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miércoles, 13 de marzo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Ana Luísa Amaral)

Editorial
Traducción: Martín López-Vega
#unlibrounpoema

Ana Luís Amaral (1956-2022) es poco conocida en el universo de habla castellana a pesar de haber recibido el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2021.Entre otros muchos reconocimientos la Asociación de Escritoras y Escritores en Lengua Gallega (AELG) nombró a Amaral como Escritora Gallega Universal el año de su muerte.

La sección de los miércoles va a resultar hoy algo más que un título y un poema (o varios, como suele ocurrir en algunas ocasiones), porque Ágora es un poemario compuesto a partir de obras de arte que han sido el motivo original de las palabras. La interrelación entre las distintas expresiones artísticas es un asunto antiguo con precedentes muy lejanos en el tiempo. Tanto es así que existe un tecnicismo, écfrasis, para dar nombre a eso que hacemos cuando construimos un texto para describir una obra de arte visual. Lo que realiza Amaral yo no lo calificaría de écfrasis, porque se trata de poesía, aunque haya surgido motivada por la obra de arte que ha dado pie a una reflexión de carácter poético. 

Así, pues, he aquí la obra pictórica que hizo surgir el poema:

El libro es una publicación bilingüe y todos los poemas están acompañados de la imagen a la que la poeta añade su punto de vista. Para regalar y ragalarnos.

Y este es el poema:


LA MUJER DE LOT


¿Qué harías conmigo, 
si hubieses tenido el valor de parar?

No como era antes:
¿me acostaba contigo
incluso carente de nombre, solo el tuyo,
te daba hijas, cocía tu pan?

¿Qué harías conmigo,
no como antes era,
sino yo ahora
en estatua transformada?

¿Cuántas libras de sal,
un bien precioso,
podrías ahora poseer,
si hubieras tenido el valor de entonces'

Tantas fanegas 
cargadas de frutos y semillas, 
becerros de verdad, tal vez incluso quién sabe
un pedazo codiciado de la tierra prometida
esa que tú soñabas
cuando te quedabas dormido?

Pero yo me quedé allí,
contemplando para siempre una ciudad
ausente,
innominada yo,
y ni la lluvia del fuego que del cielo cayó
me transformó en agua
redentora

Ni tú te hiciste rico 
de mi cuerpo

Solo te acostaste después con mi cuerpo,
cuando tuviste a mis hijas,
tu hijas, 
extendidas a tu lado sobre la estera,
ellas dándote hijos, esos sí con nombre
y carne en las entrañas

no sal,
sino verdadera—

***


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