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viernes, 2 de diciembre de 2016

GUÍA PARA IDENTIFICAR LOS PERSONAJES DE LA MITOLOGÍA CLÁSICA

El arte occidental, especialmente pintura y escultura, se nutre del imaginario creado por la cultura clásica greco-romana. Es difícil encontrar una obra anterior al siglo XIX que no tenga alguna referencia a las historias o a los personajes que poblaron aquella mitología. Su presencia es casi tan apabullante como la de la mitología cristiana, el otro hilo conductor de la expresión artística occidental.

Hay muchos y muy buenos repertorios iconológicos. Fáciles de encontrar en cualquier librería. Por lo general, son diccionarios que apuntan al estudiante universitario o hacia la persona con buenos y sólidos conocimientos que necesita consultar algún dato en un momento preciso. Esta obra, en cambio, está dirigida a un público mayoritario, interesado en la mitología y que siente la curiosidad de saber qué es lo que se narra en la representación que tiene delante cuando acude a un museo o a cualquier otro tipo de exposición.

Entre sus virtudes yo destacaría el fácil manejo y localización de lo que buscamos. Con cada artículo, ordenados alfabéticamente, hay una ilustración, un texto que explica la historia más significativa del personaje en cuestión, las variantes iconográficas con las que suele aparecer representado y los atributos que a menudo le acompañan. Todo ello expuesto de forma muy clara.

Además, ofrece un índice de atributos que nos remiten a los seres que los portaban, y un bien nutrido glosario de los términos que aparecen en los textos explicativos. También podemos manejar un par de tablas: una con las equivalencias entre los nombre griegos y los latinos, y la otra con todos los nombre propios que se encuentran en los textos, pero que no poseen un artículo propio.

En resumen: un excelente trabajo de Lorenzo de la Plaza, José María Martínez y José Ignacio Vaquero, que cumple ampliamente con el objetivo de informar a quien observa cuál es la escena que se narra y que se puede llevar cómodamente en el bolsillo.

jueves, 24 de noviembre de 2016

EL GIGANTE JÚPITER

Imagen tomada de la NASA
Jueves viene de Júpiter.

Júpiter —el Zeus de los antiguos griegos— es el principal dios de la mitología latina, el padre del cielo, el que era capaz de dominar el rayo, el que destronó a su padre, Saturno —Crono—, ofreciéndole la poción que le hizo vomitar a cuanto hijo había devorado. Los hermanos de Júpiter, cuando salieron, le pidieron que les guiara en la lucha contra los Titanes

Al planeta gigante Júpiter le faltó poco para convertirse en estrella. Si hubiera sido más masivo, habría sido capaz de provocar fusión nuclear en su interior y ahora tendríamos dos soles en lugar de uno. De hecho, emite más energía que la que recibe del Sol.

Se trata de un planeta gaseoso, aunque tal vez albergue en su interior un nucleo rocoso. Sus llamativos cinturones y bandas están formadas por nubes de cristales de amoníaco, que se mueven a más de 400 km por hora. Su Gran Mancha Roja, percibida ya hace más de 300 años, es una gigantesca tormenta en la que cabrían un par de planetas como el nuestro con holgura.

Júpiter forma un sistema solar en miniatura. Sus ¡67! planetas conocidos se agrupan en galileanos —Ío, Europa, Calisto y Ganimedes—, visibles con unos prismáticos, y una legión de planetas menores, de los que todavía no todos tienen nombre propio.

El tiempo que emplea Ganimedes en dar una vuelta alrededor de Júpiter es el doble que el de Europa, y el de Europa, el doble que el que tarda Ío, por eso los tres se alinean con su planeta cada cierto tiempo, lo que es todo un espectáculo para un simple telescopio de aficionado.

Las auroras descubiertas hace relativamente poco tiempo en el polo norte jupiterino son otro hermoso espectáculo, pero solo asequibles a telescopios extraatmosféricos o a sondas espaciales. 

Imagen tomada de Wikipedia
Durante un tiempo, podemos observarlo a simple vista antes de amanecer en el horizonte Este.

¡Feliz jueves y feliz observación!

viernes, 4 de noviembre de 2016

DE CIUDADES, MITOS, CONSTELACIONES Y SABERES

El mito de Calisto se ha contado para dar una explicación de las dos niñas vestidas de osas que aparecían en el festival ático en honor de Ártemis Brauronia y de la tradicional conexión entre Ártemis y la Osa Mayor. Pero se puede presuponer una versión anterior del mito en la que Zeus seduce a Ártemis, aunque ella se transformó antes en osa y luego se embadurnó la cara con yeso para intentar escapar de él. Originalmente, Ártemis era la regente de las estrellas, pero se las tuvo que entregar Zeus.

Con esta nota nos ofrece R. Graves el posible origen del mito de la ninfa Calisto en su espléndido trabajo Los mitos griegos (22, 4). Con esta distribución de farolas el Ayuntamiento de San Sebastián quiere contribuir a encender nuestra curiosidad por el cielo nocturno:

Plaza Julio Caro Baroja

Tal vez lo primero que sorprenda al pasar por la plaza sea la distribución extraña de las farolas y sus poco típicos colores. Si nos fijamos un poco más, inmediatamente nos sorprenderá la colocación de dos de ellas, excesivamente juntas. Y si nos acercamos a cada una, comprobaremos que tienen algo escrito: Dubhe, Merak, Phecda, Megrez, Alioth, Mizar, Alcor y Alkaid. Son los nombres de cada una de las siete estrellas principales de la constelación que llamamos Osa Mayor.

Quienes tengan claro el dibujo que forman las estrellas en el cielo no tendrán ninguna dificultad para reconocer el asterismo. Para quienes no estén acostumbrados, siempre está la posibilidad de recurrir a Google Maps y comprobar cómo se ven las farolas desde el aire, a vista de pájaro.



Una vez encendida la curiosidad, el juego de las preguntas y la búsqueda de las respuestas nos puede llevar tan lejos como queramos ir. Podemos terminar sumergidos en el estudio mitológico —todos los nombres propios de lo que vemos en el cielo tiene una historia detrás—, absorbidos por el conocimiento del Universo, por el callejero de las ciudades, por la historia de la nuestra o por las propiedades de la luz. Y cito solo algunos pocos temas que están en relación directa con lo que la plaza nos ofrece.

No se me escapa la aparentemente poco apropiada distribución de las luces. Quien pase por la plaza, podrá comprobar que esa no es la única iluminación de la que dispone. Se trata de un juego y de una invitación. Se trata de provocar un estímulo que nos lleve a preguntarnos cosas, a querer saber el porqué, a buscar el origen de algo que ignorábamos, de romper la monotonía gris de las calles y de que abramos los ojos ante lo que nos rodea.

A mí me fascina este juego que comienza en el Paleolítico, que continúa con la gran diosa madre, sigue con la suplantación de las diosas femeninas por dioses masculinos, pasa por Ptolomeo y el nacimiento de la revolución científica de los siglos XVI y XVII, tiene que ver con los últimos hallazgos acerca del comportamiento de las partículas subatómicas y que, en definitiva, no termina nunca, porque el deseo de saber y la capacidad de asombrarnos es inagotable.


PS: Muchas ciudades tienen en su callejero nombres de constelaciones o de estrellas; sin embargo, pocas han ido más allá y han realizado alguna actuación urbana, como es el caso de esta colocación de farolas. Si conocéis algún caso similar, no importa dónde, os agradecería mucho que me lo hicieseis saber. Y si podéis aportar información gráfica, mucho mejor. Gracias.

miércoles, 26 de octubre de 2016

EL ESCURRIDIZO MERCURIO

Imagen de la NASA
Miércoles viene de Mercurio.

Hermes —Mercurio para los romanos— era hijo de Zeus y de Maya. Siempre despierto y ligero, ya de niño se liberó del ceñidor y se refugió en Tesalia, donde Apolo guardaba el rebaño de Admeto. Hermes le robó parte del mismo y lo escondió en una cueva. Después construyó la primera lira con el caparazón y los intestinos de una tortuga. Cuando Apolo descubrió el robo y quién lo había realizado, pidió a Zeus que le obligara a devolver lo robado. El padre del revoltoso dios le propuso que cambiara la lira por el rebaño, y así lo hizo. 

Más adelante inventó la flauta de Pan o siringa. Apolo, dios de la música, también la quiso, y consiguió cambiársela por el bastón de oro del que se servía para custodiar el rebaño. Así se hizo con el caduceo, que es uno de sus símbolos. Zeus, contento con el espíritu emprendedor de Hermes, le convirtió en su mensajero. Astuto, rápido, taimado, negociante e ingenioso, de su nombre nos ha venido la palabra hermenéutica.

El planeta tiene alguna similitud con el escurridizo dios, pues resulta difícil de ver, dada su proximidad al Sol, incluso para las sondas y demás ingenios que desde aquí mandamos, ya que tiene que sortear la fuerte atracción gravitatoria del astro rey, como la Mariner 10, Messenger o la próxima BepiColombo.

Entre las peculiaridades de este pequeño planeta están: la alta densidad, superior a la de los demás planetas del Sistema Solar, una superficie muy antigua y parecida a la de la Luna, la extremada variación de temperatura entre día (350ºC) y noche (-170ºC), el tener una ligerísima exosfera de hidrógeno, helio y oxígeno, poseer un todavía no explicado campo magnético y, lo más curioso, dar tres vueltas sobre sí mismo cuando ha dado dos veces la vuelta al Sol, o dicho en términos más exactos: tiene una año de 88 días nuestros (traslación), y un día de 58,65 (rotación).


Imagen de Wikipedia

domingo, 18 de septiembre de 2016

ARGIZAIOLA, PEQUEÑA LUZ PARA ACOMPAÑAR AL MUERTO

Imagen tomada de euskaltalla.es
En el terreno de las creencias y de las costumbres, la luz siempre ha simbolizado la permanencia de la vida. El fuego, y la luz que aporta, es un elemento que ha estado presente en los ritos funerarios de todas las culturas. Desde el Paleolítico hasta hoy, es indispensable para acompañar al difunto. En el País Vasco existe un objeto propio de esta tierra para cumplir esa función: la argizaiola. 

La argizaiola —argizai, cera, vela; ola, tabla— es una tablilla en la que se enrolla una cera cuyo extremo queda en posición vertical para poder ser encendido. Ambos elementos, la madera y la cera, eran indispensables para su creación; como lo era la contribución de las abejas, a las que se invocaba con este dicho: Erletxoak, erletxoak, egizue argizaria; nagusia hil da ta elizan argia behar da (abejitas, abejitas, haced cera; el señor de la casa ha muerto y hace falta luz en la iglesia).

En la actualidad hay dos lugares donde podemos encontrar una buena colección de argizaiolas, independientemente de los talleres artesanos, pocos, donde aún las realizan: el Museo de San Telmo y la iglesia de Amezketa. Esta iglesia es todo un lujo para el visitante y para el antropólogo, porque además de tener más de un centenar, se encuentran en el espacio y la disposición propios para las que fueron creadas.


Amezketa, misa de difuntos. Imagen tomada de euskonews.

El pequeño pueblo de Amezketa tiene otros muchos encantos, incluido el de ser una de las puertas de acceso al Parque Natural de Aralar.

jueves, 19 de mayo de 2016

PIEDRA DEL SOL, donde poesía, mito e historia se unen

Museo Nacional de Antropología, México

Editorial
quiero seguir, ir más allá, y no puedo:
se despeñó el instante en otro y otro,
dormí sueños de piedra que no sueña
y al cabo de los años como piedras
oí cantar mi sangre encarcelada,
con un rumor de luz el mar cantaba,
una a una cedían las murallas,
todas las puertas se desmoronaban
y el sol entraba a saco por mi frente,
despegaba mis párpados cerrados,
desprendía mi ser de su envoltura,
me arrancaba de mí, me separaba
de mi bruto dormir siglos de piedra
y su magia de espejos revivía
un sauce de cristal, un chopo de agua,
un alto surtidor que el viento arquea,
un árbol bien plantado mas danzante,
un caminar de río que se curva,
avanza, retrocede, da un rodeo
y llega siempre: 

Esta es la última estrofa del más célebre poema de Octavio Paz. Los seis últimos versos son los mismos con los que comienza esta inmensa composición de 584 versos. 

Los expertos en la obra del premio nobel suelen decir que es una obra circular, por eso de que acaba igual que comienza. A mí me gusta más decir que es un poema laberíntico, porque a medida que avanzamos por él vamos descubriendo nuevos significados, nuevas referencias, nuevos elementos. Tal es su carga simbólica, tan del gusto del mexicano. Y como ocurre también en muchos laberintos, solemos terminar en el comienzo.

Pertenece al libro Libertad bajo palabra. Podéis leerlo completo aquí, y disfrutar de un extenso comentario en esta otra dirección —seguro que más de uno lo agradece—.

***

Esto, en principio, solo iba de poesía, pero así como las búsquedas están relacionadas, también lo están los resultados. Así que aquí os dejo la explicación que Alfonso Rivas Salmón ofrece de la famosa Piedra del Sol, origen del poema y a la que tanto le debe.

domingo, 20 de marzo de 2016

FELIZ COMIENZO DE LA PRIMAVERA

Hace unas pocas horas ha dado comienzo la primavera. Para celebrar este pequeño acontecimiento no se me ocurre mejor forma que recordar aquí la historia de Fílide y Acamante.

Imagen tomada de madridfree.org
Fílide era una princesa tracia que estaba enamorada de Acamante,joven griego, que andaba ocupado en otros menesteres como guerrear en Troya. La joven se acercaba todos los días a la costa para ver el regreso de su enamorado, pero el joven no aparecía y ella murió de amor y de tristeza. La diosa Atenea transformó el cadáver en un almendro. Al día siguiente, apareció Acamante y, enterado de la noticia, abrazó el almendro. Como respuesta al gesto de cariño el árbol floreció inmediatamente.

Esta hermosa y triste historia, símbolo del amor juvenil, del renacer, de la pureza, se expresa a través de la aún más hermosa floración anual del almendro, en cuanto las frías temperaturas del invierno ceden un poco.

Por lo demás, y para ser sincero, se trata de una reescritura más bien moderna del mito, porque ni Homero, ni Virgilio, ni Ovidio, ni Diodoro nos la cuentan así. Pero esa es otra historia.

Machado también se ocupó de la misma simbología en estos versos:

Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!

Como quiera que sea, disfrutad del día estéis donde estéis.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

MIDAS, EL REY QUE CONVERTÍA EN ORO LO QUE TOCABA

Midas ante Baco, de Poussin. Imagen tomada Wikipedia
Toda la mitología es, además de un conjunto de relatos la mayoría de las veces estupendo, un intento de explicar algo que no era posible explicar en la época si no era recurriendo a historias fabulosas. Por lo general, detrás de cada cuento hay algún elemento real que en ocasiones se nos escapa.

Es harto conocido el relato del rey Midas, a quien Dioniso le había concedido el don de transformar en oro cuando tocara. Esta facultad pronto acabo con la vida de su querida hija en el momento en que la abrazó, y hubiera terminado con la suya propia si no se hubiera liberado de ella, pues cuanto sus labios tocaban quedaba reducido a piezas de ese apreciado metal.

Obviamente, nada de eso debió ocurrirle al Midas real. Pero hoy sospechamos de dónde pudo venir semejante historia. El bronce —aleación de cobre y estaño— era la tecnología punta del momento. Al Midas histórico le gustaba rodearse de objetos elaborados en ese metal, símbolo de poder. Lo que ocurre es que al decir "bronce" tal vez deberíamos decir "oro" o, mejor aún, "latón".

Una característica de los depósitos de metales cercanos a Frigia era la abundancia de menas de cinc. Las menas de cinc y estaño suelen aparecer mezcladas en la naturaleza, y los depósitos de estos metales pueden confundirse fácilmente con los del otro. 

Lo verdaderamente interesante es que el cinc mezclado con cobre no forma bronce, sino latón. Y las fundiciones de latón más antiguas se encuentran precisamente en la zona de Asia Menor en la que reinó Midas. El bronce es lustroso, pero con matices de cobre. El brillo del latón es más seductor, más dorado. Así que el toque de Midas posiblemente no era más que un accidental toque de cinc.


***
En el anecdotario científico, a veces se le atribuye a Midas el descubrimiento del estaño, del plomo negro (grafito) y del plomo blanco (cerusita).

jueves, 17 de julio de 2014

EL PAÍS DE JAUJA

El País de Jauja. Brueghel
De entre la larga lista de los lugares inexistentes que la humanidad ha ido imaginando Jauja es, quizá, el más infantil e inocentemente gamberro de todos ellos. Los que consiguen acceder a él pueden disfrutar sin ningún esfuerzo de cuantos manjares y bebidas queramos imaginar. Es algo así como el paraíso de la gente glotona, el cielo de los que se abandonan a sí mismos y, sin esfuerzo ninguno, pueden deleitarse con todo tipo de golosinas.

Resulta al menos curiosa esa insistencia —de todas las culturas y de todas las épocas— en idear lugares mágicos donde se puede vivir satisfaciendo necesidades, generalmente materiales, sin ningún esfuerzo. La literatura, tanto popular como culta, tiene una larga tradición y una poderosa inventiva. De ella quiero entresacar dos ejemplos que me han llamado la atención. 

El primero tiene que ver con mi ignorancia. Desconocía que el País de Jauja y el de la Cucaña fueran lo mismo. Parece que el texto más antiguo que ha llegado hasta hoy es Il Fabliaus de Coquaigne, siglo XIII, donde se nos dice: El país se llama Cucaña, donde más se duerme más se gana (versos 25 y 26). En el British Museum conservan alguna ilustración italiana del XIX relativas a este no-lugar.

El segundo ejemplo es del Decamerón, ese divertido clásico italiano del siglo XIV. Lo he estado revisitando estos días y me he encontrado con que, sin saberlo, resulta que vivo en el País de Jauja, y yo sin darme cuenta. En la octava jornada, tercera novela, se dice lo siguiente: Maso respondió que la mayoría (habla de unas piedras mágicas) se encontraban en Berlinzón, tierra de los vascos, en un país que se llama Jauja, en donde se atan los perros con longaniza. [En otras versiones, en lugar de Jauja, utilizan Bengodi].

No os quiero dar envidia, pero así es la cosa. No andéis buscando más porque el País de Jauja está aquí. Lo dice Boccaccio, todo un clásico.

sábado, 1 de febrero de 2014

FEBRERO (COSAS DEL PODER)

Imagen tomada de Wikipedia
Entramos en febrero, ese mes paticorto y un poco anodino por el que transitamos a la espera de mejor tiempo. 

El mes se lo debemos a Numa, aquel rey romano que quiso ordenar el calendario y estableció doce meses lunares. En su origen tenía 29 días, pero después llegó la reforma de Julio César y pasó a tener 30 días los años bisiestos. En estas estábamos, cuando en honor del emperador Augusto se dio su nombre al mes sexto

Pero la cosa no quedó ahí, porque ese mes tenía sólo 30 días y no podía ser que el gran Augusto, para quien se renombraron todos los títulos, disfrutara de un mes en el calendario con un día menos que su antecesor Julio —mes y césar—. Por lo tanto, tiraron de febrerillo y cogieron el día que necesitaban para que los grandes estuvieran emparejados y no sufrieran en su orgullo.

Eso sí, febrero siguió estando dedicado a la purificación y todo ese rollo de los espíritus malignos que era necesario espantar, y que era lo que subyacía en el desmadre romano de las ancestrales fiestas lupercales, origen de nuestros carnavales, que, por cierto, este año no caen en febrero, sino en marzo. Y la culpa es de la Luna y de la Iglesia (católica), que no deja de ser pagana, mal que le pese. 

Abrigaos y sed felices.

viernes, 8 de noviembre de 2013

RITOS Y MITOS NAVIDEÑOS: EL MUÉRDAGO

El muérdago y el acebo son las dos plantas más navideñas en el imaginario europeo. De las dos, el muérdago es el que tiene acreditada una mitología más antigua y una tradición más rica, tanto que el famoso libro La rama dorada, la más importante obra de Frazer, se titula así en referencia a esta planta semiparásita.

El muérdago era la planta que los druidas celtas recogían muy ceremoniosamente la primera noche de luna nueva, preferiblemente con una hoz de oro y sin que cayera al suelo. Creían que era una planta sagrada con numerosas virtudes, entre ellas la de proteger las casas de muchos males y enemigos.

En la mitología nórdica, el muérdago será el causante de la muerte de uno de sus dioses. Tomo la historia completa del Dicconario Espasa de mitología universal (p. 128):

Baldr ("Señor"). Dios germano-escandinavo, hijo de Odín y de Frigg, es el mejor, el más bello y el más sabio de todos los Ases (...) Su mito comienza con los sueños que el propio dios tiene presagiando su muerte. Su madre, Frigg, actuó rápidamente para prevenir esta desgracia, haciendo jurar al fuego, a los metales, al agua, a las rosas, a los animales, a las enfermedades y a los venenos que no le harían ningún mal a Baldr. Todos juraron. Para comprobar la promesa, los Ases convierten a Baldr en el blanco de un juego, atacándolo con todas las armas. Loki envidiaba a Baldr, y disfrazado de anciana preguntó a Frigg si alguna cosa no había tomado juramento: la diosa desveló el secreto: un brote de muérdago. Loki lo arranca y se lo da al hermano ciego de Baldr, Hödr, para después indicarle en que dirección tenía que lanzarlo. Hödr acierta en el blanco y Baldr cae muerto. Se realizan los funerales en el barco de Baldr, convertido en pira funeraria, y allí su viuda Nanna muere de pena, con él junto a sus tesoros. Frigg envía a Hermodr al reino de Hel para que intentar que Baldr vuelva al Asgardr. Hel pone como condición que todo el mundo llore por su muerte. Así lo hicieron, menos una gigante llamada Thokk —probablemente es Loki disfrazado—, causa que invalida la misión. Pero Baldr resucitará después del Ragnarök. Baldr sería un dios d ela vegetación, que recibiría culto bajo la forma de un roble personificado, cuya alma es el muérdago. Los paralelismos entre Baldr y Cristo se establecen a partir de su muerte inocente imposible de resarcir, lo que parece un sacrificio ritual para conseguir la salvación de seres humanos; ambos retornan después del Apocalipsis. en el universo escandinavo antiguo este mito simboliza la impotencia de los dioses frente al Destino, Dios Supremo. (Artículo redactado por Rosa Mª Sierra del Molino).

La costumbre muy extendida en el mundo anglosajón de besarse cuando dos personas de sexo contrario se encuentran bajo una rama de muérdago colocada sobre el dintel de alguna puerta parece que viene del antiguo mundo grecorromano, que ya la practicaban hace más de dos mil años.

jueves, 17 de octubre de 2013

TRISTÁN E ISOLDA

Esta es, tal vez, la última edición de un clásico de la literatura medieval. Es, posiblemente, el cantar de gesta del que existen más versiones, pues infinidad de poetas —de trovadores— se dedicaban a contarlo, y siempre tenían éxito con él.

La versión que tenemos aquí es la de un gran filólogo y estudioso de las literaturas medievales que, con notable gracia y buen estilo, nos ofrece esta historia de un amor imposible, tan hermosa como desgraciada. Bédier, a su vez, se basa en la versión de Thomas de Bretaña (siglo XII), para publicar en 1900 una historia que vuelve a tener el mismo éxito que en la lejana Edad Media. Más de cien años después de su primera publicación la redacción de la historia que hizo Bédier sigue vendiendo.

En la actualidad, coexisten en las librerías numerosas versiones y adaptaciones de esta sobrecogedora historia de amor. Pero no sólo la encontraremos en palabras sobre papel. El cine no se ha cansado tampoco de hacer sus adaptaciones, que yo sepa, la última es de 2006. Y qué decir de las otras manifestaciones artísticas: tanto la música, como el teatro, la danza o la ópera han recurrido a ella en infinidad de ocasiones; aunque, seguramente, será la versión de Wagner la que todos tengamos en la memoria, aun no siendo aficionados a la ópera.

Tristán e Isolda, una historia otoñal donde las haya, amor y muerte entrelazados de manera sublime para siempre. Una historia profundamente romántica, muchos siglos anterior al romanticismo. Una historia para devorar en las tardes, casi noches, de este octubre que camina a paso rápido hacia los bosques dorados del 1 de noviembre.

martes, 27 de noviembre de 2012

ORFEO Y EURÍDICE

La 2 de tve está emitiendo los domingos a las 12 de la noche —hora imposible para los seres humanos con trabajo— una serie dedicada a los mitos griegos. Cada capítulo dura poco más de 20 minutos y combinando la narración de una voz en off, el dibujo y el trabajo con actores, logran crear un producto muy atractivo. Si no podéis verlos en directo, aquí tenéis el enlace con el que acceder a todos los capítulos que han puesto en antena hasta ahora.


Este es el capítulo dedicado a Orfeo:

miércoles, 18 de julio de 2012

HESÍODO

Hesíodo carece del impulso creador de Homero, de su viva imaginación poética y no tiene la fuerza epopéyica del creador de la Ilíada. Sin embargo, Hesíodo tiene la claridad y el desarrollo del didacta, del hombre práctico, del campesino (Alejandro Magno dijo de él que era el poeta de los campesinos) que conoce bien la tierra y sus necesidades, del poeta que sabe el esfuerzo que representa el trabajo diario y se esfuerza por transmitirnos naturalidad y conocimientos prácticos. Es también, de alguna manera, el primer intelectual, pues intenta poner en relación cuanto sabe para darnos consejos, para ofrecernos una visión más amplia de la condición humana. Es, en definitiva, un humanista que recorre con sus versos los caminos que van de lo más simple y próximo a lo más complejo y alejado.

La Teogonía es el primer texto que nos expone en toda su magnitud el origen del cosmos y la genealogía de los dioses. (Wikipedia tiene un cuadro verdaderamente meritorio con el árbol genealógico de los dioses griegos según Hesíodo).

Los trabajos y los días es su obra mejor conservada. Tiene un claro carácter didáctico (enseñarnos qué labores corresponden a cada época del año y cómo desarrollarlas) y moralizante (el trabajo es fuente de satisfacciones, siempre que se haga honradamente; la justicia debe presidir nuestras acciones, "la riqueza no debe ser tomada con violencia"). En esta obra también se recoge la descripción de las distintas edades del hombre.

El escudo de Heracles, pieza muy incompleta, cuenta la expedición de Hércules (Heracles) y su sobrino Yolao contra Cicno, el hijo de Ares. Cicno morirá en este combate y será transformado por su padre en un cisne, de ahí el nombre.

Muchas editoriales tienen en su catálogo las obras de Hesíodo y es muy fácil hacerse con alguna.

viernes, 12 de agosto de 2011

TRAS LOS PASOS DEL REY ARTURO

Me gusta descubrir sitios de la mano de la literatura, la mitología o algún tema que me atraiga especialmente. Me gusta viajar con la intención de adentrarme en algo más que un simple lugar desconocido. Así, durante los primeros días de agosto, he estado en el sur de Inglaterra, más concretamente en el condado de Cornualles, sumergido en la leyenda del rey Arturo.

La primera etapa del periplo ha sido Winchester, donde se encuentra el tablero de la mesa redonda (aparece en la foto). En el tablero se pueden leer los nombres de cada uno de los caballeros. ¡Qué poderoso atractivo el del mito, capaz de concentrar a una multitud de personas en torno a una mesa, que ni tan siquiera es de la época a la que la leyenda se refiere! ¡Qué fuerza! ¡Qué capacidad de expresión a través del tiempo! La ciudad, por supuesto, tiene más atractivos que el de albergar la mesa en la que los caballeros compartían tertulias y manjares.



El segundo punto del recorrido ha sido Salisbury, por donde Arturo y sus caballero anduvieron batallando, y donde Constable dejó para siempre la impronta de su buen hacer artístico. Ciudad amable donde las haya, Salisbury se ofrece generosa como un buen punto de descanso para poder disfrutar de la leyenda, de una buena pinta de cerveza, o de una siesta en el inmaculado césped que rodea una de las catedrales más bellas del gótico inglés.




Desde esta ciudad es muy fácil acercarse a Stonehenge y sumergirse en la milenaria historia de unas piedras, cuyo misterio no ha sido definitivamente desvelado, aunque ya sepamos muchas cosas. En cualquier caso, una vez allí, no está de más imaginarse a Merlín, el mago-chamán de la tribu artúruca, haciendo sus invocaciones para conseguir salvar a su rey de algún apuro o, simplemente, como una de las más fantásticas leyendas dice, levantando con sus poderes esos círculos de piedra.




Muy próxima a la ciudad de Salisbury se encuentra un pueblecito muy pequeño, pero de gran significado para la leyenda artúrica, pues en su parroquia se refugió Ginebra después de que Arturo muriera en la batalla de Camlann. En ese convento, dice la leyenda, estuvo recluida hasta que murió. Una vez muerta, Lanzarote fue a recoger el cuerpo de la reina para enterrarlo en Ávalon junto al que había sido su esposo, Arturo.


Desde allí me he dirigido al extremo sur occidental de la isla, al finisterre anglosajón. Es una zona plagada de referencias a los personajes de la leyenda artúrica, especialmente Merlín y Tristán. De esta zona, hoy sumergida por las aguas, era originario el caballero que amó a Isolda. Los arqueólogos han encontrado bajo esas aguas numerosos restos de poblaciones.




A pocos kilómetros se encuentra la roca de Merlín, islote situado frente al pueblo pesquero de Mousehole. La tradición dice que desde ese islote realizó una fatídica predicción que se cumplió bastante años más tarde. En ella afirmaba que el hermoso y pacífico pueblo sería arrasado por tropas españolas, y así ocurrió en 1595, cuando Carlos de Amezketa y sus soldados dieron fuego al caserío.




Desde Mousehole se divisa el islote de San Miguel (Saint Michael's Mount), hermano gemelo del Saint-Michel francés. Lógicamente, también este islote se convierte en península cuando la marea sube. Lo que no dice la leyenda es si la marea estaba alta o baja cuando Arturo luchó aquí con un temible dragón al que venció, liberando así a los habitantes costeros de tan temible animal.



Después de visitar uno de los lagos donde la leyenda dice que fue arrojada Excalibur y el monolito que indica el lugar del enterramiento del noble caballero Tristán, he pasado por uno de los castillos más míticos de todo el Reino Unido, Tintagel. En este castillo sitúa la leyenda el nacimiento del rey Arturo, hijo de Uther y de Igraine. El castillo está situado en otro casi islote de la costa y su acceso resulta ser un aventura si se padece vértigo, pero el ascenso merece la pena porque las vistas de la costa y sus acantilados son magníficas desde allí. Alguna foto podéis ver sobre lo que digo en enlace que os dejo al final de la entrada.



En este recorrido por la leyenda de Arturo no puede faltar una visita al único centro dedicado al mítico rey que existe en Inglaterra. Es muy humilde, pero tiene todos los elementos necesarios para informar agradablemente sobre lo que hay de mito y lo que hay de realidad en este personaje novelado magistralmente por Thomas Malory en el siglo XV. El centro se sitúa en Slaughter Bridge, zona en la que se produjo la batalla final entre Arturo y su hijo Mordred, en la que ambos murieron, y por donde yo anduve jugueteando como un crío con su espada.

Si queréis saber más sobre las aventuras de Arturo y sus caballeros, sobre sus aventuras y sus desdichas, podéis acudir a :

- La muerte de Arturo. Thomas Malory. Siruela. 2008.

-Excalibur, película dirigida por J. Boorman. 1985.

Y para terminar, si lo que queréis es ver unas cuantas fotos más del viaje, por si estáis pensando en preparar el vuestro, pinchad aquí.



viernes, 27 de agosto de 2010

MAPA DE LA LUNA

La Luna es nuestro único satélite y fuente de inspiración de toda clase de fábulas, cuentos y poemas. Desde el comienzo de las civilizaciones hemos mirado hacia ella y hemos imaginado todo tipo de historias. Como ya dijo Galileo -aunque con toda probabilidad miles de personas lo dijeron antes que él, pero no quedó escrito-, es una visión hermosa y maravillosa contemplar la Luna. Esta visión es más hermosa si cabe, cuando, además, sabemos lo que vemos y lo nombramos. Estoy seguro de que el mapa virtual que dejo aquí enlazado os resultará de gran utilidad para que el placer de mirar sea aún mayor.

Unos simples prismáticos os permitirán observar la mayoría de los cráteres que aparecen cartografiados en el mapa. Los mejores para mirar el cielo son los 7 X 50 o los 10 X 50, donde 50 es el diametro de apertura y 7 o 10 el número de aumentos. Con un aumento mayor es muy difícil mantenerlos firmes y la observación se hace inútil debido al temblor que produce nuestro pulso.


Importante: la mejor observación para poder identificar lugares es la que se realiza durante los cuartos crecientes o menguantes, puesto que cuando está llena y la luz del sol da de frente, todos los objetos se aplanan y pierden relieve. Así, a medida que va creciendo o disminuyendo, debemos ir fijando nuestra atención sobre la zona donde queda delimitada la luz y la penumbra (terminador). El espectáculo, en una buena noche, puede ser asombroso.


Y aquí tenéis un vídeo que muestra los lugares donde se han producido algunos alunizajes, como el del famoso Apolo XI. Ha sido preparado por la Agrupación Astronómica de Castelldefels.


Para terminar la entrada, la referencia mitológica:

La Luna era la antigua diosa griega Selene, hija de Hiperión y de Tea, ambos titanes, dioses preolímpicos. Era hermana de Helios (el Sol) y de la Aurora. Suele aparecer representada como una hermosa joven que recorre el cielo en un carro de plata, aunque también montada sobre un caballo o una mula. El más famoso de sus amantes fue Endimión, con quien tuvo cincuenta hijos, pero no fue este el único, ya que con Zeus tuvo a Pandia, la luna lllena. El dios Pan también fue amante suyo y éste, como reconocimiento, le regaló los bueyes  blancos que desde entonces tiran de su carro.

Es un divinidad asociada al misterio, la magia, el parto, la mujer, las fuerzas ocultas..., como corresponde a una diosa de la época matriarcal. 

Con la llegada de la civilización romana quedó asociada a la diosa Diana, la cazadora y señora del bosque y de la noche, pasando ésta a ocupar sus funciones y características.

domingo, 6 de junio de 2010

EL MÉDICO DIVINO

No es este un libro para iniciarse en el relato de los mitos, ni para realizar una primera aproximación a la antigua religión griega. Es un libro de especialista. Es un texto de uno de los grandes mitólogos actuales: Karl Kerényi. Pero que nadie se asuste. Los grandes especialista tienen el raro don de acercarnos a los rincones más profundos, de hacernos tocar las ideas más complejas con exposiciones limpias y sencillas. Kerényi es uno de ellos. 

Con una habilidad producto de vastos conocimientos en materias tan distintas como la filología, la arqueología, la historia de las religiones o la psicología, el autor nos aclara el mito de Asclepio, el dios médico. Y teniendo en cuenta que nos movemos en un terreno límitrofe entre la vida y la muerte, entre el más acá y el más allá, Kerényi nos aclara al mismo tiempo aspectos fundamentales de la antigua religión griega. Este, de hecho, es el primer libro que publicó bajo el tema de Imágenes primigenias de la religión griega. La segunda entrega, Hermes, el conductor de almas, ha aparecido este mismo año, y pronto estarán listos los dos restantes: Misterios de los Cabiros y Prometeo.

Feliz lectura.