Ejemplar del KM |
Lo que más me atrae del pensamiento de este filósofo es su rotunda oposición al subjetivismo en el que se ha asentado la filosofía moderna, desde Descartes hasta Heidegger. A esa subjetividad él contrapone la presencia del otro; ante la avalancha de la propia conciencia él afirma la alteridad, la presencia de quienes nos rodean y con quienes estamos obligados a compartir la vida.
No se trata de pensar la ética, la filosofía práctica desde el solipsismo. La libertad, mi libertad, la de todos, no se circunscribe a reafirmar la autonomía frente a los demás, sino, antes bien, en el ejercicio consciente de responsabilidad ante los otros. Pensar el otro para mejorar mi comportamiento. El rostro ajeno como metáfora y como discurso. La respuesta que damos como responsabilidad, responsabilidad mediante la cual creamos una relación auténtica. Todo un esfuerzo por recuperar el humanismo.
Totalidad e infinito, ensayo sobre la exterioridad, es, acaso, su libro más representativo, lo tenéis disponible en internet. De esa obra entresaco este par de párrafos de la presentación de Miguel García-Baró:
Platón escribió una vez que el Bien está más allá del Ser; Descartes sitúa en la misma base de la evidencia de que existo la presencia de la idea de infinito en mí; los profetas del monoteísmo no se cansan de exigir atención extrema a la bondad, a la justicia. Estas tres voces dan testimonio en favor de la paciencia con la que debemos soportar este tiempo tan largo: el de servir al bien hasta la muerte. Y sucede luego que la paciencia da de sí la fecundidad de un tiempo en que las generaciones futuras prolongan la tensión de la bondad y esperan, con las obras de la justicia, sean cuales sean las injusticias bárbaras a su alrededor, la paz mesiánica.La guerra y la brutalidad son evidentes; la paz y la justicia son ciertas, mas no evidentes, como es cierto el mandamiento y no es evidente que cumplirlo cambie la faz del mundo. Si la filosofía sólo fuera una forma de la política y la retórica, la paz y la justicia quedarían en meras ilusiones. Pero esa falsedad sólo la han sostenido algunos pensadores que no han sabido diferenciar la necesidad del deseo, ni el diálogo de la mera visión de un espectáculo.
Otra vía para descubrir el pensamiento de Lévinas puede ser el trabajo del profesor Graciano González, E. Lévinas: humanismo y ética, ya descatalogado, pero disponible en muchas bibliotecas, y en alguna que otra librería. Creo que este vídeo también puede servir para acercarse a su pensamiento:
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