martes, 8 de octubre de 2013

HISTORIA DE LA GUERRA DEL PELOPONESO

Tenemos un régimen político que no emula las leyes de otros pueblos, y más que imitadores de los demás, somos un modelo a seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende de unos pocos sino de la mayoría, es democracia. En lo que concierne a los asuntos privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, alcanza a todo el mundo, mientras que en la elección de los cargos públicos no anteponemos las razones de clase al mérito personal, conforme al prestigio de que goza cada ciudadano en su actividad; y tampoco nadie, en razón de su pobreza, encuentra obstáculos debido a la oscuridad de su condición social si está en condiciones de prestar un servicio a la ciudad. En nuestras relaciones con el Estado vivimos como ciudadanos libres y, del mismo modo, en lo tocante a las mutuas sospechas propias del trato cotidiano, nosotros no sentimos irritación contra nuestro vecino si hace algo que le gusta y no le dirigimos miradas de reproche, que no suponen un perjuicio, pero resultan dolorosas. Si en nuestras relaciones privadas evitamos molestarnos, en la vida pública, un respetuoso temor es la principal causa de que no cometamos infracciones, porque prestamos obediencia a quienes se suceden en el gobierno y a las leyes, y principalmente a las que están establecidas para ayudar a los que sufren injusticias y a las que, aun sin estar escritas, acarrean a quien las infringe una vergüenza por todos reconocida.

Historia de la guerra del Peloponeso, Libro II, pág, 341, Gredos

Estas líneas son un breve fragmento del discurso fúnebre que Pericles pronuncia en honor de los atenienses caídos en la batalla. Es uno de los discursos más famosos y más conmovedores de la historia. Todo estudiante de Historia lo conoce y, sin duda, ha tenido que comentarlo alguna vez. Este discurso sería suficiente motivo como para leer la Historia de la guerra del Peloponeso. 

La obra es algo así como el primer texto de auténtica historia de la humanidad, pues si bien Heródoto es anterior y redactó su Historia unos cuantos años antes, Tucídides será el primero que se esfuerce en recoger la evidencias para luego narrarnos los hechos de la forma más objetiva posible, o, por lo menos, en quitar a los dioses de en medio para justificar las actuaciones humanas.

La Historia tiene además otros méritos, como son el ser la primera obra que narra una guerra civil (que no otra cosa fue esa guerra entre griegos), ser un excelente material literario (en mi opinión es mejor como obra literaria que como libro de historia), y ser una lección sobre la condición humana, pues mientras la leemos no podemos dejar de formularnos esta pregunta: ¿es inevitable la guerra? 

lunes, 7 de octubre de 2013

EL CIELO DE LA PALMA

Hace más de dos años, gracias a una seguidora de este blog, coloqué en él un vídeo del cielo de Tenerife grabado desde el Teide. Era un estupendo vídeo de un aficionado a la astronomía, Sorgjerd Terje. Hoy os presento el vídeo realizado con la técnica del time-lapse elaborado por Daniel López, astrofotógrafo y colaborador habitual en programas cientifícos. 

Para disfrutar mirando.

domingo, 6 de octubre de 2013

UN CUENTO TRISTE

Aquel día el bochorno era grande y no estaba el ambiente como para concentrarse en un examen. A Paco las gotas de sudor le recorrían toda la superficie del cuerpo y aquella mesa en la que le habían instalado era ridículamente pequeña para su espléndida humanidad de unos 30 años, casi 1,90 de estatura y más de 120 kilos de peso. No cesaba de resoplar y hacer ruidos varios. La profesora encargada de la prueba de nivel para decidir en qué curso se matriculaba a cada uno de los alumnos se acercó hasta él y le preguntó si se encontraba bien. 

—No, claro que no estoy bien. Hace un calor asqueroso y a mí me da igual dónde me pongáis.

La profesora le dio la razón en lo del calor e inmediatamente intentó justificar lo de hacer la prueba comentándole que era bueno colocar a cada alumno en el nivel idóneo, para que a lo largo del curso pudieran encontrarse cómodos con respecto a los estudios y lo mejor atendidos que fuera posible. Paco asintió con la cabeza, pero sin dudarlo un instante se levantó, le entregó las hojas y le preguntó si podía hablar un momento con ella. 

—Claro que sí.

Salieron al pasillo y allí Paco pareció encontrar un cierto alivio a sus sofocos. Más calmado, preguntó a la profesora si podía serle totalmente sincero. Ésta, aunque no del todo convencida, le dijo que sí, que para eso estaba allí, para escuchar las necesidades de los futuros alumnos.

—Mira, a mí me da igual en qué nivel me pongáis. Yo no quiero títulos, ni me hacen faltan para nada. Yo vengo aquí por otra cosa.

Ella, sorprendida y un poquito recelosa, le comentó que si no tenían elementos para calibrar lo que él sabía, tendrían que colocarlo en el primer curso y que, en ese caso, ella iba a ser su tutora.

—¡Ah, de puta madre! Pues entonces te cuento ya lo que me pasa, como vas a ser mi tutora...

La profesora tembló por dentro ante tanta expansión afectiva. Paco, en cambio, continuó hablando sin percibir el más mínimo atisbo de temor en los ojos de ella.

—Mira, es que yo soy esquizofrénico y, entonces, los siquiatras me han dicho que es bueno que me ocupe en cosas, que estudie, que haga actividades... Por eso quiero matricularme aquí, pero a mí no me hace falta para nada porque yo ya no tengo que trabajar.

Y siguió dándole explicaciones mientras el temblor interno de ella se convertía en un terremoto causado por el pánico ante el curso que se le avecinaba.

—¿Ya sabes lo de los militares esos que están por todas partes y te persiguen, no? Cualquier cosa que digas, ellos se enteran. Bueno, los siquis me han dicho que aquí no han llegado y que voy a estar bien.

Ella, más por sobreponerse que por afán asertivo, le dijo que lo entendía, que lo que él debía hacer era ocupar la cabeza en otras cosas que no fueran los militares

—Macho, lo has clavado, eso es lo que me dicen los siquis. ¡Qué buena eres!

Ella ni se sentía macho, ni tampoco buena, pero pensó que no era mal comienzo con un alumno que probablemente le iba a dar algún que otro dolor de cabeza durante el curso.

                                                         ***

Cuando apenas llevaban diez días de clases y Paco había dejado de presentarse después del segundo, ella le llamó por teléfono para interesarse por él y advertirle, si el caso lo requería, de que un número determinado de faltas injustificadas podía provocar la pérdida de matrícula. 

Después de identificarse, al otro lado del teléfono se oyó la explicación de una voz apocada:

—Es que tengo miedo, los militares ya saben donde está el centro.

sábado, 5 de octubre de 2013

ESPLENDOR EN LA HIERBA

Así pues, cantad, Pájaros, ¡cantad un canto alegre!
¡Y salten los borregos
como al son del tambor!
En nuestros pensamientos iremos agolpados
con vosotros, flautistas, vosotros que jugáis,
los que sentís en vuestro corazón
la alegría de mayo.
Aunque el fulgor que fue tan claro en otro tiempo
se quite para siempre de mi vista,
aunque nada me pueda devolver esas horas
de esplendor en la hierba, de gloria entra las flores,
no me voy a afligir, sino más bien a hallar
fuerza en lo que atrás queda:
en esa simpatía primigenia
que, habiendo sido, debe siempre ser;
en los suavizadores pensamientos que brotan
del sufrimiento humano;
en la fe que contempla a través de la muerte,
en los años que traen la mente filosófica.

Insinuaciones de inmortalidad por recuerdos de la temprana niñez, X estrofa. Traducción de José Mª Valverde.

Wordsworth (1770-1850), poeta lakista, ha dejado un auténtico reguero de frases, expresiones y sentencias en lengua inglesa que proceden de sus poemas. No es, sin duda, el mejor poeta británico; tampoco compartimos el ideario general que se desprende de su obra. Sin embargo, la brillantez de algunos fragmentos es incuestionable. A Elia Kazan le sirvió de inspiración el final de esta estrofa para componer una de sus mejores películas.

Podéis ver la famosa escena en que Natalie Wood lee los versos de Wordsworth en este enlace.

viernes, 4 de octubre de 2013

UN ANTROPÓLOGO EN MARTE

Confieso que no sé nada sobre neurología, ni sobre medicina, ni psiquiatría, ni tampoco tengo una mínima tendencia a leer sobre enfermedades, sean estas del tipo que sean; sin embargo, este libro se puede leer muy agradablemente sin estar interesado en ninguno de esos temas.

Sacks, con gran destreza para contar, nos introduce en la vida de siete personas afectadas por alguna enfermedad extraña y grave, es decir, personas afectadas por algún síntoma que, en principio, tiene o debería tener importancia para desarrollar una vida normal. Por ejemplo: una profesora universitaria autista, un pintor ciego para los colores, un cirujano con síndrome de Tourette, tics y movimientos involuntarios... Casos que parecen contradecir el desenvolvimiento normal en la vida.

Y ahí es donde reside, en mi opinión, el interés de lo que Sacks nos cuenta, en que son ejemplos para hablarnos de la condición humana, de qué es lo que nos hace seres humanos con todo nuestro valor, tanto para nosotros mismos como para los demás. Sacks nos está hablando continuamente de personas que tienen  alguna dolencia que, según el criterio social más extendido, les limitaría mucho la realización social o afectiva o intelectual o laboral. Pero no es así.

Foucalt nos enseñó en su momento a sospechar de los criterios del poder con respecto a la enfermedad. Sacks nos enseña a sospechar de nosotros mismos y nos descubre nuestros propios prejuicios con respecto a eso que llamamos enfermedad, quizás porque aún no sabemos cómo funciona el cerebro.

jueves, 3 de octubre de 2013

OTRA VEZ LA LUZ

Después de dar noticia ayer sobre la unidad didáctica acerca de los fenómenos atmosféricos, me encuentro hoy con este interesante vídeo: Los invisibles colores del universo.

Está en inglés y como hablan bastante rápido, los subtítulos no se leen siempre con comodidad; si veis que los subt´tulos van muy rápido, utilizad la opción pausa.

Espero que os guste.

miércoles, 2 de octubre de 2013

LA LUZ, SIEMPRE LA LUZ

Acceso al texto
La luz es la forma de energía más poética de cuantas formas de energía existen. La palabra luz, además de designar una forma de energía electromagnética, tiene siempre connotaciones positivas:

Tú me diste la luz. 

Y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas.


La luz de tus ojos. 


Déjame sin palabras, llévate los recuerdos, pero no me quites tu luz.


La luz de sus palabras iluminó nuestros días.


No es necesario que siga. Todos somos capaces de recordar o de crear algún verso con la palabra luz iluminándolo. Los ilustrados, incluso, querían iluminar a la sociedad, que la luz del conocimiento llegara a toda la sociedad.


Pero no es el sentido metafórico el que Juan Carlos Casado y Miquel Serra-Ricart utilizan en la unidad didáctica que han preparado. Nos hablan de la luz en su sentido más físico y, además, lo hacen con un profundo sentido didáctico. A pesar de lo material y práctico del proyecto, la belleza de las manifestaciones luminosas está por todas partes.

martes, 1 de octubre de 2013

EL CIELO DEL MES: OCTUBRE 2013

(vídeo tomado de La costa de las estrellas)
Efemérides del mes de octubre:
  • Planetas: Mercurio será visible sólo el día 4 en el horizonte OSO después de la puesta del sol. Venus visible en el horizonte OSO después de la puesta del sol. Marte es visible al final de la noche en la constelación de Leo. Júpiter es visible en Géminis desde la medianoche. Saturno dejaremos de verlo durante este mes porque cada vez está más cerca del Sol.
  • Luna: luna nueva el día 5; llena el día 18.
  • Lluvia de estrellas: las Oriónidas alcanzarán su máxima actividad el día 21, pero la Luna impedirá una visión satisfactoria de las mismas.
  • Eclipse lunar: La noche del 18 al 19 podremos podremos disfrutar de un eclipse penumbral de la Luna.
  • Estación Espacial Internacional: para ver días y lugares, pulsa aquí.

lunes, 30 de septiembre de 2013

A HOMBROS DE GIGANTES

Los habituales de este blog ya sabéis que está dedicado principalmente a la literatura en general y a la poesía en particular. Esto no es óbice para que la frase que figura sobre la imagen del blog pertenezca a un libro de divulgación científica, ni que la astronomía —que no la astrología— tenga un espacio relativamente importante.

Creo que el conocimiento es en sí mismo bueno —aunque eso no quiere decir que nos haga buenas personas—, y que cuanto mejor sea nuestra formación y nuestra comprensión del mundo y sus fenómenos, mejores van a ser nuestras respuestas a los problemas que la realidad, en un sentido lato, nos plantea.

Estoy convencido de que es vana, estéril y dañina esa división tan propia del siglo XIX, y que corroe toda la civilización occidental desde entonces, entre las dos culturas, la de las ciencias y la de las letras. Es necesaria la aportación de los dos puntos de vista —el científico y el artístico— para el desarrollo equilibrado y pleno del conocimiento. Encontraremos mejores soluciones a aquellos problemas cuanto mejor sea nuestra preparación. Lo que implica no sólo una formación científica, sino también humanística.

No se me escapa que en la actualidad es prácticamente imposible encontrar una persona que pueda hacer gala de una formación medianamente sólida en todos los campos del saber. Los conocimientos han crecido tanto y en tantas direcciones desde el Renacimiento, que es imposible estar tan sólo informado en unos pocos.

Lo que deseo, y como deseo lo expreso, es la colaboración de todos los ámbitos del conocimiento en el desarrollo. Lo que me gustaría ver algún día hecho realidad es la cooperación de todos los saberes en la construcción de una sociedad más justa y libre. Vamos, de un mundo que funcione un poco mejor.

Mientras llega el día, os dejo este interesante programa de radio que fue emitido el 23 de septiembre y en el que se nos recuerda que sin matemáticas no existiría la civilización. Me atrevo a apostillar que sin literatura, tampoco. Insisto: las dos culturas son necesarias.


domingo, 29 de septiembre de 2013

W. B. YEATS

LA RUEDA


A través del invierno invocamos la primavera,
toda la primavera llamamos al verano,
y cuando ya resuenan los setos rebosantes
declaramos que lo mejor es el invierno.
Y después nada hay bueno
porque la primavera no ha venido.
No sabemos que aquello que perturba nuestra sangre
es sólo su nostalgia de la tumba.

Dice Charles Van Doren en su libro Breve historia del leer que su poesía completa ocupa un grueso libro —ese no es el problema para quien lo lea en castellano, porque sólo va a encontrar antologías— , pero él recomienda empezar leyendo una veintena de poemas: La balada del padre Gillighan, Para un amigo cuyo trabajo ha quedado en nada, El gato en la luna, El segundo advenimiento, Navegando a Bizancio, Leda y el cisne, Para Anne Gregory, El frío cielo, Los cisnes silvestres de Coole, Entre colegiales, La torre, Por los jardines de Salley, Cuando seas vieja, Septiembre de 1913, Pascua de 1916, Plegaria por mi hija, Letras para música, tal vez (los poemas de Crazy Jane) y A la sombra de Ben Bulben. Y después de esta relación aconseja que una vez leídos se deje el libro y se medite sobre lo leído. Más tarde, cuando sea mayor y más sabio, regrese a Yeats una y otra vez. 

Consejos aparte, el posible lector no tendrá ningún problema para encontrar todos los poemas de esa relación en cualquiera de las antologías que se han publicado en castellano, la última de las cuales es la de Alianza Editorial (2013), reedición de la de 2002, que es de donde he sacado el poema que abre esta entrada. 

Sea como sea e independientemente del libro que os acerque a Yeats, lo importante son las palabras del autor, la poesía de un irlandés que de joven admiraba el misterio de su tierra bañado por las nieblas casi perennes y que de mayor estaba obsesionado con el paso del tiempo, hasta que el tiempo se lo llevó. 

Y, ahora sí, uno de los poemas que Doren recomienda: Cuando seas vieja.

jueves, 26 de septiembre de 2013

GUIDO CAVALCANTI

Corría el siglo trece y Florencia estaba envuelta en aquella pegajosa y familiar guerra entre güelfos y gibelinos. El bueno de Guido sufrió las consecuencias de ese enfrentamiento quizá más que otros, pues, como en el drama de Shakespeare, se enamoró y se casó con Beatrice Farinata, hija de un dirigente del partido contrario.

Guerras al margen, Cavalcanti fue uno de los grandes poetas italianos del duoccento y uno de los creadores del Dolce stil novo. Sin embargo, entre aquellos poetas también se encontraba un amigo y admirador suyo, Dante Aligheri, cuyo nombre haría empequeñecer cualquier otro a su lado.

A pesar de todo, Cavalcanti es un poeta muy conocido en Italia y aunque no tanto fuera de ella, sí goza de cierto prestigio, y en ello algo tienen que ver las alabanzas que le dedicó otro gran poeta, esta vez del siglo XX, me refiero a Ezra Pound.

Tal vez su poema más conocido y emblemático sea el que comienza Dona mi prega, que es el poema con que Masoliver abre su ya clásica traducción de las Rimas para la casa Seix Barral. Yo, en cambio, os dejo uno de sus muchos sonetos.

Tú en cuyos ojos ver es muy corriente
a Amor con tres saetas en la mano,
este espíritu mío asaz lejano
te recomienda mi ánima doliente,
herida ya de modo bien patente
por dos saetas del arquero ufano
que apronta la tercera, mas en vano,
pues no me alcanza estando tú presente;

aunque daría al alma nueva vida,
que en el menguado cuerpo casi yerta
se halla por ambas flechas malherida.
La primera da goce y desconcierta
y la segunda abona la venida
del lenitivo en que es, la última, experta.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

EL PRINCIPITO

Ayer a la noche estuve leyendo con mis alumnos este maravilloso pasaje de El principito. Ninguno lo conocía. Todos, creo, se emocionaron. Fue uno de los momentos más hermosos de mi experiencia como maestro.

Entonces apareció el zorro:
—¡Buenos días! —dijo el zorro.
—¡Buenos días! —respondió cortésmente el principito, que se volvió pero no vio nada.
—Estoy aquí, bajo el manzano —dijo la voz.
—¿Quién eres tú? —preguntó el principito—. ¡Qué bonito eres!
—Soy un zorro —dijo el zorro.
—Ven a jugar conmigo —le propuso el principito—. ¡Estoy tan triste!
—No puedo jugar contigo —dijo el zorro—, no estoy domesticado.
—¡Ah, perdón! —dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
—¿Qué significa "domesticar"?
—Tú no eres de aquí —dijo el zorro— ¿qué buscas?
—Busco a los hombres —le respondió el principito—. ¿Qué significa "domesticar"?
—Los hombres —dijo el zorro— tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
—No —dijo el principito—. Busco amigos. ¿Qué significa domesticar"? —volvió a preguntar el principito.
—Es una cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa "crear vínculos... "
—¿Crear vínculos?
—Efectivamente, verás —dijo el zorro—. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
—Comienzo a comprender —dijo el principito—. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
—Es posible —concedió el zorro—, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
—¡Oh, no es en la Tierra! —exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
—¿En otro planeta?
—Sí.
—¿Hay cazadores en ese planeta?
—No.
—¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
—No.
—Nada es perfecto —suspiró el zorro—.Y después volviendo a su idea:
—Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente, me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
—Por favor... domestícame —le dijo.
—Bien quisiera —le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
—Sólo se conocen bien las cosas que se domestican —dijo el zorro—. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
—¿Qué debo hacer? —preguntó el principito.
—Debes tener mucha paciencia —respondió el zorro—. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
—Hubiera sido mejor —dijo el zorro— que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
—¿Qué es un rito? —inquirió el principito.
—Es también algo demasiado olvidado —dijo el zorro—. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:
—¡Ah! —dijo el zorro—, lloraré.
—Tuya es la culpa —le dijo el principito—, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
—Ciertamente —dijo el zorro.
—¡Y vas a llorar!, —dijo él principito.
—¡Seguro!
—No ganas nada.
—Gano —dijo el zorro—, he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
—Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
—Adiós —le dijo.

—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

ORGULLO Y PREJUICIO

Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa. [Fijaos en la redacción tipo máxima que no quiere serlo, en el adjetivo que acompaña a verdad, en la caracterización del soltero, en el quiebro de la necesidad; fijaos, en fin, en la ironía que rezuma por todas y cada una de sus letras].

Hay novelas que se abren con una frase genial y contundente que, además, tienen la virtud de quedarse a vivir en la memoria social. Una de ellas es esta de Jane Austen. Por cierto, si la queréis leer en inglés junto con todas las traducciones al castellano que ha tenido hasta ahora, daos una vuelta por aquí.


Orgullo y prejuicio es un clásico de la literatura que, como clásico, en ocasiones —quizá por pereza, quizá por prejuicio—, es sustituida por alguna adaptación cinematográfica. No hagáis eso, os perderíais una gran novela sobre el amor y la mujer, pues el amor es su gran tema y las mujeres sus protagonistas.

Sorprende en esta historia publicada en 1813 y escrita por una mujer de tan solo 20 años, la madurez y la sabiduría, la capacidad de retratar una sociedad y una clase social, así como el desparpajo racional y la irrenunciable voluntad de decidir por si misma. No en vano suya es esta afirmación La sabiduría es mejor que el ingenio y, a la larga, sin duda, tendrá la risa a su lado que escribió en una carta a su sobrina Fanny Knight.

Como libro de educación sentimental no tiene precio, más aún si recordamos que hace 200 años Europa se debatía en una gran guerra contra Napoleón, las mujeres vivían dentro de las casas —no fuera— y los ricos lo eran por la gracia de Dios, es decir, indiscutibles. Y puede que la sociedad que se refleja en él se haya perdido hace muchos años, que los usos y costumbres nada o poco tengan que ver con los actuales; sin embargo, el meollo de lo que se nos cuenta sigue siendo perfectamente válido. Eso sin tener en cuenta que estamos hablando de literatura y el gran placer de la lectura está en cómo se nos cuenta, y lo que se nos cuenta está hecho con absoluta maestría.

Por si no lo habéis visto, os dejo aquí el estupendo programa que Página 2 dedicó a Jane Austen en junio de este año con motivo del 200 aniversario de esta gran novela.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

EL PARTENON

El Partenón ateniense puede ser ejemplo y símbolo de lo que la humanidad ha hecho a lo largo de la Historia con el patrimonio histórico-artístico. No hay civilización ni cultura que no haya maltratado con generosidad las obras realizadas por otra civilización anterior o distinta. Hoy, quizás, estamos muy acostumbrados a leer y saber de normas, usos y costumbres sobre la conservación del patrimonio, incluso participamos acaloradamente en las discusiones sobre las virtudes o defectos de tal o cual restauración, como si fuéramos expertos técnicos en la materia. Pero esto no siempre ha sido así y hasta hace relativamente poco tiempo, lo normal era utilizar en beneficio propio lo que otros habían dejado en el territorio que habitamos. Y no sólo una costumbre de nuestros supuestos adversarios culturales, nosotros mismos destruimos nuestro propio patrimonio —¿quién no conoce algún caso de iglesia románica saqueada piedra a piedra por sus vecinos para construir sus propias casas?—.

En fin, que me he encontrado el vídeo que realizó Costa-Gavras sobre el Partenón y me ha parecido que bien podía servir de ejemplo de nuestras civilizadas actuaciones. El poema de Byron podéis leerlo en un castellano medio decente si hacéis clic aquí.

lunes, 16 de septiembre de 2013

VÍCTOR JARA

Hoy hace cuarenta años —16 de septiembre de 1973— que mataron a Víctor Jara. El golpe de estado del general Pinochet se llevó por delante a muchos miles de personas en Chile. No todas, por desgracia, van a ser recordadas. Pero sí es cierto que algunas de ellas sirven de símbolo y de referente para mantener viva la memoria de todas las demás. Gracias a ellas podemos mantener vivo el recuerdo de tantas y tantas Amanda o de tantos y tantos Manuel. Gracias a todos los Víctor Jara sabemos que la canción es muchas cosas, entre ellas, también, sentido y razón.




viernes, 13 de septiembre de 2013

GEORG TRAKL, 1

Hace aproximadamente un año dejé una entrada sobre el poeta austriaco, cuando aún no sabía que le íbamos a dedicar una tertulia. Remito, pues, a ella como primer acercamiento y añado esta entrevista que Juan Suárez realizó a José Luis Reina Palazón, traductor de Trakl, en el programa En la nube, de Radio 3, hoy, por desgracia, desaparecido.

El programa completo es del día 5 de abril de 2011 y está aún colocado en Internet. Yo lo que hecho ha sido cortar y dejaros solamente la entrevista. Aprovecho este espacio para dar las gracias a los responsables de Radio 3 por permitirme descargar, cortar y subir la parte del programa que nos interesaba como aficionados a la poesía.


Y el poema con el que Palazón pone final a la entrevista:

CANCIÓN DE LA TARDE

Al atardecer, cuando vamos por oscuros senderos
aparecen nuestras pálidas figuras ante nosotros.

Si sentimos sed
bebemos el agua blanca del estanque,
la dulzura de nuestra triste infancia.

Muertos reposamos bajo las ramas de saúco,
miramos las grises gaviotas.

Nublados de primavera suben sobre la tenebrosa ciudad,
que silencia los tiempos más nobles de los monjes.

Cuando tomé tus delgadas manos
abriste suavemente tus ojos redondos,
esto hace ya tiempo.

Pero cuando una oscura armonía aflige al alma,
apareces tú, blanca, en el paisaje otoñal del amigo.

jueves, 12 de septiembre de 2013

HODEI ETXARTE

Hodei Etxarte: Suzko lilia (2008, Susa) eta Sinplistak (2012, Susa).
(Los enlaces de los dos títulos llevan a los poemarios completos en euskera. )

El poema que aparece aquí pertenece al título Suzko lilia (flor de fuego).

36 GRADU

36 gradu egiten zituela
udaberrian Leonidovitxek
eskoziar lorea eman zion Alekseievnari
eta honek bular aurreko poltsikoan sartu zuen

joan zen uda eta negua amaitzear zela
Alekseievnak poltsikoaren
behe-aldeko haria askatu eta
jausi egin zen eskoziar lorea
Leonidovitxi esan zion
lorearen arantzek egin zutela zuloa

36 gradu egiten zituela
Leonidovitxek lorea jaso zuen
eta eskuak zaurituta
limoia edan zuen begiekin
Eukaliptoen basoan herrenek
Il manifesto irakurtzen zuten
herrenez herren

36 gradu egiten zituela
odolusten ari zen Leonidovitx

eta ahoak lurra irensten zuen

36 GRADOS

Cuando hacía 36 grados / en primavera Leonidovich / le dio a Alekseievna la flor escocesa / y esta la colocó en el bolsillo del pecho

se fue el verano y cuando estaba a punto de terminar el invierno / Alekseievna soltó el hilo inferior del bolsillo y / el cardo se cayó / le dijo a Leonidovich / que los pinchos de la flor habían hecho el agujero

cuando hacía 36 grados / Leonidovich recogió la flor / y heridas las manos / bebió limón con los ojos / en el baso de los Eucaliptos los cojos / leían Il manifesto / de cojera en cojera

Cuando hacía 36 grados / Leonidovich estaba desangrándose / y la boca tragaba tierra

                           (la traducción es mía)

miércoles, 11 de septiembre de 2013

RESISTENCIA NO VIOLENTA

Hasta donde he podido averiguar, hoy, 11 de septiembre, podemos considerarlo como el día en que surge el movimiento pacifísta gracias a la acción de Ghandi cuando trabajaba como abogado en Sudáfrica. El 11 de septiembre de 1906 comenzó la lucha no violenta contra el decreto discriminatorio del gobierno, la llamada Ley del general Smuts. La película de Attenborough recoge bien aquel ambiente y aquel pasaje (minuto 27):  "Por esa causa estoy dispuesto a morir, pero, amigo mío, no hay causa alguna por la que esté dispuesto a matar". 

Buena lección para el premio Nobel de la Paz de 2009, Barak Obama, a quien se le concedió, según el Comité Nobel, "por sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la colaboración entre los pueblos".  A ver si cumple con el motivo de la concesión y continúa haciendo esfuerzos.


Hay más onces de septiembre, muchos más. Sin duda, más sonoros y ominosos. De ellos tendréis noticias por los medios de comunicación o por vuestra propia memoria. Yo he querido dejar constancia aquí del 11 de septiembre al que más unido estoy ideológicamente. Cada cual que elija el suyo.

martes, 10 de septiembre de 2013

LA AMISTAD SEGÚN CICERÓN

Marco Tulio Cicerón es uno de los grandes autores latinos y uno de los mejores oradores que dio Roma. Decía mi profesor de Latín en los tiempos del instituto que el mejor mejor orador político lo descubriríamos leyendo las Catilinarias, aquellos famosos cuatro discursos ante el Senado cuando fue descubierta la conjura de Catilina.

En los dos diálogos que se recogen en este microlibro, el de la vejez y el de la amistad, Cicerón nos ofrece un conjunto de reflexiones y argumentos con el ánimo de ayudarnos a vivir mejor y de ser buenas personas. Eran algo así como los libros de autoayuda de hace dos mil años escritos desde el sentido común.

Os dejo unas cuantas frases extraídas casi al azar del segundo de los diálogos, el que se ocupa de la amistad:

  • Nada mejor que la amistad a excepción de la sabiduría.
  • Todas cuantas cosas se apetecen tienen, por lo general, un uso singular: las riquezas para servirnos de ellas; una posición elevada para que seamos honrados; los honores para el aplauso; los placeres para ser gozados; la salud para que, careciendo de dolor, podamos servirnos del cuerpo cumplidamente; mas la amistad abarca muchísimas más cosas. Doquier nos volvamos, allí está, presta a servirnos. Jamás es impertinente; nunca es molesta.
  • Nada hay más amable que la virtud, ni que mejor se gane el corazón.
  • No hay peor peste para la amistad que la adulación.
  • Entre amigos hay que decir las verdades, aunque amarguen.
  • Todos tus bienes está dentro de ti mismo, estimando la virtud por encima de cualquier contingencia.
Por supuesto, hay ediciones modernas y mucho mejor cuidadas que esta de la Enciclopedia Pulga. Ocurre que, por razones que no vienen al caso, me veo empujado a leer sólo en digital, de bibliotecas, o cosas como esta que caben en el más mínimo bolsillo.

Feliz lectura.

lunes, 9 de septiembre de 2013

PUEDE

El lenguaje es la casa del ser. En su morada habita el hombre. Los pensadores y poetas son los guardianes esa morada.
                                       Heidegger


Puede que las palabras
sean parte de nuestra residencia.
Puede.

Puede que la vida 
parezca un conjunto más o menos armonioso
de palabras.
Puede.

Puede que las palabras
sean necesarias
para transitar por la vida
y sus obstáculos.
Puede.

Puede que los sentimientos
y sus comarcas más oscuras
sean alumbrados por las palabras.
Puede.

Puede que la belleza, nunca la bondad,
sea deudora 
de la extraordinaria capacidad para crear
de la palabras.
Puede.

O puede que las palabras 
formen parten del engaño
que oculta el vuelo 
y el aire que lo sostiene.