Todas las bibliotecas nacionales guardan magníficos tesoros, generalmente solo al alcance de la investigación y con permiso especial. De vez en cuando, sacan algunos de esos tesoros y los exponen a la vista del público. Lógicamente, cuanto mayor y más antigua sea la biblioteca en cuestión, más tesoros acumula en su interior. Son como cuevas de Alí Babá, pero en lugar de tinajas llenas de joyas de oro y plata tienen hermosos bienes culturales, y algunos pocos son visibles para cualquier persona que acceda a ellas sin ningún tipo de permiso especial.
Esto ocurre con las esferas con el globo terráqueo y la esfera celeste que construyó a finales del XVII el famoso cartógrafo y cosmógrafo veneciano Coronelli, quien recibió el encargo de realizar estas dos estupendas representaciones para Luis XIV, el que recibió a María Teresa en la fronteriza isla de los Faisanes, donde se firmó el Tratado de los Pirineos:
Globo terráqueo |
Esfera celeste. |
Ambos son de igual tamaño, casi cuatro metros de diámetro (3,84 m) y en ellos queda recogido lo que entonces se conocía de la superficie terrestre y del cielo. Siendo como eran entonces de gran utilidad y todo un alarde de proyección matemática, yo destacaría en la actualidad la belleza de la ejecución. Independientemente de todo el conocimiento que representan, a mí me fascinan como objetos.
Se encuentran, más o menos, bajo el libro-torre que aparece en el primer plano de la fotografía superior. Hay una cafetería cerca de ellas, como puede intuirse en la fotografía del globo terráqueo.
***
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.