Los momentos revolucionarios han recurrido con insistencia a la música, porque la música anima, une, cohesiona y genera emociones colectivas. Cuando las razones no bastan, recurrimos a los sentimientos. ¿Quién no se ha emocionado al ver un estadio lleno a rebosar cantando al unísono el himno de su equipo, de su patria o La Marsellesa, sea o no de la tierra de Molière?
Y posiblemente sea La marsellesa, producto de la Revolución francesa de 1789, el himno más antiguo de los que impulsan a la acción. No importa tanto que podamos estar de acuerdo con sus versos y lo que la letra dice en su conjunto, lo que importa son los sentimientos que genera, la ilusión que produce, la emoción compartida que levanta.
Después de La marsellesa, será La Internacional (1871, Eugène Pottier) el himno colectivo que se extiende con mayor fuerza e insistencia para concitar el deseo de una sociedad libre, justa e igualitaria. Poco importa cuál de sus múltiples versiones cantemos. No es la racionalidad del texto o la falta de ella lo importante. Ayer, 1 de mayo, muchas personas, en muchos lugares del mundo, la entonaron, y posiblemente más de una la cantó sin participar de la ideología comunista, socialista o anarquista.
El caso es que el ambiente durante el periodo romántico y premarxista en Europa, y especialmente en Francia, era propicio para este tipo de canciones. Son muchos los ejemplos de poetas y cantantes franceses que componen himnos de ese cariz. Dos ejemplos bastarán para comprobar lo que digo.
El primero es de Charles Gille (1820-1865), El salario:
Le SalaireMarchons, enfants, Dieu protège les braves,
Nos bras trois fois ont chassé les Tarquins,
Nous délierons les trop faibles entraves
Que nous forgeaient de faux républicains.
Brisons ces nains que le pouvoir enivre,
De l’avenir ils barrent le chemin,
Nous obtiendrons un droit, le droit de vivre,
Ou nous mourrons les armes à la main.
Amémonos unos a otros y cuando podamos
unirnos para beber juntos,
ya sea que el cañón esté en silencio o ruja,
¡Por la independencia del mundo!
La canción de los trabajadores.
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