Editorial |
MAESTRO: Si Fu, nombradnos las preguntas principales de la filosofía.
SI FU: ¿Existen las cosas fuera de nosotros, para sí, también sin nosotros, o existen las cosas en nosotros, para nosotros y no existen sin nosotros?
MAESTRO: ¿Cuál es la opinión correcta?
SI FU: No se ha tomado ninguna decisión.
MAESTRO: ¿Por qué opinión se inclina últimamente la mayoría de nuestros filósofos?
SI FU: Las cosas existen fuera de nosotros, para sí, también sin nosotros.
MAESTRO: ¿Por qué permanece la pregunta irresuelta?
SI FU: El congreso que debía decidir tuvo lugar, como viene ocurriendo desde hace doscientos años, en el convento de Mi Sang, el cual está a orillas del río Amarillo. La pregunta era: ¿existe realmente el río Amarillo, o existe sólo en nuestras cabezas? Pero durante el congreso, se derritió la nieve de las montañas, y el río Amarillo se desbordó por encima de sus orillas y arrastró el convento de Mi Sang con todos los participantes en el congreso. Y así, no pudo aportarse la prueba de que las cosas existen fuera de nosotros, para sí y también sin nosotros.
(Traducción, Miguel Sáenz).
No es que con este diálogo quede demostrada la existencia de una realidad independiente de nuestras representaciones, pero es, repito, muy ingenioso. Y provocar una sonrisa de vez en cuando ayuda a mitigar la, en ocasiones, pesada carga de los días.
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