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jueves, 20 de febrero de 2014

SHELLEY: ODA A NÁPOLES (un fragmento)

La ciudad de Nápoles con el Vesubio al fondo

Gran Espíritu, amor más profundo que riges
y que mueves cuanto hay en la orilla italiana:
tú que extiendes el Cielo y que pones en torno
bosques, olas y rocas; tú, que sobre tu estrella
estás sentado, encima del suelo del océano;
¡alma de la belleza!, a cuyo suave mando
las lluvias y los soles destilan su abundancia
desde la gelidez del seno de la Tierra;
haz que esos rayos sean un fuego cegador
de rayos, y esas lluvias, rocío de veneno.
Haz mortal la abundancia de la Tierra, y ordena
al claro cielo en lo alto, mientras que lo rodean
la luz y la tiniebla, ¡que les haga su tumba
el que quiso hacer de él nuestra tumba y la suya!
O llena con tu ardor armonioso a tus hijos
y álzalos, mientras sobre el sumiso horizonte
tu lámpara da fuego a toda onda en la tarde;
¡sea la alta esperanza del hombre, su deseo
lo que haga realizarse tu voluntad divina!
...
Espíritu, no importa de tu estelar sagrario
qué concedas o qué guardes, ¡ojalá quede
esta ciudad por siempre de tu adoración libre!

Traducción de José María Valverde.

lunes, 4 de agosto de 2014

SI MUEREN DULCES VOCES

Imagen tomada de Wikipedia
Un 4 de agosto, igual que hoy, pero de 1792 nacía el poeta romántico inglés P. B. Shelley. De él ya hay algún otro rastro en este espacio (Ozymandias y Oda a Nápoles), pero un día como hoy se merecía estar presente y que él mismo hiciera honor a sus propias palabras. Celebrar la poesía y a quienes la escriben siempre será una tarea de este blog.


SI MUEREN DULCES VOCES

Queda la música de las voces que mueren
Vibrando en la memoria.
Viven los aromas de las enfermas violetas
En los sentidos que despierta su dulzura.

Cubren los pétalos de las rosas muertas
El lecho de la amada.
Y así sus pensamientos, cuando se haya ido,
El amor mismo los mecerá en sueños.

               Traducción de Ángel Rupérez.

Aunque el poema tiene que ver con el amor de pareja, no creo que ni Shelley ni nadie se enfade porque cada cual haga objeto de sus pensamientos a quien desee o a lo que desee. Por mi parte quiero que mi recuerdo sea para el propio poeta, y que su voz permanezca vibrando en nuestra memoria mucho tiempo.