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jueves, 21 de noviembre de 2024

TIERRA ARRASADA, Gonzalo Ruiz Zapatero

Editorial
Algo que deja claro el estudio de la violencia en perspectiva de larga duración es que la brutalidad extrema, es decir, aquella en la que predomina el ensañamiento y en la que no se respeta la vida de los no combatientes, existe en los grupos humanos independientemente de su forma de organización social: la practicaron los neolíticos de LKB hace siete mil años y los Pueblos Ancestrales hace mil, al igual que las sociedades medievales y los estados modernos (p 399). Con esta afirmación comienza lo que son las Reflexiones finales. Y un poco más adelante González Ruibal, último ganador del Premio Nacional de Ensayo, matiza: No obstante, aunque la brutalidad extrema es común, también es excepcional

Me sorprende que sean necesarias más o menos 400 páginas para llegar a esta afirmación a la que cualquier persona sin formación histórica, ni arqueológica, ni de ningún otro tipo puede llegar perfectamente. Pero, no sé, a lo mejor hay alguien que puede imaginarse que lo que hoy está ocurriendo en Gaza, en Ucrania, en Burkina Faso, en Somalia, en Sudán, en Yemen, en Myanmar, en Nigeria o en Siria es un desafío de caballeros victorianos sin mayor trascendencia que su propia estupidez.

Y más sorprendente, si cabe, es afirmar que solo si entendemos que la guerra no es lo habitual, podemos empezar a plantearnos preguntas históricas: ¿Qué lleva a que en un momento dado se desborden las normas morales que ponen límite a la violencia? 

Entender, ya entendemos que la guerra no es lo habitual. Lo difícil es qué podemos hacer para que la violencia, cualquier tipo de violencia —sin necesidad de llegar a su grado máximo, como es la guerra—, no sea la respuesta por la que opte un ser humano —cualquier ser humano— para resolver un conflicto.

Dar a conocer los hechos en los que la humanidad ha errado a lo largo de la historia está bien, nos ayuda a saber quiénes somos y cómo reaccionamos. Seguramente, incluso, pueda valer en algún caso para estar mejor preparados ante situaciones similares. Y aunque la frase de SantayanaAquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo— es muy atractiva y bienintencionada, la verdad es que el conocimiento del pasado nunca ha sido un obstáculo para desencadenar procesos violentos e inhumanos de todo tipo.

Dicho esto, Tierra arrasada me parece un libro interesante, que ofrece un tipo de información a la que no estamos habituados quienes leemos divulgación científica. Creo que también aporta una visión más próxima e interesante del trabajo de investigación arqueológica que el que suelen ofrecer otras publicaciones. Entiendo el esfuerzo que realiza el autor por mostrarnos cuanto de humano hay detrás de un cráneo horadado y el horror que significa un yacimiento con multitud de huesos revueltos de mujeres y niños. 

Sin embargo, no creo que mostrarnos el infinito catálogo de horrores que comienzan en el paleolítico y llegan hasta hoy sea un buen camino para vacunarnos contra la violencia. Entiendo que es su trabajo, su especialidad y nos ofrece noticia de cuanto ha descubierto. Ni tan siquiera estoy convencido de que algunos de esos hallazgos y su metódica exposición puedan llegar a cambiar la interpretación histórica de acontecimientos puntuales sobre los que incide.

Preocupante, muy preocupante me parece la intervención del profesor Ruiz Zapatero (minuto 1:00:28) en la presentación del libro. Alguien pregunta por la violencia durante la guerra civil española al margen de los enfrentamientos entre ejércitos y el profesor de prehistoria, después de la explicación de González Ruibal, advierte siempre y cuando tengamos muy claro que la equidistancia no es posible. 

¿Es menos malo el asesinato que comete un republicano que el de un franquista? ¿Es menos violento? ¿Si un grupo de partidarios de la república te sacaba de tu casa por la noche y te pegaba un tiro era menos violento que si lo hacía uno de los sublevados? ¿En serio? ¿O quiere decir que unos asesinatos —hablo de crímenes, no de justicia— son justificables y otros no en función del bando al que se adscribían? 

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miércoles, 20 de noviembre de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Lola Mascarell)

Editorial
#unlibrounpoema 

No había leído nada de Lola Mascarell y este Préstame tu voz me ha agradado profundamente desde el comienzo hasta el final. 

Dejo no uno sino cuatro poemas, tres escritos y uno en audio.



CANTAR DEL REGRESO

Mientras cruzo las huertas 
en la hora del riego 
pienso en salmo y juntura, 
en palabras que suenan a oración, 
en músicas y versos 
que salvan a ese niño que regresa 
deprisa hacia su casa. 

El coro de los pájaros 
cincela en su gorjeo 
el caer de la tarde. 

Hay un mirlo que salta entre los setos 
y una urraca que sigue desde arriba 
sus pasos indecisos. 

¿Qué vuelos se levantan en la hora 
en que todo regresa y se recoge? 

La noche ya ha caído en las montañas 
y el niño llega al cuarto y se recuesta 
a escuchar los sonidos que se encienden 
mientras todo se apaga. 

A salvo ya del mundo y sus fantasmas, 
sin miedo a la intemperie, 
en medio del silencio de la noche, 
donde solo resuenan los acordes 
que escribe el pensamiento, 
comprende que la casa es el poema, 
aprende que el refugio es la canción.





CORAZÓN

                    A mi padre


Enredada en la turba
​la raíz de la menta
​es blanco laberinto
​de la luz entre la tierra,
​camino de la savia
​latiendo en estas manos
​que trasplantan su aroma
​a un lugar soleado del jardín.
​En la sala de espera
​un médico nos cuenta con metáforas
​lo que ha ocurrido dentro de tu cuerpo:
​una acequia vacía y un atasco
​y un trozo de la huerta sin regar,
​un breve territorio
​donde todo es ya negro.
​Ajenas a metáforas y cuentos
​tus ganas de vivir
​despuntan otra vez,
​comienzan a moverse
​la savia y los deseos que sostienen
​la vida de los hombres.
​También se hacen más fuertes,
​tierra adentro de ti, nuestras raíces.




UN DÍA CUALQUIERA

Ayer fuimos a Denia.
Hacía un día claro,
salpicado de nubes pasajeras.
Hablamos con amigos, abrazamos
la alegría sin dueño de Lucía
y tiramos al mar algunas piedras.
Luego fuimos a andar e imaginamos
nuestras vidas allí, junto a ese mar
y esos cantos rodados.

Unas niñas bajaron con sus bicis
vestidas de verano,
las caras sonrojadas del esfuerzo
y la vista perdida más allá.

Ya cerca de la noche
nos sentamos a ver pasar el tiempo
y el día se nos fue como viniera:
sin otra posesión que ese contento
tan párvulo y sonoro como el mar.



Si queréis oírla hablar de su poemario, a través de este enlace y del minuto 11' 30'' podéis hacerlo.
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martes, 19 de noviembre de 2024

HISTORIAS CON ALMA DE PAPEL, Mila García


Paso por el centro cultural de Aiete y me encuentro con una exposición de Mila García, auténtica especialista en contar historias valiéndose de papel, tijeras y una buena dosis de imaginación y sentido artístico. 

La exposición dispone de cuatro centros temáticos: "Il Giardino", donde, como dice una de las cartelas, incluso sus jardineras son en sí mismas un jardín. A este espacio corresponde la imagen que abre esta entrada.

El siguiente bloque se ocupa de las profundidades marinas y tiene como título "Más allá de la Atlántida"

El tercero, que ocupa toda la pared del fondo de la sala de exposiciones, tiene por título "Los naturalistas" 



El último es una revisión ilustrada del clásico "Alicia en el país de las maravillas" donde, entre otros personajes, podemos ver a 

Los pintores de la reina de corazones

El viaje del conejo blanco

o la magnífica influencer/reina de corazones


La misma

Una exposición amable, divertida, fácil de ver e ideal para acudir en familia, porque es apta para todos los públicos.

Hasta el 8 de diciembre

Horarios: 
De martes a viernes: 16:00 - 20:30
Sábado: 10:00 - 14:00 / 16:30 - 20:00
Domingo: 10:00 - 14:00
Lunes y festivos: cerrado

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lunes, 18 de noviembre de 2024

OTOÑO EN HOJA

 
Si la primavera la solemos identificar por la enorme variedad de colores con que se adornan campos, jardines y espacios domésticos gracias a la proliferación de todo tipo de flores, una de las manifestaciones más claras y evidentes del otoño es el cambio de pigmentación de las hojas de las plantas caducifolias. 

El frío y la ausencia de clorofila suelen dejarnos unas magníficas estampas de bosques otoñales. La ciudad carece de bosques, pero un simple parque urbano puede ofrecernos hasta en un día tan falto de luz como el de ayer una hermosa colección de imágenes a través de las diferentes hojas de sus árboles. No es necesaria la vasta extensión de una ladera de montaña o un gran valle para disfrutar del espectáculo. 

Si decimos que la primavera está en flor, bien podemos decir que el otoño está en hoja.













Ni esta alegre florecilla ni el plumero de la Pampa deberían estar aquí. Se han colado en la fiesta otoñal, pero una vez dentro, no me he sentido con fuerza para expulsarlos.




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viernes, 15 de noviembre de 2024

TIEMPO DE SILENCIO, Luis Martín-Santos

Editorial
El centenario del nacimiento de Luis Martín-Santos (1924-1964) está sirviendo para recordar esta excepcional novela que algunos señalan como una de las mejores novelas del siglo XX de la literatura española. Pero habrá que argumentarlo. 

Tiempo de silencio, dicen algunos críticos enamorados de la novela y su infinidad de recursos técnicos, es mucho mejor que un curso intensivo de escritura creativa si se lee y se relee con atención. Efectivamente, cualquier gran novela, no las que forman torres en los comercios de libros, valen por un intensivo y muy provechoso curso de escritura creativa. Pero es necesario leerlas con mucha atención y lápiz en la mano.

Yo no voy a redactar ahora una reseña, porque eso requiere mucho más espacio que el de una simple entrada de blog. Luego citaré algún ensayo sobre esta novela que sí merece la pena ser leído si alguien busca ayuda para entenderla en extensión y profundidad. Aquí lo único que voy a señalar son algunas de esas virtudes y recursos para motivar a quien no la haya leído para que se acerque a ella y se dé cuenta de que no está ante una historia que se escribe para pasar el rato.

Lo primero que es necesario decir es que no se trata de una lectura sencilla. Conozco a alguna persona que abandonó la abandonó en el primer capítulo. Pero tampoco es una obra hermética ni llena de dificultades y, desde luego, nada aburrida, todo lo contrario. Por lo tanto, que nadie se desanime. 

Pero vayamos con algunos de esos recursos técnicos que la escritura de Martín-Santos pone en funcionamiento y que hacen de ella una escritura profundamente inteligente y atractiva.

  • Fragmentación del relato en una sucesión de episodios que pueden funcionar como un pequeño rompecabezas; eso sí, sin ninguna dificultad para el entendimiento del argumento, que aumenta la intensidad dramática de la historia y despierta el interés lector. 
  • Uso de un léxico riquísimo perfectamente adecuado a cada una de las situaciones de la novela: extranjerismos, latinismos, neologismos, argot, lenguaje chulesco de los barrios humildes,  lenguaje técnico, cultismos...
  • Monólogo interior (recordemos que el autor, además de un gran psiquiatra, era un voraz lector y conocía bien tanto la obra de los escritores del 98 como la de Joyce, Proust o Faulkner).
  • Como buen científico, era un profundo observador, lo que le permitía realizar unas finísimas descripciones de ambientes, tanto de grupos humanos como de espacios urbanos.
  • Puesta en práctica del estilo indirecto libre en el que se mezcla con soltura y eficacia la voz del narrador con la del personaje que habla.
  • Empleo de un estilo jocoso por parte del autor omnisciente que da origen a pequeñas charlas eutrapélicas insertas en el discurso narrativo y que ya practicaba Cervantes en sus Novelas Ejemplares.
  • Dicen los especialistas, pero esto ya no lo puedo decir yo, que ambiente, trama y personajes son totalmente barojianos y que Tiempo de silencio puede leerse como una actualización de El árbol de la ciencia, obra que yo no he leído.
  • Y no quiero dejar de citar las magníficas digresiones que le sirven para ir introduciendo reflexiones sobre la época, los grupos sociales, los ambientes, los personajes, las costumbres... Esta sobre Madrid en los años 40 es para leer con detenimiento: Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceñas, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros —por otra parte— que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan embriagadas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas mayores y de varios palacios encantados —un palacio encantado al menos para cada siglo—, tan incapaces para hablar su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede convertirse en piedra pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son’ importantes, tan vueltas de espalda a toda naturaleza —por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla—, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan Tiempo de silencio 10 poco visitadas por individuos auténticos de la raza nórdica, tan abundantes de torpes teólogos y faltas de excelentes místicos, tan llenas de tonadilleras y de autores de comedias de costumbres, de comedias de enredo, de comedias de capa y espada, de comedias de café, de comedias de punto de honor, de comedias de linda tapada, de comedias de bajo coturno, de comedias de salón francés, de comedias del café no de comedia dell’arte, tan abufaradas de autobuses de dos pisos que echan humo cuanto más negro mejor sobre aceras donde va la gente con gabardina los días de sol frío, que no tienen catedral.
Esto no es nada más que una pincelada para animar a la lectura. Su argumento es bien simple y eficaz (Wikipedia os lo cuenta en cinco parrafitos). Pero si queréis adentraros en planteamientos mucho más jugosos y disfrutar en profundidad, estos dos ensayos os ayudarán en todo el recorrido (hay más, pero tampoco es necesario abusar):

Alfonso Rey, Construcción y sentido en "Tiempo de silencio"

Juan Luis Suárez Granada, Guía de lectura de "Tiempo de silencio"

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jueves, 14 de noviembre de 2024

miércoles, 13 de noviembre de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Rosalía de Castro)

#unlibrounpoema
Editorial


La dedicación de este espacio al poema XXXII de los Cantares gallegos viene motivada por una traducción sorprendente con la que me he encontrado de manera casual. Digo casual porque, generalmente, cuando tengo una versión bilingüe, no suelo leer la original. Y, casualmente, vi el nada con que termina el tercer verso de la estrofa número 30 del poema XXXII. Me sorprendió no verlo en la versión traducida, ya que nada es lo mismo en gallego que en castellano: 

E tamén vexo enloitada
d’ Arretén á casa nobre,
dond’ a miña nai foi nada,
cal viudiña abandonada
que cai triste ó pé dun robre.

Cantares gallegos (versión original).

Este es el poema traducido de la edición que yo tengo, que es la de la imagen de la derecha: 



Cómo llovía, suaviño,
cómo, suaviño, llovía;
cómo lovía, suaviño,
día y noche por Laíño,
por Lestrove, noche y día.

Inquieto, el sol alumbraba
la triste, blanca nube.
La tapaba y destapaba,
su blanca pluma rizaba.
Pasa, torna, vuelve, sube...

Más lejos, diseminada
por los aires fugitivos,
oscura ya despintada,
por el cielo desatada,
cae brillando en rayos vivos.

Misteriosa regadera
de fina lluvia, ha mojado
el suelo, curva y ligera.
Mojando va la ribera,
flor por flor, prado por prado.

Semejante a leve gasa
que sutil el viento mueve,
en flotante ondas pasa
sobre cuanto el sol abrasa,
ardiente, y refresca, y llueve.

¡Lluvia de finos cristales
por las vegas de Campaña...!,
y, secos, los herbazales
de Laíño... Y, a raudales,
la Ponte de sol se baña.

Hacia Caldas, todo oscuro.
El cielo, azul, en Adina,
transparente, limpio, puro.
De Arretén al monte duro
la nube va peregrina.

Triste va, la tierra toca,
ya con pies de blanca nieve,
ya con fina y fresca boca;
triste va, que el cielo invoca,
y a besar tierra se atreve.

triste va cuando se abate,
vaporosa, sola y muda.
Ya mansa, sus alas bate
como un corazón que late
herido en la pena ruda.

Así imaginó la triste
sombra de mi madre, errando 
en la esfera donde existe;
que a ir al cielo se resiste,
por los que quiso aguardando.

Veo Souto, en  parda sombra
envolviendo su ramaje,
—por bueno, del Rey se nombra—,
donde fiero, el viento asombra
ruge, estalla de coraje.

Y el palacio serio y grave,
¡cuánto en pura luz se baña!
Igual que pesada nave
que volver al mar no sabe
encalló en la fresca braña.

Valga está en la orilla hermosa
de aquel camino de plata,
casta virgen candorosa,
sentada en suelo de rosa,
mas vestida de escarlata.

San Luis veo, brillando
bañado por tintas puras,
ya sol y sombras mostrando,
en reposo contemplando
montes, aguas y verduras.

Allá Padrón, sobre el río,
hada blanca, ramo verde,
fruto en flor del huerto mío,
bajo un manto de rocío,
lejos, lo miro y se pierde.

¡Y, entre el maíz, la figura
de una hinchada y blanca vela
corre, como estrella pura!
Dice el viento, con ternura,
"¡Ay, paloma, vuela, vuela!"

Le arrulla en la blanda ría
un remanso murmurante
que en la arboleda nacía,
bajo un toldo de alegría,
al calor de un sol amante.

Sol de italia, sol de amores,
¿cómo podrás alumbrar
más rosas, y aún más verdores,
color y cielo mejores
entre la espuma del mar!

Sol de Italia, no suspiro 
por sentir tu ardiente rayo,
que otro sol templado miro;
dulcemente aquí respiro
en perenne, eterno mayo.

En mi tierra tal encanto
se respira... Pobre o triste,
rico o harto de quebranto,
¡se encariña de ella tanto
el que con su luz se viste!

Los que de ella son nacidos,
los que son de lla mimados
si están lejos doloridos
están, y de amor heridos
al ser de ella amamantados.

Del hijo la madre tira,
sorda, triste, plañidera,
gime, llora y aún suspira,
y no cesa hasta que mira
que viene, por vez postrera.

¡Ay!, madre, ¡cuánto te quiero!
¡Madre, ay, de la madre mía!
Tu suelo de amor prefiero
a cuanto, grande o severo, 
en la tierra encontraría.

¿Cómo no, si ahora estoy viendo,
entre la plata y las rosas,
cuanto la vida, queriendo,
fue ante mis ojos volviendo
ya memorias cariñosas?

Bosques, casas, sepulturas,
campanarios y campanas,
con vago son de dulzuras
que despierta, ¡ay!, ternuras,
que jamás podrán ser vanas.

Aquéllas mismas tocaron
cuando los míos nacieron,
aquéllas mismas lloraron,
aquéllas mismas doblaron
cuando los míos murieron.

Aquellas, sí, que animadas
me llamaban mansamente
en las mañanas doradas,
con las cantigas amadas
de mi madre, juntamente.

Aún veo dónde jugaba
con las niñas que quería,
el ejido donde holgaba,
los rosales que cuidaba,
la fuente donde bebía.

Y la calle solitaria
que en paz baña un sol sereno,
sin temer mano contraria,
igual siempre, nunca varia,
vega llana en campo ameno.

Y también veo, enlutada,
de Arretén la casa noble,
donde mi madre adorada
nació— viuda abandonada
que cae triste al pie del roble.

Allí está, sombra perdida,
voz sin son, cuerpo sin alma,
amazona malherida
que al sentir perder la vida
se adormece en sorda calma.

Casa grande la llamaban
en tiempo más venturoso,
pues los pobres que imploraban,
hartos ya, se calentaban
a su fuego cariñoso.

Casa grande, cuando un santo,
venerable caballero
cpn tranquilo, noble encanto,
bajo el pliegue de su manto
cobijaba al pordiosero.

Cuando el canto en la capilla
de la Gran casa sonaba
con fervor y fe sencilla,
rico fruto de semilla
que el varón santo sembraba.

Ahora todo, silencioso,
causa allí miedo y pavura,
y un espíritu quejoso
mora allí, donde el reposo
anidó con la tristura.

Risas, cantos, armonía,
blandas músicas, contento,
fiestas, danzas, alegría,
se trocó en la triste, fría
sorda voz del fuerte viento.

Sólo ahora hierbas crecen
en su patio descuidado,
y zarzales que florecen
y, en su tiempo, fruto ofrecen
a los niños, sazonado.

Y entre aquel silencio mudo
que a turbar nadie se llega,
entre aquel ¡ya fui!, tan rudo,
se ve, entero, un noble escudo
que va a decir no soy se niega.

Claros timbres muestra ufano, 
con soberbio casco airoso...
Más detrás de un soy tan vano
se ve al pobre orgullo humano
humillado y polvoroso.

Tras la calada visera,
que haya ojos heridores
que nos miran se dijera,
que dicen: todo es quimera
en un mundo de dolores.

¡Casa grande, triste casa
que de aquí, tan sola, miro,
parda, oscura, triste masa!
¡Casa grande, pasa, pasa...!
¡Ya no eres más que un suspiro!

Mis abuelos,¡ay!, murieron,
los demás te abandonaron.
tus lustros ya perecieron,
y los que más te quisieron
también de ti se apartaron.

Mes tras mes, piedra tras piedra,
te has de ir desmoronando,
ceñida en cintas de hiedra,
mientras que otra, fuerte, medra,
que así va el mundo rodando.

...................................
...................................
...................................

¡Más que luz, qué colorido
por el cielo se dilata!
Luce el sol descolorido
y el arcoiris, ya nacido,
en su cinta se desata.

Cómo llovía, suaviño,
cómo, suaviño, llovía;
cómo lovía, suaviño,
día y noche por Laíño,
por Lestrove, noche y día.

Para quien no sepa nada de la biografía de Rosalía de Castro conviene recordar que era hija natural de una cura y de María Teresa de la Cruz Castro y Abadía, hija de una familia hidalga, pero de escasos recursos económicos. La hija no fue reconocida ni por el padre ni por la madre. Quedó inscrita como nacida de padres desconocidos y se ocupó de ella en una primera instancia la que hizo de madrina en el bautizo, que era una sirvienta de la madre. La época era la que era y la zona rural gallega, una zona profundamente tradicional. No era precisamente París.

Será Rosalía la que tome conciencia de su ser mujer y escritora, y la que se dé cuenta del estado en que se hallaba la población de su tierra, sumida en la superstición, la irracionalidad de las creencias y las discriminaciones de todo tipo, especialmente la de la mujer. 

No pongo en duda que pudiera adorar a su madre, porque según escriben estudiosos de su biografía mantuvieron una estrecha relación y la hija enseguida supo quién era su madre. Lo que me resulta de todo punto asombroso es por qué se ha traducido dond’ a miña nai foi nada por donde mi madre adorada nació y no por el exacto donde mi madre fue nada que mantiene las ocho sílabas, el ritmo y hasta la rima original y, seguramente, es una descripción objetiva de la situación que pudo vivir en su propia casa Mª Teresa de la Cruz, madre soltera. Incomprensible.

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martes, 12 de noviembre de 2024

CUEVAS DE SARA

Cuevas de Sara

Las cuevas de Sara empezaron a ser utilizadas por los seres humanos hace unos 45.000 años. Fue José Miguel Barandiarán quien las estudió con mayor detenimiento y resaltó la relación que mantenían con la mitología vasca. A lo largo del tiempo han sido lugar de refugio de todo tipo de gentes (contrabandistas, soldados, gente que huía de las autoridades...). También sirvieron para realizar ritos paganos fuera de la mirada de las autoridades religiosas, lo que dio origen a las persecuciones de supuestas brujas durante el siglo XVII. Se encuentran muy cerca de las Cuevas de Zugarramurdi, y tienen una historia común. 

En el siglo XIX, cuando Napoleón III y Eugenia de Montijo se encontraban veraneando en Biarritz, se acercaron a visitarlas. Ese hecho las destacó inmediatamente como lugar interesante y las convirtió en una atracción turística. En la actualidad, las cuevas de Sara son uno de los lugares turísticos más visitados del País Vasco francés.

Además de las cuevas, a las que se accede solamente mediante visita guiada, en el entorno existe un pequeñísimo museo y un parque megalítico que sin duda necesita una urgente actualización escénica, pero que goza, en cambio, de unos carteles informativos francamente muy buenos, unos de texto largo para adultos y otros de texto breve para la infancia (en alguna ocasión me pareció mejor incluso el texto dirigido a la infancia).

También hay una tienda y una cafetería.







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lunes, 11 de noviembre de 2024

DESDE MI VENTANA


Ya están disponibles desde hoy los tres formatos en que se ha publicado el poemario: Kindle, tapa blanda, tapa dura

Los poemarios se acompañan de las imágenes que originaron los poemas. Algunas de ellas aparecen en el vídeo. En papel, por desgracia, no es posible imprimirlas en color. Todas aparecen en blanco y negro, aunque tendréis oportunidad de verlas en blog, así como en los audios que vaya grabando, pues serán el icono de la portada de cada uno de ellos, tal y como aparecieron en los audios que publiqué hace pocos días. 



Collage y pintura. Creación de Irene.


Muchas gracias a todas las amistades que de una manera u otra habéis contribuido a mejorar la presencia del texto o a difundir el vídeo publicitario del libro 💗💙💚💛💜.
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