Mostrando las entradas para la consulta Valéry ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Valéry ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

lunes, 3 de julio de 2023

PARA UNA TUMBA DE ANATOLE, S. Mallarmé

Traducción, Mario Campaña.
Stéphane Mallarmé (1842-1898) es un caso raro en la historia de la literatura francesa y, por extensión, en la europea. Formado en el parnasianismo y el simbolismo, trasciende ambos movimientos y con su escasa obra produce un cúmulo de influencias capaces de abrir nuevos caminos en la literatura: Valéry, Darío, J. R. Jiménez, Huidobro, Rilke, Apollinaire, T. Tzara, Lezama Lima o Gamoneda son algunos de sus deudos literarios.

Este boceto de poemario es una de esas extrañas obras que en su incompletitud arrojan una solidez expresiva y una capacidad comunicativa muy superior a muchas obras acabadas, quizás por el acontecimiento del que surge: en 1879, cuando apenas tenía 8 años de edad, muere su hijo Anatole. El poeta, 37 años, se sumerge en el silencio. Poco después empieza a dar vueltas a una obra para rescatarlo de la muerte. 

Según Jean-Pierre Richard, editor y estudioso de Pour un tombeua d´Anatole, el poeta francés intentó con este trabajo probar que el hecho absoluto de la desaparición de un ser puede ser reabsorbido, y, en el límite, abolido por el pensamiento, él también absoluto, que recupera y eterniza en sí la esencia del ser desaparecido (traducción y cita de Mario Campaña en la edición de Bassarai; p 8).

Sea como fuere, el proyecto quedó inacabado y las notas redactadas permanecieron inéditas hasta 1961. 

Puede que asuste un poco leer un texto fragmentario. Tal vez quienes acostumbran a leer poesía a pequeños sorbos —un poema hoy, otro mañana— se desanimen ante el poema sin cerrar. Que nadie se asuste por eso. El fragmento, la raya, el hueco en blanco y hasta la abreviatura dotan a este proyecto de una enorme capacidad sugestiva y absorvente que se lee mejor de corrido, porque la atmósfera que es capaz de crear es absolutamente correspondiente con el tema. Aún diría más: una vez comenzada su lectura es difícil abandonarla.

                 (4
antes hacer
       +    )
<así pues>
  entonces, ¡ soy yo
manos malditas  —
quien te lo ha legado !
      —  silencio
(él perdona)




                        (4
arriba hacia
el fin de II  —
muerto  —

muebles inmortalidad
de esta manera


y un fondo de naturaleza
I  —  ¿ no jugará
más  —  confundiéndose
en el campo
    en que ahora reposa ?




                       (2

          te siento
muy fuertemente  — la
certidumbre
de que te encuentras
siempre con
nosotros, padre, madre,
<cerca>  —  aunque
libre, y en todas partes
a la vez  —

_____

 y las cosas secretas
         —  puedo


Y aquí debajo, en audio, otros tres fragmentos:



***


domingo, 26 de enero de 2014

CUANDO LA LITERATURA SE CONVIERTE EN CORRAL

Cuando era joven y empezaba a interesarme por la literatura, no podía creer que dos grandes poetas como Góngora y Quevedo se enzarzaran en una pelea de gallos absurda y dolorosa, por más que lo dijera el profesor de Literatura, a quien admiraba profundamente y a quien creía todo lo que nos contaba, menos eso. Mis quince ingenuos años no aceptaban vileza tal en grandes figuras.

Luego fui comprobando por mí mismo que no importaba el lugar que se ocupara en el mundillo literario para enfangarse en una refriega barriobajera con el vecino de turno. 

Por desgracia, estar dotado de una sensibilidad fuera de lo común para percibir y expresar el mundo no tiene nada que ver con disponer de la más común de las sensibilidades para respetar al otro. ¡Qué lástima!

Escribía Paul Valéry:

           Qué vergüenza escribir sin saber lo que son el lenguaje, el verbo, las metáforas, los cambios de ideas, de tono; ni saber concebir la "estructura" de la duración de la obra, las condiciones de su fin; ¡apenas el porqué y en absoluto el cómo! Enrojecer de ser la Pitia. 

Reescribían André Bretón y Paul Éluard:

               Qué orgullo escribir sin saber lo que son el lenguaje, el verbo, las comparaciones, los cambios de ideas, de tono; ni sin concebir la estructura de la duración de la obra, ni las condiciones de su fin; ¡en absoluto el porqué y en absoluto el cómo! Ponerse verde, azulear, blanquear de ser el loro...

lunes, 30 de enero de 2023

SUBIR AL ORIGEN. Antología comentada de poesía occidental no hispánica (1800-1941)

Editorial
El profesor de la universidad de Oviedo, José María Castrillón, ha publicado hasta ahora los siguientes títulos de creación:
-La sonrisa de un delfín (Heracles y Nosotros, 1991), 
-Animal de compañía (Nómadas, 1998), 
-Aún por recorrer (Magua, 2004), 
-La vieja munición (Idea, 2005), 
-el círculo y la piedra (Trea, 2006), 
-gramos (Trea, 2010).

Todos ellos son poemarios. Este último, en cambio, es una antología que tiene un fuerte carácter didáctico (o si lo preferís, divulgativo), pues al mismo tiempo que ofrece una selección de textos de la época de la que se ocupa, realiza una introducción de carácter general sobre las características más sobresalientes de ese período histórico, así como otra individual para que ayudar a colocar los textos personales dentro del paorama de la época o de la tendencia en la que se inscriben y a la que aportan nuevos elementos estilísticos y poéticos. Sabido es que toda expresión creativa de alguna relevancia tiene su origen en una tradición sobre la que se construye y a la que, a su vez, modifica. 

Además del recorrido que hace —Wordsworth, Novalis, Leopardi, Keats, Baudelaire, Verlaine, Rimbaud, Whitman, Dickinson, Mallarmé, Rilke, Yeats, Cavafis, Apollinaire, Pessoa, Eliot, Saint-John Perse, Stevens, Eluard, Montale, Benn, Ajmátova— y que no tiene ninguna intención de convertirlo en canónico, ofrece otro itinerario posible para recorrer lo que fue la poesía occidental no hispánica durante ese crucial siglo y medio. En este caso sin selección de textos, pero sí con comentarios precisos y relevantes que ayudan a quien se quiera iniciar en la otra lectura de esa misma tradición occidental y tener así una panorámica más completa —Hölderlin, Heine, Coleridge, Byron, Shelley, Blake, Nerval, Hopkins, Laforgue, Poe, Pound, W. C. Williams, Moore, Frost, Crane, Valéry, Ungaretti, Trakl, Mayakovski, Breton, Tzara, Tsvetáieva—.

Y por si todo esto resultara poco, cada poeta antologado se cierra con un apartado que Castrillón titula como Homenaje en la poesía hispánica. Aquí se recoge un brevísimo comentario sobre la incidencia que ha tenido en la poesía escrita en castellano más un poema que algún poeta ha escrito a manera de homenaje o que ha surgido por la influencia que el poeta antologado ha ejercido en el autor de escritura hispana.

Una antología especialmente recomendable para quienes deseen tener una visión panorámica inicial acerca de la poesía que se practicaba durante ese período.

PS: No transcribo ningún texto porque en este mismo blog podéis encontrar muchos poemas de la casi totalidad de los autores recogidos o citados en la antología.

***


viernes, 25 de septiembre de 2020

UN SIMPLE ESBOZO

El edificio antes de la restauración
(18 de junio de 2014)

Esta fue la imagen que desencadenó el poema. Si a Valéry el primer verso se lo daban los dioses —entendámonos, es una forma de expresar ese golpe de inspiración repentino—, a mí, en este caso, me lo ofreció la contemplación de este ábside y sus recién restauradas pinturas. Y sí, fue literalmente el primer verso.



Pocas veces nos es dado desvelar el misterio.



La curiosidad no satisfecha se aloja en el pecho

como una caracola marina que desde el fondo del mar

empuja su canto hasta la superficie de las olas.


El deseo de saber es nuestro motor más noble:

aun en el cansancio nos impulsa hacia adelante

y en la desorientación nos pone en el camino.


Pero no siempre acertamos y la niebla se extiende,

y surge otra vez la desazón como barco a la deriva

que al borde de la zozobra ignora si será capaz

de dar con un puerto que ponga a salvo a los marinos.


Y vamos dando tumbos, intuyendo

que quizá más allá tampoco haya nada que no sea

otra cosa que un simple esbozo,

un pálido boceto mal trazado, tal vez

un espejo que nos devuelva la imagen que buscamos.


Incluso así, seguimos avanzando porque no hay mayor placer

que acariciar las olas y sentir de tanto en tanto,

al borde de la piel, la armonía esencial del conocimiento.




Del poemario Descender hacia la luz.