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sábado, 7 de enero de 2017

LA MATERIA OSCURA Y LOS DINOSAURIOS

La investigación que Lisa Randall y Matthew Reece realizaron, y que posteriormente la primera expone en este volumen, fue motivada por la pregunta que le realizó un colega, Paul Davies, en un seminario de astrofísica en febrero de 2013: ¿es el disco de materia oscura responsable de la desaparición de los dinosaurios? Después de la sorpresa inicial vino el trabajo de investigación, la publicación en medios científicos para su debate y, finalmente, la divulgación a través de este sugestivo texto.

La hipótesis que expone la autora es la siguiente: la gran extinción del Cretácico-Jurásico, que hizo desaparecer 3 de cada 4 seres vivos que habitaban la Tierra, entre ellos los populares dinosaurios, tuvo que ver con el disco de materia oscura de nuestra galaxia. Para llegar a ella, Randall y Reece tuvieron que realizar un complejo estudio que englobaba conocimientos de cosmología, astronomía, geología y biología.

Esta es la afirmación un tanto llamativa —amarillista, quizás— que se defiende en el libro. Es el foco de atracción llevado al título para captar lectores. Sin embargo, tanto el estudio como la hipótesis tienen otra dimensión y otra finalidad, aunque necesariamente pase por los dinosaurios. Tras cotejar numerosas evidencias y consultar otros tantos estudios sobre el tema, los investigadores llegan a la conclusión de que parece que existe un patrón de unos 32 millones de años entre cada una de las extinciones o, lo que es lo mismo, entre las grandes colisiones de la Tierra con meteoroides, cometas y asteroides.

El intervalo, si al final resulta confirmada la tesis por más estudios y evidencias, estaría ocasionado por el efecto marea de la materia oscura sobre el sistema solar, que da una vuelta alrededor de la galaxia cada aproximadamente 230 millones de años. En este subir y bajar sobre el plano galáctico, la materia oscura ejercería la suficiente influencia gravitatoria como para desplazar de la nube de Oort unos cuantos elementos —básicamente cometas— que en su errático viaje irían a chocar contra el Sol o los planetas, entre ellos, el nuestro.

Como el libro tiene su complejidad, la autora utiliza la primera parte para exponer cómo ha evolucionado el universo, la teoría del Big Bang, qué es la inflación cósmica, la materia oscura, cómo se averiguó su existencia y por qué es relevante para la estructura del universo. En la segunda, expone todos aquellos conocimientos sobre el sistema solar y nuestro planeta que son necesarios para comprender los mecanismos e ideas que expondrá en la tercera y última, y que constituyen propiamente la tesis del libro.

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