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Ejemplar del KM |
Gandhi es el corazón de la no violencia. Él fue quien con su ejemplo y sus escritos inspiró a otros líderes del movimiento pacifista internacional como Martin Luther King, Nelson Mandela, Dorothy Day o Desmond Tutu. Escribió miles de páginas, pero nunca se ocupó de recoger en un libro de forma sistemática su pensamiento. Estaba convencido de que la mejor forma de transmitir su mensaje era su propio ejemplo, su actuación diaria. Y así lo dijo cuando llegó hasta él un grupo que pretendía entrevistarle para que les resumiera lo más importante de sus ideas. Era el día de la semana que él dedicaba a la meditación. Insistieron mucho, pero no interrumpió su actividad y les hizo llegar una frase ya célebre: Mi vida es mi mensaje.
El amor es una hierba rara que convierte en amigo incluso al enemigo más acérrimo, y esta hierba nace de la no violencia.
La persona y sus obras son dos cosas distintas. Mientras que una obra buena debería suscitar aprobación, y una acción mala tendría que provocar desaprobación, la persona que realiza la acción, sea esta buena o mala, siempre merece respeto o piedad, según el caso. "Odia el pecado, no al pecador" es el precepto que, si bien es fácil de entender, se practica pocas veces, y por esta razón el veneno del odio se extiende por el mundo.
No puedo llevar una vida religiosa si no me identifico con toda la humanidad, y no puedo hacerlo si no participo en la vida política. Toda la gama de las actividades de la humanidad constituye un todo indivisible. No podemos dividir el trabajo social, económico, político y puramente religioso en compartimentos estancos. No conozco más religión que la actividad humana. Esta proporciona una base moral para todas las demás actividades que, de otro modo, carecerían de ella, de manera que la vida quedaría reducida a un laberinto "que no significa nada".
Durante los últimos treinta años he predicado y practicado el satyagraha. Este se diferencia de la resistencia pasiva como el Polo Norte del Polo Sur. La resistencia pasiva ha sido concebida como un arma de los débiles y no excluye el uso de la fuerza física o la violencia para conseguir los fines propuestos, mientras que el satyagraha ha sido concebido como un arma de los más fuertes y excluye el uso de la violencia de cualquier modo o forma.
La no violencia, en su condición dinámica, significa sufrimiento consciente. No significa dócil sumisión a la voluntad del malhechor, sino entregar toda el alma contra la voluntad del tirano. Si trabaja bajo esta ley de nuestro ser, una sola persona podrá desafiar a todo el poder de un imperio injusto para salvar su honor, su religión, su alma y sentar las bases para la caída o la regeneración de ese imperio.
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