sábado, 8 de septiembre de 2018

MARINA TSVETÁIEVA, NOTA (AUTO)BIOGRÁFICA

Marina Tsvietáieva (poemas escogidos) es un libro muy difícil de conseguir a no ser que se acuda a una biblioteca. Por eso me voy a permitir reproducir aquí tres páginas suyas. Por eso y porque me parece un documento de gran interés para quienes estén interesados en saber algo más sobre ella.

Se trata de una antología publicada por Rubiños en 1994, y tiene la particularidad de que en las páginas 7, 8 y 9 recoge unos párrafos redactados por la propia autora a manera de nota autobiográfica. Tienen cierto encanto infantil y una medida espontaneidad que dotan al texto de un gran atractivo. Recojo algunos párrafos en esta entrada, aunque podéis encontrar el documento completo haciendo clic aquí.

(...)

Influencias principales: de mi madre (música, naturaleza, poesía, Alemania, Pasión por el hebreo. Uno contra todos. Heroica). Más oculta, pero no menos fuerte, es la influencia de mi padre (pasión por el trabajo, falta de arribismo, sencillez, introversión). Doble influencia de mi padre y de mi madre: lo espartano. Dos "leitmotivs" en mi casa: la Música y el Museo. Atmósfera de mi casa ni burguesa, ni intelectual... sino caballeresca. Vida de elevada armonía.

(...)

Primer encuentro con la Revolución: entre 1902-1903 (inmigrantes), el segundo entre 1905-1906 (Yalta, socialistas-revolucionarios). Tercero no hubo.

Sucesión de libros preferidos (cada uno en su época): Sirena (primera infancia), Gauf-Lichtenstein (adolescencia), Aiglon de Rostand (primera juventud). Más tarde y hasta ahora: Heine-Goethe-Hölderlin. Prosistas rusos... hablo desde el día de hoy... Leskov y Aksakov. De mis contemporáneos... Pasternak. Poetas rusos... Derzhavin y Nekrasov. De mis contemporáneos... Pasternak.

(...)

Libros preferidos de todo el mundo, con los que me quemarán: "Nibelungos", "Ilíada", "Cantar del Regimiento de Igor".

(...)

No conozco influencias literarias, conozco las humanas.

(...)

No he pertenecido ni pertenezco a ningún movimiento poético ni político.

(...)

Completa indiferencia ante la vida social, el teatro, las artes visuales y plásticas.
Mi sentido de la propiedad se limita a mis hijos y a mis cuadernos.

Si tuviera un escudo, grabaría en él: "Ne daigne". (No hagas daño).
La vida... una estación, pronto me iré, adónde... no lo diré.

viernes, 7 de septiembre de 2018

CIENCIA CLIP, VÍDEOS GANADORES DE CADA CATEGORÍA














Ciencia Clip es un concurso de vídeos divulgativos de ciencia diseñados, producidos y protagonizados por estudiantes de Educación Secundaria. Los objetivos del concurso son fomentar el interés por la ciencia y la tecnología,  
y ofrecer a los concursantes una oportunidad para ejercitar su creatividad y sus habilidades comunicativas usando las herramientas que proporciona internet.

Es una iniciativa de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU, patrocinada por la Diputación Foral de Bizkaia, cofinanciado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, y en la que colaboran el grupo Big Van y la plataforma Naukas y Scenio.

Como viene siendo habitual, la entrega de premios se realiza en el evento Naukas Bilbao, que este año tendrá lugar el próximo fin de semana.

Disfrutadlos.

EL VIOLÍN FLAMENCO DE PACO MONTALVO


La radio nocturna me pone en el oído las notas de un virtuoso del violín que comenzó triunfando como solista —a los 17 años interpreta a Paganini en Tel-Aviv junto a la Orquesta Sinfónica de la ópera de Israel, un año más tarde en el Carnegie Hall bajo la batuta de John Rutter— en el exclusivo territorio de la música clásica. 

Pero más aún que Paganini y su concierto nº1 le gusta el flamenco, la música de su tierra cordobesa, así que, siguiendo los consejos de su maestro Néstor Eidler, decide "pensar por sí mismo", arriesgar su carrera de solista e interpretar lo que verdaderamente más le gusta.

Toca, por cierto, un nicolò amati que alguien le regaló de forma anónima hace años, supongo que encantado con los sonidos que era capaz de sacar al violín y para que fueran todavía mejores. Sorprendente. Como sorprendente es este Entre dos aguas:




Y feliz cumpleaños, Javi.

jueves, 6 de septiembre de 2018

MARINA TSVETÁIEVA, PURA PASIÓN

Serguéi Efron, el que fuera su marido, escribe a Voloshin en 1923: Marina es una criatura de pasiones. Mucho más ahora que antes —antes de mi partida. Lanzarse de cabeza a su propio huracán se ha convertido para ella en una necesidad, en el oxígeno de su vida. Quién sea la causa que desencadene el huracán, no importa. Casi siempre todo está construido sobre el autoengaño. Se inventa una persona y comienza el huracán. Si la insignificancia y las limitaciones de quien ha desencadenado el huracán se descubren pronto, Marina se abandona a una tempestuosa desesperación. (...) Y todo eso a pesar d esu inteligencia aguda, fría (puede que incluso cínicamente voltairiana). Las causas desencadenantes de ayer serán ridiculizadas hoy con ingenio y malicia (casi siempre con razón). todo termina transcrito en un libro (Marina Tsvietáieva, la mujer, su mundo y su poesía, p 149). 

Efectivamente, da la impresión de que Marina Tsvetáieva vivió para hacer del amor su causa y el motivo esencial de su escritura. O, tal vez, la escritura fuese el bálsamo con que curaba sus heridas y el espejo donde trascendían. O el combustible necesario para transformar el fuego en palabras. 

POEMA DE LA MONTAÑA


Dedicatoria

Que te estremezcas
y caigan las montañas,
se eleve — ¡el alma!
Deja subir mi canto
canto de entalladura
de mi montaña.

Yo no podré
ni allá, ni más allá
colmar la cortadura.
Deja subir mi canto
hasta la cumbre
de la montaña.

Estos títulos suyos pueden encontrarse con cierta facilidad rastreando librerías y bibliotecas:
En internet hay muchos espacios que albergan amplias antologías. Un cuaderno bien preparado es el que realizó Lorenza Fernández del Valle para la UNAM. La selección para la tertulia de octubre está ya preparada.


miércoles, 5 de septiembre de 2018

LA MITOLOGÍA DEL FIRMAMENTO DE ERATÓSTENES

Alianza
Eratóstenes es uno de mis sabios favoritos de la antigüedad. La fascinación que siento por él viene desde la primera vez que leí en un libro de historia cómo había realizado el cálculo de la circunferencia de la Tierra. Mucho más tarde vino mi interés por el cielo nocturno y esa pasión a caballo entre la estética del mito y el conocimiento de lo infinitamente lejano. Así que cuando cayeron en mis manos los catasterismos atribuidos al admirado director de la Biblioteca de Alejandría, no puede evitar una inmensa alegría.

Debo reconocer que desde el punto de vista literario este librito tiene muy poco peso. No es uno de esos magníficos clásicos de la mitología como pueda ser Las metamorfosis. Su encanto no reside en la capacidad para crear mundos ficticios, sino en haber recogido de forma ordenada las historias que la gente común y corriente de la época atribuía a las caprichosas formas que distinguía en el cielo nocturno. Historias llenas de fascinación e ingenuidad que aún en la actualidad seguimos repitiendo más o menos transformadas. Así, entre los 44 objetos celestes de los que se ocupó podemos leer:

5. La Corona

Se dice que es la corona de Ariadna; fue el dios Dioniso quien la instaló en el cielo. Cuando los dioses festejaban la boda de Dioniso y Ariadna  en la isla de Día, la novia se coronó con ella tras haberla recibido como regalo de las Horas y de Afrodita.

El autor de las Créticas cuenta que era obra de Hefesto, labrada en oro fundido y empedrada de pedrería de la India. También narra que gracias al brillo con que refulgía consiguió Teseo escapar del laberinto.

Se dice también que su trenza es lo que vemos sobre la cola del león.

La Corona posee nueve estrellas dispuestas en forma de círculo; de ellas son muy brillantes las tres que están frente a la cabeza de la serpiente que se encuentra entre las dos Osas.

Fuente: Astronomía para tontos.

Eratóstenes no solo recoge la leyenda que va unida a la constelación, sino que además indica cuántas son las estrellas que la componen y qué brillo tienen, basándose en una observación ciertamente minuciosa pero realizada sin ningún instrumento óptico, a simple vista. El telescopio no aparecerá hasta el siglo XVII. 


En los primeros cinco segundos de este timelapse podéis ver la constelación en el tercio de la izquierda de la pantalla.


martes, 4 de septiembre de 2018

NAUKAS VALLADOLID 2018: LA CIENCIA DEL FUTURO


El futuro ya está aquí:


SESIÓN DE MAÑANA

La apertura de puertas será a las 09:40 (entrada libre y gratuita, no es necesaria reserva o inscripción)

10:00 – 10:15 – Presentación del evento, Javier Peláez y Antonio Martínez Ron.

10:15 – 10:40 – Jose Miguel ViñasEl clima del futuro.

10:40 – 11:05 – Manuel RojoLa prehistoria del futuro.

11:05 – 11:30 – Elena HidalgoLa biodiversidad del futuro.

11:30 – 11:45 – Descanso 15 minutos.

11:45 – 12:10 – Gemma del CañoEl imperio del futuro.

12:10 – 12:35 – Jose Carlos Rodríguez CabelloNanobiotecnología en el futuro.

12:35 – 13:00 – Juan Ignacio PérezEl futuro del pasado.



SESIÓN DE TARDE

La apertura de puertas será a las 16:40 (entrada libre y gratuita, no es necesaria reserva o inscripción).

17:00 – 17:15 – Presentación sesión de tarde, Javier Peláez y Antonio Martínez Ron.

17:15 – 17:40 – Mercedes DuránEl futuro del cáncer.

17:40 – 18:05 – Laura MoránEl sexo del futuro.

18:05 – 18:30 – Marta PeiranoEstos no son los droides asesinos que están buscando.

18:25 – 18:45 – Descanso 15 minutos.

18:45 – 19:10 – Marilín GonzaloLos medios del futuro.

19:10 – 19:35 – Sergio L. PalaciosLa energía del futuro.

19:35 – 20:00 – José M. López NicolásEl futuro de las 3 bios.

lunes, 3 de septiembre de 2018

CARCASSONNE


A los muchos atractivos de esta turística ciudad se ha sumado la intervención artística de Ticino Felice Varini. Esos Círculos concéntricos excéntricos ejercen un profundo magnetismo y una tremenda atracción, hasta el punto de que resultaba imposible poder colocarse en el punto exacto para conseguir una imagen donde los aparentes círculos se vieran como tales. La intervención le fue encargada para celebrar el vigésimo aniversario de la inscripción de la ciudad en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Lo que ya de por sí es una garantía del atractivo del lugar.

Sin embargo, yo iba buscando otros pequeños placeres en los que no se suele reparar ante la contundente belleza de la ciudad medieval, obra, en buena medida, del famoso Viollet-le-Duc y su tendencia a crear magníficos decorados. De hecho, algo tiene de parque de atracciones todo el recinto y poco de medieval a pesar de la ambientación. Pero como ya he dicho, yo iba en busca de otros misterios. Y el primero sale al encuentro del visitante en la puerta este. 
Sum Carcas, soy Carcas.


Los pocos años que la ciudad estuvo bajo el dominio musulmán espolearon la imaginación de la gente del medievo y surgió una fantástica leyenda para la que, de momento, no conozco explicación.

Se encontraba asediada la fortaleza por las tropas del ubicuo Carlomagno y el rey musulmán Ballak había muerto en el asedio. Bueno, no solo el rey, los cinco años de asedio habían diezmado totalmente la población. Pero allí estaba Carcas, la mujer de Ballak, dispuesta a todo con tal de conservar la ciudad. 

Para que el enemigo no supiera de la falta de medios y soldados, colocó muñecos de paja en las murallas y los vistió con ropas de soldados. Después se dedicó a recorrerlas mientras lanzaba flechas de ballesta, haciendo así creer al enemigo que la guardia era numerosa. 

Al único cochinillo que quedaba lo cebó con los últimos restos de trigo. Después lo lanzó por las murallas. Al reventar contra el suelo, salió gran cantidad de grano de su interior. Ante semejante suceso, Carlomagno mandó levantar el sitio, pues la ciudad estaba tan bien pertrechada y surtida que hasta los cerdos eran sobrealimentados.

Cuando las tropas de los francos se retiraban, la dama mandó llamar a su rey, y ella y Carlomagno firmaron la paz. Las campanas o las trompetas, que en esto hay distintas versiones, sonaron para celebrar el acontecimiento —Carcass sonne—. 

Carcas había conseguido con su ingenio lo que no había podido realizar todo el ejército y, de paso, ofreció una etimología novedosa al lugar. La historia, claro, cuenta otra cosa, y no hay dama Carcas ni Carlomagno. ¿Pero a quién le importa que se falseen un poco los acontecimientos si lo que conseguimos es una historia entrañable y resolver un conflicto de forma casi pacífica?

domingo, 2 de septiembre de 2018

DIOS MÍO, ¿POR QUÉ NO SE ME HABRÁ OCURRIDO A MÍ ANTES?

Lichtenstein. Fuente: MOMA.
Triunfar en el mundo del arte es algo profundamente sutil y alejado del conocimiento general de los humanos. Ni tan siquiera estar dentro de ese mundo garantiza poder discriminar entre un trabajo bueno, original, novedoso... y un trabajo que va a formar parte del exclusivo mundo de los que terminan ilustrando las páginas de un manual de arte.

Roy Lichtenstein no andaba muy sobrado cuando presentó a Leo Castelli, el influyente propietario de la galería del mismo nombre, sus dibujos sobre Mickey Mouse y Donald, y que Castelli aceptó de forma inmediata para organizar una exposición.

Lichtenstein. Fuente: National Gallery of Art.
Por aquel entonces, 1961, Warhol también andaba pintando tiras cómicas, y también acudió al prestigioso Castelli. Cuando este le enseñó lo que Lichtenstein había hecho, el creador de las latas cambell y las marylin pensó: "Dios mío, ¿por qué no se me habrá ocurrido a mí antes". En aquel mismo momento pensé que, como Roy hacía unos cómics tan buenos, yo los abandonaría completamente y seguiría en una dirección en la que pudiera llegar el primero, por ejemplo, la de la cantidad y la repetición.


Los trabajos de Warholl no es que fueran peores que los de Lichtenstein, pero no tenían puntitos. Si agrandáis la imagen de Donald y Mickey, podréis ver que tanto los ojos del pato como la cara del ratón están rellenas de puntitos. Son los famosos puntos Ben-Day, de Benjamin Henry Day Jr. (1838-1916), impresor e ilustrador, quien los utilizó por primera vez para crear sombreados y colores secundarios en la tira cómica.

Esa característica trama de puntos creció, se desarrolló, ocupó la mayor parte de la obra del artista, por lo menos hasta los años 70, y se convirtió en la marca típica de Lichtenstein, tanto si nos recordaba las tiras de un cómic


Fuente: Amazon
como si no.
Fuente: Duc Tay Gallery
Y es que a veces —¿o debería decir casi siempre?— la diferencia entre el recuerdo y el olvido ni tan siquiera depende de una delgada línea, sino de un pequeño e inaprensible punto.

***

sábado, 1 de septiembre de 2018

EL CEMENTERIO MARINO

Cementerio marino de Sète. Tumba de Paul Valéry
Estando en Montpellier, no podía dejar de acercarme a Sète, lugar de nacimiento de Paul Valéry —también de Brassens—, y donde fue enterrado, precisamente, en el conocido como cementerio marino. Y ese es el título de su más famoso poema, que tiene como centro temático el lugar que tan bien conocía y que le sirvió de inspiración. 

Hay muchas traducciones del poema. Tanto la de Sologuren como la de Guillén me gustan mucho. Las tomo de la selección que preparé en su día para las tertulias irunesas. Cada estrofa va dentro de un recuadro de la tabla. Ofrecer las vos versiones en paralelo me obliga a utilizar un tipo de letra más pequeño. 

EL CEMENTERIO MARINO
Versiones de Javier Sologuren y Jorgen Guillén

¡Oh alma mía, no aspires a la vida inmortal, 
pero agota toda la extensión de lo posible.

PÍNDARO, PÍTICAS III.
Calmo techo surcado de palomas,
palpita entre los pinos y las tumbas;
mediodía puntual arma sus fuegos
¡El mar, el mar siempre recomenzado!
¡Qué regalo después de un pensamiento
ver moroso la calma de los dioses!
Ese techo, tranquilo de palomas,
Palpita entre los pinos y las tumbas.
El Mediodía justo en él se enciende
El mar, el mar, sin cesar empezando…
Recompensa después de un pensamiento:
Mirar por fin la calma de los dioses.
¡Qué obra pura consume de relámpagos
vario diamante de invisible espuma,
y cuánta paz parece concebirse!
Cuando sobre el abismo un sol reposa,
trabajos puros de una eterna causa,
el Tiempo riela y es Sueño la ciencia.
¡Qué labor de relámpagos consume
Tantos diamantes de invisible espuma,
Y qué paz, ah, parece concebirse!
Cuando sobre el abismo un sol reposa,
Trabajos puros de una eterna causa,
Refulge el tiempo y soñar es saber.
Tesoro estable, templo de Minerva,
quietud masiva y visible reserva;
agua parpadeante, Ojo que en ti guardas
tanto sueño bajo un velo de llamas,
¡silencio mío!... ¡Edificio en el alma,
mas lleno de mil tejas de oro. ¡Techo!
Tesoro estable y a Minerva templo,
Masa de calma y visible reserva,
Agua parpadeante, Ojo que guardas
Bajo un velo de llama tanto sueño,
¡Oh, mi silencio! En el alma edificio,
Mas cima de oro con mil tejas, Techo.
Templo del Tiempo, que un suspiro cifra,
subo a ese punto puro y me acostumbro
de mi mirar marino todo envuelto;
tal a los dioses mi suprema ofrenda,
el destellar sereno va sembrando
soberano desdén sobre la altura.
¡Templo del Tiempo, que un suspiro cifra!
A esta pureza subo y me acostumbro,
De mi marina mirada ceñido.
Como mi ofrenda suprema a los dioses,
El centelleo tan sereno siembra
En la multitud soberano desdén.
Como en deleite el fruto se deslíe,
como en delicia truécase su ausencia
en una boca en que su forma muere,
mi futura humareda aquí yo sorbo,
y al alma consumida el cielo canta
la mudanza en rumor de las orillas.
Como en fruición la fruta se deshace
Y su ausencia en delicia se convierte
Mientras muere su forma en una boca,
Aspiro aquí mi futura humareda,
Y el cielo canta al alma consumida
El cambio de la orilla en sus rumores.
¡Bello cielo real, mírame que cambio!
Después de tanto orgullo, y de tanto
extraño ocio, mas pleno de poderes,
a ese brillante espacio me abandono,
sobre casas de muertos va mi sombra
que a su frágil moverse me acostumbra. 
Mírame a mí, que cambio, bello cielo.
Después de tanto orgullo y tan extraña
Ociosidad, mas llena de potencia,
A este brillante espacio me abandono:
Sobre casas de muertos va mi sombra,
Que me somete a su blando vaivén.
A teas del solsticio expuesta el alma,
sosteniéndote estoy, ¡oh admirable
justicia de la luz de crudas armas!
Pura te tomo a tu lugar primero:
¡mírate!... Devolver la luz supone
taciturna mitad sumida en sombra.
A teas de solsticio el alma expuesta,
Yo te sostengo, admirable justicia
De la luz: luz en armas sin piedad.
A tu lugar, y pura, te devuelvo,
Mírate. Pero… Devolver las luces
Una adusta mitad supone en sombra.
Para mí solo, a mí solo, en mí mismo,
un corazón, en fuentes del poema,
entre el vacío y el suceso puro,
de mi íntima grandeza el eco aguardo,
cisterna amarga, oscura y resonante,
¡hueco en el alma, son siempre futuro!
Para mí solo, en mí solo, en mí mismo
Y junto a un corazón, del verso fuente,
Entre el vacío y el suceso puro,
De mi grandeza interna espero el eco:
Es la amarga cisterna que en el alma
Hace sonar, futuro siempre, un hueco.
Sabes, falso cautivo de follajes,
golfo devorador de enjutas rejas,
en mis cerrados ojos, deslumbrantes
secretos, ¿qué cuerpo hálame a su término
y qué frente lo gana a esta tierra ósea?
Una chispa allí pienso en mis ausentes.
¿Sabes, falso cautivo de las frondas,
Golfo glotón de flojos enrejados,
Sobre mis ojos, fúlgidos secretos
Qué cuerpo al fin me arrastra a su pereza,
Qué frente aquí le inclina a tierra ósea?
Una centella piensa en mis ausentes.
Sacro, pleno de un fuego sin materia;
ofrecido a la luz terrestre trozo,
me place este lugar alto de teas,
hecho de oro, piedra, árboles oscuros,
mármol temblando sobre tantas sombras;
¡allí la mar leal duerme en mis tumbas!
Cerrado, sacro —fuego sin materia—
Trozo terrestre a la luz ofrecido,
Me place este lugar: ah, bajo antorchas,
Oros y piedras, árboles umbríos,
Trémulo mármol bajo tantas sombras.
El mar fiel duerme aquí, sobre mis tumbas.
¡Al idólatra aparta, perra espléndida!
Cuando con sonrisa de pastor, solo,
apaciento carneros misteriosos,
rebaño blanco de mis quietas tumbas,
¡las discretas palomas de allí aléjalas,
los vanos sueños y ángeles curiosos!
¡Al idólatra aparta, perra espléndida!
Cuando, sonrisa de pastor, yo solo
Apaciento, carneros misteriosos,
Blanco rebaño de tranquilas tumbas,
Aléjame las prudentes palomas,
Los sueños vanos, los curiosos ángeles.
Llegado aquí pereza es el futuro,
rasca la sequedad nítido insecto;
todo ardido, deshecho, recibido
en quién sabe qué esencia rigurosa...
La vida es vasta estando ebrio de ausencia,
y dulce el amargor, claro el espíritu.
El porvenir, aquí, sólo es pereza.
Nítido insecto rasca sequedades.
Quemado asciende por los aires todo:
¿en qué severa esencia recibido?
Ebria de esencia al fin, la vida es vasta,
Y la amargura es dulce, y claro el ánimo.
Los muertos se hallan bien en esta tierra
cuyo misterio seca y los abriga.
Encima el Mediodía reposando
se piensa y a sí mismo se concilia...
Testa cabal, diadema irreprochable,
yo soy en tu interior secreto cambio.
¡Muertos ocultos! Están bien: la tierra
Los recalienta y seca su misterio.
Sin movimiento, arriba, el Mediodía
En sí piensa y conviene consigo…
Testa completa y perfecta diadema,
Y la amargura es dulce, y claro el ánimo.
¡A tus temores, sólo yo domino!
Mis arrepentimientos y mis dudas,
son el efecto de tu gran diamante...
Pero en su noche grávida de mármoles,
en la raíz del árbol, vago pueblo
ha asumido tu causa lentamente.
Yo, sólo yo, contengo tus temores.
Mi contrición, mis dudas, mis aprietos
Son el defecto de tu gran diamante.
Pero en su noche, grávida de mármol,
Un vago pueblo, entre raíces árboles,
Por ti se ha decidido lentamente.
En una densa ausencia se han disuelto,
roja arcilla absorbió la blanca especie,
¡la gracia de vivir pasó a las flores!
¿Dónde del muerto frases familiares,
el arte personal, el alma propia?
En la fuente del llanto larvas hilan.
Ya se han disuelto en una espesa ausencia,
Roja arcilla ha bebido blanca especie,
El don de vida ha pasado a las flores.
¿Dónde estarán las frases familiares,
El arte personal, las almas únicas?
En las fuentes del llanto larvas hilan.
Agudo gritos de exaltadas jóvenes,
ojos, dientes, humedecidos párpados,
el hechicero seno que se arriesga,
la sangre viva en labios que se rinden,
los dedos que defienden dones últimos,
¡va todo bajo tierra y entra al juego!
Gritos, entre cosquillas, de muchachas
Ojos y dientes, párpados mojados,
Seno amable que juega con el fuego,
Sangre que brilla en labios que se rinden,
Últimos dones, dedos defensores:
Bajo tierra va todo y entra en juego.
Y tú, gran alma, ¿un sueño acaso esperas
libre ya de colores del engaño
que al ojo camal fingen onda y oro?
¿Cuando seas vapor tendrás el canto?
¡Ve! ¡Todo huye! Mi presencia es porosa,
¡la sagrada impaciencia también muere!
¿Y aún esperas un sueño, tú, gran alma,
Que ya no tenga este calor d embuste
Que a nuestros ojos muestran ondas y oro?
¿Cantarás cuando seas vaporosa?
Todo huye, bah. Porosa es mi presencia,
Y también la impaciencia santa muere.
¡Magra inmortalidad negra y dorada,
consoladora de horroroso lauro
que maternal seno haces de la muerte,
el bello engaño y la piadosa argucia!
¡Quién no conoce, quién no los rechaza,
al hueco cráneo y a la risa eterna!
Flaca inmortalidad dorada y negra,
Consoladora de laurel horrible,
Que en seno maternal cambias la muerte:
Bello el embuste y el ardid piadoso.
¡Quién no sabe y no huye de ese cráneo
Vacío, de esa risa sempiterna!
Deshabitadas testas, hondos padres,
que bajo el peso de tantas paladas,
sois la tierra y mezcláis nuestras pisadas,
el roedor gusano irrebatible
para vosotros no es que bajo tablas
dormís, ¡de vida vive y no me deja!
Hondos padres, deshabitadas testas,
Que sois la tierra y confundís los pasos
Bajo el peso de tantas paletadas:
No es para los durmientes bajo losas
El roedor gusano irrefutable,
Que no me deja a mí. De vida vive.
¿Amor quizás u odio de mí mismo?
¡Tan cerca tengo su secreto diente
que cualquier nombre puede convenirle!
¡Qué importa! ¡Mira, quiere, piensa, toca!
¡Agrádale mi carne, aun en mi lecho,
de este viviente vivo de ser suyo!
¿Acaso amor, o el odio de mí mismo?
Tan cerca siento su secreto diente
Que puede convenirle todo nombre.
No importa. Siempre sueña, quiere, toca,
Ve: le gusta mi carne. ¡Yo, yo vivo,
Ay, de pertenecer a este viviente!
¡Zenón! ¡Cruel Zenón! ¡Zenón de Elea!
¡Me has traspasado con tu flecha alada
que vibra, vuela y no obstante no vuela!
¡Su son me engendra y mátame la flecha!
¡Ah! el sol... ¡Y qué sombra de tortuga
para el alma, veloz y quieto Aquiles!
¡Zenón, cruel Zenón, Zenón de Elea!
Me has traspasado con la flecha alada
Que vibra y vuela, pero nunca vuela.
Me crea el son y la flecha me mata.
¡Oh sol, oh sol! ¡Qué sombra de tortuga
Para el alma: si en marcha Aquiles, quieto!
¡No! ¡No!... ¡De pie! ¡En la era sucesiva!
¡Cuerpo mío, esta forma absorta quiebra!
¡Pecho mío, el naciente viento bebe!
Una frescura que la mar exhala,
ríndeme el alma... ¡Oh vigor salado!
¡Ganemos la onda en rebotar viviente!
No, no, no de pie. La era, sucesiva.
Rompa el cuerpo esta forma pensativa.
Beba mi seno este nacer del viento.
Una frescura, del mar exhalada,
Me trae mi alma. ¡Salada potencia!
¡A revivir en la onda, corramos!
¡Sí! Inmenso mar dotado de delirios,
piel de pantera, clámide horadada
por los mil y mil ídolos solares,
hidra absoluta, ebria de carne azul,
que te muerdes la cola destellante
en un tumulto símil al silencio.
Sí, mar, gran mar de delirios dotado,
Piel de pantera y clámide calada
Por tantos, tantos ídolos del sol,
Ebria carne azul, hidra absoluta,
Que te muerdes la cola refulgente
En un tumulto análogo al silencio.
¡Se alza el viento!... ¡Tratemos de vivir!
¡Cierra y abre mi libro el aire inmenso,
brota audaz la ola en polvo de las rocas!
¡Volad páginas todas deslumbradas!
¡Olas, romped con vuestra agua gozosa
calmo techo que foques merodean!
El viento vuelve, intentamos vivir
Abre y cierra mi libro al aire inmenso,
Con las rocas se atreve la ola en polvo.
Volad, volad, páginas deslumbradas.
Olas, romped gozosas el tranquilo
Techo donde los foques picotean.