lunes, 22 de abril de 2024

TATIANA BLANQUÉ

Este es el lugar

Y este

1, el recibimiento:




2, la inmersión:


3, el festín:
 







No hay mejor aproximación a la belleza de la naturaleza que sumergirse en ella, en la propia naturaleza. Sin embargo, en ocasiones, el arte tiene casi la misma capacidad de aproximarnos a ella, y Tatiana Blanqué es capaz de hacerlo con mucha ternura, una técnica excelente y grandes dosis de originalidad y buen gusto.


4, las palabras de la artista: 



HASTA EL 16 DE JUNIO
Lunes a viernes: 9:30-18:00
Sábados: 10:00-14:00 / 15:00-19:00
Domingos y festivos: 10:00-14:00

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domingo, 21 de abril de 2024

XXI. MENDEKUA, Neomak


Muchos de los caminos que el movimiento romántico abrió a finales del XVIII y principios del XIX todavía se mantienen y se pueden apreciar en el cine, en la literatura, en el arte y, como es el caso, en la música de Neomak. Pero no voy a escribir sobre eso, que hoy toca música. Lo que haré será traducir lo que cantan, porque aunque siempre tenéis a vuestra disposición los traductores varios, seguramente se iban a liar un poquito con eso del género de las palabras, que en español sí hay, pero no así en euskera:

Nos quieren ver
compitiendo entre nosotras, 
para ser rivales
nos educaron, pero

¿no es mejor unidas que estar siempre enfrentadas?
¿No es mejor unidas que estar siempre enfrentadas?

Objeto de deseo,
bellas, obedientes, perfectas...
pero ¿desde cuándo no somos
sujeto de deseo?

¡Nosotras sabemos de quién es el deseo que queremos poner en el centro!
¡Nosotras sabemos que nuestro deseo es el que queremos poner en el centro!

Si nos han construido
miradas ajenas,
lo que tenemos que hacer
es mirarnos juntas.

Porque el empoderamiento no colectivo no es empoderamiento.
Porque el empoderamiento no colectivo no es empoderamiento.

Creer la una en la otra
será la venganza.
Es trabajo mutuo darse espacio.
Creer la una en la otra
será la venganza.
La autoridad se da de mano a mano.

Tener una teoría
es motivo de reflexión,
pero dejemos
el polvo en los libros.

¡Si no es desde nuestros tablados no empezará nunca la revolución!
¡Si no es desde nuestras creaciones no empezará nunca la revolución!

¡Si no va desde nuestros cuerpos no empezará nunca la revolución!
¡Si no va desde nuestros cuerpos no empezará nunca la revolución!
¡Si no va desde nuestros cuerpos no empezará nunca la revolución!
¡Si no va desde nuestros cuerpos no empezará nunca la revolución!

Creer la una en la otra
será la venganza.
Es trabajo mutuo darse espacio.
Creer la una en la otra
será la venganza.
La autoridad se da de mano a mano.

¡La revolución tiene que empezar por nuestros cuerpos!
¡La revolución tiene que empezar por nuestros cuerpos!
¡La revolución tiene que empezar por nuestros cuerpos!

La letra original es de Haizea y Oihana Arana.

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sábado, 20 de abril de 2024

GUERRA Y PAZ, Tolstói

Traducción: Serge T. Baranov y N. Balmanya
Supongo que la época de leer las grandes novelas del XIX es el período de formación juvenil, pero solamente leí unas pocas en aquel período y ha sido este año cuando me he dedicado a esta inmensa Guerra y paz cuya edición, la que aquí aparece, tan solo tiene un año menos que yo y que he heredado hace relativamente poco tiempo. 

Dejando a un lado la traducción, o más precisamente, el español al que se vertió en su momento la novela, debo admitir que todavía estoy impresionado (terminé de leerla hace poco más de una semana) y solamente quiero exponer aquí algunas razones que incidan en por qué debe alguien leerla... si es que no la ha leído. 

¿Por qué alguien del siglo XXI debería leer Guerra y paz?

  • Porque se trata de un clásico de la literatura universal, de esos libros que siempre citaríamos entre las cien novelas más... de la historia de la literatura. Aunque esto tal vez carezca de importancia para mucha gente. Pero dicho queda.
  • Porque Tolstói logró escribir una magnífica epopeya que, si bien comienza siendo una indagación acerca de lo que podríamos señalar como sus antepasados familiares, según vamos avanzando vamos descubriendo cómo se transforma en una gigantesca panorámica sobre la historia rusa que nace con la revuelta decembrista (1825) y se convierte en un profundo análisis de las historia rusa, los distintos estratos sociales que conforman su sociedad, y una búsqueda incansable de los muchos porqués en torno a la historia, la sociedad, las creencias religiosas, las relaciones humanas y, sí, también sobre la violencia y el pacifismo. (Debo recordar aquí que fue Gandhi quien se puso en contacto con Tolstói, a quien admiraba por su convencimiento sobre el tema —no hay que combatir el mal con violencia—).
  • Porque Tolstói no predica, no alecciona, sino que escribe una fantástica historia con una calidad narrativa excelente y son los hechos y sus consecuencias, junto con la masa coral de personajes y sus decisiones quienes nos hablan. 
  • Porque se trata de un estupendo friso socio-histórico donde podemos ver en vivo y en directo el enfrentamiento entre dos maneras de entender el mundo: la civilizada, de la que procede el propio autor y cuyas convenciones, ritos y costumbres repudia, y la natural, donde lo importante es la actuación espontánea dirigida por las pautas que marca la propia naturaleza. (Aquí también podemos ver la contradicción que supuso, como en casi toda Europa, el choque entre las ideas liberales, progresistas, afrancesadas, que buena parte de la nobleza y la intelectualidad rusa defendían y el patriotismo que suponía oponerse al enemigo invasor, que era quien traía aquellas ideas, el primogénito endiablado de la revolución francesa, Napoleón).
  • Porque —y con esto termino, que no quiero ser pesado— es el magnífico uso de ese recurso literario que se conoce con el nombre de extrañamiento. No es Tolstói quien lo inventa ni lo usa por primera vez. Ya se utilizaba incluso en los cuentos populares. La cuestión es que él se vale muy eficazmente de este recurso para poner en tela de juicio dogmas, ritos y costumbres aceptados hasta entonces con naturalidad, pero que gracias a su uso nos dimos cuenta de que no siempre lo que habíamos estando aceptando como natural o de sentido común tenía por qué serlo. Como decía el propio Tolstói: La inteligencia que yo tengo y que me gusta en los otros es la que se da cuando un hombre no cree en teorías, sino que, haciéndolas avanzar, destruye cada una de ellas y, sin culminarlas, construye otras nuevas (tomo la cita de Ricardo San Vicente, La literatura admirable, p 461).

Más de mil páginas llenas de gran literatura.

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jueves, 18 de abril de 2024

ISABEL AZKARATE. Arte eta parte / Arte y parte | San Telmo Museoa


En el vídeo Isabel Azkarate y Silvia Omedes, la comisaria, dicen todo lo esencial. Son 8 minutos, no os lo saltéis. Me limito, pues, a recomendar la visita, porque es una exposición muy bien organizada, muy coherente, muy fácil de apreciar y muy divertida. Eso sí, no os descuideis ya que termina el 5 de mayo.






Mi favorita



De martes a domingo, y de 10:00-20:00

Entrada gratuita
 
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THIS IS POP!, Sala de Exposiciones de las Francesas

Paolozzi

No soy un entusiasta del arte pop, e incluso alguna de sus creaciones me parecen dignas de olvido, pero me gustó mucho esta que encontré en la Sala de Exposiciones de las Francesas por lo bien organizada que estaba, porque recogía manifestaciones artísticas en toda su evolución, porque las obras expuestas eran verdaderamente obras muy significativas del movimiento y porque se hacía acompañar de unos textos realmente buenos y escritos con naturalidad, cosa que no suele ser habitual

Lichtenstein

Murakami

Koons, Blake y Haworth, Warhol


 

Texto de la portada de la exposición.

La exposición 'This is Pop!' presenta el arte pop en toda su magnitud, como un fenómeno cultural que empapó todo tipo de manifestaciones creativas.

La muestra comienza a explorar el movimiento desde sus orígenes, en la Inglaterra de los años 50 como reacción al expresionismo abstracto, representada aquí por Eduardo Paolozzi, Richard Hamilton, Allen Jones y Peter Blake. Con una concepción rupturista del arte que abría las puertas a elementos tomados de la publicidad y la cultura de masas, el pop art lograba una postura estética que implicaba una crítica a la sociedad consumista.

El segundo capítulo muestra la rápida influencia que el movimiento tuvo en los Estados Unidos, donde surgen algunas de las figuras más conocidas del género como Andy Warhol, Robert Rauschenberg o Roy Lichtenstein.

El pop art tuvo su reflejo también en España, si bien asumió un marcado carácter social y un tono político, como dan muestra Equipo Crónica, Equipo Realidad, Eduardo Arroyo y Rafael Canogar.

La muestra camina hacia los artistas que han nutrido el movimiento en décadas posteriores con el apartado ‘La posmodernidad artística y el Neopop’, con piezas del estadounidense Jeff Koons, de los británicos Damien Hirst y Julian Opie y los japoneses Takashi Murakami y Yoshitomo Nara. Influidos por las nuevas tecnologías, el exceso de información y la pluralidad de lenguajes y materiales, profundizan en la producción en masa iniciada hasta el punto de montar sus propias factorías.

El recorrido mira al entorno urbano con el foco puesto en las creaciones de algunos de los muralistas más aclamados de la actualidad, fuertemente influenciados por el pop art: Shepard Fairey (Obey), Brian Donnelly (Kaws), Dean Stockon (D*Face) y los españoles Boamistura, Dulk, Okuda y Ricardo Cavolo.

Por último, ‘This is Pop!’ recuerda la estrecha relación entre el movimiento plástico y la música con la exposición de portadas de álbumes realizadas por algunos artistas presentes en el recorrido y otros como Bansky o Peter Blake para grupos como The Beatles, Rolling Stones, Blur o Lady Gaga; acompañadas por códigos QR que enlazan a temas de estos míticos discos de vinilo.



Horario de 09:00 a 15:00 de lunes a viernes

Entrada libre

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miércoles, 17 de abril de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Ch. Baudelaire)

#unlibrounpoema

Hacía tiempo que Ivan G. M., el encantador vecino y mejor músico trance que tengo la suerte de disfrutar, me había pedido volver a las andadas de aquello que hicimos con Las quimeras al comenzar el año. O sea, algo en plan gótico-terrorífico, un poco para asustar al personal de las redes. 

De los tres textos que le ofrecí para que él eligiera uno con el que se podría sentir más a gusto creando la ambientación, eligió "Las letanías de Satán", poema perteneciente al apartado "Rebelión" del celebérrimo Las flores del mal. 

Los tres poemas que integran ese apartado tienen un fuerte contenido satánico, algo que estaba bastante de moda en el siglo XIX, especialmente desde que Byron escribiera Manfred y Caín; aunque para satánico de verdad, nada comparable a Los cantos de Maldoror, culmen, en mi opinión, del género. 

No sé si es que algunos escritores en aquella época tenían un componente gamberro muy fuerte o que la adolescencia les duró mucho tiempo. Fuese lo que fuese, aquí tenéis, en la traducción de Manuel Neila, Las letanías de Satán. Debajo de ellas está el audio con el que tanto Ivan como yo os deseamos que no paséis demasiado miedo👿👿👿😂😂😂.

Oh tú, el más bello y sabio de los Ángeles todos,
Dios privado de suerte, privado de alabanzas,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Príncipe del exilio a quien tanto agraviaron,
Y que, vencido, luego te levantas más fuerte,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que 
todo lo sabes, rey de lo subterráneo,
Familiar curandero de congojas humanas,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que, incluso al leproso, y a los parias malditos
Enseñas por amor el gusto del Edén,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

¡Oh tú que de la Muerte, la vieja y firme amante,
Engendras la Esperanza —¡esa loca adorable!

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que das al proscrito esa 
altiva mirada 
Que en torno del cadalso condena a todo un pueblo,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que sabes en qué rincones de la tierra 
El Dios celoso guarda toda piedra preciosa,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú cuyos ojos claros saben en qué arsenales
Dormita amortajado el pueblo de metales,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú cuya larga mano oculta precipicios
Al sonámbulo errante al borde de las casas,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que, mágicamente, ablandas la osamenta
Del ebrio rezagado que arrollan los caballos,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que, por consolar al débil ser que sufre,
Enseñas a mezclar azufre con salitre,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que imprimes tu signo, ¡oh cómplice sutil!
En la frente del Creso implacable y ruin,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que en el corazón de rameras enciendes
El culto por las llagas y el amor al andrajo,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Garrote de los exiliados, lámpara de los inventores,
Confesor de ahorcados y de conspiradores,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Padre adoptivo de esos que, en su cólera ciega,
El Dios Padre arrojó del edén terrenal,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!


            ORACIÓN

¡Gloria a ti y alabanza, Satán, en las alturas
Del Cielo, donde reinas, y en las profundidades
Del Infierno en que sueñas en silencio, vencido!
¡Haz que mi alma, a la sombra del Árbol de la Ciencia,
Cerca de ti repose, cuando sobre tu frente
Como un Templo novísimo se extiendan sus ramajes!



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martes, 16 de abril de 2024

NIETZSCHE DESCOMPLICADO, 7

#Nietzschedescomplicado (conversaciones con Jaime Aspiunza).

Y seguimos charlando...

Decíamos el otro día que hablaríamos de la genealogía de la moral. Y De la genealogía de la moral es el título de la nueva edición de la habitual aunque erróneamente llamada La genealogía de la moral. No gustan aquí los partitivos, preferimos invocar los absolutos, que de seguro son también infinitos.

El famoso libro de Nietzsche, en esta edición un poco más fiel al original que las hasta ahora habidas –y no solo por la corrección del título–, trata algunas cuestiones que a Nietzsche le parecen pertinentes para ir desplegando una crítica de la moral (cristiana). Habría más, lo explica en sus cartas, pero por el momento son tres las que va a considerar o examinar: los dos diferentes significados de «bueno» y «malo»; el origen de la «mala conciencia» característica de la moral cristiana, la culpa; y el significado de los ideales ascéticos, presentes hasta en la ciencia más atea.

Por eso, porque trata de algunos hilos de nuestra gruesa moral es por lo que se denomina De la genealogía…, y no es para nada, ni por asomo, lo que en las habituales versiones de La genealogía de la moral arteramente se nos quiere vender, la genealogía, toda ella, completa y única; dejando al lector ingenuo –todos lo hemos sido– el extraño sabor de boca, mejor, el desamparo intelectual, y físico, del «¿esto era todo?».


Se llama genealogía al conjunto de los antepasados de una persona. La imagen de esa articulación le va a servir a Nietzsche para realizar una indagación histórica. No va a entender la historia como una sucesión de aconteceres regida por alguna ley de causalidad o de concatenación lógicas sino en función de unos principios mucho más complejos pero también mucho más realistas.

1. Una institución procede de múltiples padres y madres, no tiene un origen único.

2. Cuanto más se retrocede tanto más oscura resulta la historia, con lo que las conclusiones cada vez son más hipotéticas.

3. La mirada indagadora arrastra su propia moral; de hecho tiene una relación familiar con esa procedencia que indaga, por lo que son inevitables algunos puntos ciegos.

4. Por ello es fundamental no confundir lo que actualmente es una «cosa» –una forma, un órgano, una institución– con lo que pudo ser y fue en el momento de su aparición. Principio primero, inexcusable, de la investigación histórica es: «que la causa de la aparición de una cosa y la utilidad final de ésta, su verdadero empleo y su lugar efectivo en un sistema de fines son cosas toto caelo [diametralmente] distintas; que algo que ha llegado a existir del modo que sea y está disponible viene a ser interpretado una y otra vez por un poder que es superior y tiene un modo nuevo de ver las cosas, apropiándose de ello de manera nueva, y transformándolo y adaptándolo a un nuevo uso».

Por bien que se conozca la utilidad actual de un órgano fisiológico, de una institución jurídica, una costumbre social, un uso político, una forma determinada en el mundo de las artes o en el culto religioso, con todo y con eso, no se sabe nada de lo que hace a su aparición.

Y es que el desarrollo histórico de algo no es el progreso hacia una meta, como corrientemente nos suele asomar en el magín, aplicando a la historia la simple causalidad de los golpes y los empujones, dicho más claro, de la bola de billar.

«El “desarrollo” de una cosa… es la serie de procesos de enseñoramiento más o menos profundos, más o menos independientes los unos de los otros, que tienen lugar en la cosa, el uso o el órgano, a lo que hay que añadir las resistencias invertidas en cada caso, las transformaciones intentadas a fin de defenderse y de responder, así como los resultados de las acciones a la contra logradas.»

Es decir, también «la inutilización, la atrofia y la degeneración, la pérdida de sentido y de conveniencia, en una palabra, la muerte, forman parte» de ese desarrollo.

En definitiva, la forma es fluida, pero el «sentido» lo es aún más…


Y si estáis interesados, pasado mañana, jueves, 18 de abril, se pone a la venta esta nueva edición, publicada por Tecnos en formato de bolsillo, que para beneficio del lector ha traducido y anotado Jaime Aspiunza.

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SER PUENTE



Golden Gate, Vecchio, Vasco de Gama, Brooklyn, Estrecho Akashi Kaikyō, Millau, cataratas Victoria, Ronda, Jacques-Chaban-Delmas, de la Mujer, del Cuerno de Oro, de la bahía de Sidney, Kapellbrücke…, antiguos y modernos, de madera, de piedra, de hormigón, de acero, famosos y olvidados, en pie y derruidos, puentes de todo el mundo y de todas las épocas,
                                                          puentes,                                                                                                                      puentes,
                                                                                  puentes.

Si algún día pudiera transformarme en algo,
no sé,
en una cosa
—ya sea nube, sueño, cinta de pelo o piedra del camino—,
como piden los niños 
cuando sienten la amenaza de lo real cotidiano,
a mí 
me gustaría ser puente,
lugar de tránsito,
abrazo entre dos orillas, 
invitación que acerca y comunica,
encuentro,
camino que lleva al otro lado, 
soporte y lámina que se extiende entre dos brillos,
ruta entre el azul del agua
y el más leve azul del aire,
convocatoria al descubrimiento,
nexo entre todo cuanto espera nuestra llegada,
vínculo de territorios.

No sé,
digo, 
es un decir,
si alguna vez pudiera transformarme en algo,
tal vez para huir de mis propios defectos,
acaso para expiar mis culpas,
a mí me gustaría
ser puente
y quedar tendido 

                        humanamente.



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lunes, 15 de abril de 2024

VALLADOLID, ARTE EN LA CALLE

Lo profundo es el aire

 Cada vez aprecio más la escultura urbana y me gusta ver cómo las ciudades, en general, van ampliando la oferta e incorporando obra de todos los estilos, no solamente la de corte realista y reproducción de figura en homenaje a tal o cual personalidad destacada. En este sentido, no es lo mismo pasear por una de las grandes capitales del mundo que por una ciudad de provincias, pero en cualquiera de ellas podemos encontrar siempre algo que nos sorprenda y agrade. 

Prácticamente nada más llegar a Valladolid, lo primero que hice fue acercarme a la obra de Chillida. Las conexiones de todo tipo que tenemos en casa con ella son especiales y era una visita obligada. Por desgracia, cuanto se ve en la fotografía que abre este comentario es lo que se podía ver. Las obras de limpieza y rehabilitación en el exterior de la iglesia de san Pablo han obligado a protegerla.

Pero si ya sabéis de dónde procede el título de la obra del exportero de la Real Sociedad, que esa es la conexión fundamental en este caso —no la personal—, se me hacía obligatorio acercarme hasta el pequeño estanque donde Jorge Guillén se divierte jugando a los barquitos con la infancia.  

Jorge Guillén y la infancia

Claro, si empezamos a tocar el mundo literario, Valladolid es algo así como sinónimo de Zorrilla. Y este monumento, por representar lo que representa, el autor del don Juan más famoso de la literatura española, por estar situado donde está y porque será uno de las más antiguos de la ciudad, es, posiblemente, el monumento homenaje a una persona real más conocido por la ciudadanía propia y por la ajena.


La conexión literaria, de fuerte raigambre en la ciudad del Pisuerga, nos lleva inmediatamente a otras dos esculturas mucho más recientes, la de Miguel Delibes, a pocos metros de la anterior, justo a la entrada del parque Campo Grande


y la de Rosa Chacel, en la Plaza del Puente, muy cerca de donde se encuentra la de su compañero de generación, la de Jorge Guillén (también hay un busto de la escritora en el Campo Grande).


Exactamente cien años —conexión temporal—después de que naciera Rosa Chacel, Faustino Aizkorbe —conexión vasco-navarra— dejó está abstracción en acero corten A la amistad, Stella III. Se encuentra al final de la calle Héroes de Alcántara.

La conexión vasco-abstracta nos puede llevar unas pocas calles hacia el este, hasta la entrada a la Fundación Segundo y Santiago Montes, en la calle Núñez de Arce, donde nos encontramos con este Retrato de un gudari llamado Odiseo obra de Oteiza, que, por cierto, no es la única que existe en las calles de la ciudad.


Y el capricho del azar quiso que mientras me encontraba por allí, en el Museo Patio Herreriano estuviera la exposición temporal "Vanguardia y destino" donde se puede ver otro Retrato de un gudari llamado Odiseo. Conexión absoluta.


Pero no quedan ahí los caprichos conectivos del azar. En la misma exposición, dos salas más allá de la anterior, asomaba la cola de la ballena más famosa de la historia de la literatura, Moby Dick, de Adolf o Adolfo Schlosser, que toda la vecindad de la plaza José Mª Sert de Donosti ve diariamente cada vez que se asoma desde su casa. 


Y continuando dentro del ambiente de la abstracción, en la otra orilla del Pisuerga se encuentra, junto al parlamento de Castilla y León, esta obra mucho más colorista y de tendencia vertical, Metamorfosis, del murciano Cristóbal Gabarrón


Entre la abstracción y el figurativismo nos podemos dejar encantar por esta pareja con la que casualmente me encontré cuando iba de camino hacia la Museo Casa de Cervantes. Se titula, precisamente, Encuentro, y es obra de Feliciano Álvarez Buenaposada.


Muy cerquita de este gozoso Encuentro se produjeron estos otros tres, de estilos muy diferentes, pero los tres llenos de encanto, todos ellos en la plaza de España:

Escenas del mercado, de Gonzalo Coello Campos

Homenaje al voluntariado social, de Eduardo Cuadrado

La bola del mundo, de Ana Jiménez

Hubo más encuentros, resultado de todo tipo de conexiones, pero no quiero abusar de vuestra paciencia. Eso sí, si el arte urbano os interesa y tenéis intención de pasar por Valladolid, podéis utilizar la página de Arte en la calle o la de Arte en ValladolidCualquiera de las dos puede realizar el servicio de guía para indicaros qué ver y dónde. 

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