eri el potencia nuclear. La Rusia estalinista también ha salido victoriosa y le falta poco para hacerse con la bomba atómica. Los cuatro hombres están persuadidos de que los intelectuales han de tomar la iniciativa frente a ambas superpotencias. En adelante hay que proteger los derechos humanos en todas partes. En la propia Francia, la Ligue des Droits de |'Homme está demasiado vinculada al Partido Comunista Francés que, a su vez, se deja llevar por Moscú. Se plantea la pregunta de si no sería preferibles fundar una nueva organización para la defensa de los derechos humanos, más independiente y de trascendencia internacional. 

[... Intervienen Koestler, Malraux y Sartre exponiendo sus opiniones]

—¿No creen que todos somos responsables de la falta de valores? —pregunta Camus—. ¿Y que si todos nosotros, que procedemos del nietzscheísmo, del nihilismo o del materialismo histórico, confesáramos públicamente que nos hemos equivocado, que existen valores y que en lo sucesivo haremos lo que sea necesario para fundarlos e ilustrarlos, eso podría ser el comienzo de una esperanza?

Koestler mueve la cabeza en señal de aprobación; Malraux contempla su cigarrillo y piensa que semejante razonamiento no sirve a sus fines políticos, y Sartre decide no volver a pisar jamás aquella casa, al tiempo que se propone explicárselo todo de nuevo a Camus en otro momento. La conversación ha sido breve: todo está dicho. Es hora de marcharse. De vuelta a casa, Camus recoge la discusión en su cuaderno de notas.


Luego continúa Riemen con su reflexión: 

No podemos olvidar este diálogo —a pesar de su brevedad y del ambiente de crispación— porque profundiza en la esencia de la civilización, en cómo esta puede irse a pique, en la tarea de los intelectuales y en lo que significa su traición. 


Civilización. No puede haber civilización sin la conciencia de que el ser humano tiene una doble naturaleza. Posee una dimensión física y terrenal, pero se distingue de los animales por atesorar a la vez una vertiente espiritual: conoce el mundo de las ideas. Es una criatura que sabe de la verdad, la bondad y la belleza, que sabe de la esencia de la libertad y la justicia, del amor y la misericordia. El fundamento de cualquier civilización hay que buscarlo en la idea de que el ser humano no debe su dignidad y su verdadera identidad a lo que es —carne y hueso— sino a lo que debe ser: el portador de dichas cualidades vitales eternas. Estos valores encarnan lo mejor de nuestra existencia: la imagen de la dignidad humana. "La gravedad material hace precioso al otro, y la moral a la persona", sentencia Baltasar Gracián en su magistral Oráculo manual y arte de prudencia (1646). 

Estos valores son universales porque se aplican a todos los hombres, y son atemporales porque son de todos los tiempos. La cultura se define como el conocimiento y la organización de todas estas cualidades espirituales inmateriales, reunidas en el patrimonio cultural. Solo reviste calidad las obras atemporales, aquellas que nos siguen fascinando generación tras generación, puesto que son la únicas en expresar una realidad atemporal, una idea. Este requisito de atemporalidad hace que toda cultura, todos los valores espirituales, se tornen vulnerables. La cultura ha de ser desinteresada y no utilitaria. Ahí está el secreto de su significado atemporal. Trátese de una catedral, un poema, una imagen, un relato, un cuarteto para cuerda o una canción, ninguno de ellos puede tener función ni utilidad por naturaleza. Todas estas obras nos cuentan algo a nosotros, no viceversa.

[...]

Y más adelante cita a Goethe (que era spinozista en su concepción de la divinidad y la naturaleza, Deus sive Natura): "La civilización es un permanente ejercicio en el respeto. El respeto a lo divino, a la Tierra, al prójimo y, por ende, a nuestra propia dignidad"(pp 85-91).

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lunes, 15 de abril de 2024

VALLADOLID, ARTE EN LA CALLE

Lo profundo es el aire

 Cada vez aprecio más la escultura urbana y me gusta ver cómo las ciudades, en general, van ampliando la oferta e incorporando obra de todos los estilos, no solamente la de corte realista y reproducción de figura en homenaje a tal o cual personalidad destacada. En este sentido, no es lo mismo pasear por una de las grandes capitales del mundo que por una ciudad de provincias, pero en cualquiera de ellas podemos encontrar siempre algo que nos sorprenda y agrade. 

Prácticamente nada más llegar a Valladolid, lo primero que hice fue acercarme a la obra de Chillida. Las conexiones de todo tipo que tenemos en casa con ella son especiales y era una visita obligada. Por desgracia, cuanto se ve en la fotografía que abre este comentario es lo que se podía ver. Las obras de limpieza y rehabilitación en el exterior de la iglesia de san Pablo han obligado a protegerla.

Pero si ya sabéis de dónde procede el título de la obra del exportero de la Real Sociedad, que esa es la conexión fundamental en este caso —no la personal—, se me hacía obligatorio acercarme hasta el pequeño estanque donde Jorge Guillén se divierte jugando a los barquitos con la infancia.  

Jorge Guillén y la infancia

Claro, si empezamos a tocar el mundo literario, Valladolid es algo así como sinónimo de Zorrilla. Y este monumento, por representar lo que representa, el autor del don Juan más famoso de la literatura española, por estar situado donde está y porque será uno de las más antiguos de la ciudad, es, posiblemente, el monumento homenaje a una persona real más conocido por la ciudadanía propia y por la ajena.


La conexión literaria, de fuerte raigambre en la ciudad del Pisuerga, nos lleva inmediatamente a otras dos esculturas mucho más recientes, la de Miguel Delibes, a pocos metros de la anterior, justo a la entrada del parque Campo Grande


y la de Rosa Chacel, en la Plaza del Puente, muy cerca de donde se encuentra la de su compañero de generación, la de Jorge Guillén (también hay un busto de la escritora en el Campo Grande).


Exactamente cien años —conexión temporal—después de que naciera Rosa Chacel, Faustino Aizkorbe —conexión vasco-navarra— dejó está abstracción en acero corten A la amistad, Stella III. Se encuentra al final de la calle Héroes de Alcántara.

La conexión vasco-abstracta nos puede llevar unas pocas calles hacia el este, hasta la entrada a la Fundación Segundo y Santiago Montes, en la calle Núñez de Arce, donde nos encontramos con este Retrato de un gudari llamado Odiseo obra de Oteiza, que, por cierto, no es la única que existe en las calles de la ciudad.


Y el capricho del azar quiso que mientras me encontraba por allí, en el Museo Patio Herreriano estuviera la exposición temporal "Vanguardia y destino" donde se puede ver otro Retrato de un gudari llamado Odiseo. Conexión absoluta.


Pero no quedan ahí los caprichos conectivos del azar. En la misma exposición, dos salas más allá de la anterior, asomaba la cola de la ballena más famosa de la historia de la literatura, Moby Dick, de Adolf o Adolfo Schlosser, que toda la vecindad de la plaza José Mª Sert de Donosti ve diariamente cada vez que se asoma desde su casa. 


Y continuando dentro del ambiente de la abstracción, en la otra orilla del Pisuerga se encuentra, junto al parlamento de Castilla y León, esta obra mucho más colorista y de tendencia vertical, Metamorfosis, del murciano Cristóbal Gabarrón


Entre la abstracción y el figurativismo nos podemos dejar encantar por esta pareja con la que casualmente me encontré cuando iba de camino hacia la Museo Casa de Cervantes. Se titula, precisamente, Encuentro, y es obra de Feliciano Álvarez Buenaposada.


Muy cerquita de este gozoso Encuentro se produjeron estos otros tres, de estilos muy diferentes, pero los tres llenos de encanto, todos ellos en la plaza de España:

Escenas del mercado, de Gonzalo Coello Campos

Homenaje al voluntariado social, de Eduardo Cuadrado

La bola del mundo, de Ana Jiménez

Hubo más encuentros, resultado de todo tipo de conexiones, pero no quiero abusar de vuestra paciencia. Eso sí, si el arte urbano os interesa y tenéis intención de pasar por Valladolid, podéis utilizar la página de Arte en la calle o la de Arte en ValladolidCualquiera de las dos puede realizar el servicio de guía para indicaros qué ver y dónde. 

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martes, 2 de abril de 2024

EL FECUNDO RUMOR DE LAS MIRADAS

Edición Kindle

Ya está en edición digital (Kindle Scribe) El fecundo rumor de las miradas. En pocos días estará también disponible en papel.

Un centenar de poemas ofrecen mi particular recorrido por la historial mundial del arte, desde las primeras manifestaciones de arte rupestre hasta las últimas tendencias. Es un poemario en torno al arte, sus intuiciones y su significado. A veces estamos dentro, a veces estamos fuera; pero seguimos mirando, interpretando y aprendiendo.

En esta edición para Kindle, todas las obras sobre las que he escrito —ya sean pictóricas, escultóricas o arquitectónicas—, aunque sean muy conocidas, llevan la imagen o las imágenes enlazadas con el título. Cuando existe autor, su nombre también se encuentra enlazado, generalmente a Wikipedia, donde poder consultar información suplementaria. Exactamente, así: 


COLOSOS DE MEMNÓN



El divino Amenhotep, hijo de Hapu,

jefe de todos los trabajos del faraón,

quiso manifestar su grandeza

en la magnitud de todas sus obras.

No dudó en servirse de montañas de granito

para el heredero de Ra.

Pero los siglos

y el imaginativo griego

alteraron la memoria de la piedra;

el viento y la arena del desierto

transformaron la fuerza del guerrero

y le dieron el don del canto

a la hora más tersa y hermosa del día.

Más tarde, los poetas del imperio inmortalizaron

su brillante voz.

Otro hijo del poder, de severo nombre

y exigua paciencia,

lo dejó mudo para siempre.



Casi tan poderoso como el omnipotente tiempo

resulta el peso de la huella que dejamos.




Debo advertir que esta edición de El fecundo rumor de las miradas es una edición muy ampliada de la que dejé de libre disposición en Calaméo y que allí sigue. También podéis oír los audios que componían esa colección en la página de Poemarios.

PS: Mucho antes de lo que yo creía, ya está disponible en papel. He llegado a casa, he mirado el correo electrónico... y ahí estaba el aviso. Esta es la cubierta de la edición en papel:

Se pueden leer las primeras páginas


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miércoles, 27 de marzo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA, W. B. Yeats

Editorial
#unlibrounpoema

Creo que W. B. Yeats está bien representado en este blog y mejor aun en el mundo editorial, como puede comprobarse por las entradas que le he dedicado y los títulos que en ellas aparecen; no obstante, la aparición el año pasado de He extendido mis sueños a tus pies me ha parecido un buen motivo para traerlo a esta sección. 

Lo valioso del libro no está propiamente en la selección de poemas que ha realizado Jordi Doce, pues él ya se encargó de la traducción de toda su poesía para la editorial Pre-Textos y ninguna otra publicación parcial puede competir con ella. Lo atractivo de este ejemplar es la muy cuidada edición del libro, una marca de la casa, y el añadido de las ilustraciones que aporta Sandra Rilova. Belleza sobre belleza. 

Realizadas las presentaciones, vamos con el poema:


LA MALDICIÓN DE ADÁN



Estábamos sentados, un día de finales de verano,

aquella dulce y bella mujer, tu amiga íntima,

y tú y yo, hablando de poesía.

«Un solo verso puede llevarnos horas —dije—,

pero si no parece algo pensado en un instante

todo nuestro coser y descoser es en vano.

Mejor arrodillarse sobre la médula del hueso

y fregar suelos de cocina o picar piedra

como un viejo indigente, a la intemperie;

pues dedicarse a articular dulces sonidos

es trabajar más duro que ellos, y sin embargo

ser tildado de vago por la ruidosa camarilla

de clérigos, maestros y banqueros

que los mártires llaman mundo».




                                                   Y entonces

aquella bella y dulce mujer por cuya causa

muchos descubrirán la angustia del amor

cuando escuchen su voz discreta y dulce

replicó: «Ser mujer es saber

—aunque en la escuela nadie nos lo diga—

que hemos de trabajar para estar bellas».




«Es verdad —respondí— que no hay cosa admirable

desde la caída de Adán que no requiera un gran esfuerzo.

Recuerdo amantes convencidos de que el amor

debía ser tal muestra de alta cortesía

que suspiraban y citaban con semblante estudioso

precedentes tomados de viejos y hermosos volúmenes;

aunque ahora esa labor parezca más bien vana».




La mención al amor nos sumió en el silencio;

vimos morir los últimos rescoldos de la tarde,

y en el aguamarina temblorosa del cielo

una luna, gastada como una concha que lavara

la marea del tiempo cuando fluye entre las estrellas

y rompe luego en días y años.




Me invadió un pensamiento que solo tú debías escuchar:

que eras hermosa, y que yo me esforzaba

por amarte en la antigua y noble doctrina del amor;

que alegre había parecido todo, y aun así nuestros corazones

estaban tan exhaustos como aquella luna vacía.

 

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miércoles, 20 de marzo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA, Alejandro Jodorowsky

En librerías
#unlibrounpoema

Sobre Jodorowsky todavía no lo tengo nada claro, pero la opinión que yo tenga poco importa, esta sección está para que por ella desfilen todo tipo de poéticas: tradicionales e innovadoras, claras y herméticas, oscuras de corazón o limpias como manzana recién cogida, ideológicamente muy cargadas o abstemias, las que logran acceder al canon y las que se mantienen fuera de él..., y este libro ya lleva mucho tiempo en casa sin que le haya dado un poquito de aire. Hoy le toca.

Acaso uno de los poemarios más sorprendentes sea el que lleva por título Yo, el tarot (2004). En la edición que yo manejo el poema dedicado a la carta del diablo se presenta así:



XV EL DIABLO


Padre de todos los abismos, madre que da vida a las grutas salobres, 
suprema fuerza del magma, centro informe del octógono, 
hediondez que revela el mentir de los perfumes, 
raíz de los espíritus viscosos revestidos de perfección, 
soy la consciencia asesina del perpetuo efímero, 
aquel que encerrado en el sótano del mundo hace temblar las torres de la fe, 
el que de rodillas devora los pies del crucificado, el que exhibe sin pudor 
una vagina huracanada, el que viola el huevo pedregoso de la santidad, el que hunde 
su verde falo en el sueño malsano de los beatos, el que defeca majestuoso 
sobre los ejes carcomidos de la razón. Sañuda medusa de las perversiones 
abro con mis veinte garras la panza de una virgen para untar un pan.

¿Quién en las celestes moradas osa elevar la voz? 
¿Quién se atreve a juzgarte, infame Creador 
Humillados ocultan el rostro entre las alas 
aceptando tu pérfida luz. En la cloaca humana sólo yo alzo la antorcha 
que exalta a las tinieblas, sólo yo con voz de lepra te exijo el fin del suceder.
Médula sin hueso, gacela que se escapa de mis dientes, quiero que conserves el instante, 
que nada cambie, que las moscas igual que las estrellas zumben fijas en el aire.
Potencia que abate los límites, cobra que hipnotiza el ojo de las puertas, 
tú que has olvidado la belleza del esplendor material, despreciado el lado oscuro,
las inagotables formas de la pasión que determinan el destino del pobre, 
el éxtasis de darle la espalda a toda ley, la interna hermosura del diamante sucio,
los gemidos morbosos de las esferas subalternas, la insigne cristalización del ego,
la lujuria delirante de los sexos que maldicen la reproducción, 
déjame entrar donde quiero, adorar al dinero porque hiede, establecer jerarquías y colocarme en la cima, 
pensar en el fruto y no en la obra, 
robar lo que me pertenece, matar hasta saciar mi bestia, lograr el triunfo sin respetar 
el corazón ajeno, quitarle los frenos al hocico del celo, 
aportar al hombre un regalo magnífico: la ausencia total de la moral, 
para que nunca más le angustien las tinieblas y pueda verse en mí, su espejo negro.

Sumido en el mundo de las apariencias, sombra donde duermes, dios vivo, 
hijo de tus sueños vago en busca del alma que se me ha extraviado. 
¿Tendré derecho a dar la orden que expulse a las arpías, el brazo fuerte para manejar el hacha 
cortando ramas donde sus cuernos se han enredado? 
¿Me dejarás abrirle el páncreas para extraer el objeto nocivo, disolver 
el espejismo donde vive como imagen tuya? Quien anda perdido es el cazador 
y no la presa: rescatar el alma es dejarse devorar por ella.

Corola que se apropia de los pétalos del mundo me abro más allá de las fronteras:
desciende con tus rayos, penétrame hasta el fondo. 
Que el pantano de los reinos inferiores sea reconocido, 
que en la substancia etérea sea yo el que obligue 
al átomo a constituirse, que yo rompa tu unidad, 
y te multiplique en infinitos centros, que la energía del yo interior 
sea transmutada en fuerza utilizable, que la conciencia sea inundada 
por la impenetrable noche de mi risa, que sea yo la tentación suprema, 
el ácido devorante, hasta que el hombre cese de despreciar la vida, 
se haga invulnerable, subordine los poderes del instinto, sea maestro 
de los gnomos de la tierra, de las ondinas del agua, de los elfos del aire 
y de las salamandras del fuego. Déjame ser la sagrada bestia en donde anida un ángel.

Y si no sois fieles lectores de Jodorowsky, supongo que no sabréis que con el mismo título que el de la recopilación de su poesía, Poesía sin fin, realizó una película en 2016, donde se escenifica su vida en Santiago durante los años 40 y 50 del pasado siglo.


Por si os interesa, alguien ha subido la película completa. Podéis verla aquí.

***


lunes, 18 de marzo de 2024

VERANO DEL 36

Editorial
 #elespesordelaherida

La banda sonora de El espesor de la herida se adentra en la penúltima sección del poemario y la creación de Ivan G.M. alcanza la excelencia. No es que la composición que ha realizado me parezca la mejor de las posibles, es que me ha dado pena tener que grabar sobre ella y que no podáis disfrutarla por sí misma. Es una auténtica cantata del dolor que recoge y expresa en toda su intensidad el dolor y las consecuencias que de él se derivaron, tal y como el poema cuenta.

"Verano del 36" es el texto más duro de todos cuantos conforman el poemario, porque cuenta un hecho real que no es una excepción ni un caso aislado. Estos hechos se producen en todas las guerras, aunque nunca sean noticia en ninguna. Son la cara oculta de todas ellas y su aspecto más feroz e inhumano. En este caso, se trata del asesinato de un maestro y su mujer que no militaban en ningún bando, y que marcará toda la vida del hijo huérfano.

Pero El espesor de la herida es, fundamentalmente y por encima de todo, un poemario pacifista, un grito de dolor ante la guerra, todas las guerras, y una reivindicación apasionada de un mundo que sea capaz de resolver sus diferencias sin recurrir a la violencia.

El espesor de la herida ha sido redactado en el deseo, sin duda ingenuo, pero fervientemente sincero, de que algún poema de los que en este librito se recogen sirva para modificar alguna conciencia. Quisiera creer que cumple la intención e, incluso, puede llevar a alguien a territorios del pensamiento próximos a los que defendían GandhiLuther King o Mandela.

La banda sonora:

El recitado con la música:



VERANO DEL 36


Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

MACHADO




José María y Valeriana,

naturales de Hervás y Aldeanueva del Camino

(Cáceres),

fallecieron algún día

del verano del 36,

poco antes de que las fuerzas sublevadas

llegaran a la ciudad.

Nadie sabe dónde están sus cadáveres.

Ni sus nombres. Nada.




No murieron

ni por Dios ni por España.

Alguien que no consta

ni en las listas de vencedores

ni vencidos

los sacó de casa

y los apeó de la vida

brutalmente

una noche de verano

del 36.

No sabemos

si llegó a salir la luna

o estuvo nublado todo el tiempo.

Tampoco sabemos

si cayeron de bruces

o lo hicieron de perfil.

Cayeron,

aunque no fuera

ni por Dios

ni por España.




Ni ellos ni sus asesinos

forman parte de la memoria.

Materia de olvido.

Ni vencidos ni vencedores,

solo un vacío en el registro de la historia,

en las listas de ausentes

y en las de las reivindicaciones.

Ni papeles. Ni cruces. Ni cementerios.

Silencio.

Ni por Dios

ni por España.




***




Días después

—ni por Dios ni por España—,

Luis, un muchacho

a punto de cumplir

los 15 años, recibe

la noticia

y el reloj de José María

rescatado de las ruinas.

Ni por Dios ni por España.

Solo rabia.

Y rencor.

Ciego de ira,

deja el internado

y se apunta a matar rojos.

Ni por Dios

ni por España,

por venganza.




***




No conocí a mis abuelos.

Unos pocos hombres malos

—ellos se creerían buenos—

una noche los mataron.

***


lunes, 19 de febrero de 2024

LA BELLEZA DE LA LUZ

 
Es muy conocida la afición japonesa a observar y disfrutar con la belleza de las flores (hanami). Sabido es que cuando llega la floración de los cerezos, las multitudes se echan a la calle y cada cual aprovecha como puede los días o las horas libres de que disponga para acudir a parques y jardines y regocijarse con la explosión de luces y colores que acontece cada año al final del invierno. 

Existe otra afición menos conocida por aquí que consiste en disfrutar de la luz del sol que se filtra a través de las hojas de los árboles (komorebi). Comparto con la población japonesa este embobamiento ante los efectos que la luz toma cuando es filtrada casi por cualquier objeto. Prueba de ello son estas fotos de una pirámide de cristal que hay en casa y con la que puedo entretenerme durante bastante tiempo cada vez que la luz la atraviesa. 





Pero no, no hago trampa con lo del prisma y la refracción. Los efectos de la luz me gustan en todas sus formas y efectos
 



y, por supuesto, también filtrada por los árboles, aunque, como en este caso, carezcan de hojas.



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martes, 30 de enero de 2024

MURAL DE LA PLAZA SAN MIGUEL


Desde 2019 hay un nuevo mural en las calles de Irún. Es obra del artista Luis Olaso, quien en su momento decía que el arte tenía que inundar las calles para mayor disfrute de la ciudadanía. Como puede apreciarse por la fotografía, lo más interesante de esta obra es la vocación de trampantojo, de crear ilusión, pues ahí donde vemos callejón y escalera no hay nada más que muro impenetrable. Pero la ilusión es divertida y nos permite el juego.

Ahora bien, hay algo más en este entorno al que de alguna manera da sentido esta pintura.

Quien sea de la zona o pase por ahí y lea lo que pone en la placa que indica el lugar en el que está, sabrá que esta es la plaza San Miguel, pequeñita y muy abierta, pero gracias a la intervención urbanística realizada, aunque con esfuerzo, puede hoy llamarse plaza, porque ahí donde vemos un enlosado peatonal con sus grandes maceteros y sus bancos hasta hace poco tiempo existía una calzada practicable por el tráfico rodado y dos estrechas aceras, una situada en el lado del mural y otra donde me he colocado para obtener la imagen. Lo curioso es que antes también este singular trozo de calle recibía el nombre de plaza. ¿Por qué recibía el nombre de plaza algo que a todas luces era una calle?, cortísima, eso sí, pero calle al fin y al cabo.

Acudo al libro de José Monje García, archivero de la ciudad, en busca de respuesta y leo: 

No ha sido posible encontrar la fecha en que se acuerda dar este nombre a dicha plaza, lo que me inclina a pensar que, como la zona del entorno era conocida como barriada de San Miguel, a la plaza que existía en aquellos parajes se la conociera genéricamente como plaza de San Miguel y haya permanecido con posterioridad sin que en realidad se le haya asignado de forma oficial.

Consultados los padrones de habitantes, hasta la década de los años 60 no aparece esta plaza. (en realidad se debe hacer observar que no se trata de una plaza entendida en sentido tradicional, sino más bien de una calle; de hecho cuando en 1960 el constructor de las viviendas situadas en dicha plaza la casa que vemos con el mural— presenta al Ayuntamiento la documentación pertinente, en los planos viene reflejada como "calle nueva" (p 314).

Ya lo véis, el trampantojo y la actuación urbanística última vienen a recuperar la ilusión perdida, esto es, a dar realidad a lo que en su origen fue, la gente nombró como tal y durante muchos años había desaparecido.

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lunes, 29 de enero de 2024

EN RECUERDO DE LOS MUERTOS EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN


El 27 de enero de 1945 el ejército soviético liberaba el campo de concentración nazi más tristemente famoso, Auschwitz. Muchos son los monumentos repartidos por todo el mundo que recuerdan una de las páginas más penosas de la historia del siglo XX. El cementerio de Père-Lachaise de París tiene una gran cantidad de ellos sobre las sepulturas que acogen los restos de quienes murieron en los distintos campos de extermino. Algunos son auténticas obras de arte. Dejo aquí unas pocas muestras. 

Y qué mejor acompañamiento que un poema de Paul Celan, el poeta que construyó toda su obra sobre la dolorosa memoria del exterminio ocurrido en los campos de concentración: 

CERCA DE LAS TUMBAS


¿Conoce el agua de la proa del sur todavía,
madre, la ola que te produjo heridas?


¿Sabe aún el campo, que tiene en medio molinos,
lo suave que tu corazón a tus ángeles ha sufrido?


¿No puede ya ningún chopo, ni los sauces,
quitarte a ti la pena, ni consuelo causarte?


¿Y no recorre el Dios con el bastón floreado
la colina arriba y la colina abajo?


¿Y soportas tú, madre, como antaño en casa,
ay, la rima, suave, dolorosa, alemana?

       Traducción: José Luis Reina Palazón.








 ***