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sábado, 29 de julio de 2023

EL CIELO NOCTURNO EN LA CÁMARA DE ALAIN PAGOAGA

Mirando hacia el sur.
Como alrededor de la lúcida luna aparecen radiantes las estrellas del cielo y cuando el viento está en calma se divisan perfectamente, con diáfana claridad, las colinas y las cumbres de las altas montañas y los valles, y se nos abre ante nuestros ojos toda la inmensidad de los cielos, dejándonos admirar la infinidad de los astros y con ello se alegra el corazón del pastor (Ilíada, VIII, 555-559. Traducción: Vicente López Soto).

Incomprensiblemente dejé olvidada esta fotografía de Alain cuando estuve escribiendo los nombres de los objetos celestes que aparecían en las que generosamente me envió y a las que dediqué una entrada anteriormente. Estaba a punto de deshacerme de ellas, cuando he abierto otra vez la carpeta y me he dado cuenta de que esta, que fue la primera que empecé a trabajar, pero que dejé a medio hacer, estaba aún esperando ser terminada. 

Esta es una de las imágenes más características de una noche de verano desde una latitud en torno a los 40º N del hemisferio en el que habito, es decir, el hemisferio septentrional y durante las primeras horas de la noche. 

Como toda persona aficionada a la astronomía sabe, cuando miramos hacia ese espacio de la Vía Láctea situado entre Escorpio y Sagitario estamos mirando hacia el centro de nuestra galaxia, lo que le ofrece un plus de interés. Es, además, la zona que se ve más ancha de la banda y con mayor cantidad de contrastes. Es un auténtico tesoro para entretenerse en el descubrimiento y la identificación de una veintena de objetos Messier con la ayuda de una noche oscura y un telescopio.

Otro atractivo más de la zona es que un poco por encima se sitúa el portador de la serpiente, Ofiuco, la constelación número trece del zodíaco.

Sobre la fotografía de Alain he colocado los nombres de las estrellas principales de Sagitario, cuyo dibujo en el cielo identificamos en la actualidad con una tetera y no con un centauro; Escorpio, al que aquí le falta la mayor parte de la cola; y Ofiuco. El trocito de Vía Láctea que crece desde el horizonte montañoso hacia el ángulo superior derecho de la imagen es el más espectacular que se puede apreciar en una noche de verano de eso que también conocemos como Camino de Santiago.


Y este micro time lapse lo grabé el 10 de julio. La cámara está enfocando ladirección ONO. Se puede reconocer el hotel del famoso monte Igueldo. Son algo más de diez minutos reducidos a un segundo. Se ven Venus, el  objeto más luminoso y el que va por delante, Marte y Régulo. El planeta va por encima y la estrella por debajo, mientras todos caminan hacia su ocaso.


#elcielonocturno
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